VICIOS R(UNIBIi0RI0S Dfl 6BhflD0 VBC^BO

Anuncio
MADRID
NUM. 20-55 H
OCTUBRE 1955
VICIOS R(UNIBIi0RI0S Dfl 6BhflD0 VBC^BO
C. SANZ EGAÑA
Uirector (jubilado) del Matadero p
Mercado de Ganndos de Madric^.
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VICIOS REDNlBITORIOS DFL GflhDDO VDCOhO
Los vicios redhibitorios del ganado vacuno han tomado
intet-és práctico desde que se ha generalizado l.a vaca lechera.
En tanto que las reses vacunas rendían espontáneamente carne y trabajo, la redhibición era extraordinariamente rara porque el klnimal no perdía nada, o muy poco, con la existencia
del vicio oculto. Por otra parte, la legislación sobre inspección
de carnes era también caótica, a voluntad del veedor del matadero. Ambas causas impidieron dictar legislación y menos
crear costumbres sobre vicios redhibitorios en el mercado de
las reses vacunas.
Organizados los servicios de Veterinaria en los matacíeros, intensificada la producción lechera de las vacas, los vicios
redhibitorios en el ganado vacuno han aparecido en el comercio pecuario y ha merecido atención su esclarecimiento
por parte de los veterinarios modernos.
El concepto de vicio redhibitorio ha evolucionado en nuestra época ; los clásicos suponían siempre la existencia de una
lesión como base de tm vicio oculto ; actualmente s.abemos que
un animal, en nuestro caso un vacuno, de fisiologismo normal
huede presentar un vicio que le haga impropio para el fin
que fué adquirido. Esta inutilidad ha dado motivo a que
muchos tratadistas veterinarios, a los cuales he unido mi
modesta opinión, no admitan la publicación oficial de listas
cíe vicios ocultos, ya que la especialización intensiva en la
explotación animal acarrea recientes trastornos y defectos en
la organización biológica, con perjuicio de su comportamiento y producción.
La legislación española, en este aspecto, está acorde con
la: moderna orientación de la Veterinaria legal ; está siempre
al día. El artículo i.495 del Código Civil determina la existencia de vicio redhibitorio en el caso que "no basten los
conocimientos periciales para su descubrimiento" haciendo
referencia al acto de la contratación. Queda, atentos al Có-
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ciigo espaiiol, al criterio del ^^etcrinario, del perito, diagnosticar el vicio y señalar su cualidacl de oculto. Ll artículo i.494^
clel mismu Código, dispone :"No serán objeto de contrato de
venta lus ganados y animales que l^adezcan enfermedades
conta^iosas. Cualquier c^ntrato due se hiciera respecto de
ellos será nulo". Interpretandu, al pie de la letra, este artículo
no hay por qué incluir, como hacían los autores antiguos ^yo en alg^unos tcYtos, siguiendo la rutina, entre los vicio^
redhibiturios del ganado vacuno a la tisis (tatiberct2losis) y a
la ^ic^rii7eitiyno^ftía que actualmente están declaradas enfermedades epizoóticas en nuestra legislación vigente.
Con estas ideas he actttado, durante muchos años, casí
^iempre de amigable componedor, en el Mercado de Ganados
del llatadero de Madrid, el más importante de España en la
contratación de reses vacunas. Mis lecturas y eYperienci^i
me autorizan a c^ msiclerar como vicios ocultos, a los ef ecto^
de la redhibición o saneamicnto, en los animales bovinos los
;iguiente5 :
F'rala j^sn dc^l Cr.t^^^ru.
No secztna^din^ació^i.
Rcsa.^b^i^^s d^e las v^accxs lccGteras.
Pertati^rbaciowues sexuales.
La lista no se cierra en estos enunciados. En mi concept^^
es zlicio ,^cz^lto, para la Veterinaria legal, toda enfermedad ^^
defecto existente en e] animal que reúna estas tres condiciones :
t.`` Que la enfermedad o cl defecto exista en el animai
con anterioridad a la fecha de la celebración del contrato.
?.a Que la enfermedad o defecto, durante el reconocimiento pericial o no, pueda pasar inadvertido o confuso y el
vendedor no haya revelado su existencia.
