Nueva Crónica 123

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CULTURA y POLÍTICA / Publicación del Instituto PRISMA y PLURAL editores / Nº 123 / 1era. quincena de mayo 2013 / Bs 5
Tribunal Constitucional refunda el Estado para la segunda reelección de Evo Morales
El “nuevo orden político” y la vieja Justicia
La decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional de habilitar la segunda reelección de Evo Morales
y Álvaro García, desconoce el texto de la nueva Constitución y de la Ley Electoral de 1999 –ambas
promulgadas por el actual gobierno– e introduce la figura de la “refundación” del Estado que podría afectar
las obligaciones con y del “Estado preexistente”, incluyendo la demanda presentada en La Haya contra
Chile. La inestabilidad constitucional generada por esta inverosímil decisión es un factor adicional a la mala
administración de la justicia, agravada por la amañada elección de jueces y magistrados.
La subordinación del órgano Judicial a los designios del poder político avasalla derechos, como en el caso
del tipnis; prodiga impunidades, como en los casos Chaparina y red de extorsión; y favorece el abuso
del poder, como en los casos “terrorismo” y fancesa. En esas condiciones, el gobierno alista la relección
de los principales responsables del “proceso de cambio” frente a una oposición programáticamente débil,
fragmentada y sin liderazgo nacional.
Contrapuntos
Alejandra Ramírez S.: Sobre la Ley de
Participación y Control Social, 4
Carlos Crespo Flores: Estatalización de
la naturaleza en el proyecto de Ley de
Aguas, 5
Karen Gil: La Justicia, en el banquillo, 6-7
Enrique Eduardo Zalles: Rodríguez
Veltzé: “Hay un nivel de incertidumbre
sobre los resultados”, 8
Carlos Derpic: La crisis del órgano
Judicial: El caso de la Acción Popular
contra la carretera por el tipnis, 9
Debate
Fernando Molina: La trayectoria histórica
del mestizaje, 10-11
Hugo Rodas Morales: Más
descolonización neopopulista, 12
Aldea Global / Memoria
Norma Klahn y Guillermo Delgado-P.:
Jesús Urzagasti, por él mismo (I): Los
orígenes, 13
Marcelo Quezada Gambarte: Paraguay,
el retorno de los colorados, 14
Jorge Luna Ortuño: Entrevista a Miguel
Guerra, Oficial Mayor de Cultura
de Oruro: “Fortalecer la identidad
orureña”, 15
Cine / Libros / Medios
Artistas invitados: V Concurso de dibujo Fernando Montes.
Primer premio: Roly Huanca Huari
Alfonso Gumucio Dagron: Acerca de El
charanguista de Boquerón, 16
Mauricio Souza Crespo: El secreto de
Albert Nobbs: Sobre secretos, actores,
lesbianismos y tacitas de té, 17
Juan Carlos Salazar: Y ahora, ¿quién
podrá defendernos?, 18-19
Félix Guattari: Las tres ecologías, 20
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ordenados cronológicamente por temas y secciones, incluyendo nuestra pinacoteca.
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/3
editorial
1era. quincena de mayo 2013
La demanda boliviana de acceso soberano al Pacífico
L
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a legítima demanda de restitución de la cualidad marítima
de Bolivia en las riberas del océano Pacífico ha sido planteada de una manera sorprendentemente novedosa ante la
Corte Internacional de Justicia de La Haya. Cuando todo hacía
suponer que la largamente anunciada demanda estaría referida
al incumplimiento de las cláusulas del
Tratado de Paz y Amistad de 1904, el
planteamiento presentado formalmente
por parte del equipo negociador de Bolivia en realidad solicita que dicha Corte juzgue y declare que Chile tiene la
obligación de negociar un acuerdo que
otorgue a Bolivia un acceso soberano
al océano Pacífico, tomando en cuenta
que Chile ha incumplido en el pasado
dicha obligación, y que, por tanto, ahora debe acceder a una negociación formal, pronta y de buena fe que conduzca
a un acceso plenamente soberano de
Bolivia al océano Pacífico.
Eso significa que no se afectan todas las otras demandas y controversias
que sostiene Bolivia con Chile respecto
del cumplimiento efectivo del Tratado
de 1904, las cuestiones del libre tránsito, el desvío del Lauca y los manantiales del Silala, las cuales, entre muchas
otras, forman parte de la agenda de 13
puntos que se acordaron inicialmente
en Algarve en 2000 y que luego se convirtieron en la agenda que
supuestamente negociaban de buena fe las cancillerías de Bolivia
y Chile, entre 2006 y 2011.
Dicho de otra manera, de manera implícita (porque el texto no lo dice expresamente) Bolivia demanda el cumplimiento de
“derechos expectaticios” que se originan en las diversas manifestaciones en que Chile reconoció la existencia de una cuestión territorial
pendiente con Bolivia, y que dieron lugar a una aceptación de que
Chile otorgaría un acceso soberano al océano Pacífico, tomando
en cuenta los convenios formales existentes entre Bolivia y Chile,
Bolivia y Perú, así como entre Chile y Perú, respectivamente. Se
trata, en efecto, de los compromisos formulados oficialmente por
el Canciller de Chile en 1950, de la negociación Bánzer-Pinochet
de 1975, así como de la agenda de 13 puntos acordada entre los
Presidentes Evo Morales y Michelle Bachelet, que en su numeral
sexto dice a la letra: “6. Tema marítimo: Considerando los altos niveles
de confianza mutua alcanzados, se propon­drán y alcanzarán soluciones
concretas, factibles y útiles en próximas reuniones”.­
Así las cosas, es posible proponer algunas conclusiones preliminares. Primero: la presentación de la demanda de Bolivia
ante la Corte Internacional de La Haya constituye el primer paso
de un largo proceso de argumentación
y alegatos jurídicos, que se regirá por
procedimientos y plazos establecidos
por la propia Corte Internacional de
La Haya. Así, por ejemplo, será dicha
Corte la que establezca su competencia
para tratar la demanda boliviana, como
ha sido señalado claramente por sus voceros oficiales en cuanto Chile pretendió rechazar su jurisdicción.
Segundo: suponiendo que la Corte
Internacional de La Haya admita la demanda, el equipo de abogados y diplomáticos bolivianos, bajo la conducción
del Dr. Eduardo Rodríguez Veltzé, tendrá que presentar en los próximos meses una sólida sustentación jurídica de
los argumentos bolivianos, capaz de resistir las objeciones y réplicas de Chile,
país que cuenta desde hace varios años
con un equipo negociador de alta calidad ante dicha Corte, para solventar la
demanda de delimitación marítima que
Yody Quisbert
le plantea Perú.
Tercero: resulta imprescindible que la diplomacia boliviana despliegue en paralelo con el proceso en La Haya, gestiones
apropiadas para obtener el apoyo internacional a su demanda
sustantiva frente a Chile, las cuales deben dejar claro que no será
posible avanzar en la integración sudamericana mientras persista
el injusto enclaustramiento del país. En este contexto, lo que se
tiene que asegurar es un conjunto de apoyos políticos y diplomáticos que respalden la causa boliviana de una manera vinculante.
Cuarto: En tal contexto habrá que evaluar con mucha seriedad si el efectismo mediático, las movilizaciones sociales y la
utilización electoral de una materia tan sensible para el país, son
el acompañamiento idóneo de una gestión que varios dirigentes
nacionales han calificado como parte de una política de Estado,
que hace evidente que Bolivia no cejará nunca en la pugna por
su derecho legítimo a formar parte de los países ribereños del
océano Pacífico.
Consecuencias de la “refundación”
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E
ra previsible que el fallo del Tribunal
Constitucional Plurinacional (tcp)
favoreciera la segunda reelección de
Evo Morales. Lo contrario habría provocado un quebranto en el modelo autocrático instaurado por el mas, que implica
la subordinación –con pequeñas concesiones– de todos los poderes del Estado
a la voluntad del caudillo. Pero lo que
sorprendió a propios y extraños es que,
en su fundamentación, el tcp no sólo
validara la posición gubernamental sino
que fuera mucho más lejos y estableciera
una “nueva era jurídico-política” que en
los hechos declara la abolición jurídica
del Estado preexistente.
De acuerdo al tcp, el primer gobierno de Evo Morales no debe ser computado, por cuanto “el nuevo orden es
distinto al preexistente, el nuevo orden
implica una nueva era jurídico-política
basada en la refundación del Estado”.
Por lo tanto, el cómputo de los periodos de gobierno debe realizarse “desde
el momento en que la función constituyente refundó el Estado”.
Con esta argumentación, no se explica por qué la nueva cpe contiene un
artículo transitorio que se refiere a los
periodos precedentes, ni por qué razón
la ley electoral de 1999, promulgada por
Evo Morales, aclaraba que “se computará como primer periodo el mandato
vigente a tiempo de la promulgación
de la nueva cpe”. El Tribunal pretende
desconocer que fue justamente la entrada en vigencia de la nueva cpe la que
posibilitó la primera reelección de Evo
Morales en 2009, puesto que el “viejo
orden” constitucional no contemplaba
la posibilidad de la reelección. Por lo
demás, la figura de la “refundación” no
está contenida en la nueva cpe, por lo
que el Tribunal utiliza en su sentencia
un argumento extraconstitucional.
Lo que el tcp no previó es que con
esta sentencia pueden quedar anuladas
todas las obligaciones contraídas por o
con el Estado preexistente, incluyendo la
demanda presentada en La Haya que se
refiere a los compromisos asumidos por
el Estado chileno con el Estado boliviano
antes de la refundación. Si Evo Morales
no tiene por qué cumplir los compromisos asumidos para viabilizar la aprobación
de la nueva cpe ¿por que tendría que hacerlo cualquier otro Estado demandado
para que cumpla los compromisos asumidos con un Estado “preexistente”, es
decir, jurídicamente inexistente?
4/
contrapuntos
1era. quincena de mayo 2013
Algunas reflexiones sobre la
Ley de Participación y Control Social
Alejandra Ramírez S.*
Una primera reflexión sobre la nueva normativa, no desde una perspectiva jurídica sino desde una mirada más sociológica que permite
apuntar ciertas preocupaciones y desafíos sobre su aplicación.
E
l 21 de febrero ha sido sancionada la Ley Nº 341 sobre Participación y Control Social (www.
gacetaoficialdebolivia.gob.
bo). Siendo un tema fundamental para
la construcción de una sociedad basada en una ciudadanía activa que pueda,
efectivamente, ejercer un control sobre
sus representantes, su aprobación merece una primera reflexión, no desde
una perspectiva jurídica –en la que se
desmenucen todas las posibles interpretaciones legales– sino desde una mirada
más sociológica que permita apuntar
ciertas preocupaciones y desafíos que se
presentan.
La participación y control
social como parte del ejercicio
ciudadano activo de una
población
La Constitución Política del Estado
(cpe) aprobada el 2009, asienta la relación Estado-sociedad civil en una activa participación ciudadana individual
y colectiva, no sólo en la definición de
proyectos de desarrollo sino, sobre todo,
en el seguimiento y control de la gestión pública. En esta línea, la Ley Marco de Autonomías (2010) estipula en sus
artículos 140 y 141 la transparencia en
la gestión estatal y la obligatoriedad de
rendición de cuentas por parte de funcionarios públicos.
Para aquellos que creemos que una
forma de construir una sociedad diferente es a partir de un ejercicio ciu­dadano
activo que tenga como base un pensamiento autónomo, alimentado por información continua e idónea sobre todo lo
José Luis Mamani Córdoba
que tiene que ver con la cosa pública, una
Ley de Participación y Control Social se
presenta como un instrumento fundamental, siempre y cuando incluya ciertos pre-requisitos básicos: 1) Establecer
mecanismos para el acceso a la información por parte de los ciudadanos; 2) La
autonomía e independencia de aquellos
encargados de participar y de realizar el
control social; y 3) El desarrollo de una
consciencia ciudadana que apueste no
sólo al control de sus representantes sino
a exigir –como derecho– una continua y
transparente rendición de cuentas presupuestaria y de resultados.
¿Cómo encara la Ley estos prerequisitos? Revisemos algunas de sus
propuestas, centrando la atención en las
partes referidas al control social.
Destacando algunas propuestas
de la Ley
El acceso a información relevante y de
calidad aparece en varios artículos de la
Ley. Incluso, se establece como un derecho ciudadano el acceso específico a información sobre: calidad de servicios básicos que prestan las empresas, convenios
suscritos con agencias de cooperación externa; administración de recursos fiscales
y/o recursos naturales (Art. 8). Aunque
no estipulado como derecho, el deber de
conocer el manejo técnico y económico
de las entidades del Estado Plurinacional
(Art. 9) aparece también como una atribución ciudadana. Para ello, el Estado,
a través de todas sus entidades, debe entregar información a partir de la conformación de “centros de documentación,
redes de información, gobierno electrónico, telecentros y otros instrumentos
similares, que facilitarán el acceso y comprensión de la documentación e información pública” (Art. 34).
Además de las preocupaciones
acerca de las posibilidades técnicas y financieras que ello implica –se establece
que los costos para esta transparencia serán incluidos en los presupuestos anuales de las entidades involucradas (Art.
41)–, llaman la atención, en esta reglamentación del acceso a la información,
varios aspectos. Por un lado, se limita
lo estipulado sólo a aquellos ciudadanos
encargados formalmente del control
social ¿Qué pasa con el ciudadano de a
pie? Por otro lado, se hace énfasis en el
control y rendición de cuentas de información presupuestaria y no así al control
del cumplimiento efectivo de resultados,
Santiago Jr. Ayala Cruz
productos, tiempos y calidad. ¿Cómo
sancionar los incumplimientos? Este aspecto no queda debidamente aclarado.
Por último, destacan las restricciones y prohibiciones establecidas desde
un principio en este acceso a la información: “No podrán participar y ejercer
Control Social en temas de seguridad
del Estado, sea interna o externa […] No
podrán acceder a la información de carácter secreto, reservado y/o confidencial […] El Control Social no retrasará,
impedirá o suspenderá, la ejecución o
continuidad de planes, programas, proyectos y actos administrativos, salvo que
se demuestre un evidente y potencial
daño al Estado, a los intereses o derechos colectivos, específicos y concretos
[…] daño [que] será determinado por
autoridad competente” (Art. 11). Si bien
es común que existan ciertas restricciones en el acceso a determinado tipo de
información, lo que preocupa es el tema
de quién es la “autoridad competente”
que define qué es confidencial y secreto
o si representa un daño al Estado. ¿El
caso Rosza es confidencial? ¿El Control Social en el caso de la construcción
de la carretera del tipnis hace daño al
Estado? Vale esperar que la decisión del
secreto sea a favor de todos los ciudadanos y no del interés de ciertos grupos
políticos o económicos.
Respecto a la autonomía e independencia ciudadana, ésta depende de
quiénes serán los encargados del control
social. Si bien, el tema está abordado
en la Ley como un principio básico definido en términos de “Capacidad para
decidir y actuar con libertad y sin depender de un mando o autoridad” (Art.
4.II), la definición de los actores queda
todavía poco clara, debiendo ser decidida por la misma sociedad civil –quien
“se organizará y definirá la estructura y
composición” (Art. 25)– eligiendo entre
actores orgánicos –sociales, juntas vecinales y/o sindicales organizadas y reconocidas legalmente– los comunitarios y
los circunstanciales –que se organizan
para un fin determinado, y que cuando
el objetivo ha sido alcanzado, dejan de
existir (Art. 7). La pregunta en este caso
es: ¿por qué la participación individual,
independiente de organizaciones, aparece sólo circunstancialmente? En la
práctica, cualquier búsqueda de información, realización de un seguimiento,
participación u otra actividad, es ejercida por una persona y no por un colectivo
anónimo, por más que represente a una
organización. Oculto bajo el nombre de
lo colectivo, es más fácil volver anónima
la falta de transparencia o la corrupción.
Por último, la Ley establece algunas acciones para el desarrollo de una
consciencia ciudadana, directamente
vinculadas a la simplificación del acceso a la información y a la capacitación
desde el Estado de aquellos encargados
del control social. Fuera de plantear la
necesidad de una currícula escolar que
impulse el tema, esta dimensión queda
descuidada.
Desafíos hacia el futuro
Más allá de las preocupaciones mencionadas, lo cierto es que el hecho de que
finalmente haya salido la Ley, da una
base para poder empezar a trabajar sobre este tema importante para el ejercicio ciudadano. Sin embargo, para que
funcione, son los ciudadanos en general
los que deben estar al tanto de los derechos de participación y control social,
de modo que evite problemas futuros de
cooptación política u económica. Difundir la Ley, discutirla, (re) pensar su
operacionalización es fundamental. Por
ello, llama la atención la poca divulgación que se ha hecho de su aprobación
y, mucho más, el hecho de que el tema
no ha recibido un seguimiento adecuado
entre los que elaboran las cartas orgánicas o estatutos autonómicos. Pero no
seamos mal pensados: la piedra ha sido
lanzada… ¿Cómo agarrarla?
* Responsable del Área de Estudios del
Desarrollo del cesu-umss. Ph.D.
en Desarrollo Humano y Sustentable.
/5
contrapuntos
1era. quincena de mayo 2013
Estatalización de la naturaleza
en el proyecto de Ley de Aguas
Carlos Crespo Flores*
C
on el gobierno de Evo Morales
asistimos a un proceso de estatalización del agua y sus servicios,
esto es la creciente intervención
estatal en la gestión a través del despliegue de dispositivos de gubernamentalidad y de control; la implementación de
un marco normativo y regulatorio adecuado a tal propósito es parte de este
proceso.
Con su estilo “sí o sí”, actualmente
existe el mandato del líder máximo del
mas de aprobar la ley de aguas este año y
para ello se está socializando entre las organizaciones sociales afines al gobierno un
proyecto de ley marco denominado “Agua
para la Vida”.
En el presente texto se analizan algunos aspectos críticos de este proyecto de
ley que considero se tornarán en fuente de
conflictos y crisis sociales; el centralismo y
la planificación de arriba hacia abajo son
las orientaciones dominantes de la propuesta; asimismo se evidencia que se busca cohesionar a la sociedad boliviana en
el sector agua y sus servicios desde el discurso de los derechos; el marco normativo
propuesto flexibiliza las normas ambientales para facilitar las mega inversiones que
explotarán el agua o sus servicios; asimismo, se crea un sistema de participación
inviable en su funcionamiento y que no
decide en temas estratégicos del acceso,
uso y disponibilidad del agua. Finalmente se puntean orientaciones alternativas al
enfoque gubernamental.
Centralismo en la gestión
del agua
Cuando define dominio y propiedad el proyecto de ley señala que el agua es “del
pueblo boliviano, y corresponde al Estado
Plurinacional su administración a través de
la otorgación de Registros, Licencias y Autorizaciones” (art. 4.3); desde la definición
nos está mostrando el camino estadocéntrico de la Ley: el Estado administra el agua a
través de la otorgación de derechos.
Las decisiones estratégicas sobre el
acceso, uso y disponibilidad del agua y sus
servicios se hallan centralizadas en el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (art.
