Chinati Foundation newsletter vol10 we went to their place out of town in the boonies and stayed there in our tents. We had individual tents. It was fun. On our way back to L.A. we stayed with Larry Bell. MARIANNE STOCKEBRAND Una M A R I A N N E S T OCKEBR AND A Conversation with John Wesley conversación Durante mucho tiempo en la Calle 19 Judd vivía en la puerta al lado. Mario Irisari, un artista y amigo mutuo, nos presentó, diciendo “ustedes dos se van a llevar muy bien”. Me hizo un gran favor. Obviamente el favor era para MS: JOHN WESLEY How and when did you and Don Judd meet? J W: We were living next door to each other for quite a while—on 19th Street. Mario Irisari, a mutual friend and artist, introduced us by saying “You guys are really going to like each other.“ He did me a favor. M S : Obviously the favor was to both of you since you remained friends for life. J W: And none of us remained friends with poor Mario. He was an interesting guy, originally from the Philipines. M S : Where and when did you first meet? J W: I invited Don to my studio; we were neighbors. This was before my show at Elkon Gallery. M S : How and where did you typically get together? J W: I would go by his apartment, it was very close, with whoever I was with, and visit. M S : What did you talk about? J W: Movies. Obscure historical events. We didn’t talk about girls. M S : Did you find him funny? J W: Yeah. I think that he found me funny, too. I always knew that he had a bit more of a background than I did in the subject of the arts. He was an educated man already. He read a lot. We made a couple of trips to L.A. and places like that. He was always buying books. I think that he had to keep moving because he ran out of space for books. He was a book person. One of the first things he acquired when he started buying property in Texas was a library. Very appropriate. M S : You mentioned your trip with Don to Los Angeles and Baja California. Was it just the two of you? J W: Yeah, that was nice. Going anywhere with Don was always interesting. We made side trips. He seemed to already know a lot about America. It was educational. In Baja we went to the Espinozas’ place. We lived with them for a while. They had rooms for gringos to stay there. Then MS: ¿Cuándo y cómo se conocieron tú y Don Judd? J W: de viajes a Los Angeles y lugares así. Siempre estaba comprando libros. Creo que tenía que mudarse con frecuencia porque se le acababa el espacio para You must have known Dan Flavin. J W: I knew Flavin before Don. I met him again through Mario Irisari. Flavin was very available; he was always at exhibitions. M S : He was more social than you and Don? J W: I guess that’s the word for it. M S : You must have seen his first exhibition with the boxes. J W: Yeah, the boxes and then later the lights. But that transition took a while. First it was just these painted boxes which were quite unusual, but MS: con John Wesley MS: yo en cuanto a las artes. Tenía muchos estudios y leía mucho. Hicimos un par sus libros. Le encantaban. Una de las primeras cosas que adquirió cuando comenzó a comprar terreno en Texas fue una biblioteca. Muy apropiado. MS: Mencionaste tu viaje con Don a Los Angeles y Baja California. ¿Fueron solos ustedes dos? J W: Sí, lo pasamos muy bien. Ir a cual- quier parte con Don era siempre interesante. Visitamos varios lugares. Parecía saber mucho acerca de los Estados Unidos. Fue una experiencia educativa. En Baja California visitamos a los Espinoza y vivimos con ellos por un tiempo. Tenían hospedaje para gringos. Luego fuimos a un lugar que tenían en el quinto pino y acampamos con carpas. Cada quien tenía su carpa. Estuvo muy bien. De regreso nos quedamos con Larry Bell. MS: J W: Debiste conocer a Dan Flavin. De hecho conocí a Flavin antes que a Don. Lo conocí de nuevo por medio de Mario Irisari. Flavin estaba muy disponible; siempre estaba en las exhibiciones. MS: ¿Flavin era más sociable que tú y Don? J W: MS: Pues yo creo que ésa es la palabra. ¿Viste su primera exhibición, con las cajas? J W: Sí, las cajas y luego las luces. Pero esa transición se tardó un poco. Primero eran sólo las cajas pintadas, bastante inusuales, pero todavía no eran obras maduras de Flavin. MS: ¿Lo conociste muy bien? J W: Él y [su esposa] Sonia tenían un auto que Don no podía manejar, por- they weren’t fully Flavins yet. M S : How well did you know him? J W: He and Sonia (Flavin) had a car that Dan couldn’t drive. He was too nervous to drive a car. I borrowed the car to take things to the gallery. I was able to help him move some things. Our relationship seemed to have to do with this car. I thought he was great. He was somebody very special. He and Don hit it off and I was pleased by that. I don’t know why. I wasn’t sponsoring either of them, but it seemed like the proper thing. They became Flavin and Judd for a while. The two names were together. It seemed very appropriate for what they were doing. Also, they were both intellectuals in another sense. They could both talk about art, which I couldn’t. I never tried. They had the knowledge and the vocabularly. ambos, porque la amistad duró toda la vida. Y ninguno de nosotros mantuvo J W: amistad con el pobre Mario. Era un tipo interesante, originario de Filipinas. MS: ¿Dónde se encontraron por primera vez? J W: Yo invité a Don a mi estudio; éramos vecinos. Esto fue antes de mi exhibición en la Galería Elkon. MS: ¿Dónde y cómo acostumbraban reunirse? J W: Yo iba a su apartamento, que estaba muy cerca, con quienquiera que yo estuviera, y lo visitaba. MS: ¿De qué hablaban? J W: De películas. Acontecomientos his- tóricos poco conocidos. No hablábamos de muchachas. MS: ¿Te parecía una persona divertida? J W: Sí. Creo que él me encontraba di- vertido también. Yo siempre sabía que Judd tenía un poco más de cultura que 1 que era demasiado nervioso para manejar. Me prestaron el carro para llevar unas cosas a la galería. Pude ayudarle a transportar unas cosas. Nuestra relación parecía estar ligada a ese carro. Él a mí me caía muy bien; era una persona muy especial. Se llevaba bien con Don, y eso me dio gusto. No sé por qué. Yo no patrocinaba a ninguno de los dos, pero me pareció muy apropiado. Por un tiempo eran Flavin y Judd, los dos nombres iban juntos, y eso parecía muy apropiado en vista de lo que estaban haciendo. También, los dos eran intelectuales en otro sentido. Ambos podían hablar del arte, y yo no. Nunca lo intenté. Ellos tenían los conocimientos y el vocabulario necesarios. MS: ¿A qué otros artistas conocías en este tiempo? ¿Claes Oldenburg? J W: Nunca lo conocí en ese sentido. Nos conocimos porque exhibimos juntos M S : When did you make the decision to become an artist? J W: Oh, I think that that was always the only thing that I could do. I had no other ambitions. I didn’t make a decision about making a living. I had no other way to make a living anyway. M S : When did you realize that your work was art? J W: I’m not sure. Something occured to me that this was the way to go. I looked around and said, “people are doing this for a living,“ so to speak. M S : Are you saying that you didn’t expect your images to be considered “art“? J W: I always thought that they would be considered art. There was a lot of art like that around. Certainly it was being called Pop art. It was honorable, I would say. M S : It seemed that you worked a lot in those early years. You were very prolific in the early sixties. You made paintings and objects. It seemed that you had a big output at the time. J W: I worked all the time. cuando yo apenas comenzaba. Nos metieron en las mismas exhibiciones de Arte Pop. Fue un poquito rebuscado, porque la misma gente estaba en todas las exhibiciones de Arte Pop. MS: ¿Qué te pareció eso? J W: Bueno, estuvo bien. Me dio gusto figurar en exhibiciones en la cuales de otra manera no habría sido incluido. Aproveché la oportunidad. MS: ¿Cómo te sentías cuando te compa- raban con Lichtenstein? J W: Pienso en él como mi destino, mi hado. Me van a comparar con él durante el resto de mi vida. No me importaba para nada. Él me caía bien. Nos reunimos un par de veces y conversamos. Era un hombre dulce que hablaba con acento suave. Era una persona muy ambiciosa, pero eso no es un crimen. Tener profundas aspiraciones puede ser bueno o malo. Él tenía aspiraciones justificadas y sabía lo que valía. MS: ¿Él creía que tú estabas copiando su modo de pintar? J W: Que yo sepa, no. No creo que él haya pensado mucho en ello. Ya era una estrella ascendiente. Ya era Lichtenstein. MS: ¿En qué momento tomaste la deci- sión de ser artista? J W: hacer. No tenía otras aspiraciones. No tomé una decisión en cuanto a ganarme la vida. No había otra forma. De todos modos, no tenía otra manera de ganarme la vida. MS: Pues creo que era lo único que podía 2 ¿Cuándo te diste cuenta de que tu obra era arte? J W: No estoy seguro. En un momento dado se me ocurrió que éste era mi camino. Miré a mi alrededor y dije: “la gente hace esto para ganarse la vida”, como quien dice. MS: ¿Estás diciendo que no pensabas que tus imágenes serían consideradas “arte”? J W: Siempre pensé que se catalogarían como arte. Había mucho arte así. Seguramente se le estaba llamando “Arte Pop”. Era honorable, diría yo. MS: Parece que trabajaste mucho en aquellos primeros tiempos. Produjiste mucho a principios de los sesentas. Hiciste pinturas y objetos. Tu producción era muy grande en ese tiempo, ¿verdad? J W: MS: What are some of the steps you take developing a work? J W: I usually start with an image of somebody else’s that I’ve seen, or a picture somewhere that amuses me. Then I work out something of my own. That’s about it. I’m very simpleminded. M S : Do you simplify or change the image? J W: I simplify and change it and make it my own. I have to make it my own to give it uniqueness. M S : Once you have a figure, you still have to consider the context. J W: It comes right at the beginning. If something doesn’t work out right away then I don’t press on it. It either happens or it doesn’t pretty quickly. M S : Do you cut out images from magazines or newspapers? J W: Wherever I find them. They come out of the public domain—from periodicals. They are not obvious, of course, because I change them to suit my idea of what is funny. M S : Do you keep those images? J W: I don’t think that I throw them away. I have a John Wayne brassiere which was a construction of sandpaper straps with D-cups. It has fallen into disrepair. If John Wayne had a brassiere, of course, it would be made out of sandpaper. He was a tough guy. M S : Do you still have your father’s book about the 1932 Olympic Games in Los Angeles? J W: That’s an invaluable book. I also have one about World War I. At the MS: BUMSTEAD IN BEDLAM, 1991. M S : Which other artists did you know at the time? Claes Oldenburg? J W: I never knew him in that way. He was also somebody I met very early because we had shows together when I was first starting out. We were thrown into Pop art shows together. Sort of contrived; all of the Pop art shows had the same people in them. M S : How did you feel about that? J W: Oh, it was all right with me. I was happy to be in shows that I wouldn’t have been in otherwise. It was opportunistic. M S : How did you feel about being compared to Lichtenstein? J W: I think of him as my fate. I will be compared to him for the rest of my life. I didn’t mind at all. I liked him. We met a few times and talked. He was a very sweet man and soft-spoken. He was deeply ambitious, but that’s not a crime. Ambition can be a good thing or a bad thing. He was properly ambitious. He knew how good he was. M S : Did he feel that you were copying his way of painting? J W: Not that I know of. I don’t think that he thought much about that. His star was already rising. He was Lichtenstein already. Siempre estaba trabajando. ¿Cuáles son algunos de los pasos que das al desarrollar una obra? J W: Generalmente comienzo con una imagen creada por alguien más que he visto o una fotografía en alguna parte que me da gracia. De ahí procedo a algo mío propio. Tengo una mentalidad simple en ese sentido. MS: ¿Simplificas o modificas la imagen? J W: La simplifico y la modifico para ha- cerla mía. Tengo que hacerla mía para que sea única. MS: Una vez que escoges una figura, to- davía hay que tomar en cuenta el contesto. J W: Eso sucede justo al principio. Si algo no funciona bien de inmediato, no insisto en ello. Pronto sé si algo va a resultar o no. MS: ¿Recortas imágenes de revistas o periódicos? J W: Dondequiera que las encuentre. Provienen del dominio público, de los periódicos. No son obvias, por supuesto, porque las modifico para acomodarlas a mi concepto de lo que es divertido. MS: ¿Conservas esas imágenes? J W: No creo que las descarte. Tengo un brassier de John Wayne que era una construcción de tirantes de papel de lija con copas muy grandes. Ahora está deteriorado. Si John Wayne tuviera un brassier, desde luego estaría hecho de papel de lija. Era muy macho. MS: ¿Todavía tienes el libro de tu papá sobre los Juegos Olímpicos de 1932 en Los Angeles? J W: Ése es un libro invaluable. También tengo uno acerca de la Primera Guerra Mundial. En aquel tiempo era un libro popular, publicado antes de que Estados Unidos entrara en la guerra, y tenía JOHN WESLEY GALLERY, C H I N AT I F O U N D AT I O N . tead tenía que correr para alcanzar el camión, y mi padre también, porque no tenía carro. De todas formas, hice la conexión entre Bumstead y mi padre. Mi padre se había ido de la casa antes de que yo cumpliera seis años, y por ese motivo Bumstead es una imagen de pérdida para mí. Y más tarde, cuando Blondie llegó a ser un símbolo sexual, creo que eso tenía que ver con mi mamá. Mis padres eran una pareja muy guapa. MS: ¿Cuándo te empezaste a interesar en el arte? J W: Siempre me había interesado. Mi mamá pensaba que el arte estaba muy bien, pero ella no era artística. MS: Debiste haber desarrollado un esti- lo de dibujo específico durante el tiempo cuando trabajaste como ilustrador en la compañía aeronáutica Northrop, du- time it was a popular book, published before the U.S. entered the war, showing the various countries involved in the war. Full of interesting pictures. M S : Did you use some of those pictures? J W: I did. The spirit of those pictures was simplicity. M S : Were there other sources that you were using? J W: The Olympic Games book was a terrific source for me. I could always find something in there that was meaningful and funny. I always wanted everything funny. Things are serious enough. The mechanical drawing style. M S : Could you tell me more about the kind of drawings that you did there? J W: The guy that I worked with would translate the blueprints into workable drawings that the people who built the planes could look at and follow because they couldn’t read the blueprints very well. M S : Did you have any training for that? J W: No. We were really untrained in the whole business. It was one of those things where the government was wasting money. M S : You took the job because it seemed like something you wanted to do? J W: It was a way to make a living. M S : In a pleasant way, though, since you were already interested in art. J W: That’s how I got the job. A friend of mine was also working there. The idea was that we could read blueprints but make drawings for other workers who couldn’t read blueprints. información sobre los diferentes países J W: beligerantes. Está lleno de fotografías interesantes. MS: ¿Utilizaste algunas de esas fotos? J W: Sí. El espíritu de esas fotos era la sencillez. MS: ¿También tenías otras fuentes de material? J W: El libro de los Juegos Olímpicos era una magñifica fuente para mí. En él encontraba invariablemente algo significativo y divertido. Siempre quería que todo fuera divertido. Las cosas son lo suficientemente serías de por sí. MS: Después viene el tema de Bumstead. J W: Lo empecé a utilizar como tema más tarde. Estaba siempre allí, pero no me había dado cuenta de que podía convertirse en un tema para mi obra. Él era como mi padre cuando yo era niño. Usaba un sombrero como el de mi papá y se lo tocaba cuando saludaba a los vecinos. No creo que llegara al trabajo en carro, y Bumstead tampoco. Bums- MS: Sí, dibujo mecánico. ¿Me podrías hablar un poco más acerca de los tipos de dibujos que hacías allí? J W: El hombre con quien yo trabajaba convertía los planos técnicos en dibujos prácticos que la gente que construía los aviones podía ver y comprender, porque no podían descifrar muy bien los documentos especializados. MS: ¿Habías recibido alguna capacita- ción para ese tipo de trabajo? J W: No. En realidad no contábamos con esa preparación. Era una de aquellas situaciones en que el gobierno estaba perdiendo el dinero. MS: ¿Tomaste el trabajo porque creías que te iba a gustar? J W: MS: Era una forma de ganarme la vida. Pero una forma agradable, como ya estabas interesado en el arte. J W: Por eso conseguí el empleo. Un ami- go mío también trabajaba allí. La idea era que podíamos encontrar planos técJO HN W E SL E Y G A L LE RY, C HI N AT I F O UN DAT I ON . Bumstead became another theme. J W: He came later for me as a subject. He was here all the time but I hadn’t realized what a source he was. He was like my father when I was a little boy. He wore a hat like my father did and tipped it to the neighbors. I don’t think he drove to work any more than Bumstead drives to work. He had to run for the bus. I think that my father did too, because he didn’t have a car. Anyway, I made the association between Bumstead and my father. My father was gone by the time I was five. So, Bumstead is an image of some loss. And later, by making Blondie such a sex symbol, I think that that had to do with my mother. My parents were a great-looking couple. M S : When did you develop an interest in art? J W: I always had an interest in art. My mother thought art was just fine. She wasn’t artistic. MS: rante los cincuentas, ¿no es cierto? J W: M S : You must have developed a specific drawing style at Northrop Aircraft, where you worked as an illustrator in the 1950s. 3 We were supposed to fill in this gap. It was all made up as it went along. M S : I’m still curious how your art developed. J W: I went to life-drawing classes because I didn’t draw very well. After that, I kept drawing. I relied more on a drafting manual for drawing techniques. was using one for a studio and she was using the other. She found me this studio and I stayed there for quite a while. I was renting it from another artist and that worked out nicely. M S : Then you moved to Brooklyn? J W: Brooklyn was the next studio. I got together with Bill (Barrette). He had been a student of mine at the School of Visual Arts. I taught for first year students, teaching drawing. I couldn’t draw my way out of paper bag. Nobody would come to my class. It was a little embarrassing. Bill would show up for a while, then we would go to lunch. So, it became a pretty fast friendship right away. He was a great help for me; I got a lot out of our relationship. M S : Did he learn to draw? nicos y a partir de ellos realizar dibujos para los empleados que no los entendían. Se supone que nosotros íbamos a llenar ese hueco. Todo lo inventábamos sobre la marcha. MS: Todavía tengo curiosidad por saber cómo se desarrolló tu arte. J W: Asistí a clases de dibujo de la figura humana porque no dibujaba muy bien. Después de eso, seguí dibujando. De- M S : Where did you take the subjects from? J W: I used to have a stock answer for that: that deep night from which all aspirations come. I pulled that on Robert Elkon sometimes. I was just being a smart-ass. The subjects were coming out of God knows where...just whimsy. M S : You were working from existing images and transfering them onto a grid? J W: I always was working things up from a smaller version. I was using the grid because it was related to Northrop Aircraft. We could draw from the engineering drawings, sort of. Some of the techniques were part of that. Applying that to Donald Duck was purely my notion. pendí más bien de un manual de dibujo industrial para aprender técnicas. MS: Según tus catálogos, tu obra comienza en 1961-62 y con pinturas hechas en Duco. J W: Estaba usando Duco y pintura óleo blanco. Me gustaba el óleo blanco porque no se ponía amarillento como el Duco. Utilicé el Duco porque era muy T H E AV I ATO R ’ S D A U G H T E R S, 1963, D U C O A N D O I L O N C A N VA S . According to your catalogues your work starts in 1961–62 and with paintings made in Duco. J W: I was using Duco and white oil paint. I went with the white oil because it didn’t yellow. Whereas it yellowed in Duco. I used the Duco because it went on so easily, I liked working with it. Since I only had the three colors, the white had to stay white. I was using a truly mixed media. But, they were not mixed, they were side by side in the painting. The white was always this white and the color was always this Duco. It was easy to apply and dried quickly. M S : Did it only exist in blue? J W: No, they had a variety of colors but I only used blue and gray. I was just limiting myself to those two colors plus the white. MS: ¿Estabas trabajando con imágenes rías a una cuadrícula? J W: Siempre ampliaba las cosas, comen- zando con una versión más pequeña. Utilizaba la cuadrícula porque se relacionaba con la empresa aeronáutica Northrup. Podíamos dibujar con base en los dibujos de ingeniería, en cierta forma. Algunas de las técnicas formaban parte de aquello. El aplicarlas a Donald Duck fue simplemente una idea que se me ocurrió. MS: Después de dejar tu empleo en Northrup, y al regresar a Nueva York en 1960, tuviste que buscar empleo? J W: Trabajé en un almacén. No fue un trabajo interesante. No tenía nada que ver con el arte. Pasó bastante tiempo antes de que me convirtiera en John Wesley el artista. MS: Cuando te cambiaste de la Calle 19 a la Calle Barrow, ¿dónde tenías tu estudio? J W: Hannah (Green) vio un anuncio para un lugar en la Calle Christopher, y le convenía porque me sacaba del apartamento. Teníamos dos apartamentos en la Calle Barro JW: yo usaba uno como estudio y ella usaba el otro. Ella me encontró un estudio y me quedé allí bastante tiempo. Yo lo alquilaba a otro artista, y ese arreglo funcionó bien. MS: ¿Luego te cambiaste a Brooklyn? J W: Sí. Me uní con Bill (Barrette), quien había sido estudiante mío en la Escuela de Artes Visuales. Yo les enseñaba dibujo a los alumnos de primer año. No sabía ni papa del dibujo. Nadie se presentaba en mi clase. Me daba vergüenza. Bill aparecía por ahí un rato y luego se iba a almorzar. Así que nos hicimos buenos amigos. Me ayudó mucho y aproveché bastante nuestra relación. He drew better than me to start with. There were some interesting teachers, Bobby Ryman, Carl Andre, and Chuck Close. They were all teaching courses. I remember them. The students seemed to determine whether they wanted to come to class or not. They drew more in class. I had an inferiority complex. M S : You didn’t like teaching? J W: No, I hated it. I did it for money. M S : For how long? J W: For a year or something. Long enough to meet Bill. That was the best thing to come out of it. M S : Did you hang out with the other artists that were teaching there? J W: Not really at all. fácil de aplicar. Me gustaba trabajar J W: con él. Como tenía sólo tres colores, el blanco tenía que permanecer blanco. Utilizaba medios mixtos, pero en lugar de estar combinados, se hallaban uno al lado del otro en la pintura. El blanco era siempre este blanco y el color era siempre Duco. Era muy fácil de aplicar y After you gave up your job at Northrop and moved to New York in 1960, did you have to take a job? J W: I worked in a warehouse. Nothing very exciting. Nothing to do with art. It was a long time before I became John Wesley the artist. M S : When you moved from 19th Street to Barrow Street, where was your studio? JW: Hannah (Green) saw an ad for a place on Christopher Street, and that was fine for her because she got me out of the apartment. We had two apartments on Barrow Street and I MS: MS: que existían previamente y las transfe- se secaba en seguida. MS: ¿Sólo estaba disponible en azul? J W: No, había una variedad de colores, pero yo solamente utilizaba el azul y el gris. Me limitaba a esos dos colores además del blanco. MS: ¿De dónde sacabas tus temas? J W: Yo antes respondía automáticamen- te a esa pregunta y siempre de la misma manera: “la noche profunda de donde MS: ¿Y él aprendió a dibujar? J W: Al principio dibujaba mejor que yo. Había unos instructores interesantes: Bobby Ryman, Carl Andre y Chuck Close. Todos estaban enseñando cursos. Los recuerdo. Por lo visto eran los alumnos los que decidían si querían asistir a clase o no. Dibujaban más en clase. Yo tenía un complejo de inferioridad. MS: ¿A ti no te gustaba enseñar? J W: No, lo odiaba. Lo hice por el dinero. MS: ¿Por cuánto tiempo? J W: Un año, algo así. El tiempo sufi- ciente para conocer a Bill. Eso fue lo mejor que sucedió como resultado de mi enseñanza. MS: J W: After the Duco period, you expanded your palette in the mid sixties. J W: I moved away from Duco and add- surgen todas las aspiraciones”. Le res- ¿Te juntabas con los otros artistas que enseñaban allí? No, casi nunca. MS: pondía así a Robert Elcott a veces. Sólo por fastidiar. De hecho los temas salían de Dios sabe dónde...puro capricho. 4 MS: Después del periodo de Duco, ampliaste tu paleta a mediados de los sesentas. he wanted. I was supposed to do this work for him and he said, “Come here and do it.“ M S : Did you know what Don had in mind with the work? J W: I don’t think that he had finalized or put together exactly what he wanted to do with it. He did want them though. He wasn’t sure what they were going to be and neither was I. M S : Wasn’t there a plan for a gallery to show your work on a long-term basis? J W: I don’t think that he had thought that out at all. M S : So, it was a looser idea for you to come to Marfa and make work to go into his collection? J W: Yes. It was meant for him. M S : You came again the following year? Me alejé del Duco y agregué más J W: colores, colores específicos todavía. Siempre cierto grado de sencillez. ¿Cómo llegaste desde la primera MS: imagen recortada al próximo paso? Con papel de calco. Se puede dis- J W: torsionar la imagen en este punto con el papel de calco. ¿Luego repites la misma forma, MS: revirtiéndola, creando así un ritmo de imágenes? Realizo todo tipo de cosas así. La J W: obra cobra vida propia y comienza a desarrollarse ante tus ojos. Es un bonito modo de trabajar. MS: ¿Usabas un estarcido o dibujabas a mano alzada? Puedes calcar algo repetidamente J W: utilizando el papel de calco. ¿El calco se hace del tamaño del MS: Sin embargo, las aíslo cortando a su alrededor. MS: Entonces cambias la posición de las formas. ¿Desarrollas el contenido al mismo tiempo que desarrollas las formas? J W: Sí. MS: ¿Y en algún momento de ese proce- so es cuando escoges el título? J W: Sí. Un comerciante en arte me dijo: “Si no le pones título tú, otra persona lo hará.” Yo les ponía “Sin título” a mis obras y el comerciante me advirtió: “No hagas eso. Alguien más le pondrá título si tú no lo haces, y es mejor que seas tú.” Por otra parte, con mis primeras obras yo tenía cierta timidez en cuanto a fijarles títulos. MS: En 1982 Don los invitó a ti y a Han- ron en la Casa Walker y comenzaron a trabajar en un grupo de nueve pinturas. ¿Por qué esta idea de que vinieras a Marfa a pintar? J W: Era para cumplir un acuerdo que te- nía con Don para darle las pinturas que él quería. Yo debía hacerle este trabajo y él me dijo: “Vente acá para hacerlo.” MS: ¿Sabías lo que Don tenía en mente? J W: No creo que él hubiera tomado una decisión final al respecto. Pero sí las quería. Él no sabía a ciencia cierta cómo iban a quedar, ni yo tampoco. MS: ¿No había planes para una galería donde se exhibiera tu obra a largo plazo? J W: No creo que él hubiera pensado mucho esa posibilidad. MS: ¿Así que la idea básica era que tú vinieras a Marfa e hicieras obras para incorporarlas a la colección de Don? J W: Sí. La intención era que serían para él. We went to Europe and then put things off for another year. It was agreeable for everyone; there was no rush. M S : Was there an ideal of how many paintings you were to make? J W: I don’t recall that there was an agreement about that. M S : But you said that you loved being here and wanted to come back and make paintings? J W: Yes, I wanted to come back as much as possible. I loved the idea of working there and having the work remain there suited me so well. M S : When did that idea come up? J W: I think he suggested that I come to Texas, but I’m not sure if he meant for a while or permanently. He said, “Come to Texas,“ and I did. futuro gouache? J W: Puede ampliarse según la necesi- J W: dad. El gouache puede tener su propia composición, al igual que el lienzo. MS: ¿Cuándo decides sobre los colores? J W: En algún momento del proceso. A veces los colores los determina el tema mismo. Yo compongo los colores junto con la composición. Nunca pienso conscientemente en el color. Usualmente las cosas poseen su propio color. Como Bumstead, por ejemplo: todo lo de ese mundo tiene su propio color. Su casa tiene colores diferentes en todas las habitaciones. M S : In 1982 Don invited you and Hannah to Marfa where you stayed in the Walker House and where you began to work on a group of nine paintings. Why this idea of you coming to Marfa to paint? J W: It was to fulfill an agreement with Don to provide him with these pictures y sencillamente dejo que se desarrollen. nah a venir a Marfa, donde se hospedaL O U I S B R A N D E I S I N H I S M I D D L E Y E A R S, 1 9 6 3 , D U C O A N D O I L O N C A N VA S . ed more colors, still specific colors. Always a certain amount of simplicity. M S : How do you get from the first cutout image to the next step? J W: Tracing paper. You can distort the image at this point with tracing paper. M S : Then you repeat the same shape, reverse it, and create a rhythm of images? J W: I compose all sorts of things that way. It has its own life and starts developing before your very eyes. It is a nice way to work. M S : Did you have stencil or did you draw freehand? J W: You can trace something over and over again with tracing paper. M S : Is the trace done in the size of the future gouache? J W: It can be enlarged to suit the need. The gouache can have its own composition just as the canvas can. M S : When do you decide on the colors? J W: Sometime during the process. Sometimes they are predetermined by the subject itself. I compose the colors along with the composition. I am never consciously thinking about the color. Usually things have their own color. Like Bumstead, for instance: everything in that world has its own color. His house has different colors for all of the rooms. M S : Does the painting follow shortly afterwards, and does a painting always follow a gouache? J W: Sometimes it’s just a gouache. M S : When you see the picture in a magazine and cut it out, do you already know what you want to do with it? J W: I don’t cut them out so much as I trace them and just let it develop. I isolate them by cutting around them though. M S : Then you move the shapes around. Do you develop the content while you develop the shapes? J W: Yes. M S : And somewhere in that process you decide on a title? J W: Yes. This one dealer I had for a while said, “If you don’t title it, somebody else will.“ Otherwise I was trying out “Untitled.“ My dealer said, “Don’t do that. Someone else will give it a title if you don’t and it’s better that you give the title.“ Also, early on I was being shy about titling things. MS: ¿La pintura viene en seguida, y siempre le sigue a un gouache una pintura? J W: MS: A veces es sólo el gouache. Cuando ves una imagen en una June 2005 revista y la recortas, ¿ya sabes lo que quieres hacer con ella? J W: No las recorto tanto como las calco, 5 MS: ¿Y tú regresaste al año siguiente? J W: Fuimos a Europa y pospusimos las cosas por otro año. Todos estábamos de acuerdo que no había prisa. MS: ¿Se sabía la cantidad ideal de pintu- ras que ibas a hacer? J W: No recuerdo haber llegado nunca a un acuerdo sobre un número. MS: ¿Pero dijiste que te encantaba estar aquí y querías regresar y hacer pinturas? J W: Sí, yo deseaba volver todas las veces que fuera posible. Me fascinaba la idea de trabajar en Marfa y que mis obras se quedaran allí. MS: ¿Cuándo surgió esa idea? J W: Creo que Don sugirió que yo me fue- ra a Texas, pero no estoy seguro si quiso decir por un tiempo o permanentemente. Me dijo “Vente a Texas” y yo fui. Junio de 2005 repertoire of colors as Wesley has over the years. And the contours he gives to the figures in his pictures are always extremely clear and defined. There are no spots of color or swerved lines that reveal anything about the process of creation. The economy is not an end in itself, but always serves the aims he is trying to achieve in the respective picture. And this leads to the strange fact that Wesley’s paintings, although they appear to be ornamentally structured, are never first and foremost decorative. The ornament, namely, is rendered using a type of repetition whereby the individual motif is not diminished, but, on the contrary, enhanced. Let’s have a look at the painting The MARTIN HENTSCHEL John Wesley: Pintor M A RT I N H E N T S C H EL Era tarde. Salimos del estudio y caminamos por la calle Plymouth. “Bonita John Wesley: Painter contenidos en sus obras, como un niño que enseña su tesoro sólo un breve instante antes de volver a enterrarlo. Y tal vez yo no deba escribir lo que he comenzado a escribir aquí. LA INCOMPRENSIBILIDAD DEL ADORNO La economía de John Wesley en cuanto a los medios que utiliza ha sido alabada en repetidas ocasiones. De hecho, muy pocos pintores han trabajado con un repertorio de colores tan exiguo como el que ha manejado Wesley a lo largo de los años. Y los contornos muy claros y bien definidos. No hay manchas de color o rayas curvas que revelen nada acerca del proceso de la creación. La economía no es un fin en sí misma, sino que está siempre al servicio de los objetivos que trata de lograr en una pintura dada. Y esto nos conduce al extraño hecho de que las pinturas de Wesley, aunque a primera vista parezcan estructuradas con base en los adornos, no son nunca primordialmente decorativas. El adorno se produce utilizando una especie de repetición en que al motivo individual no se le resta importancia, sino que, al contrario, se le da realce. Vamos a echar un vistazo a la pintura La llegada del conde Baillet-Latour (1963, fig. 1), basada en una fotografía en un precioso libro que el padre de Wesley recibió con ocasión de los Juegos Olímpicos de Los Angeles en 1932. Wesley debió haber descubierto la he- Arrival of Count Baillet-Latour (1963, ill.1), modeled on a photograph in a cherished book his father received on the occasion of the Olympic Games in Los Angeles in 1932. Wesley must have discovered the heraldry present in the photo in the configuration of the opening scene, and so in the manner of a sign painter he provides the scene with a wavy arced frame whose bulges he occupies ornamentally with directive hands. At first the hands seem to grant the ceremony the importance that the artist attributed to his childhood memory. But in the way the hands are attached there is at the same time an aspect of humorous and ironical distancing; planimetrically, they collide exactly on the line on which the decisive greeting handshake takes place. The way the figures bend under the pressure and thus produce a new axial sym- vista tienes aquí”, dije, señalando el puente de Manhattan, por el cual circulaba el tránsito a una altura irreal sobre los edificios, mientras que abajo se alcanzaba a divisar un jirón del río Este. Yo no podía menos que pensar en la primera oración que colocó John Wesley al principio de su biografía escrita por Hannah Green: el sueño que tiene el niño del mar abierto es traído nuevamente al mundo adulto. Nos despedimos en el túnel del metro. Desde la ventana iluminada del tren, Jack me dijo adiós con la mano y me hizo hombre común y corriente, entre todas esas personas, cada una con su propia vida y su propia historia. Esa noche reflexioné sobre una observación que The economy of John Wesley’s painterly means has continually been praised. Indeed, scarcely another painter has worked with such a small la gente lea sus pinturas como un libro abierto. Quiere preservar los secretos de los objetos que pinta están siempre un gesto. Tenía ahora el aspecto de un T H E U N FAT H O M A B ILITY O F T H E O R N A M E NT cuenta de que a Wesley no le gusta que 1 . T H E A R R I VA L O F C O U N T B A I L L E T- L ATO U R , 1 9 6 3 , D U C O A N D O I L O N C A N VA S . It was late. We left the studio and headed down Plymouth Street. “You have a nice view here,” I said, gesturing to the Manhattan Bridge, on which the evening traffic moved unreally high above the buildings, while below a narrow strip of the East River was visible. I couldn’t help but think of the sentence that Wesley put at the beginning of his biography written by Hannah Green: the child’s dream of the open sea brought back to the adult world. We said goodbye in the subway tunnel. Jack waved to me from the illuminated train. Now he looked to me almost like an ordinary man among all the people, each with their own life history. That evening, I thought for a long time about a remark he had made. He had mentioned in passing about one of his motifs: “Sometimes a camel is only a camel.” But in these casual words I heard an urgent undertone. Wesley—and this quickly became apparent—does not like it when people read his pictures like an open book. He wants to preserve their secrets, like a child that only shows his treasure for a brief moment before burying it again. And perhaps I shouldn’t even write what I have begun to write here. cibí un matiz de urgencia. Me di pronto él había hecho. Al hablar de uno de los temas de su pintura comentó: “A veces un camello es sólo un camello.” Pero en estas inconsecuentes palabras per6 ráldica presente en la configuración de la escena inicial, y así, al modo de un pintor de letreros de aviso, provee a la escena con un marco arqueado y ondulado en cuyas protuberancias coloca manos directrices. Al principio, las manos parecen conceder a la ceremonia la importancia que el artista atribuía a su recuerdo de la infancia. Pero en la manera como las manos están sujetas hay al mismo tiempo un aspecto de distanciamiento humorístico e irónico, y chocan planimétricamente justo en la línea en que ocurre el apretón de manos decisivo. La forma en que los dedos se doblan bajo la presión y producen así un nuevo patrón simétrico axial revela algo del humor enigmático que Wesley ha conservado hasta el día de hoy. El adorno floral alrededor de los Árbitros del hockey de campo olímpico (1962) contiene más que un simple elemento nostálgico. Visto junto 3. B I R D L A D Y , 1963, D U C O A N D O I L O N C A N VA S . 2. B I R D G I R L , 1963, D U C O A N D O I L O N C A N VA S . avisa que la proximidad del pájaro significa que al ave le espera un fin funesto. Sólo hay que ver la diferencia sutil, pero reveladora, entre los ojos codiciosos de la mujer y los de la file de pájaros. La inocente Niña de los pájaros se convierte en una femme fatale devoradora de hombres, y el pájaro es ahora una metáfora tanto por el seductor como por la víctima. Vistas de esta manera, las dos pinturas se iluminan mutuamente: sabemos que los niños a veces aprietan con demasiado fuerza a su pajarito favorito… El adorno de marco de la pintura Navegando una tarde al borde del mundo (1978, fig. 4) no es menos ambiguo. Superficialmente, la obra representa una agradable excursión en velero, todavía más agradable porque se impide que la lluvia llegue al cuadro interior, sugiriendo, por así decirlo, una posibilidad pico enmarcados heráldicamente por dos banderas, este adorno sugiere la esfera específica que un evento así representaba para el público estadounidense de 1932: un público totalmente de clase media que compensaba su corta tradición histórica con la pompa y la ceremonia. De ahí en adelante Wesley emplea brillantemente sus adornos de marco para desempeñar una función de comentario. Si, por ejemplo, los pájaros que rodean a la Niña de los pájaros (1963, fig. 2) logran comunicar la atrevida inocencia de una niña, ocurre algo muy diferente en el adorno que consiste en una fila de cabezas de pájaro invertidas en Dama de los pájaros (1965, fig. 3): es decir, enfatiza la ambigüedad del diálogo aparentemente cordial entre el pájaro y la joven provocativa. Dicha ambigüedad se manifiesta principalmente en el gesto de la mano abierta de la chica: aunque extiende la mano con ternura, dos de sus dedos tienen forma curva como si fueran garras; el adorno nos 7 sólo marginal. Pero hay algo contradictorio que desmiente la lógica visual. La zona blanca en medio del lago vidrioso no es ni una ola ni una formación de nubes, y es también curioso que la parte inferior sea de un color completamente homogéneo. El logo de Kleenex sugiere una segunda lectura, y en esta versión es importante ver el blanco de en medio y el de las gotas de lluvia conjuntamente: la excursión se tiñe de tristeza, y las toallitas que se supone mitigan el dolor están empapadas de lágrimas. La vela es el punto de contacto: la herida debajo de la cual el significado del cuadro se mueve con dramatismo. En una tercera interpretación posible, vinculada inevitablemente con la segunda, la excursión del solitario velero blanco se convierte en una aventura masturbatoria, y las gotas son el esperma. Hay una litografía a color, de Edvard Munch, cuyo adorno de marco se utiliza de forma semejante para hacer un comentario sobre un cuadro en particular: los grandes espermatozoides que rodean a la Madonna (1895/1902, fig. 5) 5 . E DVA RD M UN C H, M A DON N A , 1 8 9 5 / 1 9 0 2 . Afternoon Sail at the Edge of the World (1978, ill. 4) is no less ambiguous. On the surface, the work depicts a marvelous sailing excursion, which is made even nicer by the fact that the rain is kept out of the inner picture, portraying, so to speak, only a marginal possibility. But something contradictory remains that undermines the visual logic. The white zone in the middle of the glassy lake does not constitute a wave or a cloud formation, and it is also curious that the lower part is completely homogenous in color. The Kleenex logo suggests a second meaning, and in this version it is important to view the white of the middle area and that of the raindrops together: the voyage now is suffused with sadness, and the tissues that are supposed to ease the pain are soaked with tears. The sail denotes an interface: the wound under which the meaning of the picture moves dramatically. In a third possible interpretation, which is inextricably linked with the second, the con los funcionarios del deporte olím- 4 . AF T ER N OON S A I L AT T H E E DG E OF T H E W ORL D , 1 9 7 8 . metrical pattern reveals something of the cryptic humor that Wesley has preserved to the present day. The flower ornament around the Olympic Field Hockey Officials (1962) contains more than just a nostalgic element. Viewed together with the Olympic sports functionaries heraldically framed by two flags, it highlights the specific sphere that such an event portrayed in the American public in 1932: a thoroughly middleclass public that compensated for its short historical tradition with pomp and ceremony. Thereafter Wesley employs the commentary function that he gives to his frame ornaments brilliantly. If the birds, for example, that surround the Bird Girl (1963, ill. 2) are able to tell something of the cheeky innocence of a child, a completely different context opens up in the ornament of the upside down row of bird heads in Bird Lady (1965, ill. 3). Namely, it emphasizes the ambiguity of the seemingly trusting dialogue between the bird and the provocative young woman. This ambiguity comes to the fore in the gesture of her open hand: though the hand is extended tenderly, two fingers are bent like claws; the bird’s proximity, the ornament reveals to us, will mean a bitter end for it. One must only regard the subtle but telling difference between the lustful closed eyes of the woman and those of the row of birds. The innocent Bird Girl becomes a man-killing femme fatale, and the bird becomes a metaphor for both the seducer and the victim. Viewed this way, the one picture illuminates the other: we know that small children sometimes squeeze their favorite bird too hard… The frame ornament of the painting 8. RENÉ MAGRITTE, L A L E G E ND R E D O R E E , 1958, O I L O N C A N VA S . 