xenofobia e islamismo: el poder de la ignorancia

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Avances en Salud Mental Relacional
Advances in Relational Mental Health
Vol. 15 - Núm. 1 - 2016
Revista Internacional On-Line / An International On-Line Journal
XENOFOBIA E ISLAMISMO: EL PODER DE LA IGNORANCIA
Juan Petschen (Psiquiatra, psicoterapeuta en Ginebra).
[email protected]
RESUMEN
El autor considera que el odio de los yihadistas a la sociedad occidental no ha nacido ex nihilo. Se
inscribe como inquietante fenómeno social que es expresión de las leyes que rigen la humana historia
del planeta Homo Sapiens (que tiene más de demens que de sapiens como escribe Edgar Morin).
Somos hormiguitas y obedecemos a la ley del hormiguero sin saberlo. Creo que tomar conciencia de
la ley del hormiguero es nuestra posibilidad de posicionarnos como personas para dar una respuesta
que humanice nuestra manera de afrontar el odio destructor de los que necesitan odiar para sentirse
ser. Me parece importante poder reconocer nuestra parte indirecta de complicidad en la génesis del
odio a Occidente.
Palabras clave: Yihadismo, democracias, odio, complicidad.
SUMMARY
The author considers that the jihadists’ hatred of Western society has not come ex nihilo – out of
nothing. It is registered as a worrying social phenomena which expresses the laws which govern the
human history of the Homo Sapiens planet (which as Edgar Morin writes, has more to do with demens
than sapiens). We are little ants and we obey the law of the anthill without knowing it. I believe that
becoming aware of the law of the anthill will allow us to take a position as people in order to provide
a response which humanises our way of dealing with the destructive hatred of those who need hatred
in order to feel a being. I think it is important to be able to recognise our indirect complicity in the
genesis of the hatred against the West.
Key words: jihadists, hatred, complicity
© 2016. CORE Academic, Instituto de Psicoterapia.
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1. EL TERROR EN UN MUNDO GLOBALIZADO
El documental o video sobre la expansión del yihadismo infiltrando los ríos humanos de personas
huyendo de la guerra y de la miseria suscita una reacción emocional de miedo, no puede ser de otra
manera. Y eso es lo que pretenden los autores de esas imágenes: generar la dosis necesaria de miedo
e inseguridad para obligarnos a declararles la guerra. Y no solamente una guerra de armas mortíferas
y bombas. Necesitan el enfrentamiento de la población de los países de acogida (digamos Europa) con
las filas de refugiados que vienen a engrosar las masas desfavorecidas y marginadas para crear el caldo
de cultivo necesario a una guerra santa que imponga el modelo de sociedad de obediencia teocrática
sobre las ruinas del modelo de libertades propio de las democracias. Democracias hoy día debilitadas
y en curso de degradación por el poder colosal que han adquirido las finanzas en un mundo globalizado
y sumiso al capitalismo neoliberal que favorece únicamente a los más poderosos lo que prueba que el
sistema está viciado y se ha hecho incompatible con el afianzamiento y desarrollo de la convivencia
democrática. El poder mediático al servicio de los grupos financieros naturalmente ávidos de poder
nos hace creer que los derechos humanos son atropellados en los países no beneficiarios de la
hegemonía occidental y tenemos que oírnos mil veces que no son respetados en Cuba ¿acaso son
respetados en Wall Street? ¿Son respetados por las multinacionales todopoderosas como Monsanto?
¿Son respetados por el Banco Goldman Sachs? En todos esos centros de poder financiero los derechos
humanos no son respetados, son silenciados frecuentemente y atropellados en silencio.
No es de extrañar que ese poder mediático que silencia la injusticia reinante en nombre de la
sacrosanta libertad de mercado engendre a su vez criaturas perversas ávidas de poder en nombre de
un Dios que les promete justicia. Como hijuelas de la idolatría del Becerro de Oro afloran en espejo
las del Dogma Puro y Duro.
Naturalmente, con esto no estoy para nada justificando el terrorismo yihadista. Lo que afirmo con
convicción es que el poder de las finanzas ha pervertido la cultura democrática entronizando al dinero
y a su poder movilizador del imaginario colectivo como el Gran Proveedor del valor de la persona
privando al individuo de la conciencia del valor de su condición de persona al ser sutilmente suplantado
por el del poder de adquisición que tienen las mercancías. Mercantilismo a ultranza: los que no tienen
no valen. Por supuesto que esto siempre ha sido así en la historia de nuestra especie. Lo que ahora es
nuevo es la magnitud del fenómeno en un mundo que la globalización ha convertido en aldea global,
propiedad no de reyes ni jefes de gobierno como siempre ha sido en el pasado histórico sino en unos
pocos grupos financieros que dirigen la marcha de sus aldeanos que en una inmensa medida lo ignoran
puesto que siguen creyendo que los que mandan son el Obama, el Putin o la Merkel de turno.