10) y la institucionalidad creada alrededor
de ella, particularmente la autoridad plurinacional del agua (capítulo iii); desde
allá se planifica y decide hacia las regiones
y municipios, en una clásica estructura de
decisiones de arriba abajo. Por ejemplo,
dentro del territorio que les compete, las
gobernaciones no deciden sobre los usos
energéticos e industriales del agua, como
ser presas, hidroelectricidad, minería, hidrocarburos. Más aún, el Ministerio no
sólo planifica sino que tiene competencias para “ejecutar proyectos de inversión
relacionados con infraestructura hídrica”
(Art 10).
Organización de la gestión del
agua alrededor de los derechos
Se evidencia un incremento en la cantidad
y magnitud de los conflictos por el acceso,
uso del agua y sus servicios; el patrón discursivo común de estos conflictos es que
los actores involucrados reclaman un derecho frente al recurso. Estos conflictos alrededor de los derechos de agua requieren
un marco jurídico que facilite su manejo.
La ley de riego, aprobada en 2004,
buscaba proteger los “derechos” de los regantes a través de un sistema de registros,
por el cual un sistema de riego “registra”
su “derecho” a la fuente de forma permanente; pero sucedió que en el proceso aparecían otras comunidades o sistemas, de
zonas de altura generalmente, que reclamaban también el “derecho” a la fuente;
de esta manera, una ley que debía prevenir
y/o resolver los conflictos, al buscar organizar la gestión del riego alrededor de los
derechos, los promovió.
Como en el riego, el proyecto de ley
marco organiza la gestión del agua desde
el discurso de los derechos, por tanto, antes que resolver los problemas y conflictos
del sector, los exacerbará, debido a dos
factores: la lógica de los derechos es excluyente, ignora el principio de los comunes
del agua e individualiza, segrega, separa,
entre los que tienen agua y no; más aún,
es confrontacional, pues las interacciones
entre los actores del agua están mediatizadas por el principio “tu derecho frente a
mi derecho”, considerados irrenunciables
e inamovibles. En suma, no es posible cohesionar y estructurar acuerdos desde los
derechos, defecto que el proyecto de ley
marco “Agua para la Vida” reproduce.
Se flexibilizan las normas
ambientales para facilitar el gran
salto industrial
El “gran salto industrial” y la Agenda
Patriótica 2025 demandan transformar,
remover, trasvasar, trasladar inmensos
volúmenes de agua, acciones que generan
también mega impactos sobre ecosistemas
y poblaciones locales, normalmente indígenas o pobres. Las corporaciones privadas con las que el Estado boliviano está
realizando sociedades, demandan normas
y regulaciones para el uso, explotación y
disposición del agua y sus residuos, muchas de ellas ubicadas en territorios indígenas, cerca de poblaciones locales, ecosistemas protegidos, por tanto reducir los
riesgos de conflictos y demandas legales.
La medida principal ha sido eliminar
la consulta pública en el sector agua. Luego del tipnis la consulta pública se convirtió en una “piedra en el zapato” para el
gobierno, pues se considera que a través de
ella surgen las oposiciones a los proyectos.
Por otro lado, la Autoridad Plurinacional del Agua (apa), instancia máxima de
decisión, tiene la competencia de “otorgar,
modificar, revocar, declarar caducidad y
regular las autorizaciones de uso y aprovechamiento de los recursos hídricos mediante la dirección ejecutiva del apa, para
los usos industriales, mineros, petroleros y
otros usos que no sean el consumo humano
y doméstico, y el riego; para las diferentes
actividades económicas…” (Art. 13.ii.7).
De esta manera, el gobierno central decidirá sobre un bien común estratégico, de
una manera centralista y en función a sus
prioridades coyunturales.
Otro mecanismo para facilitar las
inversiones destinadas a la extracción de
recursos naturales o su transformación industrial, es regular el acceso, uso y la disposición de los residuos líquidos a través
de tasas de regulación “por las autorizaciones de uso y aprovechamiento del recurso
hídrico para usos que no sean los relacionados a garantizar el derecho del agua
para la vida, así como para el vertido de
aguas residuales industriales”, competencia también de la apa (art. 13.ii.16). Por su
finalidad principalmente recaudadora, de
cobertura de determinados costes las tasas
planteadas en el proyecto de ley, en vez de
desestimular comportamientos ambientalmente inadecuados haciéndolos más costosas, más bien orienta a un formalismo
burocrático; mientras se pague la tasa de
regulación según los procedimientos, la
actividad corre tal cual, convirtiéndolas en
verdaderas “licencias para matar”.
Participación social para legitimar
la estatalización del agua
La instancia participativa nacional es el
Consejo Plurinacional del Agua (art. 11)
sólo tiene la competencia de “pronunciarse
sobre los planes y proyectos de interés industrial, energético, minero y otros; en tanto afecten relevantemente a la gestión del
agua para la vida, de acuerdo a la presente
Ley y a sus reglamentos”. “Pronunciarse”
es dar una opinión, sin decidir; por otro
lado, ¿cómo demostrar que afecta de forma
relevante a la gestión del agua para la vida?
Este es el cuello de botella de las regulaciones ambientales: los afectados deben demostrar el impacto, hacerlo implica costos,
esfuerzo material y de tiempo, que supera
las capacidades de las comunidades locales
o sujetos afectados, quedando inaplicable
la norma. Por otro lado, su composición es
tan amplia –alrededor de cuarenta instituciones públicas y organizaciones sociales–,
que se lo inviabiliza.
La participación y control social
aparece en varias de las instituciones creadas por la ley, en diversas escalas territoriales, con competencias para proponer,
ser consultado, resolver sólo sobre cosas
operativas, pero los temas estratégicos
del sector, como la otorgación de autorizaciones de uso industriales, mineros,
Juan Mayta
petroleros (art 13.7), son decididos por el
gobierno central.
Alternativas
Desde una postura ecológica y bioregional, propongo cuatro orientaciones para la
gestión del agua y sus servicios:
1. El agua tiene sus territorios y flujos, estructura ecosistemas y poblaciones,
por tanto debería ser gestionada desde
tales dinámicas. La cuenca parece ser el
espacio adecuado básico de planificación
y gestión bioregional, descentralizada del
agua, por tanto es desde allá que debe estructurarse la institucionalidad, no desde
la burocracia hídrica como se propone en
el proyecto de ley, donde la cuenca es sólo
un dispositivo territorial funcional al horizonte estadocéntrico.
2. Los derechos han fracasado como
dispositivos de cohesión y construcción
de acuerdos en el agua; tal vez desde las
necesidades sean más factible tales acuerdos. Una discusión desde las necesidades
en el agua nos llevaría a considerar cómo
se satisfacen tales necesidades, qué estilo
de consumo requieren, cuál es su huella
hídrica, qué tipo de interrelaciones con el
agua y la naturaleza se establecen.
3. Existen límites ecológicos en el
aprovechamiento del agua dentro las cuencas que deben ser el referente fundamental
de su gestión; las capacidades de la naturaleza para proveer el recurso, de asimilar los
residuos líquidos generados y de provisión
de servicios ambientales, son parte de tales
consideraciones, así como la incorporación
del principio precautorio como criterio de
toma de decisiones.
4. Una gestión descentralizada del
agua desde las cuencas u otros espacios bioregionales está conectada con el respeto a
la autonomía de los sistemas de gestión del
agua y sus servicios, público estatales, comunitarios o autogestionarios.
* Investigador cesu-umss.
6/
contrapuntos
1era. quincena de mayo 2013
La Justicia, en el banquillo
Karen Gil*
Las víctimas de la retardación, ineficiencia, corrupción e injerencia del poder político en la Justicia, aguardan hacinadas en las celdas
de las cárceles bolivianas, en medio de la mayor crisis de los órganos judiciales.
T
ras las rejas, desde la sección de
la Posta del penal de San Pedro,
Hinosencio Adalid Carbajal me
mira con desconfianza. Al fin se
anima y accede a hablar sobre el estado
de la Justicia, sobre su proceso. Es delgado, moreno, con ojos pequeños y tiene
poco más de 30 años. Nos sentamos en
el patio. A los minutos llega su esposa,
quien vive con él en su celda, desde agosto de 2012, cuando lo detuvieron preventivamente mientras se investiga el caso de
corrupción en el que supuestamente está
involucrado. “No hay independencia de
poderes, hay un órgano que se impone.
Si bien no por parte del presidente Evo
Morales, sí de mandos medios”, se queja
al abordar el tema, mientras tres payasos
hacen reír a una treintena de niños, hijos
de presos, que comparten o no la reclusión de sus padres.
Es abogado y miembro de la Confederación Sindical de Comunidades
Interculturales. En 2010 llegó con el
Movimiento al Socialismo (mas) a la
alcaldía de San Buenaventura (La Paz).
En enero de 2011 dejó su cargo luego de
que los pobladores lo ataran a un poste
de luz, sanción de “justicia comunitaria”, y lo presionaran a firmar un pedido
de licencia indefinida. Está acusado de
desviar 1.500 de 2.500 turriles de cemento asfáltico destinados a la pavimentación de las calles de San Buenaventura,
puerta de entrada del Parque Madidi.
Desde fines de 2011, el Concejo
Municipal, el Movimiento Sin Miedo
(msm) y luego la Gobernación, que es
la que se querelló, presentaron pruebas
que inculpan a Carbajal y al asambleísta
departamental masista Marco Mollericona. La imputación tardó cuatro meses, las medidas cautelares seis y hasta la
fecha no hay acusación formal, demora
que, según la asambleísta departamental Willma Magne (msm), dio lugar a la
fuga de varios de los implicados.
Carbajal asegura que es inocente,
que no ordenó la salida de los barriles del
depósito y que desconoce el paradero de
éstos (460 se encontraron camino a Santa
Cruz). No obstante, admite que cometió el error al firmar el convenio, en esas
condiciones, con el gobernador de La
Paz, César Cocarico, miembro del mas.
—Pregunté por qué no hay contraparte del municipio, y me dijeron:
“firmá no más”, –recuerda. Dice que
aceptó porque en su mente retumbaron
las palabras de Mollericona y de otros
miembros del mas: “De esto depende tu
reelección”.
* Periodista.
Adalid Mamani Córdoba
Carbajal afirma que los abogados
de la Gobernación hacen lo imposible por inculparlo y que se aliaron con
Efraín Gonzales –comprador de los
460 tambores hallados, quien está con
detención domiciliaria–, que fue quien
lo acusó. Menciona la participación del
ex consejero departamental Carlos Medina, actualmente prófugo, y de asambleístas departamentales del mas, quienes no son investigados.
Habla de la injerencia del gobierno
en la Justicia, hecho conocido con el descubrimiento de la red de extorsión que
operaba desde los ministerios de Gobierno y Presidencia, y afirma que en Bolivia
no hay independencia de poderes.­
—¿Por qué a Severo Tola (responsable del Sedcam) y al almacenero no se
los ha imputado?, –se pregunta al referirse a quienes, al parecer, autorizaron
la salida de los barriles. —Porque no se
actúa con independencia, –se responde.
—¿Tiene pruebas?
—Tenemos amistad con fiscales,
con los que nos reuníamos en el Edificio
Esperanza; ellos nos contaban, y además
nos dijeron que la Gobernación tiene
un equipo de inteligencia que nos vigila;
ellos mismos tenían miedo.
Recuerda que tanto él como Mollericona son acusados del mismo delito,
pero éste tiene arresto domiciliario.
En ese sentido, el msm ha pedido
ampliar la investigación a Cocarico y
al Sedcam. El presidente del Concejo
Municipal de San Buenaventura, Daniel Mendía, también preso, afirma que
Cocarico suscribió el acuerdo sin que el
Concejo apruebe el proyecto de 21 millones de bolivianos.
Carbajal no se atreve a involucrar
a Evo Morales en la supuesta injerencia del Gobierno en la Justicia. Lo lla-
ma “comandante”, pero afirma que hay
gente en el mas que quiere perjudicarlo
e insiste en que hay presión política en
su caso. La Gobernación rechaza esa
acusación. Es más, para el asambleísta
departamental masista Alejandro Mendoza, quien sería uno de los involucrados según Carbajal, es el propio acusado
quien influye políticamente en el caso.
—Cómo puede la Gobernación haber influido en la Justicia? Son poderes
independientes (…). Él está influyendo
con sus chicanerías, porque hay extrema
tardanza en el proceso-, declarará más
tarde Mendoza.
—Luego de que se nos unieran dos
de sus abogados, –Carbajal hace el recuento de las 12 audiencias de cesación
de libertad suspendidas, según él, por
influencia de la Gobernación– los abogados de la dirección judicial de la Gobernación presionan a los jueces, yo he
pedido la reconstrucción de los hechos y
no quieren dar curso.
Las risas y las burlas interrumpen
la entrevista cuando los payasos llaman
a Daniel Mendía para que actúe en el
show, pero éste, riendo, se excusa.
***
Hablé con Daniel Mendía Tobías cinco
días antes. Está recluido porque Carbajal lo procesó por resoluciones contrarias a la ley e incumplimiento de deberes
cuando fungía como alcalde interino de
San Buenaventura. Ingresó a la cárcel en
noviembre de 2012 con una orden de
detención preventiva, al igual que Carbajal y el 84 por ciento de los presos de
los penales bolivianos.
Tiene la piel clara y un lunar en la
cara lo hace fácilmente reconocible. Su
historia está ligada a la de Carbajal, pues
como presidente del Concejo Munici-
pal por el Movimiento por la Soberanía
(ms) fue el primero en denunciar actos
de corrupción en su contra. Además, fue
el que lo reemplazó como Alcalde interino luego de que la primera suplente (del
mas) renunciara a días de su posesión.
Cuando llegó al mando de la Alcaldía, en abril del pasado año, encontró una
situación crítica, porque, debido a la denuncia contra Carbajal, el Ministerio de
Economía había congelado las cuentas
municipales. Desde inicios de 2012 no se
pagan salarios, ni desayuno escolar, ni el
recojo de basura ni otros servicios básicos.
En su mandato, Mendía descongeló en dos oportunidades las cuentas
por un valor de 460.014 bolivianos, con
los que –asegura– cubrió algunas de las
deudas. Las cosas mejoraban hasta que
Carbajal objetó dos veces la gestión de
Mendía ante el Órgano Electoral (oe),
el cual declaró ilegal su labor por lo que
éste renunció en agosto.
En ese momento, pesaba contra
Mendía y dos concejales una demanda
interpuesta por Carbajal, quien argumenta que seguía siendo Alcalde cuando
Mendía fungía como interino, puesto
que la licencia que firmó no tenía validez
porque lo hizo presionado.
Debido a que el proceso se instauró
en La Paz y no en su jurisdicción, como
manda la ley, los tres imputados se excusaron dos veces de dar sus declaraciones.
En noviembre de 2012, Daniel llegó a la sede de gobierno para regularizar
su situación ante el oe, para que éste
apruebe su interinato. Fue cuando dos
policías y el fiscal de materia, acompañados de los abogados de Carbajal, lo
detuvieron en la parada de buses cuando
pretendía retornar a su pueblo.
Daniel había revisado un día antes
(27 de noviembre) el libro de investigaciones de su caso en la Fiscalía y no figuraba el mandamiento de detención, que
tenía fecha de 31 de octubre.
—En ese momento sentí el peso
del poder del oficialismo, –afirma.
—¿Se imaginaba que podría ocurrirle algo similar?
—Desde que empecé a denunciar
lo del cemento asfáltico me dijeron que
iba a pasar eso, –agrega.
Mendía asegura que la demanda
obedece a una persecución política de
parte de Carbajal y de mandos medios del
mas. La acusación es negada por Carbajal, quien asegura que su denuncia es justa.
Asimismo, niega que presione a la justicia.
—Si tuviera influencia política, no
estaría aquí.
Si bien, Carbajal y Mendía son
enemigos políticos tienen tres cosas en
contrapuntos
1era. quincena de mayo 2013
sión, formada por asesores de los ministerios de Gobierno y Presidencia y en la
que están involucrados fiscales y jueces.
El descubrimiento de esta red desveló
a una Justicia que todavía es cooptada
por ciertos grupos de poder, donde la
corrupción es un modo de ingresos económicos para jueces y fiscales.
El constitucionalista Farid Rojas
explica que este grupo extorsionaba a los
implicados de diversos casos con la detención preventiva, medida cautelar que
llena las cárceles de manera discrecional
lo que ha generado hacinamiento en los
penales.
—¿Qué tal si se hace medidas para
eliminar la detención preventiva o reducirla al mínimo? Los fiscales ya no
extorsionarán a la gente con detención
preventiva.
Respecto al comportamiento de
fiscales, el fiscal general, Ramiro Guerrero, admitió, en un informe a la comisión de Justicia Plural de la Asamblea
Legislativa, los problemas de esa entidad
y dijo que se auditará todos los procesos.
—Una buena parte de los fiscales
de Materia eran dueños entre comillas
de los casos que veían: imputaban, acusaban, rechazaban de manera indiscriminada y no sólo temas de interés del
Estado sino también de personas individuales.
A partir de este panorama, el ex
defensor del Pueblo, Waldo Albarracín,
quien en los últimos años se ha mostrado muy crítico con el Gobierno, asevera
que la Justicia se deterioró y atraviesa
por uno de los momentos más difíciles
y complejos.
—El órgano Judicial muestra una
mediocridad atroz y una ausencia de vocación de justicia, donde se mantienen
bolsones de corrupción, índices de prevaricato e impunidad de los ricos.
La afirmación de Albarracín se evidencia con los procesos a los operadores de la Justicia. En el caso de fiscales,
existen 769 con procesos penales y 573
con procesos disciplinarios. Respecto a
jueces, en 2012 el Consejo de la Magis-
común: Ambos sostienen que están presos por razones políticas, ambos procesos están plagados de una serie de irregularidades, y los dos están privados de
libertad sin sentencia y lejos de sus familias, lo que provoca que ambos, aunque
se contengan, derramen lágrimas al concluir las respectivas entrevistas.
***
—Tenemos problemas con la Jus­ticia,
(…). No me hablen de ella, –fueron las
palabras del presidente Evo Morales,
en enero de 2013, parafraseando al difunto compadre Carlos Palenque, líder
populista de los 90, quien contestó de
esa manera cuando le preguntaron por
su ex esposa.
Esta declaración hizo meses después de que se destapara la red de extor-
Jorge Mendieta Gonzales
***
Ambos casos son una muestra de que los
bolivianos no sólo no confían en la Justicia, sino que creen que hay injerencia de
parte del poder político en las distintas
instancias judiciales: fiscalías, juzgados,
Tribunal Constitucional, etc., y ponen de
manifiesto el grado de crisis o decadencia
–como la llaman algunos analistas– que la
afecta, una crisis caracterizada por retardación, ineficiencia, injerencia y corrupción, que se arrastra desde 1990.
Para el diputado masista Galo Bonifaz, la Justicia tiene aún las mismas
malas prácticas de anteriores administraciones neoliberales, donde ésta se
circunscribía al grupo de poder y eran
los partidos políticos que la controlaban. Por ello, el gobierno de Morales se
comprometió a cambiarla en el marco
del “proceso de cambio”.