7. R A B B I T T S, 1968. solitary ship voyage becomes a masturbatory adventure, and the drops become sperm. There is a colored lithograph by Edvard Munch whose frame ornament similarly is used to comment on one picture; the enlarged spermatozoa that circle the Madonna (1895/1902, ill. 5) suggest that the woman is being portrayed in the moment of conception. Wesley, however, refrains from being so explicit. It is left up to the viewer to interpret the sad and erotic fantasy. since the dogs are multiplied—the form scheme was only minimally modified—the situation becomes aggravated, grows to a real threat. On the other hand, it is precisely the repetition that leaves open the possibility of interpreting the many dogs as childish projection: psychological anguish multiplies the subject of the anguish in the imagination. It is informative how Wesley pulls together each of the two groups of three dogs through somewhat wider contours. Not least—and Wesley’s subtle play with forms is based on this—the scene again contains an unexpressed sexual dimension. Let’s stay with the motif of repetition for a while. It is clear that Wesley uses repetition completely differently than Warhol did. Warhol had three primary intentions here, which often overlap. First, he focused on well-known images—and that’s why he preferred to use motifs that had already been exploited by the mass media. Secondly, he wanted to accelerate a given motif almost filmically. Starting with a static photo, he sought to recreate the scandal of everyday (usually terrible) events. Finally, the multiplication functions in an iconoclastic way, both regarding the picture itself and what it represents. None of this plays a role in Wesley’s work. His repetitions, rather, are obsessive, projective, enigmatic. Both Rabbits (1968, ill. 7) and Plague (1966) serve as good examples. The subjects of both paintings derive from an ambivalent sexual reverie, which, though it takes place in a man’s brain, can also be interpreted as the projection of female imagination. Rabbits and babies appear as the products of self-perpetuating, traumatic flight of intellect. If one is looking for a peer here, the first artist that comes to mind is René Magritte, who often moved in a similar sphere (ill. 8). However, the spectrum of Wesley’s use of repetition is even broader. At times it leads to the grotesque, as sugieren que la mujer está siendo retratada en el momento de su concepción. Sin embargo, Wesley no explicita esto, sino que deja que cada observador interprete esta triste y erótica fantasía a su modo. Desde el principio Wesley logró desarrollar la incomprensibilidad de una obra a partir de detalles aparentemente insignificantes. Los adornos de marco le dieron la oportunidad de conseguirlo sin crear sospechas. Después de todo, gracias a la economía de los medios pictóricos, el adorno nunca aparece realmente como un tipo de ornamento, de la misma manera como las otras formas que se repiten se comportan de manera redundante. Esto lo observamos, por ejemplo, en Husmeando (1969, fig. 6). Dos perros habrían sido suficientes para comunicar las necesidades de la muchacha impúber, el instante de ser sorprendida y sentirse descubierta. Pero como los perros se multiplican—el esquema de la forma se modificó sólo mínimamente—la situación se agrava y cobra dimensiones de verdadera amenaza. En cambio, por la repetición misma es posible interpretar la proliferación de los perros como una simple proyección infantil: la angustia sicoló- 6. SNIFF, 1968. From the very beginning Wesley skillfully managed to develop the unfathomability of a work from seemingly insignificant, often puzzling details. The frame ornaments offered a field for it that was free from suspicion. After all, it is thanks to the economy of the painterly means that the ornament never really appears as a type of decoration; just as little as other forms that repeat themselves behave redundantly. This can be seen, for example, in Sniff (1968, ill. 6). Two of the dogs would doubtless have been sufficient to portray the need of the prepubescent girl, the moment of being caught and feeling caught. But 8 gica multiplica el tema de la angustia en la imaginación. Es revelador el modo como Wesley reúne los dos grupos de tres perros cada uno, utilizando contornos un poco más anchos. De nuevo, la escena reviste una dimensión sexual implícita, y el juego sutil basado en las formas que maneja Wesley se fundamenta precisamente en ello. Sigamos un rato con el motivo de la repetición. Resulta claro que Wesley usa la repetición de una manera totalmente distinta que Warhol. Warhol tenía tres intenciones primordiales. Primero, se enfocaba en imágenes bien conocidas, y es por eso que prefería emplear motivos que hubieran sido aprovechados ya por los medios masivos. Segundo, deseaba acelerar un motivo dado de una manera casi fílmica. Partiendo de una fotografía, buscaba recrear el escándalo de los acontecimientos cotidianos (usualmente horribles). Por último, la multiplicación funciona de una manera iconoclasta, con respecto tanto al cuadro mismo como a lo que éste representa. Nada de esto entra en la obra de Wesley, cuyas repeticiones son más bien obsesivas, proyectivas, enigmáticas. Tanto Conejos (1968, fig. 7) como Plaga (1966) son buenos ejemplos. Los temas de ambas obras se derivan de un ensueño sexual ambivalente, el cual, aunque sucede en el cerebro de un hombre, podría interpretarse como proyección de la imaginación femenina. Los conejos y los bebés aparecen como productos de la fuga traumática y continua del intelecto. Si quisiéramos hacer una comparación, el primer artista que viene a la mente es René Magritte, quien se movía con frecuencia en una esfera parecida (fig. 8). Sin embargo, Wesley usa la repetición de maneras aun más variadas. A veces conduce a lo grotesco, como con el staccato rítmico de Dobles mixtos (1979), pero también puede encerrar un elemento narrativo. Esto es cierto, por ejemplo, en la obra que es la compañera de Plaga, Papá está en casa (1972, fig. 9), donde el motivo de los gritos sirve como el multiplicador para crear una 9. D A D D Y ’S H O ME , 1972. with the rhythmic staccato in Mixed Doubles (1979), but it can also contain a narrative component. This is true, for example, of the more concrete companion piece to Plague, Daddy’s Home (1972, ill. 9), where the motif of screaming serves as the multiplicator for a terrible, beautiful vision, whose trigger can be sought in the strained nerves of an overstressed father. It is characteristic of Wesley to move from the everyday world into the enigma of the dream. Untitled (3 Bulls and Bed) (1987) marks the border area of both regions while Untitled (Horses and Clouds) (1988) and Olive Oyl (1973-74, ill. 10) are in the realm of the latter alone. But the enigmatic fantasy cannot be interpreted discursively. In any case, what should become clear is that Wesley, especially where he works with repetition, is closer to the surrealists than to the Pop artists. On the other hand, Pop art was the first to develop repetition and thus made possible the ornamental painting that has produced diverse results to the present day. One need only mention Philip Taaffe or Christopher Wool. It is instructive to see how Wesley makes use of a principle that is employed by his contemporaries in a depersonalized way, how he is personal and obsessive as the surrealists were. Nonetheless, Wesley can also be considered a Pop artist. He shares their cold view, observing everyday things without a filter, so to speak. But Wesley always goes a step further. With his distance, every certainty about things threatens to plunge into unfathomability. TECTONICS AND BORDER: THE WORK OF THE PAINTER visión terrible y hermosa, cuyo origen se puede buscar en los nervios crispa- ejemplo, en un Philip Taafe o un Christopher Wool. Es aleccionador fijarse en la manera como Wesley hace uso de un dos de un padre superestresado. I have spent a considerable amount of time analyzing Wesley’s ornamentation. This element is doubtless paradigmatic for the specific nature of his works. But I have yet to discuss the tectonic quality of his compositions. Wesley’s paintings display a curious neatness. Everything is open to the eyes of the viewer, and the razor-sharp borders do not enable him to see different pictures in it. Everything can be seen at one glance. Contributing to this is the fact that the artist does not use any shading. The planimetrics and spatiality grow from the same linear system. In his earliest works Wesley developed a cipher that announces his tectonic interest: the inner picture. It is Es una característica de Wesley la transición entre el mundo cotidiano y el enigma del sueño. Sin título (3 toros y una cama) (1987) delimita la región fronteriza entre ambas regiones, mientras que Sin título (Caballos y nubes) (1988) y Olivia (1973-74, fig. 10) pertenecen exclusivamente en el ámbito del sueño. Pero la fantasía enigmática no puede interpretarse en forma discursiva. En todo caso, lo que resulta claro es que Wesley, sobre todo cuando trabaja con la repetición, está más cerca de los surrealistas que de los Artistas Pop. No obstante, fue en el Arte Pop donde se desarrolló primero la repetición, haciendo posible la pintura ornamental que ha producido tan diversos resultados hasta el día de hoy. Piénsese, por principio sencillo, utilizado por sus contemporáneos de manera despersonalizada, y cómo él es personal y obsesivo, al igual que los surrealistas. No obstante, Wesley puede considerarse también como un Artista Pop. Comparte con ellos el punto de vista frío, la observación de los objetos cotidianos sin filtro, por así decirlo. Pero Wesley siempre va un paso más allá. Con la distancia que el crea, toda certeza acerca de las cosas amenaza con trocarse en incomprensibilidad. LA TECTÓNICA Y LA FRONTERA: LA OBRA DEL PINTOR He dedicado bastante tiempo al análisis de la ornamentación que emplea 1 0 . O LI V E OY L, 1 9 7 3 - 7 4 . Wesley. Dicho elemento es, sin duda, paradigmática para la naturaleza específica de sus obras. Pero todavía no he comentado la calidad tectónica de sus composiciones. Las pinturas de Wesley son curiosamente pulcras. Todo está abierto ante los ojos del observador, y las fronteras nítidas no le permiten ver imágenes distintas en todo ello. Todo se puede ver de una vez. En parte esto es porque el artista no usa gradaciones. La planimetría y la espacialidad brotan del mismo sistema lineal. En sus primeras obras Wesley desarrolló una clave que anuncia su interés tectónico: el cuadro interior. Es en realidad el cuadro mismo. Todo sucede dentro de estas fronteras. Es como si Wesley no titubeara en reiterar: éste es un cuadro, no es una cosa. Pero dentro del cuadro reinan las leyes de la ambigüedad y lo imaginario, leyes incomensurables con 9 Es un placer comprobar cómo Wesley sondea las profundidades de los bordes del cuadro—cómo, por ejemplo, encaja el pie del hombre con cabeza de caballo en Camello (1966, fig. 11) en el ángulo derecho de la moldura del marco, y cómo el camello mismo apenas roza el marco opuesto. Sólo podemos observar cómo las uñas de la mano de la mujer en Manos (1966, fig. 9) tocan los bordes del campo visual de color piel del cuadro. A causa de la sutileza de la colisión, casi lo podemos sentir nosotros mismos. O cómo las dos cabezas en Jack Frost (1992, pág. 19) caben en el cuadro. Su proximidad casi dolorosa al marco encuentra su equivalente en el mordisco sugerido pero todavía no ejecutado por la personificación del frío invernal. A veces Wesley se siente obligado a romper el marco y salirse de él. Un excelente ejemplo es Papá está en casa (1972). Este tipo de violación de fronteras, como en muchos cuadros, está enteramente al servicio del significado, prestando al cuadro la agudeza que requiere. Se manifiesta de manera diferente en las incursiones extremas de fronteras en sus representaciones más recientes de mujeres, incluyendo Espo1 3 . H A N D C U F F S, 1 9 9 2 . 12. H A N D S, 1966. 11. C A ME L, 1966. the character of a sign. And just as a store sign remains unaffected by everyday business and transactions, these pictures often seem like abbreviations of true or imagined occurrences. Everything that is transitory seems to be made valid. It is a pleasure to see how Wesley plumbs the depths of the picture borders; how, for example, he presses the foot of the horse-headed man in Camel (1966, ill. 11) to the right angle of the frame molding, and how the camel itself only gently touches the opposite frame. We must only observe how the fingernails of the woman’s hand in Hands (1966, ill. 12) touch the borders of the flesh-colored picture field. Because of the subtlety of the collision, we can almost feel it ourselves. Or how the two heads in Jack Frost (1992, see pg. 19) are fit into the picture. Their virtually painful proximity to the picture frame has its equivalent in the intimated, but not executed bite. Sometimes Wesley feels obliged to break through the frame he establishes. Daddy’s Home (1972) provides an excellent example. This form of border violation is, as in many pictures, en- el mundo de fuera. Y en este sentido sus pinturas son muy diferentes de muchas obras del Arte Pop, las cuales buscan romper esta frontera. Es cierto que en los pocos objetos que ha creado el artista, en Mesadeoso (1965) y Canasta de picnic (1965), el cuadro está ligado a un objeto tangible. Pero no nos dejemos engañar. Estas obras deben verse no como esculturas pintadas, sino como pinturas, que para cobrar su significado pleno incorporan determinadas formas esculturales. Y 1 4 . BI T E , 1 9 9 2 . actually the picture itself. Everything takes place within these borders. It is as though Wesley would not hesitate to repeat: this is a picture, this is not a thing. But in the picture reign the laws of ambiguity and the imaginary, laws that are incommensurable with the outside world. And in this his paintings differ sharply from many Pop art works, which seek to break through this border. Granted, the few objects that the artist has created, in Beartable (1965) and Picnic Basket (1965), the painting is tied to a tangible object. But we should not be deceived. These works should not be viewed as painted sculptures, but as paintings, which for the sake of their meaning incorporate certain sculptural forms. Here again these objects are closer to those of Magritte than of Oldenburg and Warhol. aquí, de nuevo, estos objetos se parecen más a los de Magritte que a los de Oldenburg y Warhol. En sus primeras obras Wesley incluso repite el marco: hay un marco rectangular interior y otro ornamental exterior. Así, el cuadro cobra el carácter de un letrero. Y del mismo modo que los letreros de las tiendas, que no se ven afectados por el negocio cotidiano, con In early works Wesley even doubles the frame; there is a rectangular inner frame and an ornamental outer one. And so the picture takes on frecuencia estos cuadros parecen abreviaturas de acontecimientos auténticos o imaginados. Todo lo que es transitorio parece validarse. 10 15. U NTI TL E D ( MA N R E G A R D I N G C O U C H ) , 1987. sas de manos (fig. 13), Mordisco (fig. 14) y Mirada, todos de 1992. Aquí la ornamentación, que en otros cuadros dimana de la relación armoniosa entre las figuras, se agranda. Se proyecta sobre una estructura ornamental lineal cubierta de imágenes. La “Línea de la Belleza” de Hogarth, el doble arco, encuentra su eco dondequiera en esta obras. Si comparamos obras como Mordisco (1992) y Sin título (Hombre contemplando un sofá) (1987, fig. 15), vemos que la ornamentación y la tectónica no se excluyen mutuamente. Al contrario, funcionan como dos modalidades de una clara toma de conciencia de la pintura como una estructura de superficie, una conciencia que, como han señalado ya otros críticos, se relaciona con los mejores ejemplos de la pintura “de contornos nítidos”. En este sentido, un cuadro como La princesa Sacajawea cruza el río Snake (1976, fig. 16) es especialmente notable, ya que el fondo a rayas es com- 1 6 . P R I N C E S S S A C A J AW E A C R O S S I N G T H E S N A K E, 1976. tirely in the service of meaning, lending the picture the necessary sharpness. It behaves differently in the extreme border infringements in his most recent portrayals of women, including Handcuffs (1992, ill.13), Bite (1992, ill. 14) and Glance (1992). Here the ornamentation that elsewhere arose from the rapport between the figures is enlarged. It is projected on a picture-covered ornamental linear and surface structure. Hogarth’s “Line of Beauty,” the double arc, is echoed everywhere in these works. If we compare paintings like Bite and Untitled (Man Regarding Couch) (1987, ill. 15), we see that ornamentation and tectonics are not mutually exclusive. On the contrary, they function as two modalities of a highly conscious dealing with the painting as a surface structure, a dealing which— as other critics have already pointed out—is connected with the best examples of Hard Edge Painting. In this respect a picture like Princess Sacajawea Crossing the Snake (1976, ill. 16) is particularly remarkable. For the striped background is comparable in rigidity with the stripe pictures of Kenneth Noland. The extremely humourously placed figure drawing at first glance appears to contradict this rigidity; but viewed more closely it is seen to function as an indicator of the orthogonal spatial directions. It takes in the predominant horizontality of the composition to the same degree that it horizontally crosses it. Thus on the one hand it stabilizes the surface relationships, and on the other stimulates the eye to immediately view the stripe forms as a spatial succession. If the antique definition that something is beautiful “if nothing is added to it and nothing taken away,”1 which was taken up by aesthetics and later art history and applied to the term “picture” as a total structure,2 is completely relevant for today’s representational painting, then it is for the painting of John Wesley. In view of the pencil drawings that precede his works, it quickly becomes clear why that is. They are not sketches which as prima idea first have to run through the process of form-finding. Every line hits with great deliberateness from the very beginning; the number of pentimenti is few. One has the impression that the conception of the picture is already present in the painter’s mind’s eye before he even begins to draw. Wesley has this in common with fellow painter Roy Lichtenstein, who is virtually the same age. parable en su rigidez con los cuadros a rayas de Kenneth Noland. El dibujo de la figura, colocado de una manera sumamente humorística, a primera vista parece contradecir esta rigidez, pero viéndolo bien se comprueba que funciona como un indicador de las direcciones espaciales ortogonales. Asume la horizontalidad predominante de la composición en la misma medida que la atraviesa. Así, por un lado estabiliza las relaciones superficiales y, por otro, estimula la vista para que ésta se enfoque inmediatamente en las formas de rayas como una sucesión de espacios. Si la definición antigua de que algo es bello “si nada se le agrega y nada se le quita”, 1 manejada primero por la estética y luego por la historia del arte y aplicada al término ‘cuadro’ como una estructura total, 2 tiene validez para la In addition, a large part of the drawings are provided with the same frame constantly found in the paintings. The drawings are thus structures like the paintings from the outset. And so it is no surprise that Wesley begins the process of shaping the painting here. He does this with the help of a simple grid system, with the respective grid width directed on the one hand toward the proportions of the picture, and on the other toward the complexity of the things represented. Moreover, he provides individual sheets in their different parts with color names. Thus the drawings form the substrate for both the gouaches and for the canvas paintings developed from them. While in the first phase the coloring may set the important accents, the compositional modifications from pintura representacional de hoy en día, entonces es válida también para la pintura de John Wesley. Tomando en cuenta los dibujos a lápiz que preceden a sus pinturas, pronto nos explicamos el porqué. No son dibujos que, como prima idea, tengan que pasar por el proceso de encontrar la forma. Cada línea se coloca, con gran deliberación, desde el principio, y los pentimenti son pocos. Tenemos la impresión de que la concepción del cuadro está presente ya en la mente del artista desde antes de que comience a dibujar. Wesley tiene esto en común con su compañero Roy Lichtenstein, quien tiene, además, aproximadamente la misma edad. Por otra parte, muchos de los dibujos tienen el mismo tipo de marco que encontramos en las pinturas. Así, los dibu11 jos se encuentran estructurados como las pinturas desde el inicio, y no es de extrañar que Wesley comience aquí el proceso de darle forma a la pintura. Lo realiza utilizando un sencillo sistema de cuadrícula, en que el ancho de la cuadrícula respectiva se adecua, por una parte, a las proporciones del cuadro y, por otra, a la complejidad de las cosas representadas. Por añadidura, provee hojas individuales en sus diversas partes con nombres de colores. Así, los dibujos forman el substrato tanto de los gouaches como de las pinturas sobre lienzo basados en ellos. Mientras que en la primera fase los colores pueden fijar acentos importantes, las modificaciones de composición que ocurren desde el dibujo al gouache y desde el gouache a la pintura sobre lienzo son relativamente escasas, por lo que es lí- cito entender los dibujos como concetti. 18. N I G H T T I TA N I C, 1984. the drawing to the gouache and from the gouache to the panel painting are usually relatively scant. And so one can rightly view the drawings as concetti. Of course as with other artists there are drafts which in the conversion to paintings undergo more or less radical changes, drafts whose execution is rejected in the end. It is surprising, nevertheless—and this confirms the essential value of the drawings in the process of creation—that many gouaches often find their way into the panel paintings years after they were done. Only recently, when we sifted through his chest full of drawings shelf for shelf, could I observe how Wesley put aside this and that gouache to use them for a large-size painting, whatever prompted him to do so. Without question the reasons for modifying the respective drafts in this or that direction are as complex as the totality of the picture. One could devote an entire study to these processes of transformation alone. But if one can say anything after a first going over of the drawings, gouaches and acrylic paintings, it is this: all dynamic processes ultimately aim to confirm the entity “picture” as a quantum discretum of relationships. With the debate held in America in the sixties about non-relational painting in mind,3 one can argue that Wesley—as American as the subjects of his paintings are—stands here in the European tradition. Desde luego, como sucede con otros artistas, existen versiones preliminares que, al convertirse en pinturas, sufren cambios más o menos radicales, versiones cuya ejecución acaba por ser rechazada. Sin embargo, es sorprendente—y esto confirma el valor esencial de los dibujos dentro del proceso de la creación—que muchos gouaches terminen por incorporarse a las pinturas sobre lienzo varios años después de acabados. No fue sino hasta hace poco, cuando escarbábamos en su arcón lleno de dibujos, que me di cuenta cómo Wesley escogía este o aquel gouache para convertirlos luego en pinturas de mayor tamaño, por razones que él sabía. Sin lugar a dudas, las razones que determinaron la modificación de los dibujos en un sentido u otro son tan complejas ly as 1966, Lucy Lippard spoke of an “underlying eroticism”4 in his work. Since then this statement has been quoted repeatedly by critics. Without a doubt it is an integral component of his thematic spectrum, one that has been there from the very beginning and that has become particularly relevant in recent times. I myself made a few remarks at the beginning of this article about the ambiguity with which Wesley surrounds this theme. Indeed, many works can be analyzed in this way. But if I were to review all of the motifs in Wesley’s work that I know of—and there are surely a few hundred—I would have difficulty singling out one thematic focus. What does Ponca City (1969) have in common with Twilight over the Lowlands from the same year, Three Hessian Ensigns Crossing the Delaware with a Load of Pork (1976) with Missouri Compromise (1976, ill. 17), Night Titanic (1984, ill. 18) with White Flowers (1988). The works that are included have such diverse themes that one is hard put to single out any as predominant. Conversely, however, we gain from this an impression that in many ways is paradigmatically connected with the big city life in which Wesley is involved: the picture of the artist as flâneur. The wandering eye of the flâneur gives the same attention to fleeting things as it does to essential ones, grants the banal the same right as the tragic and comic. For the flâneur, the utter boredom of a sunny afternoon on a lake may be of the same interest as the headline of a tabloid or the comic in a thirty-year-old magazine. But he will also, led by the unrest of his eye, be quick to discover a woman’s legs under a miniskirt. From this como la totalidad del cuadro. Se podría dedicar todo un estudio exclusivamente a estos procesos de transformación. Pero si hay una observación que se pueda hacer tras repasar los dibujos, gouaches y pinturas en acrílico, es ésta: todos los procesos dinámicos pretenden, en última instancia, confirmar la entidad “cuadro” como un quantum discretum de relaciones. Dado el contexto del debate en Estados Unidos durante los años sesentas acerca de la pintura “no relacional”, 3 se puede afirmar que Wesley—tan estadounidense como los temas de sus pinturas—ocupa aquí un lugar dentro de la tradición europea. EL OJO ERRANTE: LOS TEMAS DE WESLEY T H E WA N D E R I N G EYE: WESLEY’S THEMES Se ha señalado con frecuencia que la obra de Wesley delata una relación obsesiva con el erotismo. Ya en 1966, Lucy Lippard se refirió al “erotismo subyacente” 4 en la obra del pintor, y 1 7 . M I SS O URI C OM P R OM I S E , 1 9 7 6 . It has continually been pointed out that Wesley’s work reveals an obsessive relationship to eroticism. As ear- 12 desde entonces estas palabras han sido citadas en repetidas ocasiones por los críticos. Sin duda se trata de un componente fundamental de la gama temática de Wesley, un elemento que ha estado presente desde el principio y que ha cobrado especial relevancia en tiempos recientes. Yo mismo hice unos comentarios al principio de este artículo con respecto a la ambigüedad con que el artista trata este tema. De hecho, muchas obras pueden analizarse de esta manera. Pero si yo fuera a revisar todos los motivos en las obras de Wesley que conozco—y hay seguramente centenares de ellas—tendría dificultad en señalar un solo enfoque temático. ¿Qué tiene en común Ponca City (1969) con Atardecer en el bajío, del mismo año, o Tres soldados hessianos cruzando el Delaware con un cargamento de puerco (1976) con El Compromiso de Missouri (1976, fig. 17), o El Titanic de noche (1984, fig. 18) con Flores blancas (1988)? Las obras que sí se incluyen abarcan temas tan diversos que la tarea de resaltar alguno en especial resulta bastante ardua. De modo inverso, sin embargo, por este mismo hecho sacamos una impresión que en muchos sentidos está relacionada con la vida de la gran ciudad que lleva Wesley: la imagen del artista como flâneur. El ojo errante del flâneur dedica la misma atención a las cosas huidizas que a las esenciales, concede a lo banal el mismo peso que a lo trágico y lo cómico. Para el flâneur, el aburrimiento total de una tarde asoleada a orillas de un lago puede suscitar el mismo interés que los titulares de un periódico de nota roja o una historieta cómica en una revista de hace treinta años. Pero, movido por la inquietud de su ojo errante, pronto descubre las piernas de 20. B U MS T E A D I N T H E B AT H , 1991. una mujer debajo de una minifalda. A partir de esta forma de mirada breve pero penetrante, Wesley desarrolló uno de sus cuadros más directos: Al bajar del metro de St. Tropez (1979, fig. 19). El ojo del flâneur no debe coincidir necesariamente con el ojo del voyeur. Pero a veces puede darse una coincidencia inesperada. Con todo lo que sabemos sobre Wesley, el ojo errante no puede sino explicar los factores iniciales que pusieron en movimiento la obra del artista. Lo que surge en ella es siempre el producto de una imaginación proyectiva, a menudo exuberante, cuyos senderos se diversifican claramente, una imaginación que puede asirse con la misma facilidad de un recuerdo del pasado lejano que de una experiencia del momento presente. Pero lo que conocemos y apreciamos como la obra inconfundible de Wesley sólo existe en función del proceso de transformación creadora que genera esa obra. Tomemos el ejemplo de la indígena shoshone llamada Sacajawea (17881884), raptada y obligada a actuar como intérprete con la promesa de restituirla a su tribu, en las Montañas Rocosas. Más tarde acompañó a los pioneros Meriwether Lewis y William near Fort Washake in Wyoming. A bronze statue in Portland, Oregon and another in Bismarck, North Dakota tell her story. All of this is completely missing in Wesley’s painting Princess Sacajawea Crossing the Snake. It is not possible to understand the historical background suggested by the title. But what we sense is a strange fascination that triggers the story, something that has to do with the immense complications that happen voluntarily and involuntarily to that person’s life and that not least occur in the artist’s own life story. But how can one tell such a story without taking recourse to the means of portrayal of genre painting? Wesley’s humourous painting opens on second viewing a not only comic but tragicomic possibility of interpretation. The portrayal of a woman’s body that moves in opposite directions at the same time: a wide-reaching metaphor. We need only think of the children’s song of Jack Frost, the personification of winter. Wesley converts it into a highly complex psychological relationship in which each partner reckons with both injury and sympathy from the other. Clark en su expedición hacia el Oeste, donde dio a luz un hijo mientras atra- 1 9 . G E T T I N G OF F TH E SU B WAY AT S T. T R O P E Z , 1 9 7 9 . form of the brief yet penetrating view, Wesley developed one of his most direct pictures: Getting Off the Subway at St. Tropez (1979, ill. 19). The eye of the flâneur must not necessarily coincide with the eye of the voyeur. But at times an unexpected coincidence may occur. With everything that we know about Wesley, such a wandering eye can only explain the initial reasons that set his work into motion. What emerges from it is always the product of a projective, often exuberant imagination whose paths are clearly diversified. An imagination that can attach itself as easily to a memory from the distant past as to a present experience. But it is only the process of transformation motivating it which creates from the many occasions that which we know and esteem as Wesley’s unmistakable work. All we have to do is think about the Shoshone woman named Sacajawea (1788–1884) who was taken away and promised that she would be able to return to her tribe in the Rocky Mountains if she served as an interpreter. Later she accompanied the pioneers Meriwether Lewis and William Clark on their trip to the West, where she bore a son as they crossed the Rockies. She died vesaban las Rocosas. Murió cerca del fuerte Washake, en Wyoming. Una estatua de bronce en Portland, Oregon y otra en Bismarck, Dakota del Norte son testimonio de sus hazañas. Todo esto falta completamente en la pintura de Wesley intitulada La princesa Sacajawea cruzando el río Snake (1976). Es imposible comprender el fondo histórico sugerido por el título. Pero lo que intuimos es una extraña fascinación con esta historia, algo que tiene que ver con las inmensas complicaciones que ocurren voluntaria e involuntariamente en la vida de esa persona y que suceden con no menor intensidad también en la vida del artista. ¿Pero cómo se puede narrar una historia así sin recurrir a la representación de la pintura de género? La pintura humorística de Wesley, contemplada por segunda vez, admite una interpretación no sólo cómica sino tragicómica. La representación de un cuerpo de mujer que se mueve en direcciones opuestas al mismo tiempo: una metáfora bastante amplia. Pensemos en la canción infantil de Jack Frost, la personificación del invierno. Wesley la convierte en una relación sicológica sumamente compleja en la que cada persona siente que se le hace daño pero también que se le demuestra compasión. I have repeated that Wesley’s means of portrayal are borrowed from comics. This is most definitely the case. 13 He dicho que las técnicas de representación empleadas por Wesley están 2 2 . E D WA R D D E G AS , I N T E R I E U R, 1869-70, O I L O N C A N VA S . 21. B L O N D I E A N D D A G WO O D, 1990. up this character, has entangled him in all the conflicts of any importance in life. These scenarios are, as Ken Johnson rightly points out, “unlike anything you’d ever find in a comic strip.”5 Bumstead in the Bath (1991, ill. 20), for example: a pitiful creature, who, sitting in the bathtub, appears to be pondering the feebleness of his existence. Or Blondie and Dagwood (1990, ill. 21), where the average married couple ends up in a very precarious situation, a furious mixture of comfort and desire, hostility and devotion. To understand the complexity of this portrayal, we must go far back in the history of painting. Only Degas in his painting Interieur (Le Viol) (1869-70, ill. 22), has created a comparable portrayal of such an “inner significance.”6 But Wesley develops the theme from a comic-strip character! As far as the psychological depth of his themes is concerned, Wesley is alone among contemporary painters. Perhaps this is because he is not only committed to his painting, but also to the entire experience that makes up his life. But the skandalon of his painting consists in the fact that he is capable of completely detaching these means from their origin. What originated merely from the economy of production apparatus geared toward mass production and endless perpetuation experiences an unexpected turn in the economy of his works. Suddenly we discover that using this form he is able to address everything of importance in the Western tradition of representational painting: the major themes, of sorrow, love, hate, failure, human malice, self-importance, and of dreams. We need only think of how he brought a harmless comic-strip character, “that archetypal American Everyman, the inept, well-meaning, endlessly frustrated mediocrity Dagwood Bumstead,” back to real life: first in a small series of pictures done in 1973-74, in which the title figure is never present, where the desolate atmosphere, meanwhile, lays bare all the more the unmistakable atmosphere of small-town America. Since then Wesley has continually taken Desde entonces, Wesley ha regresado continuamente a este personaje, enredándolo en todos los conflictos importantes de la vida. Estos escenarios son, como apunta Ken Johnson, “ajenos a todo lo que se puede encontrar en las tiras cómicas”. 5 En Bumstead en el baño (1991, fig. 20), por ejemplo, vemos una desdichada criatura sentada en la tina, aparentemente contemplando la fragilidad de su existencia. En Blondie y Dagwood (1990, fig. 21), esta pareja que constituye el matrimonio típico se encuentra en una situación muy precaria, una mezcla frenética de comodidad y deseo, hostilidad y devoción. Para comprender la complejidad de esta representación, tenemos que retroceder en la historia de la pintura. Sólo Degas, en su obra Interieur (Le Viol) (1869-70, fig. 22) ha logrado comunicar un contenido “de significación interior” 6 comparable. ¡Y Wesley desarrolla el tema a partir de un personaje de historieta cómica! En cuanto a la profundidad sicológica de sus temas, Wesley ocupa un lugar único entre los pintores contemporáneos, tal vez porque se compromete no sólo con su pintura, sino con la experiencia entera que conforma su vida. This essay was first published in the catalog Este ensayo se publicó por primera vez en el John Wesley, Paintings, Gouaches 1961- catálogo John Wesley, Pinturas, Gouaches 1961- 1992, Portikus, Frankfurt; Stedelijk Museum, 1992, Portikus, Frankfurt; Stedelijk Museum, Amsterdam; Kunstverein Ludwigsburg; and Amsterdam; Kunstverein Ludwigsburg; y daad- daad-Galerie, Berlin. Martin Hentschel is the Galerie, Berlín. Martin Hentschel es director del director of the Krefelder Kunstmuseem, where Krefelder Kunstmuseem, donde es curador de he is curating an exhibition of John Wesley’s una exhibición de dibujos de John Wesley que sacadas de las historietas cómicas. Esto drawings that will open on October 30 and iniciará el 30 de octubre y terminará el 29 de es definitivamente cierto. Pero el skan- remain on view through January 29, 2006, enero de 2006, antes de viajar al Kunsthalle Nür- dalon de su pintura consiste en el hecho before traveling to the Kunsthalle Nürnberg, nberg, del 16 de febrery al 23 de abril de 2006. de que es capaz de desgajar estas February 16 through April 23, 2006. Freder- La Galería Fredericks & Freiser, de Nueva York, técnicas totalmente de sus orígenes. Lo icks & Freiser Gallery, New York, will show exhibirá obras de Wesley del 4 de noviembre al que se originó sencillamente en la eco- work by Wesley from November 4 through 23 de diciembre de 2005. nomía de un proceso orientado hacia la December 23, 2005. producción masiva y la perpetuación indefinida experimenta una vuelta ines- NOTAS NOTES perada en la economía de las obras de 1. Aristóteles, Nikomachische Ethik (alemán), 2. Véase Max Imdahl, Giotto: Arenafresken, 1. Aristotle, Nikomachische Ethik (German), Wesley. De repente descubrimos que, B5, 1106 b9. al usar esta forma, es capaz de abordar B5, 1106 b9. todo lo que es fundamental dentro de 2. See Max Imdahl, Giotto: Arenafresken, Iko- la tradición de la pintura representacio- nographie, Ikonologie, Ikonik (Theorie und und Geschichte der Literatur und der Schö- nal de Occidente, los temas de mayor Geschichte der Literatur und der Schönen nen Künste. Bd. 60) Munich 1980, pág. 120, relieve: la tristeza, el amor, el odio, el Künste. Bd. 60) München 1980, p. 120, fracaso, la malicia humana, el egoísmo annotation 46. y los sueños. Un claro ejemplo es cómo 3. Bruce Glaser: Questions to Stella and Judd. infundió nueva vida a aquel personaje In: Art News 65/5, Sept. 1966, p. 55-61. de las tiras cómicas—Dagwood Bums- 4. Lucy R. Lippard, Pop Art. With contributions tead, “el norteamericano arquetípico, by Lawrence Alloway, Nancy Marmer, Nico- el las Calas. London 1966/1985, p. 128. Todohombre, inepto, mediocre, 5. Ken Johnson, “Troubled Toons.” In Art in bienintencionado, siempre frustrado” Ikonographie, Ikonologie, Ikonik (Theorie anotación 46. 3. Judd”, en Art News 65/5, Sept. 1966, pág. 55-61. 4. Lucy R. Lippard, Pop Art. Con colaboraciones de Lawrence Alloway, Nancy Marmer, Nicolas Calas. Londres 1966/1985, pág. 128. 5. Ken Johnson, “Troubled Toons”, en Art in 6. Werner Hofmann, Das irdische Paradies. America, Feb. 1993, p. 76-81. (Ken Johnson). Lo hizo primero en Bruce Glaser: “Questions to Stella and America, Febr. 1993, pág. 76-81. una pequeña serie de cuadros hechos 6. Werner Hofmann, Das irdische Paradies. en 1973-74, en que el personaje del Motive und Ideen des 19. Jahrhunderts. Motive und Ideen des 19. Jahrhunderts. título no está nunca presente, y donde München 1960/74, p. 161. Munich 1960/74, pág. 161. impera la atmósfera desolada de las pequeñas ciudades norteamericanas. 14 rows of birds: the whites of their bodies fill the spaces between the lower birds. Their bodies and the intervening spaces are outlined by the same lines. The vertical shapes are as positive as the shapes of the birds, yet are obviously different spatially. This ambiguity is one of Wesley’s main devices. The blank eyes are also an instance. Two of the paintings have colored flowers or vines encircling pictures, one of which is the Radcliffe Tennis Team, obviously not this year’s. The five girls are schematized and are in black and white. The outlines are always awkward and funny. The girls have no bones, and their empty, awry racquets and outlined clothing form other blank, unlocated spaces. All of Wesley’s paintings are well done. DONALD JUDD John Wesley Si el Arte Pop se define como la duplica- DONALD JUDD ción aparente de una imagen o patrón usados para apelar al gusto popular, cológica fría. Un escudo de armas azul llena el cuadro intitulado Cheep (Pío pío). Este azul, que es siempre el mismo, es ligeramente más azul y más oscuro que el cerúleo. En la parte superior se ven dos aves idénticas de pie, siluetas casi blancas, cada una de las cuales porta un gusano a manera de estandarte. Sus ojos no son más que dobles círculos. Son los padres de las 15 avecitas en el nido o cuenco en la parte inferior. Sus ojos son sólo anillos, como los de Anita la Huerfanita. Juntas forman una compleja silueta blanca formada como por llamas. Están dispuestas en dos filas, todas idénticas, todas con el pico abierto. Las cabezas y los espacios entre ellas trazan formas verticales de C H E E P, 1962. John Wesley los pequeños detalles son humorísticos y extravagantes, una extravagancia si- óvalo, y los picos se tocan, creando dos zigzags horizontales. Hay óvalos azules entre las dos filas superiores: la blancura de los cuerpecitos de las aves If Pop art is defined as the apparent duplication of a picture or pattern popularly used, Wesley’s paintings are Pop art. Roy Lichtenstein’s paintings, by that definition, are the only others consistently Pop. Outside of the methods of concealing the formal and inventive elements within schematic depictions normally without such things, Wesley’s paintings do not resemble Lichtenstein’s, or anyone’s. The number of the paintings, the time necessary to paint them, makes it unlikely that the method was taken from Lichtenstein. Wesley’s paintings, if they are Pop art, are retroactive Pop. Most of the paintings are like, or copies of, the pictures and patterns of blue and white china. Most of the forms are nineteenth-century. The forms selected, the shapes to which they are unobtrusively altered, the order used and the small details are humorous and goofy. This becomes a cool, psychological oddness. A blue escutcheon fills Cheep. This blue, which is always the same, is slightly bluer and darker than cerulean. At the top there are two identical birds statant, nearly white silhouettes, each holding a worm like a banner. Their eyes are just double circles. They are the parents of the fifteen smaller birds in the nest or bowl at the bottom. Their eyes are just empty rings, like Orphan Annie’s. Together they make a complicated white silhouette inflamed. There are two rows of them, all identical, all with bills wide open. The heads and the spaces between them make oval vertical shapes, and touching bills make two horizontal zigzags. There are blue ovals between the top two llena los espacios entre las aves en plano inferior. sus cuerpos y los espacios entre ellos se trazan con las mismas líneas. Las formas verticales son positivas como contornos de ave, y sin embargo claramente diferentes espacialmente. Esta ambigüedad es una de principales técnicas de Wesley. Los ojos en blanco son ejemplares también. Dos de las pinturas tienen flores de color o trepadoras que se enredan alrededor de retratos, uno de los cuales es del Equipo de Tenis de Radcliffe, evidentemente no el de este año. Las cinco muchachas se encuentran esquematizadas y están en blanco y negro. Los contornos son siempre torpes y raros. Las chicas no tienen huesos, y sus raquetas vacías y oblicuas y su ropa perfilada forman otros tantos espacios en blanco, sin ubicar. Todas las pinturas de Wesley están bien rea- The only objection is theoretical, not critical. Wesley’s method, and Lichtenstein’s, is somewhat the same as that of traditional painting; the form is relatively hidden. The guise here is not appearances though, but what some bumpkin made of appearances for some unartistic reason. This is a big difference and is interesting—it is a sort of meta-representation—but (and this unreasonably denies the paintings as they are) the curious quality of Wesley’s work would be better unconcealed, unadjusted and unscaled to anything else. entonces las pinturas de Wesley constituyen Arte Pop. Las pinturas de Roy Lichtenstein, según la definición anterior, vienen siendo la únicas otras que lo son en forma consistente. Excepto por los métodos de ocultar los elementos formales y creativos mediante representaciones esquemáticas que generalmente carecen de tales virtudes, las pinturas de Wesley no se parecen a las de Lichtenstein, ni a las de nadie. A juzgar por la cantidad de pinturas y el tiempo necesario para pintarlas, resulta poco probable que Wesley haya tomado el método de Lichtenstein. Las pinturas lizadas. La única objeción es teórica. El método de Wesley, y el de Lichtenstein, se parecen en algo a la pintura tradicional: la forma en cier ta medida se oculta. Lo notable aquí, sin embargo, no son las apariencias sino lo que cierto patán hizo con las apariencias por alguna razón poco artística. Esta es una gran diferencia y es interesante—una especie de meta-representación—pero (y esto niega irrazonablemente las pinturas tal como son) la calidad única y especial de la obra de Wesley quedaría mejor sin ocultarse, sin ajustarse y sin equipararse con la de nadie más. de Wesley, si constituyen Arte Pop, son Pop retroactivo. La mayoría de ellas se This review was originally published in Arts Esta reseña se publicó originalmente en Arts parecen a, o son copias de, las imáge- Magazine, April, 1963. It was reprinted in Magazine, Abril de 1963. Fue incluida luego en nes y patrones de la loza de porcelana Donald Judd, Complete Writings, 1959-1975, Donald Judd, Complete Writings, 1959-1975, azul y blanca. La mayor parte de las The Press of the Nova Scotia College of Art The Press of the Nova Scotia College of Art and formas son del siglo XIX. Las formas and Design, 1975. Design, 1975. escogidas, las alteraciones sutiles a que se someten, el orden empleado y 15 of March to visit a friend who was a ranger in Big Bend National Park, space and light were very much on my mind. The land and sky did its work though, and after a week of reviving myself in that vast prehistoric landscape—camping, hiking, driving, floating through it—I headed to Marfa on my way back to Midland. I didn’t know Judd or his work then, and while it’s almost impossible to conceive of now (what with the Times running a piece every few months on the place), nobody I knew had heard of Marfa either. But it all sounded interesting and like a possible article, so I wrote ahead and planned to go look around. I dallied on the way, arriving a day late, because I wondered what art could offer me compared to the land. Driving from the south on Highway 90 in the mid-afternoon, the first thing I saw were the concrete boxes in the field and then the Quonset roofs of the artillery sheds. Interesting, I thought, and wondered if I would respond to the work in more than just an intellectual way. Not long after I found myself entering the first shed and seeing the aluminum boxes—each one the same size but different—and looking up to see the yellowed grasses, the concrete boxes, the hovering purple mountains, the amazing sky with its cumulus clouds. I looked back at the boxes, carefully configured, carefully aligned, and I thought, Wow, now I get it. I hadn’t ever seen anything like it. All I knew about Judd’s work before I got there was what I’d seen at the Guggenheim’s Minimalist exhibition in February, where somewhere on the lower floors, one of Judd’s verti- DAPHNE BEAL El espacio DAPHNE BEAL The Space Between Things entre las cosas En todas las ocasiones que he visitado Chinati durante los últimos nueve años (incluyendo tres meses que viví al lado de uno de los almacenes de artillería), se me ocurren dos casos en especial For all the times I’ve visited Chinati over the last nine years (including three months living beside one of the artillery sheds), I can think of two instances in particular where the work changed me. The first was the first time I visited in March of ’96. I was 26 years old and fresh out of a miserable winter in a miserable apartment in New York’s East Village. A dark, ground-floor railroad on an air shaft, it was a touch wider than my bed. On good days, it felt like