Neoliberalismo: ¿el último de los ismos? MTRO. RAFAEL ALBERTO DURÁN GÓMEZ* RESUMEN ABSTRACT La esencia del Neoliberalismo como el gran complejo ideológico del capitalismo contemporáneo presenta una dualidad Estado-Mercado. En ella se pasa “pragmáticamente” de un liberalismo racionalista a otro naturalista. Una escisión cuyos antecedentes los podemos remontar a las discusiones de los Padres Fundadores en la formación misma de los Estados Unidos y que, en nuestros días, ha impactado a la llamada sociedad global. La década de los ochenta significó el resurgimiento de los naturalistas o neoliberales, ideología adoptada por la mayoría de los países en nuestra era global (sobre todo, una vez “derrotada” la ideología comunista). Pero la crítica al Neoliberalismo ha comenzado a cuestionar no sólo al tan pregonado retiro del Estado, sino también las grandes implicaciones de deterioro socioeconómico. The core of Neoliberalism as the great ideological complex for the contemporany capitalism shows a Estate-Market duality. Within such duality we pragmatically move from a rational to a natural kind of liberalism. This is a disjuction, whose historical background can be traced back in the debates of the very Founding Fathers of the United States, still impacts the so call Global Society to the day. The 80s saw the re-emergence of the Naturalists or Neoliberalists. Their fundamental ideology has been adopted by most of the nations in our global era (most evidently seen right after the fall of the communist ideology) The critics of Neoliberalism are beginning to question not only the detachment from the Estate but also the great implications caused by the present socio-economical decline. Palabras clave: - Neoliberalismo - Estado - Política Key words: - Neoliberalism - Estate - Policy C uando Francis Fukuyama indica que el capitalismo liberal es ahora la única civilización políticamente global y cuando indica que el mundo presente parece confirmar que los principios fundamentales de organización sociopolítica no han llegado muy lejos después de 1806, parece no existir demasiada discusión. Sin embargo, muy pocos se atreverían a sostener la afirmación idealista de que la civilización capitalista liberal representa el fin absoluto de la historia. El llamado agotamiento total de alternativas sistemáticas viables al liberalismo occidental continua haciendo alarde de las derrotas de los regímenes nazi y bolchevique durante este siglo que está por terminar; lo anterior implica una subvaloralización de un orden que casi destruyó al liberalismo, el primero, y otro que llegó a contar con la capacidad nuclear para hacerlo. * Maestro en Estudios sobre Estados Unidos (UDLA-P), doctorante en Relaciones Internacionales por la FCPyS, profesor del Programa de Posgrado en Pedagogía y de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la FES Aragón, UNAM. E-mail: [email protected]. 1 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude RAFAEL A. DURÁN G ÓMEZ Pocos años antes al Fin de la Historia de Fukuyama, en la erosionada pero aún vigente Guerra Fría, Robert Gilpin nos hablaba de la vigencia de tres ideologías dentro de la economía política: la ideología liberal, la nacionalista y la marxista. Esto marcaba, durante los ochenta, un proceso de transición hacia la modernidad que está enmarcada por la inserción definitiva del neoliberalismo (o liberalismo naturalista) como el eje de la tendencia predominante en las últimas dos décadas del siglo XX. Una cuestión inevitable en este periodo ha sido la disyuntiva y sugerida complementariedad entre las razones de Estado y las razones de mercado. El mismo Gilpin (1987: 36) nos señala: En un mundo puramente político en el cual no existiera el Mercado, el Estado distribuiría los recursos disponibles sobre la base de sus objetivos políticos y sociales; tales decisiones distributivas estatales tomarían la forma del presupuesto del Estado. En un mundo puramente de "Mercado" en el cual no se produjera la intervención del Estado, el Mercado distribuiría y operaría sobre la base de los precios relativos de bienes y servicios; así, las decisiones tomarían la forma de la búsqueda individual del propio interés. En consecuencia, los estudiosos de economía política internacional deben intentar comprender cómo estas maneras opuestas de organizar las actividades humanas y tomar decisiones se afectan entre sí y determinan consecuencias sociales. Esta dualidad Estado-mercado parece encontrarse desde las bases mismas del capitalismo. Como antecedente lógico inmediato, el liberalismo surge hacia finales del siglo XVIII con dos hechos que coinciden en encontrarse en el año 1776: la Declaración de Independencia de Estados Unidos (Padres Fundadores) y la publicación de La Riqueza de las Naciones, de Adam Smith. Desde entonces se percibe, especialmente dentro de las políticas interna y exterior de Estados Unidos (donde, coincidiendo con Orozco, en