30 ACTUALIDAD&POLITICA @pulso_tw facebook.com/pulsochile Viernes 4 de diciembre de 2015 • www.pulso.cl www.pulso.cl • Viernes 4 de diciembre de 2015 FOTO: ARCHIVO “Una victoria de la oposición (en Venezuela) es importante porque habrá gente del aparato estatal que dirá que no se puede seguir sosteniendo un régimen ilegítimo”. Una entrevista de PAULA NAMUR Y. E L cansancio de los venezolanos con la conducción política del gobierno de Nicolás Maduro está a punto de manifestarse en las elecciones legislativas de este domingo. Porque pese a que la aprobación al mandatario subió 11 puntos el mes pasado, llegando a 32%, todos los sondeos apuntan a que este domingo la Asamblea Nacional quedará compuesta por una mayoría opositora. De acuerdo con Álvaro Vargas Llosa, analista internacional y director del Centro de Prosperidad Global del Independent Institute, la elección del domingo será un hito. “Es un hito especialmente importante, porque cuando vuelva la democracia a Venezuela se podrá decir que la hazaña que ha significado reconquistar la democracia se habrá debido a momentos como este”, destaca el analista político al teléfono desde Washington DC. ¿Cuál es la relevancia de las elecciones de este domingo? —No hay ninguna encuesta que no le dé a la oposición entre 30 y 35 puntos de ventaja. Estamos hablando de una oposición que triplica en votos al oficialismo, de manera que claramente la oposición ha logrado conquistar a una ciudadanía que ha estado bombardeada por la propaganda oficial, que ha dependido muy directamente del gobierno para su subsistencia y que ha soportado además un grado de intimidación muy grande, y pese a eso una gran mayoría se identifica con la oposición. Por eso es un gran ENTREVISTA CON EL ANALISTA INTERNACIONAL Y DIRECTOR DEL CENTRO DE PROSPERIDAD GLOBAL DEL INDEPENDENT INSTITUTE Álvaro Vargas Llosa sobre Venezuela: “Aun con una victoria aplastante de la oposición no estamos cerca del regreso de la democracia” —A juicio del analista, la oposición venezolana ha logrado conquistar a una ciudadanía que ha estado bombardeada con la propaganda oficial. —Según explica, el Gobierno actual sólo dejará el poder si sabe que no tiene manera de preservarse. momento, pero es imposible que el gobierno acepte que se traduzca esta mayoría popular en un dominio claro en el Parlamento. Si permitiera eso, se produciría el comienzo del fin del régimen. Han establecido reglas de juego delirantes: para que la oposición pueda tener una mayoría simple en el congreso tendría que ganar 60% de los votos, de manera que las reglas están hechas para que la oposición no pueda tener dominio total del Parlamento. Aun con una victoria aplastante de la oposición no estamos cerca del regreso de la democracia, pero sin duda es un gran paso hacia ese objetivo. A su juicio, ¿Qué hace falta para que vuelva democracia? —Lo que hace falta es que se provoque una fractura interna de tal naturaleza que el gobierno aun queriéndolo no pueda impedir esa transición, es decir, que si el gobierno da órdenes militares de reprimir, esas órdenes no se obedezcan y que la oposición sea capaz de movilizar en las calles a un número suficiente de gente para que el oficialismo simplemente sea derrocado, ya sea por una vía de revuelta popular o por una vía más negociada, pero en cualquiera de los casos, derrocado, que es lo que tiene que ocurrir cuando hay una dictadura. Todo eso está lejos de ocurrir, no va a ocurrir ahora. Estamos hablando de un gobierno que tiene gente acusada de narcotráfico, gente que ha matado literalmente en estos días. Esa gente no puede soltar el poder así nomás. Solo lo soltará si sabe que no tiene manera de hacer prevalecer las órdenes de preservar la dictadura. Todavía no estamos ahí ni remotamente, pero sí una victoria de la oposición es un paso importante hacia ese objetivo, porque habrá gente del propio aparato estatal y de los estamentos militares que dirá que no se puede seguir sosteniendo un régimen ilegítimo porque tarde o temprano esto se va a desmoronar y lo mejor es provocar una transición democrática negociada de una vez. ¿Cómo debiera darse ese proceso, considerando que en tres años más son las elecciones presidenciales? —El problema es que el calendario electoral es una quimera. En Venezuela eso no tiene mayor significación más allá de ser una ocasión para que la oposición demuestre que hay muchísimo apoyo. Vamos a suponer que el gobierno decidiera (bajo la presión internacional), que la oposición tuviera mayoría simple en el Congreso, en ese caso utilizarían otros poderes del Estado y otras instancias estatales para neutralizar lo que dijera el Parlamento, por lo tanto, en la práctica el Parlamento no podría tomar ninguna decisión. ¿Qué medidas, por ejemplo? —Por ejemplo si el Parlamento decidiera una ley de amnistía para liberar a los presos políticos, el gobierno inmediatamente tomaría decisiones judiciales para invalidar eso, o harían que el Presidente por decreto pudiera prevalecer sobre las decisiones del Parlamento. Buscarían un millón de subterfugios. Por ahora hay que participar en estos procesos, obtener votos masivos, obligar