3.^ Que la enfermedad o clefecto sea incurable mediantr
?a aplicación de lus actuale; remedios de la Terapéutica veterinaria.
Naturalmente, al Veterinario le^ista le incumbe demostrar, ante la presencia del caso, due la enfermedad o el defecto reíme estas tres condiciones para calificarlc^ de oculto ;
al juez corresponde fallar si corresponde o no el saneamiento_
-alletinido el concepto de ^ricio redhibitori^o, se me ocurre
uponer un solo reparo a la disposición clel Código : que el
plazo ímico de cuarenta días para interponer la acción redhibitoria cs un desatino científico. C;omo el plazo ín7ico de cuarenta cíías es lar^o e inipropio p^ara muchv^ vicius redhibiturios, el dictamen cíel pe^°it^^ Veterinario. ^^ el consejo amist^,su, clebc^ señalar los ^•erdacíeros plazos para cada caso en
l,articular, "en tributo a la e^actitud cientítica y a la jttsticia",
como afirmaba CAS^rxo ^- VAr.i:xo.
Prolapso del útero.
1:1 prolapso del íitcru, llamado tanibién ^desj^^•c^ndi^mic^nto
o d,esceyaso cle la mat^^i^ o^ri^crclre, representa la salida total u
l.aarcial cíe la matriz o íttero a través de ]a abertura vulvaria.
Este accidente se pre5enta duraiite el partu, ^^ inmediatamente clespues ; es casi exclusivo de la^ vricas lecheras y represc:nta una indi,posición gra^-e.
I?1 reconocimiento y diagnóstico del prolapso uterinu en
l^^ ^>r<íctica es mtty fácil ; la dificultKicl estriba en dictarninar
^u carrícter de redhibit^^ri^_^ ^^ no, en casu cle litigio.
^e admite, como norma ^^neral, ^lijícil de demostrar científic^unent^^ las sir;-uientes rep;las:
i.^ l^?n la; reses preñadas cl prulapso incompletu tiene,
^eneralmente, carácter recidi^^ante :^aparece y desaparec^ sin
regttlariclad, siempre en los ítltimos meses de la preñez : el
^lesarroll^ es lento, p^^r ]^^ menos clata de ^^ch^^ ^lías. Es po^ible ^lue un trastornn ^rave: tran5pcn-te^ pen^sos, ^^^lpes,
. c^tcétera, pmvoc^uen un prolaps<^. Inmediatam^ute después dc^
rstos hechos nn puede admitirse el accidente c^^mu tn^ vicir^
crónico; si, por el contrario, en pleno período de reposo se
produce el pr^lapso, entonces puede considerarse crnn^^ ur^
vicio ^culto.
z.a En el prolaps^ durante el parto resulta m^^s cliscutible el vicio oculto ; faltan dat^^s rcc^^;;idos en el animal ^^ara
señalar el vicio como una dolencia crónica, ya que los esfuer^zos del l^.arto son las causas determinantes más frecuentes de
la salida de la matriz. I"nicamente por testimunios pers^,nales puede comprobarse c^ue la inversión del íitero se produ jo
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J
-
también en huder del vendedor y en ^artos anteriures u durante la preiiez. 11n este caso, en un prolapso anterior trataao, e^ hcrmiticío comprobar las cicatrices en los labios vulvares de los puntos de sutura, la ausencia de estos restos
tampoco indica nada, porque pudo ser tratadu el }^rolapso
sin suturas, c^m ^^tr^ métodc^ de contención clue nu dejó señale.5.
3.^ E1 l^rula^s^, des^ués del parto, cuando éstc no se
1 ^aya ^^ruducidu en poder del compr^clor-el cas^ único que
citan nuestros clásicos-, es facilísimo de diagnusticar y
cíictaminar. I.a ^^arantía admitida en estos casos es un plazo
,le nue^^e clia,.
No secundinación.