realidad en esta nación ambas políticas son una misma) una percepción integral entre los espacios político y económico. ESFERA ECONÓMICA SmithHobbes mano invisible (+) donde el individualismo estimula la inventiva privada y la suma de éstas implica un beneficio, “todo intercambio voluntario genera beneficios para las partes”. A partir de la cooperación voluntaria, el mercado se convierte en el escenario económico y el interés empresarial en el móvil principal. ESFERA POLÍTICA JeffersonRousseau mano invisible (-) en nombre de la igualdad y el bienestar común (público). Derechos inalienables: vida, libertad, propiedad y búsqueda de la felicidad. La libertad económica se reconoce como requisito hacia la libertad política pero se advierte del peligro de que ambas permanezcan en las mismas manos El Estado, a partir del interés nacional, es la sugerencia reguladora desde el siglo XX. Como se verá, ambas esferas permiten una “flexibilidad pragmática” que incluye la adaptación de las diferentes decisiones políticas en un diverso rango que “corre de la democracia y el pluralismo al tecnocratismo y las operaciones encubiertas”, donde: Para los críticos “liberales”, la ilegibilidad obedece a la omnipresencia del “gobierno invisible” de los grandes conglomerados empresariales, corporativos, que disloca la operatividad institucional e intelectual del sistema, introduciendo “disfunciones” aberrantes en la mecánica equilibrista de la vieja sabiduría constitucional. Para los críticos “conservadores”, la incongruencia de la política 2 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude NEOLIBERALISMO: ¿EL ÚLTIMO DE LOS ISMOS? exterior proviene de las indebidas o exageradas injerencias de las instancias democráticas...1 Es entonces evidente que, desde la perspectiva liberal, los teóricos se preocupan tanto por asuntos políticos como económicos, los cuales han venido conformando un conjunto de valores en torno a un par de objetivos generales: el libre mercado y la mínima intervención del Estado. A partir de aquí es que el énfasis en uno u otro puede diferir. Desde Adam Smith hasta sus pensadores contemporáneos, los ideólogos liberales han llevado a las diversas formas del liberalismo (clásico, neoclásico, keynesiano, monetarista, austriaco, de las expectativas racionales, etc.). Esta diversidad va “desde aquellas que le dan prioridad a la igualdad y tienden hacia la social democracia y el intervencionismo del Estado a fin de lograr dicho objetivo, hasta aquellas que ponen el acento en la libertad y el no intervencionismo del Estado a expensas de la igualdad social”.2 No obstante, el mercado, sus mecanismos de precios y el adelgazamiento del Estado permanecen como el objetivo central del liberalismo. La justificación de la corriente liberal y neoliberal está basada, en todas sus formas, en el incremento de la eficiencia económica, el crecimiento económico y el bienestar humano, partiendo del elemento individual hacia el conglomerado nacional (al estilo inspirado por la mano invisible de Smith). Conceptos y valores como la competitividad, eficacia, cientificidad, democracia occidental e individualismo, entre otros, emergen dentro de esta “nueva” ideología. Hoy en día, junto con Friedman, académicos como Samuelson, Krugman y el mismo Porter, se consideran como representantes del planteamiento neoliberal norteamericano (ello a pesar de las importantes diferencias teóricas y políticas). La bipolaridad economía/política también contribuye en nuestra comprensión de la diversidad dentro del neoliberalismo. A este respecto, Kristol hace un llamado para identificar dos tipos de liberalismo: LIBERALISMO NATURALISTA (eje-Mercado) Trayectoria productivista o intercambiaría “Civil Society”. Concepto de igualdad de oportunidades basado en la competitividad productiva. Plural, pragmático, empirista, realista. La desigualdad es una conveniencia impulsora y no un obstáculo moral. Libertad con ley basada en el ideal de bienestar común. Gobierno, soberanía= Fuerza Centrípeta LIBERALISMO RACIONALISTA (eje-Estado) Trayectoria nacionalista y estatista “civilismo” esfera pública, bien común y “soberanía popular” Colectivista, monista, dogmático, utópico, ética política contra la injusticia. Existe una voluntad general (RousseauMarx). Visión humanista. Libertad bajo la ley basada en intereses empíricos. instituciones laxas= Fuerza Centrífuga En las primeras décadas del siglo XX comienza la aparente fusión de ambos liberalismos, el parlamentarismo y los partidos políticos contribuyen en este proceso. También la crisis de 1929 y la corriente keynesiana contribuyen en la intervención estatal en la economía. Para los norteamericanos el Estado debía ser distributivo más que colectivo; sin embargo el racionalismo plural presentaría una 1 2 Orozco, José Luis (1992). Razón de Estado y razón de mercado, FCE, p. 180. Gilpin, Robert (1987). The Political Economy of International Relations. Princeton University Press, p. 39. 