a ship’s quarters, and on bad days (and there were a number that winter) it felt like the trash-compactor room in Star Wars, with the walls about to crush me between them. I mention all this because when I left for far West Texas at the end cuando la obra produjo un cambio en mí. La primera vez fue mi visita en marzo de 1996. Yo tenía 26 años y acababa de pasar un invierno horrible en Nueva York, en un apartamento en el este de Greenwich Village. Un apartamento tenebroso y deprimente en la planta baja, poquito más ancho que mi cama. En un buen día parecía un camarote en un barco transatlántico; en los días malos (de los cuales hubo bastantes aquel invierno) se asemejaba al cuarto en Guerra de las galaxias donde compactaban basura, donde las paredes estaban a punto de acabar de estrujarme. Hago mención de todo esto porque cuando partí con destino al oeste de Texas en marzo, para visitar a un amigo guardabosques en el Parque Nacional Big Bend, el espacio y la luz dominaban mi pensamiento. Pero la tierra y el cielo hicieron el milagro, y después de una semana de revivirme en aquel vasto paisaje prehistórico—acampando, haciendo caminatas, manejando, flotando por sus aguas—me encaminé a Marfa, de regreso a Midland. En ese entonces no conocía a Judd ni su obra, y aunque eso parece inconcebible ahora (ya que el Times publica algo sobre Marfa varias veces al año), ninguno de mis amigos había oído del lugar tampoco. Pero todo sonaba interesante, y de ahí podía salir un artículo, así que me puse en contacto con la gente de allí e hice planes para descubrir el sitio. Me entretuve un poco y llegué un día tarde, porque me preguntaba qué podía brindarme el arte a comparación de la tierra. Llegando en auto por la Carretera 90 desde el sur a media tarde, lo primero que avisté fueron las cajas de concreto en el campo, y luego los tejados tipo Quonset de los almacenes de artillería. Me pregunté si iba a responder ante las obras más que de una manera puramente intelectual. Poco después, entré al primer almacén, contemplando las cajas de aluminio, cada una del mismo tamaño pero diferente de las demás, y levantando la vista para apreciar el pasto amarillento, las cajas de concreto, las purpúreas montañas que se cernían sobre la escena, el maravilloso cielo con sus nubes aborregadas. Me volteé para escudriñar las cajas, tan cuidadosamente conformadas, y pensé para mí: Caray, ya caigo en la cuenta. Nunca antes había visto nada por el estilo. Lo único que sabía acerca de la obra de Judd antes de llegar era lo que había visto en la exhibición minimalista en el Guggenheim en febrero, donde en algún rincón de uno de los pisos de abajo JA PAN E S E LA DI E S, 1 9 8 4 . se encontraba una obra vertical de aluminio de Judd, entreverado entre otras obras de arte. Dentro de ese contexto, la pieza de Judd me pareció intelectualizada y poco emotiva: en el mejor de los casos, una creación matemática, y en el peor, una obra mezquina. No tenía nada que ver con mi experiencia del mundo. Pero más adelante vi las cajas de aluminio “dialogando con el paisaje”, como Judd mismo había afirmado con tanta razón, y me impresionó la generosidad de la obra. Comprendí que Judd estaba diciendo algo inteligente y algo sabio, y que esa inteligencia y esa sabiduría eran algo no verbal totalmente, algo que sólo se puede apreciar como experiencia visual. Las palabras, aun las de Judd, no pueden más que ilustrar o explicar lo que la obra hace, pero la obra misma es lo único que puede 16 beside them, my sensitivity to space and light and form couldn’t help but deepen. Inevitably too, living at Chinati, Judd himself became a kind of character in my mind. He had only died a little over two years before, “at the height of his powers” as Roberta Smith put it, and his absence was palpable in those early days. At group dinners at the Arena, most people around the table had known him as employer or friend (or some combination of the two). The large Mexican earthenware bowls, the glasses, and cutlery we used had all been chosen by him. People told stories of him, his largerthan-life genius and irascibility. Late in the summer, when I was writing a piece for Metropolis magazine on comunicar completamente su visión. Todo lo demás son conocimientos de segunda mano. Para mí, las palabras siempre lo habían sido todo, y ahora se producía este importante desplazamiento de mi entender, brindando una forma totalmente diferente de percibir el mundo físico a mi alrededor, sin mencionar el arte abstracto o conceptual. Antes de este instante, si faltaba el elemento narrativo (incluso la narración más endeble) yo me sentía despistada. Me gustaba que las ideas se vincularan nítidamente a personajes y argumentos. Nunca supe cómo reaccionar ante el arte que no permitía que se le asociara con una historia. Pero cuando vi las cajas, no solamente las vi como objetos, sino que experimenté la altu- biendo convencido al editor del periódico local, Robert Halpern, de que me diera empleo como reportera, y me hospedé en el viejo estudio de imprenta en Chinati, a unos cuantos pasos del segundo de los almacenes de artillería. Contemplaba las cajas relucientes con la luz del amanecer, derritiéndose a la violenta luz del mediodía, suavizadas en el aura del crepúsculo vespertino, y como agua a la luz de la luna. Habitando al lado de ellas, mi sensibilidad ante el espacio, la luz y la forma no pudo menos que ensancharse. Inevitablemente, también, por vivir yo en Chinati, Judd mismo llegó a ser un personaje en mi cabeza. Había muerto apenas dos años antes, “en su apogeo”, como dijo Roberta Smith, y su ausencia en aquellos días era una cosa palpable. En las cenas en la Arena, mucha gente lo había conocido como su patrón o su amigo (o alguna combinación de los dos). Los grandes tazones de barro mexicanos, los vasos, los cubiertos que utilizábamos, él los había escogido personalmente. La gente contaba historias de su persona, su extraordinaria creatividad y su irascibilidad. Hacia finales del verano, cuando yo escribía un artículo sobre Judd para la revista Metropolis, visité sus habitaciones privadas y me impresionó lo amplio y panorámico de su visión. Lo más impresionante fue el edificio del banco: Judd había eliminado los techos bajos, dejó el mural con ganado, instaló un escritorio Biedermeier con sillas, y en la pared colocó una pintura de Albers. Me puse a examinar las primeras obras de Judd, sus pinturas que evolucionaron paulatinamente en piezas tridimensionales de triplay. En todos Judd, I visited his private dwellings and was struck by how all-encompassing and wide-ranging his vision was. The bank stands out: He’d removed the drop ceilings, left the existing mural of cattle, installed a Biedermeier desk and chairs, and hung a painting by Albers. I looked at Judd’s early work—his paintings slowly becoming three-dimensional and the plywood pieces. There was a bed in every space, a pair of Japanese slippers beside one. I loved the Japanese bath at La Mansana and the purple-leaved plum trees planted for his daughter along the adobe wall in the gravel, the “Navajo room” and a Yayoi Kusama dress draped over a chair. His love of folk art was evident, as was his deep need for privacy. I was way past the initial impression of austerity, and deep into the gruff humanity. ra de los edificios, los espacios entre las formas y luego la tierra y el cielo al exterior. De alguna manera la repetición de las cajas del mismo tamaño, con ligeras alteraciones, producía un efecto de ensalmo. Y el orden aleatorio de las cosas fuera de los edificios parecía elucidarse por su yuxtaposición con el orden inspirado que reinaba en su interior. Cuando regresé a Nueva York, la I returned to Marfa that summer, having convinced the local newspaper’s editor and publisher, Robert Halpern, to take me on as a reporter, and I stayed in the old print studio at Chinati, where my back door opened on to the second artillery shed. I saw the boxes blazing in the early orange light of dawn; melting in the stark, harsh light of midday; softened in the mellow sunset light; and like water in the cool moonlight. Living Volví a Marfa ese mismo verano, ha- B U S S TO P I N D O W N TO W N I C E L A N D , 1 9 84, G O U A C H E O N PA P E R . cal aluminum stacks was tucked into a corner of a room crammed with other art. In that context, the work struck me as hard-headed and hardhearted, at best mathematical, at worst mean-spirited. It had nothing to do with my experience of the world. But then I saw the aluminum boxes— “in dialogue with the landscape,” as Judd so aptly put it—and I was struck by the generosity of the work. I understood Judd was saying something intelligent and wise, and that that wisdom and intelligence was an entirely nonverbal thing: it can only be experienced visually. Words, Judd’s included, can only illustrate or explicate what his work does; only the work itself conveys its vision fully. Everything else is secondhand knowledge. For me, for whom words had always been everything, this was a major shift in understanding, and opened up a whole different way of experiencing the physical world around me, not to mention abstract or conceptual art. Prior to this moment, a lack of narrative (and even the thinnest narrative would do) was baffling to me. I liked ideas to hang their hats on characters and plots. I never knew what to do with art that I couldn’t make a story out of. But when I saw the boxes, I didn’t just see them, the objects, I experienced the height of the buildings, the space all through them, and then the land and sky outside. Somehow the repetition of the same-size boxes, slightly altered, had a kind of incantatory quality. And the random order of things outside the sheds seemed clarified by the inspired order within them. When I returned to New York, architecture, city planning, and large sculptures had a kind of resonance they never had before. Things that I knew of only as buildings, streets, trees, and cars, became forms, and the distance between them space. I had a whole new way of seeing. As I read Judd’s writings, I realized how infuriated he would have been at the exhibiting of his piece (without space) at the Guggenheim. arquitectura, la planificación urbana y las grandes esculturas cobraron una resonancia que nunca antes habían poseído para mí. Las cosas que yo conocía solamente como edificios, calles, árboles y automóviles se convertían en formas, y la distancia entre ellos era el espacio. Estaba viendo con nuevos ojos. Mientras leía los escritos de Judd, me di cuenta de que a él le habría enfurecido la exhibición de su obra (sin espacio) en el Guggenheim. 17 los espacios había una cama, y al lado de una de ellas un par de pantuflas japonesas. Me encantó el baño japonés en La Mansana y los ciruelos de hojas moradas que plantó para su hija a lo largo del muro de adobe, el Salón Navajo y un vestido de Yayoi Kusama doblado sobre un sillón. Su amor por el arte folklórico era evidente, al igual que su profunda necesidad de intimidad. Yo ya había superado la impresión inicial de austeridad y me había zambullido de lleno en su áspera humanidad. Casi dos años después, en 1998, regresé para asistir al simposio “Arte y arquitectura” y para escribir un artículo para Art in America sobre los avances de Chinati. Durante esa visita, le pedí a Rob Weiner, un muy buen amigo mío ya, que me llevara en un recorrido como si yo visitara el lugar por primera In 1998, almost two years later, I returned for the Art and Architecture symposium and to report an article on Chinati’s progress for Art in America. During that visit, I asked Rob Weiner, by then a dear friend, to give me a guided tour as if I were new to it all. He knows the collection better than most people, and I wanted to hear again how pieces came to exist at Chinati: how Kabakov was reminded of his childhood on the Ukrainian steppes; how Oldenburg was taken with the story of the last horse at the army base; how Carl Andre wanted his poetry on display. When we left the office heading down the path between the former barracks, it was a typical sunny, West Texas spring day, with a bit of weather off in the Chinati mountains, more than fifty miles away, but by the time we dashed into the small building with Roni Horn’s graduated copper cylinders, the gray clouds were on top of us and had let loose a torrential rain with lightning and thunder cracking all around us. We waited for a break in the weather, but it only got worse, and so we dashed for the temporary exhibitions building through blowing sheets of water, glad we were in rubber-soled shoes. The sky was so dark it was hard to see the key in the lock. Then we stepped into the building where I saw John Wesley’s work for the first time. I think it must have been the exhilaration of the rainstorm combined with the sheer surprise of the work, but when I looked around and saw Dagwood and the Japanese ladies, the Greek diner women and the frogs and shark, I laughed and laughed. Naughty, playful, beautiful, and filled with the pale blues that were now missing outside, the work filled me with joy. Here, in Marfa of all places, this work! This vision side by side with Judd’s, not at all randomly, but because Judd and Wesley were good friends. I had experienced levity in Judd’s work, and flickers of humor in his vision. But this kind of whimsy mixed with clean, formal beauty and occasionally a kind of inexplicable melancholy, this was another thing altogether. The work was moving in its own right, but also meaningful in this context, illuminating another aspect of Judd’s sensibility. Having seen Wesley’s work since then at his retrospective at P.S.1 and at the Fredericks & Freiser Gallery in NYC, I think there’s something deceptively simple about those crisp lines and limited palettes of just two or three colors at a time. Familiar or almost-familiar characters and images are repeated (like the boxes): the three Japanese ladies, all the same face under a floating wave/cloud of black hair, the frogs, and the bare legs in high heels (at the Reykjavik bus stop). And like the boxes, rather than a kind of leaden quality, the repetition seems to simultaneously clarify and make the image more mysterious (the Japanese ladies’ mask of indeterminate emotion). Each repetition looks a shade different than the one beside it and lends some kind of insight, like hearing the same word sung at three different registers. The images that Wesley repeats don’t feel repetitive. This is, I believe, because the space between the images is also important. It was Rob who said to me that Jack and Don shared an interest in the space between things, and that phrase has stayed with me. In Wesley’s painting, when Jack Frost nips at another man’s nose (a man who looks remarkably like Jack Frost), the mouth curves around the nose, and just a little bit of blue background is visible between nipping mouth and nipped-at nose. The Japanese ladies’ lovely black hair melds into a solid (and ethereal) black entity over their identical faces of black bow lips and pale blue clad shoulders. In the running-man painting and the frogs and shark, the form of space (yes!) between images repeats, and in that repetition of space, it is as vibrant as the objects themselves. Background isn’t the same as foreground but it has equal importance, and this phenomenon of space and form existing in balance and playful tension tweaks your vision while making you laugh. Laugh at what, I always wonder when I find myself smiling at yet another Wesley painting. A wry, wise, silly look at the world combined at times with a tinge of sadness and at other times with an exhilaration. His notice and admiration of things odd and cheerful (as in Aviator’s Daughters with their collection of biplanes around them) and randily mischievous too—exactly where is that lady’s finger going, as the curve of her rump stretches up? Later, when I met Wesley, he told me one of the things he loved about Marfa was “the stillness of it. I was impressed by the pickups going by so slowly, at 25 or 30 miles an hour, the one-finger wave.” It seemed apt given the dynamic stillness of his paintings, which calmly speak of a million possible moments that might have occurred before and after this vez. Él conoce la colección mejor que la mayoría de la gente, y yo quería escuchar nuevamente cómo las obras llegaron a existir en Chinati: cómo Kabakov se acordaba de su infancia en las estepas ucranianas, cómo Oldenburg se había impresionado con la historia del último caballo en la base militar, cómo Carl Andre quería que se exhibiera su poesía. Cuando salimos de la administración, y mientras caminábamos por la senda que pasa entre los antiguos cuarteles generales, era un típico día primaveral en el oeste de Texas: una tormenta lejana amenazaba las montañas Chinati, a casi 100 kilómetros de distancia, pero justo cuando logramos entrar en el pequeño edificio con los cilindros de cobre graduados de Roni Horn, los grises nubarrones nos habían alcanzado y soltaron su lluvia torrencial, haciendo alarde de rayos y centellas. Esperamos que escampara, pero la tormenta sólo arreciaba y corrimos, bajo el diluvio y los fuertes vientos, al edificio de exhibiciones temporales, contentos de estar calzando zapatos de hule. El cielo estaba tan oscuro que apenas divisamos la llave en la cerradura. Luego entramos al edificio, donde vi por primera vez la obra de John Wesley. Creo que debió ser por el efecto eufórico del chaparrón, combinado con la sorpresa que me produjo la obra, pero cuando vi a Dagwood y las damas japonesas, las damas de la cenaduría griega y las ranas y el tiburón, empecé a carcajearme sin tregua. Traviesa, juguetona, hermosa e imbuida de los pálidos tonos de azul que ahora faltan en el cielo, la obra me llenaba de júbilo. Aquí, nada menos que en Marfa, ¡esta obra tan maravillosa! Esta visión al lado de la de Judd, y no por casualidad, sino porque Judd y Wesley eran buenos amigos. Yo había percibido el humor en la obra de Judd, y atisbos de comicidad en su visión, pero este tipo de capricho mezclado con una bellas limpia y formal y de cuando en cuando una inexplicable melancolía, esto era algo totalmente diferente. La obra de Wesley era conmovedor en sí misma, pero en este contexto iluminaba otro aspecto de la sensibilidad de Judd. Después de haber visto la obra posterior de Wesley en su retrospectiva en la Escuela Pública No. 1 y la Galería Fredericks & Freiser en Nueva York, creo que hay algo engañosamente sencillo en esas nítidas líneas y paletas limitadas de sólo dos o tres colores a la vez. Se repiten imágenes familiares o casi familiares (como las cajas): las tres japonesas, todas con la misma cara debajo de una onda/nube flotante de cabello negro, las ranas y las piernas desnudas 18 con zapatos de tacón alto (en la parada de autobús de Reikiavik). Y al igual que ocurre con las cajas, en lugar de producir una monotonía, la repetición parece aclarar la imagen y al mismo tiempo hacerla más misteriosa. Cada repetición cobra un matiz ligeramente distinto del que aparece a su lado, y de alguna manera nos ilumina el entendimiento, como si escucháramos la misma palabra cantada en tres voces distintas. Las imágenes que Wesley repite no parecen repetitivas. Esto se debe, en mi opinión, a que el espacio entre las imágenes también es importante. Rob Weiner fue quien me dijo que Jack y Don compartieron su interés en el espacio que media entre los objetos, y esa frase nunca se me ha olvidado. En la pintura de Wesley, cuando Jack Frost le muerde la nariz a otro hombre (un hombre que se parece bastante a Jack Frost), su boca curva casi rodea la nariz, y sólo se alcanza a ver un poquito del fondo azul entre la boca mordedora y la nariz que será mordida. El hermoso cabello de las damas japonesas se fusiona y se convierte en una entidad sólida (y etérea) sobre sus rostros idénticos, con sus labios negros en forma de moño y sus hombros cubiertos de tela azul. En la pintura del hombre que corre y la de las ranas y el tiburón, la forma del espacio (¡sí!) entre las imágenes se repite y, en esta repetición del espacio, se vuelve tan vibrante como los propios objetos. Fondo no es lo mismo que primer término, pero tiene igual importancia, y este fenómeno del espacio y la forma que existen en equilibrio, dentro de una alegre tensión, pican el interés visual y al mismo tiempo me hacen reír. ¿Reírme de qué?, me pregunto siempre, cuando me sorprendo contemplando con una sonrisa otra pintura de Wesley. De una visión sabia, cómica, irónica del mundo, combinada a veces con una pizca de tristeza, a veces con una emoción vigorizante. Del interés y la admiración que el pintor siente ante las cosas extrañas y risueñas (como en Las hijas del aviador, rodeadas por su colección de aviones bimotores) y también de las cosas traviesamente libidinosas: ¿adónde va, precisamente, el dedo de esa señora, mientras la curva de su trasero se extiende hacia arriba? Más tarde, cuando conocí a Wesley, me dijo que una de las cosas que le habían encantado acerca de Marfa era “la quietud del lugar. Me impresionaron las camionetas pick-up que iban a 25 ó 30 millas por hora, y los saludos con un solo dedo.” Me pareció muy apropiado, dada la quietud de sus pinturas, que hablan con calma de un millón de momentos posibles que tal vez hayan ocurrido o vayan a ocurrir antes o des- brown bear resting his paws on her. “Collected or censored?” he mused good-naturedly.) I like to think of Judd and Wesley together in Marfa, riding around in Judd’s truck with Judd’s German shepherd, Rifle. Wesley told me that Rifle didn’t like tall strangers, but one day the dog leapt into the passenger side only to end up in Wesley’s lap, where he couldn’t do anything to Wesley. On the ride to Alpine, Wesley pulled foxtail thorns from the dog’s paw and they were friendly from then on. It sounds like a Wesley painting. pués del momento actual, presentados aquí con tanta claridad. ¿Cómo se le llama a una obra que es directa y reticente al mismo tiempo? En la obra de Wesley hay una amabilidad muy prudente. Parece estarnos diciendo: ¿No es una tontería ser humano? ¿No es bello y raro y sexy y propio de los animales? ¿Y no es una bendición contar con el arte para hablar de tales cosas? Me encantan también los títulos de Wesley, a veces muy sinceros y descriptivos y otras veces juguetones, cuando parece no tomarse muy en serio, y sin embargo aportan otra dimensión a la obra: Al Capone mofándose de sor?” se preguntó con buen humor.) Me complace pensar en Judd y Wesley juntos en Marfa, paseándose en la camioneta de Judd con el pastor alemán de éste, Rifle. Wesley me confió que a Rifle no le caían bien los extraños altos, pero un día el perro brincó al asiento del pasajero y terminó en el regazo de Wesley, donde no podía hacerle nada. En el trayecto a Alpine, Wesley se dedicó a quitarle al perro las espinas que traía en las patas, y desde entonces fueron buenos amigos. La anécdota es digno de una pintura de Wesley. El chaparrón de aquel día cuando contemplé por primera vez la obra de Wes- la justicia, Camello en ascenso gradual, The rainstorm that day when I saw Wesley’s work for the first time passed as quickly as it arrived, gone Ranas bailarinas y tiburón en acecho, o simplemente Lamento. Ese camello está inclinado: está ascendiendo, ¡cla- ley se fue tan pronto como había llegado. Cuando acabé de ver todas las pinturas, había pasado, dejando el paisaje JACK FROST , 1990. moment presented so clearly here. What do you call work that is forthright and gentle at the same time? There’s a sage kindliness to Wesley’s work. He seems to be saying, Isn’t it silly to be human? Isn’t it lovely and strange and sexy and animalistic? And isn’t it nice that we have art to talk about these things? I love Wesley’s titles, too, which are sometimes straightforward and oftentimes playful, titles where he doesn’t seem to take himself too seriously and yet adds another layer to his work: Al Capone Flouting the Law, Slowly Ascending Camel, Dancing Frogs and Waiting Shark, or simply Sorry. That camel tilted at an angle—in sexy stockings and a garter belt, no less—he’s “ascending.” Of course he is! But is he going up a dune, or is he trying to get to a so-called higher state of being now that he’s really dressed for it? Or maybe Wesley is just having a little fun with us the viewer, not laughing at us, so much as offering a light-hearted alternative to what we think is going on. Maybe that camel just looked better at an angle in that space. It was a revelation to think of these two artists as longtime friends and admirers of one another’s work, to know that Judd got Wesley’s work, that he supported it by writing about it and inviting Wesley to come work for extended periods in Marfa, which he did twice. Judd also hung an exhibition of Wesley’s work in Marfa in 1990. (Wesley told me that the poster for the show in the post office just went missing one day—a line drawing of a naked lady with a by the time I’d looked at all the paintings, and leaving the landscape shiny and dripping outside—a few felled branches, the fields touched green, the silvery dusk light rippling through the last of the clouds. The West Texas weather once again had had its way with us, drenching us to the skin, and we walked leisurely toward the sheds, usually the first stop on a tour, but last this time. We passed on the way the decrepit building where the Wesley Gallery would one day be, not far from the sheds but with a good space between them, an arrangement that even then seemed so evidently right. ro! ¿Adónde va? ¿Sube una escarpada duna? ¿O nada más se está divirtiendo Wesley con nosotros los observadores, no riéndose de nosotros tanto como ofreciendo una alegre alternativa a lo que pensamos que está ocurriendo? Tal vez ese camello simplemente se veía mejor inclinado. Fue una revelación pensar en estos dos artistas como viejos amigos y admiradores mutuos, saber que Judd adquirió obras de Wesley y que apoyaba esta obra reseñándola e invitando al artista a trabajar durante extensos periodos en Marfa, lo que sucedió en dos ocasiones. Judd exhibió la obra de Wesley en Marfa también en reluciente y goteante—unas cuantas ramas de árbol arrancadas, el campo reverdecido, la argentina luz crepuscular reverberante entre las nubes de la retaguardia. El clima del oeste de Texas otra vez había logrado imponérsenos, empapándonos hasta los tuétanos, y nos encaminamos con detenimiento hacia los almacenes de artillería, usualmente la primera parada en un recorrido de Chinati, pero esta vez la última. Pasamos por el destartalado edificio donde más adelante estaría la Galería Wesley, no lejos de los almacenes, pero con un buen espacio que los separaba, una disposición que aun en aquel momento parecía totalmente adecuada. 1990. (Wesley me dijo que el poster que anunciaba, en la oficina de co- Daphne Beal lives and works in New York. rreos, esta exhibición—un dibujo de Her writing has been featured in The Believer, Sus publicaciones han aparecido en The Believer, una desnuda con un oso descansando Vogue, and McSweeney’s. Vogue y McSweeney’s. sus patas sobre ella—desapareció de repente un día. “¿Coleccionista o cen19 Daphne Beal vive y trabaja en Nueva York. senses, as wealthy Marfans tend to devour property, setting up fiefdoms as Donald Judd did (even the altruistic Lannan Foundation can’t resist buying up a whole neighborhood); and old friends tend to stop speaking and start feuding with one another, as Judd also did. Living in our gorgeous Lannan house, one of the loneliest periods of my adult life, I kept hearing story after story of friendships gone bad over envy or property or something utterly obscure. Marfa is a good place for art, but it is an exhausting place for social intercourse. Judd himself fought with a great many of the patrons, peers and city officials he had dealings with (he wasn’t even on speaking terms with Dan Flavin at the time of his death): SEAN WILSEY El Marfa de Wesley Marfa es caluroso, hermoso, solitario, arrobador, aislante e inspirador. Pero en la hermosa casa de Lannan, uno de los periodos más solitarios de mi vida adulta, escuché en repetidas ocasiones historias de amistades malogradas por cuestiones de envidia o los derechos de propiedad de los terrenos, u otro asunto sin importancia. Marfa es un buen lugar para el arte, pero es un lugar poco propicio para las relaciones sociales. Judd mismo lidió con muchos de los patrocinadores, vecinos y funcionarios del municipio con quienes mantenía relaciones (incluso en el momento de su muerte, cuando no se llevaba nada bien con Dan Flavin). La excepción notable es John Wesley. En 1985, cuando Marfa llevaba una existencia de 37,960 días, la Prensa B ’S S TA I R , 1973, G O U A C H E O N PA P E R . ahora—con la llegada de John Wes- sí, como también lo hizo Judd. Viviendo with the notable exception of John Wesley. ley—se agrega algo nuevo: el primer SEAN WILSEY barrunto de afabilidad cordial. tomo con 1025 páginas que compré He visitado este pueblo más de una Wesley’s Marfa In 1985, when Marfa had been in existence for 37,960 days, Nortex Press published a 1,025-page History Of Marfa And Presidio County, which I bought while living there. If you read it (set aside some time) you will see that Marfa’s history is that of dominion: of men fighting each other and fighting the land, of charismatic egomaniacs, of fiefdoms and fortunes and dynasties and death. To quote a random description of two ranchers, on page 281, Volume I: “It is a temptation to romanticize the feudal life styles of both Ben Leaton and Milton Faver. In reality…each man was a law unto himself and carried out his own concept of justice. Highly individualistic and autocratic, neither man provided for the future…. With docena de veces durante los últimos nueve años, y mi esposa Daphne Beal y yo residimos allí durante cuatro meses subsidiados por la Fundación Marfa is hot, beautiful, lonesome, rapturous, isolating and inspiring. But now—with the arrival of John Wesley—comes something new: the first touch of warmth. I’ve visited the town half a dozen times over the past nine years, and my wife Daphne Beal and I lived there for four months on a Lannan residency. Sometimes, beneath a surface of courtesy, we found a flinty, cold pride in the people of Marfa— climactically appropriate, and distinct from the scalding friendliness of East Texas. We also found a grandiloquent, feudal quality. Feudal in two Nortex publicó una Historia de Marfa y del Condado de Presidio, un abultado Lannan. De vez en cuando, por debajo de una superficial cortesía, nos hemos topado con un orgullo pétreo y frío en la gente de Marfa—apropiado por el clima del lugar, y diferente de la efusiva amabilidad de los tejanos del este. También encontramos en esta gente una cualidad elegante, feudal. Feudal en dos sentidos, ya que los marfeños adinerados tienden a devorar la tierra, creando feudos como lo había hecho Donald Judd (hasta la altruista fundación Lannan no puede resistir la tentación de adquirir todo un vecindario); y los viejos amigos tienden a dejar de hablarse y comenzar a pelear entre 20 mientras vivía allí. Si usted la lee (dedíquele tiempo suficiente), verá que la historia de Marfa es la historia del dominio, de hombres que combatían entre sí y combatían la tierra, de egoístas carismáticos, de feudos y fortunas y dinastías y muerte. Citemos al azar la descripción de dos rancheros, en la página 281 del primer tomo: “Es una tentación idealizar la vida feudal tanto de Ben Leaton como de Milton Faver. En realidad, ambos hombres imponían su propia ley y hacían valer su propio concepto de la justicia. Sumamente individualistas y autocráticos, ninguno de los dos hizo planes para el futuro… A su muerte, ninguno de sus herederos pudo retener la fortuna de su respectiva familia. A la tercera generación, ambas familias se habían venido a menos.” their deaths none of their heirs was able to hold onto the family fortunes. By the third generation both families had lost out completely.” Marfa’s is not a history of camaraderie. thanks to the Chinati Foundation, this conversation (the kind of conversation I imagine Judd and Wesley having) is available to each and every Marfan (even the flinty, cold, feudal ones). What a welcome break with all the precedents in the town’s short history! What a hopeful, generous, inspired piece of curating. When Donald Judd died, the Chinati Foundation was left with $400. Seemingly he did not provide for the future. But Chinati has managed to avoid what looked like an inevitable—Marfan—fate. It flourishes against all odds. Why? Because he also left it with friends. Chinati, contrary to the town gossip, is run by passionate people who love what they do, and do it for love. An equally unfounded La historia de Marfa no se caracteriza por la camaradería. John Wesley, neoyorquino hasta el día de hoy, disfrutó sus viajes a Marfa, realizó buenas obras allí, gozó sus visitas con Don Judd, su amigo entrañable, grandilocuente y genial. El pintor acudía al extremo oeste de Texas no por ambicioso, sino por amistad. Desde luego, la obra de Wesley es tan bienhumorada y personal y tan poco específica de un lugar en especial que, si no supiéramos que era amigo íntimo de Judd, nos preguntaríamos por qué diablos se encuentra en Marfa. Por ejemplo: Un desnudo de Utamaro contempla plácidamente…un Dagwood Bumstead desnudo, hecho un ovillo en el sofá, dándonos la espalda, llorando, feños (incluso los de constitución pétrea, fría y feudal). ¡Qué alivio, dados los antecedentes históricos del lugar! Qué ejemplo tan preclaro y generoso, inspirado de la curaduría. Cuando se murió Donald Judd, dejó a la Fundación Chinati con la suma de 400 dólares. Al parecer, no hizo previsiones para el futuro. Pero Chinati ha podido evitar lo que parecía un destino inevitable en Marfa. En contra de todas las probabilidades, Chinati prospera. ¿Por qué? Porque Judd también dejó amigos. Chinati, a pesar de los chismes del pueblo, es administrado por personas apasionadas, entregadas en cuerpo y alma a su trabajo. Un lugar común en el mundo del arte, igualmente infundado, W O W ! O O P S ! O H B O Y ! , 1999. U TA MA R O N U D E , B U MS T E A D N U D E , 2003. John Wesley, a New Yorker to this day, enjoyed his trips to Marfa, did good work there, and loved visiting with his dear, grandiloquent, geniusof-a-friend, Don Judd. The painter came to Far West Texas not out of ambition, but out of fellowship. Of course, Wesley’s work is so good natured and personal and non-site specific that, not knowing of his and Judd’s friendship, you might wonder what it’s even doing in Marfa. For example: A classical Utamaro ción que me imagino sostenían Wesley y Judd) está al alcance de todos los mar- nude placidly regards…a nude Dagwood Bumstead, curled on a sofa, his back to us, crying, I imagine. A lonely staircase—Bumstead’s again—promises to bring us someone we love, or take us to them. A seagull, despite having dropped his fish, is soaring triumphantly above a Hokusai wave—the title: Wow! Oops! Oh Boy! In Wesley’s hands the world is elegant, strange, sad, beautiful and ridiculous. I can look and look and look at his work. And any curator would agree that a John Wesley painting does not require an aircraft hangar for its display, and is not “in dialogue” with the clarifying Marfa landscape. The genius of Wesley’s work is that it carries on a very intimate conversation with whoever is lucky enough to be looking at it. To do this it only requires a roof over its head. And now, art world cliché has it that Judd’s work is austere and intellectual. Both the gossip and the cliché miss the underlying humor and large-heartedness of the man and the museum that is his legacy. I’ve always felt like the most natural reaction to Chinati’s two armories full of aluminum Judd boxes is awe followed by mirth. Now the museum has given us a gallery devoted to the most generous and intimate of artists, for the simple, beautiful reason that Wesley and Judd were great artists and dear friends. When you step into the John Wesley Gallery your heart will fill and you will experience mirth, then awe. Hooray! supongo. Una escalera solitaria—nuevamente la de Bumstead—promete traernos a alguien que amamos, o transportarnos adonde está esa persona. Una gaviota, a pesar de que se le ha caído el pez, remonta el vuelo con aire triunfal, sobre una ola de Hokusai: el título es “¡Wow! ¡Ay! ¡Vaya!” En manos de Wesley el mundo es elegante, extraño, triste, hermoso y ridículo. Puedo pasar horas y horas contemplando su obra. Y cualquier curador de museo estaría de acuerdo que una pintura de John Wesley no requiere de un hangar para su exhibición y no está en diálogo clarificador con el paisaje de Marfa. Lo genial de la obra de Wesley es que mantiene una conversación muy íntima es que la obra de Judd es austera e intelectual. Tanto los chismes como el lugar común dejan pasar inadvertida el humor subyacente y la munificencia del hombre y del museo que es su legado. Siempre he creído que la reacción más natural ante los dos almacenes llenos de cajas de aluminio en Chinati es el temor reverencial, seguido del júbilo. Ahora el museo nos ha regalado una galería dedicada al más generoso e íntimo de los artistas, por la simple y hermosa razón de que Wesley y Judd eran grandes artistas y grandes amigos. Al entrar en la Galería John Wesley, usted sentirá dos emociones plenas: primero el júbilo, y luego el temor reverencial. ¡Bravo! con cualquiera que tenga la suerte de contemplarla. Para lograr esto lo único Sean Wilsey is the author of Oh The Glory of it Sean Wilsey es autor de Oh the Glory of It All, que le hace falta es estar bajo techo. Y All, published by The Penguin Press. publicado por The Penguin Press. ahora, gracias a la Fundación Chinati, esta conversación (el tipo de conversa21 Ken Price: was extremely interested in trying to maintain the historical presence of structures in the area, as you see at Chinati. Although this plan never materialized, the desire to have Ken come to West Texas, and for his beguiling work to be seen in this context, has been on our minds for some time. We are delighted to finally have the chance to welcome him and to share with Chinati’s audience his singular artistic vision. Ken Price was born in Los Angeles in 1935. He received his BFA from the University of Southern California (USC). At around the same time he studied ceramics with Peter Voulkos at the Otis Art Institute, while also pursuing drawing and watercolors at Chouinard. In 1959 he received his MFA from Alfred University, which was one of the oldest ceramic studio courses in the country. Early on, Price exhibited along with important friends and artistic associates at the influential Ferus Gallery in California. He has shown regularly since then, including museum exhibitions at the Menil Collection, the Whitney Museum of American Art, the Los Angeles County Museum of Art (LACMA), and the Walker Art Center. Ken’s pots, eggs, cups, vessels, geometric constructions, all of which is to say his sculptures, have been a source of fascination for over 45 years. Roberta Smith, writing for The New York Times, said, “Not many artists start out good, get better, and remain pertinent. Stuart Davis and Phillip Guston are among the few, and so is Ken Price.” Peter Schjeldahl in Art Issues said of Price’s originality, “It’s as if he crossed a bridge, and burned it, and then burned the river. You can’t assess where he’s gotten to because you can’t conceive of where he’s started. His use of the ceramic vessel, for instance, doesn’t so much take off from the form’s history, as teach that history to mean something novel.” It’s an honor to introduce Ken Price. una charla Ken Price: a Talk with Slides con diapositivas Una charla ofrecida por Ken Price en la ocasión de su exhibición Esculturas y Dibuyos de Ken Price 1994–2004 en la Fundación Chinati, Marfa, Texas, en octubre de 2004. A talk given by Ken Price at the opening of his exhibition, Ken Price Sculpture and Drawings ROB WEINER: 1994–2004, at the Chinati Foundation, Marfa, Fundación Chinati. Yo soy Rob Weiner, Texas, in October 2004. Director Asociado de Chinati. Antes de Bienvenidos todos a la comenzar, quisiera agradecer de maROB W E I N E R : Welcome to Chinati. My name is Rob Weiner, I’m Chinati’s associate director. Before we start I’d like to thank Tim and Lynn Crowley for creating this very beautiful theater that we can use for this event. Early in the 1970s, Ken Price began work on a single, monumental project that, unbeknownst to him at the time, would be his sole occupation for the next six years. Conceptual art, a large-scale installation, entirely handmade (painstakingly so), the work was called Happy’s Curios, and you’re sure to hear more about it from Ken. This work broke all the rules, and nearly left Ken and Happy, his wife, broke too. The piece included display units and hundreds of handmade plates, cups, curios, and bowls, whose forms and images were derived from Mexican tourist pottery and Day of the Dead-type shrines. Ultimately, it was too large to fit into a traditional museum context and had to be split up. Individual units from Happy’s Curios are now in the permanent collections of the Chicago Art Institute, The Museum of Contemporary Art L o s A n g e les (MOCA), the Seattle Art Institute, and other pieces have been dispersed throughout the world. In creating the Chinati Foundation, Donald Judd was known to break a few rules himself. After establishing the original profile for the permanent collection, spaces and sites in and around Marfa continued to stir his curatorial ambitions. In his first published statement for the Chinati Foundation, Judd referred to plans that were both concrete, and others that were more like artistic dreams for the area. One of these, he wrote in 1986, was to invite Ken Price to come to Marfa to create a work for an abandoned adobe church in Ruidosa near the Mexican border. This was a crumbling church that was in dire need of restoration and Judd nera especial a Tim y Lynn Crowley por haber creado este teatro tan mágico y hermoso que estamos utilizando para este evento. A raíz de 1970, Ken Price comenzó a trabajar en un solo proyecto monumental que, aunque él no lo supiera en ese momento, constituiría su única labor durante los próximos seis años. Una instalación manifestación del de gran Arte tamaño, Conceptual, hecha completamente a mano y con muchísimo esmero, recibió el nombre Happy’s Curios (Las curiosidades de Happy), y seguramente Ken les tiene mucho que decir al respecto. Esta obra rompió todas las reglas, y por poco deja en la miseria a Ken y a Happy, su esposa. La pieza incluía unidades de exhibición y cientos de platos, tazas, curiosidades y tazones hechos a mano, cuyas formas e imágenes se derivaban de la alfarería mexicana para turistas y los altares que se asocian con el Día de los Muertos. Una vez terminada, era demasiado grande para caber en un contexto tradicional de museo, y tuvo que ser dividida en partes. Unidades individuales de Happy’s Curios se encuentran actualmente en las colecciones permanentes del Instituto de Arte de Chicago, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles y el Instituto de Arte de Seattle, y otras piezas se hallan dispersas por todo el mundo. de la frontera con México. La iglesia estaba en muy mal estado y necesitaba una renovación completa. Judd tenía mucho interés en tratar de mantener la presencia histórica de las estructuras del área de Marfa, como se aprecia en Chinati. Aunque este plan nunca se hizo realidad, el deseo de que Ken viniera al oeste de Texas y que su obra se exhibiera en este contexto nos ha fascinado desde hace mucho tiempo. Nos da muchísimo gusto tenerlo por fin aquí con nosotros y darle la bienvenida, para que comparta con este público de Chinati su singular visión artística. Ken Price nació en Los Angeles en 1935. Obtuvo su Licenciatura en Bellas Artes de la Universidad Estatal de California. En la misma época estudió cerámica con Peter Voulkos en el Instituto de Arte Otis, mientras se dedicaba al dibujo y a la acuarela en el Chouinard. En 1959 obtuvo su Maestría en Bellas Artes de la Universidad Alfred, que ofrecía uno de los programas de cerámica más antiguos del país. Desde el principio, Price exhibió sus obras junto con amigos importantes y colegas artísticos de la influyente Galería Ferus en California. Desde entonces ha exhibido con regularidad en la Colección Menil, el Whitney, el Museo del Condado de Los Angeles y el Centro de Arte Walker. Las ollas, huevos, tazas, vasijas y construcciones geométricas de Ken, es decir, sus esculturas, nos han embelesado durante más de 45 años. Roberta Smith, en el New York Times, escribió: “Pocos artistas empiezan bien, siguen mejor, y conservan su influencia. Stuart Davis y Phillip Guston están entre los pocos que lo han conseguido, y junto con ellos, Ken Price.” Peter Scheldahl, en Art Issues, comentó la originalidad de Price: “Es como si hubiera cruzado un puente, lo hubiera quemado y luego hubiera quemado el río. No se puede evaluar adónde ha llegado porque no se puede concebir desde dónde comenzó. Su manejo de la vasija de cerámica, por ejemplo, no parte en realidad de la historia de esta forma, sino que más bien enseña esa historia para infundirle un nuevo Al crear la Fundación Chinati, Donald Thank you. Before I start with the slides, I’d like to thank Chinati for having this show. Especially Rob and Marianne and everybody else who worked on it—Francesca and a lot of people whose names I don’t know, thank you very much. Also I’d like to thank Don Judd for liking my work and including me in his plans. And I’d like to thank all my friends and family for coming all the way down here…thanks. As far back as I can remember, I always wanted to be an artist. Even when I was a kid I would make drawKEN PRICE: Judd también rompió algunas reglas. Luego de trazar el perfil original de la colección permanente, Judd siguió interesándose, como curador de museo, en varios espacios y sitios en Marfa y el área circundante. En su primera declaración publicada acerca de la Fundación Chinati, Judd se refirió a algunos planes concretos y otros que más bien parecían sueños artísticos para la zona. Uno de éstos últimos, escribió Judd en 1986, consistía precisamente en invitar a Ken Price a visitar Marfa para crear una obra en una iglesia de adobe abandonada en Ruidosa, cerca 22 significado.” Es un honora presentarles a Ken Price. KEN PRICE: Gracias, gracias. Antes de enseñarles las diapositivas, quisiera agradecer a Chinati el haber organizado esta exhibición. Sobre todo a Rob y Marianne y a todos los demás que trabajaron en ello, Francesca, y muchas personas cuyos nombres desconozco. Muchas gracias. También quiero agradecerle a Donald Judd el que le haya gustado mi obra y el haberme incluido dentro de