ACTUALIZACIÓN DE JURISPRUDENCIA UNIDADES 10 y 11 Corte

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ACTUALIZACIÓN DE JURISPRUDENCIA
UNIDADES 10 y 11
Corte Internacional de Justicia
Año 2007
Ahmadou Sadio Diallo
(República de Guinea v. República Democrática del Congo)
Sentencia del 24 de mayo de 2007
Por Luciana T. Ricart
Sumario.
El 24 de mayo de 2007, la Corte Internacional de Justicia (de aquí en
adelante “la Corte”, “el Tribunal” o “CIJ”) tuvo oportunidad de pronunciarse
con relación a las excepciones preliminares planteadas por la República
Democrática del Congo (de aquí en adelante “RDC”) a la demanda intentada
por la República de Guinea (de aquí en adelante “Guinea”) en ejercicio de la
protección diplomática con relación al sr. Ahmadou Sadio Diallo, tanto en lo
que hace a sus derechos como individuo cuanto en lo que concierne a sus
derechos como socio de las sociedades de responsabilidad limitada AfricomZaire y Africontainers-Zaire y “por substitución” en la defensa de los derechos
de ambas sociedades.
El 28 de diciembre de 1998 Guinea había promovido ante la Corte un
proceso contra la RDC respecto de una controversia relativa a “serias
violaciones al derecho internacional” cometidas contra un nacional de Guinea.
Guinea sostuvo que el Sr. Ahmadou Sadio Diallo, un empresario de
nacionalidad guineana, había sido injustamente detenido por las autoridades
de la RDC -en donde había residido por treinta y dos años- y, luego de haber
sido despojado de sus grandes inversiones, empresas, bienes muebles e
inmuebles y cuentas bancarias, había sido expulsado. Allí había fundado
Africom-Zaire -una sociedad de responsabilidad limitada (de aquí en adelante,
SRL) constituida bajo la legislación de Zaire (antigua denominación de la
RDC) e inscripta en el Registro de Comercio de la ciudad de Kinshasa, de la
que era gerente. Con posterioridad, había establecido otra SRL Africontainers-Zaire- también bajo las leyes de ese país y de la que también
tenía el carácter de gerente. Hacia finales de la década del ’80, las relaciones
de las dos sociedades con sus clientes comenzaron a deteriorarse y el Sr.
Diallo, como gerente de ambas empresas, promovió demandas judiciales
para intentar recuperar los montos debidos. Estos conflictos, en su mayoría,
no habían sido resueltos.
El 31 de octubre de 1995 el Primer Ministro de Zaire había emitido una
orden de expulsión en contra del Sr. Diallo. Dicha orden establecía como
motivo de la expulsión el hecho de que la presencia del Sr. Diallo y su
conducta “han alterado el orden público en Zaire, especialmente en las áreas
económicas, financieras y monetarias y continúan causando disturbios”. El 31
de enero de 1996, el Sr. Diallo, ya bajo arresto, fue expulsado de Zaire y
devuelto a Guinea por vía aérea. La remoción del Sr. Diallo del territorio
congolés fue formalizada a través de una notificación -redactada el mismo día
en el aeropuerto de Kinshasa– de prohibición de ingreso (réfoulement) a
causa de su “residencia ilegal” (séjour irrégulier).
Guinea sostuvo ante la Corte que el arresto, detención y expulsión del
Sr. Diallo fue la consagración de una política de la RDC de impedirle
recuperar las sumas debidas a sus empresas. En consecuencia, expresó
ejercer protección diplomática a favor del Sr. Diallo por la violación de tres
categorías de derechos al momento de su arresto, detención y expulsión o
derivados posteriormente de éstos. Dichas categorías son: los derechos
individuales del Sr. Diallo, sus derechos directos como socio en Africom-Zaire
y Africontainers-Zaire, y los derechos de dichas empresas, por “substitución”.
La República Democrática del Congo se opuso a la admisibilidad del
caso, planteando dos excepciones preliminares. En primer lugar, a su juicio,
Guinea no poseía jus standi dado que los derechos que buscaba proteger no
pertenecían al Sr. Diallo, sino a Africom-Zaire y a Africontainers-Zaire, dos
empresas congolesas. En segundo lugar, ni el Sr. Diallo ni las empresas
habían agotado los recursos internos disponibles en el sistema legal congolés
para obtener reparación por los perjuicios que Guinea estaba reclamando
ante la Corte.