^^^^ cle^igna cun el numbre de "no secunclinación" el estacl^^ ^^at^^lógico cle una hembra recién l^arida que no ha ex^^ulsacío, en tiempo oportuno, la^ en^-olturas letales. La5 "secundinas" u enyolturas fetales se espulsan en las ^-acas a
la^ seis-ochu horas de la salida del feto; en los casos retra^ados, a las ^-einticuatro horas. Pasado este plaz^^ sin secundin..^r, ,e clice yue hay rete^7^ici.67^^ che la,r s^^^7r^,^r^^^^i^^as ^^ ^r1.n s^ec^^^i^f^r.^acióYi.
i^n ^^^eterinaria le^al la retención cle las ;ecun^linas }^lantea varias cuestiones litigio^as, cuyas circuust^lncia, h^i ^eñalado muy bien S:^rn^z Y^ Roz:^s en l^^s siñuienteti términos:
"No es la talta de secundinación lo yue clcbe constituir el vicio
redhibit^^riu, hur cuanto la ^ecundinación huedc tener lugar
cn poder clel com^^rador ;in ^lue sobre^•en^a accidente algunc^,
sino las consecuencias de la ralta o del retras^ de e5a secun^iinación. N^^ ba^ta que .al tiempo de comPrar la vaca ésta
tenga las p^^rias en la matriz; nc^ basta ^^ue haya mayor o
men^^r retardu en la e::httlsión de las secundinas des^^ttés de
hall.-u-se la vaca en p^cíer del comprad^r ; es, adem^is, nece^ari^, ^^tte hay^i ^lcti^^^rdenes. ^^ue haya alteraciones ^^, lo que
^°s 1^^ mi,u1^^, ^lue haya consecuencias l^^mducida^^ ^^or la falta
^, ^x^r el retr^isn de la secundinación".
Dictamina^r la no secundinación es f^cil cuando va acompañada de síntomas generales : fiebre, supresi^ón de rumia,
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etcétera, que es precisamente el caso que da motivu a la acción redhibitoria. En el mercaclo de vacas lecheras de Madrid
la no secundinación se considera como vicio redhibitorio, en
el caso de que las secundinas entren en putrefacción, con salida de flujo icoroso y maloliente a través de la vulva; la vaca
"está estropeada", dicen, vulgarmente, los vaqueros ; y se
estima que esta perturbación es causa de trastornos en la
matriz y de mermas en la secreción láctea.
La garantía que SAtrrz ^• RozAS estima oportuna en la no
secundinación es de nueve días, plazo algo corto, a mi juicio.
Hay casos de secundinación normal pasados los nueve días ;
en cambio, el plazo de cuarenta días que concede nuestro
Código resulta e^cesivo. Teniendo en cuenta la naturaleza de
la enfermedad, el vendedor siempre está garantizado, porque no cabe provocar, por parte del comprador, ninguna simulación de las perturbaciones que produce la no secundinación o, mejor dicho, la corrupción de la secundina dentro de
ia matriz de la vaca.
Resabios de las vacas lecheras.
Las hembras en estado natural, vacas cerriles, se dejan
difícilmente ordeñar, o no se dejan de ninguna manera. El
ordeño supone una sustitución del ternero, que el instinto
maternal rechaza. Ha sido preciso que el animal haya adquirido un nuevo hábito, que por selección cuidadosa se ha
transmitido hasta crear ejemplares adaptados a la producción lechera y cuya mansedumbre permita el ordeño. No
h.ace muchos años que se veían por las calles de Málaga vacas lecheras que llevaban atado al hopo un ternero raquític^^
cuando caminaban a la parada para ser ordeñ^adas La co^tumbre de c}ue acompañara a la vaca su ternero estaba justificada, para evitar que el animal retuviese la leche en la
ubre, ya e}ue viendo, y seguramente oliendo, .al ternero, nc^
comprendía el engaño y se dejaba ordeñar. El profesor Dr.cxn^^xF cita esta misma costumbre en otras poblaciones e^tranjeras, }' escribe: "Al principio de su domesticación, la^
hembras claban poca leche _v solamente en presencia de su^
erías."
-^Si la práctica del ordeño ha sido impuesta al temperamento de la vaca, no es de extrañar que de vez en cuando
surja un brote del instinto primitivo de la espccie en forma
rie resabio, aun en ejemplares que, morfológicamente y por
sus caracteres hereditarios, son considerados como excelentes tipos de vacas para la producción lechera.
Los dos principales resabios de la vaca lechera, sun :
1^ro dc^.?urse ^ord^cñar o dific^tiltathes e^n el oydeño.
Paca,s ^rliayziozaas.
