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VIII Congreso Virtual Hispanoamericano
de Anatomía Patológica — Octubre de 2006
Cristina Godoy Alba
Raimundo García del Moral
Mª del Mar Serrano Falcón
Carmen López Peña
Dpto. Anatomía Patológica
Hospital General Univerisatio
“San Cecilio”
Granada, España.
Correspondencia:
Dpto. Anatomía Patológica
Facultad de Medicina de Granada
Avda. de Madrid sn
18012 Granada (España).
Telf: +34 958 243 510
E-mail:
[email protected]
http://conganat.cs.urjc.es
Neuropatología
Protocolo inmunohistoquímico para el diagnóstico de
la esclerosis mesial temporal con patología dual
La Esclerosis Mesial Temporal (EMT) es la lesión más frecuentemente observada en los especímenes quirúrgicos de pacientes con epilepsia del lóbulo
temporal (ELT) refractaria al tratamiento farmacológico. Se caracteriza por
depleción neuronal y gliosis del hipocampo y puede extenderse a estructuras
adyacentes como la amígdala. La existencia de una patología dual (tumoral,
inflamatoria o malformativa) en una proporción importante de casos, así
como la coexistencia de lesiones que hacen sospechar en una anomalía en
la migración neuronal, hacen necesaria aplicación de técnicas inmunohistoquímicas para el correcto diagnóstico de estas lesiones. MATERIAL Y
MÉTODOS: Se ha estudiado una serie de 132 casos de ELT incluídas en
parafina, de las que 90 (68 %) correspondían a EMT. Más de mitad de EMT
mostraba patología dual que precisó la aplicación de diversas técnicas inmunohistoquímicas y tinciones convencionales para su correcto diagnóstico
(H&E, PAS, Klüver-Barrera, neurofilamentos, Neu-N, MAP-2, cromogranina, calretinina, PAGF, proteina básica de mielina, CD34, CD45, nestina,
TAU, sinaptofisina? entre otras). RESULTADOS Y CONCLUSIÓN: Seleccionando las técnicas que fueron más útiles en el diagnóstico de EMT con
patología dual, se ha elaborado un protocolo inmunohistoquímico para facilitar el diagnóstico en casos de ELT. No obstante, este protocolo no es
estático, sino que pretende servir de guía al neuropatólogo, que será el que
lo aplique y/o modifique según las peculiaridades de cada caso y los recursos técnicos de los que disponga el hospital.
Palabras clave: epilepsia; esclerosis mesial; inmunohistoquímica
INTRODUCCIÓN
Anatomía del hipocampo.
Los términos Esclerosis Hipocampal, Esclerosis del asta de Ammón y Esclerosis Mesial, han sido empleados
de manera indistinta a lo largo del tiempo. Actualmente
se emplean los dos primeros para designar las lesiones
caracterizadas por depleción neuronal y gliosis limitadas al hipocampo. Cuando estos cambios se observan,
además de en el hipocampo, en las estructuras temporales adyacentes, es cuando hablamos de Esclerosis Mesial
Temporal (EMT). La identificación de EMT requiere en
primer lugar comprender la anatomía normal del hipocampo a lo que dedicaremos las siguientes líneas.
Para el estudio anatómico de la formación hipocampal
es necesario observar la sección del espécimen desde un
plano coronal. Dicha estructura se compone de tres regiones: subiculum, asta de Ammón (ó hipocampo propiamente dicho) y giro dentado (Fig. 1). Histológicamente, esta complicada formación anatómica, se puede
simplificar viéndose como una espiral de neuronas piramidales que se insertan en uno de sus extremos en una
formación en forma de "V" denominada giro dentado.
Esta "V" se compone de neuronas denominadas granulares. Desde el giro dentado, las células piramidales se
extienden a modo de un caballito de mar, formación conocida con el nombre de asta de Ammón, que desaparece como una lámina distinta en el subiculum y presubiculum hacia la región medial del lóbulo temporal.
El subiculum constituye la base inferior de la formación
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hipocampal, uniendo el giro parahipocampal con el Asta
de Ammón (1-3).