3 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude RAFAEL A. DURÁN G ÓMEZ alternabilidad entre los político y lo económico, entre lo público y lo privado pero con una creciente dependencia hacia el modelo de “bienestar” desde el New Deal. Por su parte, a partir del fordismo y el taylorismo, la Corporación empresarial reindividualiza la actividad económica y la organización industrial; este pluralismo se convertiría .según los neoliberales en el soporte de la mano invisible de la economía. La línea Luce-Hayek-Friedman inicia la preocupación crítica por reorientar al capitalismo de E.U. fuera de los programas y gastos racionalistas impuestos desde los años treinta. Henry Luce se pronunció contra el Welfare y, de acuerdo a su época, en pro del Warfare State; ello en tiempos donde la Realpolitik se consolidaba como la opción pragmática y dogmática en América. Al inicio de los años cuarenta, Friederich Hayek criticaba al New Deal, a los planificadores y al “dinamismo del Estado”. Igualmente, para Milton Friedman, es decepcionante la promesa futurista basada en una sociedad civil ya que es irreal su animación. Por ello, Friedman y sus maestros se pronuncian en favor de la secuencia Smith, Hume, Hamilton, Jefferson, Madison y en contra de la línea Rosseau, Voltaire, Diderot, Saint-Simon, Marx. Así entonces, el pragmatismo americano (con su esencia en documentos de los padres fundadores tales como El Federalista y que presentan inmersa una dualidad entre asuntos económicos y políticos, entre mercado y guerra por ejemplo) permite valorar los conceptos de Mercado y Estado, además de fusionarlos con elementos como la religión, la empresa y la milicia. Esto sin dejar de hacer la acotación de que en aquella época, de finales del siglo XVIII, existía un fuerte desdén ante la influencia de A. Smith ya que representaba la ideología económica de los rivales comerciales mundiales: los ingleses. Luego de un consenso por la adopción de un Liberalismo Racionalista entre los años treinta y buena parte de los setenta, sería desde el arribo de Ronald Reagan como presidente cuando el renovado (neo) liberalismo naturalista se adopta como la alternativa en la búsqueda del ideal de la libertad. Inspirado en Walras y Pareto y en general en el liberalismo inglés, austriaco y suizo, Hayek y Friedman resucitan a Adam Smith desde tiempos donde el consenso apuntaba hacia el culto al Estado y los objetivos de igualdad (por ejemplo, la llamada democracia capitalista liberal comenzaba a subvalorar la dimensión colectiva). El liberalismo contemporáneo, naturalista o neoliberalismo emerge al inicio de los ochenta con la consolidación de Margaret Thatcher como primera ministro en Gran Bretaña y, poco después, de Ronald Reagan como presidente estadounidense. Ambos se presentaron con una plataforma de reforma radical del Estado de bienestar y el apoyo para activar decisivamente el papel del mercado tal y como lo recomendaban los intelectuales del momento. Comenzaba propagación a Europa y el resto del mundo (el primer caso fue el chileno con Pinochet). Con Friedman a la cabeza el neoliberalismo iniciaba un cambio en el ambiente intelectual y, sobre todo, implicaba cambios políticos que se extenderían a los países europeos y a los países en desarrollo. Esta nueva ideología del mercado comenzó a permear en los socialistas franceses y españoles que se dejaban influenciar “convenientemente” por el nuevo pensamiento. Particularmente, en América Latina la crisis de la deuda y el fracaso de la industrialización 4 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude NEOLIBERALISMO: ¿EL ÚLTIMO DE LOS ISMOS? substitutiva (en términos del desarrollo estabilizador para el caso mexicano), facilitaron la incursión de estas políticas en la nueva agenda (véase el cuadro sobre el impacto del neoliberalismo en las políticas económicas durante los ochenta). Durante los ochenta, la teoría keynesiana fue objeto de duras críticas a pesar de su larga permanencia; confiando en el carácter autorregulador de la economía, la llamada “Escuela Neoclásica” y, particularmente, la corriente monetarista, vio en Friedman al principal representante del Neoliberalismo. Aquí se defendió al liberalismo clásico y la filosofía del Laissez-faire, rechazando la idea de la política fiscal y tributaria, postulando, en primera instancia el uso de una política monetaria.3 Poco más tarde, el derribo del muro de Berlín y la caída del socialismo real influyeron en presentar como tesis la idea de la globalización como un proceso totalmente inevitable; se reforzaba la tendencia neoliberal proclamando el triunfo definitivo del capitalismo. El “fin de la historia” parecía la única verdad correcta y la política neoliberal no tenía debilidades ni cuestionamientos alternos. Durante este periodo de alrededor de dos décadas, las economías nacionales y la economía mundial experimentaron