A partir de ello, la Justicia atravesó por tres etapas, en palabras del ex
presidente de Bolivia y ex presidente de
la Corte Suprema de Justicia, Eduardo
Rodríguez Veltzé: la primera, denominada de transición, se caracterizó por
“el desmantelamiento del sistema y su
coptación”, con la designación de altas
autoridades judiciales por parte de Morales y no del Congreso Nacional.
En la segunda fase, relacionada con
el proceso de la Asamblea Constituyente (2006-07), se definieron las bases del
nuevo órgano judicial, la elección de las
máximas autoridades judiciales por voto
popular y la incorporación de la justicia
indígena. En la tercera etapa, que es la actual, se produjo la implementación de los
nuevos principios, como la elección de las
nuevas autoridades judiciales en 2011.
Rodríguez considera que aún falta
mucho por aplicar, pero tiene una visión
optimista porque que cree que ciertas
bases de la cpe contribuirán a una nueva
cultura jurídica.
—Es un tiempo relativamente fe­
cundo de transformaciones, aunque no
todas han sido las más afortunadas, pero
hay bases interesantes para una transformación integral del sistema, dice en una
entrevista concedida antes de su designación como embajador plenipotenciario en La Haya.
tratura recibió 2.224 denuncias de las
que sólo 86 fueron probadas.
El ex Defensor del Pueblo dice que
uno de los principales motivos para que
la Justicia esté en las actuales condiciones es la injerencia política por parte del
gobierno.
—Lo más preocupante son los niveles de subordinación política. Es decir, el órgano Ejecutivo, especialmente
de aquellos casos que son de su interés
político, sigue definiendo el destino de
los fallos judiciales y los jueces y magistrados se siguen subordinando a eso.
Albarracín hace esta afirmación a
18 meses de que la Justicia siga sin dar
con los responsables de la violenta intervención de la Policía a la marcha indígena y de que descartara al entonces
ministro del gobierno del caso; y a siete
meses de que el magistrado Gualberto
Cusi denunciara presiones del Ejecutivo
al Tribunal Constitucional en el fallo sobre la consulta del tipnis, denuncia de
la que se retractó.
—Los casos recientes dan cuenta de que esos factores de cooptación,
de influencia, de intentos de afectar las
decisiones independientes de los jueces
pueden venir nuevamente del poder
Ejecutivo, dice Rodríguez Veltzé.
Empero, el ex presidente es cauto
con el tema e insiste que no toda la Justicia
está en crisis y que si bien existe un “deterioro, no significa que todo el gobierno
esté controlando toda la judicatura”.
***
La mañana del 7 de febrero, decenas de
personas recibieron en la plaza de Potosí
a René Joaquino, de Alianza Social (as).
Cargado en hombros, con chamarra beige y pantalón y zapatos cafés, coloreado
con mixtura y envuelto en banderas verdes, se aprestaba a volver a la Alcaldía.
Retornaba a su cargo luego de dos
años de que fuera suspendido debido a
que pesaba contra él la denuncia de daños
al Estado por la supuesta compra irregular de vehículos y maquinaria pesada. Por
ello, incluso fue sentenciado a tres años
/7
de prisión, pena que luego fue anulada
por el Tribunal Supremo de Justicia.
La suspensión de Joaquino se basó
en los artículos 144 al 147 de la Ley Marco de Autonomías y Descentralización
Andrés Ibáñez (lmad), que autorizaban
la suspensión de una autoridad regional
con la sola acusación de un fiscal. Con la
misma disposición se destituyó a 19 autoridades electas, incluidos los gobernadores opositores Ernesto Suárez (Beni)
y Mario Cossío (Tarija) y 15 alcaldes, la
mayoría del mas. La oposición acusó al
gobierno de valerse de estos artículos
para “anular a sus adversarios”.
Sin embargo, el 5 de febrero, el
Tribunal Constitucional Plurinacional
sorprendió con la sentencia que declaraba inconstitucionales los mencionados
artículos de la lmad.
“La decisión del Tribunal fue acertada, en tanto privilegia la vigencia de
presunciones y garantías constitucionales
sobre las políticas legislativas concentradas en la criminalización y la persecución
penal desproporcionada sobre servidores
públicos o particulares”, opinaría más
tarde Eduardo Rodríguez Veltzé en un
artículo en el diario La Razón.
Esta sentencia permitió al gobierno
asegurar que no existe presión por parte
del Ejecutivo sobre el órgano Judicial y
que éste es autónomo. “Hay independencia de órganos, hay la posibilidad
de que los tribunales ejerzan y hagan
un trabajo libre, trabajo absolutamente
profesional”, fueron las palabras de la
presidenta de la Cámara de Senadores,
Gabriela Montaño.
—Tengo la desconfianza de que en
algunos casos por decisión del propio
gobierno, el Tribunal esté mostrando
cierta vocación o respeto a la cpe, dice
Waldo Albarracín.
Sin embargo, sospecha que la intención gubernamental es mostrar al tcp
como un ente independiente, para que
cuando salgan fallos relacionados con el
gobierno, como la reelección de Morales,
no sean cuestionados por una supuesta
subordinación al poder político.­
8/
contrapuntos
1era. quincena de mayo 2013
Rodríguez Veltzé:
“Hay un nivel de incertidumbre sobre los resultados”
Enrique Eduardo Zalles*
Al comparar su elección como embajador en La Haya con su designación a la Presidencia de la República en 2005,
Rodríguez Veltzé dice que en ambos casos las circunstancias se cruzaron con la vocación y el oficio.
E
l embajador extraordinario y plenipotenciario en La Haya, Eduardo
Rodríguez Veltzé, quien presentó
la demanda boliviana contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia
(cij) el 24 de abril pasado, admitió que
“indudablemente hay un nivel de incertidumbre, pero no respecto a lo racional de
la decisión tomada, sino a los resultados
del curso de acción” jurídica.
En una entrevista realizada en días
previos a su viaje a La Haya, el ex presidente de la República y ex presidente de
la Corte Suprema de Justicia atribuyó la
“incertidumbre” al hecho de que la acción
jurídica “no está en manos de los bolivianos, ni siquiera tan solo de los chilenos,
sino inicialmente de un tribunal de justicia internacional”.
Al comparar su elección como embajador en La Haya con su designación
a la Presidencia de la República en 2005,
sin habérselo propuesto y a pesar suyo,
dijo que en ambos casos las circunstancias se cruzaron con la vocación y el
oficio, haciendo válido el dicho de José
Ortega y Gasset sobre el hombre y sus
circunstancias.­
P.- En su vida tomó dos decisiones
que no estaban en sus planes. Aceptar la
Presidencia de la República no ha debido
ser nada fácil. Tampoco aceptar ser embajador extraordinario y plenipotenciario.
en La Haya ¿Qué aspectos humanos han
pesado en estos dos momentos, que han
tenido una gran respuesta, como se ha visto en el twitter? ¿La parte humana de esos
momentos realmente grandes es importante no?
R.- Uno responde en las circunstancias, además a
su convicción o su vo­cación, según ese dicho de Ortega
y Gasset. En alguna medida esas dos coyunturas se cruzaron no solamente como coyuntura o circunstancia
sino con mi vocación o mi oficio.
En el primer caso (aceptar la Presidencia), yo tenía un mandato legal de la Constitución que era prácticamente inexcusable. Más que una decisión personal
había un mandato de la Constitución que activaba una
sucesión forzosa y no era conveniente ni legal no asumirla.
A ello se sumaba, indudablemente, mi experiencia
en la Corte Suprema de Justicia, pero también mi anterior experiencia en el Poder Ejecutivo como funcionario de la Contraloría General de la República. Esta
experiencia de muchos años contribuyó a mi desempeño en la Presidencia de la República. Por eso, esos siete
meses han sido relativamente “llevaderos”, aunque no
sencillos.
En estas experiencias se configuraron los conceptos de la circunstancia, de la vocación y el oficio.
Hoy, tantos años después, surge algo casi similar.
Un mandato que me obliga a aceptarlo, pero tal vez la
convicción, la causa sí es definitivamente explícita y lo
hago con muchísimo gusto también.
Si bien (como decano de la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas de la Universidad Católica), no estoy
en una ocupación vinculada directamente con el derecho
internacional y la actividad de la Corte Internacional de
Justicia, la academia, al cubrir la enseñanza del derecho
y explorar lo que desarrolla en diferentes ámbitos, entre
ellos el derecho internacional, a quienes estamos en la
academia nos expone a tener una noción, una proximidad
a los desarrollos de lo que está sucediendo en el mundo
del derecho y, obviamente, ésta es una causa que la hemos
seguido desde hace mucho tiempo.
P.- Ha participado en el traspaso del mando presidencial en circunstancias políticas nada normales. Eso
también ha sido un desafío especial, digamos, para su
función de Presidente. Eso también obviamente no
sólo depende de la vocación y las circunstancias, sino
también de la actitud personal y positiva hacia la necesidad de cambiar las cosas para que salgan bien y han
salido bien por la autoría suya.
R.- No, hay una circunstancia muy especial el
2005, porque se precipitan normativas que antes no
habían sido aplicadas, como la sucesión presidencial
hasta el presidente de la Corte, la necesidad de transformar la Constitución
para que las elecciones no sean sólo
para Presidente y Vicepresidente, sino
además para miembros del Congreso,
senadores y diputados. Y un agregado
que también contribuyó a ese éxito es
un consenso de las fuerzas políticas, de
los movimientos sociales, de los factores de poder, para además incluir una
agenda de transformación política, la
realización de la Asamblea Constituyente, la elección de los entonces prefectos hoy gobernadores y los referendos autonómicos.
Entonces se logró un paquete, si se
quiere, que dio acuerdo, digamos abrió
un puente a un nuevo tiempo de grandes
trasformaciones que las estamos viviendo. En realidad, de lo que se trata y lo
que sirve como lección es que siempre
debe haber una amplitud de criterios
que faciliten estos diálogos y todos salen
ganando.
Ahora el tema del mar es también
muy especial, porque durante muchos
gobiernos, durante muchísimos años, se
han intentado diálogos, acuerdos, quejas, soluciones, etc.
P.- Esta es la primera vez que se
toma una decisión tan radical, que es
ir a la Corte de La Haya con una propuesta, aunque todavía no es pública
oficialmente, pero el presentarla a estos
niveles supone una política de Estado,
donde el presidente, los ex presidentes
Franz Quispe Uscamayta
y ex cancilleres han participado. Es otra
circunstancia única. ¿Personalmente cómo ha reaccionado para decir sí?
R.- Indudablemente hay un nivel de incertidumbre,
pero no respecto a lo racional de la decisión tomada, sino
a los resultados del curso de acción, porque no está en
manos de los bolivianos, ni siquiera tan solo de los chilenos, sino inicialmente de un tribunal de justicia internacional.
Pero yendo más a la respuesta. Yo tenía un seguimiento a los anuncios del Presidente, porque esto fue
un anuncio presidencial, que fue gradualmente consultado. Es decir, no hay tampoco una sorpresa absoluta
en la decisión. Sabíamos que se estaba trabajando en
un espacio de Poder Ejecutivo, una suerte de preparación muy cuidadosa de conducir una demanda. En la
segunda reunión con los seis presidentes tuvimos conocimiento con mucho más detalle de ese rumbo. Valoré el cargo en términos de responsabilidad no tanto
personal sino de Estado. De manera que tampoco hay
una sorpresa tan grande, pero yo tengo un sentido de
que hay un trabajo previo responsablemente elaborado
sobre el cual mi concurso se suma, nada más.
* Periodista.
1era. quincena de mayo 2013
/9
contrapuntos
La crisis del órgano Judicial: El caso de la Acción
Popular contra la carretera por el tipnis
Carlos Derpic*
El fallo muestra, una vez más, el sometimiento del Órgano Judicial al Ejecutivo […]. En verdad, las únicas ilusiones son las del cambio,
la justicia plurinacional y el vivir bien.
L
os primeros días de enero de 2012, se posesionó
a los “ganadores” de las elecciones del Órgano
Judicial –que en realidad fueron ganadas por los
votos nulos– con la promesa de enterrar a la justicia romano-canónica y neoliberal y poner en vigencia
la justicia plurinacional.
Hoy, después de un año y poco, se alzan muchas
voces para señalar la tremenda crisis de la administración de justicia en Bolivia. Y es que los episodios de la
red de extorsión (cuyos alcances y consecuencias han
pretendido ser limitados únicamente a las personas directamente involucradas con las acciones de extorsión)
mostraron que las cosas andan muy mal en materia de
administración de justicia. Lo mismo puede decirse de
decenas de casos de retardación de justicia y otros males, que muestran la grave crisis del Órgano Judicial.
Hasta el Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos, Denis Racicot, caracterizado por su silencio cómplice y su conducta complaciente y obsecuente ante a las constantes vulneraciones
de derechos humanos por parte del gobierno y del Estado, dijo que la justicia boliviana se encuentra en una
profunda crisis, expresada en falta de tribunales, jueces
y la retardación de procesos que se acumulan desde varios años en el Ministerio Público; agregando que la retardación de justicia también provoca el hacinamiento
de las cárceles del país con miles de personas detenidas
preventivamente (una de ellas, Leopoldo Fernández),
que a falta de jueces no pueden tener un proceso judicial que les permita salir en libertad.
Ya en enero del presente año, el secretario de Gobierno de la Gobernación de Santa Cruz, había dicho
que la justicia estaba peor que en anteriores gobiernos.
El 26 de abril pasado, el Decano del Tribunal Supremo
de Justicia (tsj), Jorge von Borries, dijo que existe profunda crisis en la administración de la justicia boliviana,
peor que en las pasadas gestiones. Al día siguiente, la
prensa nacional publicó las declaraciones del magistrado Gualberto Cusi que, al reincorporarse a sus funciones, dijo que la justicia afronta tres problemas: corrupción, burocracia y retardación, asegurando que “no hay
cambios en la justicia”.
Después de casi un año y medio de funcionamiento
del Órgano Judicial Plurinacional, pretendida novedad
del gobierno del cambio y supuesta expresión del momento de inflexión entre la justicia neoliberal y la plurinacional, todo está, evidentemente, peor que antes.
Las opiniones mencionadas, sólo confirman, de
viva voz de algunos de los propios protagonistas y de
algunos obsecuentes, lo que la población padece en los
tribunales: retardación de justicia, extorsión, coimas,
maltrato, sometimiento a las órdenes e instrucciones
que emanan del Ejecutivo, y muchos otros males que
expresan de manera indubitable y lamentable que los
derechos humanos se violan más que antes y que los
pretendidos cambios en la administración de justicia, no
aparecen más que en la imaginación de sus mentores.
Un caso paradigmático de esta situación se ha
producido con la Acción Popular que ciudadanos/as
interpusieron para obtener tutela al derecho al medio
ambiente, solicitando al Órgano Judicial,
que actúe evitando la construcción de la
carretera entre Villa Tunari y San Ignacio de Moxos por el centro del tipnis.
Dicha Acción Popular fue presentada el 4 de octubre de 2012 y rechazada de inmediato (“in limine”, en contra
de lo dispuesto por el Código Procesal
Constitucional) por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz. El Tribunal Constitucional Plurinacional, determinó después de algunos meses, que la Acción
debía admitirse y determinarse “lo que
fuere de ley” en audiencia. Tal audiencia se señaló inicialmente para el 28 de
febrero de 2013, pero el Presidente de
la Sala, reaccionando tardíamente, se
excusó bajo al argumento de que, recién
en ese momento, notaba que una de las
autoridades accionadas le había iniciado
dos procesos penales. La excusa dio lugar, desde luego, a mayor retardación, a
la que se añadió la lamentable conducta
del Oficial de Diligencias que notificaba diligentemente otros asuntos, menos éste, hasta que la presión de
los accionantes –incluidos un par de plantones ante el
Tribunal– le obligara a cumplir con sus obligaciones.
Por fin, el 20 de abril pasado se realizó la audiencia. La seriedad y solemnidad del Presidente de la Sala
Penal y del Vocal convocado por la excusa del Titular eran indiscutibles, sobre todo cuando el primero
de ellos advirtió que la decisión se tomaría en función
del Derecho y no a los gestos de estupor, indignación,
aprobación o desaprobación que hacían los asistentes a
la audiencia. ¡Cuánto le temen los obsecuentes al pueblo y sus expresiones!
El Presidente negó que el texto de la Acción
Popular sea leído, como dispone el Código Procesal
Constitucional. Al parecer, no tomó conciencia de que
entre la presentación de la Acción y la audiencia, habían transcurrido medio año y que era necesario referirse a nuevos hechos.
Por otro lado, también fue “extraordinaria” la actuación de los abogados de las autoridades accionadas.
Todos manifestaron su extrañeza ante el hecho de que
sus ministerios e instituciones hayan sido demandados:
“¿Carretera, cuál carretera?” “¿Trazo por el medio del
tipnis, de qué hablan? “¿Contrato?” “¡No hay contrato!” Verdaderos autores del “Yo no fui” y de la política
del avestruz, apoyados firmemente por la empresa brasileña oas. Todos en conjunto pretendieron mostrar a
los accionantes como locos, que interpusieron una Acción Popular en contra de algo que supuestamente sólo
exisitiría en sus mentes.
Por supuesto, la Sala Penal Segunda denegó la
tutela, fundando su fallo en los argumentos de las autoridades accionadas: No hay contrato; no hay trazo de
ningún tramo; no hay solicitudes ni órdenes relativos a
la construcción de una carretera, la Sala Penal Segun-
Roly Huanca Huari
da no podría, según esta lógica, valorar hechos futuros
que, por ahora, serían inexistentes.
Claro, las afirmaciones del Presidente Morales en
sentido de que la carretera se hará “sí o sí”; la marcha de los pseudo indígenas de conisur pidiendo la
construcción de la carretera por el tipnis, la consulta
trucha que llevó adelante el Ejecutivo, con apoyo del
Órgano Electoral, para construirla … todo eso, es ilusión para la Sala Penal Segunda. Tampoco entienden
sus miembros la significación de la expresión “amenaza” que, según el Diccionario de la Real Academia
de la Lengua de España, quiere decir “Dar a entender con actos o palabras que se quiere hacer algún mal
a alguien” y/o “Dar indicios de estar inminente algo
malo o desagradable”. Cualquier amenaza es, como lo
muestra el sentido común, algo futuro, algo que puede
suceder, y ante ello se interpuso la Acción Popular.
El fallo muestra, una vez más, el sometimiento
del Órgano Judicial al Ejecutivo, y su actuación al servicio de los cocaleros. En verdad, las únicas ilusiones
son las del cambio, la justicia plurinacional y el vivir
bien, prometidas hasta el hastío. Y si de realidad se trata, además del sometimiento de los Órganos Legislativo y Judicial al Ejecutivo, habrá que reconocer que
la Octava y Novena Marcha Indígena fueron exitosas,
porque impidieron, hasta el momento (¡y no es poco!)
la construcción de un trazo ilegal e innecesariamente
devastador para un área protegida y territorio indígena.