Las cuatro regiones en las que se divide el asta de Ammon en base a signos citoarquitecturales, fueron descritas en 1934 por Lorente de Nó, a las que denominó con
la abreviatura CA (Cornu Ammonis):
- CA1, el extremo más alejado de la V, yace en la parte lateral del asta de Ammon junto al ventrículo lateral.
Forma el arco superior, conocido como sector de Sommer (término acuñado en 1920 por E. Brotz en reconocimiento al trabajo de Wilhelm Sommer, responsable de
la descripción histológica clásica del patrón de pérdida
neuronal en el Asta de Ammón, basado en el estudio de
cerebros de pacientes epilépticos en 1880). CA1 es la
zona más sensible a las agresiones (crisis epilépticas, isquemia, enfermedad de Alzheimer) y junto a CA2 forman la porción medial del suelo del ventrículo lateral.
- CA2 se reconoce fácilmente por estar formado por una
gran capa compacta de células piramidales en comparación con CA1 y, a diferencia de las demás regiones, es la
más resistente a las agresiones.
- CA3 forma el arco medial descendente y termina en el
giro dentado.
- CA4, el principio de la espiral, es el segmento que se
encaja en el giro dentado a modo de meseta.
Afortunadamente, el diagnóstico de la esclerosis mesial
no requiere un conocimiento exhaustivo de todos los detalles arquitecturales de esta compleja región anatómica.
En el bloque extirpado, la protusión del hipocampo es
fácilmente reconocible en las secciones coronales. Microsecciones realizadas en otros planos pueden ser extremadamente confusas. En especímenes pequeños sin la
orientación adecuada, y cuando casi todas las neuronas
piramidales se han perdido, puede ser difícil identificar
las alteraciones. En estos casos, el empleo de tinciones
específicas puede ayudar a definir las láminas y facilitar
la identificación de alteraciones.
Es necesario hacer mención a distintos hallazgos que
se pueden encontrar con frecuencia de modo incidental
en el estudio rutinario de secciones hipocampales y que
no deben ser interpretados erróneamente como evidencias de enfermedad. Entre estos hallazgos se encuentra
la presencia de microcalcificaciones nodulares, que suelen estar localizadas con más frecuencia en la inmediata
vecindad al ápex del giro dentado. Un segundo hallazgo es la observación de una fisura hipocampal residual,
que puede presentarse como una alteración en la lámina
o simular una formación quística, y que puede ser interpretada erróneamente como un área cicatricial postinfarto. Además, en el estudio de material autópsico, podemos observar frecuentemente las neuronas piramidales del asta de Ammón más oscuras y "encogidas", estos
signos son debidos a cambios autolíticos y no deben sobreinterpretarse como isquemia antemortem.
Esclerosis Mesial Temporal (EMT).
La esclerosis del asta de Ammón se define como una
atrofia progresiva de las estructuras hipocámpicas con
gliosis y pérdida neuronal asociada a epilepsia temporal. Con frecuencia estos cambios se extienden a las zonas adyacentes: denominándose entonces EMT, y pueden observarse también estas alteraciones en otras estructuras como la amígdala. La pérdida neuronal es generalmente mas prominente en CA1 (ó restringida solamente a este sector), denominándose esclerosis del asta
de Ammón "clásica". Sin embargo, CA4 también puede
verse afectada: esclerosis del asta de Ammón tipo "end
follium"; mientras que en otros casos engloba al asta de
Ammon por completo: "masiva". Cuando la pérdida de
neuronas piramidales es severa, las células granulares
adyacentes del giro dentado también pueden estar disminuidas en número, desorganizadas o aparecer dispersas
en el parénquima gliótico: "en fase terminal". En un espécimen orientado adecuadamente, la densidad de neuronas en las áreas afectadas puede ser contrastada con la
densidad de los sectores menos vulnerables para facilitar
el diagnóstico (Fig. 2).
La esclerosis del asta de Ammón y la EMT siempre
muestran lesiones comunes:
1. Alteraciones en la laminación, grosor, arquitectura o
densidad celular del giro dentado.
2. Depleción neuronal del área CA1, que puede llegar a
ser del 100 %.
3. Gliosis y pérdida neuronal variable en CA4 y CA3.
4. Conservación relativa de CA2.
5. Acumulación subependimaria y/o perivascular de
cuerpos amiláceos, que puede llegar a ser masiva (Figs.
3 y 4).
