LA REVOLUCIóN PERIODíSTICO

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Literatura y periodismo
P UBLICACIONES ILUSTRADAS
LA REVOLUCIóN
PERIODíSTICO-LITERARIA
DEL S IGLO XIX
Por Agustín Meneghini
Las publicaciones periódicas ilustradas de fines del Siglo XIX revolucionaron la manera de leer, el contrato de lectura
entre un nuevo público lector y un medio que crecía entre odas y repudios. La tela de la araña se inscribe dentro de
una historia que echó por tierra los supuestos de la cultura culta, la homogeneidad reinante entre las publicaciones
previas y la actitud pasiva de los actores más sobresalientes dentro de este medio. Se destacaba el rol del director,
pero también del escritor profesional, del caricaturista y del fotógrafo, figuras excluyentes de este nuevo género.
n nuevo género, un nuevo
universo
Como características de las publicaciones periódicas de fines del siglo
XIX, podríamos mencionar, entre sus
tantas aristas, la de la alteración de
criterios propios: una manera de
“complicar” al lector, sanamente, en
comparación con el libro y el diario de
aquella época. En esta primera etapa
no había una dirección fija ni tampoco
un cuerpo rígido de escritores. El
director o secretario de redacción
decidía lo que se publicaba en cada
número, según criterios “editoriales”.
Se denomina como “etapa organizativa”, con la consabida idea de construir en el correr de los números un
pacto de lectura con su público consumidor. Colaboraciones espontáneas,
entregas de periodistas ocasionales,
firmas prestigiosas o de especialistas
en diversas ramas del saber, textos
anónimos o firmados con seudónimos, son algunos de los tantos tipos
de colaboraciones en las publicaciones
de este nuevo género discursivo.
Un género, por cierto, que surge de
las revoluciones al interior de una
república que insiste en el conflicto
de intereses por la participación en la
cosa pública. Recordemos que en esta
4/ UTN La tela de la araña
época se empieza a hablar de un
periodismo masivo, con toda la carga
simbólica que tiene la masividad en
un momento en que la población
escolar aumentaba y los índices de
analfabetismo disminuían. Desde la
década del ´80, el público se interesa
por el consumo de folletos baratos o
revistas, más que por los libros. A su
vez, estas colaboraciones estaban dis-
Ilustración de Don Quijote
U
tribuidas en registros sumamente
variados: artículos, notas, sueltos, críticas, reportajes, misceláneas, ficción,
folletines, etc. Un universo creativo,
además de periodístico, que se destaca por su polifonía más visceral.
Pero la característica más importante –más revolucionaria en el sentido estricto de la palabra–, tal como lo
indica el rótulo de “publicaciones
ilustradas”, es la de la imagen. Por
su poder icónico, discursivo y simbólico. Es así que hablamos también de
un periodismo que, además de masivo, es ilustrado. La imagen –caricaturas principalmente, aunque también
la temprana fotografía– y el diseño,
en una segunda etapa, irrumpen
como una ola en medio de un mar
calmo. De la chatura inicial del blanco y negro en columnas, al esplendor
vívido del color, la viñeta, los apotegmas, etc. Si bien no era parte del
dominio privado de las revistas únicamente, la imagen se instaló en el
universo de los sentidos. Su asentamiento, a través del uso de los carteles públicos a partir de 1870, el cine
de los hermanos Lumiére en 1895 y la
fotografía –las cámaras EastmanKodak nacen en 1888–, marcó un
antes y un después en la historia del
cuerpo humano. Sus sentidos, por
primera vez quizás en el contacto del
cuerpo con la letra impresa,
adquirían el estatus de omnipotencia:
todo lo podían sentir. Jamás una
publicación iba a poder desestimar
esta característica: la apertura total de
los sentidos que conlleva su lectura.
La convergencia entre imagen y palabras fue la verdadera revolución literaria que abrió el siglo XX a un
nuevo espectro de publicaciones.
Literatura y periodismo
Según Eduardo Romano, quien
publicó recientemente el libro
Revolución en la lectura, se buscaba
“un disfrute donde lo intelectual
estaba mediado y condicionado por
goces sensoriales”.