Por lo demás, el fallo mencionado deja en claro –aunque sin que esa haya sido la intención– que, en caso de
haber trazo por el centro del tipnis, contrato, norma
o acto administrativo que autorice la construcción de
la carretera, se afectará el derecho al medio ambiente y
procederá cualquier tutela que se solicite.
* Abogado y docente universitario.
10 /
debate
1era. quincena de mayo 2013
La trayectoria histórica del mestizaje
Fernando Molina*
Comentario sobre el libro Sirenas y charangos – Ensayo sobre el mestizaje, que Carlos Mesa acaba de publicar.
L
Elías Arcani
a palabra “mestizo” significa persona de raza
mixturada desde mucho antes de Colón. Luego
de éste, fue usada para designar una clase específica, la más importante, de hibridación americana, la que se producía entre blancos e indígenas.1
El contacto con mujeres indígenas no sólo no fue
evitado, sino buscado activamente por diversos medios
–la mayoría de ellos reprobables– por los conquistadores españoles. Fue una vía de desahogo sexual y de
construcción de relaciones familiares de interés político
con las castas indígenas de elevada condición que sobrevivieron a la caída del mundo precolombino. Aunque
durante la institucionalización colonial se trajo mujeres
de España para casar a los cristianos de las Indias, nunca
se hizo un esfuerzo sistemático para impedir que estos
continuaran relacionándose sexualmente con indígenas,
y, por tanto, procreando mestizos. “Sólo producen mestizos (raza maldita)” se quejaba el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala a principios del siglo xvii.2 Nótese
que Poma de Ayala no era un blanco, sino un indio letrado, lo que también nos muestra la peculiaridad de la
colonización hispana. Otro cronista de la primera etapa,
mucho más famoso, firmaba como “inca” y era hijo de
un alto funcionario español, Garcilaso de la Vega, y una
mujer indígena noble. Son figuras que resultan inconcebibles en otros procesos coloniales…
Aunque tanto dentro como fuera de la cama las
relaciones entre españoles e indias fueron opresivas,
violentas y patriarcales, al mismo tiempo fueron abiertamente toleradas, incluso por la Iglesia Católica, dada
a resignarse ante la naturaleza pecaminosa del hombre.
Esto hizo un abismo de diferencia, si no para las mujeres, víctimas de un “aparato” de violación y seducción
deshonesta, sí desde el punto de vista del mundo que
este cruce iba a crear.
No es extraño entonces que después de tres siglos
las repúblicas americanas nacieran divididas en al menos
tres fracciones: una minoría blanca, que detentaba los
hilos del poder; una mayoría indígena que vivía en relativo aislamiento, y una creciente y dinámica población
mestiza con lazos con los otros dos mundos, pero menospreciada y vista con aprehensión por ambos.
“Raza maldita” que resultaba del abandono del
ambiente protector de la “república de indios” que los
monarcas habían creado con sabiduría para evitar que
1
2
Carmen Bernand y Serge Gruzinski, Historia del Nuevo Mundo,
Tomo ii: Los mestizajes, 1550-1640.
Primer Nueva Crónica y Buen Gobierno (ant. de Josep M. Barnadas).
los indígenas se contaminaran con el vicio y el pecado de
los blancos, según el indio Poma. “Raza maldita” que no
encontraba acomodo en la estrecha economía colonial
(basada en el privilegio de nacimiento) y por eso era carne de cañón de la agitación política, huésped de los bajos
fondos de las ciudades y los puertos, y feligresía de todas
las herejías (inclusive de la más peligrosa, la jacobina),
según las autoridades españolas.3
Los mestizos participaron decisivamente en la Independencia, tanto como estamento claramente identificado cuanto que camuflados como blancos e indios, pero en
el nuevo período no mejoró la consideración que les tuvieron ni las élites americanas ni los indígenas. Más bien
todo lo contrario, por una razón simple: a lo largo del
siglo xix, y de la mano de la dinamización de la economía
y las ciudades, fueron incrementando su número, educándose y ganando una mayor importancia económica, lo
que a ojos de los blancos los volvió tan o más preocupantes que los agricultores indios, que se mantendrían relativamente calmados hasta el siglo siguiente. Y a los ojos
de los indios los hizo aparecer como la facción más odiosa
–por cercana y contumaz– de la clase opresora.
“Raza maldita” por adquirir las letras y los oficios
para medrar de los blancos, a los que prestaba servicios
indignos, y de los indios, a los que explotaba por medio
del comercio y de la administración de la ley.
En Bolivia el odio por el mestizo se transfiguró
políticamente en la aversión de las élites al belcismo,
una corriente post-independentista que expresó la resistencia popular a los proyectos modernizadores de las
élites y anticipó la posibilidad (abominable) de que los
“cholos” ocuparan el poder. Esta revolución sólo ocurriría plenamente cien años después, pero, aún así, el
anti-belcismo explica buena parte de la historia política
del siglo xix.
Ya sabemos, empero, que la aversión era más que
política, es decir, que no sólo se guiaba por motivos racionales. Se trataba en realidad de una fobia (su nombre
exacto es mixofobia), un terror patológico que uno de
los primeros en padecer fue Poma, que por ello acuñó esa frase que después se repetiría incansablemente:
“raza maldita”. Resulta útil remontarse a Primer Nueva
Crónica y Buen Gobierno para averiguar en qué consiste
esta poderosa emoción, porque el cronista nos permite
observarla en su origen, cuando se despierta por primera vez ante un fenómeno hasta entonces desconocido.
Encontramos entonces que lo que él temía, dicho en
términos generales, era la posibilidad de la mezcla entre
quienes consideraba sus pares y otros a quienes no concedía el mismo estatuto. El móvil de todo racismo es el
temor a la mezcla, que no es ajeno al hecho de que tal
mezcla se produzca en el lecho, es decir, en el momento
en que cuerpos de distintos colores se unen en el abrazo
sexual. Por esta razón la mixofobia tiene siempre un matiz patriarcal y machista. Una cosa es que los españoles
puedan preñar a las indias y, otra, que los indios puedan
tocar a las mujeres blancas. El cruce en un sentido no es
equivalente al cruce en otro, inclusive en nuestros días.
La mixofobia que alimentó el anti-belcismo no
desapareció con la muerte del caudillo y la dispersión
de sus seguidores. Continuó su camino, ya enfocándose
en las bases del partido liberal, ya criticando el “emblanquecimiento” de las capas mestizas superiores por medio de matrimonios por conveniencia. Se expresó en el
discurso racista de las primeras cuatro décadas del siglo
3 Marcelo Carmagnani, Alicia Hernández y Ruggiero Romano,
Para una historia de América I. Las estructuras, 1999.
xx, representado primero que por nadie por Arguedas,
y en el que también se inscriben, aunque en clave crítica, Tamayo y los novelistas del “encholamiento”, como
Costa Du Rels y Medinaceli.
Hay que hacer notar, sin embargo, que los dos
últimos autores exploran la mixofobia o, en el caso de
Medinaceli, la combaten, a través de la descripción del
“encholamiento” entre varones blancos y mujeres mestizas, sin nunca tratar la posibilidad opuesta, lo que nos
indica que incluso para ellos ésta reviste la condición de
un tabú.
El discurso racista condenaba la estolidez indígena
y el “birlochaje putrefacto” (Tamayo dixit) que superaba a un casta blanca débil y pusilánime, y advertía, por
boca de Arguedas, sobre la “enfermedad” y la “decadencia” de la nación. Esta ideología respondía a la estrategia modernizadora que las élites intentaban imponer
al país, que básicamente consistía en imitar a Europa
dándole las espaldas a la realidad nacional, es decir, en
una forma de eurocentrismo. Era contradictoria en sí
misma, ya que de sus objetivos se derivaba la necesidad
de preparar a los indígenas para la modernidad, lo que
pensaba lograrse con su educación y su transformación
de comunarios en asalariados, algo que, como es lógico,
tarde o temprano conduciría a su mestización, el proceso que al mismo tiempo, como ya sabemos, se rechazaba
enérgicamente.
No otro es el dilema que intentó resolver, sin lograrlo, la obra principal de Tamayo: La creación de la
pedagogía nacional. Poseedor de una de las inteligencias
más vigorosas de la época, este escritor no pudo librarse
del racismo que impregnaba el ambiente en el que vivió.
Y sin embargo llegó a comprender en cuál de los dos
bloques, el dominante o el plebeyo, alentaba la vida, y
en cuál una casta se marchitaba como paso previo antes
de su desaparición.
La novedosa intuición de Tamayo está vinculada
a los grandes cambios de este momento, la industrialización minera y la urbanización, que modernizaron
primero que nadie a los mestizos, puesto que éstos no
estaban atados a la tierra, y los convirtieron en una parte
cada vez más importante de las clases mercantil y profesional, condición en la que podían ser explotadores de
la mano de obra rural o, cuando no lograban hacerse
un espacio dentro de la sociedad minera, activistas de
ideas radicales. Otra parte del estamento pasó a crear un
incipiente proletariado, que necesitaba y estaba dispuesto a aliarse con los indios. Estos dos hechos prepararon
las condiciones para que el país se empapara de, y asimilara a fondo la influencia de la revolución mexicana,
que había abierto el camino a ideas opuestas a las que
defendían las élites eurocentristas bolivianas. En este
momento comienza la era del nacionalismo. Convertidos en fundamentales actores políticos, los mestizos
apuestan por una vía propia hacia la modernización, sin
Europa ni Estados Unidos, a los que denuncian como
fuerzas imperialistas o, en otros casos, agotadas por la
historia. Frente a la decadencia de la cultura occidental, Latinoamérica debía encontrar en ella misma, en sus
propias circunstancias, el relevo. Y las dos parcialidades
que conformaban la nacionalidad, la hispana y la indígena, debían celebrar, no deplorar, su unión “cósmica” en
una formidable nueva raza, como dejó dicho el principal
teórico de la revolución mexicana, José Vasconcelos.
En los cuarenta, el boliviano Guillermo Francovich, opinando sobre los temas que la revolución mexi* Periodista y escritor.
1era. quincena de mayo 2013
cana había planteado a América, anunció que una nueva
cultura estaba surgiendo en estas tierras, pero que la
misma no podría prescindir de la rica y polifacética herencia europea.4 Un año después, Carlos Montenegro
proclamó que el mestizaje ya no era el problema, sino
la solución; los mestizos formaban, junto con los indígenas, las “clases nacionales” que, en adelante, serían las
fuentes de la transformación del país.5
La modernización económica e intelectual del país
quitó a la exclusión racial toda fuerza de persuasión
intelectual y toda eficiencia política. Esta debía caer y
cayó. En los años cincuenta, la Revolución Nacional llevó finalmente a los mestizos al poder, entregó derechos
políticos a los indígenas y aplastó el librecambismo y la
visión política censitaria de la “rosca” u oligarquía que
había gobernado al país hasta entonces.
En este proceso resultó fundamental el que, a raíz
del horror de la segunda guerra mundial, se hubiera
destruido las condiciones de posibilidad de la “ciencia
racial” que hasta entonces fuera el non plus ultra de la
interpretación sociológica; de ahí en adelante, el discurso político y social ya no podría expresarse en estos
términos. Desde este momento se negó las diferencias
entre razas, es decir, corporales, y se aceptó únicamente
la existencia de diferencias culturales o “étnicas”.
Entonces la palabra “mestizo” dejó de traer a mientes una fisonomía, un biotipo, y comenzó a designar al
boliviano paradigmático, éste que, al amparo de los nuevos derechos ganados por la revolución, podía formarse
para restañar las heridas que había dejado la secular exclusión de lo indígena, y para ocupar el sitial vacante de
“sujeto de la construcción nacional”. El mestizo empezó
a ser el “hispano-indígena” capaz de combinar el legado
de las dos culturas creadoras de la nación. Las acepciones desagradables que tenía la palabra se traspasaron a
otra: “cholo”, y así la mayoría de los bolivianos, inclusive
los miembros de las capas más elevadas, pudieron considerarse “mestizos”, como sigue ocurriendo hasta este
momento.
Quitando al proceso de mestizaje su antiguo contenido racial, “mestizo” devino en un concepto equivalente a “sincrético”, que, como éste, permite referirse a
la mezcla, no ya la de los genes, sino la de las cosmovisiones, los lenguajes, el arte, las costumbres. Despojada
de carnalidad, en un mundo al que los crímenes de Hitler le habían enseñado una dura lección, la mezcla dejó
de despertar miedo y se comenzó a ver, por el contrario,
como la esencia de nuestra identidad latinoamericana
y boliviana. Del miedo al mestizo se pasó a la exaltación del mestizaje. La historia se comenzó a interpretar como un proceso de enriquecimiento a través de las
fusiones y mutuas influencias, y no como una caída en
espiral desde una edad de oro, fijada en algún momento
pretérito. Los investigadores redescubrieron nuestro
pasado como un inconsciente proceso de entrecruzamiento religioso, artístico, culinario, organizativo. Encontraron que, pese a los denuestos contra el mestizo
racial, desde 1492 (si no antes) la sociedad americana
se fue constituyendo como una sociedad cultural y étnicamente mestiza; por ejemplo, que el barroco americano no fue una mera trasposición de la moda europea
al Nuevo Mundo, así que lo bautizaron “barroco mestizo”. Este proceso, al revalorar el aporte artístico, organizativo y espiritual indígena, muy a menudo enfatizó
el lado indígena del mestizaje. Pero su lógica también
posibilitó una revisión del papel de los españoles, que,
después del cataclismo, realizaron una gigantesca obra
constructiva (para comenzar, las principales ciudades de
América, el Derecho de Indias, la exploración de todo
el territorio), que había quedado opacada por el lógico
distanciamiento inicial de las patrias latinoamericanas
de España y, después, por el afrancesamiento y la anglomanía de las élites blancas, avergonzadas casi por igual
de los dos rostros de su pasado.
4 Pachamama, 1942.
5 Nacionalismo y coloniaje, 1943.
debate
Gracias a estos estudios, hoy la historia del periodo
colonial con la que podemos contar es mucho más rica,
balanceada y justa que la que se solía escribir antes.
La ideología del mestizaje, entonces, permitió mirar
hacia el futuro, pero también hacia el pasado, con espíritu
de reconciliación. En esa medida, fue la primera creación
intelectual propiamente latinoamericana, aunque por
supuesto se alimentó de fuentes europeas, así como del
rescate de algunos importantes elementos de las culturas
precolombinas. El nacionalismo es universal, pero por su
propio contenido evita usar parámetros foráneos y tiende
a entender la realidad, a aceptarla, incluso podría decirse
que a “perdonarla”. Gracias a este acto de reafirmación,
es la corriente que con más facilidad y por más tiempo ha
dirigido los destinos de la nación.
Carlos Mesa acaba de presentar un libro, Sirenas
y charangos, que se halla firmemente asentado en esta
tradición, la más importante de nuestro país. El libro
explica Bolivia como un revoltijo cultural, como un continuo entrecruzamiento de ideas, como un laberinto de
influencias, como un país mestizo hasta la médula. Con
ello quiere reivindicar el aporte hispano a la conformación de la nación, que se ha perdido de vista en los últimos años, a raíz del decaimiento de la ideología del mestizaje. Mesa recuerda que Bolivia se formó demográfica
y geográficamente en el periodo pre-republicano, que
sus costumbres, expresiones, mentalidades provienen
tanto del mundo andino como de España. Quizá baste decir, para ilustrar este razonamiento, que incluso el
nombre con que se designa a los pueblos americanos
o “indios” no es el que estos usaban para hablar de sí
mismos, sino un nombre mestizo, traído por Colón y
luego impuesto como la categoría colonial con la que,
sin embargo, los indígenas de hoy pueden identificarse,
y se identifican de hecho.
Carlos Mesa hace una apología de la mezcla cultural, con la explícita intención de basar en ella el orgullo
nacional. Es una tarea comparable a la de los intelectuales nacionalistas del siglo xx, aunque, por supuesto,
Mesa tome la palabra más de medio siglo después, cuando muchas cosas han cambiado.
A 61 años de la Revolución Nacional, la creación
de una nítida identidad nacional, que englobe y uniforme a todos los grupos subnacionales, no se ha cumplido plenamente, por una serie de razones que no puedo
exponer aquí. Y este fracaso, como es lógico, ha abierto espacio a la crítica del mestizaje, que mediante un
proceso complejo y fascinante –uno de los fenómenos
más llamativos del periodo democrático que se abrió en
1982– desembocó en la conformación del indianismo
contemporáneo.
Ahora bien, allí donde aparece la crítica también es
posible la crítica de la crítica, a la que Mesa contribuye
no como un Zavaleta o un Céspedes, quienes desautorizaban el “indigenismo” de su época porque “le hacía
el juego a los enemigos de la nación”, sino valorando lo
positivo del legado nacional (y nacionalista), del que los
indianistas sólo ven lo negativo.
Es lógico que para quienes se identifican fuertemente con identidades que no son la boliviana, por
ejemplo para ciertas élites aymaras, el proceso de construcción nacional se presente como una operación de
subyugación y aplastamiento. Tómese en cuenta que el
proyecto nacionalista no sólo aprovechó el trabajo de
la naturaleza, el mestizaje racial, sino que precipitó la
hibridación cultural con medidas como la educación
universal en español, la predominancia de la religión católica –que era la del Estado nacionalista–, y la anulación
de las expresiones identitarias que se diferenciaban de la
“boliviana”.
En esa medida, el esfuerzo de invención nacional,
cuyas glorias canta Carlos Mesa, esconde también en su
seno grandes dosis de violencia. Como planteamiento,
supera el rechazo a lo indígena (en tanto no europeo) y
a todo lo que el indígena toca, o todo aquello con lo que
se combina. También innova dentro del nacionalismo, al
remplazar el ideal de pureza racial y cultural que anima
/ 11
Reynaldo Gonzales
a la mayoría de los movimientos de este tipo por la simbiosis ideal del acervo indígena y español. Pero al mismo
tiempo trata de crear una nueva entidad, el “mestizo nacional”, que se nutre de las raíces antiguas pero en rigor
es un producto nuevo, premeditado, un artefacto casi,
de una decisión social e histórica. Nada más moderno
que este nuevo tipo social. Y la modernización exige el
pago de un alto precio social, cultural y psicológico.
Uno de los resultados indeseados de la modernización nacionalista ha sido el retorno a la escena intelectual
boliviana de las tesis racistas del indianismo. Como si de
verdad la cultura mestiza estuviera “maldita”, otra vez el
racismo apunta en contra de ella, recuperando el argumento colonial que la acusaba por su actitud “traidora”
frente a los indígenas. La mixofobia se encuentra vigente
una vez más, ahora encarnada en el indianismo, que añora
un pasado previo a la trayectoria que aquí hemos descripto, es decir, un pasado previo al mestizaje, en el “tiempo del
origen”, cuando los indios reinaban.
El libro de Mesa desafía esta concepción, lo que es
plausible, y lo hace, dado el contexto político, con un
coraje personal que es menester enaltecer.