6. Astrogliosis crónica: se manifiesta como un fino fondo fibrilar que contiene núcleos blandos de astrocitos y
unas pocas neuronas que aún permanecen dispersas. Si
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es más activa nos encontramos ante la variedad gemistocítica.
Además del espécimen hipocampal, las lobectomías
temporales también pueden incluir una porción de tejido de lóbulo temporal lateral que consiste en gran parte de corteza cerebral que incluye una pequeña banda
de sustancia blanca; también pueden incluir amígdala y
opérculo. De modo similar a como ocurre en el hipocampo, podemos encontrar lesiones malformativas o displásicas, tumorales e inflamatorias en estas regiones, es en
estos casos cuando hablamos de EMT con patología dual
(4). El hallazgo de estas lesiones a menudo depende de la
presencia o ausencia de visualización radiográfica previa
de la lesión, del tamaño del espécimen quirúrgico, y de
la experiencia del observador para percibir pequeñas variaciones citoarquitecturales. Debe ponerse un cuidado
especial en distinguir los artefactos creados por los electrodos electroencefalográficos de lesiones inflamatorias
meníngeas.
Origen de la EMT.
En cuanto al origen de esta enfermedad, se han propuesto diversas hipótesis. Es posible que exista una predisposición neuroeléctrica para padecer epilepsia febril asociada a epilepsia temporal y que su cronicidad sea la
causante de una lesión hipocámpica secundaria. Alternativamente se ha propuesto que sean los accesos febriles
con convulsiones los que puedan desencadenar cambios
moleculares y celulares en el hipocampo aún inmaduro fijando en el mismo un potencial epileptogénico (5).
Ambas teorías tienen en contra dos hechos observacionales: sólo un pequeño porcentaje de pacientes con epilepsia febril acaban desarrollando EMT y no todos los
pacientes con esta enfermedad tienen antecedentes de un
episodio agudo precipitante durante la lactancia.
Quizás la hipótesis más interesante sobre el origen de
la EMT sea la de que se trata de un trastorno en la maduración del hipocampo, con alteración de la migración
neuronal. Hechos a favor de esta hipótesis son: 1) una
adecuada explicación para la predisposición de tener accesos epilépticos febriles de estos pacientes; y 2) la frecuente asociación de EMT con displasia cortical y heterotopias neuronales
Un porcentaje variable de pacientes con EMT según las
distintas series (del 5 al 30 %) presentan otras lesiones
asociadas (neoplásicas, inflamatorias o malformativas)
(6). Para estos casos se emplea la nomenclatura de lesión
dual (7,8). En este sentido hay que puntualizar que las
alteraciones malformativas (displasias corticales y heterotopias neuronales) que son observadas con mucha frecuencia en los especímenes de EMT, y englobadas anteriormente en la patología dual (9,10), no deberían considerase como tales, ya que deberían verse en el contexto
fisiopatológico común de una alteración en la migración
neuronal secundaria a defectos en el desarrollo cerebral,
teoría postulada por Blünke et al (11) para muchas de las
formas de EMT.
Recientemente, para simplificar las diferentes clasificaciones existentes de displasia cortical cerebral (12), Tassi et al (13) han definido tres subgrupos diferentes:
1. Displasia arquitectural: caracterizada por laminación
cortical anormal asociada a la presencia de neuronas ectópicas en la sustancia blanca, que se corresponde con
las alteraciones histológicas que clásicamente fueron denominadas microdisgenesia (Fig. 5).
2. Displasia citoarquitectural: caracterizada por la presencia de neuronas gigantes muy ricas en neurofilamentos citoplásmicos asociada a laminación cortical alterada.
3. Displasia cortical de tipo Taylor: con neuronas gigantes dismórficas y células balonizantes asociada a ruptura
en la laminación cortical (14).
Los pacientes con displasia arquitectural tienen menor
frecuencia de accesos epilépticos que los restantes y las
lesiones afectan principalmente al lóbulo temporal, por
lo que en muchas ocasiones son un hallazgo incidental
durante el estudio de las piezas de lobectomía temporal
con amígdalo-hipocampectomía por ELT refractaria al
tratamiento farmacológico.
