Junio 2013 - Corte de Constitucionalidad

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Guatemala, junio 2013, AÑO 3, No. 2
Comisión de Venecia
Comisión Europea
para la democracia
por el derecho
Jurisprudencia guatemalteca
CONFERENCIA INTERNACIONAL
DE ACCESO INDIVIDUAL
A LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL
EN
AMÉRICA LATINA
“En cuanto al control de convencionalidad, los países participantes muestran posiciones disímiles. Así, en el caso español, el Convenio Europeo de Derechos Humanos no
puede ser invocado directamente por los ciudadanos, si no que sirve únicamente para
interpretar los derechos que la constitución reconoce. En el caso americano, la Convención Americana sobre Derechos Humanos suele ser aplicada directamente por la
jurisdicción interna, así como la interpretación que de ella hace la Corte Interamericana,
aunque en este último punto se ha propuesto que la jurisdicción interna muestre no
necesariamente una uniformidad con la jurisprudencia supranacional sino en todo caso
una compatibilidad con ésta”.
Conclusiones de la Conferencia Internacional de acceso individual a la justicia constitucional en América Latina.
“La sentencia de la ley contra
el femicidio y otras formas de
violencia contra la mujer es de gran
importancia en el tema de protección
de la mujer, pues como se mencionó
en las consideraciones de la Corte,
advirtiéndose una realidad de
violencia en su contra, la existencia de
una normativa que trata de prevenir
y sancionar esa violencia, resultaba
realmente importante, por lo que
se justifica su vigencia. En casos
concretos también se interpusieron
algunos cuestionamientos que
también se declararon sin lugar.
Héctor Hugo Pérez Aguilera
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Los textos que se publican en INFOCC son de
la exclusiva responsabilidad de sus autores y no
expresan necesariamente el pensamiento de la Corte
de Constitucionalidad.
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CONFERENCIA INTERNACIONAL
DE ACCESO INDIVIDUAL A LA JUSTICIA
CONSTITUCIONAL EN AMÉRICA LATINA
T
odo un verdadero acontecimiento constituyó la
reunión denominada “Acceso individual a la Justicia
Constitucional en América Latina”, realizada en Arequipa, Perú, del 29 al 31 de mayo de 2013, con la asistencia de
Magistrados y Presidentes de las Cortes de Constitucionalidad de la Región, así como jueces y eminentes representantes
de la Comisión de Venecia, el Tribunal Constitucional peruano y otros invitados especiales.
Por Guatemala asistió el Magistrado Héctor Hugo Pérez Aguilera,
Presidente de la Corte de Constitucionalidad, quien además de
presentar una ponencia sobre la “Justicia Constitucional y Grupos
Vulnerables”, con un profundo reconocimiento de los asistentes
el Alcalde de la Municipalidad Provincial de Arequipa, en nombre de la Ciudad, le otorgó, la condición honorífica de “Huésped
Ilustre” con ocasión de su grata visita y por su asistencia a la
conferencia Internacional mencionada. El presidente de la Corte
de Constitucionalidad Magistrado Héctor Hugo Pérez Aguilera
estuvo acompañado en esta Conferencia por el expresidente y
Magistrado de la CC Mauro Chacón Corado.
La inauguración de la conferencia, estuvo a cargo del Presidente del Tribunal Constitucional del Perú, Dr. Oscar Urviola
Hani, mientras que el Dr. Gianni Buquicchio, Presidente de
la Comisión de Venecia, se refirió a las reflexiones generales
sobre el acceso individual a la justicia constitucional y a la presentación del “Estudio sobre el acceso individual a la justicia
constitucional”, adoptado por la Comisión de Venecia en su 85
Sesión Plenaria (Diciembre de 2010)
Siguieron los expositores. El Dr. Peter Paczolay, presidente del Tribunal Constitucional de Hungría y miembro de la
Comisión de Venecia por su país, tuvo a su cargo el tema
“Acceso individual ante los Tribunales Constitucionales y el
control de convencionalidad en Europa. Reflexiones a la luz
del caso español.