Vicios que han entrado recientemente en el estudio de la
V eterinaria legal, cuyo conocimiento es transcendente en el
mercado de las vacas lecheras.
Dificultades en el ordeño.
Una vaca lechera pierde todo su valor si no se deja ordeñar u ofrece dificttltades para el ordeño, porqtte se mantiene exclusivamente para obtener leche. Las causas de este
vicio se ag^rupan, para un buen estudio, en dos clases :
i.a Por anomalías anatómicas en la ubre.
2.a Por comport^amiento psíquico.
De ambas causas contamos con abundante casuísticca en
Veterinaria legal.
t. At^ro^^r.íAS.-La ubre está compuesta, anatómicamente, de una gran cantidad de tejido glandular con riqueza
de vasos sanguíneos y nervios ; la leche se segrega c°n los
racimos glandulares y fluye, gota a gota, por los conductos
galactóforos, al pezón. La ubre mantiene normalmentc cerrados 1^^ conductos dc: salida de la leche, ^luc s^íl^^ se extrae
mediante 1_a succión que hace el ternero, ^ prn- c1 ^^rdeño del
homhre. Normalmente. ]a vaca experimenta l^lacer dttrante
un buen ordeño ; en cambio, cu^and^ las manipulaciones del
urdeñador son dolorosas, se resiste a dejarse ordeñar o retiene la leche, con merma de la pr^ducción. No siempre la
5ensación dolorosa depende del ordeñador ; la causa puede
estar en alguna anomalía anatómica de la ubrc, siendo la
más importante y frecuente el pezón duro.
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Pezóla duro.-Llaman los vaqueros, con acierto, pezó^r
d tcro o c^uraza de pezórc, a una anomalía caracterizada, anatómicamente, por una e,trechez o dureza del esfinter o del
conducto secretor de la mamilla de la ubre.
Ltil estenosis del esfinter, quiere decir estrechez, se pre^^rnt:i gener^ilmcnte cn unr^^ de los pezones, rara vez en los
"La ^^rdeiiadora", cuadro de Juan Vau Beers. (Museo d^ Arte Nloderno, Madrid.)
cuatro; e?Z estos ca,u, el ordeño se hace difícil y la leehe
sale formando chorritus delg^ados e intcrrumpidos. En los
casos agudos hay manifestaciones doloroseis ; otras veces falta cl dolor, pero siempre hay merma de producción.
El diagnóstico y conocimiento de la c^.cte^^osrs d.el rn^^c^rrrto secret^or de la. lechc es tácil en la vaca durante la tase
de producción; es difícil cuando la ^-aca está "^eca" o no se
ordeña. En los casos, muy raros a su vez, de hipertrofia crói^ica ^le] conduct^^, e! profesor FxoF^xnt^:x nn^ aconseja girar
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cntre los dedu^ el pezón, pur si ttuse posible adve^rtir un engrosamiento nudoso, consistente en una especie de cuerda en
^u interior.
^^nte la presencia del pe^zón duro, el Veterinario puede
informar duc la obliteración p^^rcial del cunducto secretor,
por ^_^n proce5o de hipertrofia de la mucosa, con sínton^as de
inflamación, por traumatismos, etc., tiene una antigixedad sul,^riur a duince cíías: la comprobación de nua estrechez ^in
>>ingíu^ síntoma, supune una lesión iliuclw más anti^ua.
Esta lesic"^n no siempre es cw-ablc por un tratamiento quirúrgico; al peritu corresponde determinar si la lesión era
uculta en el moment^ de la contratación y acerc,a de su curabilidad. De por sí, el pezón duro es un ^ran defecto en la
calificación de tma vaca lechera.
I^ íst^ralu rnan^zri,^.-La f íst.ula ma^nui^^^i^z, llamacía también
físti^la de la leche, es una lesión de tipo traumático; se acusa
por un orificio anurm^al en la piel de la ubre : f ístr^la yl^^rid r^/^ay, o al nivel del seno galactóforo y del pezón : f ístir^la rncir^aih^r. I)urante el período de lactancia fluye ;ieinpre al^i»^c
cantidad de leche por el orifici^: el diagnósticcc de la tí,tula
durante este período es fácil: la presencia de la lcche acu:a
tma salida extraña.