En cuanto a las heterotopias neuronales, son malformaciones del desarrollo cortical encefálico que pueden oscilar desde la presencia de células neuronales aisladas
en la sustancia blanca cerebral (antes englobadas bajo
la denominación de microdisgenesias y ahora clasificadas como displasias cerebrales más que como heterotopias) hasta grandes masas de neuronas que han detenido
su migración como neuroblastos desde el neuroectodermo primitivo a la corteza, por lo que se encuentran en
situación ectópica (verdaderos hamartomas). En ocasiones incluso las células inmaduras han migrado más allá
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de sus límites normales, hablándose entonces de heterotopias subpiales. Desde el punto de vista clínicopatológico las heterotopias neuronales se clasifican en subependimarias (o periventriculares), de doble corteza (o en
banda) y subcorticales (15):
1. Heterotopias subependimarias: son las más frecuentes, aunque por su situación y presentación clínica no son
objeto de la patología quirúrgica de la epilepsia. De forma general pueden ser aisladas, en asociación con malformaciones en el desarrollo (Chiari tipo II, cefaloceles
basilares, agenesia del cuerpo calloso) o complicando a
enfermedades metabólicas como el síndrome de Zellweger o a la adrenoleucodistrofia neonatal. En la mayoría
de ellas se describen mutaciones en el gen de la filamina
1.
2. Heterotopias de doble corteza: constituyen un complejo grupo de enfermedades englobadas bajo el síndrome de lisencefalia y que se caracterizan por diversas delecciones o mutaciones que afectan al gen XLS1 que codifica la proteína doblecortina, esencial en la regulación
de la migración neuronal cortical, de forma que en su ausencia el número de capas de neuronas corticales queda
reducido a dos, con gran inmadurez encefálica asociada.
Con menor frecuencia también se han descrito formas ligadas a mutaciones en el gen de la reelina.
3. Heterotopia subcortical: menos estudiada y conocida que la subependimaria, se asocia indefectiblemente
a epilepsia refractaria de aparición en la primera o segunda década de la vida y se presenta con predilección
en el lóbulo temporal asociada a EMT, por lo que puede
ser objeto de cirugía. Su presentación suele ser como enfermedad esporádica, lo que releva la importancia de las
mutaciones de la línea germinal en esta patología. Aunque existen formas bi- o unilaterales muy extensas con
graves trastornos en el desarrollo cerebral e intelectual,
son más frecuentes las formas mínimas unilaterales que
cursan con desarrollo mental e intelectual normal junto
a epilepsia.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se han estudiado 132 casos de ELT refractarias al tratamiento farmacológico recibidas desde el año 1996 hasta
la actualidad en la sección de Neuropatología del Hospital Clínico San Cecilio de Granada, dirigida por el Dr.
Raimundo García del Moral, y procedentes de la Unidad de Neurocirugía del Hospital Virgen de las Nieves
de Granada, a cargo de los Drs. Alberto Altuzarra y Juan
Carlos Sánchez Álvarez, que centraliza las intervencio-
nes, control y seguimiento de estos pacientes de toda Andalucía.
La refractariedad de los accesos para seleccionar a los
pacientes candidatos a neurocirugía se define como:
"persistencia de crisis epilépticas, diagnosticadas con
certeza, que interfieren con la vida diaria y producen insatisfacción personal, tras dos fármacos consecutivos en
monoterapia y una asociación de otros dos a dosis máximas, con un cumplimiento impecable durante dos años
de tratamiento".
El procedimiento neuroquirúrgico aplicado en los 132
casos fue la resección del lóbulo temporal, asociándose a hipocampectomía en 123 casos (93,2 %), de
los que 108 incluían también amígdala: amígdalohipocampectomías (81.8 %).
Los especímenes fueron fijados en formalina tamponada
e incluidos en parafina, realizándose cortes para una primera valoración al microscopio óptico con tinción convencional de H&E, procediendo posteriormente a la selección del tejido más adecuado para la realización de
distintas técnicas de inmunohistoquímicas y especiales
necesarias para precisar el diagnóstico. A continuación
procederemos a describir las principales técnicas empleadas y su utilidad diagnóstica en los casos que nos
ocupan.