cambios significativos. En los países desarrollados se recuperó el control de la inflación y se revirtió la tendencia al crecimiento del Estado de bienestar que había caracterizado al periodo de postguerra. En algunos países se estancaron los salarios reales (como en Estados Unidos), mientras que en otros aumentó notablemente el desempleo (como en Europa o Japón). En los países en desarrollo, por su parte, se generalizaron políticas de liberalización, privatización y desrregulación que cambiaron radicalmente la estructura económica y el rol del sector público (...) donde antes había “economías en desarrollo”, “potencias medias” o “países de industrialización reciente” surgieron “mercados emergentes”. El proceso de internacionalización financiera también continuó avanzando rápidamente...4 Los ochenta y los noventa consolidan entonces al modelo neoliberal que se fundamenta en el postulado de la economía de mercado como el camino más efectivo para incitar el desarrollo económico y el bienestar general. El funcionamiento eficiente de mercados competitivos fomentará el proceso ahorroinversión y se alcanzará un crecimiento económico que beneficie a todos”. Ahora la función del Estado se concentra en la promoción o creación de mercados competitivos que estimulen la inversión privada y la generación de empleos productivos. Con ello, el modelo neoliberal se sustenta en dos estrategias primordiales: la liberación comercial y la desrregulación económica; es clara la desincorporación de empresas estatales para fortalecer al sector privado, además de que el gobierno se limite a la promoción de la economía de mercado. Previo a continuar con las implicaciones ideológicas de esta nueva ontología social basada en el individualismo y del cuestionamiento del desgaste del modelo, 3 En sus Ensayos de economía positiva (1953), Friedman consideró que la actividad económica no dependía de variaciones de la inversión, sino de la oferta monetaria. Los monetaristas propusieron un manejo “discrecional” de la macroeconomía, es decir, una “desrregulación” orientada a evitar que la intervención del Estado sobrepasara el manejo de la oferta de dinero. De hecho, en los años setenta en Camino de libertad, se explica el por qué la crisis de 1929 se debió más a una deficiente intervención monetaria del Estado y no exclusivamente, como mucho se nos ha hecho creer, a una sobreproducción de las grandes empresas. 4 Bouzas, Roberto. “¿Hay vida después del neoliberalismo?”, NEXOS, Núm. 251, noviembre de 1998, p. 23. 5 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude RAFAEL A. DURÁN G ÓMEZ hagamos un paréntesis para reseñar el impacto del neoliberalismo para el caso mexicano. Aunque la consolidación del modelo neoliberal en México se ubica desde los sexenios de Miguel de la Madrid y, especialmente, en el de Carlos Salinas con sus objetivos de desrregulación y liberación comercial, nos podemos remontar a la crisis del modelo nacionalista del modelo de sustitución de importaciones en los setenta. Para 1976 la política industrial de un “desarrollo estabilizador” a partir del modelo de sustitución de importaciones había fracasado; la paridad peso dólar, que se había mantenido por 22 años en 12.50, al fin del año se disparó por arriba de los 20 pesos por dólar; en los años posteriores se incrementarían el déficit público y la deuda externa. El gobierno de López Portillo (1976-1982) promovió el desarrollo económico basado casi exclusivamente en el petróleo; el incremento internacional del precio del crudo desde 1973 y el incremento de las reservas generaron esa ilusión. Más aún, para financiar a la industrial petrolera se recurrió a la deuda exterior y al presupuesto público (más déficit público). Al inicio de los ochenta, el colapso de los precios del petróleo redujo el flujo de recursos externos y el modelo proteccionista era insuficiente para generar los recursos requeridos para financiar los gastos público y de importaciones. La crisis se acentuó ante el déficit en la balanza comercial y la continua depreciación del peso. Se expropia la banca. La indecisión y la vulnerabilidad política y económica traería como resultado el giro decisivo hacia el modelo neoliberal. De la Madrid asumió el poder en diciembre de 1982 en medio de una situación económica adversa y una tremenda crisis generada por la deuda donde el crédito internacional ya no estaba dispuesto a financiar la economía mexicana. Se requería de una urgente redefinición económica. Peor aún para 1986 los precios del petróleo cayeron más del 50% y se demostró que todavía dependíamos substancialmente de las exportaciones de este producto (se calcula una pérdida de 8 mil millones de pesos por este concepto). Se revirtió la consolidación fiscal, los avances en la reforma estructural y la cooperación internacional que incluía la renegociación de la deuda externa para reducir los problemas macroeconómicos. Entre 1982 y 1987, el PNB