sus planes. Agradezco asimismo a todos mis amigos y ings and little books, and cartoons, and build forts, and all kinds of stuff. I don’t know where that urge to make things came from. I could have been born with it, or it could have very easily been some kind of psychological thing that happened when I was a kid. But I know I’m working from some kind of inner need to make the work. Some kind of a calling which would make me what Ad Reinhardt referred to as a “Call Artist.” (laughter) My primary satisfaction comes from making the work, and my idea of success is getting it to look right. So if it looks right, if it has some kind of presence or energy, or comes alive, or has magic—those are all visual things, and it’s very hard to translate those into words. don’t think there is one correct interpretation of it necessarily. The way to understand my work is to experience it physically. And for me it’s like this deeply personal, subjective, private activity. I’m not trying to get critical distance. I want to get inside it as far as I can, and deal with the internal logic of the work itself. Here I am in 1955, at USC with my wares (ill. 1). Like Rob said, I was born and raised in L.A. I went all through school there including Chouinard and Otis and USC, and finally ended up, in 1957, doing a year of grad work with Peter Voulkos. This is Voulkos in ‘57 (ill. 2). For anybody who doesn’t know who he was, he’s the hero of American ceramics. He’s the guy who essentially liberated the a mi familia, que han acudido en esta ocasión. Gracias. Desde que tengo uso de razón, he querido ser artista. Incluso de niño hacía dibujos y libritos, caricaturas, y construía pequeñas fortalezas y todo tipo de cosas. No sé de dónde provenga ese impulso para crear cosas. Tal vez haya nacido en mí, o quizá se trate de un fenómeno sicológico ocurrido durante mi niñez. Pero lo cierto es que mi obra responde a una necesidad interior. Una especie de llamado, lo que justificaría que Ad Reinhardt me haya calificado de “artista llamativo.” (risas) Mi satisfacción primaria nace de la elaboración de la obra, y mi concepto del éxito consiste en conseguir que ésta se vea lograda. Si se ve lograda, si tiene alguna presencia o energía, o si cobra vida lo que yo diga puede mejorar su apariencia. Por otra parte, no soy experto en la importancia que pueda tener mi obra. Mi interpretación de ella podría estar equivocada. No creo que exista necesariamente una sola interpretación correcta. Hay que comprender mi obra mediante la experiencia física. Y para mí, ésta es una actividad profundamente personal, subjetiva y privada. Mi intento no es lograr la suficiente distancia crítica, sino meterme por dentro, lo más que pueda, y relacionarme con la lógica interna de la obra misma. En esta diapositiva estoy en la Universidad Estatal de California en 1955, con mis obras y materiales artísticos. Como dijo Rob, nací y me crié en Los Angeles. Hice toda mi escuela allí, incluyendo el Instituto de Arte Chouinard, el Otis y la 3 1 7 6 5 4 2 Recently I taught at USC for about ten years, and lots of visiting artists came to give presentations of their work. They would dissect and analyze the work, and place it in different contexts: social, philosophical, art-historical. And then they’d tell you how they did their research, and subjected their work to some formal analysis. Well, before they were even finished about half the audience had sneaked out. And those of us who had to remain were wondering: how much rational explanation can one absorb and still have any faith in the work? So fortunately for us, I can’t do any of that. (laughter) I can’t prove my art’s any good, or that it means what I say it means. And nothing I say can improve the way it looks. Also, I’m not an expert on the significance of my work. My interpretation of it could be wrong. I medium from the craft hierarchy that was controlling it up to that time. The way he taught was just to come into the studio and he approached making work by a method I call “direct frontal onslaught.” We were a small group of very committed students. Some people thought they were pretty good before they got there, but when we saw him, he just blew our minds. This is a short talk, and so I can’t go too deeply into it, but he was so far ahead of us, it was just ridiculous. Anyway, I learned to work from watching him. I just found this slide (ill. 3). This is a studio I had in 1957 in Ocean Park for a while. This painter friend of mine, Charles Emerson, was up in the front painting, and I was in the back making this stuff. We were there for about two months when the fire department came and kicked us propia o tiene magia—todos éstos son aspectos visuales, y resulta muy difícil traducirlos en palabras. Hace poco yo enseñé en la Universidad Estatal de California, donde muchos artistas visitantes venían a hacer presentaciones de sus obras. Las analizaban minuciosamente, colocándolas en diversos contextos: social, filosófico, histórico. Luego explicaban cómo realizaban su investigación, y sometían sus obras a algún tipo de análisis formal. Bueno, pues antes de acabar sus ponencias, la mitad del público se había escapado, con disimulo. Y los demás, lo que teníamos obligación de quedarnos, nos preguntábamos: ¿Hasta qué punto puede uno digerir tanto racionalismo y todavía conser var su fe en la obra? Así que por fortuna no voy a hacer nada de eso ahora. (risas) No puedo probar que mi arte sea bueno, ni que significa lo que yo quiero que signifique. Y nada de 23 universidad, y en 1957 hice un año de posgrado con Peter Voulkos. Aquí está Voulkos en 1957. Es el héroe de la cerámica en Estados Unidos. El es quien liberó a la cerámica de la jerarquía artística y artesanal que la había controlado hasta entonces. Su manera de enseñar consistía simplemente en entrar al estudio y abocarse a su labor siguiendo un método que yo llamo “ataque frontal directo”. Éramos un grupito de alumnos muy comprometidos. Algunos creían ser buenos ceramistas antes de llegar, pero cuando vimos a Voulkos, nos anonadó. Esta presentación es breve, y no puedo entrar en mucho detalle, pero digamos que él estaba tan avanzando en comparación con nosotros que era ridículo. Aprendí a trabajar observándolo a él. Acabo de encontrar esta diapositiva. Este es un estudio que yo tuve por un tiempo en Ocean Park en 1957. Un out, which was fine with us actually; you can almost see the roaches in this photograph here. (laughter) In ’58 I went to Alfred to try to develop some low-fire, brightly colored glazes, but also to try to get away from the influence of Voulkos, which was very strong on me (ill. 4). (I still see some Voulkos influence in this piece.) I did manage to develop these brightly colored glazes by reinventing the lead glaze. And if that wasn’t bad enough actually, down in the basement, in a storeroom, I found a whole mason jar full of uranium oxide. Which, yeah, in those days you were supposed to turn right over to the government. But I made this lead uranium glaze instead. That’s a little bit of it right there, that orange (ill. 5). When I left, I put all the rest of it on this piece. Here’s my first show at the Ferus Gallery in 1960 (ill. 6). This is kind of a bad slide, but it gives you a general idea of the work. This is the last sculpture that I glazed completely. I was already trying to make other things. When I grew up, sculpture wasn’t supposed to be colored. It was supposed to reflect the inherent material it was made out of. It was called “truth in materials.” Like, you know, wood and steel. But to me, a lot of that work looked really unnatural, like it was bleached out or something. Not that this looks so natural either. But this was an attempt to try using different materials to make the work look like it was made out of pure color. This is a combination of automotive enamel and glaze. This is from ’61 too and is owned by LACMA (ill. 7). In around ’62 they sent it out on a multi-museum, country-wide tour that included of a lot of works that they owned. This is one of the few that actually made it back; almost everything else was destroyed. This thing was all nicked up, the pockets were full of cigarette butts, and the stand was com- pletely gone. This is out in back of the Ferus Gallery in ‘62 (ill.8). That’s Larry Bell on the left there, and Irving Blum looking at the shirts. That’s me seated there smoking. Everybody’s smoking. There’s Billy Al Bengston, and John Altoon on the right. When I started out in L.A. in the late fifties there was no art scene at all really. I mean there was an art scene in New York, but there wasn’t one in L.A. There were hardly any galleries. The museum was downtown and it didn’t endorse contemporary art. And there were only about three viable art publications. The local newspaper critics didn’t like us at all. There weren’t any collectors, really very few. We made few sales, and for little money when we made them. But the people I knew were totally committed. And so was I. I was confused about a lot of things at that time, but not about being an artist. I knew that’s what I had to be. And then later, around the mid-sixties, the whole scene cooked up: galleries, museums, foundations, art schools, pintor amigo mío, Charles Emerson, pintaba en el frente del estudio y yo trabajaba en la parte de atrás, haciendo estas cosas. Llevábamos unos dos meses así cuando llegó el departamento de bomberos y nos echó. No nos disgustó en lo absoluto; casi se pueden ver las cucarachas en esta foto (risas). En 1958 ingresé en la Universidad Alfred para aprender a manejar unos glaseados de fuego lento y colores vivos, pero también para librarme de la fuerte influencia de Voulkos. (Todavía percibo cierta influencia de Voulkos es esta pieza.) Por fin logré elaborar estos glaseados reinventando el glaseado de plomo. Y para colmo de males encontré en el sótano un frasco lleno de óxido de uranio. Y claro, en aquel tiempo uno debía entregárselo inmediatamente al gobierno. En cambio, yo hice este glaseado de uranio. Aquí se ve un poquito de él, esto anaranjado. Cuando me fui, puse todo el resto en esta pieza. Ésta es mi primera exhibición en la Galería Ferus en 1960. La diapositiva se ve algo borrosa, pero da una idea general de la obra. Es la última escultura mía 9 pocas que llegaron de regreso, ya que casi todo quedó destruido. Esta obra vino todo dañada, las bolsas estaban llenas de colillas de cigarrillo, y faltaba el pedestal. Esta diapositiva está tomada detrás de la Galería Ferus en 1962. A la izquierda está Larry Bell, y Irving Blum está viendo las camisas. Aquí estoy yo sentado, fumando. Todos estamos fumando. Aquí está Billy Al Bengston, y John Altoon a la derecha. Cuando comencé a trabajar en Los Angeles a finales de los años cincuenta, no había en realidad “movida” artística. En Nueva York sí, había un mundo artístico, pero en Los Angeles no. No había apenas galerías. El museo estaba en el centro de la ciudad y no exhibía arte contemporáneo. Y no había más 10 completamente glaseada. Ya estaba intentando hacer otras cosas. Durante que unas tres publicaciones sobre arte que valieran la pena. Los críticos del mi juventud la escultura no debía ser periódico local no nos podían ver ni a color. Debía reflejar la naturaleza en pintura. No había casi coleccionis- inherente del material del cual estaba tas, muy pocos realmente. Vendíamos hecha. Eso se llamaba “la verdad en poquísimo, y a precios irrisorios. Pero los materiales”. Ustedes saben, como la gente que yo conocía estaba total- la madera y el acero. Pero para mí, mente comprometida. Yo también. En muchas de esas obras parecían poco esa época me sentía confundido por naturales, como blanqueados o algo muchas cosas, pero no en cuanto a ser por el estilo. Dirán que esto no se ve tan artista. Sabía que ése era mi destino. natural tampoco, pero fue un esfuerzo Y posteriormente, a mediados de los por utilizar diversos materiales para sesentas, comenzó a surgir la movida dar la impresión de que la obra estu- artística: galerías, museos, fundacio- viera hecha de color puro. Esta es una nes, escuelas de arte y, ustedes saben, combinación de glaseado y esmalte más artistas. and you know, lots more artists. Here’s Walter Hopps modeling his shirt made for him by Bengston (ill. 9). That was that same afternoon. We used to hang out behind the gallery there occasionally. In 1962 I went to Japan for six months. While I was there, I got these little pieces of hardwood and carved the inside elements that are in this piece (ill.10). And when I got back to L.A. I made these box constructions—carved wood that’s sprayed with lacquer on the inside and Liquitex on the outside. para automóvil. Esta obra es de 1961 también y pertenecía al Museo del Condado de Los Angeles. En 1962, más o menos, la mandaron en un tour a varios museos en todo el país, junto con varias obras que eran del museo. Esta es una de las 8 11 24 Aquí están viendo a Walter Hopps modelando la camisa hecha especialmente para él por Bengston. Esa fue la misma tarde. Solíamos reunirnos allí detrás de la galería de vez en cuando para pasar el rato. En 1962, yo fui al Japón por seis meses. Allá conseguí estas pequeñas piezas de madera dura y tallé los elementos interiores que están en esta 12 I made a series of egg pieces in the sixties, and tried different ways of painting them (ill.11). This one has Liquitex and enamel on the outside. Here’s one I tried that’s a combination of glaze and oil paint (ill.12). I didn’t normally use oil paint. This is the only piece I ever used oil paint on because it just was really hard to handle. But it came out kind of okay. By today’s standards, maybe not that interesting. I made a whole series of these in the sixties (ill. 13). Here’s a full-out candy apple job, which had alternating coats of blue and red transparent toners over silver, then clear lacquer, 19 13 das de toners azul y rojo transparentes, aplicados sobre laca plateada y luego clara, que luego pulí y toda la cosa. No se puede apreciar en la diapositiva, pero cuando uno caminaba alrededor de esta pieza, cambiaba el color, de una púrpura azul a una púrpura roja. Esto es de 1964 y es todo acrílico. 20 ¿Hace cuánto? Cuarenta años, más o menos. El acrílico se ha conservado muy bien. No se destiñeron los colores. Resultó bastante fuerte y se adhiere muy bien a la superficie de barro. He usado acrílico en la mayor parte de mis obras durante mucho tiempo ya. Éste data de 1965, me parece. Es difícil 15 precisar la escala. Parece gigantesco, 21 14 pero mide sólo cuatro o cinco pulgadas de alto. Se exhibió hace un par de años, junto con este otro, en la Galería Gagosian en Nueva York en una especie de exhibición nostálgica al estilo de la Galería Ferus. Estos dos están recubiertos de lo que se llama Murano. Un vendedor de motocicletas en Ventura, and then rubbed out and all that. You can’t really tell from the slide, but when you went around this piece, the color would change a little bit from blue-purple to red-purple. This is from ’64 and is all acrylic (ill.14). That’s about what? Forty years ago or something. The acrylic really held up well. The colors didn’t fade. It turned out to be really strong and bonds with the clay surface really well. I‘ve been using acrylic for most of my work for a long time now. This is one from ’65, I think (ill. 15). It’s hard to tell the scale. It looks gigantic, but it’s only about five inches high. It was in this Gagosian show in New York, sort of a Ferus Gallery nostalgia exhibition a couple of years ago, along with this other one here (ill.16). These have what’s called Murano on them. This motorcycle salesman in Ventura, where I was living, introduced me to Murano colors, which is this great paint that has the lacquer to try and get more of a bond between the color and the form. These pieces aren’t frontal but this is the back of the piece (ill.18), to show a little bit of the rubbing I guess, and the Murano color, which is really pretty great. This one I called “The German Piece” (ill.19) when I was working on it, and it ended up in Germany. I don’t know what to make of that exactly. This is what that Murano could do. When you move around the piece, the shape moves, and the color moves around too. It’s really hard to see in these slides—you just have to take my word for it. This is from the late sixties (ill. 20). These pieces kept getting kind of smaller 16 pieza. Cuando regresé a Los Angeles hice estas construcciones en forma de caja—madera tallada con laca por dentro y Liquitex en el exterior. 22 En los sesentas hice una serie de piezas donde yo vivía, me familiarizó con los colores Murano, una increíble pintura que contiene partículas reflectoras y es translúcida, lo que permite que se vea a su través, hasta el color subyacente. Y los reflejos son todos a color, en lugar de ser simplemente luz. También costaba un ojo de la cara. Esto es de 1967, parte de una exhibición en la Galería Kasmin de Londres. En este tiempo empecé a frotar la laca para tratar de lograr un mejor enlace entre el color y la forma. Estas piezas no son frontales: aquí se ve la parte de atrás, supongo que para mostrar un poco del frotamiento y el color Murano, que es estupendo. A esta pieza la llamé “La pieza alemana” cuando la estaba trabajando, y acabó por trasladarse a Alemania. No sé cómo interpretar eso. Esto demuestra de lo que era capaz el en forma de huevo, pintándolas de diversas maneras. Ésta tiene Liquitex Murano. Cuando uno se desplaza alre- por fuera y esmalte. Aquí está una dedor de la pieza, la forma se mueve y que es una combinación de glaseado y también el color. Es muy difícil de apre- pintura óleo. No acostumbraba usar la ciar en estas diapositivas, pero créanmelo. Esta es la forma a finales de los 17 18 sesentas. Con el tiempo estas piezas se hicieron cada vez más pequeñas y más and lower and flatter (ill. 21). I had a show at David Whitney’s gallery in New York where they just about completely disappeared. (laughter) reflective particles and translucence so that you see through to the color that’s underneath, and the reflections are all in color instead of just light. It was fiercely expensive too. This is from ’67, part of a show I had at Kasmin Gallery in London (ill.17). This is when I started rubbing into Oh yeah, and just for a sign of the times, here’s Ed Ruscha having his portrait done by “Ray of Tijuana” (ill. 22). (laughter) This is in about ’69. Here’s a cup I made (ill. 23). This is the first cup Betty Asher bought when she built this big cup collection. At different times over the years I’ve used the cup form. It’s not something I calculated. It’s just something I came pintura óleo. Esta es la única pieza en que jamás la usé porque me resultaba muy difícil manejarla. Pero ésta salió más o menos bien. Si la juzgamos con los criterios de hoy, quizá no parezca tan interesante. Hice toda una serie de éstas en los sesentas. Aquí se ve una manzana de dulce con capas alterna25 chatas. Las exhibieron en la galería de David Whitney en Nueva York y casi desaparecieron por completo. (risas) Ah, sí, y como recuerdo de aquellos 23 24 upon, and it felt right to me. The cup essentially presents a set of formal restrictions—sort of a preordained structure. If you buy it, then you have a lot of freedom within that, which I like. Here’s the industrial cup box (ill. 24). This is obviously very influenced by Cornell. It’s from about 1959 or ’60. This is the Pamel (ill. 25), which means part-camel—another little box construction from that time. The cup is its own subject, basically. It doesn’t have to be about anything other than itself. But it can be used as a vehicle for ideas. I was into reptiles and am- sixties I made this group of snail cups, which I have a couple of in here (ill. 29, 30). These are standard cup size, about 3-1/2 or 4 inches high. This is the blind turtle cup with a sand saucer (ill. 31). When you place the cup, you sort of walk it in so it leaves a little trail in the sand. This isn’t a 25 31 tiempos, aquí esta Ed Ruscha posando para un retrato pintado por “Ray de Tijuana.” (risas) Esto es de 1969 aproximadamente. Ésta es una taza que yo hice. Es la primera taza que compró Betty Asher cuando empezó su gran colección de tazas. A través de los años he utilizado la forma de taza en varias ocasiones. No es algo planeado, sólo algo con lo que me topé y me gustó. La taza representa esencialmente un conjunto de restricciones, algo así como una estructura prescrita. Quien la compre tiene mucha libertad dentro de todo eso, y eso me 26 27 really great shot of it, but it shows the teakwood saucer. This is from my show at the Menil (ill. 32)—the official press release shot. In 1967 I made a plaster cup so that a model could assume handle positions on it, and the shadows would look right in photographs. The model for these was the dancer Toni Basil, who could do amazing things with her body. Then, in 1969, I made a series of lithographs at Gemini. This is one of them (ill. 33). I just want to say that people at Gemini have been really great to me over the years, which I really appreciate—very generous and supportive. They’ve been great to all 28 phibians a lot. So here’s a sort of frog cup in an at rest position (ill. 26). Here’s a lithograph from ’67 or ’68 (ill. 27). This was made at Tamarind. Here’s a 40 by 60 inch drawing of a hermit crab cup (ill. 28). Usually you make a drawing, and it’s a study for some piece you’re going to make, but these were pieces I couldn’t actually make, so I made a drawing of them instead. I couldn’t make these crab cups. I just couldn’t pull off the legs (Price laughs). I tried it about eight times and finally made the drawing instead. All through the sixties I made little groups of cups every year, as a hobby or something. In the late gusta. Aquí esta la caja para tazas in- 32 33 35 34 dustriales, muy influenciada, desde luego, por Cornell. Data de 1959 ó 1960. Éste es el Pamel, que significa parte camello, otra pequeña construcción tipo caja de aquella época. La taza es el tema de sí misma, básicamente. No tiene que ser otra cosa que sí misma. Pero 36 puede utilizarse como un vehículo para expresar ideas. Me gustaban mucho los reptiles y los anfibios, y aquí tenemos una especie de taza en forma de rana en postura de descanso. of their artists, and this is a chance to say thanks. So thanks, Sid and Joni (they’re here). This was a proof that I drew on top of. It’s called “Figurine Cup Art History Slide” (ill. 34). In about 1971, we moved up to Taos and I got into crystals, and you know, rocks, and all the cliché stuff. I made this little series of cups. This is a seven-part rock cup (ill. 35). And here’s a slate cup (ill. 36) and a crystal cup (ill. 37). These things sort of evolved into a Ésta es una litografía de 1967 ó 68, hecha en Tamarind. Y aquí hay un dibujo de una taza de cangrejo ermitaño que mide 40 x 60 pulgadas. Generalmente se hace un dibujo que sirve como punto 29 30 de partida para una pieza, pero éstas eran piezas que yo no podía hacer, de manera que hice mejor un dibujo de ellas. No pude hacer estas tazas de cangrejo. No más no pude lograr las patas. (Price se ríe.) Lo intenté como ocho veces, y acabé por hacer sólo el dibujo. Durante toda la década de los 26 37 38 sesentas hice pequeños juegos de tazas 44 43 todos los años, como pasatiempo o algo así. A finales de los sesentas hice este conjunto de tazas de caracol, de las cuales tengo un par aquí. Éstas son del tamaño normal, ya que miden unas 3½ ó 4 pulgadas de alto. Ésta es la taza de la tortuga ciega, con platillo de arena. Cuando uno coloca la taza, tiene que “caminarla” para que 39 45 entre, y así se deja una ligera huella en la arena. Esta foto no es realmente muy buena, pero muestra el platillo de teca. Esta taza estuvo en mi exhibición en Menil. Y aquí está la foto oficial de prensa. En 1967 hice una taza de yeso 46 para que un modelo pudiera asumir posiciones de asa en ella y las sombras se vieran bien en las fotografías. La modelo fue la bailarina Toni Basil, que series of glazed constructions that I called “geometric cups.” Here’s one called the Gaudi Cup (ill. 38). This is from around ’72 or so (ill. 39). These were really fun to make at first. They had planes and edges and transparent color—it was really neat. But as I went along, so many technical problems kept coming up: blemishes and pinholes and all kinds of things. So it got really hard to work on them— things were always going wrong. This one came out great (ill. 40), though it could’ve been fired maybe twenty times to get there. It was really unsatisfying. You had to build up a glaze, fire ‘em again, build it up, fire it again, and then…you lose the piece a lot of times. But these were really popular. Some of the most popular work I ever made, actually (ill. 41). And I had lots of shows. And it was easy to transport. You just put a show in an attaché case and take it to the gallery. Here’s a show (ill. 42). (laughter) This is in 1973 going to Willard Gallery in New York. Yeah, that’s a May Company $20 attaché case. After the Curios Store project, which I’ll show you in a minute, I forgot what a pain in the ass these things were to make, and I went back and made some more (ill. 43, 44). I thought it was a good way to re-enter the mainstream of my work. And I worked on them again for a couple of years, but podía hacer cosas increíbles con su 48 cuerpo. Luego, en 1969, hice una serie de litografías en Gemini. Ésta es una de ellas. Debo decir que la gente de Gemini me ha tratado maravillosamente bien a través de los años, ofreciéndome su generosidad y su apoyo, y se los agradezco mucho. Así se han portado con todos sus artistas, y aprovecho esta it was the same thing all over again. They were all based on building up multiple coats of transparent glazes and every blemish draws major attention. You know, I couldn’t stand it anymore—it just about drove me nuts making this stuff. So I quit again. But here are a few—these are from the early eighties (ill. 45-48). Here’s the Curios Store, but it’s hard to explain this thing (ill. 49). It’s the remnants of a failed installation piece. I grew up around Mexican pottery and really liked it and was impressed by it. I used to search it out when I’d go to Tijuana on surfing trips and things like that. When we moved up to Taos there was this place called “The Sleeping Boy.” It was a bar and curios store, and they were still selling really great Mexican folk pottery that this guy had up in his attic storeroom. It was made in the fifties and came from Tonalá and Oaxaca. I got turned on and thought I would make a tribute to Mexican pottery in the form of a curios store. It was kind of a fantasy. It was supposed to be small store with some billboards out- 40 41 oportunidad para expresar el agradecimiento de todos. Así que gracias, Sid y Joni (están aquí). (aplausos) Ésta es una prueba en la cual yo hice un dibujo. Se llama “Diapositiva de la Historia del Arte de la Taza en Forma de Figurilla”. Alrededor de 1971, nos 42 mudamos a Taos y me interesé en los 47 tricas”. Aquí está la que se llama taza Gaudí, que data de 1972, más o menos. Al principio me divertí de lo lindo haciéndolas. Tenían planos y bordes y color transparente—una maravilla. Pero más adelante se presentaron varios problemas de tipo técnico: manchas y agujeritos y toda clase de problemas. Así que el trabajo se volvió difícil. Ésta salió muy bien, aunque tal vez haya tenido que meterla veinte veces al horno para acabarla. No me sentía satisfecho: había que aplicar el glaseado, cocer la pieza, volver a glasearla y cocerla, y aun así la obra con frecuencia se malograba. Pero eran muy populares, entre las obras más populares que he hecho. Tuve muchas exhibiciones, y eran fáciles de transportar. Nada más tenía que me- 49 cristales y las piedras y todo lo estereo- ter la exhibición dentro de un portafolio tipado. Hice esta serie de tazas. Ésta es y llevarla a la galería. Aquí se ve una una taza de piedra de siete partes. Y exhibición (risas). Esto es de 1973; yo aquí hay una taza de pizarra y una de me dirigía a la Galería Willard en Nue- cristal. va York. Sí, es un portafolio que compré por veinte dólares en la May Company. Estas cosas evolucionaron, por así Después del proyecto “Tienda de Cu- decirlo, en una serie de construcciones riosidades”, que les enseñaré dentro glaseadas que yo llamo “tazas geomé- de un minuto, se me olvidó que hacer 27 side, and a storefront window, and inside would be this bombardment of images and colors. I figured it would take me about a year, maybe two, to make it. It took about six years, and ultimately I really couldn’t pull it off because I hadn’t thought it all the way through. I hadn’t realized that in order to make this thing I would have to buy a store and build it in. So what I ended up doing was breaking it up into these units. These units are groups of pieces or cabinets holding groups of work. I had a show with some of the units and drawings and some weavings at LACMA. Here are two of the pieces in process estas cosas era una joda, y quise hacer 55 algunas más. Pensé que sería una manera de reanudar el hilo de mi trabajo, y las estuve haciendo durante un par de años, pero tuve la misma experiencia que antes. Todo se basaba en acumular múltiples capas de glaseado, y cada manchita se exageraba y llamaba la atención. No lo aguanté más—por poco enloquecí—y abandoné nuevamente este tipo de trabajo. Pero aquí tienen algunas—éstas son de 1981. Aquí está la Tienda de Curiosidades, 51 56 57 50 (ill. 50, 51). This one didn’t even end up being completed, but I found this shot of when I was working on it. Here’s the cup from that unit (ill. 52). And here’s part of the installation at the County Museum (ill. 53). (applause) Yeah, thanks. This is a side view of that unit. I called these things “bombs” (ill. 54). The fences were just for the purpose of keeping people back from ‘em at the museum. They aren’t really part of those pieces. Anyway, that piece on the right is the “Inca Self Portrait” (ill. 55). I was a lot fatter then (ill. 56). And here’s some more Inca ware (ill. 57). This stuff has humor in it, but it wasn’t meant as a parody. It was actually meant as an homage to Mexican pottery. I want to mention the drawings for a minute. I didn’t put very many slides of drawings in this show because there are a lot of them down here on view. I’ve always enjoyed drawing. When I was young, I was into making cartoons and little books. In high school I was the cartoonist for the school paper, and in college I illustrated the yearbook—that kind of stuff. I was really happy to see that my kind of cartoon-style drawings translated into these brush decorations. I think sculptors learn to draw so that they can see what they’ve been visualizing. Most sculptors can draw pretty well and they draw in illusionistic space because if you can’t draw it, you can’t see it. This is a study for a weaving (ill. 58). And here’s the weaving (ill. 59). This was done by 52 53 mexicana folklórica que el dueño tenía almacenadas en su ático. Eran de los años cincuentas, de Tenaga y Oaxaca. Me fascinaban, y se me ocurrió rendir homenaje a la alfarería mexicana haciendo una obra en forma de una tienda de curiosidades. Era una especie de fantasía mía. Se supone que iba a ser una tiendecita con mesas de billar por fuera y un escaparate, y por dentro habría una explosión de imágenes y colores. Calculé que el proyecto me llevaría más o menos un año, tal vez dos. Me llevó seis años, y al final no logré realizar la obra como había querido porque no lo había planeado con esmero. No me había dado cuenta de que para hacer una cosa así tendría que comprar una tienda e incorporar la obra a ésta. Entonces acabé por dividirla en “unidades”, una de las cuales se ve aquí a la izquierda. Las unidades son conjuntos de piezas o gabinetes que contienen grupos de piezas. Tuve una exhibición con algunas de estas unidades y dibujos y unas telas tejidas en el Museo del Condado de Los Angeles. Aquí está una pieza, y acá una de las piezas en proceso de elaborarse. Ni siquiera quedó terminada, pero encontré esta foto de ella. Aquí está una taza de 58 54 esa unidad. Y aquí,0 una parte de la pero resulta difícil explicarla. Son los instalación en el museo del condado. restos mortales de una pieza que iba a (aplausos) Sí, gracias. Ésta es una vista exhibir y que se malogró. Me aficioné lateral de la unidad. A estas cosas las desde joven a la alfarería mexicana, llamaba “bombas”. que me impresionó bastante. La procu- Las cercas tenían el solo propósito raba cuando iba a Tijuana para hacer de mantener alejada a la gente. No surfing y en otros viajes. Cuando nos forman parte de las piezas mismas. De mudamos a Taos había un lugar allí todas formas, esta pieza a la derecha llamado “Niño Dormido”. Era un bar es el “Autorretrato de un inca”. En y tienda de curiosidades, y todavía aquella época yo era mucho más gordo. vendían magníficas piezas de alfarería Aquí pueden ver más piezas incas. En 28 59 big market with a bakery, meat market, liquor store, and magazine stand (ill. 63). It was right next to the post office. But the guy lost it in a poker game, and ended up owing the landlord about another $60,000 besides. So the landlord sold off the liquor license and split it up into three spaces. I had a space in a place called the “Mariposa Building.” It had an office, a men’s and women’s room, two meat lockers where you could control the humidity and the temperature, and a front room with 3,500 square feet in it. When I was making this project I was trying to work in the spirit of Mexican pottery, rather than make direct copies. I wanted to have the feeling of the Mexican stuff. I’m just showing this one, but I got into making these oval plates with water scenes for a while (ill. 64). This is called “Town Ware” (ill. 65) and here’s a “Town Bowl” (ill. 66). These groups of pieces represent types— ellas hay cierto humor, pero no quise hacer parodia. En realidad mi intención fue rendir homenaje a la alfarería mexicana. Deseo referirme un momento a los dibujos. No incluí muchas diapositivas de dibujos en esta presentación porque hay bastantes aquí que se pueden ver. Siempre me ha gustado dibujar. Cuando era joven me encantaba hacer caricaturas y libritos. En la preparatoria hacía dibujos para el periódico de la escuela, y en la universidad yo ilustré Zapotec Indians weaving in Oaxaca. And here’s the Indian unit and some instructional drawings (ill. 60). An Indian cup (ill. 61), and another weaving (ill. 62). Anyway, the weavings were really nice. I did a whole lot of them. This is a studio that was formerly a el anuario, y cosas así. Me dio mucho gusto comprobar que los dibujos estilo caricatura que yo hacía se tradujeron en estas decoraciones de pincel. Creo que los escultores aprenden a dibujar para que puedan ver con los ojos lo que han visto con la mente. La mayoría de los escultores dibujan bastante 60 63 64 65 61 bien, y lo hacen en un espacio ilusionista, porque si algo no se puede dibujar, no se puede ver. Este dibujo fue el punto 66 de partida para una obra tejida, y aquí 62 obras mexicanas. Sólo les muestro éste, pero por un tiem- está la obra terminada. La realizaron los zapotecas en Oaxaca. Y aquí está la po me aficioné a hacer este tipo de plato unidad y unos dibujos instructivos. Una ovalado con escenas acuáticas. taza india, y otra tela tejida. Son muy Esto se llama “Town Ware”, y aquí bonitas. Yo hice varias de ellas. tienen un tazón en este estilo. Estos Éste es un estudio que anteriormente conjuntos de piezas representan ti- había sido un gran mercado con pana- pos—diversas líneas de alfarería que dería, carnicería, licorería y un quisco se encontrarían en la tienda. Descubrí 67 de revistas. Se hallaba a un lado de la que después de hacer una pieza, me oficina de correos. Pero el tipo lo perdió costaba cierto trabajo hacer las otras en una partida de póquer y terminó de- tres copias. Era algo así como falsificar biendo 60,000 dólares más. Entonces el la obra de uno mismo. Pero la idea, la dueño del local vendió la licencia para connotación, sería que hay toda una vender licores y dividió el espacio en bodega llena de estas cosas y que éstos tres. Yo tenía un espacio en un lugar lla- serían sólo unos ejemplos. Ésta es la “Taza Groucho Marx”. Es una mado “Edificio Mariposa”, que contaba different lines of pottery that would be in the store (ill. 67). I found that after making one, making the other three copies was kind of challenging. It’s like engaging in self-forgery or something. But the idea, the connotation would be that there’s a whole storeroom full of this stuff and these are just some examples. This is the “Groucho Marx Flower con una oficina, un baño para hombres y otro para mujeres, dos refrigeradores para carne en que se podía controlar la humedad y la temperatura, y un cuarto al frente que medía 3,500 pies cuadrados. Cuando yo me dedicaba a este proyecto, trataba de trabajar respetando el estilo de la alfarería mexicana, en lugar de copiarla directamente. Quise captar el sentido y el sentimiento de las 29 de las que salieron en la última diapositiva. Y aquí hay un altar de muerto en proceso de elaboración. Esta pieza me recuerda que todo puso muy raro al final de esta obra magna. Yo trataba de hacer un homenaje a la alfarería mexicana, y trabajo me ocupaba y me divertía, pero se alargó por varios años. Yo no tenía ni un centavo; no tenía mi estudio; trabajaba en mi casa y tenía Cup” (ill. 68). It was one of those in that last slide. And here’s a Death Shrine in process (ill. 69). It reminds me of how weird things got near the end of this magnum opus. I was trying to make this homage to Mexican pottery and it was very engaging, but it went on for years and years. I was completely broke; I didn’t have a studio; I was working in my house; I had three kids. And the place was full of work tables and wares all over the place and kids being careful. So I the tribute, but when you separate it out, it doesn’t make sense. I couldn’t find the photograph that this guy was taking, so here this is (ill. 71)—another death shrine, and a detail from it. There’s Bob Irwin at the Taos Pueblo (ill 72). I threw a few shots of my friends in for flavor. I wonder what Bob would think of that shot. Anyway, all during this thing, and especially near the end, I made a lot of these tequila cups (ill. 73). And being a conscientious person, I had tres hijos. La casa estaba llena de mesas de trabajo y parafernalia en todas partes, y los niños se desplazaban por ahí con mucho sigilo. Así que agarré el poco dinero que me quedaba y alquilé este estudio que les acabo de mostrar. Luego invité a algunas personas a que vieran la obra. Vino Jim Corcoran y le gustó, y más adelante me ayudó bastante para montar esa exhibición en el Museo del Condado. Éste es el que mencionó Rob. Pertenece al Instituto de Arte de Chicago, donde el Pueblo de Taos. Incluí unas tomas de mis amigos, para darle sabor al asunto. ¿Qué pensaría Bob de esta foto? De todos modos, durante este tiempo, y especialmente hacia el final, hice muchas de estas tazas para tequila. Y como soy una persona concienzuda, tuve que probarlas todas para asegurarme de que funcionaban debidamente. Y me ayudaron: mucha gente vino para ayudarme con las pruebas. Cada vez que encendía mi horno, las pondríamos a prueba. Contienen exac71 69 68 took the last of my money and rented that studio I just showed you. And then I invited some people to see the work. Jim Corcoran came out and liked it and eventually helped a lot in setting up that show at the County Museum. This is the one Rob mentioned (ill. 70). It belongs to the Chicago Art Institute where it was on view for a long time, but it’s not now, and it won’t be in the future. Basically, out of the context of the Curios Store, to them this is just a Mexican death shrine made by a white guy in a city that has a large Mexican population. It was part of 70 to test them all out to make sure that they functioned correctly. And I got help. A lot of other people came over and helped me with the testing. Every time I would fire a kiln, we’d test them all out. They hold exactly one fluid ounce too, so you know what you’re getting. Here’s Larry Bell demonstrating the nine-tequila-cup-holding technique (ill. 74). (laughter) I made a lot of these coffee cups too—not to be confused with a mug (ill. 75). These are actually sized and weighted to use and really be comfortable—earthenware kind of cups. Eventually I had se podía ver durante mucho tiempo, pero no ahora, y no se podrá ver en el futuro. Básicamente, fuera del contexto de la tienda de curiosidades, para ellos esto es simplemente un altar de muerto hecho por un hombre blanco en una ciudad que tiene una población considerable de mexicanos. Era parte del homenaje, pero desgajado de su contexto no tiene sentido. No pude encontrar la fotografía que este señor estaba tomando, pero aquí esta ésta. Es una de las pocas fotos que conser vo que enseña casi toda la cosa. Éste es otro altar de muerto, y un detalle del mismo. Aquí esta Bob Irwin en 30 72 tamente una onza, para que uno sepa a qué atenerse. Aquí está Larry Bell demostrando su técnica para sostener nueve tazas tequileras al mismo tiempo. (risas) También hice muchas de estas tazas para café, que no deben confundirse con los tarros. Éstas están hechas del tamaño y peso para ser utilizadas efectivamente y con comodidad. Por fin tuve que dejar de beber café, y ya no me sentía sintonizado con estas tazas. Lo mismo sucedió con las tazas tequileras y las tazas para sake. Tuve que dejar de tomar, y perdí el vínculo visceral con estas piezas, así que no las hago ya. to quit drinking coffee, and I sort of fell out of tune with these cups. The same thing kind of happened with the tequila cups and the sake cups. I had to quit drinking, and the primal connection got lost, so I don’t make that stuff anymore. The original conception of this store was going to include an erotic area in the rear (ill. 76). I was doing a lot of erotic drawings. That was my favorite subject matter at the time. There was a lot of pottery sitting It’s from ’86. I had a show of these at the Willard Gallery. Here’s a smaller piece, essentially scaled to the hand (ill. 78). Those hand-scaled pieces are maquette scale. I call it the “window of fantasy” because you can see the whole piece and all of its surface detail in one glance. So it’s very easy to visualize those pieces as being any size, especially monumental. It’s like Cornell said: “Tiny is the last refuge of the enormous,” which really works. But El concepto original de esta tienda iba a incluir un área erótica en la parte de atrás. Yo estaba haciendo muchos dibujos eróticos. Era mi tema favorita en ese tiempo. Había muchas piezas de alfarería que esperaban ser decoradas, así que hice toda una serie de cosas eróticas. Mis amigos feministas se oponían a ello, y de hecho algunos creían que todo eso era racista y sexista. Pero, ¿saben? Yo no. Yo amo a las mujeres y amo el arte mexicano, y no creo que haya explotado nada ni a nadie. 74 Quien lo dijo fue Cornell: “Lo minúsculo es el último refugio de lo enorme”, y esto sí que funciona. Pero casi siempre los objetos pequeños expresan experiencias íntimas. Tienden a obstaculizar el análisis visual objetivo porque hacen que se acerque el observador a la realidad física de la obra. Esto aumenta la posibilidad de disfrutar la pieza por lo que es y sentir una identificación personal con ella. Esto es de los 80s, cuando nos mudamos de regreso al sudeste de Massachu- 78 76 73 around waiting to be decorated, so I did a whole series of erotic stuff. There were some feminist friends of mine who really objected to this. In fact, some people thought the whole thing was racist and sexist. But you know, I didn’t. I love women, and I love Mexican art, and so I didn’t think I was exploiting anything. Here’s a shot from another erotic series I did in the eighties, mostly comprised of bowls that had club names around the outside, and the audience around the inside of the walls—down in the bottom it had the dancers. This is the “Club Atomica” vase (ill. 77). 75 77 mostly, small objects are about intimate experience. And they tend to subvert detached analytical viewing by drawing you in closer to the physical reality of the piece. This increases the possibility of simply enjoying it for what it is, and having a personal connection to it. This is from the eighties (ill. 79), when we moved back to Southeastern Massachusetts. I had a studio in a little fishing village near New Bedford, which the people up in Boston called the “armpit of Massachusetts.” It was really beautiful, right on the coast. But the coastline was backwards…it Ésta es otra serie erótica que hice en los 80s, compuesta en su mayoría por tazones con los nombres de clubes nocturnos en el exterior y el público en las paredes del interior, y en el fondo las bailarinas. Éste es el jarro “Club Atómica”. Es del 86. Exhibí éstas en la Galería Willard. Aquí está otra pieza, más pequeña, hecha a escala de la mano. Es la escala de maqueta. Yo le digo “la ventana de la fantasía” porque se puede ver la pieza entera y todo el detalle de su superficie de una sola mirada. Así es muy fácil visualizar esas piezas como de cualquier tamaño, especialmente monumental. 