Tinciones especiales e inmunohistoquímicas. (16)
Bcl-2: La expresión de la proteína bcl-2 (producto del
gen con el mismo nombre), está relacionada con la supresión de los mecanismos de apoptosis, por lo que se
asocia a un peor pronóstico de ciertos tumores, como el
neuroblastoma. También la pueden expresar otros tumores, como los basocelulares, carcinomas de mama, colon, próstata, carcinomas hepatocelulares y linfomas.
Calretinina: Proteína de unión de calcio de 29 kDa, expresada por varios tipos de células mesoteliales, epiteliales y estromales. Se
usa habitualmente para el diagnóstico diferencial entre
el mesotelioma (casi siempre positivo, excepto la variante desmoplásica) y el adenocarcinoma pulmonar (generalmente negativo). También se expresa en carcinomas
de otros órganos, sarcomas sinoviales, tumores estroma-
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les gonadales de cordones sexuales, adamantimomas y
mixomas cardíacos. En EMT sirve para identificar las
distintas regiones hipocampales, y puede expresarse por
neuronas dispuestas en paralelo en el límite superior de
la capa molecular de los granos, a modo de células transitorias de Cajal-Retzius (CR) persistentes en esta localización (Fig. 6). Tanto las células CR como su producto
de secreción genética: reelina, juegan un importante papel en la regulación del desarrollo cortical (migración
neuronal y glía radial), así como también están implicadas en la patogénesis de una gran variedad de alteraciones neurológicas (17-19).
vas de la microglía (procesos de etiología inflamatoria o
infecciosa).
Cromogranina: La familia de las cromograninas está
compuesta por glucoproteínas acídicas (de un pm que
oscila entre 20 y 100 kDa) localizadas en la fracción soluble de los gránulos neurosecretores. La más abundante
es la cromogranina A (75 kDa de pm). También pertenecen a esta familia la cromogranina B (secretogranina
I) y la cromogranina C (secretogranina II). Es expresada por casi todos los tumores de estirpe neuroendocrina,
por lo que es el marcador "pan-endocrino" más usado en
la actualidad (Fig. 7).
Ki-67 (MIB-1): Es un antígeno que corresponde a una
proteína nuclear expresada por las células durante las fases proliferativas G1, G2, M y S. El anticuerpo original
contra este marcador únicamente podía emplearse en tejido fresco
CD34 (Q BEND 10): Es un marcador de células endoteliales normales y neoplásicas (Fig. 8A). También tiñe
las neuronas inmaduras durante la primera fase del desarrollo cerebral. Su expresión en áreas gliales de EMT
apoya la hipótesis de la existencia de un trastorno en la
migración neuronal como origen de este proceso. Además es útil en el diagnóstico diferencial entre el astrocitoma difuso subtipo isomórfico (en el que puede existir
una leve proliferación de vasos capilares), en los gangliogliomas y hamartomas glioneuronales, en los que las
células gangliónicas muestran una expresión patológica
de membrana para CD34 (20). Otras aplicaciones de interés distintas a las tratadas en este estudio son como
marcador de neoplasias de partes blandas, como el dermatofibrosarcoma protuberans, tumor fibroso solitario,
tumores estromales gastrointestinales (GISTS), el componente fusocelular de numerosas neoplasias del tejido
adiposo, pólipos benignos y tumores de las vainas nerviosas periféricas.
CD45: Es un marcador leucocitario común. En condiciones normales es expresado por las células hematolinfoides, así como por casi todas las leucemias y linfomas. En
nuestro caso útil para detectar infiltrados inflamatorios,
a menudo perivasculares (Fig. 9), o activaciones reacti-
CD56: Pertenece a un grupo de moléculas de adhesión intercelular (ICAMS: Intercellular Adhesión Molecules). En particular el CD56, también denominado
NCAM, se encuentra de forma habitual en las neuronas,
astrocitos, células de Schwann, mioblastos y linfocitos
NK. Entre los principales tumores que lo expresan, se
encuentran los carcinomas neuroendocrinos (incluyendo
carcinomas de células pulmonares) y los linfomas NK,
pero también por algunos mesoteliomas.
congelado, pero en la actualidad se han desarrollado anticuerpos monoclonales que pueden utilizarse en material fijado en formol. En general, existe una buena correlación entre la tinción con Ki-67 y el recuento mitótico,
por lo que es el marcador más empleado a la hora de
valorar la actividad proliferativa tumoral.