Luego los comentarios y respuestas a preguntas de los
participantes estuvieron a cargo de la Doctora Paloma Biglino, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Valladolid y miembro de la Comisión de Venecia
por España.
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Siguieron los tipos de recursos y análisis comparados, con el
acceso ante el Tribunal Constitucional del Perú, la Corte de
Constitucionalidad de Colombia y el Tribunal Constitucional
de Chile. Hubo también comentarios, preguntas y respuestas.
EXTRACTOS DE LA CONFERENCIA
DEL MAGISTRADO PRESIDENTE
DE LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD,
HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA
T
ambién se trató el tema “Justicia constitucional y grupos vulnerables con ejemplos escogidos sobre Ecuador, Bolivia, Guatemala y la República Dominicana.
En este punto se analizó el trabajo del Presidente de la Corte
de Constitucionalidad de Guatemala.
Al respecto reseñó que la jurisprudencia que ha emitido la
Corte de Constitucionalidad es amplia, extendiéndose a diferentes áreas, por lo que se estimó conveniente puntualizar
algunos fallos que constituyen valiosos precedentes en la labor
del Tribunal Constitucional.
Al respecto indicó que una sentencia interesante la constituye la pronunciada al resolver la inconstitucionalidad instada respecto de la Ley contra el femicidio y otras formas de
violencia contra la mujer, ley que surgió con el objetivo de
garantizar la vida, la libertad, la integridad, dignidad, protección e igualdad de todas las mujeres ante la ley y de la
ley, particularmente cuando por su condición de género, en
las relaciones de poder o confianza, en el ámbito público o
privado quien agrede, cometa en contra de ellas prácticas
discriminatorias, de violencia física, psicológica, económica
o de menosprecio a sus derechos. De esa cuenta se tipificaron los delitos de femicidio, violencia contra la mujer y
violencia económica. Señaló que durante la vigencia de
la ley, se instó una inconstitucionalidad general contra ese
cuerpo normativo, específicamente contra la disposición
que prevé que los delitos allí tipificados son de acción pública, así como contra las normas que tipificaban los delitos de
violencia contra la mujer y violencia económica. Se adujo
dentro de los argumentos una lesión al derecho de igualdad,
Guatemala, junio 2013, AÑO 3, No. 2
La Comisión de Venecia, que fue creada en 1990 y cuyos miembros son expertos independientes, es un órgano consultivo del Consejo de Europa en el ámbito del derecho constitucional.
pues se indicaba que el género masculino también era víctima de violencia intrafamiliar la cual no estaba tipificada en
las normas cuestionadas. Para tal afirmación, el interponente puntualizó que existían denuncias en el Centro Nacional
de Análisis y Documentación Judicial en las que el agredido
era el hombre, estimando por ello, a su juicio, desigual la
norma cuestionada.
intimidación o coacción a desistir o renunciar al ejercicio de la acción,
escenario en el cual, de configurarse como ilícitos de acción pública dependiente de instancia particular, haría nugatoria la protección que la
legislación que tipifica esos delitos intenta proveer, con la consecuente
imposibilidad, para la víctima de acceder al órgano jurisdiccional para
reclamar la tutela y ejercicio de sus derechos, en concordancia con la
garantía dispuesta por el artículo 29 de la Constitución”.
La Corte de Constitucionalidad decidió el asunto en sentencia
de 23 de febrero de 2012, pronunciada en el expediente 30092011. Las consideraciones tuvieron su fundamento legal en la
Ley Suprema y en tratados internacionales que protegen los
derechos de la mujer, tales como la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer.