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Para muestra basta un botón: Según fuentes fiables en el año 2011, en una reunión a puerta cerrada,
Obama tuvo que someterse ante unos pocos y todopoderosos banqueros y no hubo el cambio de
política financiera que él había crédulamente anunciado. En total coherencia con la tesis de la
ignorancia de las masas está el clamoroso silencio con que los medios acogieron esa reunión aunque
en aquel secuestro de Obama por sus banqueros se hubiera podido cambiar el curso de la historia del
mundo global.
2. LA EXCESIVA INFLUENCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
El mundo global es un mundo mediatizado, y el poder comunicacional de los medios influye en el curso
de la Historia determinando en gran medida nuestra visión mental de la realidad es decir nuestros
apegos y creencias que a su vez transforman la realidad social, política, económica, cultural…en
beneficio de un sistema financiero diseñado para servir al proceso de acumulación de poder en unas
pocas manos, pocas e invisibles en los media. Y esto es nuevo en la Historia.
¿Qué relación tiene todo esto con el yihadismo? Pues que el odio de los yihadistas a la sociedad
occidental no ha nacido ex nihilo. Se inscribe como inquietante fenómeno social que es expresión de
las leyes que rigen la humana historia del planeta Homo Sapiens (que tiene más de demens que de
sapiens, como escribe Edgar Morin). Somos hormiguitas y obedecemos a la ley del hormiguero sin
saberlo. Creo que tomar conciencia de la ley del hormiguero es nuestra posibilidad de posicionarnos
como personas para dar una respuesta que humanice nuestra manera de afrontar el odio destructor
de los que necesitan odiar para sentirse ser. Me parece importante poder reconocer nuestra parte
indirecta de complicidad en la génesis del odio a Occidente.
Por ejemplo, cuando ahora nos exaltamos contra la injusticia reinante en los países musulmanes que
practican la ignominia de la ablación sexual de las niñas además de prohibir para ellas la escolarización,
podemos preguntarnos qué hemos hecho nosotros, los privilegiados de los países de Occidente para
impedirlo. ¿Qué han hecho las organizaciones internacionales con sede en occidente como la ONU,
OMC, FMI, BM… porque que yo sepa hemos seguido comerciando y negociando – sin condiciones con los gobiernos de esos países cuyos jefes de estado (que también son miembros de estas
organizaciones) se abstienen de condenar esas prácticas destructoras de Humanidad.
Un jefe de estado de excepcional estatura humana como Sankara en Burkina Faso fue asesinado
porque su pasión por defender los derechos de las mujeres y hombres de su pueblo contrariaba los
intereses político-económicos de Francia. Burkina Faso hubiera podido ser una antorcha de pacifica
revolución para la democratización de África, pero aquel asesinato (que no pasó de ser una noticia de
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interés secundario en los medios de Occidente), truncó aquella esperanza. Tras los atentados de Paris
clamamos contra la injusticia que asola las sociedades musulmanas pero que yo sepa, el asesinato de
Sankara no provocó ninguna gran manifestación de duelo en nuestros países democráticos. Esa
injusticia ahí estaba desde siempre y antes de los atentados sin que hayamos exigido de nuestros
gobiernos democráticos y de nuestras organizaciones internacionales que asuman responsabilidades
y se comprometan en negociaciones político-económicas en las que la prioridad sea la democratización
de las antiguas colonias y no el mantenimiento de un orden post-colonial que favorece exclusivamente
nuestros intereses y los de los gobernantes en plaza, a los que nuestros gobiernos y nuestras
organizaciones internacionales, con sede en N.Y. o Ginebra, no piden cuentas porque nosotros
tampoco lo exigimos. Hemos preferido mirar a otro lado para evitar tener que reconocer nuestra
complicidad con la explotación sobre la que se sostiene buena parte de nuestro confort insolidario con
esa parte de la Humanidad que se siente marginada y despreciada por la prepotencia económica,
mediática y tecnológica de Occidente.
