MACBETH

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MACBETH
Ópera en cuatro actos, de Giuseppe Verdi, con libreto de: Francesco Maria Piave y Andrea Maffei.
Presentación de la versión original florentina, estrenada en el Teatro de la Pergola de dicha
ciudad, el 14 de marzo de 1847.
Programa realizado por Fernando Funes.
Antecedentes
En el pasado mes de marzo del corriente año, con la ópera LA BATTAGLIA DI LEGNANO,
realizamos en el marco del bicentenario de su nacimiento, nuestro primer homenaje a la memoria
de quien ha sido el padre de la ópera italiana desde fines de la primera mitad del siglo IXX, y el
gestor de lo que serían posteriormente otros movimientos musicales operísticos de la Italia del
Ottocento.
Nos referimos naturalmente a Giuseppe Fortunino Francesco Verdi, nacido en La Roncole,
Bussetto, el 10 de octubre de 1813 , y fallecido en Milán el 27 de enero de 1901, cuyo bloque de
37 óperas completas, incluyendo las diferentes revisiones, constituye el legado más importante
de la lírica italiana del siglo decimonoveno.
Esta noche, y durante los próximos tres domingos continuaremos explorando su producción
operística con LA TRAVIATA, que marca la culminación de su período intermedio, LES VÊPRES
SICILIENNES, en su versión original francesa, un intento dentro del estilo de la Grand Opéra de
Meyerbeer y Halévy, y finalmente con FALSTAFF, el absoluto pináculo de la ópera italiana de
fines de siglo.
De todos los grandes poetas que el genio de La Roncole musicalizó, entre los que se incluyen
Friedrich Schiller, Lord Byron, Voltaire, Victor Hugo, Antonio García Gutiérrez, Alexandre Dumas
Fils, y otros, no cabe duda alguna que William Shakespeare era su absoluto favorito.
Verdi jamás perdonó a los críticos que alegaron que en sus versiones operísticas había
“asesinado” el arte de Shakespeare, y se sintió profundamente ofendido por tales palabras.
En el caso de la ópera MACBETH, ambos libretistas respetaron el orden de la obra original de
Shakespeare, pero con ciertos cambios, como la utilización de un coro de brujas, en lugar de las
tres de la tragedia original. Si bien la mayor parte del libreto pertenece a Piave, Andrea Maffei
realizó modificaciones, particularmente en el coro de las brujas del acto tercero y en la escena
del sonambulismo, que Verdi consideraba el punto crucial de la ópera.
MACBETH, nuestro título de esta noche, constituye la décima ópera del gran maestro, y su primer
intento de musicalizar una tragedia de Shakespeare, particularmente uno de sus más
prominentes criminales políticos, junto a Richard III.
Posteriormente, Verdi volvería a incursionar en la obra del genial inglés en 1887 con OTELLO, y al
final de su carrera en 1893 con su inmortal FALSTAFF. Al igual que Hector Berlioz, el compositor
tuvo en mente durante toda su vida la realización de un drama musical sobre la tragedia
shakesperiana EL REY LEAR, que jamás llegó a tomar forma. Hubiera constituido un maravilloso
broche de oro a su extensa labor, luego de su FALSTAFF.
MACBETH se ubica entre otras dos importantes óperas verdianas, ATTILA, de 1846 e I
MASNADIERI o LOS BANDIDOS, compuesta para Londres y estrenada el mismo año que nuestra
ópera de esta noche. En ambas obras, el compositor había ya comenzado a concentrarse más en
el drama interno de los personajes, abandonando muy paulatinamente las tradiciones musicales
de Rossini y Donizetti.
La verdadera innovación de nuestra ópera de esta noche es el nuevo rumbo que tomara Verdi en
cuanto al aspecto vocal de la misma, favoreciendo a un tipo de canto silábico de corte más
declamatorio, sobre el tradicional canto vocalizado, y por ende, creando una estructura mucho
más coherente y más dramática.