El Tribunal expresó que trataría cada una de las excepciones
preliminares invocadas por la RDC respecto de cada una de las tres
categorías de derechos que Guinea alegaba que habían sido violados.
1) Admisibilidad del caso en lo que concierne a los derechos del
Sr. Diallo como individuo.
Las partes habían diferido en cuanto a la interpretación de la
posibilidad del Sr. Diallo de haber agotado los recursos internos provistos por
el sistema legal del Estado demandado. Así, la RDC sostuvo que, a pesar de
que la notificación firmada por las autoridades migratorias de dicho Estado se
hubiese
referido
“involuntariamente”
a
una
“prohibición
de
ingreso”
(réfoulement), se trataba en realidad de una “expulsión” y, consecuentemente,
el Sr. Diallo debió haber recurrido a los medios legales idóneos para solicitar
una reconsideración de la decisión a la autoridad que la tomó o a su superior
jerárquico. Guinea, por su parte, mantuvo que si bien -en teoría- existían
recursos legales disponibles en el Estado demandado, éstos no ofrecían
ninguna posibilidad razonable de protección al momento de la expulsión dado
que el objetivo de expulsar al Sr. Diallo era justamente impedirle que iniciara
acciones legales en la RDC.
La Corte, para analizar los argumentos de las partes, se basó en la
definición consuetudinaria de protección diplomática, receptada por la
Comisión de Derecho Internacional (de aquí en adelante CDI) en su Proyecto
de Artículos sobre Protección Diplomática.1 Por ello, en el presente caso, el
tribunal simplemente debía constatar que los requisitos para el ejercicio de la
protección diplomática estuviesen cumplidos: esto es, si el Sr. Diallo era
efectivamente nacional de Guinea y si había agotado los recursos internos en
la RDC. En cuanto a la primera cuestión, la Corte observó que la RDC no
cuestionaba que la única nacionalidad del Sr. Diallo fuera la de la República
de Guinea y que la hubiese mantenido de modo continuo desde la fecha en
que se produjo el supuesto perjuicio hasta la fecha en la cual se presentó el
reclamo ante la Corte. Respecto de la segunda cuestión, la Corte recordó que
la carga de la prueba sobre el efectivo agotamiento de los recursos internos o en su defecto de las circunstancias excepcionales que excluían agotarlosrecaía sobre el Estado reclamante; en tanto que el Estado demandado debía
demostrar que efectivamente existían recursos legales en su ordenamiento
interno y que éstos no fueron agotados.
1
De acuerdo al artículo 1 del Proyecto de Artículos sobre la Protección Diplomática adoptado
por la Comisión de Derecho Internacional en su 58° período de sesiones, la protección
diplomática “consiste en la invocación por un Estado, mediante la acción diplomática o por
otros medios de solución pacífica, de la responsabilidad de otro Estado por el perjuicio causado
La Corte señaló que la RDC no podía alegar que había incurrido en un
error al caracterizar la notificación como una “prohibición de ingreso” y no
como una “expulsión”. En tanto la medida de “prohibición de ingreso” no está
sujeta bajo el derecho congolés a ningún tipo de apelación, era justificado que
el Sr. Diallo -objeto de la prohibición de ingreso- desprendiera todas las
consecuencias legales de la calificación dada por las autoridades del Zaire,
incluso las relativas a la inexistencia de recursos legales.
Por lo tanto, la Corte concluyó que no era procedente la excepción
planteada por la RDC a la admisibilidad del caso basada en el no agotamiento
de los recursos internos por el Sr. Diallo en cuanto a la decisión de expulsión.
2) Admisibilidad del caso en lo que concierne a la protección de
los derechos directos del Sr. Diallo como socio (“associé”) en AfricomZaire y Africontainers-Zaire.
