El despertar del pícaro Preguntas:

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Mateo Alemán-Seminar Uni Köln
El despertar del pícaro
(Libro Segundo, Capítulo I, II)
Vi claramente cómo la contraria fortuna hace a los hombres prudentes. En aquel punto me
pareció haber sentido una nueva luz, que como en claro espejo me representó lo pasado,
presente y venidero. Hasta hoy había sido bozal. Cuadrábame bien el nombre: hijo de la
viuda, bien consentido, mal dotrinado. Tenía mucho por desbastar y el primero golpe de
azuela fue el deste trabajo. De manera me escoció, que no lo sé encarecer. Vime desbaratado,
engolfado, sin saber del puerto, la edad poca, la experiencia menos, debiendo ser lo más. Y lo
peor de todo, que, conociendo por presagios mi perdición, queriendo tomar consejo no
conocía de quién poderlo recebir.
Entré comigo en cuenta. Hallémela muy mala, mucho cargo y poca data. Quisiera no pasar de
allí, porque para ir adelante me faltaba recaudo, aunque también para volverme. Hízoseme
vergüenza, ya que salí, quedarme, como dicen, al quicio de la puerta, a ojos de mi madre,
amigos y deudos. […]
Viéndome perdido, comencé a tratar el oficio de la florida picardía. La vergüenza que tuve de
volverme, perdíla por los caminos, que como vine a pie y pesaba tanto, no pude traerla o
quizá me la llevaron en la capilla de la capa. Y así debió de ser, pues desde entonces tuve
unos bostezos y calosfríos que pronosticaron mi enfermedad. Maldita sea la vergüenza que
me quedó ni ya tenía, porque me comencé a desenfadar y lo que tuve de vergonzoso lo hice
desenvoltura, que nunca pudieron ser amigos la hambre y la vergüenza. Vi que lo pasado fue
cortedad y tenerla entonces fuera necedad, y erraba como mozo ; mas yo la sacudí del dedo
cual si fuera víbora que me hubiera picado. […]
Dejando esto a una parte, te confieso que a los principios anduve algo tibio, de mala gana y
sobre todo temeroso; porque, como cosa nunca usada de mí, se me asentaba mal y le entraba
peor, y todos los principios son dificultosos. Mas, después que me fui saboreando con el
almíbar picaresco, de hilo me iba por ello y cierraojos. ¡Qué linda cosa era y qué regalada! Sin
dedal, hilo ni aguja, tenaza, martillo ni barrena ni otro algún instrumento más de una sola
capacha, como los hermanos de Antón Martín – aunque no con su buena vida y recogimiento
- tenía oficio y beneficio. Era bocado sin hueso, lomo descargado, ocupación holgada y libre
de todo género de pesadumbre.
Preguntas:
¿Cómo describe Guzmán su estado de ánimo?
¿Porqué decide de comenzar “el oficio de la florida picardía” (l. 16)? ¿Cómo se siente al
convertirse en un pícaro?
¿Qué es el “almíbar picaresco” (l. 27)?
¿A quién Guzmán habla (“te confieso”) y porqué ?
Anotaciones:
bozal: necio, ignorante
cuadrar: passen, übereinstimmen
dotrinado: adoctrinado, enseñado
desbastar: quitar con la azuela o con otro instrumento lo superfluo del madero o piedra
(abschleifen)
primero golpe: hoy: primer golpe
azuela: utensilio de carpintero: “Krummhaue”
deste: de este
escoció: dar dolor ardiente
encarecer: alabar, encomiar, ensalzar
desbaratado: desarreglado, deshecho, frustrado
engolfado: dicho de una embarcación: entrar muy adentro del mar, de manera que ya no se
divise desde tierra (sumido)
presagios: anuncio, augurio, señal que anuncia suerte o desgracia
perdición: Verderben, Verhängnis
recebir: hoy: recibir
data: “haber”: sección de una cuenta en que se consignan las partidas entregadas por el titular
de la cuenta
recaudo : precaución, cuidado
quicio: rincón formado por la puerta y el muro en la parte por donde gira la puerta sobre los
goznes (Scharniere)
deudos: parientes
capilla: capucha
bostezos: acción de bostezar: abrir la boca haciendo una aspiración lenta por efecto de sueño o
de aburrimiento
calosfríos: fiebre
desenfadar: desenojar, quitar el enfado
desenvoltura : agilidad, soltura, falta de timidez en el comportamiento
necedad: tontería
asentaba: instalarse alguien en un empleo
de hilo: derechamente, sin detención
dedal: objeto de metal duro que se pone en la punta del dedo con que se empuja la aguja de
coser
aguja: Nadel
tenaza: herramienta que sirve para sujetar cosas fuertemente y tirar de ellas, por ejemplo, para
arrancar clavos (Zange)
barrena: Bohrer
capacha: espuerta pequeña para llevar fruta o cosas semejantes ; cesta
Antón Martin : los religiosos de la Orden de San Juan de Dios que regían el Hospital de
Antón Martín, pedían limosna con una capacha, y por ello se les llamaba comúnmente
“Hermanos de la Capacha”
lomo descargado: quitar a la carne, y especialmente a la del lomo, la falda (Bauchscheibe) y
parte del hueso
holgada: desahogada (sorgenfrei)
pesadumbre: preocupación
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