per capita decreció un 10.4% en términos reales y la inflación se estimó en 160% en 1987; ante ello, en diciembre de ese año, surge el Pacto de Solidaridad Económica propuesto por el gobierno y aprobado por los sectores laboral e industrial (permitió reducir la inflación sin causar recesión). Otra acción importante del gobierno fue la liberalización comercial y el ingreso al GATT en 1985 (como consecuencias de la política neoliberal). Durante los ochenta, México había cambiado su estrategia político económica desmantelando la estructura proteccionista basada en controles cuantitativos (cuotas, altas tarifas arancelarias, permisos de importación y precios oficiales). Por otro lado, la maquiladora, creada desde 1965, repunta entre los intentos por diversificar la exportación de productos no petroleros. 6 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude NEOLIBERALISMO: ¿EL ÚLTIMO DE LOS ISMOS? IMPACTO DEL NEOLIBERALISMO EN PAÍSES COMO MÉXICO DESDE LOS OCHENTA ESTRATEGIA NACIONALISTA POLÍTICA NEOLIBERAL Objetivos de integración productiva Inversiones en función a niveles de y de soberanía alimentaria. productividad, rentabilidad y competitividad externa. de disposiciones Inversión Extranjera Búsqueda de la complementariedad Disminución respecto del flujo de inversión reguladoras para atraer inversión interna. extranjera sin una estrategia interna. Proteccionismo a través de Reducción de barreras arancelarias y Comercio Exterior diferentes instrumentos del gobierno medidas proteccionistas. (como las barreras arancelarias). Liberalización comercial para Exportar sólo el excedente. incrementar las exportaciones (producir para exportar. Gasto e Ingreso Estado de bienestar donde el La prioridad es alcanzar el equilibrio gobierno se preocupa por los en las finanzas públicas a través del Públicos subsidios al consumo y al gasto deterioro de las funciones sociales. social. Apoyo a organizaciones laborales El gobierno se desliga de la Laboral que pugnan por una estructura estructura laboral y con ello se da un ocupacional y salarial digna. deterioro de estas organizaciones, empleo y salario. Proteccionismo financiero mediante Desrregulación del sector Financiera el control central de la promoviéndose una elevada macroeconomía y de instrumentos rentabilidad financiera que como el tipo de cambio y las tasas subordina las finanzas nacionales a las disposiciones internacionales de interés. (FMI/BM) Ver Correa, Eugenia (1992), Los mercados financieros y la crisis en América Latina, UNAM-IIE, Cap. IV. POLÍTICA ECONÓMICA Industrial y Agrícola Respecto al sexenio de Salinas, destaca el llamado Plan Nacional de Desarrollo (1989-1994) que se adhiere a las políticas neoliberales de apertura comercial y adelgazamiento de las actividades del gobierno en la economía. En los primeros meses de 1990, México inició las negociaciones del TLCAN y el acuerdo se firmó el 17 de diciembre de 1992 (además del aspecto comercial se negociaron asuntos conjuntos en materia laboral y medio ambiente). Luego de la ratificación por parte del Congreso de E.U. (noviembre 1993), el TLC entró en vigencia en enero de 1994. El proceso de privatización del sector público había comenzado en 1987. De las 1,155 empresas paraestatales que existían en 1982, para finales de 1992 sólo quedaban 217. Entre las empresas privatizadas destacan: AEROMÉXICO, MEXICANA, MEXICOBRE y TELMEX, todos los bancos comerciales (que se habían nacionalizado en 1982), la principal compañía aseguradora ASEMEX, muchas subsidiarias de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares. En buena medida, este proceso permitió al gobierno de Salinas tener cierta estabilidad pero sólo en las cifras oficiales en el corto plazo. 7 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude RAFAEL A. DURÁN G ÓMEZ Indicadores del comportamiento económico, 1954-93 Crecimiento del PNB Déficit Público Balance con el exterior 1954-70 6.8 1.2 -2.7 1970-82 6.2 7.6 -4.8 1982-89 0.6 11.7 0.6 1989-93 2.9 1.9 -5.0 Depreciación en la paridad Peso - Dólar 0.0 (12.50) -22.9 -51.2 -6.6 Fuente: OECD. Reviews of National Science and Technology Policy, Mexico, 1994, p. 33. En realidad, la tremenda crisis de la economía mexicana desde diciembre de 1994 a la fecha ha generado, como en prácticamente todo el mundo, un cuestionamiento mayúsculo acerca de la vigencia del modelo neoliberal donde parece no haber cabida para las instituciones de carácter público y donde los objetivos sociales se reducen cada vez más. Pero, ¿es esto factible? Para Gramci las sociedades política y civil conforman un todo. La primera está inscrita en el gobierno y sus instituciones, la segunda permite la pluralidad ideológica y social (y contiene a la iniciativa privada). Históricamente ha existido su alianza (caciquismos, hacendados, industriales, industriales y banqueros, sector financiero, etc.). A diferencia de países como Inglaterra y E.U. donde el keynesianismo