La Corte señaló que la RDC había opuesto dos objeciones en cuanto a
la admisibilidad de esta parte de la presentación de Guinea: la carencia de jus
standi de Guinea; y la falta de agotamiento por parte del Sr. Diallo de los
recursos internos que estaban disponibles en la RDC para hacer valer sus
derechos.
i) Jus standi de Guinea
El tribunal hizo referencia en primer lugar a los argumentos de las
partes, quienes sustentaron su posición en diferentes parágrafos del caso
Barcelona Traction (C.I.J. Recueil 1970). La RDC sostuvo que, de acuerdo a
dicha decisión de la CIJ, los únicos casos de violación directa a los derechos
de los socios o accionistas en una sociedad serían “los actos que interfirieran
en las relaciones entre la compañía y sus accionistas”. Por lo tanto, para la
RDC, el arresto, detención y expulsión del Sr. Diallo no podrían nunca
constituir actos de interferencia en sus relaciones como socio en las
empresas Africom-Zaire y Africontainers-Zaire. Además, en la opinión del
Estado demandado, el Sr. Diallo podría perfectamente haber ejercido sus
derechos como socio desde territorio extranjero o podría haber delegado sus
tareas en un administrador local.
Por el contrario, Guinea -también refiriéndose al caso Barcelona
Traction y a la recepción de la regla sobre perjuicio directo a los derechos de
por un hecho internacionalmente ilícito de ese Estado a una persona natural o jurídica que es
los accionistas en el artículo 12 del Proyecto de Artículos sobre Protección
Diplomática de la CDI- arguyó que en este caso se afectaban directamente
los derechos del Sr. Diallo como socio de las empresas, en tanto estas
entidades estaban constituidas como SRLs. El Estado reclamante agregó que
en una SRL las “cuota-partes” no son libremente transmisibles, lo cual
profundiza en forma clara el carácter intuitu personae de estas empresas.
Dicho carácter estaba aún más presente en Africom-Zaire y AfricontainersZaire en tanto el Sr. Diallo era el único gerente (gérant) y el único socio
(directa o indirectamente). Por ello, era imposible distinguir al Sr. Diallo de las
empresas en las que era socio y su arresto, detención y expulsión habían
tenido el efecto de impedirle administrar y controlar las operaciones de sus
compañías y habían estado especialmente dirigidas a impedirle iniciar -en
nombre de sus empresas- las acciones legales que le permitirían recuperar
sus acreencias.
La Corte, dado que las partes en sus argumentos se habían referido al
caso Barcelona Traction, creyó conveniente distinguir los hechos en que se
sustentó dicho caso de las circunstancias fácticas del presente. El tribunal
precisó que en tanto la Barcelona Traction era una sociedad anónima cuyo
capital estaba representado por acciones, el caso que ahora debía resolver
atañía a sociedades de responsabilidad limitada, cuyo capital se compone de
“cuota-partes”. De acuerdo a la legislación congolesa analizada por el
tribunal, las SRL poseen una personería jurídica independiente y distinta de la
de sus socios, en particular en cuanto los bienes de los socios están
completamente separados del capital social y en cuanto a que los socios sólo
responden por las deudas de la empresa en la medida de sus cuota-partes.
La Corte remarcó que lo que constituye un hecho internacionalmente
ilícito en el caso de un socio o un accionista de una empresa, es la violación
de sus derechos directos -por parte del Estado demandado- en relación con la
persona jurídica. Teniendo en consideración los argumentos vertidos por los
Estados parte en la controversia, la Corte concluyó que Guinea poseía jus
standi en el caso en tanto su petición involucraba a un nacional suyo, el Sr.
Diallo, y estaba dirigida contra los supuestos actos ilícitos de la RDC que
un nacional del primer Estado con miras a hacer efectiva esa responsabilidad.”
consideraba violatorios de los derechos directos del Sr. Diallo, en particular
sus derechos directos como socio de Africom-Zaire y Africontainers-Zaire. Sin
embargo, la Corte aclaró que sólo en la etapa del fondo podría investigar y
pronunciarse sobre la naturaleza, contenido y límite de derechos violados y
sobre el efecto que sobre esos derechos habría tenido la expulsión del Sr.
Diallo.
Por lo tanto, la Corte concluyó que no era procedente la excepción
planteada por la RDC a la admisibilidad del caso basada en la falta de jus
standi de Guinea respecto del Sr. Diallo en lo que hace a derechos directos
como socio de Africom-Zaire y Africontainers-Zaire.
ii) Falta de agotamiento de los recursos internos.