31 79 setts. Yo tenía un estudio en un pueblito pesquero cerca de New Bedford, un lugar que los bostonianos llaman “la axila de Massachusetts”. Era hermoso. Se encontraba en la costa, pero la línea costera estaba al revés...estaba en la costa del Atlántico. Pero el viaje en tren desde Nueva York era agradable, y de alguna manera daba gusto estar allí. Aquí está un grupo de obras que estaba haciendo allí. Me gusta trabajar en series o grupos. Así aprendo más rápidamente. Se pueden intentar variaciones. Aprendo por los errores que cometo, e incorporo lo que he aprendido a otras piezas que están en la misma etapa de was on the Atlantic coast. But it was a nice train ride from New York, and really enjoyable to be there in some respects. Here’s a group of works I was making there (ill. 80). I like to work in series or groups of work. I can learn where I’m going faster that way. You late eighties (ill. 84, 85). This is at my show at the Menil that I had there in ’90 or ’92 or something (ill. 86). Here’s Tony Berlant and young Tony Berlant (ill. 87). We were in a room together when MOCA opened the show. I don’t have any pictures of that, 83 86 85 84 80 elaboración; una pieza se muere para que viva la otra. O a veces se mueren 81 todas. Aquí está una que terminé en ese grupo. En 86 u 87 cambié la geometría al interior de la pieza e hice las formas exteriores más amorfas. Eso puede parecer muy calculado, pero no lo es. De veras no soy estratégico en el modo como tra- 87 bajo o pienso. No soy capaz de ello. No can try different variations (ill. 81). I go by trial and error, so I gain insight from my mistakes, and apply what I learn to another piece that’s in the same stage of development; one piece dies so another can live. Or sometimes they all die. Here’s a finished one from that group (ill. 82). In around ’86 or ’87, I moved the geometry to the inside of the piece, and made the outer forms 82 more amorphous. If that sounds like a calculating move, it’s not. I’m really not strategic in the way I work or think. Actually I’m not capable of that. I can’t play chess. I can’t visualize those five moves up ahead. I just go by feeling and intuition, and try to make good visual decisions. These things not only had the geometric cut, but they had geometric holes that sometimes looked like they were actually a shape. I called one The Void That’s There Perhaps Isn’t There because almost everyone will stick their finger in there to see whether it was a painted shape or a hole. Here’s another piece from the late eighties (ill. 83). It’s hard to tell, but this could be any size. It’s actually about 18 inches across, maybe. Here are a couple more pieces from the en las formas tridimensionales. Uno se tiene que orientar por la intuición, la experiencia y la suerte. Ésta es una juego al ajedrez. No puedo visualizar cinco turnos en el futuro. Me baso en foto de Doug Parker, muy llamativa el sentimiento y la intuición y trato de por cierto. tomar buenas decisiones visuales. Estas cosas no sólo tenían el corte Ésta es una pieza llamada Bruno, del geométrico, sino que tenían agujeros año 95. Y aquí está una pieza más geométricos que a veces parecían grande para mí. Se parece a una foto cobrar forma definida. A una de éstas 88 la llamé “El vacío que está allí tal vez tomada por Doug Parker, ya que está muy achatada, pero los colores son bastante buenos. Ésta también se ex- no esté allí”, porque casi todo el mundo mete el dedo para ver si es una forma hibió en la Galería Louver. Ah, y ésta pintada o un hoyo. es la pieza más grande que jamás he Ésta es otra pieza de finales de los hecho. Medía 5 pies de largo por 3 de ochentas. Es difícil apreciar las dimen- alto y 29 pulgadas de ancho, así que siones de esta obra, pero en realidad cabía por una puerta de 30 pulgadas. mide unas 18 pulgadas de ancho. Y No tengo idea cuánto pesaba. Hicieron éstas son otras piezas de finales de los falta unos 10 hombres para colocarla ochentas. Esta foto está tomada en mi en esta mesa, y más adelante la mesa exhibición del 90 o el 92 en la Colec- se rompió por el peso. Pueden ver ción Menil. como está malograda, y eso porque Aquí están Tony Berlant padre y Tony no la pude cocer con la lentitud que Berlant hijo. Estábamos en una habi- yo quería. Yo nunca volvería a hacer tación juntos cuando se abrió la exhi- nada tan pesado. Es totalmente ridículo. bición en el MOCA. No tengo fotos de No se puede hacer nada con una cosa eso, pero tengo ésta de Tony. Y ahora así. Ni siquiera un molde. Más tarde 89 saltamos al 94. Esta pieza se llama la destrocé a martillazos y la tiré a la basura. (risas) “Old Sparky”, y esta otra estuvo en una Ésta es de 1997. Sí, los colores están exhibición que tuve en la Galería Louver junto con Ed Moses. Aquí esta una muy bien aquí. El color comunica emo- foto de Ed con Vija Celmins. Esto otro es ción. Todos nos criamos entre objetos más bien del 94, y aquí se ve en interior de color. Esta experiencia la comparte de mi estudio en Venice. todo el mundo. El color es parte integral Esto es del 95, más o menos, cuando de todos los objetos de la naturaleza. Y but I’ve got this one of Tony. And then we jump to ’94. This is a piece called Old Sparky (ill. 88) but it’s not sparking in the slide very much. Its a piece that I had in a two-man show with Ed Moses at Louver Gallery. And here’s a shot of Ed from around then with Vija Celmins (ill. 89). This is more from ’94 (ill. 90, 91). todavía trataba de pintar las piezas de manera que no parecieran pintadas. Aquí estoy rociando pintura de interferencia sobre un fondo negro. Todavía parece pintado, pero le hice la lucha. Aquí está otra, pintada a mano. Utilizar el color es uno de mis mayores retos porque no existe una fórmula ni sistema ni teoría del color que funcione 32 por eso desarrollamos respuestas emocionales ante ellos. Los colores del arte continúan los de la naturaleza, así que si ustedes van a un museo y ven obras viejas fuera de su contexto original, el color todavía es un éxito porque se basa en la naturaleza. Ésta es otra pieza del 97. El tamaño es difícil de adivinar aquí también, pero would go through a 30 inch doorway. I have no idea how much it weighed. It took about ten guys to put it on this table, and then it broke the table eventually from just sitting on it. You can see it’s all messed up. That’s because I couldn’t fire it slow enough. It blew off sections. Now I have these computers on my kilns that’ll fire it as slow as I want. I would never make anything this heavy again. It’s just completely ridiculous. There’s nothing you can do with it. You can’t even make a mold off of it. Eventually I just took a sledge hammer and smashed it up and took it to the dump. (laughter) Here’s one from ’97 (ill. 98). Yeah, the colors read pretty well in that. Color conveys emotion. We all grow up in and around colored objects. That experience is available to everyone. Color is an integral part of all the objects in nature. So we develop emotional responses to them. The colors of art are continuous with the colors of nature. So if you go into a museum and see old works that are out of their original context, the color still works for us because it’s based on nature. Here’s another piece from ’97 (ill. 99). It’s hard to tell the size of this too, but it’s actually about 28 inches long and I don’t know how high. That piece in front (ill. 100) was in 90 This is from about ’95 (ill. 92), when I’m still trying to achieve some kind of method of painting the pieces so they didn’t look painted. I was spraying interference color over black. It still looks painted, but it was a nice try. Here’s another that was hand painted (ill. 93). Using color is one of the most challenging parts of my work because there’s no formula or system or theory of color that works on three-dimensional forms. You just have to go by feel, and experience, and luck. For those of you who know, this is a Doug Parker photograph here. It’s pretty fancy. Its a piece called Bruno from ’95 (ill. 94). And here’s a larger piece for me (ill. 95). It looks like another Doug Parker shot—it’s flattened out a lot, but the colors are pretty good and true on this one. It was also shown at the Louver Gallery. Here’s one called Bubbles (ill. 96). Oh, and here is the biggest piece I ever made (ill. 97). It was 5 feet long, 3 feet high and 29 inches wide, so it 91 92 99 98 y voy a incluir unas cuantas obras “en proceso” y les explicaré qué está sucediendo. Aquí está mi hijo, Jackson Price. Trabaja para mí. Esto es de aproximadamente 1998. Muchos artistas no muestran la izquierda es Bryan Law, y mi hijo Jackson está a la derecha. Estamos examinando una pieza llamada “Bob el ciego”. Creo que ése es el nombre. Y aquí está otra pieza del año 98. Ésta es una versión en bronce de una de las piezas que están en la exhibición ahora en Chinati. Se llama La montaña china. Trabajar con el bronce es fácil. Dave Hickey’s show at SITE Santa Fe. This is it in process in my studio. I put a lot of “in process” shots in this slide show. The subject of my work is the object I’m making, and I usually don’t like to give too much technical information because it shifts the subject to the artist at work. That puts me in front of the work. But, this talk is already about the artist, so I’m going to put in a few “in process” shots, and I’ll tell you what’s going on. Here’s my son, Jackson Price—he works for me (ill. 101). This is in about ’98. A lot of artists won’t show you their studio assistants. This is sort of meeting them half way (ill 102). That’s Bryan Law on the left, and my son Jackson on the right. We’re examining this piece called Blind Bob— I think that’s the name. And here’s another piece from ’98 (ill. 103). mide 28 pulgadas de largo y no sé cuánto de alto. Esa otra pieza figuró entre las que él exhibió en SITE Santa Fe. Esta pieza está en proceso en mi no acabadas en esta presentación. El tema de mi obra es el objeto que estoy haciendo, y generalmente no me gusta dar demasiada información técnica porque convierte al artista que trabaja en tema de la obra. Eso me pone a mí en un plano más privilegiado que la obra. Pero esta plática es acerca del artista, 94 97 imágenes de sus asistentes. Éste de estudio. He incluido muchas obras 93 96 95 33 Todo el trabajo lo hacen en la fundidora. El artista no tiene que hacer nada. 100 101 when it’s all through being painted, I sand into the grains, and they make the marks. So the marks aren’t so contrived anymore, and look more natural—more like the piece is made out of color, which is something I’m trying for. If something looks brown in these slides, it’s actually copper or bronze. There’s no brown at all. Here’s a more recent one that I had at a show at Franklin Parrasch in 2002 (ill. 106). This is smaller, about 14 inches across. Here’s another one from that group (ill. 107), and another (ill. 108). This is a small piece (ill. 109). So I’ve been going more and more into metallic and pearlescent colors (ill. 110), which I think work on my pieces better. Here I am a few years ago in my Venice studio (ill. 111). I look sort of dumbfounded there, making some work. And here’s one of those pieces called Toots (ill. 112). Next is a little “in process” sequence. After the pieces are fired, I 102 Here’s a bronze version of one of the pieces that’s in the show over there at Chinati (ill. 104). It’s called The Chinese Mountain. Making bronzes is easy. They do all the work at the foundry. You don’t have to do anything. Except the finishing is really a problem for me. They have a whole range of patinas that have all kinds Sólo que el acabado es muy difícil para mí. Hay toda una gama de patinas con toda clase de nombres, pero todas son matices del color café. Ésta de aquí es una patina de níquel, y no es café. Pero es la única. Con suerte se puede obtener 105 o bronce. Aquí no hay café. La siguiente es una pieza más reciente que exhibí en Franklin Parrasch en 2002. Ésta es más pequeña, de unas 14 pulgadas de ancho. Aquí tienen otra sacada de ese grupo, y otra. Es una pieza pequeña. He utilizado más colores metalizados y perlados, y creo que funcionan mejor en mis piezas. Aquí estoy yo hace algunos años en mi estudio de Venice. Me veo un poco despistado aquí, trabajando en unas piezas. Y aquí está una de ellas, llamada Tootsie. En seguida, una pequeña secuencia que muestra las etapas de elaboración. Des107 un tono verde de vez en cuando. Y lue106 go, no se puede lograr una superficie granulosa sin dejar marcas de molde, 103 104 108 of different names—but they’re all brown; every single one of them is a value of brown. This one’s a nickel patina, that’s why it isn’t brown. But it’s the only one. If you’re lucky you can get some green once in a while. And then the surface, you can’t hold a grainy surface without leaving the mold marks, and so if you want surface activity, you have to scratch it or score it or dent it or something. Painting them is impossible unless you use a primer that etches the bronze. That’s very complicated and very toxic. But I still might try bronze because I’m gonna make some bigger pieces one way or another, and bronze is one way. This is from ’99 (ill. 105). Its the technique I’m using in my most recent work. Which is to put grains in the clay that stand up. And then paint colors. I’m putting fourteen colors on now, each in four or five thin coats. They go up over the grains. And then, entonces para tener una superficie viva hay que rayarla o mellarla o algo así. Es imposible pintar la superficie sin antes haberla imprimado, pero esto esmerila el bronce. Eso es muy complicado y muy tóxico. Pero a pesar de todo tal vez trabaje con el bronce porque voy a hacer unas piezas más grandes de una manera u otra, y el bronce es una de esas maneras. Éstas son de 1999. Es la técnica que estoy usando en mi obra más reciente, que consiste en agregar granos en relieve y luego pintar colores. Ahora estoy aplicando 14 109 colores, cada uno en cuatro o cinco capas delgadas. La pintura sube por encima de los granitos y luego, cuando esté acabado de pintar, lo lijo y quedan las marcas. Así las marcas ya no se ven tan rebuscadas como antes; se ven más naturales y dan la impresión de que la pieza está hecha de color, que es el efecto que yo busco. Aquí está otra. Si algo se ve de color café en estas diapositivas, en realidad es cobre 34 110 and then you flop it up and paint that color on the top, and so forth. This is in my Venice studio showing just the painting process (ill. 118). This piece on the right here I have a finished shot of, the little green one. Here’s what it came out looking like (ill. 119). There’s a piece that’s in this show, on the far right (ill. 120). Here’s one called Inca Message (ill. 121). It’s another piece that I had at Matthew Marks Gallery. And, like I mentioned, I’ve just been at the university, where meaning is important— specific meanings are always being assigned to everything. But I think 111 paint ‘em black (ill. 113). It’s interesting, you can really see the forms better that way sometimes. Then they get their sequences of colors applied (ill. 114). Those little things lying on the table there are the color schemes. They’re all worked out beforehand. Then, when you sand through, you find out what you’ve got (ill. 115). Sometimes it’s not good; sometimes 112 117 118 119 113 pués de cocidas, las pinto de negro. Curiosamente, así se ven mejor las formas a veces. Luego les aplico la secuencia de colores. Estas cosas que se ven encima de la mesa son esquemas de colores. Los preparo de antemano. Luego, al lijar las meaning is ambiguous. It’s mysterious, uncertain, and open to personal interpretation. I make concrete objects that stay the same, pretty much for the whole time they exist, and you can go away, and you can come back, and maybe you’ve changed, but the object will still be the same. Whereas meaning is based a lot on social conventions; it’s provisional. And as time goes by, those meanings can give way to other meanings, and they can go on changing forever. I don’t see my art as being a branch piezas, uno descubre lo que tiene. A veces el resultado no es bueno, a veces sí. Aquí it’s okay. Here’s a finished piece from one of those three (ill. 116). Here’s my studio in Venice, an in process shot (ill. 117). The piece has fourteen colors, and they take 28 days to paint because you put a color, say five coats with the piece standing up one day, and then the next day you have to flop it over and paint that same color (five coats) on the bottom. Then the next day, you paint the next color on the bottom, está una de las tres piezas ya terminada. 114 120 Éste es mi estudio en Venice, otra secuencia de etapas de elaboración. La pieza tiene 14 colores, y se tarda 28 días para aplicarlos porque por ejemplo un día se le aplica cinco capas a la pieza en posición normal, y al día siguiente hay que invertirla y pintar ese mismo color (cinco capas) en 115 116 la parte de abajo. Al día siguiente se pinta el próximo color en la parte inferior, y luego se invierte de nuevo y se pinta ese color 121 35 122 en la parte de arriba, y así sucesivamente. 126 Otra vez mi estudio de Venice, y aquí se muestra sólo el proceso de pintar. Tengo una foto de esta piececita verde de la derecha cuando quedó terminada. Así es como se veía cuando la acabé. Esta otra es una pieza que se incluye en la presente exhibición, la del extremo derecho. Aquí está otra que se llama Mensaje inca. Es otra de las piezas que exhibí en Matthew Marks. Y como dije anteriormente, acabo de estar en la universidad, donde el significado es importante: se asignan siempre significados específicos a todo. Pero creo que los significados son ambi- of philosophy either. I make sensual work (ill. 122). The use of my work is to lead to an experience that might make life more interesting or enjoyable, like listening to music, or reading poetry or something (ill. 123). And I don’t see myself as strictly a formalist either. I’m trying to get feeling into my work, like joy. Sometimes I want it to have, you know, an ominous quality, so that it has an edge, and humor in the form too, if possible (ill. 124). Here’s another recent piece from my most recent show at Louver Gallery (ill. 125). These were in little glass cases like the ones over there (ill. 126). Small pieces. There’s another one (ill. 127). This is from a show I just had this year. These are small— about 5 or 6 inches high, something like that. Here I am working in my new studio (ill. 128). This is the first studio I’ve ever built and designed. My wife Happy designed the house. We put up this metal building and it’s really fun. It’s really enjoyable to work in a studio that functions well. I call it the “Luxury Studio.” And in case you’re wondering why I’m so tall in this shot (ill. 129).... (laughter) A while back I gave a talk at Long Beach State. And the topic was sustaining a long career. And I realized that I was there to represent an old guy. (laughter) So, that’s okay. You guos, misteriosos, inseguros y abiertos a la interpretación personal. Hago objetos concretos que permanecen iguales durante prácticamente todo el tiempo que 127 existen. Uno puede irse, y regresar, y tal vez haya cambiado, pero el objeto será todavía el mismo. Pero el significado se basa en diferentes convenciones sociales, y con el tiempo estos significados pueden ceder el paso a otros, y siguen en constante cambio. Tampoco creo que mi arte sea una rama de la filosofía. Yo hago obras sensuales. El uso de mi obra es para crear una experiencia que pueda lograr que la vida sea más interesante o agradable, como escuchar música o leer poesía, o algo así. Y no me clasifico tampoco como estrictamente formalista. Procuro infundir sentimiento a mi obra, como la alegría. A veces trato de conseguir una cualidad, ustedes saben, ominosa, para que la obra tenga cierta fascinación y la forma comunique cierto humor también, si es posible. 128 en pequeñas vitrinas como las que están allí. Piezas chiquitas. Aquí está otra. Esta La siguiente es otra pieza reciente que es una exhibición que tuve este año. Éstas exhibí en la Galería Louver. Éstas estaban son pequeñas, de 5 ó 6 pulgadas, algo así. 124 Aquí estoy yo trabajando en mi nuevo estudio. Éste es el primer estudio que diseño y construyo yo mismo. Happy, mi esposa, diseñó la casa. Erigimos un edificio de metal, y es muy divertido. Es un gusto trabajar en un estudio que funciona bien. Yo lo llamo el “Estudio de Lujo”. Y en caso de que se estén preguntando por qué me veo tan alto en esta foto... (risas) Hace poco di una charla en la Universidad Estatal en Long Beach sobre el tema de 123 cómo sostener una larga carrera como artista. Y me di cuenta que yo estaba allí 125 para encarnar al “anciano” (risas), y eso know, being an older artist, you have to figure out a way to keep your juices flowing, and somehow maintain your sense of defiance and your sense of humor, and make really creative work which is a source of joy. I think I’ve been given a gift, and I’m trying to nourish the gift and keep it alive. That’s the end of my talk. Thanks a lot. 36 es natural. Lo cierto es que el artista de mayor edad tiene que ingeniárselas para que le sigan naciendo los impulsos creativos, para mantener una actitud desafiante y su sentido del humor, y hacer obras nuevas que sean motivo de regocijo. Creo que a mí se me ha concedido un don, y procuro preservar ese don, nutrirlo y conservarlo vivo. Y así se acaba mi charla. Muchas gracias. 38 Gaudi Cup, 1972 39 3-Part Cup, 1973 89 Ed Moses and Vija Celmins 90 The Squeeze, fired and painted clay, 1996 40 Untitled cup, 1974, collection David Whitney 91 Shapley, fired and painted clay, 1995 41 Ged, 1974 42 Case of cups for show at Willard Gallery, 92 Phantom, fired and painted clay, 1995 1972 43 Evening Ware, 1979 93 The Squeeze, fired and painted clay, 1996 44 Red Top, 1979, glazed ceramic 45 Collection LACMA 94 Bruno, fired and painted clay, 1995 46 Nailpolish & Lipstick, fired and painted 95 Phobia, fired and painted clay, 1995 clay, 1980 47 Untitled, fired and painted clay, 1981 48 Dark Red and Brown, fired and painted clay, 1981 49 Happy’s Curios, 1974-78 Additional infor mation on images in Ken Price: A Talk with Slides 50 Happy’s Curios, Unit 2, in progress 51 Happy’s Curios, Title Unit, in progress 52 Cup from Unit 2, Happy’s Curios 53 Happy’s Curios, Bombs Unit and drawings 54 Happy’s Curios, Bombs Unit, installed at LACMA, 1978, unit 8’ x 8’ x 28”, objects 8” to 9” high 1 Ken Price,1955, at the University of Southern California 2 Peter Voulkos, 1957 22 Ed Ruscha being drawn by Ray of Tijuana 1978, “Ken Price Inca Self Portrait” 23 Earthen Ware Cup, 1961, collection 3 Studio, Ocean Park, 1957 Los Angeles County Museum of Art 4 Covered Jar, glazed ceramic, made in (LACMA) Alfred, NY, 1959 5 Glazed Jar, 1959 6 Ken Price exhibition, Ferus Gallery, 1960 7 L. Blue, glazed and painted clay, 6" x 9” x 5”, 1961 8 Larry Bell, Irving Blum, Ken Price, Billy Al Bengston, John Altoon, 1962 9 Walter Hopps, 1962 10 Red Box, painted wood construction, 1962 55 Happy’s Curios, installed at LACMA, 56 Happy’s Curios, 1978, “Ken Price Inca Self Portrait” 57 Happy’s Curios, works in progress 24 Industrial Cup Box, 1960 58 25 Pamel, 1960, collection R.A. Happy’s Curios, watercolor study for weaving, 1970s Rowan 59 Weaving by Zapotec Indians 26 Frog Cup, Rest Position, 1967 60 Happy’s Curios, Indian Unit 27 Jivaroland Frog Cup, 1968, 61 Indian Cup, 1972-79 lithograph, Tamarind, 3/20 62 Weaving by Zapotec Indians, Teotitlan Del 28 Hermit Crab Cup Valle 29 Snail Cup, glazed ceramic, 1968, 63 Studio interior, 1977 2 3/4” high 64 Oval Water Plate, 1974-77 129 77 Club Atomica, fired and painted clay, 1986 78 5 Corners, fired and painted clay, 1984 79 Chinese Block, fired and painted clay, 2 3/4” high 4” x 4” x 5” 80 Mungor, fired and painted clay,1985 81 Gomo, fired and painted clay, 1985 14 S. Violet, 1963 32 Blind Turtle Cup, in use, 1968 82 15 L. Green, 1964 33 Study for Figurine Cup, 1969, 83 Carcass, fired and painted clay, 1988 18 R.G. Violet, 1966, collection Jackie Graber 19 T.L. Blue, 1966 85 Tamed, fired and painted clay,1988 Slide, 1968, collection J.J. Meeker 35 Cup with 7 Parts, 1972, 3 1/2” high 20 Untitled, 1966-69 36 Slate Cup, 1972 21 S.M. Green,1969 37 Crystal Cup II, 1972 Blue Blood, fired and painted clay, 1987 84 Big Load, fired and painted clay, 1988 34 Japanese Figurine Cup Art History 37 1999 105 Bumps, fired and painted clay, 1999 106 Pink Pearl, fired and painted clay, 1999 107 Venus, fired and painted clay, 2000 108 Flush, fired and painted clay, 2001 109 Pigmental, fired and painted clay, 2001 110 Mimi, fired and painted clay, 2001 2002 113 Works being painted, 2003 116 Slenderella, fired and painted clay, Birds, 1974 17 C. Yellow, 1967 1998 104 The Chinese Mountain, bronze, 115 Balls Congo, in progress, 2003 76 Happy's Curios, Women with Flowers and lithograph Price, 2000 103 Ghosted, fired and painted clay, 70 Happy’s Curios, 1972-77 75 Happy's Curios, individual cup, 1967 16 L. Violet, 1965 102 Br yan Law, Ken Price, Jackson 114 Works being painted, 2003 74 Larry Bell testing tequila cups, Taos, 1977 1968 Cheeks in foreground 101 Jackson Price with work in progress 69 Death Shrine 3, in progress, Taos, 1976 1 7/8” x 2 1/4” x 1 5/8” 13 L. Red, 1963 100 Work in progress, 1998, with 68 Groucho Marx Flower Cup 73 Happy’s Curios, tequila cups, 1fl. oz., 31 Blind Turtle Cup in Sand Saucer, 1997 99 Prone, fired and painted clay, 1997 111 Ken Price in Venice studio, 2002 72 Bob Irwin at Taos Pueblo Museum of American Art 98 Optimist, fired and painted clay, 112 Toots, fired and painted clay, 71 Happy's Curios, 1972-77 12 C. Violet, 1965 97 Pieces in Taos studio 66 Happy’s Curios, bowl from Town Unit 2 progress 30 Snail Cup, glazed ceramic, 1968, Bubbles, fired and painted clay, 1995 65 Town Cups, 1974-77 67 Happy’s Curios, 4 rows of cups, works in 11 B.G. Green, 1963, collection Whitney 96 2003 117 Works in progress, Venice studio, 2003 118 Works in progress, Venice studio, 2003 119 Half Caste, fired and painted clay, 2002 120 Works in progress 121 Bebe, fired and painted clay, 2003 122 Amazon, fired and painted clay, 2003 123 Long Tall Dexter, fired and painted clay, 2003 124 Inca Message, fired and painted clay, 2003 125 Wizard, fired and painted clay, 2003 126 Lower Silurian, fired and painted clay, 2004 86 1980s sculptures at the Menil Collection 127 Yogi, fired and painted clay, 2004 87 Tony Berlant with self-portrait 128 Ken Price, Taos studio, 2004 88 Old Sparky, fired and painted clay,1994 129 Ken Price, Taos studio, 2004 had the privilege to spend a life noting what appeals to him and structuring his responses into artworks. No dogma and ideas—a walk through the sunlit Chinati gallery resembled a walk out of doors in the wild except organized, concentrated, and focused. It also suggested a walk through a vital human outpost: one was simultaneously browsing in a well-considered pornography booth; an elegant rock and mineral shop; a well-funded medical school spore and virus lab; a toy store; and an astronomical radio telescope imaging lab. You need to know nothing to love these sculptures—just be alive and curious enough to look and, if lucky, touch. Utilize the same mode that gets you out of bed in the morning. The principal artwork at Chinati works this way. The perpetually attractive 100 mill-aluminum pieces configured by Donald Judd and the fluorescent lamp primer on color and light conceived by Dan Flavin in the six U-shaped buildings stimulate the senses and the reasoning mind upon contact. If you like water, you will like these pieces. No need to have an historical context, no need to know anything about New York in the sixties, no need to have seen the last show or read the last article—Flavin’s and Judd’s works here in Marfa are exhilarating to all but the dead and the academically hog-tied. Along comes Mr. Price. RUPERT DEESE R U P E RT D E E S E Objects to live with: Ken Price at Chinati Ken calls them sculptures, so that’s what I’ll call them. They are artful objects built and colored to mark his and, luckily, our way in the world—a little like Hänsel and Gretel’s breadcrumbs, or the pitons and chocks that rock climbers use to safely scale dangerous uncharted heights. Price has Objetos que conviven con nosotros: Ken Price en Chinati las migas de Hänsel y Gretel, o el equipo protector utilizado por los alpinistas para salvarse la vida mientras exploran territorio peligroso y desconocido. Price ha gozado del privilegio de pasar su vida fijándose en lo que le atrae y estructurando sus respuestas en forma de obras de arte. Nada de dogmas e ideas: un paseo por la galería de exhibiciones especiales de Chinati, iluminada por el sol, parecía una caminata al aire libre dentro de la naturaleza salvaje, pero organizada, concentrada y enfocada. Este paseo sugería también un viaje por un lugar humano y vital, ya que uno podía curiosear simultáneamente en un puesto de pornografía bien conceptuado, una excelente tienda de piedras y minerales, un laboratorio de esporas y virus bien financiado por una escuela de medicina, una juguetería y un laboratorio de imágenes de telescopio radial. No tiene uno que saber nada para dejarse embelesar por estas esculturas—sólo hace falta estar vivo y tener la suficiente curiosidad para extender la mano y, con suerte, tocar. Hay que emplear la misma estrategia que uno usa para levantarse de la cama por la mañana. Las obras de arte principales en Chinati funcionan de esta forma. Las piezas de aluminio de Donald Judd y el tratado fundamental sobre el color y la luz concebido por Dan Flavin en los seis edificios en forma de U, estimulan de inmediato el intelecto. Si a usted le gusta el agua, le gustarán estas obras. No hace falta ningún contexto histórico, In his 1986 Statement for the Chinati Foundation, Judd lamented his lost opportunity to install work by Ken Price in a decaying adobe building in nearby Ruidosa. To follow up on Ken las llama esculturas, y por eso así las llamo yo. Son objetos construidos y coloreados, hitos que marcan su camino en la vida—y, por fortuna, nos guían también a nosotros—, algo así como ningún conocimiento sobre Nueva York en los años sesenta. No tiene uno que haber visto la última exhibición ni leído el artículo más reciente ni analizado los últimos precios de subasta. Las obras KE N P RI CE S C UL P T U RE 1 9 9 4 - 2 0 0 4 , C HI N AT I F OU N DATI O N , I N S TAL LAT I ON V I E W. de Flavin y Judd aquí en Marfa llenan de pasión a todos, salvo los muertos y los académicos sin remedio. Y ahora entra en escena el Sr. Price. En 1986, en su Declaración para el Museo Chinati, Judd se lamentó de haber perdido la oportunidad para instalar una obra de Ken Price en un destartalado edificio de adobe localizado en el cercano pueblo de Ruidoso. Para darle seguimiento a este deseo no realizado, la Fundación hizo los arreglos para que se exhibieran 23 esculturas de Price, junto con 40 dibujos que datan de 1994. La exhibición, denominada Esculturas y Dibujos de Ken Price 1994 – 2004, organizada por el Director Adjunto de Chinati, Rob Weiner, inició en octubre de 2004 y cerró en abril de 2005. Las esculturas, instaladas en la galería de exhibiciones especiales, se desarrollaba en forma cronológica, comenzan38 FATSON , 1994. PRIVATE COLLECTIO N . Judd’s unrealized notion, the Foundation arranged for this exhibition of 23 Price sculptures along with 40 works on paper from 1994 to the present. The show, Ken Price Sculpture and Drawings 1994–2004, organized by Chinati’s associate director Rob Weiner, opened in October 2004 and closed in April 2005. The exhibit of sculptures unfolded chronologically, beginning on the left side of the gallery’s courtyard. Price’s alluring forms, rarely larger than what could happily be held in one’s arms, alit on well-proportioned Price-designed pedestals. These inhabited islands spread out before you in two 100-foot-long galleries, lit by evenly spaced windows that line the left and right courtyard walls, and more dramatically in the mornings and afternoons by pairs of windows at the east and west ends of the long galleries. The gallery that connects them is lit mostly by bounced daylight. In this darker space were found the only four encased works, lit by artificial lights. Once through this connecting corridor, you emerged into the second long gallery. Here views of the Price pieces were married with views of the Marfa landscape—the high desert plain and the distant mountains— lit by the same light. B O G O S T U F F, 1 9 9 5 . C O L L E C T I O N L I N D A S C H L E N G E R . The first and earliest sculptures in the show had forms resembling Price’s later work, but their coloration was different. Fatson (1994), a small keg of a sculpture, stirs excitedly with prominences emanating from its middle, activating the entire surface except where Fatson’s central crater shape presents a deep hole sucking back toward the piece’s interior. This push/pull shows up in Miroesque (1995) as well. It is easy to see why Price acknowledges the master surrealist in the title. Miró so often located the lively trip wire in nature’s forms— the point at which a shape starts to stimulate a response reserved for sex, hunger, or play. In Miroesque, Price models the hole differently than in Fatson; he evokes a muscular orifice instead of a geological one. And a willful little protrusion reaches around toward this hole to pleasure itself or to stifle a yawn. The color on these two pieces is similar—toned-down washes of the basic spectrum. The darkened yellow and orange appear greenish; the green, red, blue, and violet dominate. On Fatson, regions of color merge into each other: areas of violet-red bumps expand alongside areas of blue-green ones. Blooms of different rubbed or sprayed-on shades overlap each other. Fatson’s colors do desde el lado izquierdo del patio de la galería. Las atrayentes formas de Price, casi siempre del tamaño de las cosas que se pueden sostener cómodamente en los brazos, se acomodaban sobre pedestales bien proporcionados diseñados por Price mismo. Estas islas habitadas se extendían ante uno en el espacio abierto de la exhibición, que parecía un túnel. La galería, en forma de U, consiste en dos espacios de 100 pies de largo cada uno, iluminados de día por las ventanas situadas a intervalos iguales a lo largo de las paredes de ambos lados. Por la mañana y por la tarde, entra una luz dramática por las ventanas en los extremos este u oeste de las salas largas. La galería de transición, más oscura, se encuentra iluminada principalmente por una luz diurna reflejada. En este espacio estaban las cuatro luces artificiales de la exhibición, iluminando las únicas cuatro obras montadas en vitrinas. Un par de luces en el techo iluminaban Mooning (2003) y Itself (2003). Las otras dos luces se habían incorporado a cajas de exhibición hechas de madera, diseñadas específicamente por Price para Relief (2004) y Baby Green (2004). Al salir del sombrío corredor entraba uno en la galería opuesta, la imagen en el espejo de la primera galería larga. Se apreciaban las obras de Price junto con las vistas del paisaje desértico de 39 Marfa—el altiplano árido y las montañas lejanas iluminados por la misma luz. Uno tal vez haya percibido una sensibilidad semejante. Las primeras obras de la exhibición, las más tempranas, se parecían en su forma con las demás piezas, pero su coloración era diferente. Fatson (1994), una escultura como un tonel, proyecta una emoción nerviosa emanada desde su centro, energizando la superficie completa, excepto donde el cráter del centro presenta un hoyo profundo que succiona todo hacia el interior de la obra. Este empujar/tirar se manifiesta también en Miroesque (1995). Resulta fácil comprender por qué Price reconoce la influencia del maestro surrealista. Con mucha frecuencia Miró colocaba en las formas de la naturaleza un estímulo—el punto en que una forma comienza a provocar una respuesta reservada para el sexo, el hambre o el juego. Tanto es así que se nos hace difícil pasar de largo una de estas esculturas sin sonreír o sentir que se nos activa una hormona. En Miroesque, Price conforma el hoyo de modo diferente que en Fatson, pues evoca un orificio de musculatura en lugar de uno geológico. Y una tenaz protuberancia se acerca al hoyo para darse placer o tapar un bostezo. El color de las dos piezas es parecido: tonos asordinados del espectro básico. El amarillo oscuro y el naranja cobran un valor ver- MIROESQUE ,1995. are easier to pick out than those on Miroesque, which seems to have been colored by an unseen hand. The underlying colors in Miroesque are more blended, toned down, and unified so as to present a single but iridescent surface. With the sprite Bogo Stuff (1995), the color becomes more complex. The shape, another spore/keg with a mysterious bunghole, combines Price’s biological and geological inferences. But whereas Miroesque and Fatson have surfaces rich in transparent colors, Bogo Stuff shows patches of opaque colors suggesting either a blooming or eroding surface. A carnelian red emerges from two similarly toned shades of lime green. Pinpricks of intense yellow show up here and there. There are some gray patches as well. Each color remains discrete; the carnelian red, the dry lime greens, the yellow, and the others are the same in intensity and value everywhere they appear on Bogo Stuff’s surface. When seen from a few feet away, the color of the piece turns tan as the colors optically mix. The rusty red-orange Pagan (1996) perches like an exotic Chinese river rock on four rounded points. Its smooth, walnut-sized bumps are not eroded but built into existence. Whereas Pagan suggests a geologi- PA G A N, 1 9 9 6 . C O L L E C T I O N J A C K S O N P R I C E . cal artifact—it oscillates in scale, as good rocks do, between intimate and grand—Underhung (1996) is even more animated, almost suggesting two figures with arms connected. Almost completely dark blue, Underhung sits on only three rounded points. The space spanned by these legs is active with soft stalactites— relaxed pendants. The number of curved bumps, animated protrusions, and depressions differs from the first pieces; there are fewer. However, these swellings are larger in relationship to the whole piece. This change in proportion reveals a different set of similarities to the world. The scale now seems more figurative, like musculature bulging under a skin-tight sheathing. Underhung, like Pagan, is less barrel-shaped than the others. Both are organized around vertical axes; they stand more erect. Pagan principally gets its warm iron color from a mixture of two distinct reds, patches of black, and little patches of yellow. Underhung is a deep smalt violet-blue with little black and white spots serving to soften the color. La Cueva (1998) is similarly scaled and, like all of the pieces mentioned so far, features an attractive dark hole more or less centered on one side. This aperture, vestigial from pottery perhaps, is used here to doso, mientras que predominan el verde, el rojo, el azul y el violeta. En Fatson, hay áreas donde los colores se funden unos con otros: zonas de prominencias rojo-violeta crecen al lado de otras de color verdiazul. Se traslapan brotes de tonos oscuros aplicados por frotamiento o rociadura. Los colores de Fatson son más fáciles de distinguir que los de Miroesque; una mano invisible parece haberle provisto de color. Los colores subyacentes están más combinados, más opacos, y unificados para presentar una sola superficie tornasolada. Con el duendecillo Bogo Stuff (1995), el color se vuelve más complejo. La forma, otra espora/tonel con un misterioso hoyo, combina las inferencias biológicas y geológicas de Price. Mientras que Miroesque y Fatson poseen superficies ricas en colores transparentes, Bogo Stuff tiene manchas de colores opacos que sugieren una superficie en flor o en erosión. Surge el color cornalina de entre dos tonos de verde limón. Puntitas de un amarillo intenso se dejan ver aquí y allí. También hay unas áreas grises. Cada color conserva su identidad: el cornalina, los verdes limón, el amarillo y los demás revisten la misma intensidad dondequiera que aparezcan en Bogo Stuff’s. Contemplada desde una distancia de pocos metros, la pieza cobra un matiz beige, al mezclarse óptimamente los colores. 40 Pagan (1996), de un color rojo-naranja oxidado, se posa, como una exótica piedra en un río chino, sobre cuatro puntos redondeados. Sus protuberancias lisas, del tamaño de una nuez de nogal, no se formaron por erosión sino por construcción. Mientras que Pagan sugiere un artefacto geológico—oscilando, como las buenas piedras, entre pequeña y gran escala—, Underhung (1996) parece un poco más animado, evocando tal vez dos figuras con sus brazos conectados. Esta obra, de un color casi totalmente azul oscuro, descansa sobre sólo tres puntos redondeados. El espacio debajo de este arco está lleno de estalactitas suaves y activas. El número de protuberancias curvas, prominencias animadas y depresiones difiere de las piezas anteriores, pues ahora son menos abundantes. Sin embargo, estas prominencias son de tamaño más grande ahora en relación con la pieza entera. El resultado de este cambio de proporción es que la obra se asemeja al mundo real de maneras diferentes. Aquí la escala parece más bien figurada, con una musculatura prominente debajo de una envoltura muy ajustada. Al igual que Pagan, Underhung tiene una forma menos parecida al barril que las demás piezas. Pagan y Underhung están organizados alrededor de ejes verticales; son más enhiestos. Pagan deriva su color hierro U LT R A P U R P L E, 1 9 9 6 . P R I VAT E C O L L E C T I O N . stoke sexual fire in the viewer—a call to penetrate! Or to listen—the curved hole in La Cueva resembles that of an ear. La Cueva is organized horizontally, a bit like a wave that has been lifted from the water. The whole melting/rising shape is gray-blue flecked with reddish bits. The end to the right of the hole rises up, so you can search underneath for a sculptural pleasure: a small wave to surf, or a hillside niche in which to snooze. The surfaces of the earliest pieces have a soft roughness similar to well-painted masonry. The surfaces of Bogo Stuff, Pagan, and La Cueva are perfectly smooth. Underhung is almost smooth. Each of these four pieces, along with almost every sculpture shown in the gallery, is sanded to a polished surface so smooth it is easily mistaken for a ceramic or stone surface. This superfine sanding is part of Price’s ingenious method for presenting color. The color application is so apparently art-free that it is surprising to find out that the color, mixed into an acrylic medium, is brushed on by hand. With this method of paint application and sanding through to particular layers, Price’s colors inhabit the surface in small complex shapes, distinct and separate from each other like oil and water, mixing only optically on the crisp natural-world patterning of the surface. de una mezcla de dos rojos distintos, manchas de negro y pequeños parches superficie de cerámica o piedra. Este lijado superfino es parte del ingenioso método de Price para presentar el color. de amarillo. Underhung es de un azul Early in his career Price began applying paint, along with fired-on colors, to his clay forms. He would glaze or paint as the situation warranted. Over the years he has utilized nearly every available paint media and has found that acrylic polymer paint best suits his requirements for application, strength, color saturation, and longevity. All of Price’s works at Chinati were built up out of sculpture clay and bisque-fired—without any glazes or stains. They emerge from the kiln the natural color of the clay and fairly rough to the touch because of the coarse grog intrinsic to the clay. Soon the clay is nowhere to be seen. The sculptures are first painted black and then coated with as many as fourteen different acrylic colors—three or four layers of each. The pieces are coated completely, covered with paint with only the slightest regard to up or down, bottom or top, in or out. After the application of the complete sequence of coats, the coarse grog is still apparent beneath the paint; the heavily painted sculptures are still mildly rough to the touch. Price carefully begins to sand the surface of the painted sculpture. As the sandpaper removes the paint cobalto-violeta profundo con motas de blanco y negro que sirven para suavizar el color. La Cueva (1998) tiene una escala similar y, como todas las piezas mencionadas hasta ahora, ostenta un atrayente hoyo oscuro más o menos en el centro de uno de sus lados. Esta abertura, un vestigio de la alfarería, quizá, se usa aquí para atizarle el fuego sexual al obser vador—¡un llamado a penetrar! O a escuchar—el hoyo curvo se parece a un oído. Esta pieza está organizada en forma horizontal, un poco como una ola que ha sido levantada del agua. La forma, que se funde y se eleva, es grisazul con puntitos rojizos. El extremo a la derecha del hoyo se eleva, así que se puede buscar por debajo un placer escultural: una pequeña ola para hacer surfing, o un nicho en la ladera del cerro para dormir una siesta. Las superficies de Bogo Stuff, Pagan y La Cueva son perfectamente lisas. Underhung es casi liso. Las piezas anteriores se caracterizan por una suave aspereza parecida a la mampostería bien pintada. Cada una de estas cuatro piezas, y casi todas las esculturas exhibidas en la galería, son lijadas hasta que su superficie queda tan lisa que fácilmente se podría confundir con una 41 La aplicación del color no parece involucrar una técnica artística deliberada, y así resulta sorprendente constatar que el color, agregado a un medio acrílico, se aplica a mano utilizando un cepillo. Con este método de aplicar la pintura y lijarla hasta llegar a ciertas capas, los colores creados por Price habitan en la superficie en formas pequeñas y complejas, diferentes y separadas entre sí como el agua y el aceite, combinándose sólo como fenómeno óptico en patrones nítidos que recuerdan formaciones naturales. A principios de su carrera artística, Price empezó a aplicar la pintura a sus piezas de barro, junto con los colores que se impartían durante la cocción. Aplicaba esmalte o pintura según la situación. A lo largo de los años ha utilizado casi todos los medios de pintura y ha descubierto que la pintura polimérica acrílica satisface mejor sus necesidades de aplicación, resistencia, saturación de colores y durabilidad. Todas las obras de Price en Chinati fueron hechas acumulando capas de barro y cocidas una vez sin esmaltes ni tintes. Salen del horno con el color natural del barro y bastante ásperas al tacto, debido a la aspereza de la cha- UNDERHUNG , 1997. COLLECTION HAPPY PR ICE. from the high points of grog, the first buried color appears. Further sanding reveals deeper layers of the stratified paint. Violet surrounds orange, which surrounds blue—all at a jewel-like scale. Price sands an area down to a point where the color array seems right and then proceeds to sand down every square inch of the piece to exactly the same layer. The result is a modulated array of colors that seems to have emerged through a natural, non-human process. Colors rise up through the predominant surface color in spectacular small-scale blooms. Multiple colors, some barely visible, erupt or emerge from the freckled surfaces. This broken pointillist color projects out equally from any point on the surface; a spot of variegated color on any curve or fold seems to be the center of the work. Without any suggestion of application, the color radiates out from each convex or concave surface. The tones are not darker in crevices or lighter on the most robust swelling convex surface. Every square inch of the surface is pretty much the same as every other square inch of surface. The blue Opaline (1999) stood or sat as the most figurative work in the show. How confidently can you call a flowing blob a figure? Opaline is fig- L A C U E VA , 1 9 9 8 . ure enough. With a comical fat back, Opaline arches its smooth iridescent headless shape toward its own hole. What gives Opaline credibility as a creature—and even makes it seem scientifically plausible—is the opulence of its cerulean/reddish opalescent surface. The shape intrigues and the color—indicating tropical life, perhaps—entices with the winning power of sea blue, animated with little red flecks. Jean Arp famously observed that art is to artists as fruit is to trees. Arp first constructed, then carved and formed, exciting non-representational forms. He called them concretions (concrete objects)—a notion that was to be restated by denizens of the future Chinati collection. Arp’s objects were not representing any natural phenomenon; Arp did not reproduce an existing form. He invented concoctions that were evocative of many facets of our experience but free of the burden of verisimilitude. Arp managed to figure out which curves, lines, and proportions could be extricated from the attractive features of nature. His concrete objects harness the power of folds of skin, plump thighs, full breasts, taut calves, foreheads, cheeks, and necks. Price’s work is not abstract. Each object is quite real. Price makes con- mota que se le añade al barro utilizado en escultura. Pronto el barro no se ve por ninguna parte. Los objetos son pintados primero de negro y luego se les aplica hasta 14 manos de colores acrílicos—tres o cuatro capas de cada uno. La pieza se cubre totalmente de pintura, casi sin importar la orientación de la pieza hacia arriba o abajo, hacia fuera o adentro. Después de la aplicación de la secuencia completa de capas de color, la áspera chamota todavía se percibe debajo de la pintura y la escultura, con toda la pintura que se le ha aplicado, todavía conserva parte de su aspereza al tacto. Price comienza a lijar con esmero la superficie de la escultura pintada. El primer color enterrado aparece, mientras la lija quita la pintura de los puntos más altos de la chamota. Al seguir lijando, se hacen visibles las capas más profundas de la pintura estratificada. Price lija un área pequeña hasta revelar los colores y formas que le parecen adecuados, y luego procede a lijar toda la pieza hasta la misma profundidad. El resultado es un patrón de colores que parecen haberse manifestado mediante un proceso natural. Los colores suben a través del color predominante de la superficie en pequeños pero espectaculares brotes. Múltiples colores, algunos casi imperceptibles, emergen de las superficies moteadas. 