Klüver-Barrera (H&E luxol fast blue): Se trata de un
método de tinción no inmunohistoquímico para poner
de manifiesto la mielina. En nuestro caso, es fundamental emplear la tinción modificada cambiando el contraste
con violeta de cresilo por una simple H&E, lo que permite una perfecta aproximación arquitectural del tejido
nervioso (Fig. 10).
MAP-2: marcador neuronal. Tinción citoplásmica y de
las prolongaciones axonales útil para valorar la densidad
neuronal y su disposición (Fig. 11).
Nestina: Se trata de un filamento intermedio particularmente abundante en las células madre neuroepiteliales.
Es típica su expresión por la glía inmadura del cerebro
en desarrollo y se encuentra restringida a los endotelios
vasculares en el SNC adulto, por lo que es útil para diferenciar entre elementos maduros e inmaduros (21,22).
Su expresión en áreas gliales en especímenes de EMT,
junto con la de CD34, apoyan la hipótesis de la alteración en la migración celular como origen del proceso.
También expresan nestina los tumores neuroectodérmicos primitivos y los gliomas, así como la proliferación
endotelial que acompaña a estos tumores. La neoexpre-
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sión de nestina en la gliosis reactiva es un hecho característico de los procesos que cursan con reparación del
tejido nervioso como ha sido descrito recientemente en
todas las formas histológicas de esclerosis múltiple (23)
(Fig. 12).
Neu-N: Antígeno neuronal nuclear que marca neuronas
maduras. Es de utilidad a la hora de visualizar la arquitectura y disposición de las neuronas en el tejido cerebral, para descartar oligodendrogliomas en casos dudosos, confirmar la naturaleza bien diferenciada de los neurocitomas, en tumores glioneuronales, etc. (Fig. 13).
Neurofilamentos (NF): marcan los filamentos intermedios de las neuronas y sus proyecciones.
Se trata de tripletes proteicos compuestos por tres subunidades mayores (68, 150 y 200 kDa de pm) que son inmunohistoquímicamente distintos. Los NF se expresan
en tumores de origen neuronal o tumores que muestren
diferenciación neuronal, como el neuroblastoma, meduloblastoma y retinoblastoma. También se ha encontrado
positividad en el tumor de células de Merkel de la piel,
tumores endocrinos del páncreas, tumores carcinoides,
tumores paratifoideos y otras neoplasias de naturaleza
endocrina.
p53: las mutaciones del gen supresor tumoral p53 representan la alteración genética más frecuentemente encontrada en los tumores en humanos. El producto de este
gen es una proteína nuclear involucrada en el control del
ciclo celular, en la apoptosis y en el mantenimiento de la
estabilidad genómica. La proteína que resulta como producto del gen mutado, tiene una vida media más larga
que la original y se puede detectar inmunohistoquímicamente. La acumulación de esta proteína también puede
ocurrir como resultado de cambios epigenéticos, por lo
que no es un indicador exhaustivo de mutación genética.
El astrocitoma pilocítico y el astrocitoma difuso subtipo
isomórfico son negativos para p53.
PAGF: La proteína acídica glial fibrilar (PAGF) es uno
de los 5 tipos principales de filamentos intermedios citoplásmicos. Su peso molecular oscila de 48 a 52 kDa. Está
presente tanto en astrocitos normales, como en los reactivos y neoplásicos; en células ependimarias inmaduras,
reactivas y neoplásicas; y en oligodendrocitos inmaduros y neoplásicos (Fig. 14). También está documentada
la expresión de este marcador en los tumores de vaina
de nervio periférico y en tumores mixtos de glándulas
salivares y sudoríparas.
PAS (periodic acid-Schiff): Es una técnica muy empleada rutinariamente en los laboratorios y extremadamente útil para demostrar glucógeno y mucosustancias
neutras, delineando las membranas basales, y haciendo
evidentes numerosos tipos de parásitos y hongos. También se emplea para demostrar la presencia de cristales
intracitoplásmicos en el sarcoma alveolar de partes blandas. En nuestro caso, nos sirve de gran utilidad para la
visualización de los cuerpos amiláceos que pueden observarse en la EMT (Figs. 3 y 4).