Pero una cosa es el indianismo y otra las identidades que –por influencia de aquél, por el fracaso del
nacionalismo revolucionario y por otras razones– no se
reconocen en el ideal del mestizaje. Estas identidades
no deben ser condenadas, como hace la derecha racista;
ni siquiera evangelizadas, como quizá apunta a lograr
Mesa; sino simplemente aceptadas como un componente nuevo, más moderno que antiguo, pero con todos los
derechos, de esa diversidad que consideramos nuestro
patrimonio y, al mismo tiempo, la garantía de estabilidad de nuestra sociedad.
Tal admisión es la que de alguna manera, quizá no
la mejor, pero la única concreta en este momento, se expresa en el actual ordenamiento plurinacional del país.
En el mundo occidental, las identidades son una
cuestión de cada quién. El mestizaje boliviano, tal cual lo
retrata este libro, puede soportar perfectamente ser considerado no el necesario punto final de todas las trayectorias
culturales, sino una cultura y una trayectoria más, entre
otras. Todas ellas, claro está, “mestizas” en el sentido original de la palabra (mezcladas), aunque no en la acepción
política que le dio al término la Revolución Nacional.
El libro de Mesa es muy provechoso en todos los
sentidos, excepto si se lee como si afirmara que la única
cultura posible, o la cultura superior, es la mestiza. En
tal caso, quien lo hiciera caería exactamente en el error
que el mestizaje superó a lo largo de la historia. Por el
contrario, este libro debe servir como ilustración de que
la pureza identitaria, de cualquier índole que sea, es un
propósito no sólo estrecho y mezquino, sino imposible
de cumplir en la realidad.
12 /
debate
1era. quincena de mayo 2013
Más descolonización neopopulista
Hugo Rodas Morales*
Reseña del volumen: Hacia la descolonización de la ciencia social latinoamericana, La Paz, Rincón Ediciones, 2012, 237 pp.,
del señor Bautista (Juan José), para quien “el pensamiento crítico latinoamericano, la izquierda interesante, no estoy diciendo la mala
izquierda, […] no entiende nuestro proceso”**
E
stos cuatro ensayos publicados por la editorial
del autor, son ponderados positivamente en un
extenso prólogo por el profesor Yamandú Acosta, quien apunta que “una cosa es el método de
exposición y otra el método de investigación”, siendo
este último lo novedoso del libro. Es difícil no estar
de acuerdo después de leer que el autor efectúa una
“pequeña revisión de la historia”; refiere sujetos “bien
revolucionarios” o “bien de derecha”; traduce su paciencia en reiterados “ya es hora”; aporta agudezas analíticas como “el pueblo en tanto que pueblo”; describe
la dialéctica como “crítica mortal”; se cura en salud
despreciando a los “mesticillos serviles”; comunica lo
efímero, vgr. “Hoy 18 de Agosto del 2012 leemos
en varios periódicos…” o se congratula porque el
discurso gubernamental del Suma Qamaña (que
interpreta como “vivamos bien”) esté “dando de
qué hablar a la ciencia social latinoamericana”.
En cuanto a la economía, escribe: “Como todo
país sub-desarrollado [Bolivia] tiene que comprar
tecnología [que] cuesta mucho en el mercado y
generalmente no está a la venta (sic) porque requiere mucha, pero mucha inversión. [Aunque]
ahora nuestro gas no se vende a precio de gallina
muerta, porque ahora ganamos como país un poquito más” (cf.: 53-55).
Según el prologuista, el autor se definiría por
su capacidad de interlocución, es decir, “por opción y no por origen”; al revés lo había expresado
el profesor Enrique Dussel, en el volumen que antecede al presente (NC 47: 12-13). Por su parte, el
señor Bautista refiere su experiencia optando por el
anonimato de los demás: “Muchos lugares, centros
de investigación de diferentes universidades, en diferentes países, pero también con muchos grupos
de trabajo integrados por gente de base; [publicando a] insistencia de varios de nuestros alumnos,
de muchos amigos y colegas” (: 42). En cambio, como
“primer Amauta Honoris Causa” –según se presenta en
la unam–, es muy específico recomendando al gobierno del “compañero y hermano presidente Evo Morales”
dotarse de un Consejo Amáutico, así como subsume lo
amazónico en cuatro categorías andinas (Suma Qamaña,
Pachamama, Pachacuti y Ajayu), homologando sin complejos el etnocentrismo europeo.
Recordando que Alain Touraine “se había dado
cuenta” que la ciencia social del siglo xx pensaba con
categorías del xix, el señor Bautista recurre a su mente
descolonizada: “De pronto ahora empezamos a darnos
cuenta de que los nuevos problemas que nos plantea
nuestra realidad […] muchos de nuestros políticos,
analistas y cientistas, los siguen pensando con las categorías del siglo xx”. (cf.: 46-48). Un “descubrimiento”
que se reitera cada tanto y es verificado mediante la
certeza de que “el pensamiento crítico ha sido completamente erradicado de nuestros centros académicos”.
Completamente, escribe, sin excluir su propia adscripción a centros académicos “nuestros”.
La “liberación de la lógica”
El capitalismo sería ”muerte [,] es lo único que en verdad sabe desarrollar, lo demás, carreteras, edificios,
aviones, etc., son sólo apariencia.” (: 76). A pesar de
estas “apariencias”, con prejuicios afines al discurso
del mas y el neodesarrollismo estatal, el señor Bautista
exorciza “formas de vida arcaicas, casi en la edad de
piedra, o como salvajes viviendo en medio de la selva”; negando todo retorno a la “edad de los taparrabos”
como obstáculo para “iniciar nuestros despegues económicos”. De forma sintáctica no menos accidentada
dice que “cuando consumimos los alimentos producidos de acuerdo a la lógica capitalista [lo que] también
consumimos, o sea comemos, es esa forma de producción. […] No estamos diciendo solamente que hay que
consumir lo nuestro, no, lo que estamos diciendo es
que nuestro sistema de los alimentos hay que produ-
Aristóteles con la cultura helénica (cf.: 209)– recayendo
en nombre de los pueblos andino-amazónicos: “Históricamente sólo […] algunos pueblos desarrollan más
conciencia que otros, [como] solamente en esta parte
del globo y del continente y no así más, en el llamado
Primer Mundo.” (cf.: 174-175).
Es imposible que el autor no haya advertido –“ahora ya se está empezando a cuestionar seriamente [que
América Latina] ni es latina, ni se llamó siempre América” (: 182)– que su “ahora” llega después de medio siglo
de obras a las que dice superar glosando a sus autores,
mientras “los cientistas sociales colonizados siempre
están preocupados en consumir lo que se produce [en]
universidades norteamericanas y europeas [del]
gran capital transnacional, quienes son quienes financian sus grandes investigaciones” (: 227).
La colonialidad tendría “consecuencias mucho más radicales […] que las sugeridas en la obra
del mismo Quijano”, a las que el autor opone un
popurrí de altermundismo mejorado (“hace años
habíamos afirmado que otro mundo no sólo era
posible sino que es necesario”) y zapatismo modernista (“un mundo donde quepan muchos mundos,
no sólo el moderno”) desde Bolivia: “Desde la revolución francesa hasta la revolución de abril de
1952 [se busca] salir de una forma de dominio para
producir otra. [Pero] ya no se trata solamente de
pensar [categorías, sino] proyectos de nación [:] la
epistemología tiene también que descolonizarse”
(cf.: 186-193. Énfasis míos).
El indemostrable más allá
El cuarto ensayo observa la “concentración absoluta de riqueza [en] unas cuantas familias que son
el uno por ciento, del 1%” (: 237) y exige que la
Ronald Candia Condori modernidad occidental reconozca el “pecado original de la economía capitalista” y la “matanza de
cirlos de acuerdo a la lógica de la producción andino- nuestros grandes intelectuales, pensadores, amautas,
amazónica. [Ya que] en el alimento [estaría contenida] tlamatinimes, poetas y filósofos [pues según] muchos
la intencionalidad con la cual fueron producidos.” (: de nuestros abuelos en la parte andina de América del
95-96).
Sur se construyeron muchos templos, sobre los cráneos
El segundo ensayo vindica humildades: “´Ya no es de muchos de nuestros grandes sabios” (: 217). Inclutu tiempo´ les decían [los aymaras] a los mesticillos y so el eurocentrismo de Marx habría sido corregido por
criollos de la Bolivia oligárquica, sino que ahora había los populistas rusos, señalándole el tránsito de formas
llegado la hora de ´nuestro tiempo´”. Otra: “En la his- comunitarias (“comunitarianistas”) a socialistas, sin patoria de la filosofía, las grandes obras filosóficas suelen sar por el capitalismo que suprime la solidaridad; arguaparecer en los grandes momentos críticos [y] estas re- mento del profesor Dussel llevado a lo indemostrable:
flexiones, creo que son una prueba de ello”. Otra más: “Marx sabía que con sujetos con subjetividad capitalista
Los europeos habrían descubierto en América “el co- era imposible construir el socialismo” (: 201). Así, ignocimiento más sofisticado del universo” (cf.: 139-145). norando el orden capitalista de explotación realmente
Abrevio: la duda cartesiana que no excluye certezas existente en Bolivia, el autor fabula comunidades andipropias, resulta aquí irrisoria.
no-amazónicas “plenas de hermandad humana”.
Impermeable a la reflexión autocrítica, este “más
Hoy como en los tiempos de Hegel
allá epistemológico” del señor Bautista se afirma en
El tercer ensayo se eleva al deber ser para “ponernos a lo inexistente: una Fenomenología del espíritu de liberala altura de lo que la humanidad espera de nosotros [:] ción “de futura aparición”, y el “manuscrito inédito”
Hegel se refería al proceso europeo de la modernidad Crítica-ética de la idolatría de la modernidad en Franz
[…]. Nosotros [a la] liberación de lo que la modernidad Hinkelammert­(cf.: 100, 212).
ha producido.” (: 153). En este nivel ya no sorprende
leer que dicho giro radical se hubiera producido “desde
* Profesor universitario de Ciencia Política y Administración,
reside en México ([email protected]).
abril del 2002 en Venezuela”, ni la exigencia de “no
** (Difundido por el pnud, http://www.youtube.com/
recaer en la idea del pueblo elegido” –como Hegel con
watch?v=nsgyk1o_iay).
Alemania, el “ingenuo” Habermas con la modernidad,
/ 13
memoria
1era. quincena de mayo 2013
Jesús Urzagasti, por él mismo (I):
Los orígenes
Norma Klahn y Guillermo Delgado-P.*
El escritor chaqueño Jesús Urzagasti, uno de los narradores y poetas centrales de la literatura boliviana, falleció la madrugada del pasado 27
de abril. En estas líneas, queremos empezar a recordarlo recordando su voz: transcribimos fragmentos, inéditos, de las charlas que Urzagasti
ofreció el año 2003 en la Universidad de California. En esta primera parte, Urzagasti habla de los orígenes de su escritura.
E
n el mes de abril de 2003, gracias
a una beca de viaje otorgada por
lasa (Latin American Studies Association), Jesús Urzagasti (Gran
Chaco, Bolivia, 1941-2013) visitó las varias sedes (Berkeley, Davis, Santa Cruz)
de la Universidad de California para ofrecer charlas sobre su obra. Josefa Salmón,
Norma Klahn y Guillermo Delgado P.
organizamos estas visitas. En esta primera
parte de la transcripción de esas charlas y
diálogos, Urzagasti habla de sus orígenes.
Sobre los orígenes
Soy fronterizo. Lo he dicho muchas veces. La frontera tiene sus desventajas pero
también sus ventajas. Precisaré. Yo nací
en el Chaco tarijeño que está en Bolivia
donde también están el Chaco chuquisaqueño y el Chaco cruceño. Sea como fuese, el Chaco es un país, es distinto. Hay
un Chaco paraguayo, argentino e incluso
hay un Chaco brasileño, pero es el mismo
Chaco que está en Bolivia.
El escritor español Víctor Alba dijo en una columna, memorable para mí, que tres lugares le habían
impresionado de América Latina: Yucatán, luego un
lugar de Chile que desafortunadamente no recuerdo y
el Chaco boliviano. ¿Por qué le impresionó? Por el orgullo muy especial de sus habitantes, el orgullo de pertenecer a un lugar, que no es un orgullo excluyente, es
un orgullo sano que supone el respeto al otro. Eso a mí
me alegró porque es una mirada ajena, es una mirada
de un español que recorría esas tierras y pudo advertir
esas características en tres puntos de América Latina:
Yucatán, un lugar de Chile y el Chaco boliviano. Yo,
como chaqueño boliviano, creo que eso es cierto, que
no hemos sucumbido al regionalismo. Hay muchas referencias así que la vida me ha donado para comprobar
que este afecto no es descabellado.
Hace muchos años, escuché accidentalmente en
una radio una música con violines, parecía música chaqueña pero no lo era (era irlandesa). Después el locutor
dijo, sin saber lo que decía, que esa pieza había sido
compuesta por una persona “que amaba un cierto lugar
de una cierta manera; o sea, de una manera intransferible”. Me identifico con esa definición. Yo de algún
modo soy también “un cierto individuo que pertenece
a un cierto lugar y que lo ama de una cierta manera”.
Eso es el Chaco para mí.
Yo nací en Campo Pajoso el año 1941. Me llevaron al monte muy pequeño, quizá de ahí viene una
suerte de fijación en mi poesía y en mi prosa con lo vegetal. Confundí esa gran vegetación con los cabellos de
una mujer, con una cabellera negra, larga. Después me
llevaron a Palmar Chico, a la escuela “Rufino Salazar”.
Tuve mucha suerte porque era un pueblo de labriegos.
Ahora eso no existe, pero, en ese tiempo y en ese pueblo, no había iglesia, ni curas, cosa fundamental para
mí. Me considero una persona religiosa pero no respondo a un credo en particular. La palabra “religiosa”
procede de ‘re-ligare’, de buscar la gran comunicación
de los elementos terrestres. No he pensado mucho en
el paraíso y de algún modo creo que es posible obtener
esa visión fulgurante estando con los pies en la tierra.
Habiendo nacido en el Chaco, podría haber “rumbeado” hacia la Argentina, que era el camino previsible. Como que fui un año a Salta, a estudiar tornería.
Allí cogí una neurosis, no sabía que estaba socialmente
“desvirolado”, como se dice. No tenía idea de lo que
iba a hacer, pues mis padres me podían guiar hasta por
ahí nomás. Aunque mi padre era un buen lector, me
imagino que nunca se había topado con un escritor, ni
sospechaba que estaba incubando a un escritor allí en
medio del monte. Yo me volví de Salta. Ahí, en Salta,
recibí un poema vía sueño, justamente el 6 de agosto, que es el día nacional de Bolivia. Esas cosas las recuerdo muy bien. Empecé a escribir en un cuaderno y
cuando tuve que volver dije “¿qué hago con esto, qué es
esto?”. Me vino un sentimiento de culpa: me mandaron
a estudiar tornería, a manejar la fresadora y resulta que
yo anoté cosas en un cuaderno. Entonces, metí ese cuaderno en una botella verde y le puse, a falta de corcho,
un marlo y la enterré en la orilla de la Quebrada Quarisuty.. Esa fue mi iniciación, digamos, a la literatura, a
través de un sueño. Lo que quiero decir es que el sueño
es un espacio importante para mí.
Contar sueños es una actividad propia de los rurales. Lo primero que hacen los rurales al amanecer, al
despertar, es contarse los sueños. Y esta mañana cumplimos, con Guillermo, con Norma, ese rito. El soñó,
tuvo un sueño importante, ella también y yo también, y
cada uno se contó los sueños. Yo, en La Paz, lo primero
que hago al despertar es contarle mis sueños a Sulma,
mi esposa, y ella también me cuenta los suyos, y a ve-
ces los niños también, si sueñan, nos los
cuentan.
Fue en Argentina que escuché por
primera vez música andina a través de
una radio, mundo del que no tenía la menor idea. Desafortunadamente yo no hablo aymara y, por hacerme estudiar otras
cosas, tampoco aprendí guaraní. O sea,
como ven, es un peligro estudiar. Salí,
estudié y me quedé con algo de guaraní.
Sin embargo, ahí me di cuenta, no con
la precisión con que ahora puedo decirlo,
que el fronterizo puede responder a fuerzas centrífugas y a fuerzas centrípetas. El
primer intento de una fuerza centrífuga
fue irme a la Argentina; sin embargo, después respondí a un centro, en este caso al
centro secreto de mi país. Ese centro secreto lo tenemos todos los seres humanos
incorporado a nuestro organismo y toda
mi vida lo único que hice o lo fundamental fue buscar ese centro secreto. Vaya a
saber si lo hallé, pero yo he intuido ese
centro secreto que a muchos les causa desasosiego y es
motivo de extravío para muchas gentes de Bolivia. Pueden ser muy inteligentes, pueden ser muy avispados,
pueden ser muy afortunados, pero ese centro no rinde
sus misterios secretos, valga la redundancia, sino al que
va con otro talante, con la suficiente humildad para reconocer la grandeza de una tierra como la boliviana.
Hay que recordar que en Bolivia se hablan unos
cincuenta y tres idiomas. Yo soy un mestizo, algo de
guaraní sé, algo de aymara, algo de quechua. En el
Chaco se habla un castellano arcaico. Es una comunidad que ha quedado encerrada, sin mayores vínculos.
De modo que eso nos ha dejado un castellano más o
menos puro. Yo aprendí ese castellano, lo heredé del
habla popular, del habla coloquial y fue uno de mis primeros desafíos: hacerme cargo de los idiomas que se
hablan en el país y hacerme cargo, muy modestamente, del castellano que yo hablo. Sobre ese idioma yo
he operado. Ahora bien, yo no soy un purista, no soy
un académico. Al menos en países como Bolivia, al que
escribe correctamente, si es que alguien escribe correctamente el castellano, pues no lo lee ni su abuela. Eso
no es cosecha mía. Se lo dijo Roberto Arlt a Onetti en
una charla que tuvieron en Buenos Aires.
Mi desafío entonces consistió en hacer respirar no
los cincuenta y tres idiomas, sino, por lo menos, el aymara, el quechua, el guaraní, en mi prosa castellana. Se
trata del ritmo, se trata de intercalar con sabiduría, con
la sabiduría con que lo hacen mis mayores, el silencio,
entre palabra y palabra, entre frase y frase. Ese es un
arte mayor. En Occidente, entre los contemporáneos,
ya lo dijo George Steiner. Yo lo sé según mi propia experiencia, según lo que me ha dicho mi propio país.
Algo de eso he querido hacer.
* Catedráticos de la Universidad de California, Santa Cruz.
14 /
vecindario
1era. quincena de mayo 2013
Paraguay, el retorno de los colorados
Marcelo Quezada Gambarte*
La izquierda paraguaya está frente a la impostergable tarea de una profunda autocrítica para lograr que el pueblo retome
la esperanza con la que llegó Lugo al gobierno.
“surgió la candidatura liberal de Efraín Alegre, y con
ella la esperanza de conseguir que una anomalía de facto se convirtiese en el primer periodo legal de un ciclo
dominado por el plra. Los resultados de ayer sepultaron la esperanza y demostraron que Cartes ya vislumbraba en 2011 lo que quería y lo que podría lograr: que
lo liberales se quemaran en solitario y, frente a la escasa
construcción y la división del centroizquierda, quedase
claro para todos que Paraguay es colorado o no es”.
