08-tu.qxd 3/28/04 11:23 PM Page 1 8 La Plata, lunes 29 de marzo de 2004 El dato Meiwes y la tenebrosa red de caníbales Caníbal de Rottemburgo. Fue condenado a ocho años y medio de cárcel El 30 de enero pasado Armin Meiwes (42), más conocido como el caníbal de Rottemburgo, fue condenado a ocho años y medio de prisión por asesinar, desmembrar y fagocitar a un ingeniero de Berlín al que había conocido a través de internet. Esto llevó a investigar la existencia de una red mundial de caníbales extendida desde Austri a Estados Unidos, confirmada por el propio Meiwes: “hay al menos 800 participantes ‘activos’ de fórums para caníbales”, dijo. HORROR EN BRASIL Un mecánico confesó haber asesinado a 17 chicos en trece años La policía sospecha que las víctimas serían 23 y que el homicida ingirió parte de sus restos. Algunos cuerpos aparecieron enterrados en el jardín de su casa. Estaban capados UN ANTECEDENTE CERCANO El otro serial killer carioca es camionero Hace poco más de una semana se conoció el caso de otro asesino serial brasileño. Se trata de Douglas Baptista, un camionero de 52 años que confesó haber asesinado a ocho nenas entre 1992 y 2003. Las amarraba y las tiraba al mar o al río por el simple “placer” de verlas ahogarse “No puedo controlar el deseo de matar”, dijo Baptista, que al igual que Das Chagas también fue arrestado en diciembre, sólo que en el Estado de Sao Paulo. En principio lo acusaron del asesinato de dos nenas de 5 años que habían desaparecido el día de Navidad, cuando jugaban juntas frente a sus residencias. Pero hace unos días Baptista decidió liberar todos sus demonios y admitió haber dado muerte a otras seis menores entre 1992 y 2003. Brasil no es un país que se caracterice por la proliferación de asesinos en serie, pero en los últimos meses ya han aparecido dos, con varios puntos de contacto entre sí. Hace poco más de una semana trascendieron las escalofriantes confesiones de Douglas Baptista, un camionero de 52 años que admitió haber asesinado a ocho nenas, de 5 a 12 años, entre 1992 y 2003. Las amarraba y las tiraba al mar o al río porque le daba “placer” ver cómo se ahogaban (ver aparte). Por estas horas, el horror en el vecino país tiene otro nombre y apellido: Francisco Das Chagas. Este mecánico brasileño de 39 años está preso desde diciembre del año pasado por su presunta responsabilidad en la muerte de un niño, pero recién ahora confesó haber matado a 17 menores de edad en los últimos 13 años, y se especula con que la cifra real de víctimas suba a 23, informó ayer la prensa local. Desde el infierno Das Chagas vivía en Sao Luis, la capital del estado amazónico de Marañón. Desde 1991 a esta parte, en los barrios periféricos de esa ciudad, se registró una misteriosa ola de desaparición de adolescentes. Todas las víctimas, de sexo masculino y de menos de 15 años, desaparecieron en circunstancias similares y algunas fueron encontradas capadas. Nunca hubo pistas firmes para atrapar al asesino, aunque sí indicios que lo vinculaban con todos los casos. Pero se sabe, hasta el más cuidadoso criminal deja alguna vez un cabo suelto. En diciembre del año pasado va- rios testigos identificaron a Das Chagas como la última persona con la que fue visto un adolescente entonces desaparecido. La policía lo arrestó. Y dos días después encontró el cadáver del joven en una región boscosa próxima a la casa del mecánico. Por sugerencia de sus abogados defensores o por decisión propia, el mecánico mantuvo su boca cerrada, hasta que el viernes pasado los investigadores excavaron en distintos lugares del jardín de su casa y encontraron los restos de tres menores, informaron a la prensa local fuentes del caso. Entonces Das Chagas optó por hablar. Hasta el sábado sólo había admitido la autoría de nueve homicidios, pero en los últimos interrogatorios se Francisco Das Chagas fue arrestado en diciembre, pero su primer crimen lo habría cometido en 1991 hizo responsable de un total de 17, dijo el gerente de Seguridad Pública del estado de Marañón, Raimundo Cutrim. En su confesión ante la policía, Das Chagas dijo que mató a los menores aplicándoles porrazos en la cabeza. Necrófago Rastreando en las denuncias por desaparición de menores de los últimos 13 años en la periferia de Sao Luis, los investigadores llegaron a la conclusión de que Das Chagas puede ser el autor de un total de 23 crímenes similares. El gerente de Seguridad Pública de Marañón dijo además que existen fuertes sospechas de que el homicida también es necrófago. “Todo indica que él ingirió partes de los cadáveres, debido a que faltan algunas restos en los cuerpos encontrados”, afirmó Cutrim al diario O Estado de Marañón. El jefe policial no quiso dar más detalles, pero otros voceros explicaron que como algunos cadáveres aparecieron capados, no se descarta que el asesino haya comido las partes íntimas de sus víctimas, después de haberles dado muerte. Según adelantó Cutrim en la misma entrevista, los peritos iniciarán hoy mismo la reconstrucción de todos los crímenes y los exámenes genéticos para intentan identificar a la totalidad de las víctimas, ya que se desconocen los datos filiatorias de varias de ellas. “También vamos a ofrecerle tratamiento psicológico a Francisco das Chagas”, agregó el gerente de Seguridad Pública. ¿Cuál será la patología de un asesino serial como éste? Los peritos lo establecerán, después de indagar en los rincones más perversos de su mente. Peritajes psicológicos para el acusado Por las características de los crímenes, los investigadores sospechan que el mecánico Francisco Das Chagas tiene sus facultades mentales alteradas. Por eso en los próximos días será sometido a una compleja batería de estudios psiquiátricos. Resta identificar a varias víctimas Algunos restos fueron encontrados en el jardín de la casa de Das Chagas y otros en terrenos cercanos. La mayoría de los cuerpos estaban desmembrados y por su estado, la identificación resultó imposible. Las excavaciones continúan. Un homicida que no dejaba rastros Se cree que el mecánico asesinó por primera vez en 1991. Los investigadores sabían que la desaparición y muerte de una veintena de chicos en la periferia de Sao Luis era obra del mismo autor, pero hasta hace tres meses carecían de pistas para atraparlo.