Con relación a la inconstitucionalidad denunciada de los artículos que tipifican los delitos de violencia contra la mujer
y violencia económica se estimó que la norma fue emitida en una realidad existente en Guatemala que refleja una
problemática de violencia y discriminación contra mujeres,
niñas y adolescentes, existiendo relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, desigualdad que se presenta
en los ámbitos social, económico, jurídico, político, cultural
y familiar, por lo que el legislador previó la necesidad de
emitir una normativa tendiente a hacer efectiva la prevención y penalización de aquellas conductas que constituyan
violencia contra la mujer, la cual, se estimó, es una realidad
en Guatemala. Al respecto, se consideró que:
Respecto del cuestionamiento de inconstitucionalidad de la
norma que tipificaba como de acción pública los delitos mencionados se consideró, entre otros argumentos que:
“el contexto en el que se desarrollan las conductas tipificadas como
delitos de violencia contra la mujer y violencia económica contra la
mujer es el propio de las relaciones de poder o confianza, en el que la
víctima podría estar ubicada en condiciones de desigualdad frente al
sujeto activo… situación que haría factible, por su propia naturaleza
y características que éste último, valiéndose del control o dominio que
ejerce no solo continúe ejecutando la conducta lesiva, sino que impida
a aquélla denunciar el hecho e instar así la persecución penal por parte
del órgano acusador del Estado, o que, a la postre, la incite, mediante
“por esa relación desigual de poder entre hombre y mujer, el legislador
se propuso reprimir un comportamiento violento contra esta última,
frecuente en el contexto social actual, y que bien puede obedecer a un
patrón cultural que de generación en generación promueve y arraiga la
existencia de un trato discriminatorio y de sumisión en perjuicio del
género femenino”.
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Guatemala, junio 2013, AÑO 3, No. 2
Se estimó que la norma surgió ante la concurrencia de tres
elementos, siendo estos, la situación actual de violencia que
sufre Guatemala; la insuficiente protección normativa y
los compromisos internacionales adoptados por el Estado.
Por ello al cuestionársele la falta de igualdad, se consideró
que este derecho no fue lesionado pues existe una realidad
distinta entre el hombre y la mujer, que debe ser superada
por lo que se justifica un trato disímil entre hombres y mujeres en lo que se refiere a la prevención y penalización de
la violencia contra la mujer. La inconstitucionalidad instada
fue declarada sin lugar, y por ende la norma cuestionada
continúa vigente.
La sentencia de la ley contra el femicidio y otras formas de
violencia contra la mujer es de gran importancia en el tema
de protección de la mujer, pues como se mencionó en las
consideraciones de la Corte, advirtiéndose una realidad de
violencia en su contra, la existencia de una normativa que
trata de prevenir y sancionar esa violencia, resultaba realmente importante, por lo que se justifica su vigencia. En
casos concretos también se interpusieron algunos cuestionamientos que también se declararon sin lugar.
Otro punto abordado en la conferencia fue la Justicia constitucional y control de convencionalidad: La relación de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, con los casos
de Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua, México
y Brasil, igualmente con comentarios, análisis y respuestas
a preguntas de los participantes. Los actos bajo revisión y
el alcance de las sentencias, fueron considerados con los
casos de Venezuela, Uruguay, Argentina, Paraguay, Panamá
y Puerto Rico. La clausura de la reunión estuvo a cargo del
Dr. Oscar Urviola Hani, Presidente del Tribunal Constitucional del Perú y del Presidente de la Comisión de Venecia,
Dr. Gianni Buquicchio.
2. Los mecanismos de acceso individual suelen ser el amparo y el hábeas corpus, sin perjuicio de las diferentes
denominaciones que estos reciben en los diferentes países. A ellos debe añadirse el hábeas data brasileño y la
acción pública de inconstitucionalidad de las leyes en
el caso colombiano, que han influido en otros ordenamientos constitucionales latinoamericanos.