“Los liberales y los colorados tienen líneas internas que
van desde la derecha a la izquierda como el peronismo
o el radicalismo en la Argentina. La diferencia es que,
mientras peronistas y radicales nunca pilotearon gobiernos inconstitucionales, los colorados tienen en su
historia al stronismo y los liberales se apuntaron en el
último tiempo el mandato golpista de Franco”.2
renciales a los poderosos varones de Itaipú consolidó al
gobierno que impuso al Paraguay un modelo económico típico de una estructura colonial”.1
P
Edgar Quispe Aruquipa
ara comprender los resultados electorales en el
Paraguay debemos hacer necesariamente una
constatación histórica: el Paraguay no tuvo su 9 de
abril. Por lo tanto, no hubo revolución nacional,
no se hizo una reforma agraria, una reforma educativa,
un voto universal y no se nacionalizó nada. Eso como un
primer punto.
En segundo lugar, el golpe del gral. Andrés Rodríguez, contra su consuegro Alfredo Stroessner, tuvo
el conocimiento y la aceptación de Ytamaraty (Brasil)
y Alfonsin (Argentina). Y sin duda fue de conocimiento y/o coordinación de la embajada norteamericana.
El tráfico de drogas ya no se podía ocultar y la nueva
situación en América Latina estaba cambiando; por lo
tanto, Alfredo Stroessner era un aliado incómodo en la
región para los Estados Unidos y para los vecinos, y en
consecuencia había que cambiarlo.
En tercer lugar, el premio que “ganó” o más bien
el precio que pagó el Paraguay, fue la represa de Itaipú,
esa “fábrica de millonarios paraguayos”. Pero el verdadero y gran ganador fue el Brasil obligando al Paraguay
a firmar uno de los acuerdos más leoninos y coloniales
en Nuestra América:
“Luego de la trágica guerra de la triple alianza, el
Paraguay se adecuó a un modelo de enclave colonial
que se consolidó durante toda la dictadura de Alfredo
Stroessner, incluso durante las dos décadas de la denominada transición a la democracia (1989-2008). (…)
con la firma del tratado de Itaipú, se profundizó un modelo de dependencia política y económica y el Paraguay
se convirtió en la ‘periferia de la periferia’. En efecto,
a principio de los años 70 el enclave dictatorial tutelado por el equilibrio estratégico de Argentina y Brasil,
encontró una salida política en torno a la producción
energética que podría generar un proyecto binacional.
(…) pero más allá de la idea predominante de ‘progreso’, el desarrollo de la binacional promovió un esquema
geopolítico que reforzó la subordinación de Paraguay a
14 millones de kW de potencia diplomática por medio
del control de la empresa binacional Itaipú. A su vez,
el retorno de parte de los ‘royalties’ y contratos prefe-
* Ex embajador en la República del Paraguay
Libre pensante-libertario.
Así se llega a las elecciones de abril de 2008. Un
partido colorado debilitado y dividido, y la aparición
milagrosa de un Obispo en un país de fuerte tradición
católico religiosa.
Fernando Lugo Méndez, es el hombre que llevará
a los liberales al gobierno, al que no pudieron acceder
ellos mismos habiendo tenido todas las posibilidades
de hacerlo.
El año 2011, en una reunión del presidente Lugo
y su equipo de confianza con el cuerpo diplomático, el
embajador de España, en una de sus últimas intervenciones, recordó los tres años pasados, visitando todo el
territorio paraguayo. Comprobó los cambios producidos en estos tres años, desde sus primeras visitas al
interior hasta su último recorrido e hizo un comentario favorable por los cambios que constató en número
de escuelas, hospitales y caminos. Del despertar de las
masas indígenas y campesinas y su organización y el
reclamo por la tierra. Por ello, dijo, “me atrevo a afirmar que en el Paraguay habrá un antes y un después de
Lugo”. El antes ya lo conocemos, el después llegaría
este 21 de abril o más bien después del 15 de agosto,
cuando Cartes asuma la Presidencia.
Casi en todos los comentarios de prensa se ha
omitido u olvidado lo sucedido el 15 de junio de 2012.
Ese día sucedió la masacre de Curuguaty, con el resultado trágico de 17 muertes. Este “incidente” fue lo
que marcó el resultado de las elecciones presidenciales
del domingo 21 de abril. Campesinos sin tierra habían
ocupado Marina Kue, tierras que el empresario Blass
Riquelme ocupaba ilegalmente desde tiempo de Stroessener. En un confuso intercambio de tiros de escopeta
y armamento de guerra resultaron 11 campesinos y 7
policías muertos. Durante los días siguientes la prensa,
la radio y la televisión daban cifras de emboscadas en
la que la mayoría de las víctimas eran policías. Recién
después se supo que 11 de los muertos eran campesinos
y los policías sólo seis. Esto sirvió de pretexto para que
los colorados de todas las tendencias se uniesen de la
misma manera que los liberales, pues esa era la única
oportunidad que tenían para que un liberal Federico
Franco estuviera a la cabeza del país como presidente.
Lugo había conformado una comisión independiente y contaba con la ayuda de la oea. Una de las
primeras medidas que tomó el gobierno de Franco fue
desactivar la conformación de dicha comisión, afirmando que “sólo la policía y el ministerio público serían los
encargados”.
El conocido defensor de Itaipú, Ricardo Canese,
acusó directamente a las transnacionales Vino Tinto y
a los “brasiguayos” de Monsanto y la soya, de ser los
artífices y coordinadores de lo que sería el golpe parlamentario. Mayores informaciones dan cuenta que los
organismos de inteligencia ligados al súper empresariado paulista y a la oligarquía mediática paraguaya, fueron los coordinadores y organizadores del golpe contra
el presidente Lugo y así
1 Prólogo a la 6ta edición de La recuperación de la soberanía hidroeléctrica del Paraguay por Ricardo Canese. Prólogo de Jorge
Lara Castro, ex ministro de RREE del gobierno de Fernando
Lugo.
La masacre de Guruguaty, tarde o temprano, tendrá que ser investigada. Hoy la izquierda paraguaya
que se presentó dividida en las últimas elecciones ha
sumado matemáticamente el 15% del electorado, convirtiéndose en la tercera fuerza. Conocidos líderes de
izquierda han ganado puestos en el senado: Fernando
Lugo, Carlos Filizzola, Sixto Pereira, Esperanza Martínez, Hugo Richer (Senadores Frente Guazú) y Adolfo Ferreiro, Miguel Ángel López Perito (Senadores
Avanza País). Camilo Suarez, el otrora niño mimado
del presidente Fernando Lugo, lastimosamente no fue
elegido, y diputadas Karina Rodríguez, Capital y Rocío
Casco, Departamento Central.
En resumen, la izquierda paraguaya está frente a
la impostergable tarea de una profunda autocrítica para
lograr que el pueblo retome la esperanza con la que llegó Lugo al gobierno y así lograr una unidad de principios a fin de actuar juntos, lograr avances y convertirse
en opción de poder en los próximos años.
Los liberales cómplices del golpe y los colorados
golpistas tendrán que aceptar al obispo-senador, que
tiene todas la ventajas de un opositor de peso.
Por otro lado, la derecha paraguaya ha demostrado que tiene mecanismos propios y aliados externos,
como Monsanto y el empresariado paulista.
El sentimiento del hombre y la mujer paraguayas
es de amistad y franqueza, y se traduce como un tuteo
con el que te reciben tan pronto como te comunicas con
ellos. Pero en cuanto sienten que atentas contra su personalidad o se sienten “agredidos” surge el espíritu de
Cerro Cora, orgullo y valentía; y este espíritu heredado
en contra de lo que se convirtió en “un modelo económico típico de una estructura colonial” se convierte en
momentos contemporáneos en un rechazo a las políticas
de los países que conformaron la triple alianza. Esto sucedió sin duda en el periodo pre electoral y tanto abc Color y casi todos los medios convirtieron el aislamiento diplomático del gobierno de Federico Franco en un
agravio a la paraguayidad. Esto contribuyó sin duda al
voto de amplios sectores de clase media y volcaron su
preferencia a los “colorados anti intervencionistas”.
El panorama se presenta en un nuevo escenario,
Venezuela es ya miembro del mercosur. Los primeros en reconocer el triunfo de Cartes y felicitarlo fueron
Cristina Kirchner y Pepe Mujica. Cartes agradeció, pero
dijo que no estará en la reunión de junio de mercosur,
pues recién recibirá la banda presidencial el 15 de agosto.
2
Pagina 12, lunes 22 de abril de 2013, “Un vecino distinto llegó
al barrio”, Martin Granovsky.
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historia
1era. quincena de mayo 2013
Entrevista a Miguel Guerra, Oficial Mayor de Cultura de Oruro:
“Fortalecer la identidad orureña”
Nueva Crónica y buen gobierno estuvo en Oruro entrevistando a su Oficial Mayor de Cultura, Miguel Guerra Tolín, para conocer
qué es lo que –fuera del Carnaval– se plantea a nivel de políticas culturales, y qué es lo que se proyecta para los días por venir.
El contexto de ésta conversación fueron las disputas que existían acerca de la infraestructura para el arte en la ciudad del Pagador,
y que de tiempo en tiempo resurge como brotes de inconformismo. El Oficial opina al respecto, mientras señala a la cultura
como campo de formación de identidad y valores.*
N
.C. El uso del edificio del Palais Concert
provocó una polémica grande en la escena
cultural orureña. ¿Cree usted que debería
seguirse una política de restauración de
ese edificio u otra más ambiciosa: de re-activación?
El Teatro Palais es un patrimonio arquitectónico de
Oruro, siempre ha sido un centro cultural, gracias a
una inquietud de los mismos artistas que se coronó con
la compra del edificio, que estaba en manos privadas.
Necesita un trabajo integral de remodelación, revitalización, restauración del mismo teatro, porque tiene
también valores artísticos.
N.C. Usted está al frente de la Casa Municipal de
Oruro. ¿Qué se plantea diferente en su propuesta
respecto de gestiones pasadas?
Creemos que una gestión municipal no solamente debe
estar sujeta al desarrollo del tema de infraestructura, pues
la ciudad, urbanísticamente, tiene que crecer, tiene que
tener nuevos espacios, nuevas calles, etcétera, pero eso
debe ir acompañado del crecimiento del ser, el ser colectivo, estamos hablando del ser orureño. El ser orureño
agrupa cerca a 300.000 habitantes que viven dentro del
radio urbano de Oruro, tiene sus propias características
e identidad. Obviamente, como en todo colectivo, habrá
falencias y virtudes. Lo que nosotros queremos es fortalecer las virtudes, las potencialidades, las cosas positivas
del orureño, y reducir las deficiencias que podemos tener.
Queremos un crecimiento integral del orureño, una madurez que vaya concomitante con el desarrollo urbano.
N.C. ¿Sin embargo, cuál es la función que le atribuye a ésta institución?
Es un punto cultural que genera su propia dinámica. Tenemos ballet de manera permanente, a veces se
montan obras, ensayos, actividades, conferencias de
tipo cultural, social, es decir se plantea como un espacio generador de actividad cultural. Y bueno, tiene que
haber centros culturales, así como la ciudad tiene parques, que son sus pulmones verdes, y tiene hospitales y
demás, también debe haber puntos culturales, porque
la cultura está considerada como un factor fundamental
del desarrollo humano. La misma cultura es un instrumento necesario de reflexión, por eso la ciudad debe
tener varios puntos culturales, bibliotecas, teatros, etc.
NC. Ésta es la instalación más grande de la ciudad
destinada a la cultura. Cuéntenos qué deben hacer
los artistas y gestores para usar estos espacios.
Acceden siguiendo el reglamento actual; ahora, estamos
modificándolo para que podamos motivar a los artistas
a que hagan uso de los espacios con un sistema parecido
al que se usa en los Teatros Achá de Cochabamba y Alberto Saavedra Pérez de La Paz, que funcionan según el
modelo 90-10, es decir 10% de los ingresos quedan para
el teatro y 90% para los artistas. Por ahora tenemos un
sistema poco motivador que es 60-40, que se está aboliendo. Prestamos permanentemente el espacio, previo
una breve solicitud que se envía para que podamos prestar como auspiciadores. Cuando no cobran la entrada les
Aldo Quelka
damos en calidad de auspiciadores, pero si existe algún
tipo de ingreso de la función tienen que pagar un alquiler, que está bordeando los Bs. 1400.
N.C. ¿Se considera que una actividad es lucrativa
simplemente por el hecho de que exista cobro de
entradas?
Para nosotros no es lucrativo cuando se cobra un monto que sea para cubrir los gastos de organización, y eso
se demuestra por un cobro que es simbólico, que no
dará utilidad. Por ello si los costos son bajos, damos el
espacio también en forma gratuita.
N.C. En concreto: ¿qué actividades, o qué estrategias se desarrollan en su gestión para poner en
práctica el enfoque en el ser orureño?
Mediante dos políticas: una es fortalecer la identidad
orureña y la otra es desarrollar valores humanos. En lo
primero hicimos acuerdos con medios de comunicación
locales, para que sus programas culturales se dediquen a
desarrollar la historia de Oruro, de sus calles, de sus personajes… La idea es fomentar las cosas buenas, empezando
del Carnaval, el club San José, nuestra gastronomía, que
son elementos simbólicos que reúnen la identidad orureña. Además estamos dirigiendo esta campaña con unos
audiovisuales, una miniserie, donde vamos a mostrar a los
grandes orureños, muchos de ellos que se internacionalizaron, para que también podamos ver una perspectiva de
dónde pueden llegar nuestros niños y jóvenes. En cuanto
a valores humanos, estamos generando concursos departamentales, les damos a todos los estudiantes material básico
sobre valores, y los motivamos para que indaguen sobre el
tema por distintos medios. Se logró un acuerdo entre el
programa televisivo “Pueblo y arte” y la uto, para que los
estudiantes que ganen los concursos tengan admisión libre
a la universidad, sin examen. Entonces, de manera masiva,
vamos a tener a los estudiantes preocupados por los valores
humanos, la idea es que pongan en práctica y ejemplifiquen cómo podemos practicar estos valores humanos.
NC. En Oruro escasean los espacios de arte, ¿cuáles son los proyectos que planea en construcción
de infraestructura para fomentar la actividad artístico-cultural?
Queremos funcionalizar el teatro al aire libre, el proyecto es ampliarlo para que duplique su aforo, llegar
a 5.000 espectadores. Ya nos han planteado un perfil
para construir una platea, una bandeja y ampliar el escenario, hacer una concha acústica techando, es decir,
modernizarlo. También estamos generando un museo
histórico, en la calle Murguía y Presidente Montes, que
tendrá la memoria histórica de Oruro, un repositorio
donde estará el acta de fundación del departamento,
actas capitulares, documentos de la colonia, etc., los
cuales ahora se encuentran en bibliotecas, no muy bien
resguardadas, por eso necesitamos que haya un museo
especializado. Igualmente, el museo antropológico de
la zona Sud, el Museo Eduardo López Rivas, será ampliado a una segunda planta, ya existe el financiamiento
que sobrepasa el millón de bolivianos. Entonces, por lo
menos en lo que son los espacios que están a cargo del
municipio, estamos tratando de modernizarlos.
NC. Eso es positivo. Por otra parte, llama la atención el avanzado deterioro de la fachada de estas
instalaciones, ¿a qué se debe que tampoco se ha
hecho mantenimiento durante su gestión?
En realidad, desde que se entregó esta Casa de la Cultura –que deben ser más de diez años– nunca se hizo
mantenimiento ni un trabajo de reparación. Sin embargo, este año ya se comenzaron trabajos de refacción
internos, de mantenimiento general de los espacios, y
se hará pronto el pintado de la fachada.
(Nota del entrevistador: La entrevista se realizó
en octubre del 2012. Hasta la fecha, abril 2013, la fachada mencionada continúa deteriorándose sin haber
recibido mayor atención).
Entrevista de Jorge Luna Ortuño, filósofo y gestor cultural.
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historia
1era. quincena de mayo 2013
Acerca de El charanguista de Boquerón
La sonrisa inerte de la muerte
Alfonso Gumucio Dagron*
Notas sobre la novela histórica de Cáceres Romero que, a pesar de un premio y de que alcanza ya una segunda edición, no ha merecido
ni elogios ni ataques y menos aún comentarios serios escritos por los estudiosos de la literatura nacional.
R
econocida en 2010 con el Premio Nacional de Novela “Marcelo Quiroga Santa
Cruz”, El charanguista de Boquerón de
Adolfo Cáceres Romero ha sido hasta
ahora una víctima más de la guerra silenciosa del
ninguneo que se practica en Bolivia, aunque no
solamente en nuestro país. A pesar del premio y a
pesar de que alcanza ya una segunda edición, esta
novela histórica no ha merecido ni elogios ni ataques y menos aún comentarios serios escritos por
los estudiosos de la literatura nacional. Es una
paradoja que Cáceres Romero sea precisamente
uno de esos estudiosos, cuyo aporte enciclopédico sobre la literatura boliviana ha permitido
actualizar los de sus predecesores para dar a conocer nuevos valores.
Atribuyo la falta de interés de la crítica literaria a varios factores. Por una parte en Bolivia se
publica más de lo que se lee, ya pocos cultivan bibliotecas en sus casas y menos aún el hábito de la lectura. Con
gran esfuerzo y sin estímulo institucional los escritores
bolivianos escriben y las editoriales independientes publican numerosas obras cada año, que quizás los críticos
literarios –muy pocos al parecer– no se dan el tiempo
de leer. Son raras las columnas de crítica literaria en los
diarios y revistas del país, a diferencia de la crítica cinematográfica que es vigorosa y menos complaciente.
Quizás la apatía se debe también al temor que
sienten los críticos literarios de escribir libre y creativamente, sin más compromiso que con su propia exigencia de calidad. Hacerlo supone a veces enemistades
gratuitas y reclamos dolidos de autores que no admiten
otra cosa que el elogio.
Dicho esto, nos adentramos en las páginas de esta
novela histórica que constituye desde la literatura más
que desde la historia un ataque frontal a la guerra, y
no solamente a la del Chaco que Bolivia perdió frente
a Paraguay, sino a todas las guerras por inútiles, estúpidas e innecesarias. Para Cáceres Romero la guerra es
un absurdo monumental que desmenuza con pasión,
mientras rescata a los personajes que llevados a esa situación se comportan con un alto sentido de la ética y
del honor, como los 448 soldados, cadetes y oficiales
que combatieron en Boquerón, resistiendo durante 21
interminables días el ataque de más de diez mil soldados paraguayos bien pertrechados.
Del mismo modo que el autor revela el coraje y la
dignidad de los combatientes bolivianos y paraguayos,
no escatima palabras para calificar a los “estrategas del
fracaso”, los altos mandos militares de la retaguardia
cuyos fracasos son “contados como virtudes” y los civiles “emboscados” que fueron al final de cuentas quienes llevaron al país al desastre que significó la pérdida
de 50 mil vidas y una porción de territorio que duplica
el que Paraguay tenía cuando nació como república.