El amor y el sentimiento se hallan ausentes en la partitura, que dejó sorprendidos a muchos por
su abuso de tonalidades menores, su oscuridad, y la falta de un rol tenoril de envergadura, siendo
el papel protagónico confiado a la voz de un barítono.
De esta manera, MACBETH constituye el final del primer período compositivo del gran genio
musical, el cual él denominara Los años de galera, así como el primer intento de crear un
verdadero drama musical que se alejara lo más posible de las tradiciones de la ópera italiana del
momento. El compositor siempre la consideró su ópera más querida.
Durante su vida Giuseppe Verdi realizó extensas revisiones de sus óperas, muchas de ellas para
conformar los gustos del público de la Ópera de París, como es el caso de EL TROVADOR, LA
FUERZA DEL DESTINO u OTELLO.
En el caso de nuestro MACBETH, a pesar de haber sido sumamente exitosa desde su estreno
mundial en Florencia en 1847, la ópera fue sustancialmente revisada para la representación de la
misma en París, el 21 de abril de 1865. En esa nueva versión, que es la que comúnmente se
ejecuta, el compositor realizó importantes cambios, además del ballet incorporado al tercer acto,
la gran fuga que describe la batalla, y el coro final de alabanza.
Compuso un aria enteramente nueva para Lady Macbeth en el primer acto La luce langue, y
además de modificaciones rítmicas, tonales y orquestales, agregó un dúo de conclusión al tercer
acto para los protagonistas.
Sin embargo, aunque tomemos en cuenta los grandes adelantos que el músico realizó con la
revisión de 1865, la versión original es asimismo de gran interés.
Entre los cambios principales que presenta la versión de Florencia, que es la que escucharemos
esta noche, pueden citarse los siguientes: La cabaletta del segundo acto a cargo de Lady
Macbeth “Trionfai, securi al fine”, que luego fuera reemplazada por la más lúgubre y psicológica
“La luce langue”. En el mismo acto, la escena del banquete y de la alucinación del protagonista
sufren cambios de tonalidad y de ritmo.
En el acto tercero no hay ballet alguno, el monólogo de Macbeth “Fuggi, regal fantasma!”, es
objeto de algunas alteraciones, y el acto culmina con otra vigorosa cabaletta para el barítono:
“Vada in fiamme”.
En el acto cuarto, el coro de escoceses exiliados responde a los moldes más tradicionales que al
estilo más polifónico de la versión parisina. Lo que nos lleva al final de la ópera, que es
radicalmente distinto, culminando con el aria de Macbeth: “ Mal per me”, mientras que en la
versión de 1865 el protagonista muere fuera de escena.
Ya en el siglo XX, muchos otros compositores se sintieron tentados a escribir óperas sobre la
inmortal tragedia shakesperiana. Entre ellos pueden mencionarse primeramente a Ernst Bloch
(1880-1959), que en 1909 creó un maravilloso drama musical de corte wagneriano e
impresionista, al danés Hermann Koppel (1908-1998), con su fallida ópera MACBETH de 1968, y
más posteriormente al ítalo-noruego Antonio Bibalo (1922-2008), que cosechara un gran éxito en
1989 con su ópera sobre el mismo tema.
Argumento
La acción se ubica en Escocia, en el siglo XI, año 1040.
Acto Primero
Luego de haber vencido a los invasores de su patria, los generales Macbeth y Banquo recorren el
campo de batalla. Se presenta un un grupo de brujas que hacen enigmáticas profecías,
dirigiéndose a Macbeth con títulos inesperados, entre ellos el de rey de Escocia, y a Banquo como
"padre de futuros reyes".
Desaparecen las brujas y llegan mensajeros del rey Duncan, que dicen a Macbeth que le ha sido
concedido el título y los derechos de Señor de Cawdor, tal como habían fuera profetizado. Ambos
hombres reflexionan sobre los insólitos sucesos.
La escena cambia al castillo de Macbeth. Su esposa, Lady Macbeth está leyendo una carta de su
esposo en la que le relata el episodio de las brujas. Piensa entonces que para que se cumpla la
más importante de las profecías, sólo hay que dar muerte al rey Duncan, y confía en que su
esposo no se resistirá a tan ambiciosa y criminal idea.