3. En cuanto al control de convencionalidad, los países participantes muestran posiciones disímiles. Así, en el caso
español, el Convenio Europeo de Derechos Humanos
no puede ser invocado directamente por los ciudadanos,
si no que sirve únicamente para interpretar los derechos
que la constitución reconoce. En el caso americano, la
Convención Americana sobre Derechos Humanos suele
ser aplicada directamente por la jurisdicción interna, así
como la interpretación que de ella hace la Corte Interamericana, aunque en este último punto se ha propuesto
que la jurisdicción interna muestre no necesariamente
una uniformidad con la jurisprudencia supranacional sino
en todo caso una compatibilidad con ésta.
4. También en el plano del control de convencionalidad,
se observa que los países tienen respuestas disimiles
al problema de los alcances de las sentencias de la
Corte Interamericana de Derecho Humanos, pues
algunos consideran que éstas obligan sólo al Estado
que fue parte en la sentencia, mientras para otros las
sentencias de la Corte resulten vinculantes aun para
los Estados que no fueron parte en el caso sometido
a la Corte. Fuente de las conclusiones: http://
tribunalconstitucional.gob.do/sites/default/files/
documentos/Conclusiones_Conferencia_Peru.pdf
La Comisión de Venecia
Las conclusiones sobre la Conferencia Internacional. “Acceso Individual a la Justicia Constitucional en América Latina”
fueron las siguientes:
CONCLUSIONES
1. Se observa que todos los países participantes muestran
mecanismos de acceso individual a la justicia constitucional, es decir, procesos o recursos que permiten que el reclamo por la violación de derechos constitucionales sea
llevado a un Tribunal Constitucional, en los casos de los
países con control concentrado de constitucionalidad, o
ante el Poder Judicial, en aquellos con control difuso de
constitucionalidad, o ambos en los sistemas mixtos.
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a Comisión Europea para la Democracia por el Derecho, más conocida como “Comisión de Venecia”, fue
creada en mayo de 1990, siendo un órgano consultivo
del Consejo de Europa en materia constitucional. El papel
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Asistentes a la reunión de AREQUIPA, Perú.
de la Comisión de Venecia es proporcionar asesoramiento
jurídico a sus Estados miembros y, en particular, apoyar a
los Estados que deseen llevar a sus estructuras jurídicas e
institucionales la experiencia internacional en los ámbitos
de la democracia, los derechos humanos y el Estado de
derecho. Ha sido particularmente activa en países de la
antigua unión Soviética, ayudando a estos en la redacción
de nuevas constituciones, leyes para los tribunales constitucionales, códigos electorales, derechos de minorías y en
lo referente al marco jurídico relativo a las instituciones
democráticas. También ayuda a asegurar la difusión y la
consolidación de un patrimonio constitucional común.
La Comisión cuenta con 59 países miembros, entre los que
se encuentran los 47 Estados miembros del Consejo de
Europa, además de otros 12 países (Argelia, Brasil, Chile,
Israel, Kazajstán, la República de Corea, Kirguistán, Marruecos, México, Perú, Túnez y Estados Unidos).
Sus integrantes son profesores universitarios de derecho
público e internacional, magistrados de Cortes Supremas
y del Tribunal Constitucional, los miembros de los parlamentos nacionales y un número de funcionarios. Son
designados por cuatro años por los Estados miembros,
pero actúan a título personal. Gianni Buquicchio ha sido
Presidente de la Comisión desde diciembre de 2009.
La Comisión trabaja en tres áreas, siendo estas las instituciones democráticas y los derechos fundamentales; la justicia
constitucional y la justicia ordinaria y las elecciones, referendos y partidos políticos. Fuente: http://www.venice.coe.
int/WebForms/pages/?p=01_Presentation
Presidente de la Corte de Constitucional de Guatemala, Magistrado Héctor Hugo Pérez Aguilera,
durante su visita al Tribunal Constitucional de Perú.
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JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL
NULIDAD
(Parte I)
Angélica Yolanda Vásquez Girón1
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a nulidad es un medio de impugnación, que sirve para
corregir errores in judicando (de fondo) y errores in procedendo (de forma) cometidos dentro de un proceso.