del gobierno fusiona una alianza con la industria (permitiendo un desarrollo industrial integral), en países como México el keynesianismo es fusionado con un nacionalismo que hace del Estado un ente en extremo paternalista y benefactor, dándose características como un: - Excesivo gasto público que conlleva un déficit fiscal. - Escaso respaldo de parte del sector productivo hacia el gobierno, a pesar de que éste sobreproteja al empresario. - Proteccionismo donde se regula la inversión extranjera. - Divorcio entre la sociedad política (gobierno) y la sociedad civil (en aumento constante). - Arribo de las ideas neoclásicas (explicadas más por una política exterior que interna). Pero esos antídotos han sido insuficientes y hoy en día, la sociedad civil busca alternativas más allá del gobierno (caso ONG’s). El primer paso parece ser la crítica misma del modelo neoliberal, pero lo importante será plantear alternativas con bases reales. La crítica del neoliberalismo económico ha comenzado por cuestionar el nuevo modo de vida así como el nuevo vocabulario político implantado en este periodo. Así como, en su momento resultaba inimaginable un discurso leninista sin “la dictadura del proletariado”, “el partido de vanguardia”, “la línea correcta” y “el centralismo democrático”, del neoliberalismo se cuestiona la vigencia o realidad de una democracia liberal capitalista, un mercado competitivo, el individualismo, el materialismo, la competencia científico técnica y la racionalidad liberal. La mayoría de los ideólogos liberales, desde Adam Smith hasta el presente, consideran que las leyes de la economía son inviolables leyes naturales. Como hace notar Gilpin, para los neoliberales no se puede hacer ninguna ciencia sin 8 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude NEOLIBERALISMO: ¿EL ÚLTIMO DE LOS ISMOS? ellos, pero lo importante sería juzgarlos por sus resultados y el apego de sus enunciados en la realidad con cierta capacidad de predicción, más que por la supuesta (e impuesta) veracidad de sus conceptos. El liberalismo abarca un conjunto de instrumentos de análisis y de prescripciones respecto de las políticas a seguir, que le permiten a la sociedad optimizar su aprovechamiento de los recursos escasos; en gran medida, su fuerza proviene de su compromiso con la eficiencia y la tendencia a llevar al máximo la riqueza total. El mercado constituye el medio más efectivo de organizar las relaciones económicas, y el mecanismo de precios asegura ganancias mutuas; en consecuencia, el intercambio económico tiende a generar beneficios sociales agregados. En efecto, la economía liberal le dice a la sociedad, sea nacional o internacional, "si quiere ser rica, esto es lo que debe hacer".5 El primer problema surge, en términos de Gilpin, a partir de la separación y prioridad artificial que se le da a la esfera económica de los otros aspectos de la sociedad, aceptando el marco sociopolítico como algo dado (incluyendo en él la distribución del poder y los derechos de propiedad, los recursos y otros dones de los individuos, los grupos y las sociedades nacionales, así como el marco de las instituciones sociales, políticas y culturales). Se inicia con la idea de que los individuos parten de elementos homogéneos, racionales e iguales; con ello parece existir una tendencia a desechar la justicia o equidad en el resultado de las actividades económicas, evidentemente poco se aborda respecto de la distribución de la riqueza dentro de las sociedades. Existe una presunción de que el intercambio es siempre libre y tiene que derivar en un mercado competitivo entre iguales que poseen información completa y, en consecuencia, están habilitados para obtener mutuos beneficios. Esta ideología nos enseña cómo alcanzar objetivos particulares al menor costo y en determinadas condiciones; pero no pretende responder preguntas relativas al futuro y al destino del hombre, dichas cuestiones quedan discontinuadas en los pensamientos marxista y/o nacionalista. Ante todo ello, ha emergido un conjunto heterogéneo de opositores del neoliberalismo: intelectuales y poetas románticos, fundamentalistas persas y árabes, aristócratas, la iglesia católica romana, etc. Pese a las diferencias abismales entre estas voces, se puede detectar una crítica compartida hacia la democracia capitalista neoliberal la cual “es menospreciada por hacer un desordenado énfasis en el individualismo, el materialismo, el logro técnico y la racionalidad... el capitalismo liberal es acusado de subvalorar la dimensión colectiva esencial de la existencia humana”.6 Como insinúa Jowitt, si existe una fuerza que haya sido central en los últimos 200 años, capaz de provocar una serie de oposiciones ante su exaltación de la impersonalidad racional como el principio organizador de la vida social, ese es el capitalismo liberal. Así como ha tenido importantes oponentes, ese mismo número es el de las victorias particulares de tal capitalismo liberal que ha tenido una permanente identidad partidaria. 