La RDC alegó que Guinea no podía ejercer protección diplomática por
la violación de derechos directos del Sr. Diallo como socio en Africom-Zaire y
Africontainers-Zaire porque éste no había intentado agotar los recursos
internos disponibles en el sistema legal congolés. El Estado demandado
agregó que el hecho de que el Sr. Diallo no se encontrase presente en el
territorio de la RDC no era un obstáculo para utilizar los remedios legales
disponibles en el derecho interno, sosteniendo que efectivamente existían
recursos en su sistema legal y que éstos eran efectivos.
Por su parte, Guinea arguyó que acusar al Sr. Diallo de no agotar los
recursos internos de la RDC sería manifiestamente “irrazonable” e “injusto”
así como también constituiría un abuso de la regla del agotamiento de los
recursos internos, por cuanto el Estado congolés le había denegado acceso a
su territorio en razón de las acciones legales que había iniciado en nombre de
sus empresas.
La Corte tuvo en consideración que en sus argumentos las partes sólo
se habían avocado a considerar los recursos disponibles para Africom-Zaire y
Africontainers-Zaire, sin considerar ningún recurso que haya estado
disponible al Sr. Diallo como socio en esas empresas. Por ello, en tanto no
había sido argumentado por las partes que existieran recursos que el Sr.
Diallo debió haber agotado respecto de sus derechos directos como socio, la
Corte consideró que no puede plantearse la cuestión de la efectividad de esos
recursos. Por lo tanto concluyó que no era procedente la excepción planteada
por la RDC a la admisibilidad del caso basada en el no agotamiento de los
recursos internos por el Sr. Diallo en lo que respecta a sus derechos directos
como socio de Africom-Zaire y Africontainers-Zaire.
3) Admisibilidad del caso en lo que concierne al ejercicio de la
protección diplomática respecto del Sr. Diallo “por substitución de”
Africom-Zaire y Africontainers-Zaire.
La Corte señaló que aquí también la RDC había opuesto dos
objeciones en cuanto a la admisibilidad de esta parte de la presentación de
Guinea: la carencia de jus standi de Guinea y la falta de agotamiento de los
recursos internos.
i) Jus standi de Guinea
La RDC había sostenido que el intento de Guinea de ejercer protección
diplomática “por substitución” de los derechos de las empresas en virtud de
que el perjuicio causado a éstas derivaría del Estado de la nacionalidad de las
empresas no encontraba acogida en el derecho internacional positivo; por el
contrario, iba en contra de éste.
Por su parte, Guinea alegaba que su pretensión no era contraria al
derecho internacional sino que se basaba en una excepción a la regla general
–con sustento en razones de equidad- que sólo permite al Estado de la
nacionalidad de la empresa ejercer la protección diplomática. Dicha excepción
se hallaba configurada cuando el Estado cuya responsabilidad se alegaba era
precisamente el Estado de la nacionalidad de la empresa y, según Guinea,
tenía sustento en un dictum del caso Barcelona Traction, habiendo sido su
carácter consuetudinario confirmado por numerosos laudos arbitrales.
Asimismo, Guinea argumentó que el Sr. Diallo había estado obligado por la
legislación de Zaire a constituir las empresas en ese país.
La Corte remarcó que nunca había tenido ocasión de pronunciarse en
un caso concreto sobre la existencia o no de una excepción -basada en la
costumbre internacional- a la regla general de ejercicio de la protección
diplomática para personas jurídicas ni sobre el eventual alcance de dicha
excepción. El tribunal observó que la Sala de la Corte que resolvió el caso
Electrónica Sicula S.p.A. (ELSI) (Estados Unidos v. Italia) (C.I.J. Recueil
1989) sólo se había basado en el Tratado de Amistad, Comercio y
Navegación bilateral -en el que se preveía la protección de los accionistas
estadounidenses en el extranjero- para permitir a los Estados Unidos
presentar una reclamación contra Italia por los daños sufridos por una
sociedad italiana, la totalidad de cuyas acciones era de propiedad de dos
sociedades estadounidenses.