Podrá interponerse contra las resoluciones, actos y procedimientos en que se infrinja la ley, realizados antes o después de
dictada la sentencia. No la puede plantear la parte que realizó
o provocó el error, ni la que lo haya consentido expresa o
tácitamente2.
Su naturaleza jurídica es de un remedio
procesal pues es conocido por el mismo
órgano jurisdiccional que dictó la resolución, realizó el acto o procedimiento que
se impugna.
Puede plantearse nulidad por violación
de ley, denunciando un error en la aplicación del Derecho material, o por vicio del
procedimiento, derivado de una vulneración a una norma procesal.
Es importante tomar en cuenta que la
nulidad es el medio que tienen las partes
para solicitar al Juez reparar las infracciones cometidas en el proceso y no un recurso que se utilice para revertir o revisar
las decisiones adoptadas por el juzgador
cuando estas se encuentran debidamente
motivadas y fundamentadas.
Con relación a la nulidad la Corte de
Constitucionalidad ha sentado, entre
otros, los siguientes criterios jurisprudenciales:
1. No puede utilizarse la nulidad como sustituto del recurso de apelación, sobre todo en los procedimientos o
juicios en los que se encuentre limitado tal recurso.
“…el postulante planteó nulidad por violación de ley y vicio de
procedimiento contra el auto …por medio del cual la autoridad reclamada
desestimó las excepciones de ’falta de personalidad’, ‘inexistencia de título
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suficiente’, ‘ineficacia del título’ y ’falta de cantidad líquida y exigible’,
argumentando que no se tomó en cuenta que la ejecución únicamente procede
cuando el título trae aparejada la obligación de pagar cierta cantidad de
dinero líquida y exigible, presupuesto legal que no se cumplió, tal y como
lo demostró al interponer esas excepciones. Por lo tanto, es evidente que
el fallo cuestionado carece de fundamentación fáctica y jurídica… Como
cuestión previa, este Tribunal Constitucional estima pertinente señalar
que en la tramitación de los procesos judiciales debe observarse el principio
de economía procesal, el cual impone al juez la
tarea de simplificar los procedimientos, evitando
su retardo injustificado. Para ello debe tomarse
en cuenta que, para cada tipo de proceso, la ley
establece los mecanismos de defensa por medio
de los cuales los sujetos procesales pueden objetar
las pretensiones de la parte contraria. En el
caso del ejecutado, éste puede rebatir la demanda
promovida en su contra por vía de la oposición y
de las excepciones que estime pertinentes. En este
tipo de procesos -ejecución en vía de apremio-, a
tenor de lo regulado en el artículo 325 del Código
Procesal Civil y Mercantil, la denegatoria de tales
excepciones no es apelable. Al hacer el análisis
correspondiente, esta Corte advierte que, siendo
las excepciones las defensas que puede utilizar
el ejecutado -ahora amparista- para refutar los
argumentos vertidos por la parte actora en la
demanda incoada en su contra, la decisión que
la juzgadora de autos asuma al conocerlas no
puede ser objeto de nulidad, menos aún, cuando
lo que se pretende con ésta es sustituir la apelación
que está taxativamente restringida en este tipo
de procesos, tal y como lo advirtió la autoridad
reclamada, en la emisión del acto señalado como
agraviante. De lo manifestado por el postulante
y del informe circunstanciado rendido por la
autoridad cuestionada, se advierte que los argumentos esgrimidos por el
incidentante están encaminados a cuestionar, de nueva cuenta, lo decidido
por la autoridad reclamada al desestimar las excepciones que interpuso en
su defensa, razón por la cual el referido remedio procesal (nulidad) no es
1
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Abogada Coordinadora de la Secretaría del Pleno de la Corte de la Constitucionalidad.
Artículos 613 al 618 del Código Procesal Civil.
