Leucaena leucocephala: un árbol forrajero para el NOA

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Leucaena leucocephala:
un árbol forrajero para el NOA
Guillermo O. MARTIN (h) y Elsa E. VALDORA
Cátedras de Forrajes y
Silvicultura, FAZ, UNT
Leucaena leucocephala (Lam.) De Wit (leucaena, ipilipil, leadtree) es un árbol leguminoso nativo de las tierras
semiáridas bajas de América Central y México. Fue introducido a
las Filipinas y Hawaii durante el siglo XVII y actualmente se
cultiva en todas las regiones tropicales de América, Asia, Africa,
Australia y el Caribe, estimándose que su superficie cultivada
mundial oscila entre 3 y 4 millones de hectáreas. Se la encuentra
en estas regiones, en situaciones que van desde el nivel del mar
a los 1700 mts de altura, en suelos neutros o moderadamente
alcalinos y en condiciones de precipitación anual entre los 400 y
los 1500 mm.
Es una especie de reconocido prestigio en referencia a ser una excelente fuente de
Proteínas para ganado, tanto en verde como en seco. Su valor nutritivo es igual o mayor
al de Alfalfa y su cultivo ha tenido gran importancia en programas de mejoramiento y
recuperación de suelos, control de erosión y planes de reforestación.
Es un árbol (a veces adquiere porte arbustivo) de hasta 15 a 18 mts de altura, de
rápido crecimiento con un tronco principal de 15 a 25 cmts de diámetro. Existen más de
100 cultivares de esta especie en el mundo. El cultivar “Perú”, que es el introducido en
nuestra región NOA, se caracteriza por su buena producción de hojas con ramificación
decumbente (hacia abajo), lo que lo hace muy susceptible al ramoneo animal. Su
crecimiento es óptimo en condiciones de estaciones cálidas largas y húmedas, a pleno
sol. En zonas de altura (por arriba de los 1000 mts) su tasa de crecimiento se reduce.
Se desarrolla en una amplia variedad de suelos, pero prefiere los arcillosos o francos
profundos, siendo bastante tolerante a sequía. Las temperaturas promedio que lo
favorecen oscilan entre los 15 y los 28° C (promedio anual de 24° C).
Cuadro 1: Cobertura/ha de plantaciones de 2 y 3 años de
L.leucocephala, en Llanura Subhúmeda de Tucumán, a una
densidad de 1200 plantas/ha.
Entre las
numerosas
Cobertura/planta (m2)
Cobertura/ha (m2)
contribucione
s que esta
Plantación de 2
2628,00 (26 %) a
2,19 a
especie hace años
como recurso
Plantación de 3
forrajero,
3,94 b
4728,00 (47 %) b
mejorador de años
suelos,
a,b: letras distintas por columna, indican diferencias significativas.
protector de
cultivos como pimiento, café, cacao y vainilla, producción de madera, fijación de N al
suelo (alrededor de 500 kgs/ha), etc., hay una no siempre apreciada, que puede en
estos tiempos de crisis, contribuir positivamente: es una fuente importante de Energía.
En estudios realizados en Centroamérica y Hawaii, su madera seca ha demostrado un
valor calórico de 10.000 cal/kg (casi el 40 % del valor calórico del petróleo) y una
plantación adulta de 400 has de Leucaena alimentó un servicio eléctrico, produciendo
11,6 millones de KWh/año, lo que reemplazó el uso de 22.000 barrilles de diésel.
Experiencias locales
Esta especie fue introducida en Tucumán hace casi tres
décadas, realizándose a lo largo de este período, numerosas
experiencias en la Facultad de Agronomía y la Estación
Experimental. En lo que se refiere específicamente a su
contribución como recurso forrajero, una de las investigaciones
realizadas en la Llanura Subhúmeda Central de Tucumán,
mostró que implantada en forma de macizo boscoso y mantenida
mediante podas periódicas (a 1,00 m de altura), para no superar
un diámetro de copa de 1,80 a 2,00 metros y una altura de
planta de 2,00 a 2,20 mts, permitió una densidad superior a las
4.000 plantas/ha. La implantación se aconseja hacerla mediante plantines de 0,35 a
0,40 cmts de altura, durante el mes de Marzo. En ensayos realizados a densidades
menores (alrededor de 1200 plantas/ha), se buscó determinar la capacidad productiva
de este material. El manejo realizado permitió entre 4 y 5 podas anuales con la
intensidad antes mencionada, demostrando ser una especie favorablemente adaptada a
la zona, con una tasa de crecimiento y rebrote muy superior a la mayoría de las leñosas
forrajeras nativas de la región. Los niveles de producción medidos, se indican en los
Cuadros 1 y 2.
Cuadro 2: Producción de hojas y frutos (kgs Mat. Seca/ha) de L.
leucocephala, en plantaciones de 2 y 3 años en la Llanura Subhúmeda
de Tucumán, a una densidad de 1200 plantas/ha.
Si
tenemos en
MS
MS
MS
cuenta que a
MS hojas/plant.
frut./plant.
(en
hojas/ha
(en
frut./ha
(en
(en grs.)
lo largo del
grs.)
kgs.)
kgs.)
año esta
especie puede Plant. 2
158,50 a
228,35 a
190,20 a
190,29 a
rendir entre 4 años
y 5 cortes de Plant. 3
485,00 b
573,87 b
582,00 b
478,23 b
similares
años
producciones,
a,b: letras distintas por columna, indican diferencias significativas.
se puede
contar en una plantación de 3 años, con entre 2300 y 2900 kgs. de MS de hojas de alta
calidad nutritiva más el aporte energético-proteico de unos 2500 kgs de vainas
comestibles (frutos). La densidad indicada (1200 plantas/ha), permite además,
controlando el volumen de la copa mediante poda, contar con una cobertura no superior
al 50 % de la superficie (ver Cuadro 1), lo que permite el crecimiento de la pastura bajo
el dosel arbóreo. Es importante tener en cuenta que las forrajeras herbáceas contarán
con el aporte nitrogenado que la Leucaena realiza sobre el sistema, lo que trae
aparejado mejor calidad y persistencia de la pastura.
La formación en bosque o macizo compacto es conveniente en el caso en que se
utilice este recurso como material suplementario de los pastizales, mediante entrega
artificial en comederos o áreas destinadas al consumo. Esta forma de suministro ha
resultado particularmente beneficiosa en establecimientos de cría de pequeños
rumiantes (caprinos y ovinos) en Centroamérica.
En condiciones extensivas y para ganadería mayor en nuestra región, consideramos
que puede ser una especie a implantar con doble propósito, a densidades de 50 a 100
árboles/ha, para cumplir roles de alimento y sombra en un sistema pastoril donde la
cobertura arbórea nativa haya sido severamente afectada por la tala. En este caso, las
plantas serán defoliadas directamente por los animales, hasta una cierta altura. Es
importante dejar independizar a las plantas madres para asegurar su permanencia en
los potreros, dejando que la intensa semillazón que estas tienen (presenta vaina
dehiscente), produzca la germinación de innumerables plantines en su área basal (una
característica muy destacada en esta especie), los que servirán también de forraje bajo
consumo directo.
Por todo lo expuesto, creemos que Leucaena leucocephala es un recurso forrajero
que debe ser difundido a nivel de productores pecuarios de la Provincia, por su alto
potencial alimenticio, su fácil implantación, su versatilidad tanto en macizo compacto,
estructura de parque o como cerco sobre los alambrados y su futuro potencial
energético y maderable.¤
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