Algunas diferencias entre liberalismo y neoliberalismo

Anuncio
Algunas diferencias entre liberalismo y neoliberalismo
H. C. F. Mansilla
La evolución bastante criticable del capitalismo contemporáneo
no corresponde ni a los ideales ni a los pronósticos de los clásicos
liberales, sobre todo en el terreno cultural y político. No es una mera
casualidad que a partir de aproximadamente 1980 las ideas
neoliberales se han impuesto en gran parte del mundo, sobre todo en la
reorganización
de
la
economía
y
finanzas
públicas
y
en
el
redimensionamiento del rol del Estado, pero, simultáneamente, los
partidos liberales tienden a desaparecer, favoreciendo agrupaciones
conservadoras, populistas, nacionalistas y regionalistas.
Como liberal clásico (formado por las lecturas de Montesquieu,
John Stuart Mill y Tocqueville), partidario del derecho natural y de la
vinculación entre política y ética, no puedo dejar de criticar el
reordenamiento neoliberal de gran parte del mundo contemporáneo,
reordenamiento que, parcialmente, me parece un verdadero desastre y,
lo que es más importante, una traición a los grandes ideales liberales.
Pese a todo lo que se dice acerca de la reducción del rol empresarial del
Estado, el capitalismo de nuestros días es algo parcialmente planificado
desde arriba, pero caracterizado por la dilución de los viejos principios
liberales y iusnaturalistas y por la eliminación de los propietarios
accionistas como factores principales del quehacer económico. Este
mismo proceso fomenta el surgimiento de nuevas estructuras de
Biblioteca SAAVEDRA FAJARDO
de Pensamiento Político Hispánico
H.C.F. Mansilla,
Algunas diferencias entre
liberalismo y neoliberalismo.
organización dentro de las empresas: la gerencia se hace cada vez más
autónoma con respecto a los propietarios jurídicos de la empresa y
técnicamente más especializada. A todo esto corresponde, en el plano
cultural y en la esfera específicamente política, un agotamiento del
liberalismo en cuanto proyecto movilizador para el futuro y creador de
instituciones y modos de comportamiento socio-culturales.
El orden social de Occidente, que ya no se basa en la gloriosa
doctrina liberal-iusnaturalista, sino en el cinismo neoliberal, se
encuentra, en el fondo, sometido a la dictadura de la racionalidad
meramente instrumental. Sus criterios de legitimización han cesado de
ser la libertad, la autonomía y la autodeterminación democrática,
dando paso a valores rectores como el desempeño económico-financiero,
el éxito material y el consumo grosero. En el plano político, las
consecuencias no son menos desastrosas: el éxito inmenso de la
tecnología y su penetración en casi todas las esferas de la vida moderna
han conducido a atribuir a la racionalidad instrumental y a sus
manifestaciones socio-políticas (como todas las decisiones tomadas por
la tecno-burocracia) un aura de verdad inconmovible, ante la cual la
discusión
democrática
tradicional
adopta
un
aire
de
penoso
anacronismo. Además, el carácter científico-técnico de los asuntos
centrales de nuestra civilización hace muy difícil su crítica por parte de
gente que no tiene los conocimientos especializados pertinentes. ¿Y
quién puede tenerlos a la vez en terrenos tan diferentes como la
energía atómica, la problemática ecológica y los aspectos jurídicos
referentes a los servicios públicos para discutir sensatamente, por
ejemplo, sobre la bondad o inconveniencia de instalar plantas
2
Biblioteca SAAVEDRA FAJARDO
de Pensamiento Político Hispánico
H.C.F. Mansilla,
Algunas diferencias entre
liberalismo y neoliberalismo.
nucleares? La tecnificación y la cientifización del mundo transforman
la democracia liberal en algo obsoleto.
No hay duda de que los sistemas altamente complejos del
presente poseen algunos factores positivos: un alto grado de movilidad
social y personal, una notable diferenciación de roles y funciones y unas
posibilidades bastante amplias en la elección de comportamientos y
valores. Pero estas sociedades de cuño neoliberal llevan a la
atomización de los ciudadanos, a la obsolescencia de la organización y
discusión políticas, a la competencia brutal por cualquier nimiedad y a
la anomia y el nihilismo como praxis colectiva. Las iglesias se
transforman en clubes inofensivos de buena vecindad y caridad. Los
estados y las ciudades pierden en cierto grado su capacidad de
gobernabilidad. Los partidos políticos se convierten en asociaciones
pragmáticas consagradas exclusivamente a la rotación de las élites
gubernamentales. Las universidades se han vuelto una prolongación de
la escuela secundaria, con un acceso masivo e irrestricto, perdiendo su
función investigativa y humanista. La excesiva complejidad de las
sociedades contemporáneas, unida a una democratización irrestricta,
da como resultado la lentitud de toda decisión política seria, la
decadencia de toda autoridad moral e intelectual, el predominio social
de la mediocridad, la expansión del mal gusto plebeyo y la declinación
de formas humanas de trato interpersonal.
Lo que hace falta es un pensamiento racional en el sentido
amplio del término, que ponga en cuestionamiento las pretendidas
bondades del progreso tecnológico producido bajo la influencia
3
H.C.F. Mansilla,
Algunas diferencias entre
liberalismo y neoliberalismo.
Biblioteca SAAVEDRA FAJARDO
de Pensamiento Político Hispánico
neoliberal.
En
todas
las
actividades
culturales
asociadas
al
neoliberalismo, se buscaría en vano una respuesta a la pregunta de si
vale la pena o no vivir bajo este régimen socio-político. Uno tiene la
impresión de que los grandes progresos de las ciencias y la técnica
dejan de lado las cuestiones básicas de la existencia humana. Aquí nos
pueden ayudar las opiniones y los testimonios de los artistas y poetas,
que han sabido conservar elementos básicos de sensibilidad social.
4
Descargar