Proteína básica de mielina: se trata de una proteína específica de la mielina, presente tanto en el SNC como en
las vainas nerviosas periféricas. Como tal, puede ser demostrada en oligodendrocitos y en células de Schwann.
Sin embargo, existe controversia en cuanto a si constituye un marcador fiable de oligodendroglioma y tumores
de vainas nerviosas periféricos.
Proteína S100: es una proteína acídica aislada por primera vez en el sistema nervioso central. Pertenece a una
familia de proteínas de unión que actúan mediante dímeros de calcio, su peso molecular es 21 kDa y se compone de diferentes combinaciones de subunidades alfa
y beta. Se expresa tanto en el núcleo como en el citoplasma de células gliales, células de Schwann, melanocitos, condorcitos, adipositos, células mioepiteliales y
otros tipos celulares, así como en los tumores derivados
de éstas (Ej: tumor neuroepitelial disembrioplásico). La
amplia expresión de este antígeno ha disminuido sustancialmente su utilidad diagnóstica. Se usa principalmente
en el estudio de vainas nerviosas periféricas y tumores
melanocíticos.
Reelina: es expresada por las células CR y se encuentra
extracelularmente en la capa molecular del córtex cerebral (capa1). Está involucrada en la regulación del desarrollo cortical. Las mutaciones del gen que codifica esta proteína se asocian a lisencefalia autonómica recesiva
con hipoplasia cerebelar, retraso mental, hipotonía y accesos epilépticos (24,25,26).
Sinaptofisina: La sinaptofisina es una glucoproteína de
transmembrana de 38 kDa de peso molecular localizada en las vesículas presinápticas neuronales. Se expresa
en células normales, reactivas y neoplásicas de tipo neuroectodérmico y neuroendocrino, incluyendo al feocro-
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mocitoma, carcinoma medular de tiroides, tumores pancreáticos endocrinos y tumores carcinoides. Su empleo
es útil para el diagnóstico diferencial entre el astrocitoma difuso isomórfico y los tumores y hamartomas glioneuronales (éstos últimos expresan una tinción periférica
del soma neuronal para sinaptofisina y cromogranina).
TAU: Las proteínas TAU son proteínas asociadas a los
microtúbulos, cuyo peso molecular oscila entre 50 y 70
kDa. Sirven como marcadores inmunohistoquímicos de
la enfermedad de Alzheimer y ocasionalmente pueden
ser expresadas en tumores gliales. También se expresan
en el condrosarcoma mixoide y los GISTs.
RESULTADOS
De los 132 casos de ELT (67 varones y 65 mujeres, con
edades comprendidas entre 6 meses y 62 años) 91 casos (68,9 %) correspondieron a EMT (englobando esclerosis del asta de Ammón y mesial en el mismo grupo)
(Fig. 15) y 41 casos (31.1 %) a otras patologías distintas
(Tablas 1 y 2).
PAGF: como marcador glial.
Nestina y CD34: como marcadores endoteliales y de inmadurez celular. Así como en gangliogliomas y hamartomas glioneuronales (CD34+).
CD45: para infiltrados inflamatorios, en su mayoría perivasculares.
TAU: en tumores gliales y enfermedad de Alzheimer.
CONCLUSIONES
1. Este protocolo no es estático, sino que pretende ser
una herramienta diagnóstica dinámica, tanto para el patólogo no familiarizado con estas lesiones como para el
neuropatólogo experto, que será quien tenga la última
palabra a la hora de aplicar o modificar la aplicación de
esta técnicas, según su experiencia, las peculiaridades de
cada caso y los recursos disponibles en cada laboratorio.
2. Así mismo, los resultados apoyan la teoría etiopatogénica de una alteración de la migración neuronal como
causante de esta patología. Hechos a favor de esta hipótesis son:
Por otro lado, 19 (21 %) de los 91 casos de EMT mostraron además patología dual (Tabla 3), no incluyéndose
como duales las alteraciones de la migración neuronal
anteriormente descritas como displasias corticales y heterotopias neuronales.
La frecuente asociación de EMT con displasia cortical y
heterotopias neuronales (Fig. 15).