Un sirviente anuncia la inminente llegada del rey, y Lady Macbeth decide asesinarle esa misma
noche. La demencial mujer invoca a las furias infernales para que la asistan en el siniestro
propósito. Se presenta Macbeth y acepta sin vacilaciones la propuesta de su esposa.
Llega el rey (personaje mudo) y su comitiva, y después de la recepción, Duncan se retira a sus
habitaciones, al ritmo de una simple marcha.
A solas, Macbeth cree ver un puñal flotando en el aire hacia él, incitándolo al regicidio.
Desaparece dispuesto a cometer el crimen, y sale poco después, aterrado por lo que ha hecho,
con sangre en las manos. Ha tirado el arma y quiere manchar con la sangre del rey a los
acompañantes, pero no puede hacerlo, y es Lady Macbeth la que se encarga de ello.
Llaman a la puerta. Banquo y Macduff han llegado para acompañar en su viaje a Duncan.
Macduff entra en la habitación del rey, en tanto que Banquo piensa en las miserias y portentos
de la noche. Con espanto, Macduff descubre el asesinato y despierta a todo el castillo, que se
congrega en escena y expresa su horror ante la muerte del monarca.
Acto Segundo
A solas en su castillo, Macbeth y su esposa planean culpar a Malcolm, hijo de Duncan, de la
muerte de su padre, y acusarlo de traición al trono. Mientras tanto, Malcolm ha huido a Inglaterra
tras el asesinato de su padre. La infernal pareja piensa también que para asegurar la sucesión de
Macbeth, debería tratar de que no se cumpliera la profecía de las brujas relativa a Banquo, y darle
muerte también a él esa misma noche. Lady Macbeth anticipa su victoria en una brillante
cabaletta.
Nos trasladamos a un parque cerca del castillo en que los asesinos al servicio de Macbeth esperan
la llegada de Banquo y de su hijo. Estos se presentan y comentan la negrura de la terrible noche.
Cuando reanudan su marcha hacia el castillo, emergen de la oscuridad los asesinos; Banquo es
herido de muerte, pero su hijo logra escapar.
En el gran salón del castillo, se celebra un banquete. Macbeth y su esposa reciben a los invitados.
Lady Macbeth canta un brindis, que ya anticipa el del primer acto de LA TRAVIATA. Uno de los
asesinos al servicio de Macbeth entra en escena e informa a sus señores que Banquo ha muerto,
pero que Fleance ha conseguido escapar.
Macbeth expresa a los nobles reunidos el pesar que le ocasiona la muerte de Banquo y se dirige a
su silla vacía, pero entonces, lleno de horror, ve en ella el fantasma del asesinado. Los invitados que por supuesto, no ven la aparición, se extrañan y alarman ante el terror que invade a
Macbeth, a quien su esposa trata de calmar y que, para tranquilizar a los invitados , vuelve de
nuevo a brindar.
Otra vez el terror hace presa en Macbeth, que sigue viendo al espectro y ahora, ya, la realidad
queda al descubierto. Los invitados comienzan a retirarse, mientras que Macbeth jura que acudirá
de nuevo a las brujas para conocer la verdad.
Toda la escena de la alucinación del protagonista es absolutamente innovadora, si bien pueden
trazarse algunas referencias con la escena del delirio de Assur, en el segundo acto de
SEMIRAMIDE de Rossini.
Acto Tercero
En su siniestra gruta, las brujas celebran sus ritos alrededor de un gran caldero. Entra Macbeth y
les pide que le digan cuál va a ser su destino. Las brujas después de conjurar a espíritus
subterráneos le anuncian tres cosas: Primero, que se cuide de Macduff; segundo, que sea
sanguinario, osado y resuelto, porque no puede ser dañado por ningún hombre nacido de mujer,
y en tercer lugar, que no será vencido hasta que el Bosque de Birnam venga a la colina de
Dunsinane
Pero Macbeth desea saber si el linaje de Banquo llegará a reinar. Ante esto, las hechiceras hacen
aparecer una silenciosa procesión de futuros reyes, todos descendientes de Banquo, quien
aparece en octavo lugar.