5 Gilpin, Robert (1987). The Political..., op. cit., p. 56. Jowitt, Ken. “El nuevo desorden mundial”, en Larry Diamond (Comp.), El resurgimiento global de la democracia, IES-UNAM, 1996, pp. 249-258. 6 9 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude RAFAEL A. DURÁN G ÓMEZ Hoy en día, los opositores del liberalismo naturalista se hallan inclusive dentro del mismo liberalismo pero de tendencia racionalista. El cuestionamiento del libre mercado y del adelgazamiento del Estado ya no recibe la acogida de antaño; tomemos brevemente un fragmento de Mario Vargas Llosa, uno de los ideólogos neoliberalistas que en una Conferencia de la Democracia celebrada en Managua, en marzo de 1991, dijo: El nacionalismo económico –que, junto con el nacionalismo cultural (de los 30 y 40 en México), es una de las aberraciones más pertinaces de nuestra historia– está dando al fin señales de que empieza a retroceder. El nacionalismo ha contribuido de modo sustancial al subdesarrollo de América Latina. Sin embargo, estamos aprendiendo lentamente que no alcanzaremos la salud fortificando nuestras fronteras, sino abriéndolas de par en par y saliendo al mundo en pos de mercados para nuestros productos, y de la tecnología, el capital y las ideas que el mundo puede ofrecernos para el desarrollo de nuestros recursos y la creación de los empleos que necesitamos con tanta urgencia. Este tipo de discurso, tan de moda aún hasta hace escasos años, ya no parece responder a una realidad de las sociedades contemporáneas. La retirada del Estado y el desmantelamiento de la protección del bienestar social a partir de instituciones con fines públicos con la bandera del individualismo y la competitividad internacional está entrando en un franco replanteamiento político e institucional. Del Estado benefactor se está cayendo rápidamente en el extremo del llamado capitalismo salvaje donde los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. En tanto los liberalistas naturales permanecen escépticos respecto al potencial de bienestar colectivo de las instituciones sociales, éstas arremeten en contra de esa acusación. El caso de Hayek (que junto con Friedman es el máximo ideólogo del neoliberalismo) que acusa a la institución politécnica francesa (aunque, de hecho, a toda la academia politécnica) de ser cientistas (falsamente científicos o degeneradores de la ciencia) ha despertado una gran reacción y un resurgimiento de los aspectos racionalistas. Según los politécnicos, para Hayek “es imposible imponer un orden consciente, racional, científico a lo económico y a lo social en general. Prácticamente no reconoce ninguna racionalidad científica en la economía y la sociedad... Sólo acepta los resultados de la acción de los individuos que por casualidad pueden actuar en conjunto, pero de ninguna manera de forma planeada. Resultan ser átomos sociales dispersos incapaces de conjugarse en una sociedad, en una patria”.7 Como el liberalismo naturalista norteamericano fue el que triunfó dentro del nuevo orden del mundo, cabe hacer notar que todos los cuestionamientos nacionalistas o racionalistas no representan mayor discusión en un país que, como Estados Unidos, ha estado acostumbrado al traslado constante de los estadios entre los liberalismos naturalista y racionalista debido a su tremenda capacidad pragmática. Ésta se explica, de manera general, por una concepción dual de las esferas política y económica y, en el devenir del siglo XX, por su condición de hegemón que le ha permitido pregonar y expander un liberalismo económico de tendencia naturalista hacia el mundo, en tanto ha aplicado un liberalismo 7 Tomado de Remigio Jasso, “Enemigos del Neoliberalismo”, en Excélsior, 8 de diciembre de 1998, p. 10-A. 10 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude NEOLIBERALISMO: ¿EL ÚLTIMO DE LOS ISMOS? racionalista (proteccionista) sobre todo en condiciones de amenaza de esa hegemonía (caso de las políticas comerciales).8 Para los norteamericanos, la lógica Estado (Keynes) - Mercado (Friedman) implica una disyuntiva integrada en la relación política-negocios impregnada, como se ha observado, desde los padres fundadores. Este nuevo liberalismo y su recomposición actual son viables gracias a la flexibilidad política y económica de la esencia norteamericana. Llamado desde la gran democracia liberal para Fukuyama (más por la idea que por la práctica) o hasta el declinante desastre liberal por Wallerstein, el neoliberalismo impone una hegemonía privada natural, impersonificada que sólo proyecta la ampliación del mercado (de los Clásicos). Pero en la práctica de la política norteamericana (comercial por ejemplo), existe la salvaguarda nacionalista y proteccionista del comercio derivada del espíritu Hamiltoniano y la Frontier Jeffersoniana. Desde esa esencia la razón de Estado y de Mercado se han equilibrado.9 