Pero este no es un ensayo histórico sino una novela y por más que Cáceres Romero haya hecho el esfuerzo de ser fiel a los hechos hasta en el mínimo detalle, al
final no importa tanto la precisión de fechas y lugares,
ni la inclusión de nombres que realmente existieron.
Lo que importa es esa capacidad que tiene la novela
para narrar el horror de la guerra con mucha más fuer-
los historiadores apreciarán. Cáceres Romero es
minucioso y todo lo que narra corresponde a la
verdad histórica pero el dato que realmente importa es la resistencia de los fortines en Boquerón, porque simboliza todo lo cruel de la guerra
y al mismo tiempo todo lo esperanzador de los
seres humanos.
Quizás la escena más emblemática, en torno a la que se teje la novela, es aquella en la que
Víctor en plena línea del frente y a pocos pasos
del enemigo, toca el charango y provoca con su
música unas horas de confraternización entre los
soldados y oficiales paraguayos y bolivianos. Esa
sola escena en la mitad de la novela encapsula la
filosofía que sostiene toda la obra: “¡Ah!, lo que
sucedió después es que disparábamos a cualquier
parte, sin intención de hacernos daño”.
Omar Condori Parizaca
Más que descripciones de hechos, la noza que un libro de historia. La ventaja de la novela es vela logra contagiar sensaciones que el lector vive
que puede rescatar los relatos cotidianos y las narra- como si estuviera inmerso en la situación que relata
tivas individuales, aquellas que dicen su verdad desde Abel: “… ya ni saliva tenían para remojar la coca que
abajo pero que rara vez quedan plasmadas en los libros mascaban”, “sentía en la piel el olor de la carroña y
de historia con gran hache.
de la pólvora”, “agradecían y parpadeaban una lágriLas historias son más eficientes que la Historia. ma porfiada”… El lector siente los olores, los ruidos,
Lo cualitativo versus lo cuantitativo, la memoria vivida la respiración de los personajes. La primera mitad
(y vívida) versus aquello que se escribe en base a docu- de la novela transpira la muerte en todas sus págimentos desde la penumbra de una biblioteca.
nas, se siente como un pantano de sangre del que
Las imágenes que siembra Cáceres Romero son los personajes no pueden salir, aunque se desplacen
devastadoras y cargadas de simbolismo, sobre todo en en diferentes direcciones. El relato fluye como una
la primera parte del libro. La denuncia de las arbitra- película, como un guión listo para filmar.
riedades de la guerra es elocuente: “Nuestra bajas auPor momentos la narración parece debilitarse
mentaron con los camaradas fusilados. (…) en casi to- cuando interviene la voz del narrador omnipresente
dos los fortines y destacamentos bolivianos no había un sustituyendo el relato en primera persona. Las descripdía en que no se fusilara a alguien, sobre todo si tenía ciones se hacen más objetivas y por lo tanto más distanuna herida en la mano o en el pie izquierdo…” Antes tes, menos vivenciales. La intención de proporcionar
de fusilar a un estafeta le cuelgan el letrero “Soy un co- información sobre los hechos históricos opaca el tono
barde izquierdista” y el coronel en mando instruye, ha- testimonial del relato. La segunda mitad del libro que
ciendo gala de crueldad, que el pelotón de fusilamiento describe la situación vivida por Víctor como prisionero
esté integrado por ocho amigos de la víctima.
de guerra, tiene menos fuerza que la primera. BoqueLas voces de varios personajes se alternan en la rón pasa a un segundo plano, la guerra se aleja para dar
novela: Abel, cuyo relato en primera persona ocupa espacio a las vivencias amorosas y aventuras musicales
la mitad de la obra, es “la voz de la conciencia moral del personaje, a veces con concesiones grandilocuentes
colectiva”1, luego está Víctor, el charanguista, huma- al sentimentalismo.
nista y solidario, cuya habilidad en el instrumento es
Los títulos que encabezan los capítulos me pareinversamente proporcional a su pericia en el uso de las cen prescindibles aunque se entiende la intención del
armas, y Félix un joven estafeta voluntarioso y ajeno a autor de establecer un contrapunto simbólico entre
la muerte. Es importante señalar que los tres persona- Abel y “Caín”, el hermano fratricida. Un par de escenas
jes son reales y que estuvieron vinculados por amistad se repiten de manera parecida en diferentes páginas,
o por lazos familiares al autor de la novela.
como la del coronel Marzana, prisionero de guerra,
Sin duda el primer personaje, cadete del contin- acogido calurosamente por la población de Asunción
gente de voluntarios Tres Pasos al Frente, es quien cau- (páginas 97 y 108).
tiva al lector porque habla desde una condición partiLo anterior, así como la llegada de Abel al cielo y
cular, está muerto: “Estoy aquí, sin cara ni cuerpo. Con alguno que otro momento de precaria verosimilitud no
la memoria que poco a poco deja de ser terrenal”. Ya no desmerecen el nivel general de la novela, pero es cierto
tiene nada que perder porque ha visto “la sonrisa inerte que la intensidad baja a medida que se aproxima de made la muerte cabalgando en ambos frentes”.
nera apresurada al final y que el narrador omnipresente
“Pero sigamos, antes de que me pudra del todo”, se hace dominante porque siente la necesidad de explicar
continúa Abel. Su relato es más importante para el las consecuencias de la guerra del Chaco o el destino de
lector que los detalles sobre las batallas que solamente los personajes, cerrando de manera un tanto abrupta la
trayectoria de Víctor, el charanguista de Boquerón.
1 Como afirma el poeta Antonio Terán Cabero en su breve comentario en la contratapa de la novela.
* Periodista y escritor.
1era. quincena de mayo 2013
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ocho y medio
El secreto de Albert Nobbs:
Sobre secretos, actores, lesbianismos y tacitas de té
Mauricio Souza Crespo*
Si el más vistoso acto de transformación actoral es el que logra un hombre interpretando bien a una mujer –y al revés–, El secreto de
Albert Nobbs, la última película del hijo de Gabriel García Márquez, Rodrigo, apuesta todos sus chuis a este truco.
U
no: Al recibir su tercer Oscar al “mejor actor”
hace un par de meses, el irlandés Daniel DayLewis lo hizo con un chiste: “Como ustedes
saben –dijo, mientras agitaba la estatuilla–, el
papel de Abraham Lincoln se lo ofrecieron primero a
Meryl Streep, de la misma manera que a mí me habían
ofrecido primero el de Margaret Thatcher”.
Dos: Day-Lewis aludía así a su leyenda, que es
también la de Streep y la de un reducido grupo de actores: un virtuosismo capaz de interpretar cualquier cosa.
Lo que está en juego en esta leyenda es un fetichismo
técnico: Hollywood se finge pasmada por la capacidad
de algunos actores de transformarse en “otros”, irreconocibles y, mejor, “radicalmente” diferentes: monstruosos, feos, minusválidos, extranjeros, personajes
históricos. Según las pautas de este fetichismo, Nicole Kidman recibió un Oscar por su personificación de
Virginia Woolf (en Las horas, de 2002) y no porque su
trabajo haya sido en esa cinta conmovedor, sino porque
tuvo que ponerse una nariz prostética para parecerse a
la escritora inglesa. Kidman demostraba así su predisposición al sacrificio por un papel: si en aras del cine se
afeaba el rostro, por otra parte perfecto, estaba claro
que lo suyo era una entrega “total” al cine. Day-Lewis,
en la misma línea, se dedicó a la carnicería antes de hacer de carnicero en Pandillas de Nueva York. Y dicen que
Tom Cruise entrena para ejecutar él mismo las escenas
peligrosas en sus películas, sin malla y sin dobles.
Tres: Otra anécdota, más bien famosa: en el set
de la película Maratón de la muerte (1976), Dustin Hoffman le contó al actor inglés Laurence Olivier que se
había sometido a un régimen de dos meses de largos
trotes matutinos, “para meterme en el personaje”, le
dijo. Olivier le respondió, algo intrigado: “¿Y no ha
probado la idea de actuar?”. Lo que quiero decir con
todo esto es que quizá hay dos modelos en juego, hace
tiempo, en el gremio de actores. Por un lado, los que
se transforman y reinventan en cada papel, en un minucioso trabajo camaleónico: Streep, Day-Lewis, pero
también Glenn Close, Dustin Hoffman, el joven Robert De Niro, Joaquin Phoenix. En el otro grupo, en
cambio, encontramos a los que, de alguna manera, son
siempre ellos mismos en cada película: Marcello Mastroianni, Jean-Louis Trintignant, Nicholson, De Niro
ya viejo, Eastwood desde la cuna, Cary Grant, Bogart,
Jimmy Stewart, Pacino últimamente, etc.
Cuatro: Si, como sugería con su chiste Daniel
Day-Lewis, el más vistoso acto de transformación actoral es el que logra un hombre interpretando bien a una
mujer –y al revés–, El secreto de Albert Nobbs, la última
película del hijo de Gabriel García Márquez, Rodrigo,
apuesta todos sus chuis a este truco. Aunque, si somos
precisos, aquí hablamos de una mujer (Glenn Close)
que hace el papel de una mujer (Albertina Nobbs) que
se hace pasar por hombre (Albert). Close es sin duda
una buena actriz, que no ha dejado de producir interpretaciones destacables (en una filmografía de más de
50 películas), aunque suele ser recordada por dos papeles de hace un cuarto de siglo: su sobreactuada “histérica” con cuchillo filo en Atracción fatal (1987) y su gran
Marquesa Isabelle en Relaciones peligrosas (1988).
Cinco: Albert Nobbs nos cuenta la historia de un
mayordomo de hotel en la Irlanda del siglo XIX. O,
si se quiere, de una mujer que vive como hombre para
poder trabajar. El pedigrí literario del asunto es largo:
nace de un cuento de George Moore y es otro irlandés
–el novelista John Banville– el autor de la adaptación.
El resultado es un universo de exotismos que se imaginan cercanos a un tercer irlandés, James Joyce: matronas, jaraneros, cantantes (como el mismo Joyce), veladas, tecitos y tacitas, etc. En medio de este decorado se
esconde –como un animal perseguido– Albert Nobbs,
personaje al que todos consideran un “hombrecito peculiar” pero que nosotros, los espectadores, reconocemos desde el principio como Glenn Close con exceso
de maquillaje y ropa de hombre. Es quizá por eso que
es difícil seguir los giros de la trama sin perderse en el
show de virtuosismos de la actriz. Distracciones que,
claro, acompañan este tipo de actuaciones.
Seis: Si algo le interesa a Rodrigo García, son las
mujeres. El destino de tal curiosidad es la del melodrama
clásico: en su filmografía, las mujeres están jodidas, acaso porque, en tal universo genérico, ser mujer supone,
de entrada, estar jodido. Hasta El secreto de Albert Nobbs,
García había explorado este interés a partir de la generosidad numérica de sus elencos y una capacidad para
escribir papeles con mucha tela para el lucimiento actoral (lo que explica que haya trabajado con prácticamente la plana mayor completa del mejor
personal femenino hollywoodense).
En películas como Con tan solo mirarla (1999), Nueve vidas (2005) o Madre
e hija (2009) fatiga la misma fórmula:
múltiples historias, mujeres en el centro y relaciones amorosas o familiares
difíciles. En esas películas se dicen las
cosas detalladamente: los personajes
se enfrentan en diálogos largos y son
beneficiarios de una habilidad que la
mayoría no tenemos: poder describir
con precisión lo que nos pasa y sentimos. En El secreto de Albert Nobbs, en
cambio, García intenta algo diferente:
una sola historia y un relato construido
alrededor de la imposibilidad de su personaje central de
decir o identificar sus sentimientos.
Siete: Nobbs, en la interpretación de Close, es un
esclavo de rutinas mínimas y se mueve, habla y gesticula como una momia. Se supone que esta especie de
parodia de la masculinidad es suficiente recaudo para
pasar desapercibida, que es lo que busca. García, al
abandonar sus acostumbradas inclinaciones melodramáticas, construye aquí un personaje que se esconde
detrás de una actuación y, con el tiempo, se convierte
sólo en una sostenida actuación. Acaso esa sea la debilidad central de la película: entendida ya la premisa
(Albert es Albertina), los desarrollos dramáticos posteriores se demuestran débiles o irrelevantes.
Ocho: Un ejemplo de la deriva y pobreza dramática de El secreto de Albert Nobbs: en algún momento
nos enteramos de que Nobbs optó por disfrazarse para
escapar de la violencia: en su juventud fue violada por
un grupo. Luego, debemos conectar ese trauma con
un enamoramiento lésbico, entre confuso y platónico.
Es decir, parecería que el lesbianismo que aquí se nos
propone es una versión distorsionada, por el trauma
biográfico, de la heterosexualidad femenina. El equivalente de aquello de “Pobre chica, ¡qué le habrá pasado
para que ahora prefiera a las mujeres!”.
Y medio: Tiene un cierto interés, sin duda, seguirle los pasos a Albertina Nobbs deambulando un
universo escaso, consumida por el terror y la falsa conciencia. Pero García nunca está a la altura ni siquiera de
esa premisa y lo que logra, al fin de cuentas, es trazar un
personaje monstruoso y plano que está más bien como
extraviado en medio de una telenovela inglesa de tacitas, servidumbre, cocinas y salones.
* Periodista y catedrático.
18 /
libros
1era. quincena de mayo 2013
Y ahora, ¿quién podrá defendernos?
Juan Carlos Salazar*
La revolución digital plantea muchas incógnitas sobre el futuro de la prensa tradicional, el modelo de negocio y el rol del periodismo.
Si hay alguna certeza es que los nuevos medios no ponen en riesgo el viejo oficio periodístico, porque el buen periodismo no depende
de los soportes que lo sustentan.
Adalid Cussi P.
C
lark Kent, alter ego de Supermán, acaba de renunciar al Daily Planet. Lo hizo por razones
éticas, en protesta por la deriva sensacionalista del periódico. El director del diario, Perry
White, lamentó la decisión de su reportero estrella,
pero no dio ninguna explicación sobre el giro editorial
de su periódico. No lo dijo, pero está claro que la crisis del modelo de negocios de los medios impresos ha
llegado a Metrópolis y ha golpeado a su medio más emblemático. La propia editorial dc Comics admitió que
la dimisión es “un reflejo de los problemas por los que
pasa la profesión” en estos momentos, a raíz del nuevo
“rol de los medios de comunicación, el desequilibrio
entre información y entretenimiento y el crecimiento
del periodismo ciudadano”. De hecho, el propio Kent,
al anunciar su renuncia en medio de reproches a su
jefe y a su novia y colega, Luisa Lane, ocupada en la
cobertura de un escándalo sexual, reveló que seguirá
trabajando como periodista, pero que a partir de ahora
lo hará en su propio blog de Internet.
Esto ocurre en el cómic, pero tampoco hay buenas
noticias para los medios impresos en el mundo real. El
semanario Newsweek, un verdadero ícono de la prensa
mundial, dejará de imprimirse en papel y, a partir de
ahora, con menos personal y recursos, publicará exclusivamente una edición digital, que será de pago. Su directora, Tina Brown, afirmó que ha sido imposible superar
los problemas económicos que supone la impresión en
papel ante la brutal caída de la publicidad y la drástica
reducción de la circulación, que ha bajado de los cuatro
millones de ejemplares, en los años 80, a 1,4 millones
este año. Cuatro meses antes, Andrew Miller,­presidente
del diario londinense, The Guardian, otro referente del
periodismo de calidad durante décadas, había anunciado
la decisión de su empresa de dar prioridad a la edición
digital con la evidente intención de cerrar la edición impresa en el corto plazo, aunque no fijó fecha.
Y, claro, uno se pregunta si Supermán no pudo
hacer nada para evitar que el Daily Planet acuda al sensacionalismo para sobrevivir, qué puede hacer la señora
Brown por Newsweek o el señor Miller por The Guardian, que no sea cambiar de soporte, teniendo en cuenta
que a estas alturas del partido el periodismo de calidad
resulta insuficiente para salvar un modelo de negocio
en crisis. Y quienes todavía persisten en la aventura de
imprimir periódicos bien podrían exclamar, evocando a
otro superhéroe, ¿y ahora, quién podrá defendernos?
La respuesta no es sencilla. Juan Luis Cebrián,
presidente ejecutivo del Grupo prisa, editor del diario
El País de Madrid, y Rosental Calmon Alves, director
del Centro de Periodismo de la Universidad de Austin,
coincidieron en señalar en la última Asamblea General
de la Sociedad Interamericana de Prensa (sip) que el
periodismo está en un “proceso irreversible y doloroso
de transformación”. El propio Andrew Miller afirmó
que el paso del periodismo impreso al digital “es una
tendencia inexorable”.
Hace once años, en 2001, me tocó planificar, poner en marcha y dirigir el Servicio Online en Español de la agencia dpa. Eran los años del boom de las
“punto.com”. Un joven uruguayo, Fernando Espuelas,
había revolucionado Internet con el portal en español
StarMedia, que llegó a alcanzar un valor de mercado
de más de 3.800 millones de dólares, mientras Terra, el
portal de la Telefónica de España, veía crecer la cotización de su título bursátil desde los 11,81 euros hasta los
157, 65 euros por acción en apenas cuatro meses.
La agencia Reuters creó más cincuenta redacciones en todo el mundo para alimentar su servicio online
con contenidos exclusivos. El propio portal Terra abrió
oficinas en todos los países latinoamericanos y llegó a
pagar más 60 millones de dólares a un diario brasileño
por el derecho de reproducir sus contenidos la noche
anterior a la salida de la edición impresa. Era la época
en que el dinero fluía a raudales por las venas de la red,
tanto o más que las noticias.
La agencia dpa negociaba un contrato millonario
con Terra para la instalación de sendas redacciones en
inglés, español y portugués en Madrid cuando se produjo
el estallido de la “burbuja”, porque, como se sabe, la ilusión duró lo que una pompa de jabón. dpa se quedó sin
contrato, Reuters, Terra y StarMedia cerraron una a una
las redacciones online que habían sembrado por todo el
mundo, y todos tuvimos que desandar el camino para retornar al punto donde habíamos empezado, a la modesta
redacción multimedia y a los periodistas “milusos”.
Han pasados más de diez años desde el estallido de
la “burbuja” y de la crisis de las “punto.com”. La revolución tecnológica sigue su marcha a pasos agigantados
y, con ella, el periodismo digital. Del volcado de noticias de los medios impresos de hace una década, hemos
pasado a la producción de contenidos propios. Las visitas a los portales y periódicos digitales han crecido
exponencialmente. Internet tiene actualmente 1.5000
millones de usuarios, una cifra que se triplicará en los
próximos seis años.
Sin embargo, el dinero sigue sin fluir hacia los
nuevos medios. Como dijo Cebrián, el modelo de ne-
gocio de los medios tradicionales se agota día a día y
todavía no existe una alternativa clara que permita a
las grandes empresas periodísticas volver a ser rentables. Pero, en cualquier caso, según el mismo editor,
la respuesta a todas las incógnitas está en la revolución
digital, en Internet, aunque este nuevo modelo no acaba de encontrar su quicio. “¿Cuál será el modelo de
negocio?”, se preguntó el ejecutivo de prisa. “De momento no hay un modelo definido. Nadie por ahora
ha conseguido rentabilizar las operaciones en la red.