Guatemala, junio 2013, AÑO 3, No. 2
idóneo. En ese orden de ideas, siendo que el objeto de la nulidad es denunciar
el incumplimiento de requisitos que condicionan la eficacia jurídica de un
acto procesal, ya sea por vicio de procedimiento o por violación de ley, la
misma no puede ser instada contra la desestimación de excepciones, ya que
este es un supuesto que resulta ajeno a su naturaleza, pues cada uno de esos
medios de defensa tiene su función procesal específica (la excepción como
medio de defensa y la nulidad como remedio procesal)…”. (Sentencia de
8 de febrero de 2013, dictada dentro del expediente 3169-2012).
En igual sentido:
Expediente 2069-2010, sentencia de 12 de agosto de 2010.
Expediente 4335-2011, sentencia de 8 de marzo de 2012.
Expediente 904-2012, sentencia de 6 de julio de 2012.
2. Con base al principio de especialidad, el rechazo de
una nulidad en un proceso de ejecución en la vía de
apremio no es apelable.
“…la quid iuris del asunto objeto de estudio gira en torno a la
condición de apelable de una resolución que deriva de otra por medio
de la que un juez dispone el rechazo de una nulidad planteada dentro
de la tramitación de una ejecución en vía de apremio. Con el objeto
de esclarecer ese aspecto, es pertinente desarrollar algunos conceptos
relacionados con la naturaleza de los procesos de ejecución. En principio,
se afirma que en este tipo de procesos lo que el actor pretende es que
el órgano jurisdiccional verifique una determinada conducta física,
un acto real o material que corresponde realizar al ejecutado. Podría
decirse que, de cierta forma, la pretensión que subyace en los procesos
de ejecución se encuentra dirigida en sentido inverso en comparación a
la ejercida en los procesos de conocimiento, pues en tanto éstos últimos
tienden a convertir los hechos en Derecho, aquellos conducen el Derecho
hacia la praxis. Por lo afirmado, se puede concluir que por ello se
origina el mayor influjo del principio de celeridad que se ha previsto
en su diseño procedimental, por cuanto revelan un margen limitado
de materia susceptible de ser discutida o cuestionada, al encontrarse
la situación jurídica de las partes predeterminada en un documento
escrito al que la ley ha dotado de particular eficacia; solamente se
requiere el pronunciamiento judicial para que del reconocimiento de su
contenido se produzca el aseguramiento de que el obligado cumplirá con
el compromiso asumido. A esta especial connotación que caracteriza
a este tipo de procesos y a los títulos que dan lugar a ellos, obedece
la restricción de apelabilidad establecida en el artículo 325 del
Código Procesal Civil y Mercantil. Ello porque, como se apuntó, en
el proceso de ejecución en la vía de apremio existe un derecho cierto
no sujeto a debate de conocimiento, cuya efectividad se vería afectada
por la interposición desmedida de recursos…”. (Sentencia de 3 de
febrero de 2012, dictada dentro del expediente 4242-2011).
En igual sentido:
Expediente 1837-2008, sentencia de 12 de septiembre de 2008.
Expediente 2714-2008, sentencia de 3 de octubre de 2008.
Expediente 160-2009, sentencia de 24 de abril de 2008.
3. Con base en los principios de celeridad y certeza
jurídica, no procede nulidad como impugnación
para revisar lo resuelto en otro medio de
impugnación.