42 Se proyecta un color fragmentado, puntillista, en forma igual desde cualquier punto de la superficie, y una mancha de color jaspeado en cualquier curva o doblez parece ser el centro de la obra. El color, que no parece haber sido aplicado, irradia desde cada superficie convexa o cóncava. Los tonos no son más oscuros en las grietas ni más claros en los puntos más elevados de la superficie. En cada pieza que Price emplea este método, cada centímetro cuadrado de la superficie se parece a todos los demás centímetros cuadrados de la pieza. Opaline (1999), de color azul, se destacó como la obra más abstracta de la exhibición. ¿Es posible llamar “figura” a una masa indistinta que parece estar fluyendo? Y sin embargo, Opaline es esencialmente eso: una figura. La parte de atrás es gorda y cómica, pero el resto de Opaline arquea su lisa y tornasolada forma hacia su propio hoyo. Lo que acredita a Opaline como criatura—y aun la hace parecer plausible desde el punto de vista científico—es la opulencia de su superficie opalescente cerúlea y rojiza. La forma es fascinante y el color—que tal vez evoque formas de vida tropicales—atrae con la elocuencia del azul marino, acentuado con puntitos rojos que dan animación al conjunto. Según la célebre frase de Jean Arp, el arte es, para los artistas, lo que el fruto OPALINE , 1999. COLLECTION LINDA SCHLENGER. Cristo-mountain-range-o-morphic, and probably most of all Happy-omorphic. para los árboles. Arp primero construía y luego tallaba y formaba emocionantes formas no representacionales. Las geomórficas, somórficas, octimórficas, tetamórficas, The smooth and monochromatic Ultra Purple (1996) was Price’s largest piece in the show. It squares up into a volatile rectangular block. I came across a sculpture of a coyote recently in an exhibit of Aztec artifacts. The black pumice coyote was also squared up and locked into a clear geometry. Yet it was volatile and ready to attack with its energy channeled across the diagonals. I thought, “Price!” Ultra Purple is charged like that. Unlike the tos)—una noción que sería reformulada por las obras que posteriormente residirían en la colección Chinati. Los objetos de Arp no re-presentaban ningún fenómeno natural. En lugar de reproducir una forma ya existente, Arp inventó creaciones que evocaban facetas de la esporo- cas, felixomórficas, lingamórficas, na- llamaba concreciones (objetos concre- muchas acuamórficas, mórficas, galactomórficas, nanomórfi- experiencia humana sin tener que someterse a las exigencias de la verosimilitud. Se las ingenió para determinar qué curvas, líneas y proporciones podían extraerse de los aspectos atrayentes de la natura- politetamórficas, testemórficas, analomórficas, penemórficas, bocamórficas, montonomórficas, vallemórficas, leza. Sus objetos concretos captaban la fuerza expresiva de los pliegues de la piel, la lozanía de unos carnosos muslos, la robustez de unos amplios senos, la tersura de una pantorrilla, la frente, la mejilla, el cuello. La obra de Price no es abstracta. Cada objeto es sumamente real. Price hace objetos concretos: entidades nuevas formadas a partir de potentes curvas y coloreadas con pintura dinámica pero bien ponderada, proviniendo los montañomórficas, lavamórficas, cueva- mórficas, mexicanomórficas, sierrasangredecristomórficas, y más que nada, probablemente, alegremórficas. Cerca de Opaline se encontraba una obra anterior, la lisa y monocromática Ultra Purple (1996). Ésta era la pieza más grande de la exhibición, en forma I MP U RE F ORM W IT H I M P UR E C OL OR , 2 0 0 4 , IN K AN D A C RYL I C ON PA P ER . G A ST ON L AC H AI S E, STAN DI N G W OM AN , 1 9 3 2 , BRO N ZE . crete objects: new entities formed of potent curves and colored with explosive, well-considered paint, their features culled out of Price’s experience of nature and culture. Price evidently loves and reveres his sources. The shapes in his work are: biomorphic, vegopomorphic, fructomorphic, geomorphic, aquamorphic, spore-omorphic, galact-o-morphic, nan-o-morphic, lingamorphic, nasal-o-morphic, ochti-morphic, tit-o-morphic, testemorphic, analmorphic, penil-o-morphic, mouth-o-morphic, pile-o-morphic, mountain-and-valley-o-morphic, lavamorphic, cave-o-morphic, Sangre-de- M O, 2 0 0 0 . de bloque rectangular. En una exhibición de artefactos aztecas descubrí recientemente una escultura de un coyote negro de piedra púmez, también rectangulado y encerrado en una nítida geometría. Y sin embargo estaba listo para el ataque, su energía pronta a desencadenarse. Pensé: “¡Price!” Ultra Purple está lleno de esa carga de energía. A diferencia del cinético Underhung, con el cual tiene cierta semejanza, Ultra Purple mantiene aprisionada su energía dentro de su estructura de detalles de la experiencia que ha te- bloque. nido el artista con la naturaleza y con Los escultores clásicos evocan el drama la cultura. Es evidente que Price ama y al representar los pechos y las cinturas admira a sus fuentes. Las formas que de heroicos soldados y atletas. Lachai- aprovecha en su obra son: biomórfi- se imbuyó de energía palpitante a los cas, vegetomórficas, fructomórficas, torsos de sus voluptuosas amazonas. 43 kinetic Underhung that it resembles, Ultra Purple keeps energy locked into its blockish structure. Classical sculptors elicited drama by rendering the chests and abdomens of heroic soldiers and athletes. Lachaise couched heart-pounding, breast-pumping energy in his voluptuous Amazon figures. This traditional drama of the torso, remarkable to Ultra Purple, continues on its top, almost level, plane. Here the washboard of an abdomen eases into a dark alpine landscape. With these sexy swellings, along with its sexual aperture on one of the broad sides, Ultra Purple evokes the twin pleasures of sexual congress and day hiking. The unexplicit and veiled sexual content in Price’s sculpture generates a great deal of attractiveness. In Mo (2000), an ample tongue-like wave rises up out of a relaxed dough pillow and poises itself to break back into that pillow. Under the tip of the lingam/wave, the slightly triangular pillow cleaves the base side into a busty front edge. Price keeps his forms light by shaping his masses as if they lived in water. The edges of the pillow float up and drift down, but just a little. Mo’s nearly smooth surface is principally mauve. Color in nature calls out difference. The tongue is alluded to with this spot- JEL L E D, 2 0 0 1 . C O L L E C T I O N S T E V E K O R F F. D Y N A M O B, 2 0 0 2 . C O L L E C T I O N P H I L S C H R A G E R , O M A H A , N B . ted reddish color. However, any time small points of light are evenly and loosely spread out on a dark field, the star fields of outer space are evoked and, sure enough, one can look deep into Mo. Relief (2004) and Baby Green (2004) were unique at Chinati, as they alone were displayed in theatrical cabinets devised by Price. Set at the back of little lit stages, the sculptures became characters. These small hieratic pieces are characterized by repeated, similar-sized folds of material that stack up into authoritative piles; Relief tops out with a sleepy phallus; Baby Green tops with a variant organ, perhaps a stylized vulva. Relief is sanded smooth, unleashing a russet color mottled with round spots of pale green. Baby Green is El drama, notable en esta pieza tan geométrica, sigue en su plano superior, casi a nivel. Aquí, un abdomen musculoso se convierte paulatinamente en un oscuro paisaje alpino. Con estos abultamientos sexuales, y la libidinosa abertura que se encuentra en un lado, Ultra Purple evoca el doble placer de las relaciones sexuales y una caminata diurna. El contenido sexual velado e implícito en la escultura de Price es sumamente atractivo. En Mo (2000), una ola en forma de lengua se levanta de una plácida almohada de masa y se alista para zambullirse de nuevo en su almohada. Por debajo de la punta de la ola/lingam, la almohada ligeramente triangular parte la base, convirtiéndola en un borde frontal con pechos. Price mantiene la ligereza de sus formas al formar sus masas como si vivieran en el agua. Los bordes de la almohada flotan hacia arriba y caen hacia abajo, pero sólo un poquito. La superficie casi lisa de Mo es mayormente de color malva. El color evoca las diferencias en la naturaleza. El color rojizo con manchitas alude a la lengua. Sin embargo, siempre que se observan puntos de luz esparcidos sobre un fondo oscuro, se evocan los campos de estrellas en el espacio sideral, y, por cierto, se puede ver en Mo una gran profundidad. Relief (2004) y Baby Green (2004) eran únicos en Chinati, ya que se exhibieron en gabinetes teatrales diseñados por Price. Colocados al fondo de pequeños escenarios iluminados, las esculturas se convirtieron en personajes. Estas piececitas hieráticas se caracterizan por sus pliegues repetidos, de tamaño similar, que se amontonan formando KE N P RI C E SC UL P T UR E 1 9 9 4 - 2 0 0 4 , C H IN ATI F O UN DAT IO N , IN S TA L LAT IO N V IE W. LULU , 2001. COLLECTION LINDA SCHLENGER. 44 INSIDE OUT , 2002. mountain horizon of India ink. Set against this motor of color is a big pink sculpture attended by an awestruck dark-haired pink female nude. Price’s erotic drawings and paintings always plainly diagram a sexual act or proposition. His images, rendered with rich black lines, use swelling curves to indicate a full breast or backside, deft wavy lines to signify vaginas, a small quick curve in an oval for an anus, common graffiti shortcuts to indicate a penis, blackfilled shapes to indicate patches of hair here and there. Between these solid lines are rich, flat areas of color. The voyeuristic Lovers consists of two apilamientos autoritativos: en su parte superior, Relief se corona con un falo soñoliento, mientras que Baby Green culmina con un órgano variante. La superficie de Relief ha sido lijada hasta dejarla lisa, revelando un color café claro con chispas de verde claro. Baby Green es del color de las chispas de Relief, un verde opalescente, a través del cual aparecen manchitas de café claro. Además de complementarse mutuamente, estas dos esculturas complementan la hermosa veta de la madera al interior de sus escenarios en forma de cubo. Aquí apreciamos claramente la elegante interacción de una superficie hecha por Price con una creada por marina. Olas y flujos de lava, sierras y escenas urbanas se construyen hábilmente con sólidas líneas negras que protegen campos de colores lisos. A veces Price utiliza un wash, y la dispersión capilar consiguiente crea un contraste interesante con los colores lisos. En todos los casos, la figura y el fondo se encuentran tan unidos que la obra es menos como una ventana y más como una composición de vitral—una creación llena de trocitos con color y significación, que juntos componen un lenguaje visual. Price ha trabajado con las imágenes exuberantes y estilizadas de lo sexual durante casi toda su carrera como artis- la naturaleza. ta. Sus dibujos y pinturas eróticos, como Estas dos esculturas como viñetas dan L OV ER S , 1 9 9 7 , I N K O N PAP E R . the pale green of Relief’s spots, a pearlescent green, through which little russet spots appear. Besides complementing each other, these two sculptures complemented the beautiful wood grain lining their cube-like stages. Here the elegant interaction of a Price surface with a naturegrown one is made manifest. These two vignetted sculptures suggest Price’s graphic work, examples of which were featured in a smaller gallery nearby. In his paintings Price uses a simple vocabulary, similar to that used in Ukiyo-e prints and midcentury American comics, to build images rich in color and legible through crisp shorthand indications of form. In Price’s land- and seascapes, waves and lava flows, mountain ranges and city views are built with deft solid black lines that harbor solid fields of color. Sometimes Price uses a wash, with its capillary dispersal of color, to complement the solid areas. These graded passages adroitly suggest atmospheric space. Sometimes a Price sculptural form is the subject of the painting. In Impure Form with Impure Color, Price lays out two areas of complementary colors—light greenish blue and dark orange-red—with one as the sky and the other as the high desert plain. The two colors are separated by a distant M O O N I N G, 2 0 0 3 . una idea de la obra gráfica de Price, ejemplos de la cual estaban siendo exhibidas en una galería cercana. En sus pinturas Price maneja un vocabulario sencillo, similar al utilizado en los grabados de Ukiyo-e y las historietas cómi- era de esperar, siempre son la representación de un acto o proposición sexual. Su imágenes, plasmadas con atrevidas rayas negras, son curvas que indican un amplio pecho o trasero, líneas onduladas para significar vaginas, una cur- cas estadounidenses de mediados del va pequeña y rápida en un óvalo para siglo XX, para crear imágenes ricas en sugerir un ano, una abreviatura gráfica color y legibles a través de breves y so- como las que aparecen en los graffiti brias indicaciones de la forma. A veces para indicar un pene, y formas llenas una forma escultural de Price, exhibida de negro para evocar zonas del cuerpo sola o en un paisaje, es el tema de una con pelo. Entre estas rayas negras hay pintura. Algunas de sus pinturas son áreas de color brillante y mate. de paisajes imaginados que parecen Pero la manera en que Price aprecia detalles de una escultura pintada. Con gráficamente el sexo se manifiesta por lo general dentro de un interesante con- frecuencia el tema es un paisaje o una 45 ITSELF , 2003. flat areas of basic color: white and black. This yin-yang composition is diagonal: the left half a black-shaded side of a city building and the right half a white paper sky bordered with a black line. Price cuts a small window into the dark side. Just above and left of center, this picture within a picture reveals a matter-of-fact sexual encounter. Both the depicted couple and the economical depiction are neat, confident, and charmingly prosaic. Everyone seems to be content. HUNG LOW, 2003. right position relative to the deck. With Mooning and Itself, as well as with Dynamo B (2002) and Inside Out (2002), getting all of the bulbous legs to land their spherical points simultaneously, while maintaining the proper fullness and drooping of each of their natural volumes, is a tour de force. Equally remarkable is the way in which the colored skin of every piece continues unbroken across the soles of the feet, covering the entire piece without regard to considerations of which end is up. The most distinctly linear pieces in the show were LuLu (2001) and Yap (2003). LuLu, a little yelping tripod bucking bronco insect dress glove, was the least volumetric work here. It whips out a serpentine air-filled flap away from its carapace base, which captures space the way a long-legged insect does—between its sets of legs. Once again Price’s coloring method does something unprecedented. Color emanates from randomly but evenly spaced color eruptions. Vermilion gives way to gold which parts to reveal green and then blue-black. The stratus of color appears precise as the movement of a Swiss watch. On LuLu the colors do not just expand outwards as they do on the more typical convex forms. They also fill LuLu’s bowl form: the arched space that faces toward texto visual o cultural: una representación, como en la alfarería mexicana de una luz azul vespertina que llena un apartamento en Los Angeles, y donde un foco amarillo-anaranjado ilumina la fellatio que tiene lugar allí. A Price le encanta toda la escena: el cielo azul y la pared del color amarillo del foco son tan importantes como los actores o las referencias al Sur de California. Mooning (2003) y Itself (2003), una pareja natural, también se captaron en vitrinas. Estas dos piezas tan parecidas se llevan la palma por su volición di- Like Relief and Baby Green, Mooning (2003) and Itself (2003) were also captured in glass specimen boxes. A natural pair, these two very similar pieces win the prize for directional volition. Each resembles a woolly scrota-mammoth slogging somewhere. Each resembles a sixpack of equally filled water balloons on a mission. Price’s pieces do not have flat bottoms. Most sculpture addresses the setting surface by being flat on the bottom. Price’s pieces are built to stand on a flat surface, but only as their natural protrusions meet the deck. Imagine a rock placed on a desk. It did not choose its wild form with your desk in mind. Price crafts each protrusion, pillow-like foot, or hemi-spheroid to set the piece in the reccional. Cada una parece un mamut lanudo que camina trabajosamente hacia algún lugar. Cada una parece un conjunto de seis globos llenos de agua del mismo tamaño, con una misión que cumplir. Las piezas de Price no tienen fondo plano. La mayoría de las esculturas están planas en su parte inferior para poder colocarse en una superficie. Las obras de Price están diseñadas para exhibirse en una superficie plana, pero sólo en la medida en que sus protuberancias hacen contacto con ésta. Imagínense una piedra colocada en un escritorio. La piedra no escogió su forma irregular pensando en el escritorio. Price forma cada prominencia, cada pata-almohada, cada hemi-esferoide para que la pieza pueda colocarse en la posición correcta en relación con la superficie 46 sobre la cual va a descansar. En el caso de Mooning y Itself, y también de Dynamo B (2002) y Inside Out (2002), el lograr que todas las bulbosas patas, con sus puntas esféricas, aterricen simultáneamente, y conservando al mismo tiempo la plenitud o lasitud de sus respectivas moles, es tarea difícil. Es notable asimismo que la piel coloreada de cada pieza sigue sin agrietarse a lo largo de las suelas de estos zapatos, cubriendo la pieza entera sin restricciones en cuanto a qué parte va hacia arriba o hacia abajo. Las piezas definitivamente más lineales de la exhibición eran LuLu (2001) y Yap (2003). LuLu, un guante-vestido-insectobronco reparando-tripié aullador, fue la obra menos volumétrica aquí. Extiende una bolsa serpenteante llena de aire desde su base en forma de caparazón, que capta el espacio de la misma manera que los insectos—entre sus largas patas. De nuevo, el método empleado por Price para impartir el color produce un efecto sin precedentes. El color emana desde erupciones cromáticas equidistantes, esparcidas al azar. El bermellón cede al color oro, que se abre para revelar el verde, y luego un azul-negro. Los estratos de color tienen la misma precisión que el movimiento de un fino reloj. En LuLu los colores no sólo se extienden hacia fuera, como en las típicas formas convexas más complejas. Aquí YAP, 2003. the deck. The color eruptions also complement the physical fullness of LuLu’s appendage by suggesting an expanding surface. In Khmer sculpture this fullness is called prana—full of breath—and prana filled every sculpture in the exhibit. In long-necked LuLu it is just more obvious. S O U T H S I D E, 2 0 0 3 . C O L L E C T I O N J O N I W E Y L A N D S I D N E Y F E L S E N . plex surface pattern of grog particles and then dried and fired it, the surface is rich with texture and ready for Price’s army of colors. también llenan la forma de tazón de LuLu, el espacio arqueado orientado hacia la superficie en que la obra descansa. Las erupciones de color también su integridad y no se agrieta mientras la escultura disminuye en tamaño durante el proceso del secado y la cocción. complementan el lleno físico del apén- In the 1960s Ken Price showed his work at the Ferus Gallery in Los Angeles, a gallery run by Irving Blum. In 1964 Blum exhibited a set of Andy Warhol paintings—soup cans—and Ken and Happy Price arranged to buy one. As the show closed, Blum decided that he could not or would not sell the painting to the Prices. Instead, perhaps as a consolation, he offered them a set of Albers silkscreened prints—The Homage to the Square: Ten Works by Josef Albers. Searching for a format to gracefully study color combinations and their interactions, Albers developed the homage to the square format. Three, four, or five colored squares appear to be stacked in descending size. The composition, depending on the value and intensity of the colors, provides some spatial allusion—a little like looking down a hallway. However, the most important result is the simple display of several colors, corralled in squares on the textured side of a Masonite panel. (Incidentally, in his 1990 essay on Albers, Judd described this format as “one of the best ideas in the world.”) dice de LuLu al sugerir una superficie en expansión. En la escultura de los Khmer este lleno se denomina prana—lleno de aliento—y la prana llenaba cada escul- Price has handled clay for fifty years or so. Even though plastic clay has a tendency to sag, Price’s deft handling of it enables him to make shapes usually made from plaster laid up on wood or metal armatures. He builds the pieces—stacking and shaping big coarse coils, modeling and pinching delicate passages, carving salient details—with sculpture clay. This clay allows Price to attenuate the forms and to work with unusually thick cross-sections. Critical to the stability of sculpture clay and to Price’s coloring procedure is the added grog. Grog, ground-up fired clay, is already shrunk and consequently supports the water-laden clay as it dries out and shrinks to its final state. Price’s clay body, rich with variably sized particles of grog, maintains its integrity—does not crack—as the sculpture shrinks during the drying and firing processes. After Price has sponged the piece to feature the com- La masa de barro, rica en partículas de chamota de diverso grosor, mantiene tura de la exhibición. Sólo que en esta pieza, con su largo cuello, resulta más notable. Price ha manejado el barro desde hace unos cincuenta años. Aunque el barro plástico tiende a caerse, Price maneja este material para crear formas que suelen hacerse con yeso, construidas por lo general sobre armazones de madera o metal. Construye las piezas con barro para esculpir, apilando y dando forma a rollos grandes y gruesos, modelando y pellizcando los lugares delicados, esculpiendo detalles prominentes. Este asombroso material le permite a Price atenuar las formas y trabajar con secciones bastante gruesas. Esencial en este proceso y en el método de lograr los colores es la chamota que se le agrega al barro. La chamota, que es barro cocido y luego molido, ya ha encogido y así sostiene el barro saturado de agua mientras éste se seca y encoge para cobrar su forma y textura final. 47 Después de que Price ha utilizado una esponja en la superficie de la pieza para darle su complejo patrón de granitos de chamota y después de cocer la pieza, la superficie tiene su rica textura y está lista para el ejército de colores que maneja Price. En los años sesentas, Ken Price exhibió su obra en la Galería Ferus en Los Angeles, administrada por Irving Blum. En 1964 Blum exhibió un grupo de pinturas de Andy Warhol—latas de sopa—y Ken Price y su esposa Happy hicieron los arreglos para comprar una. Al cierre de la exhibición, Blum decidió que no podría o simplemente no quiso venderles la obra a los Price. Prefirió, tal vez como consuelo, ofrecerles un conjunto de serigrafías de Albers—Homenaje al cuadrado: Diez obras de Josef Albers. Albers, buscando un formato para estudiar con gracia las combinaciones de colores y sus interacciones, desarrolló el homenaje al cuadrado. Tres, cuatro, cinco cuadrados de color parecen estar apilados en orden descendente según su tamaño. La pintura, dependiendo del valor e intensidad de los colores, alude hasta cierto punto al espacio—un poco REBUBLO , 2003. COLLECTION SI AND VICTORIA NEWHOUSE. ever, ceramic artists do not have the control that an oil painter has applying color by brush. This hobbled accuracy is offset by the phenomenon of color organized by the freed molecules during their time in the kiln. como si miráramos a lo largo de un pasillo. Sin embargo, el resultado más importante es la exposición de varios colores, reunidos en el lado áspero de un panel de masonite. (Por cierto, en un ensayo sobre Albers escrito en 1990, es su transición durante el proceso de la cocción, desde la aplicación manual a la fusión. En un principio creí erróneamente que la superficie creada por Price sería un esmalte cristalino, ya que es difícil adivinar cómo se ha aplicado el color. A los alfareros les fascina los Judd consideró que este formato era An aged artwork is almost always better than when it was new, because time has softened intention. The next best thing—anonymous artistry—is usually associated with media such as wood, marble, and high-fire ceramics, or techniques that unleash nature a little. Pollock captured the vectors of nature and locked in a natural flow in his drip paintings. Judd de-emphasized the hand of easel painting by utilizing factory construction and sprayed color application for his painted aluminum pieces. Flavin spilled colored light across the galleries mitigated by the number, placement, and color of fluorescent tubes. In Price’s work painted color unleashed from personality—signature brushwork—begins to evoke the unfettered color experienced in the world outside art. He has successfully developed a painting strategy that provides control of color and tone without leaving a signature of application. Price has sidestepped the theatrical aspect of artwork, the “una de las mejores ideas del mundo”.) Albers aplicó el formato rectilíneo conocido por los pintores de la Europa Occidental, pero eliminó en esencia el concepto de la obra como “ventana a otra realidad”. Albers extendía la pintura sobre la superficie áspera con un cuchillo, eliminando así la apariencia de pinceladas. Las composiciones cuadradas de Albers presentaban el color, puro y sencillo. Las esculturas de Ken Price presentan el color de manera pura, sencilla y magnífica. Uno de los admirables atributos del esmalte cocido en cerámica KE N P RI C E S T UD IO , W I T H J OS EF A L BERS P RIN T I N FO RG ROU N D. Albers harnessed the rectilinear format familiar to Western European painters, but essentially eliminated the window-to-somewhere-else of it. Albers spread the paint across this textured surface with a palette knife and thereby eliminated the signature of brushwork. Albers’ square compositions presented color, pure and simple. Ken Price’s sculptures present color purely, simply, and magnificently. One of the great attributes of fired-on ceramic glaze is its transition during the firing process from hand-applied to melted and fused. I first mistook Price’s surface to be a crystalline ceramic glaze surface, as it is difficult to imagine how the color could be applied. Potters are fascinated by the colors and surface qualities unleashed by high temperatures. How- T H E B U L G E , 2 0 0 4 . C O L L E C T I O N F R A N K L I N PA R R A S C H . 48 colores y las características de las superficies creados por las altas temperaturas. Sin embargo, los ceramistas no pueden ejercer el control que ejerce un pintor al óleo que aplica los colores con pincel. Esta limitación se compensa por el fenómeno del color organizado por las moléculas liberadas durante su tiempo en el horno. ¿Me atrevo a decir que éste es un color más natural? Una obra de arte añeja es casi siempre mejor porque el tiempo ha suavizado la intención. Sigue en orden de preferencia el anonimato del artista, asociado generalmente con los medios o técnicas que desencadenan una parte de la naturaleza, tales como la madera, el mármol y la cerámica cocida a alta temperatura. Pollock captó los vectores de la naturaleza en sus pinturas goteadas, dotándolas de un flujo natural. Judd redujo el énfasis en la mano, en la pintura de caballete, al utilizar técnicas de construcción y aplicación de color propias de las fábricas para crear sus piezas de aluminio pintadas. Flavin derramó una luz de color por las galerías, RELIEF , 2004. in discerning what crumpled piece of Americana you are seeing. Otherwise the work is as mute as flora. Price sets a similar condition. The convoluted blue-green Rebublo (2003) is an active concretion. It sits and twists like a rock about to act. The muted green infused with the hazy blue of atmospheric perspective calms the shape’s turgidity and sends Rebublo into the distance. Cerulean and a lighter pearlescent blue dominate but are checked by chrome green, yellow ochre, blue-black and bits of red. The combination indicates a land- or seascape. The watermelonsized Rebublo manages to evoke a great deal about spring. Rebublo also brings to mind The River, a well-known sculpture by Aristide Maillol. Rebublo, in fact all of Price’s sculptures at Chinati, sit or stand nude mitigada por la cantidad, la colocación y el color de los tubos fluorescentes. En la obra de Price, el color pintado desprendido de la personalidad—las pinceladas que son la firma característica del artista—comienza a evocar el color sin trabas que se experimenta en el mundo fuera del arte. Price ha desarrollado con éxito una estrategia para la pintura que aporta un control del color y del tono sin dejar su firma en la manera de la aplicación. Ha hecho caso omiso del aspecto teatral del arte, la evidencia del artista que debe no creerse para apreciar la obra. Encontramos notables interacciones de colores en Dynamo B (2002) y Inside Out (2002). La coloración aquí es más intensa que en las obras anteriores. Dynamo B, una pieza que es como un hidrante de incendio fluido que transforma seis columnas con patas en forma de bola en dos volúmenes voluptuosos vez se pinta. Una de las excepciones más notables es la de John Chamberlain, ejemplos de la cual están en exhibición permanente en Marfa, en un edificio industrial elegantemente remodelado. Chamberlain dobla el metal pintado—obtenido de vehículos antiguos—para hacia la parte superior del hidrante, y su superficie, de un color rojo sangre, reluce con enardecidos tonos de azul, verde y rojo, predominando este último. El azul es más fuerte en esta pieza, y hace que el rojo se vea casi violeta. Inside Out energiza de modo similar a sus colores: rojo, verde, negro y amarillo- crear afloraciones de mucho colorido y dinamismo. Un recorrido por el Edificio Chamberlain se parece un poco a un recorrido por un jardín botánico. Los esmaltes y lacas comerciales producen dosis de colores fascinantes. El único significado que puede encontrarse entre todos estos gigantes está en los títulos y, para el detective, en determinar qué aspecto estrujado de la cultura norteamericana uno está contemplando en un momento determinado. Fuera de esto, la obra es tan muda como la flora. Price fija una condición parecida. A RI ST I DE M A I LL OL , T HE RI V ER , 1 9 3 9 - 4 3 , LE A D. evidence of the artist that must be disbelieved in order to experience the work. Remarkable color interactions are found on Dynamo B (2002) and Inside Out (2002). The coloration here is more intense than in the earlier work. Dynamo B, a fluid fire hydrant of a piece that transforms six ballfooted columns into two voluptuous volumes by the time the hydrant tops out. Its seething, blood-rich surface glows with agitated blues, greens, and reds, with red dominating. The blue is strong here; it turns the red almost violet. Inside Out plays a similar energized gambit with red, green, black, and shaded yellow-orange. Price has noted that, despite his own early inclination toward colorful forms, sculpture is rarely painted. One of the recent exceptions to this state of affairs is John Chamberlain’s sculpture, a number of which are on permanent display here in Marfa. Chamberlain folds painted metal, gathered mostly from old cars, into colorful and dynamic blooms. Walking through the Chamberlain Building is like walking through a botanical garden. Commercial enamels and lacquers deliver passages of intriguing color. The only meaning to be found amongst these behemoths is in the titles and, for the detective, BABY GREEN, 2004. COLLECTION GLENN SCHAEFFER. El contorsionado Rebublo (2003) es una concreción activa en azul-verde. Está sentado y se retuerce como una roca a punto de moverse. El verde opaco, imbuido del brumoso azul de la perspectiva atmosférica, calma la turbiedad e instala a Rebublo en la lejanía. Dominan el cerúleo y un azul perlino más claro, pero los mantienen a raya el verde cromo, el ocre amarillento, el anaranjado sombreado. Price ha obser vado que, si bien se ha negro azulado y unos cuantos retazos sentido atraído por las formas colori- de rojo. La combinación evoca paisaje y mar. Esta pieza, del tamaño de una das desde el principio, la escultura rara 49 or naked. Maillol’s The River portrays a reclining, almost falling, female figure, on her back, her semi-smiling face turning up, her arms and legs poised delightfully in action. I have never looked at that sculpture and wondered what or why. The River’s action and fullness are just so; she teeters between rest and activity and her hands seem to be mudras for bliss and curiosity. Rebublo has a bit of that. The penultimate piece in the show was Hung Low (2003). This blob-like tripod rises up to issue a relaxing priapus that elegantly curves and swells down toward, but not touching, the pedestal. Price’s sculptures almost always toy with gravity. As a part rises and expands, another, in equal measure, droops and contracts. It must be clear by now that there exists a visual language of curves and swells that correspond to sexual desire. Hung Low drives the point home. The Bulge features complex color interaction. Price’s coloring often sets to work the complementary pair of red and green to work. These two colors have nearly the same value or tone at full intensity. If Price’s pieces at Chinati were not blue, green, or violet, they were a version of this complementary pairing. Many colorists have taken advantage of the vibration that occurs when these two colors are placed near each other. The Bulge is somewhat different; it plays three colors fairly equally. Cyan, red, and green make up the variety of colors we see on a television or a computer screen. The Bulge uses these three in various intensities to create a color that appears warm gray from a distance. Up close, however, The Bulge is tripping with color interactions and blooms. The most intense color is a bright copper blue that interacts wildly with the matrix of red and dull green from which it emerges. The dominant color is a pearlescent pink. Once again the scale shifts dramatically from bacteria to moss colonies to stellar clouds. What are we looking at? sandía, logra sugerir muchos elementos primaverales. Rebublo también recuerda a otra escultura familiar. Rebublo y todas las esculturas en exhibición en Chinati están sentados o parados, desnudos. Otro maestro de la voluptuosa desnudez, Aristide Maillol, hizo una escultura llamada El río, que evoca una figura femenina recostada en su espalda, casi en caída libre, su rostro semisonriente vuelto hacia arriba, sus brazos y piernas en posición de alegre acción. Nunca al mirar esa escultura he preguntado qué o por qué. Su acción y su plenitud están exactamente así: sus manos parecen mudras por la felicidad y la curiosidad. Rebublo tiene un poco de esa cualidad. La última pieza de la exhibición fue Hung Low (2003). Este tripié informe se levanta para proyectar un relajado priapo que se extiende en curva creciente hacia abajo, sin tocar el pedestal. Las esculturas de Price casi siempre desafían la gravedad. Mientras una par- K EN P RIC E P OS T E R F OR T HE C HI N ATI F O UN DAT I ON . I ran into a friend the other morning at the local grocery store. She was completely pregnant—close to term—and she handed a huge cantaloupe across the counter to be weighed. What a pair of volumes! A lot of Price’s work celebrates such fecundity. And fecundity and ripeness are best indicated with fullness. The Bulge (2004), the last piece in the show, is full. Perhaps the most symmetrical piece shown, you could divide it equally down its long axis. The Bulge marries a sloping melon/belly volume to a stack of four caricatured flattish lingams. The form shares symmetry, evocative power, and sex appeal, if not size, with the mighty but miniature Venus of Willendorf. Price mines the pleasure found in round bellies, lapping or protruding. The Bulge also celebrates relaxing. te se eleva y expande, otra parte, en igual medida, cae y se contrae. Debe haber quedado claro ya que existe un lenguaje de cur vas y excrescencias que corresponden al deseo sexual—un len- tono cuando se ven en la plenitud de su intensidad. Si la pieza no es azul, verde o violeta, es una versión de este apareamiento complementario. Muchos coloristas se han aprovechado de la vibración que ocurre cuando se colocan dichos colores uno al lado del otro. The Bulge es un poco diferente, pues parece conceder una importancia casi igual a tres colores: el ciano, el rojo y el verde son los colores que vemos en una pantalla de computadora o televisión. En The Bulge se usan los tres en una variedad de intensidades para crear un color que se ve desde cierta distancia como un gris cordial. De cerca, sin embargo, The Bulge está colmado de interacciones y afloraciones de colores. El color más intenso es un azul cobre vivo, que interactúa desenfrenadamente con la matriz de rojo y verde opaco desde la cual emerge. El color predominante es un rosa perlina. Nuevamente, la escala cambia dramáticamente desde las bacterias a las colonias de musgo a las nubes estelares. ¿Qué estamos viendo? Tengo en mi cocina una sandía que me recuerda un poco a estas esculturas de Price. Sin embargo, tiene un tallo. En ninguna de las obras de Price existe un guaje sexual visual. Hung Low confirma I have a watermelon in the kitchen and it reminds me a bit of these Price sculptures, but it has a stem, an indication of where it grew. Price’s work offers no such clues. No navel. No root. No bottom. No backside or underside indicated by a signature and date. No wizard behind the curtain. In this regard the pieces seem geological: erratic boulders—or astronomical: nebulae. Although Price gives his pieces titles that lead your attention and your imagination here or there, he ends up telling you nothing about anything in particular. He is not conveying news. His work is not episodic. The work is evocative of what goes on in spite of the news. Price’s oeuvre does not just happen. Although ease pervades, Price works long and hard to have his sculpture evoke playfulness and sensuality. The craftsmanship is impeccable and almost extreme. The resulting vital sculptures do everything but breathe. esta obser vación. El otro día me topé, en el supermercado, con una amiga. Estaba totalmente embarazada—pronto daría a luz—y pasaba un enorme melón, por encima del mostrador, al empleado para que lo pesara. ¡Vaya par de bultos! Era el mes de mayo y yo me regocijaba. Una gran parte de la obra de Price celebra la fecundidad. Y la fecundidad y la madurez se comunican mejor mediante la amplitud. The Bulge (2004) es amplio. En realidad, tanto The Bulge como Hung Low podían considerarse las últimas piezas de la exhibición, aunque aquél, una obra nueva, estaba más cerca de la puerta. Era tal vez la pieza más simétrica de la exhibición, pues se prestaba a una división longitudinal por su eje más largo. The Bulge coloca un volumen de melón/barriga al lado de un montón de cuatro lingams aplanados y caricaturados. La forma comparte su simetría, poder evocador y energía sexual, si no su tamaño, con la impre- indicio que nos diga dónde se cultivó o creció. Ningún ombligo. Ninguna raíz. Sus obras no tienen fondo ni parte trasera ni parte inferior con la firma del artista y la fecha. Ningún Mago de Oz. En este sentido las piezas parecen geológicas, peñones erráticos o nebulosas astronómicas. Price bautiza a sus piezas con títulos que inclinan el pensamiento hacia acá o hacia allá. No obstante, el título no revela nada en particular. Price no está comunicando una noticia. Su obra no es episódica. En cambio, evoca lo que sucede a pesar de las noticias. La obra de Price no se da sola. Está imbuida de una fácil naturalidad, y a pesar de que la sensualidad se asocia con el juego, Price se esfuerza mucho para que su escultura evoque una sensualidad juguetona. Su artesanía es impecable y casi exagerada. Construye sus formas como un Bernini y las pinta como un Albers. A los objetos resultantes, lo único que les falta es que respiren. sionante Venus de Willendorf. Price se regodea en el placer que producen las barrigas redondeadas, caídas o protu- Rupert Deese, a painter residing in New York, berantes. The Bulge también celebra el New York and son of the potter Rupert Deese, Nueva York, e hijo del alfarero Rupert Deese, Sr. relajamiento. Sr. of Claremont, California, received his MFA de Claremont, California, realizó su maestría en The Bulge involucra una interacción in ceramics from the University of California, cerámica en la Universidad de California, Santa compleja de colores. La coloración que Santa Barbara in 1976. Deese fabricated Don- Bárbara en 1976. Deese fabricó muebles de Do- maneja Price opone con frecuencia el ald Judd furniture from 1990 to 1994 and was nald Judd de 1990 a 1994 y fue artista en resi- rojo y el verde, elementos contrarios an Artist in Residence at Chinati in 1994. dencia en Chinati en 1994. que se complementan. Estos dos colores tienen prácticamente el mismo valor o 50 Rupert Deese, pintor que reside en Nueva York, erned, ordinarily thought of war as failure, they would not be in Arabia. But even there, without being able to say why they are there, war is exciting and a little glorious and seems to be a brave defense. This war, which may carelessly grow to be World War III, will be very destructive in lives as in buildings, which are labor and effort, the construction of lives. But war is not just a mindless spasm that goes away. The preparation for war for all our lives has made our society. At length and steadily it destroys constructive and peaceful activities. Almost no one in the United States has said that for fifty years the country has been a military state and that the “Cold War” was, as it is again, a situation devised to maintain that military state. War is patriotism, which is first, single, and sacrosanct. Hardly anyone dares to complain or object, mostly no one thinks to object. In August almost no one in the United States objected to Americans being sent to Arabia. The intention was obviously to set up a situation for further soldiers and for war. Since then there has been even less discussion than accompanied the last election, the least lively in a dead series, the height of the freedom worth dying for. War is sacrosanct. There can be no discussion of its benefits and results. Not even the most crass self-interest is considered; war is conspicuously without self-interest. To the Americans it immediately means the total destruction of the enemy. The last time that they couldn’t do that was against England in 1812. They have no grand plan, other than maintaining the military, only little schemes, and no purpose once war begins other than extermination. Here is an example from 1891: DONALD JUDD Nie wieder Krieg Este ensayo fue escrito en los días anteriores al inicio de la Guerra del Golfo Pérsico en enero de 1991. El título en alemán significa “No más guerra”. Es difícil escribir acerca de asuntos pacíficos y constructivos antes de una guerra. Es difícil vivir bajo la amenaza de la guerra durante toda la vida, y saber además que las razones no son determinadas por factores externos y serios, sino por causas internas y frívolas. La guerra es el fracaso. La causa de la guerra es la negligencia, el desperdicio, la inopia, la complacencia y la pereza. Por eso es la solución y el sueño de los burócratas gubernamentales y también la salida más fácil para sus súbditos. Si los estadounidenses, tanto los gobernantes como los gobernados, concibieran habitualmente la gue- rra como el fracaso, no estarían en tierra árabe. Pero aun allí, sin poder explicar por qué están allí, la guerra es emocionante y un poco gloriosa y parece ser una valiente defensa. Esta guerra, que por descuido pudiera evolucionar en la Tercera Guerra Mundial, será muy destructiva de vidas y de edificios, los cuales son mano de obra y esfuerzo, la construcción de vidas. Pero la guerra no es simplemente un DONALD JUDD espasmo inmotivado que luego desaparece. Durante toda nuestra vida los Nie wieder Krieg preparativos de guerra han construido nuestra sociedad. Constante e inexorablemente destruyen las actividades positivas y pacíficas. Casi nadie en los Estados Unidos ha dicho que durante 50 