Puede ser que algunos medios hayan tenido éxito en
cuanto al número de usuarios, pero económicamente
nadie ha dado aún con la respuesta”.
Los anuncios en las ediciones impresas se han visto reducidos en más de un 60 por ciento en los últimos
cinco años y, al mismo tiempo, la publicidad en Internet
ha crecido vertiginosamente. Según la asociación iab de
España, la inversión publicitaria en medios digitales españoles superó por primera vez a la de los medios impresos en el primer semestre de este año, al registrar 434,4
millones de euros frente a los 369,7 millones de los medios impresos. No obstante, según Cebrián, el modelo
en la red sigue sin ser rentable: por cada dólar que ganan
los medios digitales, los impresos pierden diez.
La edición digital de The Guardian alcanzó en
mayo pasado 50 millones de lectores únicos mensuales
y 2,8 millones de lectores únicos diarios, pero ese éxito
aún no se ha traducido en beneficio económico. Los
ingresos digitales suponen actualmente entre 35 y 40
millones de euros. La empresa espera que lleguen a 90
millones en cinco años, menos de la mitad de los ingresos totales actuales de la edición impresa.
La lucha de los medios impresos por la supervivencia frente al mundo digital tuvo una particular expresión en Brasil. Los 154 miembros de la Asociación
Nacional de la Prensa decidieron hace un par de semanas retirarse de Google News debido a que el gigante
de Internet, el buscador más utilizado en el mundo, se
rehusó a pagar a los periódicos un canon por la utilización de la información en su sitio.
El conflicto tiene que ver con el papel de Google
en el mercado de la publicidad en línea. Los medios impresos brasileños, como los de otros países, quieren parte del pastel para compensar las pérdidas que sufren con
sus ediciones impresas. “Google Noticias se beneficia
comercialmente de este contenido de calidad y se niega
a discutir un modelo de remuneración por la producción
de estos materiales”, explicó el presidente de la Asociación de la Prensa, Carlos Fernando Lindenberg Neto.
En 2010, la agencia de noticias Associated Press
(ap) se había retirado del portal en protesta por la difusión gratuita de sus contenidos, pero poco después
alcanzó un acuerdo con el buscador.
Pero no es únicamente una crisis del modelo de
negocios. Es también una crisis del periodismo tradicional. La revolución tecnológica ha provocado no
solamente un cambio en los hábitos de consumo de
medios, sino también en la actitud de los usuarios ante
estos. La sociedad se resiste a mantener una actitud pasiva, como hasta hace poco, y quiere participar en la
producción y difusión de la información.
Muchos autores, entre ellos los partidarios del llamado “periodismo ciudadano”, sostienen que las nue-
vas tecnologías han lanzado al público a la conquista
de los medios y algunos afirman incluso que estamos
ante una rebelión de los ciudadanos contra el poder de
la prensa tradicional y de los periodistas profesionales.
Es decir, no estamos únicamente ante una revolución
mediática, sino ante una “revolución democrática”, un
proceso que está redefiniendo el rol del periodismo
y del periodista y que permitirá, gracias a los nuevos
medios, “proporcionar a los ciudadanos la información
que necesitan para ser libres y capaces de gobernarse a
sí mismos”, en la conocida definición de Bill Kovach.
En medio de tantas malas noticias sobre el futuro
de los medios impresos, el columnista de política internacional Moisés Naím acaba de llamar la atención
sobre la noticia que difundió el corresponsal de The
New York Times en Shanghai, David Barboza, sobre la
corrupción de los familiares del primer ministro chino,
Wen Jiabao. Naím pone este artículo de gran repercusión mundial como un ejemplo del buen periodismo,
que no hubiese podido ser elaborado por un bloguero
o por un portal que se limita a reproducir contenidos
de otros en la red, ya que la investigación requirió no
solamente de recursos financieros, sino de los altos estándares profesionales de The New York Times.
“Todo esto es muy costoso. Pero es lo que produce periodismo con valor social, y a nivel mundial.
Internet y las tendencias que actualmente socavan la
viabilidad financiera de los grandes medios de comunicación tienen mucho de imparable. Pero artículos
como este del The New York Times ilustran de forma
contundente cuánto nos empobreceríamos como humanidad si desaparecen las organizaciones capaces de
producir contenidos objetivos, independientes y de alta
calidad”, sostiene Naím.
La reflexión de Moisés Naím no deja de ser alentadora para quienes disfrutamos la lectura de la prensa
diaria incluso a riesgo de terminar el desayuno con las
manos entintadas. Y, como Naím, pienso que el buen
periodismo salvará a la prensa tradicional de su muerte
anunciada y dignificará a los nuevos medios.
Las nuevas tecnologías han ampliado la libertad
de expresión y el acceso a la información, al haber dado
voz a los que no la tienen, y han dado a luz a nuevas
formas de comunicación; el hipertexto y la intercreatividad han revolucionado los géneros periodísticos,
pero el periodismo siempre será un oficio de periodistas, porque detrás de cada contenido siempre estará la
mano de un profesional.
La revolución digital ha cambiado y está cambiando los paradigmas. Nos plantea muchas incógnitas
y pocas respuestas, sea sobre el futuro de los medios
tradicionales, el modelo de negocio o el rol del periodismo, pero si hay alguna certeza es que los nuevos medios no ponen en riesgo nuestro oficio, como temen
muchos colegas, porque el buen periodismo no está reñido con la urgencia online ni depende de los soportes
que lo sustentan.
El escritor guatemalteco Augusto Monterroso se
consagró como el autor del cuento más corto de la historia de la literatura en español, “El dinosaurio”, un
texto de apenas siete palabras y 50 caracteres: “Cuando
despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”. Si los 140
caracteres de un Twitt sobran para escribir un cuento
de la complejidad, concisión y belleza de “El dinosaurio”, ¿por qué no ha de ser posible redactar una pieza
periodística de calidad dentro de los mismos límites
digitales?
* Ponencia presentada por el autor en la mesa redonda “El futuro
del periodismo y el rol de los medios en la era digital”,
organizada por la Fundación para el Periodismo el 30 de octubre
pasado en La Paz, con la participación de Josh Friedman,
Premio Pulitzer 1985, y director de la Escuela de Periodismo de
la Universidad de Columbia; Miguel Wiñazki, director de la
Maestría de Periodismo del diario Clarín de Buenos Aires, y el ex
presidente Carlos Mesa.
/ 19
libros
1era. quincena de mayo 2013
La lluvia de los martes
Bolivia en blanco y negro
La ciudad de los cholos
Solange Behoteguy
Plural ediores / Colección Narrativa
P. Mendienta, E. Bridikhina y L. Mamani (coords.)
Plural ediores-Fundación Cultural del BCB
Ximena Soruco Sologuren
pieb / A la venta en Librerías Plural
La lluvia de los martes es una novela
que finge ser policial. Hay en ella un
detective arquetípico –Lino Martínez,
de bigotes que aparecen y desaparecen,
como la sonrisa de un gato–, y también
una sospechosa, Eleonora, que narra el
caso; y hasta un cadáver: Sue Lin Min,
de 25 años, estudiante de psicología y
actriz en un teatro de Pekín, asesinada
en la piscina de un sauna parisino en
plena estación estival. Pero si esta es
una novela policial, lo es buscando otra
manera y en un gesto casi inevitable a
estas alturas: sus pequeñas indicaciones,
sus misterios, sus desplazamientos,
sus diálogos son en buena medida
literarios, leídos y recolectados –como
pistas– de otros textos. “Dormí y soñé
que estaba dentro de un libro” –nos
dice la narradora– y quizá al decirlo
también piensa en nosotros, los
lectores, que sólo podemos leer esta
novela como si estuviéramos soñando
dentro de un libro.
Un libro de fotografías y de ensayos,
que las contextualizan. La fuente es el
Archivo de La Paz, que resguarda una
colección de 80.000 fotografías, una
de las más importantes del país. Las
fotos y los ensayos están divididos, en
el libro, en tres partes: “Recorriendo
el tiempo”, que se concentra en
momentos históricos significativos;
“Recorriendo el país”, que se ocupa
de siete regiones del país; y, la
última, “Recorrido temático”, que se
ocupa de problemáticas específicas
(como, por ejemplo, la educación, los
movimientos sociales, etc.).
Son 34 autores los que contribuyen a
este esfuerzo.
Coordinado por tres historiadoras,
en muchos sentidos este es un libro
impecable e imprescindible, aunque
se podría quizá notar una leve
debilidad: no se intenta fechar, así
sea aproximadamente, las más de 200
fotografías que incluye.
Soruco analiza en este libro –que tiene
ya dos ediciones– las ambigüedades,
contradicciones y búsquedas de
alternativas de ascenso y reconocimiento
social que son parte de la construcción
republicana del mestizaje y su vertiente
chola. Es decir, se fatigan los conceptos
de colonialidad, “proyectos nacionales”
e imaginarios desde el ángulo no
resuelto del mestizaje (regresando
al topos que hace de lo mestizo
encarnación de lo irresuelto), pues –nos
dice el libro– “son los mestizos y cholos
quienes también viven la violencia
colonial, en la negación de lo indígena,
que acaba siendo su propia negación”.
Varios clásicos de nuestra literatura
(Juan de la Rosa, La candidatura de Rojas,
La Chaskañawi, Creación de la pedagogía
nacional, etc.) son objeto de una lectura
sociológica.
Ximena Soruco es socióloga,
comunicadora y doctora en literatura.
Es profesora de la umsa.
Cochabamba. (Re)construcción de una historia
Policía y democracia en Bolivia
Brooke Larson
cesu-Agruco / A la venta en Librerías Plural
Juan Ramón Quintana
pieb / A la venta en Librerías Plural
Autismo comprometido:
Sobre poesía peruana reciente
Pedro Granados
Paracaídas / A la venta en Librerías Plural
Brooke Larson es la autora de
un estudio clásico: Colonialismo y
transformación agraria en Bolivia:
Cochabamba, 1550-1900, publicado en
inglés en 1988 y traducido al castellano
en 1992. En una segunda edición
inglesa, de 1998, Larson corrigió y
modificó mucho, incluyendo textos
nuevos –reunidos en este libro, el
que comentamos–, de corte más bien
teórico, en los que se hace preguntas
sobre su trabajo. Las relaciones
entre teoría (i.e.: economía política)
e historia social, por ejemplo, son
centrales en esas reflexiones. Larson
vuelve así, de manera un tanto
metahistórica, para reconstruir el
proceso de formación y evolución
de una clase campesina étnicamente
mestiza en los valles de Cochabamba.
El ensayo alude a un periodo extenso:
desde la expansión de los Estados inca
y español en el Collasuyo hasta el
período republicano en Bolivia.
El subtítulo de Quintana indica quizá
su intención: “una política institucional
pendiente”, dice de la reforma policial.
Lo que habría que aclarar es que
si esa reforma estaba pendiente el
2005, cuando apareció por primera
vez este libro, ocho años después,
con la aparición de esta reimpresión
de la investigación de Quintana et
al., esa reforma está más pendiente
que nunca. En el interín, Quintana
tuvo amplias oportunidades, desde
el poder y como ministro rotante, de
iniciar, por lo menos, la mentada tarea
de transformación. Pero parece que
realmente otra cosa es con guitarra. A
no ser que se crea que su diagnóstico
–que habla de una institución represiva,
prebendal e incompetente– ya no
se aplica a la policía que todavía
tenemos. Aunque nunca se sabe: las
fantasmagorías discursivas del cambio
aparente han revelado en estos años
gran capacidad de justificar lo que sea.
A partir de una crítica que se quiere
“de tono y formato menor”, Granados,
pese a su título, se ocupa aquí de leer
a poetas peruanos no tan recientes
(Vallejo, Eielson, Sologuren, Cisneros,
Watanabe) y a otros que sí parecen
recientes (Manuel Fernández, Víctor
Coral, Alejandro Susti, Bruno
Mendizábal, etc.).
La de Granados es una crítica que se
relaciona, en parte, con los códigos
que hoy frecuenta la escritura
sobre poesía: es decir, los blogs y su
frecuente oscilación entre el ímpetu
de la divulgación y los códigos de
todo grupo pequeño, inclinado a los
ideolectos.
Pedro Granados (Lima, 1955) es poeta
(autor de una docena de poemarios),
doctor en literatura (Boston
University), profesor universitario,
autor de un ensayo extenso sobre César
Vallejo y de Prepucio carmesí y otras
novelas cortas.
20 /
1era. quincena de mayo 2013
La otra orilla
V Concurso de dibujo F. Montes, artista invitado
Las tres ecologías
El Valor del Dibujo
Félix Guattari (1930-1992)
Exposición de las obras premiadas del V Concurso
Fernando Montes Peñaranda 2013
U
no de los problemas analíticos
claves que la ecología social
y la ecología mental deberían
afrontar es la introyección del poder
represivo por parte de los oprimidos. Aquí la mayor dificultad reside
en el hecho de que los sindicatos y
los partidos, que luchan en principio por defender los intereses de los
trabajadores y de los oprimidos, reproducen en su seno los mismos modelos patógenos que impiden en sus
filas toda libertad de expresión y de
innovación. Quizá se necesitará un
período de tiempo considerable para
que el movimiento obrero reconozca
que las actividades de circulación, de
distribución, de comunicación, de encuadramiento… constituyen vectores
económico-ideológicos que se sitúan
rigurosamente en el mismo plano,
desde el punto de vista de la creación
de plusvalía, que el trabajo directamente incorporado a la producción de
bienes materiales. A este respecto, un
desconocimiento dogmático ha sido
alimentado por numerosos teóricos,
conformando a un obrerismo y a un
corporativismo que han desnaturalizado y mutilado profundamente los
movimientos de emancipación anticapitalistas estos últimos decenios.
Esperamos que una recomposición y un reajuste de las finalidades de
las luchas emancipadoras devengan,
cuanto antes, correlativas del desarrollo de los tres tipos de praxis ecológicas evocadas aquí. Y deseamos que,
en el contexto de los nuevos “elementos” de la relación entre el capital y la
actividad humana, las tomas de conciencia […] logren alcanzar más rápidamente, como objetivo principal, los
modos de producción de la subjetividad, es decir, de conocimiento, de cultura, de sensibilidad y de sociabilidad
que dependen de sistemas de valor incorporal que desde ahora se sitúan en
la raíz de los nuevos agenciamientos
productivos.
La ecología social deberá trabajar en la reconstrucción de las rela­
ciones humanas a todos los niveles del
socius. Jamás deberá perder de vis­­ta
que el poder capitalista se ha deslocalizado, desterritorializado, a la vez
en extensión al extender su em­presa al
conjunto de la vida social,­económica y cultural del planeta, y en “intensión”, al infiltrarse en el seno de los
estratos subjetivos más inconscientes. Puesto que esto es así, ya no es
posible pretender oponerse a él sólo
desde el exterior mediante las prácti-
E
cas sindicales y políticas tradicionales.
Se ha hecho igualmente imperativo
afrontar sus efectos en el dominio de
la ecología mental en el seno de la
vida cotidiana individual, doméstica,
conyugal, de vecindad, de creación y
de ética personal. Lejos de buscar un
consenso embrutecedor e infantilizante, en el futuro se tratará de cultivar el dissensus y la producción singular de existencia.
[…] Se me podrá objetar que las
luchas a gran escala no están necesariamente en sincronía con las praxis
ecológicas y las micropolíticas del
deseo. Pero, ese es el problema: los
diversos niveles de práctica no sólo
no tienen que ser homogeneizados,
conectados unos con otros bajo una
tutela trascendente, sino que conviene hacer que entren en procesos
de heterogénesis. […] Conviene dejar
que las culturas particulares se desarrollen, inventando otros contratos
de ciudadanía. Conviene mantener
unida la singularidad, la excepción, la
rareza con un orden estatal lo menos
pesado posible.
La eco-lógica ya no impone
“resolver” los contrarios, como lo
deseaban las dialécticas hegelianas y
marxistas. En particular, en el campo
de la ecología social, llegará un tiempo de lucha en el que todos y todas se
verán obligados a fijarse objetivos comunes. […] el principio común a las
tres ecologías consiste, pues, en que
los Territorios existenciales a los que
nos confrontan no se presentan como
en-sí, cerrados sobre sí mismos, sino
como un para-sí precario, acabado,
finitizado, singular, singularizado, capaz de bifurcarse.
Cf. Félix Guattari (1989). Le trois écologies, Paris, Éditions Galilée. (Trad. cast. de
José Vázquez Pérez y Umbelina Larraceleta:
Las tres ecologías, Valencia, Pre-Textos,
2000, pp. 44-52).
l 23 de abril se inauguró la exposición del v Concurso El Valor
del Dibujo Fernando Montes Peñaranda 2013 en la galería Alternativa
Centro de Arte, calle René Moreno
bloque J-25 del barrio paceño de San
Miguel. La muestra, que exhibe una
selección de 55 obras presentadas al
certamen, permanecerá abierta al público hasta el 3 de mayo de este año.
El primer premio ha recaído el
presente año en Roly Huanca Huari, egresado en 2010 de la facultad
de Artes de la umsa, que continuará
su formación con un Diplomado en
Educación Superior con la idea de
complementar su carrera artística con
la docencia en este campo. Santiago
Jr. Ayala Cruz obtuvo el 2º premio.
Conviene destacar que este joven
artista paceño ganó el 1er premio en
la anterior convocatoria de este concurso. Dada la cantidad y la calidad
de las obras presentadas este año, el
jurado decidió conceder menciones
de honor a Gebracia Aruquipa, Vidal
Cussi, Javier del Carpio y a José Tito
Condori.
El origen de este certamen anual,
que alcanza ya su quinta edición, se remonta a una iniciativa surgida el año
2007, tras el fallecimiento del artista
Fernando Montes Peñaranda, afincado en Londres desde 1960. En efecto, se creó el fondo familiar Fernando
Montes Peñaranda para hacer realidad
la inquietud de Montes de contribuir
en alguna forma al desarrollo de las
nuevas generaciones de artistas bolivianos.
Bajo la dirección de su esposa e
hijos, y con el apoyo de Norah Claros,
la galería Nota y Fernando Romero,
se concretó el proyecto del concurso
anual “El Valor del Dibujo Fernando Montes Peñaranda”, pues Montes
consideraba el dibujo como la base de
todas las artes visuales. La continuidad
de este proyecto queda garantizada
gracias al compromiso que la Galería
Alternativa Centro de Arte asumió
desde 2012.
La convocatoria establece como
condición principal que los participantes sean bolivianos menores de
35 años, dejándoles plena libertad en
cuanto al tema de sus obras y la técnica
del dibujo. El jurado, conformado por
artistas bolivianos consagrados, adjudicará un primer y un segundo premio
(dotados con una suma en efectivo) y
menciones de honor. A esto se añade
la impresión de un catálogo de alta calidad y la exposición de las obras seleccionadas por el jurado.
El Fondo mantiene la página web
www.fernandomontesartfun.org,
don­de se reproducen las obras de todos
los artistas que han merecido premios
en todas las ediciones de este concurso.
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