“…El asunto que se somete a esta instancia constitucional
deviene del rechazo liminar de una nulidad por vicio de
procedimiento, intentada por el postulante contra la resolución
en la que se declaró sin lugar el recurso de revocatoria que
interpusiera dentro del juicio oral que [se] …promovió en su
contra pretendiendo el aumento de pensión alimenticia. Al
respecto, esta Corte considera que, si bien, de conformidad con
nuestro ordenamiento jurídico, el sujeto procesal que resienta
que la desestimación de un recurso vulnera sus derechos puede,
por medio de otros procedimientos particularmente establecidos
en la ley, impugnar tal decisión, resulta inaceptable que para
atacarla utilice un recurso de similar naturaleza al que ha sido
declarado sin lugar, pues ello generaría un círculo o cadena
interminable de impugnaciones, lo que iría en detrimento
de los principios de celeridad y certeza jurídica que rigen la
tramitación de los procesos judiciales. Con base en lo anterior
puede afirmarse que el juez reprochado, al haber rechazado la
nulidad planteada por frívola, actuó con apego a los principios
antes indicados, pues de haber aceptado para su trámite el
segundo medio de impugnación, contravendría los principios ya
referidos que rigen cualquier actividad judicial, prolongando los
procedimientos de manera tal que resultaría imposible dar fin
a la actuación jurisdiccional ordinaria y llegar a la conclusión
de los procesos instaurados. Por ello, se estima que la autoridad
impugnada, al resolver en la en forma que lo hizo, actuó
dentro de las facultades otorgadas por la ley, específicamente, de
conformidad con lo regulado en el artículo 66, literal c), de la
Ley del Organismo Judicial, por lo que la decisión del juzgador
no puede traducirse en trasgresión a garantía constitucional
alguna del accionante. Ello quiere decir que la desacertada
actuación del ahora postulante, al interponer nulidad contra
lo resuelto en el recurso de revocatoria, provocó el rechazo que
ahora estima agraviante a sus derechos constitucionales, sin
que ello pueda ser imputable a la autoridad reprochada…”.
(Sentencia de 26 de agosto de 2011, dictada dentro
del expediente 2190-2011).
4. No procede nulidad objetando lo resuelto en un
decreto.
“…El artículo 66, inciso c), de la Ley del Organismo Judicial, faculta
a los jueces para rechazar in limine los recursos o incidentes notoriamente
frívolos o improcedentes. Dicho precepto legal, interpretado debidamente,
implica que la facultad otorgada a los jueces está obligadamente
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Guatemala, junio 2013, AÑO 3, No. 2
supeditada a que los recursos o incidentes que se rechacen lo sean porque
adolecen de frivolidad o improcedencia notoria. En el caso específico de
la improcedencia, ésta se aprecia en virtud de la idoneidad del medio de
impugnación intentado y la temporalidad de su planteamiento [en ese
mismo sentido se pronunció este Tribunal en sentencias de doce de diciembre
de dos mil ocho, ocho de enero de dos mil diez y veinticinco de agosto de
dos mil once, dictadas dentro de los expedientes tres mil ciento treinta y
siete – dos mil ocho (3137-2008), cuatro mil ciento treinta y uno – dos
mil nueve (4131-2009) y novecientos setenta y dos – dos mil once (9722011), respectivamente]. En el presente caso, esta Corte, del análisis
de los antecedentes, advierte los siguientes hechos relevantes: a) mediante
resolución de ocho de octubre de dos mil diez, la Sala reprochada acogió la
petición del ahora tercero interesado de devolver los antecedentes originales
del proceso tramitado sub litis, a efecto de que el Juez de conocimiento
remitiera copia certificada para seguir conociendo de la recusación instada
por el postulante; b) por no estar de acuerdo éste último interpuso nulidad
por violación de ley y vicio de procedimiento, medio de impugnación que
fue rechazado de plano por improcedente en auto de veintiséis de octubre
de ese mismo año –acto reclamado-. Para determinar la procedencia del
recurso de nulidad intentado por el accionante, y cuyo rechazo es objeto
del presente amparo, este Tribunal estima necesario examinar la decisión
que originó su planteamiento. Mediante resolución de ocho de octubre de
dos mil diez, la autoridad impugnada dispuso: ’…Como lo solicita el
presentado, devuélvanse los antecedentes al Juzgado de Primera Instancia,