años el país ha guerra es sacrosanta. No puede haber discusión sobre sus beneficios ni sus resultados. No se toma en consideración ni el interés propio más extremado; la guerra carece absolutamente de interés propio. Para los estadounidenses, significa la destrucción del enemigo. La última vez que no sucedió así fue en Inglaterra en 1812. No tienen plan maestro aparte de mantener sus fuerzas militares—sólo cuentan con mínimos esquemas y, una vez iniciada la guerra, no los mueve otro propósito que el exterminio. He aquí un ejemplo de 1891: Sólo informes incompletos han llegado a la Agencia Pine Ridge relativos a la batalla ocurrida el Día de Año Nuevo entre las tropas del general Carr y los indios levantados. Varios de éstos han quedado heridos, y algunos caballos del Gobierno han sido capturados por los levantados. El general Miles se encuentra actualmente en la Agencia, preparándose para el último acto de este cruento drama. Su plan consiste en rodear por completo al enemigo; luego, en caso de que se nieguen a rendirse, no tardará en borrar a los rebeldes Sioux de la faz de la tierra. Se supone que los estadounidenses son inocentes, lo cual no es cierto, e ingenuos, que sí es cierto, y malos para la diplomacia, también cierto, y faltos de propósito. Son violentos e ingenuos, tan peligrosos como si fueran calculadores, y aun más. Sin embargo, el otro extremo, el del gobernante calculador y egoísta, no se ha hecho realidad. Los que dan origen a la guerra son tontos y perezosos y se dejan guiar por los vagos y moribundos slogans de instituciones ya muertas. Una generalización que encontré—más certera que la mayoría—es que uno debe comprobar constantemente si una institución social de grandes dimensiones, o sus generalizaciones, siguen vivas, This essay was written in the days before the tenido un gobierno militar y que la Gulf War began in January 1991. The title “Guerra Fría” fue, como lo es nueva- Meager reports have reached Pine Ridge mente, una situación inventada para Agency of the battle fought on New Year’s y lo único que queda por un tiempo mantener ese estado militarista. La Day between General Carr’s troops and son los slogans. Ahora ni los Estados guerra es el patriotismo: lo primordial, the hostile Indians. Several Indians have Unidos ni la Unión Soviética hablan en lo único, lo sagrado. Casi nadie se been wounded and a number of Govern- slogans—Bush murmura uno de vez en atreve a quejarse ni oponerse, pues ment horses captured by hostiles. General cuando, pero le cuesta trabajo decirlo en realidad nadie piensa en la oposi- Miles is now at the Agency, preparing for sin tropiezos—y todavía los pueblos means “Never Again War.” It’s hard to write about constructive and peaceful matters before a war. It’s difficult to live threatened by war all your life, and further to know that the reasons are not outwardly determined and serious, but are inwardly caused and frivolous. War is failure. War is caused by carelessness, wastefulness, thoughtlessness, incompetence, complacency and laziness. That’s why war is the solution and dream of governmental bureaucrats, and as well the easiest way out for their subjects. If the Americans, governors and gov- o si en algún momento lo estuvieron. Todo, lo bueno y lo malo, se deteriora, ción. En agosto casi nadie en este país the last act in the bloody drama. His plan de ambas naciones se someten y obe- se opuso a que se mandaran estado- is to completely surround the enemy; then, decen. Es como diluir el licor con agua unidenses a Arabia. La intención fue in case they refuse to surrender, he will hasta que el tomador se emborracha obviamente la de crear una situación lose no time in wiping the rebellious Sioux con agua. para más soldados y para la guerra. off the face of the earth. Desde entonces ha habido menos dis- La guerra es de los ricos y los flojos. Es fácil, sencilla. El totalitarismo The Americans are supposed to be innocent, which they are not, and naïve, which they are, and not good at diplomacy, which is true, having no purpose. They are vicious and cusión al respecto que sobre las últimas elecciones, el elemento menos vivo en una serie muerta, el colmo de la libertad que debe ser perpetuada aunque cueste la vida preservarla. La 51 es fácil y sencillo. La Unión Soviética cree que ahora es cuando está más fácil, ya que los burócratas derrotaron la amenaza de la reforma procediendo de una manera todavía más lenta, naïve and just as dangerous as if they were calculating, even more so. The other extreme, however, of the calculating, selfish, and ruthless ruler is never reached. The originators of war are foolish and lazy and guided by the vague and dying slogans of institutions already dead. One generalization that I found, a better one than most, is that you should constantly check whether a big social institution, or its generalizations, are still alive, or if it ever was. Everything, good and bad, decays and all that remains for a while are slogans. Now neither the United States nor the Soviet Union can even speak in slogans—Bush mumbles one from time to time but he has trouble getting it right—and still the people of both countries submit and follow. It’s like watering the liquor until the drunkard gets drunk on water. War is rich and lazy. It’s simple and easy. Totalitarianism is simple and easy. The Soviet Union thinks it’s easiest now, since the bureaucrats solved the threat of reform by moving even more slowly, to go back under the KGB and the military, even more idle, even more wasteful. The President of the United States, once chief of the CIA, is not interested in the declining productivity of the country and its debt, the results of the military economy; he is not interested in real problems and solutions. A war can hide these problems. No one has stated flatly that the main purpose of the invasion of Arabia is to provide a reason not to reduce military expenditure. The United States is in Arabia to continue its military establishment. It searched desperately after “the Cold War ended” and finally, since Panama was so quick and the “Drug War” so insufficient, found, even made a justification for the military. All talk of small reductions ceased. I suspect the United States “set up” Saddam Hussein, enticed him into Kuwait, so as to produce a situation of imminent war. It was desperate for the threat of war. Once there is something to destroy, it’s easy to let destruction run in order to conceal the real problems. Destruction can only be of construction and consumes it. The Soviet Union ran what it had into the ground for seventy years and now that’s buried. As A.J.P. Taylor said, the Russian people are fine and don’t deserve their government. But of course everyone deserves their government since they allow it. The people in the Soviet Union, which is a perfect name for reform, should object quickly, while they can. The United States has been running down its economy for sixty years and had a better start, so that it will be later, but not much, in burying itself. World War II, in so far as it was about anything, was about the somewhat conflicting natures of the large central systems. The present threats and wars are the death throes of these systems, which will fight each other over minor distinctions as they collapse. They all have ideas of the future, based on central authority, joined to ideas of the past created for the nation. None of this hangs together, which is a good reason not to die for it. There is not enough freedom in the Soviet Union to produce art. There will not be enough to produce science, even technology. At this point destruction collapses upon itself, like an old star, in fact like a “red giant.” Uncle Sam can be like the white dwarf. The steady pressure and bureaucratization and militarization has pretty much destroyed art and architecture in the United States. Art is back to less than the handful that it was in the forties and fifties. And like the Soviet Union, the United States proves that the large bureaucratic system cannot have its own art. This inability is the sign of its general inability, of its failure as a viable philosophy, just as the inability of Christianity for 300 years to produce good art is the sign of its demise as a reality. Some institutions have produced good art and architecture, not lately, some at least have barely allowed these, as during the fifties and sixties in the United States. In 1984 I saw the cemetery of Piskaryovskoye in Leningrad. Five hundred thousand people are buried there, even so only a part of those who died during the siege. I made a poster of a photograph of the cemetery as a poster against war. Last year in considering posters for this exhibition, I was inclined not to put this in the show, since it seemed to have become irrelevant. And now it’s relevant. The Soviet Union is going back to 1984 and the United States is in 1984, off in the desert preparing for perpetual war, claiming for itself the biggest justification ever, that of policing the world, forever seeking each Idi Amin. One hundred and seventy years ago Simón Bolívar said that the United States would destroy all freedom in para volver a encontrarse bajo el KGB y el ejército, todavía más gente muere, hay todavía más desperdicio. El presidente de los Estados Unidos, antes director de la CIA, no se interesa en la productividad decreciente y la deuda de la nación, resultado de la economía militar; no se interesa en los problemas reales ni las soluciones. La guerra puede ocultar estos problemas. Nadie ha declarado terminantemente que el propósito principal de la invasión de Arabia ha sido crear una razón para no reducir el presupuesto militar. Estados Unidos está en Arabia porque quiere perpetuar sus estructuras militares. Buscó desesperadamente tras “el fin de la Guerra Fría” y por fin, como lo de Panamá duró muy poco y la “guerra contra las drogas” resulta tan insustancial, encontró, e incluso inventó, una justificación para su cultura militar. Se acabó toda discusión de reducciones. Sospecho que Estados Unidos le tendió una trampa a Saddam Hussein, desafiándolo a que invadiera Kuwait, para producir una situación de inminente guerra. El país ansiaba una amenaza de guerra. Una vez que exista algo que destruir, resulta fácil dejar que la destrucción siga su curso para ocultar los problemas verdaderos. La destrucción sólo puede ser de la construcción, a la que consume. Durante setenta años la Unión Soviética fue dilapidando lo que tenía, y ahora no queda nada. Como dijo AJP Taylor, el pueblo ruso es noble y no merece su gobierno. Pero por supuesto, todos merecen su gobierno si lo aguantan. La gente de la Unión Soviética, que es un nombre perfecto para la reforma, debe oponerse pronto, mientras todavía pueda. Estados Unidos lleva sesenta años malogrando su propia economía, y comenzó desde un punto más alto, así que tardará más, aunque no mucho, en irse a la perdición. El sentido de la Segunda Guerra Mundial, si es que tuvo sentido alguno, es que los grandes sistemas centrales se hallaban hasta cierto punto en conflicto. Las amenazas y guerras actuales son la agonía de dichos sistemas, los cuales se disputarán la supremacía militar hasta sufrir el colapso. Todos tienen sus ideas sobre el futuro, basadas en la autoridad central, aunadas a las ideas del pasado creadas para la nación. Nada de esto resulta racional, por lo que no vale la pena morir en nombre de la causa. No existe suficiente libertad en la Unión Soviética para producir arte. No la habrá en medida suficiente para producir ciencia, ni aun tecnología. En este punto la destrucción se colapsa en 52 sí misma, como una estrella, como un “gigante rojo”. El Tío Sam puede parecerse al enano blanco. La constante presión y burocratización y militarización han destruido en gran medida el arte y la arquitectura en Estados Unidos. El caudal del arte es otra vez tan exiguo como lo fue en los años cuarenta y cincuenta. Y, al igual que la Unión Soviética, Estados Unidos es la prueba de que el gran sistema burocrático no puede poseer su propio arte. Esta incapacidad es señal de una incapacidad general, de su fracaso como filosofía viable, del mismo modo que durante trescientos años la incapacidad del cristianismo de producir buen arte es señal de su acabamiento como fenómeno de la realidad. Algunas instituciones han producido arte y arquitectura de buena calidad, aunque no recientemente; algunas los han apenas tolerado, como es el caso de los años cincuenta y sesenta en Estados Unidos. En 1984 vi el cementerio de Piskaryovskoye, en Leningrado. Están enterradas allí quinientas mil personas, sólo algunas de las que murieron durante el cerco. Hice un poster de una fotografía del cementerio como un mensaje contra la guerra. El año pasado, al decidir qué posters incluir en esta exhibición, opté por no incluirlo, como ya no parecía ser oportuno. Pero ahora sí tiene relevancia. La Unión Soviética regresa a 1984, y Estados Unidos está en 1984, allá en el desierto preparándose para la guerra perpetua, reclamando para sí la más grande justificación posible, la de ser policía del mundo, siempre a la caza de cada Idi Amín. Hace ciento setenta años Simón Bolívar afirmó que Estados Unidos destruiría la libertad en nombre de la libertad. O, como dijo Simon de Montfort de los albigenses: “Tuez-les tous! Dieu reconnaîtra les siens.” La consecuencia de una economía falsa, la economía militar, es una sociedad falsa. Una consecuencia de ello es un arte y una arquitectura falsos. Mientras la burocracia opresora se hace omnipresente y omnisciente, se encogen el arte y la arquitectura verdaderos. Como he manifestado anteriormente, la arquitectura, que es más vulnerable, ha desaparecido por ahora. El próximo en hacerlo será el arte. Hay ciertos arquitectos que yo no conocía, pero los que sí conozco a nivel internacional son casi todos horribles, excepto tal vez Tadoa Ando, de quien sólo sé poco. Mario Botta ha diseñado últimamente un museo de arte para San Francisco, con lo que se consagra sólidamente entre los horribles. Los museos de arte son la the name of freedom. Or as Simon de Montfort said of the Albigensians: “Tuez-les tous! Dieu reconnaîtra les siens.” The consequence of a fake economy, which is the military economy, is a fake society. One consequence of that is fake art and architecture. As the enforcing bureaucracy grows omnipresent and omniscient, real art and architecture shrinks. As I’ve said elsewhere, architecture, which is more vulnerable, is gone for now. Art is next. There are certain architects that I don’t know of, but the ones I do know of internationally are almost all terrible, except perhaps Tadao Ando of whom I know little. Mario Botta has recently designed an art museum for San Francisco which establishes him solidly among the terrible. Art museums are the best form of fake architecture since neither the clients nor the architects take art seriously. And then many artists obligingly add fakes to those made by ignorance. The art museum becomes exquisitely pointless, a fake of fakes, a double fake, the inner sanctum of a fake society. Of course Hans Hollein is good at this. He and the Guggenheim Museum of New York plan a negative and fake Guggenheim for Salzburg, a hole in the ground. What is the public and what are students supposed to think of the horrifying design of Frank Gehry’s Vitra Design Museum? These buildings make a joke of architecture, of art, of culture, of the community, and of the whole society. This allows the present horrifying situation; it decorates it. The socalled “post-modern” architecture is a manifestation of the fake economy, even of fake business, of fake institutions. It’s perfect that McDonald’s has opened in Moscow where the KGB can keep the line straight. It’s all meeting on the right. Eventually it will become obvious that fake was fake, but this is going to be too late for us. And probably when this is recognized, fakes will dominate. It’s endless. Fascist architecture’s main quality is not its aggressiveness but its mindlessness and vague generality, that is, that it is fake. Mostly the fake disappears, which is less likely in architecture than in disposable art, but for a long time now new fakes have far exceeded real work. This is a permanent condition in the United States. The vague purpose of the museum is to immobilize art, to have culture without culture having any effect, to make art fake. The purpose of fake is to avoid disturbing the social hierarchy. The definite purpose of grand expenditures in a community is to show the power of the central government without disturbing the hierarchy of the community and without benefiting it. One reason for a great military force is the same. It uses up a lot of money and doesn’t do anything. An example of this in architecture is some news from Philadelphia: mejor manifestación de la arquitectura falsa, ya que ni los clientes ni los arquitectos toman el arte en serio. Y luego muchos artistas amablemente agregan falsificaciones a las que se hicieron por ignorancia. El museo de arte entonces se convierte en algo primorosamente inútil, una falsificación de falsificaciones, una doble falsificación, el reducto sagrado de una sociedad falsa. Desde luego que Hans Hollein se destaca en este sentido. Él y el Museo Guggenheim de Nueva York están planeando un Guggenheim falso Kaplan, directora ejecutiva de la Comisión de Planeación Urbana. “Pero a pesar de toda esta pobreza, un alto porcentaje de la gente es dueña de su propia casa, desde 38 a 60 por ciento, según la zona, y eso es un indicador muy positivo.” El lunes por la noche el equipo convocó una reunión de los habitantes del área, donde soñaron en voz alta con una Filadelfia del Norte utópica, un lugar en que la estación de ferrocarril sería un Palacio de Cristal y donde habría una Escuela de Artes Creativas con paredes de vidrio y una elegante Plaza Cívica. y negativo para Salzburg, un hoyo en “North Philadelphia is the city’s largest la tierra. ¿Qué deben pensar el pú- area of physical decay along with having La solución es el palacio, “postmo- blico y los estudiantes de arte acerca the most concentrated poverty in the city,” derno” por supuesto, como en Dallas, del horrendo diseño de Frank Gehry said Barbara J. Kaplan, executive direc- Texas, donde el índice de delincuencia para el Museo del Diseño en Vitra? tor of the City Planning Commission. “But es el mayor del país. La solución es Estos edificios convierten en chiste a despite all the poverty, it has a significant una fachada innecesaria, una comuni- la arquitectura, el arte, la cultura, la percentage of home ownership, ranging dad falsa. Del 38 al 60 por ciento de comunidad y la sociedad entera. from about 38 to 60 percent in different los habitantes son dueños de su pro- Esto permite que exista la espantosa areas, and that is a real strength.” On pio hogar. Puesto que se trata de gente situación actual; la embellece. La lla- Monday night, the team held a town meet- pobre, y es probable que sigan siendo mada arquitectura “postmoderna” es ing and dreamed aloud about a utopian propietarios de sus hogares, constitu- una manifestación de la economía fal- North Philadelphia, a place with a Crys- yendo una verdadera comunidad, la sa, e incluso del comercio falso y las tal Palace for a train station, a glass-sided manera más evidente de ayudarlos instituciones falsas. Qué irónico que School for the Creative and Performing sería reducirles su impuesto predial y McDonald’s llegó a Moscú, donde el Arts and a Grand Civic Plaza. su impuesto sobre la renta e incluso KGB puede asegurar que las perso- conceder a cada familia un poco de The solution is a palace, of course “post-modern,” as in Dallas, Texas, where the crime rate is the highest in the United States. The solution is an unnecessary token, a fake community. Thirty-eight to sixty percent of the people own their own homes. Since they are poor and since their ownership is stable, constituting a real community, the obvious way to help them would be to abate their property and income taxes, even to “grant” each family a little money to repair their homes. This seems harmless. But it’s unthinkable. Conceding money would bring them up a little in the hierarchy, which is absolutely forbidden. The implications are fearful: it’s undemocratic, it’s unfair to others, it’s a violation of free enterprise, it’s tampering with the market—who knows what might happen—it’s tampering with nature; and then the hand of the central government wouldn’t show—the dispensation wouldn’t be clear. Even to think of such a thing admits the existence of hierarchy and unleashes, who knows, my god, class war, and then they will never again be able to be upwardly mobile. Ten years ago in the once wealthy cattle town near where I live in West Texas, declining since the triumph of the United States in World War II and now sped to poverty by the invasion of Arabia, a tin “senior citizens’ center” was built over the town swim- nas hagan cola en línea recta. Todo se reúne a la derecha. Tarde o temprano quedará patente que lo falso era falso, pero para nosotros esto sucederá demasiado tarde. Y probablemente cuando haya conciencia de ello, las falsificaciones serán predominantes. No tiene fin. La principal cualidad de la arquitectura fascista no es su agresividad, sino su insulsez y su vaga generalidad, es decir, que es falsa. Lo falso suele desaparecer, pero esto es menos probable en arquitectura que en el arte desechable, aunque desde hace mucho las falsificaciones nuevas son mucho más numerosas que las obras verdaderas. Esta es una realidad permanente en Estados Unidos. El vago propósito del museo es inmovilizar al arte, tener cultura sin que la cultura surta ningún efecto, falsificar el arte. El propósito de lo falso es no perturbar la jerarquía social. El propósito específico de gastar sumas importantes en una comunidad es mostrar el poder del gobierno central sin alterar la jerarquía comunitaria ni beneficiarla. Esto mismo es una de las razones que justifican las grandes fuerzas militares. Consumen mucho dinero y no hacen nada. Un ejemplo de esto en arquitectura es la siguiente noticia sobre Filadelfia: “Filadelfia del Norte es el área físicamente deteriorada de mayor tamaño en la ciudad y la que tiene mayor concentración de personas de escasos recursos” dijo Barbara J. 53 dinero para hacer reparaciones a su vivienda. Esto parece inocuo. Pero es lo impensable. Facilitarles dinero los subiría un poco en la jerarquía, y esto está terminantemente prohibido. Las implicaciones son portentosas: es antidemocrático, injusto para los demás, una violación de la empresa libre, una interferencia en el mercado—quién sabe qué pudiera suceder—es jugar con la naturaleza, y entonces la mano del gobierno central no se podría ver, la dispensación no sería clara. El simple hecho de pensar una cosí así admite la existencia de la jerarquía y desencadenaría, Dios mío, la guerra de clases, y luego no podrían volver a tener la posibilidad de subir de categoría social. Hace diez años, cerca de donde yo vivo en el oeste de Texas, en un pueblo ganadero que en una época había prosperado pero venido a menos desde el triunfo de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial e impelido hacia la pobreza por la invasión de Arabia, se construyó un “centro para personas de la tercera edad”, hecho de estaño, sobre la piscina pública con un subsidio de 500,000 dólares de Washington. Primero, nadie en ese pueblo confesaría ser de la “tercera edad”. Segundo, en todo el pueblo las tuberías de agua están contaminadas por las de las alcantarillas. Y parte del pueblo carece del todo de alcantarillado, y de calles pavimentadas, y la mayoría de las calles que hay necesitan reparaciones, ming pool with a $500,000 grant from Washington, D.C. First, there’s not a person in town who will admit to being a “senior citizen.” Second, throughout the town the water line is contaminated by the sewer line. Then part of the town doesn’t have sewers anyway, or paved roads, and most of the other roads need repair, as well as many of the homes. The solution to real faults is a tin box over a pool in a sunny climate. Of course this is a better monument to the central government than the ones for the eighty thousand coffins which it has just ordered for the soldiers in Arabia. But the attitude is the same. The consequences of the invasion of Kuwait would have been minor and a lengthy embargo would have punished and moderated Iraq. The consequences of the invasion of Arabia are war and vast death and destruction and poverty worldwide. The consequences are the solidification of all right-wing governments— the Soviet Union now dares to send more soldiers to Estonia, Latvia and Lithuania—and the final, complete respectability of violence. The consequence is the culminating victory for the totalitarianism which has been growing for the last twenty years, for the last fifty, for sixty. Last year’s freedom is put down; last years moderation is discredited. What China did is worse than what Iraq did and China is forgiven now. For me and others, the consequence of the invasion of Arabia to the town in West Texas was that since August we have had to fire some twenty people because of the disastrous effect on the economy of the United States. Death is next. The consequence of the invasion to the employment was as direct as drinking makes you drunk. The war next Tuesday is a military fantasy. Allowing this fantasy is a failure of the society, of people everywhere, just as allowing the rise of Nazi and Stalinist totalitarianism was. The people in the United States said nothing in August against the first soldiers, just like Vietnam, or the second soldiers, also like Vietnam, and have not said anything since, and Congress mumbles O.K., whatever you want. Only people in the streets can stop this waste of their labor and lives. Only they can return this extreme fantasy to fantasy and make their fantastic problems real. The two vast military systems, the United States and the Soviet Union, are being rattled for a couple of years, are recovering and cooperating to stop all change and freedom. Without opposition they will solidify a totalitarianism which will last for ten or twenty years or so, until incompetence and the poverty of thought and freedom cause the congealing systems to collapse. Their attitudes will continue in the collapse and into a nuclear war. This solidification of totalitarianism might be stopped now, but opposition next year will be too late. In fact, the fatal mistake may have occurred last year when the people didn’t go far enough, quickly enough. The Baltic republics, for example, may have lost their freedom through their own reasonableness and moderation. Even last August, for the first time, Russia, for the last time, was free. como muchas de las casas. La solución, ante esta realidad, es una caja de estaño sobre una piscina en un clima soleado. Naturalmente, éste es un mejor monumento al gobierno central que los ochenta mil ataúdes que acaba de ordenar para los soldados en Arabia. Pero la actitud es la misma. Las consecuencias de la invasión de Kuwait hubieran sido mínimas, y un embargo prolongado hubiera castigado y moderado a Iraq. Las consecuencias de la invasión de Arabia son la guerra y muertes, destrucción y pobreza a gran escala en todo el mundo. Las consecuencias son la solidificación de todos los gobiernos de derecha--la Unión Soviética se atreve ahora a enviar más soldados a Estonia, Latvia y Lituania--y el respeto completo por la violencia. La consecuencia es la victoria culminante del totalitarismo que ha venido creciendo durante los últimos samiento y de libertad ocasionen el desplome de estos anquilosados sistemas. Sus actitudes seguirán manifestándose durante el colapso y el tiempo que conduce a la guerra nuclear. Esta solidificación del totalitarismo podría ser detenida ahora, pero la oposición dentro de un año vendría demasiado tarde. De hecho, el error fatal quizás haya ocurrido el año pasado, cuando la gente no hizo suficiente ni actuó con la prontitud necesaria. Los países bálticos, por ejemplo, pueden haber perdido su libertad por culpa de su propia moderación y sensatez. Incluso en agosto pasado, por primera vez, Rusia, por última vez, estaba libre. Todos habíamos abandonado nuestros países como resultado de la guerra. Ball y yo veníamos de Alemania, Tzara y Janco de Rumanía, Hans Arp de Francia. Todos veinte años, los últimos cincuenta o We had all left our countries as a result of estuvimos de acuerdo que los diferentes sesenta. La libertad del año pasado es the war. Ball and I came from Germany, gobiernos se habían conchabado para sofocada; la moderación del año pasa- Tzara and Janco from Romania, Hans Arp provocar la guerra, por los motivos más do es desacreditada. Lo que hizo China from France. We all agreed that the war autocráticos, sórdidos y materialistas. No- es peor que lo que hizo Iraq, y ahora had been contrived by the various govern- sotros los alemanes conocíamos el libro China está perdonada. Para mí y para ments for the most autocratic, sordid and “J’accuse”, y aun sin él habríamos tenido otros, la consecuencia de la invasión materialistic reasons; we Germans were fa- poca confianza en la decencia del kaiser de Arabia para el pueblo del oeste de miliar with the book “J’accuse,” and even alemán y sus generales. Ball era un objetor Texas ha sido que desde agosto hemos without it we would have had little confi- de conciencia, y yo me escapé por los pe- tenido que despedir a unas veinte per- dence in the decency of the German Kaiser los de los secuaces policías, los cuales, por sonas debido al desastroso efecto eco- and his generals. Ball was a conscientious motivos supuestamente patrióticos, reunían nómico sobre los Estados Unidos. Lo objector, and I escaped by the skin of my hombres en las trincheras del norte de próximo es la muerte. La consecuencia teeth from the pursuit of the police myrmi- Francia y les daban conchas para comer. de la invasión para el empleo fue tan dons who, for their so-called patriotic pur- Ninguno de nosotros se daba cabal cuenta directo como el hecho de que si tomas poses, were massing men in the trenches of del valor que hace falta para dejarse herir alcohol te emborrachas. Northern France and giving them shells to o matar con arma de fuego, por el ideal La guerra del martes próximo es una eat, none of us had much appreciation for de una nación que en el mejor de los casos fantasía militar. Permitir esta fantasía the courage it takes to get shot for the idea era un cártel de mercaderes de fieltro y es un fracaso de la sociedad, de la of a nation which is at its best a cartel of vendedores de cuero a precios excesivos, gente dondequiera, al igual que per- felt merchants and profiteers in leather, at y en el peor de los casos un gremio de si- mitir el advenimiento del nazismo y el worst a cultural association of psychopaths cópatas que, como los alemanes, se fueron totalitarismo stalinista. La gente en Es- who, like the Germans, marched off with a la guerra con un tomo de Goethe en la tados Unidos no dijo nada en agosto a volume of Goethe in their knapsacks, to mochila para atravesar con su bayoneta a en contra el envío de de los primeros skewer Frenchman and Russians on their cuanto francés y ruso se toparan. soldados, exactamente como en Viet- bayonets. (Richard Huelsenbeck, En Avant Dada, Una nam, ni los segundos soldados, tam- (Richard Huelsenbeck, En Avant Dada, A historia del dadaísmo, 1920) bién como en Vietnam, y no ha dicho History of Dadaism, 1920) nada desde entonces, y el Congreso Los firmantes de este manifiesto bien sa- refunfuña su aprobación, sí, todo lo The signers of this manifesto are well ben que los recientes ataques feroces sobre que quieras. Sólo la gente común y aware that the recent venomous attacks el arte moderno no son un accidente. La corriente puede poner fin a este de- on modern art are no accident. The vio- violencia de estos ataques está en propor- rroche de su trabajo y sus vidas. Sólo lence of these attacks stands in direct pro- ción directa con el crecimiento de su idea ellos pueden hacer de esta fantasía portion to the worldwide growth of their totalitaria en el mundo entero, una idea extrema una fantasía y convertir sus totalitarian idea, which makes no secret que no oculta su hostilidad hacia lo espi- problemas fantásticos en problemas of its hostility to the spiritual in art or its ritual en el arte ni su deseo de degradar reales. desire to debase art to the level of slick el arte hasta convertirlo en la ilustración Los dos enormes sistemas militares, illustration. achabacanada. Estados Unidos y la Unión Soviética, (Richard Huelsenbeck, Dada Manifesto (Richard se están viendo en apuros durante 1949, 1949) 1949, 1949) Huelsenbeck, Manifiesto Dada un par de años, pero se recuperan y cooperan para detener todo cambio, This essay was originally published in Donald Este ensayo se publicó por primera vez en Do- y toda libertad. Sin oposición conso- Judd Architecture, Museum für Angewandte nald Judd Architecture, Museum für Angewand- lidarán un totalitarismo que durará Kunst (MAK), Vienna, 1991. te Kunst (MAK), Viena, 1991. unos diez o veinte años, hasta que la incompetencia y la pobreza de pen54 or she worked, on the moment-by-moment process of making a thing. And so artists who at first seemed to have absolutely nothing in common could in fact turn out in their own different ways to be working toward a related kind of concreteness, a concreteness that was commensurate with the nature of the city itself.2 Surely no two artists who were working in the New York of the early 1960s would initially appear more thoroughly contradictory than Fairfield Porter and Donald Judd, and yet they defined, rather powerfully, I believe, two poles of the empirical imagination of those years. They both wanted to start from scratch, to invent themselves as artists from the ground up, to begin again. Porter, JED PERL New Art City The following essay is excerpted from the book New Art City and is reprinted here with permission from the publisher, Alfred A. Knopf. The book will be published in October 2005. To embrace the reality of the city is to be an empiricist. But empiricism is one of those words that can mean any number of different things. When the philosophers speak of an empiricist, they may be referring to somebody who believes that we can only know what is right before our eyes, or they may be referring to somebody who believes that the inferences that we draw must be rooted in what is before our eyes. For the artists of the early 1960s—who, like artists in all times and places, were sometimes emboldened but never really constrained by philosophical arguments—empiricism might be defined as a belief that an artist had to concentrate on what was immediate, and had to avoid what was airy and speculative. When David Smith stated in the early 1960s that when he worked “there is no consciousness of ideal—but intuition and impulse,” he was very much the empiricist. Allusions to empiricism of one sort or another crop up everywhere you look in the art of the early 1960s. The exhibition at the Janis Gallery in 1962 that gave Pop Art one of its first big breaks was called “The New Realists,” and Janis, in an introductory note in the catalog, suggested that the artists in question were “factual artists,” a term he acknowledged borrowing from his wife Harriet Janis and Rudi Blesh’s book on collage. Four years later, introducing an exhibition called “Systematic Painting” at the Guggenheim, which focused on the anti-painterly direction in painting of the 1960s, Lawrence Alloway observed that “in New York there is little reliance on Platonic or Pythagorean mysteries. A system is as human as a splash of paint, more so when the splash gets routinized.”1 To be human was to be anti-philosophical, to be empirical. An empiricist could as easily be an abstractionist as a realist, just so long as the artist was focused on the materials with which he los ojos de la cara. Para los artistas de principios de la década de 1960—quienes, como los artistas de todos los tiempos y lugares, a veces se basaban en los argumentos filosóficos para sentirse más atrevidos pero rara vez para fijarse límites—el empirismo podría definirse como la creencia de que un artista debía ocuparse de lo inmediato y evitar lo etéreo y lo especulativo. Cuando David Smith afirmó, a raíz de 1960, que cuando trabajaba “no había conciencia de un ideal—sólo la intuición y el impulso”, era definitivamente un empírico. En el arte de este período, alusiones al empirismo solían manifestarse de una forma u otra dondequiera que uno dirigiera la mirada. La exhibición en la Galería Janis en 1962, una de las primeras FA I R F IE L D P O RT E R I N H I S S T U D I O , C I R C A 1972. B E G I N N I N G A GAIN debe estar basado en lo que vemos con en dar un importante impulso al Arte Pop, se llamó “Los Nuevos Realistas”, y Janis, en una nota preliminar del catálogo, propuso la idea de que los artistas en cuestión eran “artistas de hechos”, un término que reconoció haber pedido prestado a su esposa Harriet Janis y al libro de Rudi Blesh sobre el collage. Cuatro años más tarde, Lawrence Alloway, con motivo de la presentación que hizo de la exhibición llamada “Pintura SistEmica” en el Guggenheim, la cual se enfocaba en la tendencia antipictórica de la pintura de los años sesentas, declaró que “en Nueva York se hace muy poco caso de los misterios platónicos y pitagóricos. Un sistema es tan humano como una mancha de color, y aun más cuando la mancha se vuelve rutinaria”. Ser humano significaba ser antifilosófico, ser empírico. Un empírico podía ser abstraccionista o bien realista, siempre y cuando el artista se concentrara en los materiales con los que trabajaba, en el proceso de hacer una cosa momento who was born in 1907, brought a subtly, diffidently experimental spirit to his paintings of figures and landscapes and interiors; he aimed for a quirky poetic inwardness. Judd, who was born twenty-one years later, in 1928, designed stark structures in industrial materials, and wanted what he called his “specific objects” to make a bold, almost confrontational impression in the world. Both Porter and Judd, in their utterly different ways, believed that art had to grow out of the artist’s absorption in the particular forms that were before his eyes, not out of a concern with the historical-formalist pressures that had brought art to the place where it was as the artist set to work. If the essential question for the ferociously individualistic artists of the later 1930s and 1940s had been how they could take their places in a grand histori- JED PERL New Art City El ensayo que sigue está tomado del libro New Art City y se publica aquí extractado con permiso de la editorial Alfred A. Knopf. El libro saldrá a la luz en octubre de 2005. BEGINNING AGAIN Aceptar la realidad de la ciudad es ser empírico. Pero empirismo es uno de aquellos vocablos que pueden significar varias cosas diferentes. Cuando los filósofos hablan de un empírico, tal vez se refieran a alguien que cree que sólo podemos saber lo que vemos con los ojos de la cara, o quizás aludan a alguien que cree que lo que deducimos 55 por momento. Así, artistas que en un principio no parecían tener nada en común podrían estar trabajando, cada uno a su modo, para lograr una misma especie de concreción, una concreción con las mismas dimensiones que la propia ciudad. Ciertamente no había dos artistas en la Nueva York de principios de los sesentas que a primera vista parecieran más absolutamente contradictorios que Fairfield Porter y Donald Judd, y sin embargo definieron, y con bastante elocuencia, creo yo, dos polos de la imaginación empírica de aquellos años. Ambos querían comenzar desde la nada, inventarse a sí mismos como artistas partiendo desde el origen, es decir, volver a empezar. Porter, nacido en 1907, imbuyó de un espíritu experimental sutil y tímido sus pinturas de figuras, paisajes e interiores, buscando una excéntrica interioridad poética. 