Por su puesto que el caso del liberalismo norteamericano presenta un sinnúmero de aspectos dignos de ser analizados, por ahora baste agregar que es obvio que, además de las concepciones de Estado y mercado, el pragmatismo americano valora el peso de otros elementos tales como su historia y su religión. Además dentro del mismo liberalismo racionalista de entre los treinta (con el New Deal) y hasta los setenta, el liberalismo político y la misma Realpolitik defendió al gobierno y sus instituciones públicas; de hecho una concepción más contemporánea ubica un neorrealismo que ya incluye la exaltación de la empresa, la defensa y la iglesia, aunque aún con el Estado como su eje.10 Respecto a las tendencias y perspectivas más recientes que se preguntan por la existencia de vida después del neoliberalismo aún son escasas las alternativas. Luego de esta onda neoliberal de casi dos décadas, la reciente victoria de la socialdemocracia en Alemania, el ascenso de Cardoso en Brasil e inclusive el neonazismo austriaco, parecen otorgar una nueva justificación al cuestionamiento del neoliberalismo y la emergencia de un nuevo sentido común dominante; al menos el inicio ha sido el “debilitamiento de las certidumbres” generado en gran medida por las impactantes e incontrolablemente dinámicas turbulencias financieras de los últimos años. De acuerdo con Bouzas, “los efectos reales o presuntos de la globalización en los países desarrollados han dado paso a nuevas preocupaciones sobre comercio y sociedad civil o mercados financieros y gobernabilidad”. Un primer paso es el dejar de ver a las reformas del mercado como el “pasaporte automático” hacia el bienestar y el desarrollo; el mercado opera mejor en un marco institucional. Sus recomendaciones de política económica “naturalista” pierden el carácter de “recetas universales” y las instituciones sociales en peligro de extinción recobran su validez (aunque no escapan de requerir una reestructuración más eficiente). 8 Así por ejemplo, en 1898, Estados Unidos exigió a China una política de puertas abiertas y de igualdad de oportunidades, en tanto a principios del siglo XX, pugnaba por la soberanía nacional de los países latinoamericanos. En la primera, al no ser el país hegemónico se fomentaba el liberalismo, en los otros se promovían valores nacionalistas y de soberanía nacional (proteccionistas) ya que si eran el país hegemón. 9 Véase a Orozco, José Luis, tanto en su Razón de Estado y razón de mercado, como en Sobre el orden liberal del mundo, citados en la bibliografía básica. 10 Politólogos como Mahan sabían perfectamente que esas instituciones no podían crear una ética hegemónica. 11 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude RAFAEL A. DURÁN G ÓMEZ El proceso actual se ha distinguido por la maximización de la productividad pero provocando al mismo tiempo una minimización de los recursos sociales. Si bien es cierta la intercomunicación “global” de las economías nacionales, las posibles consecuencias negativas pueden ser más que los beneficios potenciales. La misma llamada Tercera Vía parecía emerger como una alternativa, aunque sin negar su mismo origen capitalista occidental y liberal, ha visto reducido su ímpetu. La preocupación por la gobernabilidad de la sociedad está decidida a construir sobre el mundo ya existente en dirección a mejorarlo. Es claro que resulta altamente problemático mantener la estabilidad inherente al neoliberalismo y su mercado internacional; la naturaleza misma de la dinámica de dicho sistema erosiona los cimientos sobre los cuales éste debe descansar. Está en juego tanto la supervivencia de los que carecen de los recursos, así como de los que los poseen y del orden económico liberal internacional (whatever that means). Esto se complica en nuestros países en desarrollo donde las demandas se han acumulado y se encuentra una escasez de los recursos disponibles o, en su caso, una deficiente pero arraigada distribución de esos recursos. Aunque ha surgido la preocupación por adelgazar al Estado, poco se ha hecho por mejorar la eficiencia del Estado remanente. De entre los principales desafíos de nuestras sociedades, destaca la necesidad de crear o hacer más eficientes las instituciones públicas que demandan nuestras sociedades, aún globalizadas. Dicha institucionalización deberá enfrentar de manera seria e imparcial los asuntos de la distribución de la riqueza y los recursos, en especial la industria y la tecnología. Bibliografía Diamond, Larry (Comp.) (1996). El resurgimiento global de la democracia, IIS-UNAM. Friedman, Milton y Rose. Camino de libertad, Ed. Fontamara. Gilpin, Robert (1987). The Political Economy of International Relations. Princeton University Press. Orozco, José Luis (1992). Razón de Estado y razón de mercado, FCE. ______, José Luis (1996). Sobre el orden liberal del mundo, FFy L/UNAMFontamara. 12 PDF Created with deskPDF PDF Writer - Trial :: http://www.docude