al gobierno a hacer trampa y fraudes y provocar una mayor presión internacional sobre el gobierno para que poco a poco la solidez interna del gobierno se vaya desmoronando, es decir, que los sectores internos más lúcidos y que tengan mayor capacidad de prever los riesgos busquen parar esto y empiecen una negociación hacia la democracia. Es la única manera de evitar que se sigan provocando actos de violencia. Si un pueblo entiende que tiene un 70% de opinión contraria al gobierno y que no hay manera de que eso se traduzca en decisiones reales, lógicamente eso incubará una frustración muy grande, alimentada por la crisis económica que puede derivar nuevamente en violencia. ¿Cómo interpreta la amenaza del Presidente Nicolás Maduro de que, si el gobierno no gana mayoría, gobernará en una unión cívico-militar? —Eso delata las reglas del juego que hay hoy en Venezuela y que no tienen nada que ver con una democracia. Lo que están haciendo es exponer su verdadera naturaleza. También están mostrando nerviosismo: probablemente es una forma de advertir a sectores de dentro del Estado que pudieran mostrar un poquito de lucidez y entender que hay que negociar hacia la democracia, es manera de advertirles @pulso_tw facebook.com/pulsochile “Un riesgo en la región es el fortalecimiento de corrientes populistas en países que han estado razonablemente bien gobernados”. ELECCIONES DE 2018 “El calendario electoral es una quimera. No tiene significación más allá de ser una ocasión para que la oposición demuestre que hay muchísimo apoyo”. SI GANA LA OPOSICIÓN... “En la práctica el Parlamento no podrá tomar ninguna decisión”. INTERIOR DEL GOBIERNO “Hay que lograr que los sectores más lúcidos empiecen una transición a la democracia”. UNIÓN “CÍVICO MILITAR” “Eso delata las reglas del juego que hay hoy en Venezuela y que no tienen nada que ver con una democracia”. RIESGOS EN LA REGIÓN “Uno es el riesgo de que las fuerzas liberales (...) no sean capaces de llevar adelante las reformas”. que no lo intenten siquiera, porque Maduro y compañía están dispuestos a la violencia para impedirlo. Lo veo también en clave de mensaje interno para posibles disidentes o gente moderada que quiera ir hacia una transición negociada. Usted hablaba de la presión internacional ¿Cómo ve la decisión de la Corte Suprema de Chile de obligar al gobierno a que recurra a la OEA para resolver el tema de los presos políticos en Venezuela? —Es interesante, quizás el primer caso en América Latina de jurisdicción universal. Esto sienta un precedente sumamente interesante. Además, hay otro factor que es el cambio de actitud de la secretaría general de la OEA en las últimas semanas. Hay una clara decisión tomada por parte de Luis Almagro [Secretario General de la OEA] de empezar a jugar el rol que la OEA no había querido tomar por muchos años. Entonces eso lógicamente está generando un clima cada vez más presionado para Maduro y compañía. Por otro lado, algunos gobiernos europeos han tomado una postura más firme, incluso a través de una carta firmada por presidentes en ejercicio como Rajoy. Me parece mucho más claro el panorama internacional. Lo que le queda a Maduro de solidaridad son regímenes no democráticos. ¿Espera que el gobierno de Maduro llegue hasta 2018? —Espero que no. Sería atroz para los venezolanos, pero los gobiernos no se caen hasta que se caen. Y la cúpula está dispuesta a llevar hasta las últimas consecuencias la dictadura. ¿Qué le espera a Venezuela para el próximo año? — La catástrofe económica más absoluta, con una contracción de 10% e inflación igualmente mal. Todo esto en un ambiente de carestía y desabastecimiento que ya supera el 50%. Lógicamente a lo que apunta es a una situación infrahumana. Venezuela ha pasado a ser un país del cuarto mundo, y eso ha tenido una repercusión social enorme. ¿Cuáles son los principales riesgos que enfrentará en general América Latina el próximo año? — El primero es el riesgo de violencia en Venezuela. Un segundo riesgo es el fortalecimiento de corrientes populistas en países que han estado razonablemente bien gobernados, sobre todo los países de la Alianza del Pacífico por el clima de desaceleración económica. El tercero es el riesgo de que las fuerzas liberales que puedan suceder a las fuerzas populistas en los países con gobiernos populistas como Macri en Argentina, eventualmente Aécio Neves en Brasil si hubiera una destitución de la Presidenta Dilma Rousseff y un proceso electoral temprano-, no sean capaces de llevar adelante procesos de reformas con la suficiente legitimidad social para soportar la presión de la oposición populista que se va a dar en todos los otros países. ¿En qué países ve más ese riesgo de corrientes populistas en la Alianza del Pacífico? —En todos los países. En Chile hay corrientes populistas dentro del propio gobierno. En Perú hay candidatos que son populistas (de cara a las elecciones presidenciales de abril) que por ahora no tienen fuerza, pero vamos a ver lo que pasa el próximo año. En México, Andrés Manuel López Obrador ha vuelto a cobrar bastante fuerza. En Colombia vamos a ver lo que pasa si Santos