I lay casos en quc la físttila es uu ^-icic ^ oculto : cn el períc ^do en que ]a vaca está seca, o cuando el orificio e^ mu^^ pt•queño y la leche rezuma durante el ordeño. En cste íiltimo
ra^c^, la e^cultación e, más tácil si l.rl vaca sr pre^enta a la
venta recién ordeñada.
El perito tiene qtte diagno;ticar la existencia de la fístula
^^ su antigiiedad. kecordamos yur las fístulas connénitas ^cm
casc^s r.arísimos, pero existen; ;u antigiiedad nc^ se l^^one en
duda. En las fístulas corrientes, mediante el examen de lc^s
bordes, se comprueba la presencia de hemorra^ias, inflamación..., en lo, casos de fístula reciente: borcíes con tejido cicatricial, indoloros..., acusan cronicidacL Las fístulas dttrante el período de lactancia son de difícil curación; durante el
reposo de la mama curan cun más facilidad. 1 ✓1 ^'eterinaric^
debe informar sobre la cronicidad de la lesión _v las posibiliclades de su curación.
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Lactorrea o galactorrea.-Llámase galactorrea a la salida espontánea de la leche por el orificio normal del pezón.
I^^ormalmente, el seno galáctoforo que recoge la leche scgregada por el tejido glandular está cerrado por un esfínter
muscular que se relaja, únicamente, mediante determinados
movi.mientos que hace el ternero o el ordeñador con el apoyo.
Una relajación anormal, espontánea, es muy rara: hay casos
de parálisis del citado esf ínter que impiden el cierre del conducto galactóforo ti• permiten la salida de la leche en g^oteo
continuo por el conducto secretor del pezón.
Cuando la ubre está muy repleta, porque la vaca no tué
ordeñada a la hora de costumbre, es frecuente, en los casos
de lactorrea, ver salir chorritos cle leche aun cuando la ubre
conserva toda su normalidad fisiológica. Este defecto nc^ ^e
puede comprobar cuando la vaoa está seca.
En el comercio de vacas lecheras, el vicio de la galactorrea se considera como un defecto grave, tanto por la pérdida de leche como por ser enf ermedad incurable en la mayoría de los casos. El defecto se presenta sítbitamente cuando
^^orresponde a una parálisis del esfínter mamilar; de evolucién más lenta, de varias semanas, ctuando es consecuencia de
ordeños irregulares, o cuando la ubre queda repleta de leche
durante mucho tiempo.
2. Co^tpoxT^tiii^.rr7o YsicoLÓCico.-Cultivando la especialid^ad patológica, a nuestros antepasados se les escaparon
los vicios sine ca^isae, que presenta la vaca lechera, vicios
basados en el comportamiento psicológico del animal. Sin q_ue
conozcamos la causa, en ocasiones por ser múltiples, el efecto
de estos vicios determina, a veces, la inutilidad del animal c^
por lo menos mermas en la producción.
Las vacas pueden oponer resistencia a dejarse ordeñar ^^
también resistencia a entregar la leche durante el ordeño incluso tratándose de reses de alta especialización lechera.
Pe^rtinacia al ordeñ.^^.^Ocurre rara vez que las vacas lecheras no se dejen ordeñar a causa de un resabio o una
malignidad innata. En estos casos hay qtte descartar 1a im-
pericia o ia brutalidad del urdeñadur y el resabiu solo puede
atribuirse a un vicio, o cundición, del animal.
La pertinacia al ordeño como vicie^ adquiridu es fácil de
^xplicar ; se desarrolla cuandu el urdeiiadur ucasiona con su
trabaj^ clolor y suirimiento al animal; naturalmente, ante el
mal trato, el animal desencadena viulcntas reacciones de deiensa. llay casos perfectamente cumprubados de vacas que
5e dejan orcleñar pur determinadas p^^r5onas y oponen resistencia cuando son otros los ordeñadores; esta prueba demuestra que la primer persona le ocasiona, cun el ordetio, una grata
,ensación dc: placer al sacarle la leche y descargar la tensión
cle la ubre; en cambiu, el mal ordeñador le ocasiona dolor y
^l animal trata de rehuir esta molestia con movimientos de
resistencia.
^
Es rnuy rara la existencia de una pertinacia nativa cunio
resabio de las vacas lecheras; la casuística ha recogi^l<) muy
pOCOS CaS05.