Considerándose perdido, el impostor rey se desmaya. Las brujas desaparecen. Recobrando la
compostura, Macbeth recuerda las profecías de las brujas y decide partir y continuar derramando
más sangre.
Acto Cuarto
En un desolado paraje cerca de la frontera con la vecina Inglaterra, un grupo de infelices exiliados
se lamentan de su suerte y de la de su oprimido país. Verdi aprovechó la ocasión para insertar
ciertos tintes políticos del Risorgimento en el coro de patriotas escoceses Patria oppresa.
Entre los presentes se halla Macduff, llorando por la muerte de su familia, que ha perecido por
las manos del sanguinario tirano. Ahora llega Malcolm, a la cabeza de un ejército de soldados
ingleses, y les instruye que corten ramas de los árboles del vecino bosque de Birnam, para
camuflar así su avance hasta Dunsinane. Todos se movilizan para salvar a Escocia.
En el salón del castillo de Macbeth, un médico y una dama de compañía esperan con gran
ansiedad. La dama ha oído las palabras pronunciadas por la reina las dos noches últimas, mientras
caminaba sonámbula. Aparece la reina, en total estado de enajenación mental.
Camina sonámbula y habla en sus sueños, no consiguiendo quitarse las manchas de sangre en sus
manos. El doctor y la dama de compañía se horrorizan ante tal confesión. Esta escena, que es el
punto focal de la ópera, contó con innumerables ensayos durante las preparaciones del estreno
de la misma, en la que Verdi instruyó a su soprano repetirla incontables veces.
En la terraza principal del castillo, Macbeth expresa su furia ante la situación. Ha sido
abandonado por los nobles, y está a punto de sufrir un ataque de los ingleses, aliados con
Malcolm y sus huestes. En su célebre aria: “Pietà, rispetto, amore”, expresa su confianza en que
la victoria será suya, pero que nadie lamentará su muerte y lo maldecirán, de suceder lo
contrario. Un mensajero le anuncia que su esposa ha muerto.
Los libretistas parafrasean y acortan aquí la célebre definición shakesperiana de que la vida es el
raconto de un pobre idiota, llena de furia y viento, y que no significa absolutamente nada.
El coro de vasallos exclama que el bosque de Birnam se desplaza hacia el castillo. Empuñando la
espada y tomando el escudo, Macbeth y sus hombres se aprestan a la inevitable batalla. En
nuestra versión original de esta noche, la ópera concluye en fomra diferente de la versión
tradicional.
Macduff penetra en el castillo, y luego de revelar a Macbeth que fuera arrancado del vientre de
su madre sin vida, y que es por tanto no nacido de mujer, persigue al protagonista, lucha con él
y lo derriba con su espada.
Macbeth cae herido de muerte, y en su aria “Mal per me”, lamenta haber confiado en los
presagios infernales y derramado tanta sangre. Maldiciendo al poder y a su corona, cae muerto ,
mientras que Macduff aclama a Malcolm como nuevo rey de la libre Escocia.
El registro de MACBETH de Giuseppe Verdi, que presentamos esta noche en su versión original de
1847, proviene del Festival Della Valle D’Itria, y tuvo lugar en el Palacio Ducal de Martina Franca
el 27 de julio de 1997.
Reparto
MACBETH……………………………………………………….IEVGENII DEMERDJIEV, Barítono.
LADY MACBETH………………………………………….…..IANO TAMAR, Soprano.
BANQUO………………………………………………………. ANDREA PAPI, Bajo.
MACDUFF……………………………………………………….ANDREA LA ROSA, Tenor.
MALCOLM………………………………………………………EMIL ALEKPEROV, Tenor.
DAMA DE COMPAÑÍA……………………………………..SONIA LEE, Soprano.
UN DOCTOR……………………………………………………HAN-GWEONG JANG, Barítono.
Con el Coro de Cámara de Bratislava y la Orquesta Internacional de Italia, bajo la dirección de:
MARCO GUIDARINI.
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