hace un acuerdo con la guerrilla, ésta se legitima y pasa a formar parte del proceso electoral, vamos a ver lo que puede ocurrir, de pronto esa guerrilla pasa a ocupar un rol electoral importante. En todos estos países, en la medida que hay una desaceleración económica que le quita fuerza al prestigio social del modelo liberal se puede dar un fenómeno de fortalecimiento de esas corrientes populistas. Es un riesgo, no digo que vaya a ocurrir.P ACTUALIDAD&POLITICA 31 Vargas Llosa sobre Chile: “Ha sido una sorpresa interesante ver que había en la sociedad razones de defensa del modelo” Tras las elecciones de Argentina, y considerando la pérdida de apoyo a mandatarios en Brasil, Chile y Ecuador, y a partir de las encuestas para las elecciones de este domingo en Venezuela, ¿cree que se está viendo un cambio de signo político en la región y que Maduro se esté quedando solo? —Sí. Es clarísimo que está ocurriendo eso en América Latina. Se está produciendo la bancarrota del modelo populista autoritario, el grado de entusiasmo popular que hubo hacia esos regímenes en un momento, sobre todo por el boom de los commodities que les permitió un nivel de redistribución económica enorme, ha cedido lugar a una realidad: ese modelo es incapaz de satisfacer ninguna de las necesidades de la gente. Estamos viendo el fin de una era política y el comienzo de otra. No tengo claro todavía el comienzo de cuál. Me gustaría pensar que el comienzo de una era de democracias liberales modernas y orientadas a la globalización y la modernización de la región, pero eso dependerá de lo que hagan los líderes y de cuánta desestabilización sea capaz de producir el populismo en la oposición, empezando por el peronismo en Argentina. Pero no hay ninguna duda de que se está produciendo un cambio de signo en la región y es una gran oportunidad. Pero es una época difícil para que los gobiernos liberales obtengan resultados rápidos en términos económicos. Las altas expectativas parecen jugarle en contra al gobierno de Macri, porque el ajuste será fuerte. ¿Cómo cree que Macri ha manejado las expectativas de lo que pueda ser su gobierno? —Macri ha sido muy prudente y cuidadoso, y quizás no debió serlo tanto durante la campaña porque CAMBIO DE SIGNO EN LATAM “Estamos viendo el fin de una era política y el comienzo de otra. No tengo claro todavía el comienzo de cuál”. MODERACIÓN EN CHILE “El proceso de radicalización se ha desacelerado gracias a la resistencia de la sociedad civil”. LIDERAZGO DE BACHELET “La sociedad chilena hoy alcanza un nivel de capacidad de frenar a un gobierno que quiera romper el consenso”. para el tipo de reformas que se necesitan en Argentina será muy necesario movilizar el respaldo de la gente ante situaciones muy difíciles, pero él es muy consciente de que en un ambiente de bombardeo ideológico populista como el que se ha dado en Argentina, debe tener cuidado para ir construyendo la legitimidad social que le permita hacer reformas. Se está manejando con prudencia. Hace un año en PULSO usted planteó que la economía chilena se estaba latinoamericanizando. ¿Ese proceso ya ocurrió? —En parte sí, evidentemente no del todo, pero ese proceso se ha dado en los últimos años claramente. Pero también ha habido cosas muy importantes: una es la movilización de la sociedad civil para frenar reformas que suponían una marcha atrás. Eso probablemente el gobierno no lo anticipó y tampoco la comunidad internacional lo anticipó porque daba la impresión de que en Chile ya había una mayoría social claramente contra el modelo (liberal), y ha sido una sorpresa interesante ver que no, que había en la sociedad chilena razones y reservas de defensa del modelo. Eso se tradujo en una moderación del proceso de reformas y desde el cambio de gabinete lo que hay es una ambigüedad. Por momentos parece que quiere retomar el hilo de las reformas que dieron mucho miedo a la sociedad civil, por otro parece que las hubiera moderado. El proceso de radicalización se ha desacelerado significativamente gracias a la resistencia de la sociedad civil. De todas maneras, el sector más moderado del gobierno, que es la DC, no ha logrado traducir su escepticismo con estas reformas en una acción política eficaz y eso quizás da la idea de cómo está la composición de fuerzas en la coalición. ¿Cómo ve el liderazgo de Bachelet, considerando las encuestas? —Se ha detenido la pérdida de apoyo que en un momento se pensó que podía llevar a la Presidenta a un nivel de impopularidad semejante al que se da en países donde hay más impopularidad presidencial, pero está claro que no está remontando ni remotamente a niveles que querría el oficialismo. El nivel de aprobación es muy poco para un gobierno que quiere reformas que suponen una ruptura del consenso. Es difícil hacer reformas en general, pero si además se quiere hacer reformas que van contra el consenso hay que tener un nivel de legitimidad mayor, y el gobierno claramente no la tiene. Quizá eso es reflejo de que la sociedad chilena hoy alcanza un nivel interesante de madurez y capacidad de frenar a un gobierno -cualquiera que sea- que quiera romper el consenso.P