Ramón Soriano Díaz INTERCULTURALISMO: UNA NUEVA CONCEPCIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE LAS CULTURAS El interculturalismo remite a una coexistencia de las culturas en un plano de igualdad. Es un término que tiene el mismo significado que despierta para muchos autores la expresión "multiculturalismo". Sin embargo, creo que sería más apropiado reservar esta segunda expresión para la constatación empírica de la coexistencia de las culturas, en tanto que interculturalimo tiene una pretensión normativa o prescriptiva y alude a la exigencia de un tratamiento igualitario dispensable a las culturas. En todo caso, se trata de apreciaciones conceptuales, donde lo que importa es no incurrir en confusión y hacer ver en el discurso cuál es el sentido que se dan a los términos. Por otra parte, se ha impuesto en la doctrina la expresión "multiculturalismo", con sentido tanto descriptivo como prescriptivo, y con un cúmulo variado de acepciones. No es lo mismo valorar la diversidad cultural que el interculturalismo, tal como aquí se define. Podemos sopesar la existencia de una pluralidad de culturas y si ésta es o no conveniente. Y también podemos valorar qué relaciones deben mantener entre sí las culturas diversas, por ejemplo, si deben de estar en un plano de igualdad. Las personas suelen valorar positivamente la diversidad cultural, pero juzgan de muy varia manera cómo deben ser las relaciones interculturales. Así, V. Hannerz indica hasta siete razones favorables para la diversidad cultural. Pero podemos encontrar juicios negativos respecto a la misma diversidad cultural. T. Eagleton se opone a que sea un valor la diversidad cultural, aludiendo a las malas culturas y sus prácticas: "siempre ha habido dice con ironía - una rica diversidad de culturas de la tortura". Creo que la diversidad cultural se justifica no por el hecho en sí de su existencia, sino por el principio moral del pluralismo, que respeta la diversidad, a la que considera un valor, y se opone a un control de la misma. El interculturalismo, como yo lo entiendo, presenta un doble plano: ético y sociológico. El primero comporta que las culturas tienen el mismo valor en el intercambio cultural, razón por la que participan como iguales. El segundo supone la presencia y coexistencia en un plano de igualdad de todas las culturas a la hora de emprender sus contactos a la búsqueda de puntos comunes de creencias y comportamientos.