VI EXPLICACIÓN SOBRE LOS PILARES DEL ISLAM Y SUS MAYORES FUNDAMENTOS (18) Se ha narrado bajo la autoridad de ‘Abdullah ibn ‘Umar (19) que el Profeta (BP) dijo: «El Islam fue construido sobre cinco (pilares): la unidad de Allah, el cumplimiento de la oración, el pago del zakat, el ayuno de Ramadán, y la Peregrinación (a Makka —La Meca—)». Una persona le preguntó (a ‘Abdullah ibn ‘Umar): “¿La Peregrinación y el ayuno de Ramadán (en ese orden de precedencia)?” Entonces contestó (‘Abdullah ibn ‘Umar): “No. (Primero) el ayuno de Ramadán y (luego) la Peregrinación. Así lo escuché del Mensajero de Allah (BP)”. (19) Se ha narrado bajo la autoridad de Ibn ‘Umar, que el Profeta (BP) dijo: «El Islam fue erigido sobre cinco (pilares): que solo Allah debe ser adorado y lo que no sea Él (otros dioses) debe ser negado categóricamente, el cumplimiento de la oración, el pago del zakat, la Peregrinación a la Casa y el ayuno de Ramadán». (20) Se ha narrado bajo la autoridad de ‘Abdullah ibn ‘Umar que el Mensajero de Allah (BP) dijo: «El Islam fue erigido sobre cinco pilares, el testimonio de que no hay dios excepto Allah y de que Muhammad es Su siervo y mensajero, el cumplimiento de la oración, el pago del zakat, la Peregrinación a la Casa (20) y el ayuno de Ramadán». (21) Se ha narrado bajo la autoridad de Tâus (21) que un hombre le dijo a ‘Abdullah ibn ‘Umar: “¿Porqué no sales en las expediciones de lucha? (22)” Entonces él respondió: Escuché al Mensajero de Allah (BP) decir: «Ciertamente el Islam está fundado en cinco (pilares): El testimonio de que no hay dios excepto Allah, el cumplimiento de la oración, el pago del zakat, el ayuno de Ramadán, y la Peregrinación a la Casa». (19) ‘Abdullah ibn ‘Umar. Su kuniah es Abu ‘Abdur Rahmân. Fue el hijo ilustre de un padre ilustre: ‘Umar ibn al-Jattâb. Fue una de las personalidades más prominentes de la primera generación de los musulmanes y una de las autoridades citadas más frecuentemente en las tradiciones. Su reputación se deriva no sólo del hecho de ser el hijo del califa sino por sus altas cualidades morales y su profunda visión de las enseñanzas del Islam. Era un musulmán devoto y seguía los preceptos del Islam con tal escrupulosidad y sabiduría que sus contemporáneos y las generaciones siguientes siempre buscaron en él una guía. Como transmisor de hadices, él es visto como una de las autoridades más confiables y es muy conocido por su exactitud, en letra y espíritu, en las narraciones. Emitió opiniones legales durante más de sesenta años y relató 2630 hadices. Nació antes de la Emigración, pero la fecha exacta de su nacimiento no es conocida, de todos modos está establecido que cuando su padre ‘Umar aceptó el Islam ‘Abdullah tenía cinco años. Ibn ‘Umar murió de septicemia en el 74 H., siendo el último de los Compañeros en morir en Makka —La Meca—, a la edad de ochenta y cuatro años, como consecuencia de una herida en el pie, hecha por un soldado de al-Haÿÿaÿ, con la parte inferior de la lanza, entre la multitud de peregrinos que volvía de Arafat. (20) La “Casa” con mayúsculas (árabe: al-bayt), y también “la Casa de Allah” (baytu-llâh), designa al templo de la Ka‘bah en la ciudad de La Meca, que designaremos en este libro con su nombre árabe, Makkah. (21) Tâus. Su kuniah es Abû ‘Abdur Rahmân. Fue un famoso tabi‘în (seguidor). No era árabe y su padre se llamaba Kisân. An-Nawâwî escribió: “Tâus fue un sabio eminente y uno de los más famosos sucesores de los compañeros. No hay diferencia de opinión entre los críticos de hadiz y los juristas sobre su grandeza, la profundidad de su conocimiento y la superioridad de su memoria. El tuvo la oportunidad de aprender hadices de por lo menos cincuenta de los más importantes compañeros del Mensajero de Allah (BP). Murió en el 106 H., un día antes de la Peregrinación, y fue enterrado en Makka. (22) El Ÿihâd en tanto esfuerzo para la propagación y el establecimiento del Islam, ha sido considerado como uno de los pilares del Islam (o como un fundamentos adicional, en otras tradiciones), pero los cinco mencionados son más importantes que éste. Su obligatoriedad es menor, ya que si algunas personas realizan esta tarea el resto de la sociedad queda excusada. Es esencial contribuir al ÿihâd, pero no es necesario que todos participen en las expediciones militares. Los débiles, las mujeres los enfermos y los niños están exentos de este deber. ‘Abdullah ibn ‘Umar es cuestionado en este hadiz por no participar en expediciones militares, él lo hizo de modo entusiasta durante su juventud pero en el momento que se narra en este hadiz él lo evitaba, fuese por vejez o por los conflictos que había entre musulmanes, y él no creía conveniente desenvainar su espada para ninguno de los bandos.