En lo que hace a las cuestiones planteadas en el presente caso, el
Tribunal señaló que la protección de los derechos de las empresas y los
derechos de sus accionistas así como la solución de controversias al
respecto, estaba hoy en día más que nada regulada por una serie de tratados
bilaterales y multilaterales de protección de inversiones. Por lo tanto, en ese
contexto, el rol de la protección diplomática estaba actualmente bastante
limitado, recurriéndose a dicho instituto con poca frecuencia y sólo ante la
inexistencia de un tratado. En cuanto a la protección “por substitución”, su fin
es ofrecer protección a los accionistas extranjeros de una empresa que no
pueden invocar la protección de un tratado o para quienes no está disponible
ningún otro remedio, habiendo sido causados los perjuicio por el Estado de la
nacionalidad de la empresa. Además, sólo debe recurrirse a la protección “por
substitución” como último recurso.
Luego de examinar cuidadosamente la práctica estatal y las decisiones
de cortes y tribunales internacionales relativas a la protección diplomática de
socios y accionistas, la Corte llegó a la conclusión de que no existe -al menos
en el estado actual del derecho internacional- una excepción basada en una
norma
consuetudinaria
internacional
que
permita
la
protección
“por
substitución”. El tribunal agregó que el hecho de que Guinea refiera el caso
de numerosos tratados internacionales que establecen regímenes especiales
relativos a la protección de inversiones no es suficiente para demostrar que
ha habido un cambio en las reglas consuetudinarias sobre protección
diplomática; es más, dichos tratados podrían estar demostrando lo contrario.
La Corte trató separadamente el análisis de la existencia en el derecho
consuetudinario de una norma más estrecha de protección “por substitución”,
tal como lo prevé el artículo 11.b del Proyecto de Artículos sobre Protección
Diplomática de la CDI.2 Dicha norma se aplicaría solamente cuando la
2
Dicho Artículo establece: “Un Estado de la nacionalidad de los accionistas de una sociedad no
tendrá derecho a ejercer la protección diplomática con respecto a esos accionistas en caso de
perjuicio causado a la sociedad, a menos que: b) la sociedad tenga, en la fecha en la que se
produjo el perjuicio, la nacionalidad del Estado cuya responsabilidad por el perjuicio se invoca y
constitución de la sociedad en el Estado cuya responsabilidad por el perjuicio
se invoca “sea exigida por éste como condición previa para realizar negocios
en dicho Estado.” Sin embargo, la Corte afirmó que el presente caso no se
corresponde con el caso particular que contempla este artículo dado que no
había sido demostrado en forma satisfactoria que la constitución de las
sociedades en el Estado demandado hubiese sido requerida por el sistema
legal de dicho Estado para que las empresas pudieran operar en los sectores
económicos respectivos. Por ello, el tribunal remarcó que no le cabía
pronunciarse sobre el carácter consuetudinario o no del artículo 11 del
Proyecto de Artículos de la CDI.
En consecuencia, la Corte acogió la excepción sobre la admisibilidad
del caso planteada por la RDC y basada en la falta de jus standi de Guinea
respecto de los supuestos hechos internacionalmente ilícitos cometidos por la
RDC en contra de los derechos de Africom-Zaire y Africontainers-Zaire, dos
sociedades de nacionalidad congolesa.
ii) Falta de agotamiento de los recursos internos.
La Corte no consideró necesario tratar este punto en tanto ya se había
pronunciado sobre la falta de jus standi de Guinea respecto de esta última
categoría de derechos que Guinea alegaba habían sido violados en el
presente caso.
Por todo ello, la Corte Internacional de Justicia resolvió:
Declarar la petición de la República de Guinea admisible en lo que
respecta a la protección de los derechos como individuo del Sr. Diallo;
Declarar la petición de la República de Guinea admisible en lo que
respecta a la protección de los derechos directos del Sr. Diallo como socio en
Africom-Zaire y Africontainers-Zaire;
Declarar la petición de la República de Guinea inadmisible en lo que
respecta a la protección del Sr. Diallo por las presuntas violaciones a los
derechos de Africom-Zaire y Africontainers-Zaire.
la constitución de la sociedad en ese Estado sea exigida por éste como condición previa para
realizar negocios en dicho Estado.
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