El cle f ecto, nativu o adquirido, es oculto y de gran import.ancia ecc^nómica. El Perito veterinario tiene que descartar
en su informe todas las causas que puedan mortificar, ocasionar dolc^r, etc., clurante el ordeño: todas las causas ambientales que perturb^n la activiclad nerviosa de la vaca; ha de
reducir el dictamen a demostrar la reacción de la res ante la
l^rueba del urdeño, procurando esquivar todos los movimient^)s defen.,ivos del animal.
Cualc^uiera que sea la causa de la resistencia a dejarse
urcleñar, la cronicidad es manifiesta en cuanto se comprueba
su constancia y se repite en todas las pruebas.
Retcnción de la leclae.-Este vicio se presenta en vacas
^anas, de mamas normales, sin causa mecánica que justific^ue la retención: estenosis del conducto, atrepsia del esfínter, etc. Hay también que descartar el concepto antropomórhcu cle rlue la vaca no quiere, por su propia voltmtad, entregar la leche. Hay clue buscar la causa en efectos fisiológicos:
malos tratos, movimientos f orzados ; con f recuencia un exce^^ de sensibilidad en el pezón, como signo de una psícosis si
ataca a toda la ubre, o un fenómeno reflejo si está limitado
a un sol^ pezón. Actualmente conocem^s, en una gran parte,
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cl mecanismo neuroendocrin^ de la glándula mamaria y las
influencias que tienen el "tractus genitalis" y las glándulas hipófisis, renales, ovario, etc. ; los trastornos tróficos nerviosos
que perturban este complicadu sistenia influyen, no sólo en la
secreción de la mama, sino también en la salida de la leche
por el ordeño.
Es difícil señalar las causas de este vicio de la retenci^m
de la lech.e; en cambio, es fácil comprobar su existencia. Conviene clescartar también las causa5 patógenas capaces de
producir dolor, trastornos en la fisiología de la mama. L^a
cronicidad del mal se comprueba cuando sus manifestaciones
se repiten en dos o más tiempos distintos v^i^eml^re con el
mismo programa de pruebas.
La importancia del defecto es considerable ; la retención
de la leche es una pérdida de la producción _y un p`ligro para
el n^^rnial funcionatniento de la mama.
Vacas mamonas.
E^te vicio se ha de entender de dos maneras : que las ^•^ccas mamen sus propias ubres o que las vacas mamen la^
t^bres de las otras vacas que conviven en su compañía. Este
vici^ es rarísimo en l,a vaca y mucho más en su segunda forma ; en gran parte, es debido a tener amarracla; las vacas en
rl est:ablo.
I_a causa de esta eostttmbre hay que buscarla en la irritación dolorosa que produce la mama llena de leche _v en lo,
retrasos en la hora del ordeño. Cuandc^ la ubre está repleta
tiene una turgenci^a, durez_a, calor muy destacados, si^nc^s que
ir.dican dolor en el órgano : la vaca busca con la l^rc^pia succ.ión aligerar el peso, esquivar el dolor en la man^a, en e1
cas^o de mamar la propia ubre. Cuando mama a ntras vacas
es una reminiscencia de la edad jo^^en. de ternera lechal.
El cíictamen de este vicic^ e^ige una comprobacicín persc^^1a1. No es la primera vez que se ha inventado una v^aca mamona para justificar mermas en la hmducción lechera ; pc^r
csn, el Perito ha de ver el autoordeño para justificar y dictamin.ar el vicio. En cuanto a su cronicidad, se deduce ^fácilmeute cle la habilidad con cluc la vaca succiona la maina, aun
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cu^tnclo no ^e pueda señalar fecha fija. 1?1 deiecto he dichu
^^ue es rarísimo, y, por ^^tra laarte, puede corregirse inclusu
l^or la fuerza, evitando la libertad de los movimiento^ del
<<nim<ú.
Yerturbaciones sexuales.
En tantú due el ganado vactmo ^-i^-ió en régimen natural,
^lc pastoreo puro, en contact^ con la naturaleza, el ciclo sexual, como t^^das las funciones fisiológicas, seguía un ritmu
normal y eran muy raros los casos de perturbación del líbido,
ci^^ la gestaciún o del parto. La reproducción constituía un
icnómeno espotltáneo, n^^tural, dentru de la característica prol^i<^ de la especie.