En la última década del siglo XIX,
las revistas culturales y/o literarias
hegemónicas prestaban especial
importancia a la crítica. Son parte de
este universo publicaciones como
R e v i s t a N a c i o n a l (1886); L a
Biblioteca, de Paul Groussac (1896); y
otras más modernistas, como la
R e v i s t a d e A m é r i c a (1894) y E l
M e r c u r i o d e A m é r i c a (1898).
Dedicaban más espacio al comentario de libros y revistas, que a la ficción poética o narrativa. Frente a eso,
las revistas ilustradas prestaban poco
o ningún espacio a la crítica.
Ganaban público a partir de lecturas
entretenidas y renunciaban al discurso metatextual –sobre otros textos–.
Esto ocurría con Caras y Caretas,
que fue la primera fórmula exitosa y
popular. Una revista que desterró el
discurso crítico y la polémica; abriendo paso a otras fórmulas imitadoras
de ésta, pero jamás tan exitosas.
El Mosquito
“Política, gráfica y humor en el siglo XIX”
Lo que vendrá
Previamente a Caras y Caretas, mar-
caron la pauta dos publicaciones que
se engendraron dentro de un género
al que se denomina como satíricoburlesco. Para ese nuevo público,
este tipo de prensa era como un traje
mandado a hacer para un caballero
inglés. Pocas páginas, escaso texto y
predominancia de caricaturas. Se
trata de El Mosquito (1863) y Don
Quijote (1883).
La primera utilizaba la caricatura
política como sello distintivo y un
lenguaje conciso y mordaz. Por eso
se auto-sub-titulaba como “Periódico
semanal satírico burlesco de caricaturas”. La autorreferencia no terminaba allí. En su presentación explicitaba los objetivos de su empresa, con
un lenguaje que trapeciaba entre los
modelos tradicionales de revistas
enciclopédicas y los novedosos semanarios populares: “Las columnas de
este periodiquillo serán un espejo de
barbero: cuanta carusa rueda de este
valle, se mirará en él sin preferencia,
si no es la de sus merecimientos de
correa...”.
Con respecto a D o n Q u i j o t e , si
bien era similar en formato y orientación a la anterior, restaría destacar su
rol sobresaliente en el humor gráfico
de corte político, en un momento de
consolidación para la Argentina
Año II - Nº 91
febrero de
1865
Dibujante:
H. Meyer
Texto al pie:
"Urquiza:
¿Me da
Usted un
lugarcito
compadre? ...
"Mitre: ¡Cómo
no, amigo!
Siéntese no
más. Yo
sabía que
Usted iba a
venir; lo
estaba
esperando".
moderna. Además, de esta publicación surgieron muchos de los escritores y dibujantes de Caras y Caretas,
por lo cual se la considera como piedra fundacional de ésta, a la vez que
hito histórico dentro del periodismo
nacional.
Asimismo, había otras publicaciones ilustradas que apuntaron a un
público más selecto, pero que también se insertaron dentro de ese
espectro. Fue el caso de La Ilustración Sud-Americana, que aparece en
1892 y supo perfeccionar la reproducción de fotografías y pinturas en
sus páginas, acompañadas de textos
de interés artístico.
En la próxima entrega, todo sobre
Caras y Caretas. Y más…
Bibliografía:
- Boyadjian, Carlos; “Don Quijote” , publicado en Historia de las revistas argentinas,
Tomo III, AAER.
- Ogando, Mónica; “El mosquito”, publicado
en Historia de las revistas argentinas, Tomo
IV, AAER.
- Romano, Eduardo; Revolución en la lectura. El discurso periodístico-literario de las
primeras revistas ilustradas rioplatenses,
Catálogos, Buenos Aires, 2004.
Año VI - Nº
285
julio de 1868
Dibujante:
H. Stein
Texto al pie:
"The
Presidente
Sarmientson
saliendo de
Vashington
para venir a
tomar osesión de su
puesto con
su futuro
ministerio
[sic]”
La tela de la araña UTN / 5
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