Para que los Prefectos en las renuncias de destinos municipales

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Acuerdo ejecutivo de 19 de diciembre de 1845,
para que los Prefectos en las renuncias de destinos Municipales
procuren inquirir las causas en que se apoyan.
El Supremo Gobierno.
Considerando:
Que muchos de los individuos nombrados para regir los destinos Municipales, se sustraen de
este deber preciso, suponiendo tener causas legales que realmente no existen: que este abuso lo
cometen al favor de lo dispuesto en los artículos 36 y 37 de la ley de 11 de mayo de 1835;
haciendo extensivas estas disposiciones, aun a casos que ellas no se propusieron abrazar: que
de tan lata interpretación resulta la imperfección de estas reglas, y, lo que es más, contrariada la
voluntad del pueblo que los ha electo, porque se mira en la necesidad de nombrar tal vez, a los
sujetos que no llenan toda confianza. Considerando también que en auxilio de las faltas
referidas, ocurre la poca escrupulosidad las autoridades encargadas de conocer en las renuncias
o aquella ante quienes se preparan los documentos, han tenido para examinar religiosamente la
existencia verdadera de la causa, y las certificaciones de las enfermedades libradas por los
facultativos en el arte; y deseando de alguna manera poner término a tamaños abusos, en uso
de las facultades que le concede la fracción 3ª del artículo 135 de la Constitución del Estado,
Acuerda:
1º. Los Prefectos departamentales, al conocer de las renuncias de destinos Municipales,
procurarán inquirir la verdad de la causa o causas en que éstos se apoyan, siguiendo diligencias
de oficio, si les pareciere oportuno, y tomando los informes que crean convenientes al
esclarecimiento de los hechos que en ellas se refieren; cuyas diligencias, cuando sean por
enfermedad, se contraerán a justificar que el interesado se halla en impotencia de ejercer las
funciones que se le han querido encomendar; y que en sus ocupaciones domésticas no sufre
mayores fatigas que las que debe proporcionarle el destino.
2º. Las autoridades ante quienes se sigan informaciones, u otra clase de documentos que
tiendan a justificar las causas de las renuncias, examinarán con toda escrupulosidad a los
testigos presentados, recordándoles la responsabilidad a que les deja ligados la falsedad de sus
dichos bajo juramento, y aplicándoles en su caso las penas establecidas para los perjurios.
3º. Los Prefectos, al conocer de las indicadas renuncias, si éstas fueren preparadas con
atestados de facultativos, harán llamar a éstos, y les recibirán juramento sobre si sea cierto
cuanto en dichos atestados hayan expuesto, y sobre si la enfermedad de que adolece el paciente
sea tal que le prive de desempeñar el destino que renuncia; de cuyo acto pondrán la
correspondiente diligencia en el expediente de la materia, sin perjuicio de lo que dispone el
artículo 1º de este acuerdo.
4º. Sólo por las causas especialmente señaladas en los artículos 36 y 37 de la ley de 11 de
mayo citada, y comprobadas en debida forma, se admitirán las renuncias de destinos
municipales. (*)
(*) Variado por los artículos 15 y 16 de la ley 30 de este título.
5º. La autoridad a quien se le averigüe no haber cumplido con la estricta disposición de este
acuerdo, será castigada con una multa de 50 pesos, sin perjuicio de las más a que queda sujeto
por las leyes.
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