La acentuada especialización del ^;anado vacun^^ en las
c^u^ tendencias ecunómicas : pruducción de carne, producción
de leche, han acarreado tn^lstornos y modificaciones en el sist^^ma regulador de las grandes funciones fisiológicas y, por
t^urto, hav alteraciones seauales, dando motivo a defect^s v
^^icio; que son causa de litigio.
T^>dos los defectos o perturbaciones que impiden l.a normal reproducción y se oponen a la fecundación de l^^s animales tiene la característica de vicios ocultos, imposibles de descuhrir en el acto del reconocimiento, ^ de la contratación ;
tienc^n, además, la característica de un vicio grave y^reneralinente son incurables. Para llevar un orden de exposición estudi,Iré primer^^ los defectos del macho v_ después lns de la
hrmbra.
ANnRMAT.IDAI^I?S F;N El, MACHO.
Las anormalidades de la reproducción mejor estudiadas
^•n los toros son : im^otenricr, satirislrao, onca^iisvrtio, etc. ; no
todas tienen la misma frecuencia en su aparición ni idéntica
importancia ec^nómica.
htiapot^^ncia.-^e llama itnpc^tencia a la incapaeidad parri
la reproducción en el macho, annrmalidad muy frecuente en
los toros de las razas mu^^ e;pecializad,_l^ en el cebamiento intensivo. En la clínica se distin^uen dos formas de iml^^^tencia :
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dif^icaaltad o imposibila^d (^ara la znozatcz o impoteiici^cz pat^u G_i
gen^eración.
El diagnóstico de cualcluiera de las dos tormas de inlputencia exige un detenido reconocimiento de los órganos de la
generación para observar la presencia de lesiones locales.
"1'ambién es acun^ejable el examen del e5perma en un laboratorio que cuente con elementos apropiados para esta clase
de análisis. El hecho práctico de la impotencia queda patente
con que. las hembras resulten horras después de ser cubierta^
por el macho en litigio.
En ti'eterinaria Leg-al, la impotencia masculina plantea
^,os problemas : I.°, demostración de la intertilidad ; z.^, determinación de la fech^a.
El animal es impotente. A esta afirmación debe acompañar el informe de las causas que motivan el defecto: el conocimiento de las causas, cuando es posible, facilita el prunóstico de si el defecto es permanente o circunstancial y si
permite o no tratamiento.
La fecha de la enfermedad. En cuanto a señalar lKt fecha del ciefecto, sólo es permitida su fijación cuando se conozca la causa. Si la impotencia es motivada por una causa
^ongénita (defecto de conformación anatómica), la antigiiedad qtted.a atestada con el dictamen clínico ; cuando es consecuencia de lesiones patológicas, la aparición puede ser instantánea. Las alteraciones de la secreción espermática son
consecuencia de degeneraciones o deformaciones anatómic,as
del testículo, casi siempre de tipo crónico.
iiNORMALIDADES EN LAS HEMBRAS.
Las vacas lecheras presentan, con frecuencia, fenómenos
de esterilidad o infecun ^íidad; son las llamadas vacrts "horras". "machorras", "maleonas", etc.
La ^esteri,lidad en la vaca lechera es un grave defecto,
porque la f ecundidad está íntimamente ligada a la producción
de leche.
En la vaca, la esterilidad tiene estas cuatro formas : I, célo
norv^^ral y falta de j^reyzez; 2, persistencia ^del celo después
de la cubrición sin preñez ; 3, ausencia de celo ; 4, n^in f om^a-
^^.í^n. Lxceptuand^^ la ninfomanía, en general la esterilidad tiene pur causa las enfermedades crónicas cíe la matriz, principalmente las e^Udaz^iet^ritis catayr,ales, consecutivas a la retención de las secundinas, los ^l^^ytos, los c^atarr•os c^^óia^icos
de la vagina^. Ahora bien, las cattsas más frecuentes, y que
son motivo de litigio, corresponden a las lesiones de los ovarios : degeneraciones (aplasias, ^utro f ia, etc.) ; quistés, persistencia del cuerpo amarillo. También son frecuentes las carencias alimenticias: falta de fósforo, de cobalto, de vitamina
^1^, etc.. etc.