a efecto de que el Juez certifique los autos y remita dicha copia a esta
Sala para continuar conociendo de la recusación…’ […]. Es meritorio
resaltar que la Ley del Organismo Judicial en su artículo 141 clasifica
las resoluciones judiciales en decretos, autos y sentencias, definiendo a las
primeras como todas aquellas determinaciones de mero trámite. En ese
sentido, del contenido de la referida decisión, se deduce que la misma no
contiene ningún pronunciamiento sobre cuestiones en las que el juez deba
emitir un criterio sobre el fondo del asunto o que realice una labor de
examen lógico, sino, únicamente, constituye una providencia por la cual
da impulso al proceso. En ese orden de ideas, para obtener la revisión
de este tipo de resoluciones -decretos-, el legislador previó un medio de
impugnación específico –revocatoria-, el cual se encuentra regulado en el
artículo 598 del Código Procesal Civil y Mercantil, que establece: ‘Los
decretos que se dicten para la tramitación del proceso son revocables de
oficio por el juez que los dictó. La parte que se considere afectada también
puede pedir la revocatoria de los decretos…’ [el resaltado es propio de
este Tribunal]. Este criterio encuentra sustento, además, en lo considerado
por esta Corte en sentencia de veintisiete de julio de dos mil once, dentro
del expediente setecientos quince – dos mil once (715-2011), en la que
se indicó: ‘…Refuerza lo anterior lo apuntado por Juan Montero Aroca
y Mauro Chacón Corado, en su obra ‘Manual de Derecho Procesal
Civil Guatemalteco volumen I’ (Magna Terra Editores, tercera edición,
Guatemala, 1999, página 233), quienes, al referirse a los decretos,
expresan que son las determinaciones de trámite que han de dictarse,
de conformidad con la Ley del Organismo Judicial, a más tardar, al
día siguiente de que se reciban las solicitudes, precisamente, en virtud de
que en éstas no se emite un razonamiento de fondo. Agregan los citados
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autores que: ’Salvo los requisitos generales antes dichos –los de la Ley
del Organismo Judicial–, no existe en la ley norma alguna que precise
más la forma de estos decretos, por lo que existe una cierta libertad
de forma, pudiendo el juez o tribunal adecuarse a las circunstancias
de cada caso o, (…) de tal manera que logren su finalidad…’. Las
consideraciones precedentes permiten a esta Corte colegir que el amparista,
al plantear recurso de nulidad por violación de ley y vicio de procedimiento
contra la resolución señalada en el párrafo anterior, utilizó un medio
impugnación que no era el idóneo según la legislación, en virtud que
contra las providencias de mero trámite -decretos-, es procedente el recurso
de revocatoria. Aunado a lo anterior, cabe resaltar que si bien puede
interponerse nulidad contra las resoluciones y procedimientos en que se
infrinja la ley cuando no sean procedentes los recursos de apelación o
casación, su alcance no debe ser interpretado en forma aislada, pues, de
acuerdo al principio de unidad del ordenamiento jurídico, las normas -en
este caso procesales- deben aplicarse de forma armónica y sistemática, en
congruencia con la totalidad de disposiciones que regulan cada rama del
Derecho, a manera de observar los procedimientos específicos que dejó
plasmados el legislador para su utilización según cada caso concreto,
siendo así que la procedencia de un medio de impugnación excluye la
admisión de los demás. De lo expuesto en los párrafos anteriores, es
evidente que la Sala cuestionada al declarar sobre la nulidad intentada
que: “…por improcedente no ha lugar, ya que (…) en todo caso el
compareciente debió hacer uso de los remedios procesales establecidos en la
ley…” [el resaltado es propio de este Tribunal], ningún agravio causó al
ahora amparista, en virtud de que, como se señaló, no era el mecanismo
idóneo para cuestionar una decisión proferida mediante un decreto. De
esa cuenta, esta Corte estima que los argumentos vertidos por el postulante
mediante la presente acción de amparo carecen de sustento legal, porque la
autoridad impugnada, al emitir el acto señalado como agraviante, actuó
con base a las facultades que le confiere el artículo 66, inciso c), de la
Ley del Organismo Judicial, sin que su proceder denote conculcación a
derecho constitucional alguno.” (Sentencia de 5 de diciembre de
2011, dictada dentro del expediente 2155-2011).
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