Del total de casos de ELT, 74 (56 %) presentaron alteraciones en la migración neuronal (displasias corticales
y heterotopias neuronales): dándose éstas en un 52?8 %
de las EMT (48 casos) y en un 63?4 % de las ELT no
asociadas a EMT (26 casos).
La peculiar disposición de los cuerpos amiláceos en esta enfermedad, pues es bien conocido que la migración
neuronal durante el desarrollo procede de los neuroblastos subependimarios y progresa siguiendo la glia radial
de predominio perivascular, por lo que no es descabellado pensar en que dichos cuerpos sean el marcador de
una muerte precoz por apoptosis de las células nerviosas detenidas en su migración natural hacia su destino
definitivo (Figs. 3, 4).
Seleccionando las técnicas que fueron más útiles en el
diagnóstico de EMT, se ha elaborado un protocolo inmunohistoquímico de aplicación rutinaria que incluye:
H&E: fundamental para una primera valoración del espécimen.
PAS: destaca los cuerpos amiláceos perivasculares y/o
subependimarios de la EMT.
Klüver-Barrera y PBM: tinciones especiales para mielina.
Neurofilamentos, Neu-N, MAP-2, Cromogranina, Calretinina, Sinaptofisina: como marcadores neuronales.
Tanto para poner de manifiesto su depleción o aumento, como para la orientación y disposición arquitectural
neuronal.
La observación en la EMT de áreas gliales que expresan
nestina y CD34 (Fig. 16).
REFERENCIAS
—7—
1. Burger PC, Scheithauer BW, Vogel FS. The Brain: Surgery
for Seizures. In: Surgical Pathology of the Nervous System
and its Coverings. 4ª ed. Churchill Livingstone. Philadelphia
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ICONOGRAFÍA
Figura 1.- Anatomía normal de la región hipocampal. CA1 a CA4: regiones del asta de Ammón. LGN: núcleo
geniculado lateral; CN: núcleo caudado; HF: fisura hipocampal; MM: microcalcificaciones en ancianos. (Ilustración
tomada de: Fuller GN, Burger PC. Central Nervous System. In: Histology for Pathologists. 2ª ed. SS Sternberg.
Raven Press, Philadelphia 1997).
Figura 2.- Hipocampo (Neu-N x2,5). Depleción neuronal.
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Figura 3.- PAS x40. Cuerpos amiláceos perivasculares en dos casos de EMT.
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Figura 4.- PAS. Cuerpos amiláceos subependimarios en un caso de EMT.
Figura 5.- A) Neuronas aisladas en sustancia blanca marcadas con MAP-2. B) Bilaminación marcada con Neu-N.
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Figura 6.- Neurona teñida con calretinina, dispuesta en paralelo en el límite superior de la capa molecular de los
granos, a modo de célula de Cajal-Retzius.
Figura 7.- Tinción de los gránulos neurosecretores citoplasmáticos con cromogranina.
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Figura 8.- Tinción endotelial vascular con CD34.
Figura 9.- Infiltrado linfocitario perivascular teñido con CD45.
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Figura 10.- Tinciones con Klüver-Barrera. A) Corteza normal donde se observa buena delimitación entre las
sustancias blanca y gris. B y C) Ejemplos patológicos.
Figura 11.- Correcta alineación y orientación de las neuronas y sus prolongaciones axonales en un córtex normal
teñidas con MAP-2.
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Figura 12.- Células positivas para nestina en áreas periféricas de la corteza temporal en un caso de EMT.
Figura 13.- Tinción nuclear neuronal con NeuN.
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Figura 14.- Citoplasma y prolongaciones astrocitarias teñidas con PAGF.
Figura 15.- A: Alteración en la migración neuronal. B: Heterotopia. (Neu-N)
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Figura 16.- Presencia de células inmaduras nestina positivas en dos casos de EMT.
Tabla 1.- Clasificación general de la serie de casos de ELT. (Nota: en el grupo de EMT se incluyen también los casos
de esclerosis limitada al asta de Ammón).
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Tabla 2.- Diferentes patologías encontradas en los 41 casos de ELT sin EMT. (Nota: en un mismo paciente puede
observarse más de una patología, por lo que el nº de casos no coincide con la suma total de patologías encontradas).
*SAMS: sin alteraciones morfológicas significativas.
Tabla 3.- Lesiones duales encontradas en los casos de EMT.
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