3. POPULISMO Y XENOFOBIA
Según Luis Doncel (1) el partido populista alemán AFD, que está formado por una mezcolanza de
tendencias desde la ultraderecha hasta el liberalismo económico pasando por los autodenominados
patriotas, alerta de que existe un serio un peligro de islamización de Alemania. Ese partido sacudió el
panorama político con su éxito en las elecciones regionales y algunas encuestas lo sitúan como tercera
fuerza política en 2017. Afirma que “el Islam es incompatible con la constitución alemana” o que “el
islam no es una religión como la cristiana, sino que siempre está ligada a la toma del Estado”. “Por
primera vez, dice Doncel, desde el régimen de Hitler, en Alemania hay un partido que desacredita a un
colectivo religioso en su conjunto y amenaza su existencia” y Ángela Merkel ha tenido que recordar
que la libertad religiosa está protegida por la Constitución.
Por su parte comenta Jean-Marie Colombani (3), ex director de Le Monde, que el miedo al terrorismo
conduce a las democracias hacia el populismo y el autoritarismo. La palma, dice, se la llevan Donald
Trump y Marion Maréchal Le Pen. Para Donald Trump, los atentados del 11 de septiembre de 2001 no
habrían tenido lugar si George Bush no hubiera sido presidente. Para Meréchal Le Pen, los atentados
del 13 de noviembre de 2015 “sin duda” no se habrían producido si el FN hubiera estado en el poder.
trump, es considerado por numerosos politólogos norteamericanos como fascistoide, y, “por
supuesto, admira a Putin, cuyo autoritarismo es bien conocido”.
Otto Kernberg (3) piensa que el terrorismo deriva de una tendencia de las ideologías hacia la regresión
o narcisista o paranoide reforzada enormemente en el proceso político, por los medios de difusión,
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que tienden a activar la psicología de masas en la cual el individuo se siente automáticamente parte
de un gran colectivo. Las agrupaciones naturales de pueblos, naciones, razas, culturas, religiones
tienen elementos históricos transmitidos a través de la tradición, no sólo escrita sino verbal, y a través
de costumbres y maneras habituales de relacionarse entre sí. Estos traumatismos históricos tienden a
ser transmitidos desde la primera infancia a través de la educación familiar y favorecen la aceptación
e idealización de lo que es familiar y la desconfianza y sospecha de lo que es distinto. Esta disociación
es reforzada por el hecho de que la regulación del hogar choca con realidades contrarias a este medio
idealizado. Entonces los que son distintos, los que son ajenos llegan a ser los depositarios de las
tendencias primitivas paranoicas lo mismo que los que tienen nuestro idioma, comen la misma comida,
escuchan la misma música, tienen las mismas celebraciones, entran en el segmento idealizado.
Nuestra violencia no es una violencia individual es la violencia del sistema del que somos tributarios.
Nuestra violencia es la de la ignorancia. No vamos a auto-flagelarnos por ello pero reconocerlo es
poder responder sin caer en el esquema reductor de las emociones primarias. Para nadie es fácil
escapar al dictado del miedo y ahora lo único urgente parece ser ganar la guerra al EI en el frente
militar. Pero ojalá que ese miedo y esa inseguridad saque a la luz también otras urgencias como la de
hacer visible el potencial de destructividad del sistema económico neo-liberal que corrompe el
fundamento mismo del ejercicio de poder democrático.
A la puerta están los tratados de libre comercio transcontinental diseñados para que el poder ejecutor
de las sentencias en justicia quede en las manos de los más poderosos: las manos invisibles del poder
financiero. El poder global pertenece a las finanzas. Y el sistema financiero que lo ampara no se
cuestiona porque el poder mediático nos mantiene en la ignorancia. Pero puesto que el EI se nutre de
sus turbias fuentes ¿no será tan urgente como la acción militar la exigencia de una guerra de
transparencia contra los centros de poder que se nutren del comercio de armas y de droga con el
beneplácito del sistema?
BIBLIOGRAFIA
1. Doncel, Luis. Los populistas alemanes de AFD buscan votos con la islamofobia. El País 19-04-2016,
pag.8.
2. Colombani, Jean-Marie. “Entre dos oleadas de atentados” El País, 19/04/2016, pag. 22.
3. Kernberg, O., Desafíos al psicoanálisis en el siglo XXI. En Salud mental, sexualidad y realidad social
S.Z.d.F. Hector Ferrari, Ed. , Editor 2002, Editorial Polemos.
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