El diagnóstico de la esterilidad es tácil ; en cambio seiialar las causas específicas es difícil, y en muchos casos im^.osible. Cuando la esterilidad cíepende de lesiones en los
órganos externos (matriz, vagina), hay facilidad para diaguosticar y hasta tratar la dolencia. Las lesiones ováricas en
tr.uchos casos no se pueden reconocer mediante la exploración clínica ; lo mismo sucede con los casos de avitaminosis
o de carencias alimenticias.
La z1-irti f oa^nan^í,a se acompaña de síntomas destacados : celu
persistente, mujidos, desasosiego, apetito sexual; las vacas
montan a las vecin^s ("toriondas"), cambian cíe carácter,
aparecen indómitas y hasta peligrosas; disminuye considerablemente la secreción de la leche ; la esterilidad es pertinaz.
T,as ^:ausas más frecuentes son l^^s alteraciones de los órganos genitales ; quistes ováricos, inflamación de la matriz, de
la vagina, etc.
En los casos litigiosos por esterilidad, el Perito Veterinario ha de dictaminar sobre estos tres puntos: 1, existencia
del defecto ;^, causas de la esterilidad ; 3, fecha de la anon^alía.
h,n cuanto al primer extremo, es f^icil el dictamen ; sin
embargo, reclama mucho tiempo, ya que la infecundidací puede depender del macho. Si después de repetidos saltos, de
un toro reconocido fecundo, la^ vaca no se queda preñada, se
puecíc ens^ayar también la f.ecundación artificial, tomando,
en uno y otro caso, las precauciones que reclaman est^s pruebas, se puede afirmar la esterilicíacl de la hembra. Conviene
cierta reserva y no afirmar la esterilidad inrnedi,atamente des-
pués de la entrega clel nuevo animal. ^n cl transcurso de dos
nieses hxy tiempo de afirmar este detect^^ por los cambios
tiue la vaca e^periment^t y su comportamiento en la cttbrici^^^n.
Ya he dicho que diagn^sticar las causas de la esterilidad
es problema muy difícil, especialmente cuando radica en los
órganos internos (ocarios, oviductos, etc.), de dificil exploi^ación. Los nuevos conocimientos de la lucha c^ ^ntra la esterilidad ayudan al Veterinario legi^ta a disponer de métodos
.nuy apropiados para llega^r al conucimiento dc las causas de
esterilidad en la vaca; méto^dos que emplea ^1 clínico y son
también adecuados al ^'eterinario, que actíia como peritu en
1<^ resolución del litigio forense.
Conocida la causa de la esterilidad, es tácil determinar la
tiecha de l.a alteración ; las lesiones catarrales de la matriz
(eai^do^ni^c^trit^is....), quistes ováricos..., requieren varias semanas para su clesarrollo.
No hay inconveniente en ^afirmar, v así lo he dictaminado
en varias ^^casiones, la naturaleza de "vicio oculto" a la esteri'id.ad, principalmente en los casos en que la causa sea difícil t^
imposible de demostrar en vida del animal. La ímportancia
de la esterilidad en las vacas llamadas lecheras es decisiva
para su valoración; p^r lo tanto, es motivo cle anul^ción de
contrato, o de saneamiento, cuando la^ vaca es estéril, porque
no sirve para el fin que se crnnpra ; y cuandr^ el trat^^ ha ^idn
de vaca^ ht>landesa; n;uizas l^ardas, de es^^c^cial aptitud ^^ar^t
la producción de leche, no hay necesidad d^ ninguna e^pecificación expresa, porc^ue esta clase de vacas son contratadas, exclusi^amente, como reses de producci^m lecher.a i 1).
(I) El lector puede cuustiltar, para nlayor inforn^aci^n :^ihrr el tema dt
esta E-IoJA, la obra I'eterirtaria l,e,qal, por C. Sanz E^aña, recientemente publicada en su segunda edición a^npliada. ( Editorial Espasa-Cat^^e, Ma^íri^l, c^a^51.
\^^'r^ nF^. l^r.r.^rrr:^^ir:*^•rn nr-. P[•}sr.rcncroxss AGRícoLna.
GRAFICAS UGUINA-MELENDEZ VALDES, J-MADRID
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