1960s that they intersected most vigorously with the art world around them, trying to make sense of things in a way that worked for them. Judd, who for a few years in the early 1960s was earning his living as a reviewer, tended to praise artists who operated in an area that was neither painting nor sculpture; he admired Lee Bontecou for her canvas reliefs, Dan Flavin for his fluorescent works, Oldenburg for his oversize versions of ordinary objects. Porter, in his criticism, always insisted on what was specific and particular and curious in a work of art; he zeroed in on the emotional coloration in the contemporary representational paintings of Alex Katz and Paul Georges and Herman Rose. The words particular Judd, nacido 21 años más tarde, en 1928, diseño utilizando estructuras materiales escuetas industriales, y deseaba que lo que él llamaba sus “objetos específicos” hicieran una impresión atrevida, casi provocadora, en el mundo. Tanto Porter como Judd, de maneras diametralmente opuestas, creían que el arte tenía que llegar a su madurez al dejar el artista de sentirse absorto en las formas concretas que veía a su alrededor, y no por las presiones histórico-formalistas que habían ido moldeando al arte hasta definirlo en el momento cuando el artista inició su obra. Si la pregunta primordial para los artistas ferozmente individualistas de finales de los años treintas y los cuarentas había sido cómo podían insertarse dentro de una evolución histórica, polémicas de principios de los sesentas, si a uno le gustaban los escritos y las pinturas de Porter, sería imposible que le agradaran o interesaran los escritos y las esculturas de Judd—y viceversa. Porter hubiera estado de acuerdo. En una conferencia que dio en Yale en 1975, Porter expresó su opinión de que Judd era enemigo del tipo de obra que a él le interesaba, quejándose de este comentario de Judd: “la pintura sobre lienzo ya no tiene credibilidad”. Para Porter esto reducía a la pintura a la categoría de “una solución de problemas”, y con este juicio clasificó a Judd en la misma categoría en que Porter colocaba a Greenberg: una persona que veía las obras de arte como una fila de dominós que caían en un solo sentido. En cuanto a Judd, en una ocasión esD O N A L D J U D D AT 1 0 1 S P R I N G S T R E E T, C I R C A 1970. P H O T O B Y PA U L K AT Z . cal continuum, the question for the early 1960s, at least as Porter and Judd understood it in their daringly complementary ways, was how to make the most of a historical moment without being submerged by it. Both Porter and Judd wanted to accept the earth-shattering impact of Abstract Expressionism while resisting any suggestion that the future of art had to be predicated on what the Abstract Expressionists had done. Nobody would deny that artists and gallerygoers who admired Porter and his work were rarely inclined to take Judd seriously, while Judd’s admirers would generally regard Porter’s work, if they happened to notice it, as being hopelessly retardataire. These were inherently contradictory visions, no question about it. The polemics of the early 1960s would have had it that if you liked Porter’s writing and painting, you couldn’t like or even perhaps be interested in Judd’s writing and sculpture—and vice versa. Porter would surely have agreed. In a lecture given at Yale in 1975, he clearly saw Judd as an enemy of the kind of work that interested him, and complained about “Judd’s remark that painting on canvas is no longer credible,” which Porter felt put “painting in the category of the solution of problems”—a remark that put Judd in the same category in which Porter would put Greenberg, as a person who saw works of art as dominoes falling in a single direction.3 As for Judd, he once remarked in print that “there just hasn’t been any firstor even second-rate representational art for fifty years” and that “even if a live traditional art existed, I would dislike it.”4 Which didn’t leave much room for Porter. Yet once you have acknowledged that Porter and Judd were not just the oddest of couples but, really, no couple at all, you may begin to notice that there were certain strong parallels between the paths that they chose to take out of the crisis atmosphere of the early 1960s. If they were the contrarities of that decade, then they may also turn out to have had similar roots—and similar goals. I think it is highly significant that both Porter and Judd wrote a great deal around 1960. Porter, who had written short reviews and some articles for Art News in the 1950s, was the critic for The Nation, contributing a regular column between 1959 and 1961. Both Porter and Judd continued to write, composing more general, often theoretical essays in their later years, but it was in the early cribió que “simplemente no ha habido arte representacional de primera ni de segunda, en los últimos cincuenta años” y que “aunque hubiera un arte tradicional vivo, a mí no me agradaría”. Con lo que Porter se quedó casi sin salida. No obstante, habiendo constatado que Porter y Judd constituían una pareja rarísima, aunque en realidad no formaban pareja siquiera, comenzamos a advertir que existían ciertas marcadas semejanzas entre los senderos que ambos optaron por seguir para evadir el ambiente de crisis a principios de los sesentas. Si ellos eran los polos opuestos de la década de los sesentas, también es posible que hayan tenido antecedentes en común y compartido objetivos parecidos. Creo sumamente significativo el hecho de que ambos hayan escrito voluminosamente alrededor de 1960. Porter, que había publicado breves reseñas y algunos artículos para Art News en los cincuentas, era el crítico de arte de The Nation y asiduo co- and specific were keynotes of Judd’s writing as well. These values were, in turn, prized by Judd in opposition to what he saw as the dangers of idealism. “I leapt into the world an empiricist,” he wrote; “ideality was not a quality I wanted.”5 And Porter titled an essay “Against Idealism.” If artists during the 1940s had taken empiricism for granted and hungered for a metaphysics of history, in the 1960s the process may have been reversed. Judd and Porter took New York’s place in history for granted, and what they hungered for was the immediacy and specificity of art. Porter’s own painting could be said to define one powerful direction in 1960s empiricism. The range of his subjects, the different formats on which he chose to work, and the variability of his paint handling all suggested an intellectual restlessness, la pregunta, a principios de los sesentas, al menos para Porter y Judd, en formas audazmente complementarias, era cómo aprovecharse al máximo de un momento histórico sin hundirse en él. Tanto Porter como Judd procuraron aceptar el descomunal impacto del Expresionismo Abstracto y al mismo tiempo rebatir cualquier insinuación en el sentido de que el futuro del arte debía cimentarse sobre la base de lo que los Expresionistas Abstractos habían logrado. Sin duda, nadie negaría que los artistas y los aficionados al arte que admiraban a Porter y su obra rara vez se sentían inclinados a tomar en serio a Judd, mientras que los admiradores de Judd calificarían a la obra de Porter, si es que se fijaban en ella, de irremediablemente retardaire. No cabe duda de que éstas eran formas de ver inherentemente contradictorias. Según las 56 laborador de esta revista entre 1959 y 1961. Tanto Porter como Judd siguieron escribiendo posteriormente, produciendo ensayos de índole más general, con frecuencia teórica, pero fue a principios de los sesentas cuando se relacionaron con mayor vigor con el mundo artístico que los rodeaba, tratando cada quien de comprender las cosas de una manera que funcionase para él. Judd, quien durante principios de la mencionada década se ganaba la vida como reseñador, tendía a alabar a artistas que no se dedicaban plenamente ni a la pintura ni a la escultura: tenía en alta estima a Lee Bontecou por sus relieves sobre lienzo, a Dan Flavin por sus obras fluorescentes, a Oldenburg por sus versiones enormes de objetos ordinarios. En su crítica, Porter siempre insistía en lo específico y lo particular y lo curioso en una obra de arte, fijando la mirada sobre todo en la coloración emotiva de la FA I R F I E L D PO RTE R , S I X O ’C L O C K , 1964, O I L O N C A N VA S . ber 1963. This exhibition featured constructions, many painted an even cadmium red, that were poker-faced, hard-edged enigmas, dramatically constrained in their impact: a box with a length of iron pipe set into its top side; two wooden panels, set at a 90-degree angle, with a black pipe, also turning a 90-degree angle, connecting them; two pieces of wood, set apart, with six lengths of wood and an aluminum pipe, arranged in a diagonal, connecting them. Judd insisted that a work of art was something invented out of whole cloth. Yet the matter-of-factness of the presentation left a space for the artist’s imagination, as a sort of faint perfume secreted by the impersonality of the forms. These works, with their wryly insistent, what-you-see-is-what-you-get impact, were harbingers of what would soon after be called Minimalism, a term Judd himself never really cared for, but they were also part of a wider-ranging disposition or inclination or habit of mind that was circulating in New York in the early 1960s. There was a need to reaffirm the basics of art making, and to make of this reaffirmation a complexly empirical drama, a drama that was not so much a rejection of the romanticism of a decade or two earlier as a deepening of the non-romantic romantic attitude. It is worth recalling pintura representacional contemporánea de Alex Katz y Paul Georges y Herman Rose. Pero las palabras particular y específico eran claves en la escritura de Judd también. Estos valores los apreciaba Judd, a su vez, en contraposición a lo que él entendía como los peligros o una concurrida sobremesa, o retratos de amigos, Porter se nos perfila como un hombre ferozmente inteligente, enamorado de la casualidad, el accidente, la propincuidad. En su obra surgió un conflicto entre la informalidad de los temas y la atención que el artista les dedicaba. Y Porter, un neurótico enamorado de la vida fácil, se topó consigo mismo dentro de ese conflicto. Exploró obsesivamente los primores de la vida cotidiana. Le brindó al público una visión ligerísimamente extraña de un mundo aparentemente tranquilo. Sin embargo, la calidad de extraño jamás llegó al surrealismo, sino a algo más parecido a la sorpresa que uno experimenta ante sus propios sentimientos—un desasosiego que se apodera de uno cuando todo marcha perfectamente bien, o una sensación de absoluta alegría sin explicación alguna. Por su naturaleza, el empirismo requiere que los diferentes empíricos entiendan las cosas de diferentes modos, y otra de estas vertientes tiene su máximo representante en Donald Judd, quien exhibió sus esculturas por primera vez en la Galería Green en diciembre de 1963. Aquí se exhibieron construcciones, muchas de ellas pintadas de un rojo cadmio parejo, inmutables, profundamente enigmáticas, dramáticamente atenuadas en su impacto: una DON A L D JU DD, UN T I T L E D , 1 9 6 2 , C AD M I U M R E D L I G HT ON W OO D W I TH BL A C K E N A M E L M E TA L P I P E . and, maybe, an emotional makeup that was wayward but also insistent. In some of his more interesting paintings, he seemed to be following an idiosyncratic idea—looking intently, say, at a few square feet of wildflowers and weeds—to some peculiar, almost off-putting extreme. Painting autumn foliage or heavy snow in western Massachusetts, or the sloppy sidewalks of New York, or a crowded table at the end of a meal, or portraits of friends, Porter was a fiercely intelligent man who was in love with happenstance, accident, propinquity. There was a friction that developed in his work, between the informality of the subjects and the attentiveness of the artist. And Porter, a neurotic in love with the laid-back life, found himself in that friction. He explored—obsessively—life’s nifty, everyday experiences. He gave gallerygoers an ever-so-slightly odd picture of an apparently easygoing world. The oddity was never surreal, though, but something closer to the surprise of one’s own feelings—an unease that crept up on a person when everything was just fine, or a perfect contentment experienced for no reason at all. It is in the nature of empiricism that different empiricists will see things in radically different ways, and another of these directions was epitomized by Judd, whose first sculpture show was held at the Green Gallery in Decem- en el oeste del estado de Massachusetts, o las aceras desaliñadas de Nueva York, del idealismo. “Llegué de repente a este mundo como un empírico”, declaró. “La idealidad no era una cualidad que me llamara la atención.” Y Porter tituló uno de sus ensayos “Contra el idealismo”. Si en los cuarentas los artistas habían dado por sentado el idealismo y ansiaron una metafísica de la historia, en los sesentas tal vez se haya revertido el proceso. Judd y Porter dieron por sentado el lugar privilegiado que Nueva York ocupaba en la historia, y lo que anhelaron fue la inmediatez y la especifidad del arte. La pintura del propio Porter puede citarse como definidora de una poderosa dimensión del empirismo de los sesentas. La amplia gama de sus temas, los diversos formatos en los cuales optó por trabajar y las variadas formas con que manejaba la pintura, todo ello delata una inquietud intelectual y, quizás, una tesitura emocional un tanto díscola, mas también insistente. En algunas de sus pinturas más interesantes, parecía estar persiguiendo una idea idiosincrásica—con la mirada fija, digamos, en unos cuantos metros cuadrados de flores silvestres y malas hierbas—con una porfía tan singular que el resultado era casi desagradable. Al pintar las hojas otoñales o las nevadas 57 some words of Wylie Sypher’s, in his 1960 book, Rococo to Cubism in Art and Literature, that we encountered near the beginning of our story: “The romantic in his quest of personal evidence uses his own kind of realism…; since his feelings cannot be fixed, he is always forced to make new appraisals as his responses change. He has nothing to trust beyond this unstable experience.”6 of Judd’s work could be argued to be less in opposition to that of the Abstract Expressionists than pulled out of their crazy, implacable spirit. By saying, “Why not make a sculpture that is bright red?,” Judd evoked the challenging attitudes of Abstract Expressionism, of Pollock wondering, consciously or not, “Why not cover a canvas with dripped paint?” The imperturbable constructions in Judd’s first show were about the surprising oddity of forms, in much the way that a single line of color in a Barnett Newman might be said to be. Any new reality could perhaps equal perfection. The early Judd sculpture was about adjacency and abutment, about connectedness. There was a naturalism to these belligerently abstract sculptures, caja con un tubo de hierro atravesando su parte superior; dos paneles de madera colocados perpendicularmente, con un tubo negro que da una vuelta de 90 grados para conectarlos; dos piezas de madera separadas, conectadas por seis extensiones de madera y un tubo de aluminio, acomodados diagonalmente. Judd insistió en que el arte debía ser pura invención. Y a pesar de ello, la naturalidad y falta de presunción en la presentación daba cabida a la imagi- The first show of abstract sculpture by Donald Judd opened in December 1963; by then Porter had been exhibiting regularly for a decade. Judd had grown up in New Jersey, served in the army in 1946 and 1947, and then attended the Arts Students League and Columbia Col- nación del artista, como una especie de leve perfume despedido por la impersonalidad de las formas. Estas obras, con su insistencia irónica en que la obra era lo que se veía, eran presagios de lo que poco después se llamaría Minimalismo, un término que nunca le agradó del todo a Judd, pero formaban parte rodea. Fuera de esta experiencia inestable, no tiene nada en qué confiar.” La primera exhibición de escultura abstracta de Donald Judd fue en diciembre de 1963, pero para esa fecha Porter llevaba ya una década exhibiendo. Judd se había criado en Nueva Jersey, estuvo en el ejército en 1946 y 1947, y luego asistió a la Liga de Estudiantes del Arte y a la Universidad Columbia, donde se tituló en 1953 con una licenciatura en filosofía. Su obra surgió de una actitud típica de fines de los cincuentas, que consideraba que las cualidades pinturales en la pintura, que habían parecido algo tan radical durante la década anterior, ahora resultaban casi reaccionarias. La escultura que Judd exhibió en la Galería Green se asoció inmediatamente con una vuelta desde el expresionismo hacia lo lineal o lo volumétrico que Greenberg, en un ensayo escrito al DON A L D J U D D E X H I B I T I O N AT T H E G R E E N G A L L E RY, N E W Y O R K , 1 9 6 3 . P H O T O B Y R U D Y B U R C K H A R D T. año siguiente para la exhibición “Abstracción Postpictórica” en Los Angeles, explicaría refiriéndose al marco histórico de Wölfflin, quien había observado una incesante fluctuación entre lo lineal y lo pictórico. Y sin embargo, en la primera exhibición de Judd, a pesar de la forma aparentemente racional en que se presentó, se percibió un sesgo hacia la excentricidad y la idiosincrasia del Expresionismo Abstracto, y así la obra de Judd podía concebirse no como opuesta a la de los Expresionistas Abstractos, sino como inspirada precisamente en el espíritu loco e implacable de estos artistas. Al plantearse la interrogante “¿Por qué no hacer una escultura de color rojo vivo?” Judd apeló a las actitudes desafiantes del Expresionismo Abstracto, de Pollock preguntándose consciente o inconscientemente “¿Por qué no cubrir un lienzo con lege, where he graduated in 1953 with a B.A. in philosophy. His work came out of a certain kind of late 1950s attitude, which saw the painterliness that had been thought radical a decade earlier as now virtually reactionary. The sculpture that Judd exhibited at the Green Gallery was immediately associated with a turn from the expressionist to the linear or volumetric that Greenberg, the next year, in his essay for the “Post Painterly Abstraction” show in Los Angeles, would explain by referring to the art historical framework of Wölfflin, who had seen a ceaseless historical shifting between the linear and the painterly. Yet there was about Judd’s first exhibition, in spite of what might be called the rational manner of the presentation, a feeling for the eccentricity and idiosyncracy of Abstract Expressionism, so that the character in the sense that they were exactly what they were. The dry particularity of Judd’s combinations of a few pieces of wood and a few pieces of metal pipe suggested purist anecdotes. The box with the half-circular indentation that a pipe might fit into was a regular form that had been irregularized. There was an afterglow of Dadaism, almost, about some of this work, but the afterglow was so subdued that it was little more than a slight aesthetic coloration, an inflection, a shadow of the artist’s self-awareness. Judd’s work, like that of other artists who were referred to as Minimalist, was said to defy the limits of what art ought to be, but I think Judd’s work did what all art does, which is to make your visual instincts feel especially alive. Judd was interested in what made people notice particular things in the world. He understood the fascination of flat también de una más dilatada disposición o inclinación o hábito mental que se imponía en la Nueva York de principios de los sesentas. Había una necesidad de reafirmar los fundamentos de la creación artística, y de convertir a esta reafirmación en un drama empírico complejo, un drama que no constituía tanto un rechazo del romanticismo de hacía una o dos décadas como una profundización de la actitud romántica no romántica. Cabe citar las palabras de Wylie Sypher, en su libro Del rococó al cubismo en arte y literatura, publicado en los sesentas, a las cuales nos habíamos referido hacia el inicio de nuestra historia: “El romántico, en su búsqueda de la evidencia personal, utiliza su propia especie de realismo...; puesto que sus sentimientos no pueden ser fijados, tiene la obligación constante de hacer nuevas evaluaciones mientras cambia su forma de responder ante lo que le 58 pintura goteada?” Las imperturbables construcciones en la primera exhibición de Judd tenían que ver con la singular rareza de las formas, de la misma manera como una simple línea de color en una obra de Barnett Newman podía evocar la misma sensación. Cualquier realidad nueva resultante podía ser la perfección. La primera escultura de Judd tenía que ver con la contigüedad, la colindancia y la conexión. En estas esculturas beligerantemente abstractas había cierto naturalismo, en el sentido de que eran exactamente lo que eran. La escueta particularidad de las combinaciones de unas cuantas piezas de madera y unos cuantos tubos sugería anécdotas puristas. La caja con un agujero semicircular donde podría caber un tubo, era una forma regular que se había hecho irregular. Había un dejo dadaísta, casi, en algunas de estas obras, pero tan sutil J O H N C H A MB E R L A I N, A PR I L, 1960, PA I N T E D T I N WI T H WO O D B A S E . que constituía apenas un matiz estético, una inflexión, una sombra de la conciencia que tenía el artista de sí mismo. Se decía que la obra de Judd, como la de otros artistas denominados Minimalistas, ponía a prueba la noción de lo que las obras de arte debían ser, pero creo que la obra de Judd logró lo que logra todo el arte: estimular los instintos visuales del espectador, infundiéndoles nueva vida. Judd se interesaba en las razones por las que la gente se fijaba en ciertas cosas del mundo. Comprendió la fascinación de las formas planas que se juntaban para crear una forma plena. Fue el poeta de las junturas y los ángulos rectos, de la sensación de plenitud que resulta cuando una cosa cabe dentro de otra. Y al aislar estos gauche and inconsistent after the seamlessness of the 1948-1950 drip paintings. He found Lucas Samaras’ surreal constructions, at the Green Gallery, “messy and improbable, as well as exceptional.” He admired the shaped Stellas of 1962, with their “absence of illusionistic space [that] makes Abstract Expressionism seem now an inadequate style, makes it appear to compromise with representational art and its meaning.” He admired the canvas reliefs of Lee Bontecou, the canvases of Alfred Jensen, with their bright, thickly painted bull’s-eyes and grids and rows of numbers. And of the show “TwentiethCentury Engineering” at the Museum of Modern Art in 1964, he observed that “dams, roads, bridges, tunnels, storage buildings and various other useful structures comprise the bulk of the best visible things made in this century.”7 This could make one think of Newman’s comments, a few years later, about the Brooklyn Bridge. The sum of these appreciations of Judd’s was a surprising eclecticism, an adventuresomeness that ran back and forth through categories—of painting and sculpture, painterly or anti-painterly, hip or unhip—with the exuberance of a kid playing bumper cars. Judd was not the one-note ascetic that he is often imaged to have been. What Judd asked of art was that it surprise him, and the more of Judd you read, the more you feel that he was asking for himself, not on behalf of some impersonal idea of History. And in a way the most surprising and exciting of his early writings were those in which he took an unexpected approach to the classics— when he looked at old moderns, at Arp, say, or Léger—and saw where he wanted to go. It was good to see him looking into tradition and pulling out what he needed, and it was in detalles de una manera más extrema que cualquier artista antes que él, Judd hizo posible que los amantes del arte experimentaran un viejo placer de una manera nueva. La prosa de Judd fue el primer aspecto de su obra que el público llegó a conocer, comenzando en 1959, unos cuantos años antes de que exhibiera sus primeras esculturas. Éstas, con su volumen preciso propio de la carpintería, o bien creadas por máquinas cortantes, podían parecer una expresión tridimensional de lo que el artista estaba haciendo al escribir. En aquellos primeros años, Judd escribía sobre una gran variedad de asuntos, desde jóvenes artistas abstractos hasta realistas contemporáneos, clásicos modernos y temas tan diversos como la alfarería china, los manuscritos medievales y la ingeniería moderna. Sea cual fuere el tema que tratara, Judd lo analizaba en un lenguaje llano pero esculpido característico de cierto tipo de prosa estadounidense. Pero claro está, esta franqueza estetizada participaba del cálculo artístico tanto como cualquier otro estilo prosístico, y cuando uno se pone a examinar los entusiasmos y avideces de Judd en el contexto del arte y los artistas de su tiempo, se percata de que sus gustos podían ser L UC AS SA M AR A S , UN T I T L ED BOX N O. 3 , 1 9 6 3 , M I XE D M ED IA . shapes that were locked together into the fullness of form. He was a poet of joinings and right angles, of the sensation of completeness that came when one thing fit into another. And by isolating these details in a way that was more extreme than any artist had ever done before, Judd made it possible for gallerygoers to feel an old kind of satisfaction in a new kind of way. Judd’s prose was the first aspect of his work that the art public got to know, starting in 1959, a few years before he began to show his sculptures, which, with their sometimes precisely carpentered, sometimes machine-tooled volumes, could suggest a three-dimensional expression of what he was doing in the writing. In those early years, Judd was writing about a considerable range of works, from young abstract artists to contemporary realists to modern classics and subjects as diverse as Chinese pottery, medieval manuscripts, and modern engineering. No matter what he was dealing with, Judd analyzed each subject with the plainspoken, calculatedly flat cadences that are characteristic of a certain kind of American prose. Of course this aestheticized foursquareness is as much a matter of artistic calculation as any other prose style, and when you actually examine Judd’s enthusiasms and avidities among the art and artists of his day, you find that his taste could be quirky and eclectic; he liked things that looked many different ways. Judd admired John Chamberlain’s January 1960 show at Martha Jackson, with its “grandiloquent, proliferating exhaust pipes, rods and billows of metal, exceedingly keen on remaining junk, and proud to be confused with an ordinary wreck. The verbosity implies the inexhaustible supply of material.” Judd admired the late work of Pollock, which Greenberg and many others had found 59 caprichosos y eclécticos: le gustaban las cosas que podían verse de muchas maneras diferentes. Judd admiró la exhibición de John Chamberlain de 1960 en Martha Jackson, con sus “grandilocuentes y proliferantes tubos de escape, varas y brotes de metal, que se esforzaban sobremanera por seguir siendo chatarra y se enorgullecían de ser un choque cualquiera. La verbosidad implica disponibilidad inagotable de material.” Judd elogió la obra tardía de Pollock, que Greenberg y muchos otros había considerado torpe e inconsistente después de la pulcritud de las pinturas goteadas de los años 1948-50. Judd describió las construcciones surrealistas de Lucas Samara, en la Galería Green, como “desaliñadas y poco probables, además de excepcionales”. Le gustaron las obras de Stella en 1962, con su “ausencia de espacio ilusionista [que] hace que el Expresionismo Abstracto aparezca ahora un estilo inadecuado, una transigencia con el arte representacional y su significado”. Admiró los relieves sobre lienzo de Lee Bontecou y los lienzos de Alfred Jensen, con sus blancos de tiro concéntricos, sus cuadrículas y sus filas de números pintados en colores brillantes. Y con respecto a la exhibición “Ingeniería del Siglo Veinte”, en el Museo de Arte Moderno en 1964, comentó: “presas, caminos, puentes, túneles, almacenes y varias otras estructuras útiles componen la mayoría de las mejores cosas visibles hechas en este siglo”. Este comentario recuerda otro, de Barnett Newman, unos cuantos años después acerca del Puente de Brooklyn. La suma de estas apreciaciones de Judd revela un eclecticismo sorprendente, un sentido de aventura que oscilaba entre categorías—pintura y escultura, pictórico o antipictórico, de moda o pasado de moda—con la exuberancia del niño travieso entregado a sus juegos. Judd no fue el asceta machacón que muchos se imaginaron. specificity and locality, was a plea for taking artists one by one. And the range of artists that Judd covered had the disparate, unruly quality of a casual gathering of friends or contemporaries, rather than a movement in any normal sense. Judd’s work as a critic, not unlike that of Porter, had to do with breaking through the rigid stylistic categories and historical imperatives to suggest wider, more informal kinds of affinity groups. What was distinctive about what Judd did in “Local History” was that he got beyond the labeling—of Pop, Op, Primary Structures, and so forth; beyond, in other words, what he called “the bandwagon nature of art in New York.”9 While many of what he regarded as the breakthrough achieve- Lo que Judd le pidió al arte fue que le sorprendiera, y mientras mejor conoce uno los escritos de Judd, más se convence de que esta petición la hacía por sí mismo y no a nombre de algún concepto impersonal de la Historia. Y entre sus primeras críticas, las más sorprendentes y emocionantes eran aquéllas en que adoptaba un enfoque inesperado ante los clásicos—cuando contemplaba a los viejos modernos, a Arp, por ejemplo, o a Léger—y veía adónde él quería llegar. Daba gusto verlo hurgando en la tradición y sacando lo que necesitaba, y fue precisamente en las reseñas cortas de principios de los sesentas donde lo logró con mayor consistencia. Una exhibición de Léger en Janis en diciembre de 1960 le movió a escribir: “el despliegue cronológico de la obra de Léger Ésta casi podría ser una descripción del esquema de colores en una obra tardía de Judd, con sus paneles de color esmaltado. Lo que emocionó a Judd fue la funcionalidad de la obra de Léger, la determinación de este artista de no hacer más que lo absolutamente necesario para expresar su idea de una figura con brazos como culebras que hacía juegos malabares con unos aros blancos. No resulta difícil sentir una afinidad entre las formas retorcidas y perfiladas en negro en esta obra y las formas de dona y líneas serpenteantes en algunas obras que Judd había estado pintando a principios de los sesentas. En 1964 y 1965 Judd publicó dos extensos artículos en Arts Magazine, en que analizó a fondo todo el arte nuevo que había visto. El primer artículo, que llevaba el título cuidadosamente caprichoso de “Historia local”, es esencialmente su descripción de la situación F E R N A N D L É G E R , T H E C H I N E S E J U G G L E R , 1 945, O I L O N C A N VA S . the short reviews of the early 1960s that he did this most consistently. A Léger show at Janis in December 1960 provoked Judd to observe that “the chronological panoply of Léger’s work is rigorous instruction for the somewhat excessive present confusion.” He saw Léger as paring down, creating a telegraphic power in his art. What was surprising in this brief paragraph was that Judd appeared to be even warmer in his appreciation of the later work than of the middle period. He had special praise for The Chinese Juggler, a painting done in New York in 1945, in Léger’s most stripped-down, to-hell-with-elegance American manner. “The paint,” Judd wrote, “is applied without finesse and the color is straight. The result is awesome.” Everything in this Léger is telegraphic, almost naïve. “The juggler tosses four white rings before him. Beside him is a viridian awning and an ultramarine ladder, and behind everything is a sense of white, black and yellow vertical bands.” That description could almost be of the color composition of a late Judd, with panels of enameled color. What Judd was responding to was the functionality of Léger’s work—Léger’s determination to do no more than was absolutely necessary to convey his idea of a snakey-armed figure playing with white rings. It’s not difficult to feel an affinity between the twisting, black-outlined shapes in the Léger and the donut forms and meandering lines in some paintings that Judd had been doing in the early 1960s.8 en Nueva York durante los momentos inmediatamente posteriores al Expresionismo Abstracto. El segundo artículo, “Objetos específicos”, analizó la estética poco consistente que Judd había visto emerger en los sesentas: ésta es la obra más importante que haya escrito jamás. Publicados en los anuarios que la revista editaba en aquella época, estos dos artículos fueron hitos esenciales en el proceso de despedirse de los años cincuentas, pero también procuraron evitar las etiquetas de producto que habían surgido en los cincuentas con el Expresionismo Abstracto y que proliferaban todavía mientras Judd escribía. Los dos títulos, que sugerían lo específico y lo local, significaban que había que In 1964 and 1965, about a year apart, Judd published two long articles in Arts Magazine, in which he took what he felt to be the full measure of all the new art that he had been seeing. The first article, with the carefully casual title “Local History,” was basically a description of what he saw as the situation in New York in the wake of Abstract Expressionism. The second article, “Specific Objects,” described the loose-knit aesthetic that Judd saw emerging since the early 1960s; it was the single most important piece of writing that he ever did. Published in the yearbooks that Arts produced at that time, the two pieces were milestones in the process of saying goodbye to the 1950s, but they were also an attempt to elude the product labels that had begun in the 1950s with Abstract Expressionism and that were only coming faster and more furiously as Judd was writing. The ring of his titles, with their images of considerar a los artistas uno por uno. Y la variada gama de artistas que Judd estudió parecía una reunión informal ments of the later 1950s and early 1960s were by no means unsung—he did, after all, admire Rauschenberg, Johns, Albers, Bontecou, Chamberlain, Stella, Oldenburg, Lichtenstein, and Mark di Suvero—Judd wanted to gather these achievements together in a somewhat unusual way. Judd observed that the trouble with Abstract Expressionism as an idea was that this “prevailing notion of style comes from the European tradition, where it is supposed to be variations within a general appearance, which a number of artists, a ‘school,’ supposedly even a period, may share.” Judd was rejecting isms, and in this sense he was taking up where de Kooning had left off in his talk at the Modern in 1951, although of course Judd believed that de Kooning had become the avatar of the most dangerous ism of the day, es constituye una educación rigurosa ante la actual confusión algo excesiva”. En la obra de Léger, Judd veía una reducción al mínimo, un poder telegráfico en el arte. Lo asombroso en este breve párrafo es que Judd parecía aun más cordial en su apreciación de las obras tardías que de las del periodo mediano. Alabó en forma especial El malabarista chino, una pintura realizada en Nueva York en 1945, en la que el pintor hizo alarde de un estilo estadounidense, despojando el arte de todo lo accesorio y repudiando la elegancia. “La pintura”, puntualizó Judd, “está aplicada sin sutileza y el color es derecho. El resultado es magistral”. Todo en esta obra de Léger es telegráfico, casi ingenuo. “El malabarista arroja cuatro aros delante de él. A su lado está un toldo azul verdoso y una escalera azul ultramarino, y detrás de todo una sensación de bandas verticales blancas, negras y amarillas.” 60 e indócil de amigos o contemporáneos, en lugar de un movimiento artístico en el sentido usual. La obra de Judd como crítico, al igual que la de Porter, buscaba romper con las rígidas categorías estilísticas y los imperativos históricos y plantear la existencia de grupos de afinidad más amplios, menos formales. El rasgo más distintivo del artículo “Historia local” fue que logró superar la tendencia a asignar etiquetas—Pop, Op, Estructuras Primarias, etc.—, superando la mentalidad politizada de las agrupaciones artísticas en Nueva York. Muchos de los logros significativos de finales de los cincuentas y principios de los sesentas que Judd examina habían sido estudiados anteriormente—Rauschenberg, Johns, Albers, Bontecou, Chamberlain, Stella, Oldenburg, Lichtenstein y Mark di Suvero—pero Judd quiso recoger estos logros y juntarlos de una manera inusual. materials but for their odd warmth; the works he would later do with plywood were about the beauty of plywood, its color, its patterning, its edges with their sandwiched layers. In some instinctive, personal way, Judd’s work existed at that convergence of Duchamp and Mondrian, of Dada and Constructivism, that had first, perhaps, been discussed by Sidney and Harriet Janis in their essay on Duchamp back in the 1940s. Yet for Judd this convergence was not a historical process so much as it was an empirical experience, something to be felt in the process of dreaming up works of art. Writing about the Duchamp retrospective at the Pasadena Museum of Art in Art International in 1964, Gerald Nordland said that an Judd hizo notar que el problema con el Expresionismo Abstracto como concepto era la “noción predominante de que el estilo proviene de la tradición europea, donde se supone que exhibe variaciones dentro de una identidad general, las cuales pueden ser compartidas por un grupo de artistas, una ‘escuela’, y teóricamente incluso un periodo.” Judd estaba rechazando los ismos, y en este sentido retomaba el hilo de lo que había planteado de Kooning en su discurso en el Museo de Arte Moderno en 1951, aunque por supuesto Judd creía que de Kooning se había convertido en el avatar del ismo más peligroso de la época, a saber, lo pictórico. En vez de una oleada progresiva de estilos, Judd consideró que cada artista trabajaba por su cuenta, inspirándose en lo que le Abstracto. Si Ellsworth Kelley puede lograr algo novedoso con base en un arte geométrico inspirado en los años treintas, o Rauschenberg con Schwitters y los objetos encontrados en general—un salto de 20 años o más—entonces alguien va a poder hacer algo asombroso con el Expresionismo Abstracto, con la pintura suelta.” Lo sugestivo del pensamiento de Judd aquí es su defensa lógica de las múltiples opciones, un argumento no muy diferente del que sostenían ciertos realistas, más o menos al mismo tiempo. Para mediados de los sesentas, Judd ya no producía obras propias. No nos debe sorprender que sus construcciones de metal, escuetas o esmaltadas con colores vivos o yuxtapuestas con láminas de Plexiglás, se hayan interpretado como celebraciones de la impersonalidad, pero eso es sólo una parte de la historia. Los talleres donde D O N A L D J U D D , UN T I T L E D , 1974, P LY W O O D . that of painterliness. In place of the forward flood of styles, Judd saw artists as each going it alone, drawing on whatever, either in the past or in the present, they happened to find relevant. There was a nostalgia about Judd’s thinking, about his essay “Local History,” for although he was hardly nostalgic for Tenth Street taste, he was interested in the idea of artistic evolution as an almost private matter that developed among a neighborhood of artists. Judd wanted to avoid or at least to pull back from a growing sense that art was pushed forward by overwhelming forces, whether market forces or the eternal verities of art (and who any longer knew where eternal verities ended and market forces began?). Tenth Street may have been dead, but an individual could always give new life to an old idea. “It is easy to imagine de Kooning going strong again, or Joan Mitchell improving,” Judd observed. “It is likely that someone will derive something new from Abstract Expressionism. If Ellsworth Kelly can do something novel with a geometric art more or less from the thirties, or Rauschenberg with Schwitters and found objects generally—which is a twenty year jump or more—then someone is going to do something surprising with Abstract Expressionism, with loose painting.” What was especially interesting about Judd’s thinking here was that he was making an argument for the openness of options that was not all that different from the argument that one could hear from certain realists around the same time.10 By the mid-1960s, Judd was no longer producing his own work. Not surprisingly, his constructions of metal, left bare or enameled in bright colors or juxtaposed with sheets of colored Plexiglas, have been seen as celebrations of impersonality, but that is only a part of the story. The workshops where his sculpture was put together were hardly alien to him. Bernstein Brothers, a firm that fabricated his metal constructions, was located near his building in SoHo, and much of the work there was done by one man, José Otero, whose initials were stamped in the metal along with Judd’s. Judd wasn’t fleeing the art world for the industrial world so much as he was bringing some of the craft values—and even aesthetic values—of the industrial world into the visual arts. There was, deep down, something messy and maybe even a little funky about Judd’s taste, a taste not for the chilliness of industrial nacieron sus esculturas distaban mucho de ser terreno desconocido para él. Hermanos Bernstein, una empresa que fabricaba sus construcciones de metal, se encontraba cerca de su edificio en SoHo, y muchas de las obras realizadas allí fueron hechas por José Otero, cuyas iniciales se grababan en el metal junto con las del artista. Judd no estaba abandonando el mundo artístico para instalarse en el industrial: más bien estaba incorporando algunos de los valores del oficio—y aun de la estética—del mundo industrial dentro de las artes visuales. Había algo desaliñado y tal vez incluso un tanto estrafalario en el gusto de Judd, un gusto no por la frialdad de los materiales industriales, sino por su extraña especie de calor: las obras que realizaría posteriormente con triplay celebraban la belleza de esta madera, su color, su superficie y los bordes con essential Dadaist question was “how to express oneself without art when all means of expression are potentially artistic. The result is a shock. It says, ‘Look at the world afresh, the hardware store is filled with incredible things.’” Nordland then mentioned Duchamp’s urinal, and went on to quote Motherwell as saying that “the bottle rack he chose has a more beautiful form than almost anything made, in 1914, as sculpture.”11 When Duchamp had gone into the hardware store, it had been with the thought of undoing art. In interviews he often spoke of his desire to destroy art “for myself.” Yet by the 1960s this new nonart look seemed to join with the nonart look of the most radical Constructivism, and both suggested, if not always to the same people at the same time, a freedom from fixed meanings. When Judd, in the early interesara, fuese lo que fuese, pasado o presente. Había cierta nostalgia en el pensamiento de Judd, en su ensayo “Historia local”, porque si bien estaba lejos de sentir nostalgia por los gustos de la Calle 10, sí le interesaba el concepto de la evolución artística como un asunto casi privado que se desarrolló entre los artistas de una sola vecindad. Judd quería evitar, o al menos tener menos que ver con, la creencia de que el arte era impulsado por fuerzas poderosas, sean las del mercado o las eternas verdades del arte (¿y quién podía saber ya en dónde terminaban las unas y comenzaban las otras?). La Calle 10 tal vez se haya muerto, pero un individuo siempre podía dotar de nueva vida a una idea antigua. “Resulta fácil imaginarse a de Kooning imponiéndose otra vez, o a Joan Mitchell mejorándose”, precisó Judd. “Es probable que alguien derive algo nuevo del Expresionismo 61 sus capas emparedadas. De alguna manera instintiva y personal, la obra de Judd existía en aquella convergencia de Duchamp y Mondrian, del Dadá y el Constructivismo, comentada quizá por primera vez por Sidney y Harriet Janis en su ensayo sobre Duchamp allá en los cuarentas. Pero para Judd esta convergencia no era tanto un proceso histórico como una experiencia empírica, algo que había que sentir como parte del proceso de idear las obras de arte. En un artículo publicado en Art International en 1964 acerca de la retrospectiva sobre Duchamp en el Museo de Arte de Pasadena, Gerald Nordland observó que una pregunta fundamental del Dadaísmo era “cómo expresarse uno sin arte cuando todos los medios de expresión son potencialmente artísticos. El resultado es una sacudida, que dice ‘Mira el mundo con ojos nuevos, la ferretería está llena de cosas increíbles.’” approvingly quoted a remark she made about lectures in one of her own—she said, as he recalled, that “the speaker tends to get bored and listen to the speaker.”13 I am not sure what Porter thought of Stein, but she certainly exerted a huge fascination among many of the poets with whom he was friends, and his writing, with its ultrasimple words and grammar and wildly elusive meanings, can turn straightforwardness into a kind of mystification that has a Steinian sting. If you take a look at the writing that both men were doing around 1960, you may find an intriguing similarity in tone. There is a plainness and directness to their writing—a refusal to speculate beyond a certain degree. There is a similarity in their simple En seguida Nordland hace mención del orinal de Duchamp e incluye una cita de Motherwell en que éste afirma: “el botellero que escogió tiene una forma más hermosa que casi cualquier objeto hecho, en 1914, como escultura”. Cuando Duchamp entró en la ferretería, había sido con la intención de deshacer el arte. En sus entrevistas, hablaba con frecuencia de su deseo de destruir el arte “para mí mismo”. Pero ya en los años sesentas este nuevo estilo de “no arte” parecía unirse con el mismo estilo del Constructivismo más radical, y ambos sugerían, aunque no siempre a la misma gente al mismo tiempo, liberarse de los sentimientos fijos. A principios de los sesentas, cuando Judd empezó a visitar la ferretería y la maderería, donde conseguía esmalte negro o unos tu- M A R C E L D U C H A M P, B O T T L E R A C K , O R I G I N A L , 1 9 1 4 ; T H I S R E P L I C A , 1960. G A LVA N I Z E D I R O N -B O T T L E D RY E R . 1960s, began to visit the hardware store and the lumberyard, where he picked up some black enamel or iron pipes, he would probably think of his act as being more in the spirit of Malevich than of Duchamp; but didn’t he want viewers to accept the kind of all-in-one experience that Motherwell had responded to in the bottle rack? Certainly Judd had himself laid out the terms of the confusion in “Specific Objects” in 1965, for in following the logic of a new kind of all-in-one anti-composition, he found himself joining together unlikely things. “The parts,” he observed, “are usually subordinate and not separate in Arp’s sculpture and often in Brancusi’s. Duchamp’s readymades and other Dada objects are also seen at once and not part by part. Cornell’s boxes have too many parts to seem at first to be structured. Part-by-part structure can’t be too simple or too complicated. It has to seem orderly. The degree of Arp’s abstraction, the moderate extent of his reference to the human body, neither imitative nor very oblique, is unlike the imagery of most of the new three-dimensional work. Duchamp’s bottle-drying rack is close to some of it.”12 Did Judd, with his cool diction, see the irony here, the irony that a specific object, the bottle rack, was now being brought into a new aesthetic category? And what was to happen to its anti-art implications? Judd’s smaller-sized works—the stacks of metal boxes, for instance, that hang in so many museums—risk anti-art through a perversity, a static oddness, that echoes the affront of Dadaism. But in some of his largest works—the hundred aluminum boxes at Marfa, Texas, especially, and also some of the plywood walls—the size and elaborateness of the variations within variations become so absorbing, so much a matter of immediate visual experience, that they push through the Dadaist idea of the object as a conundrum and reaffirm the sensuous immediacy that we associate with the most traditional forms of art. de abstracción de Arp, su moderación al aludir al cuerpo humano, ni imitativa ni muy tangencial, no es como las imágenes de la mayoría de las nuevas obras tridimensionales. El botellero de Duchamp se acerca a una parte de esta obra.” ¿Percibiría Judd, con su álgida prosa, la ironía aquí, la ironía de que a un objeto específico, un botellero, se le confería una nueva categoría estética? ¿Y qué pasaría con sus implicaciones anti-artísticas? Las obras de Judd de tamaño menor—las cajas de metal apiladas, por ejemplo, que cuelgan en tantos museos—arriesgan el anti-arte a través de una perversidad, una rareza estática, en que repercute la afrenta al Dadá. Pero en algunas de sus obras de mayor tamaño—las cien cajas de aluminio en Marfa, Texas, sobre todo, y también algunas de las paredes de triplay—las dimensiones y la complicación de las variaciones entre variaciones se vuelven tan absorbentes, tan dependientes de la experiencia visual inmediata, que sobrepasan el concepto dadaísta del objeto como adivinanza para reafirmar la inmediatez sensual que asociamos con las formas de arte más tradicionales. En la escritura tanto de Porter como de Judd hay un acento irascible, iracundo, epigramático, un tono agresivo pero elegante que encontramos en los empíricos de diversa ideología. Hay algo de Gertrude Stein, con su franqueza directa e intencional, en la manera como Judd trata las huidizas cuestiones de la belleza como si fueran absolutamente sencillas. Y a Judd aparentemente le gustaban algunas de las obras de Stein, pues citó con aprobación unas pala- declarative sentences and sense of the language. It’s as if they’re trying to clear the mists of the world-historical outlook, of the grandiose aspirations of the will-to-form. Their writing has a back-to-basics appeal. Looking at art, Judd and Porter both want to see how some particular character is rooted in the most specific qualities of the form. When they write about their contemporaries, they are often so much on different sides of an issue that their writing can be tough to relate. Yet when, sometimes, they write about the same classic modern artist, you may discover a similarity in the way they think things through. Here is Porter, writing in 1960 about Arp’s sculpture: “Arp never uses right angles, seldom straight lines (then only straight line segments that are part of a continuity, which in topology comes under the definition of a curve), nev- bos de hierro, probablemente pensaba que procedía más a la manera de Malevich que a la de Duchamp, pero ¿no quería que la gente experimentara el tipo de reacción global que Motherwell había tenido ante el botellero? Ciertamente Judd mismo había planteado las bases de la confusión en su artículo “Objetos específicos” en 1965, porque al seguir la lógica de una nueva especie de anticomposición global, se sorpren- There is an irascible, prickly, epigrammatic sound to both Porter’s and Judd’s writing; an ornery but elegant tone that you encounter in empiricists of different stripes. There is something of Gertrude Stein’s selfconsciously foursquare manner in the way that Judd treats elusive questions of beauty as if they are absolutely simple, if only everybody would cut the bull. And apparently Judd liked some of Stein’s work, at least he Tiene que parecer ordenada. El grado dió juntando cosas inesperadas. “Las partes”, comentó, “generalmente se subordinan y no quedan separadas en la escultura de Arp y con frecuencia en la de Brancusi. Las obras “ready-made” de Duchamp y otros objetos dadaístas también se ven de un golpe, y no parte por parte. Las cajas de Cornell tienen demasiadas partes para parecer, a primera vista, estructuradas. La estructura parte-por-parte no puede ser demasiado sencilla ni demasiado complicada. 62 bras sobre las conferencias, pronunciadas por la artista durante una ponencia propia: “el conferenciante tiende a aburrirse y escuchar al conferenciante”. No sé a ciencia cierta en qué estima tendría Porter a Stein, pero es seguro que ella fascinaba a muchos de los poetas amigos de él, y en su escritura Porter maneja una gramática y unas palabras ultrasencillas y significados sumamente esquivos, que pueden convertir a la claridad en una especie de mixtificación mordaz a lo Gertrude Stein. Si examinamos los escritos de ambos hombres alrededor de 1960, encontramos tal vez una fascinante similitud de tono. Escriben en forma directa, llanamente, negándose a especular más allá de cierto límite. Se asemejan sus sencillas oraciones aseverativas y su sentido del idioma. Es como si estuvieran tratando de esfumar la niebla en torno a la historia mundial o la volun- liant retreats, so creativeness is not advanced by imposed limitations.”16 As for Judd, although he shared many of Greenberg’s tastes, including his feeling that Pollock and Newman were the most important of the Abstract Expressionists, he also disliked the concentrated world-historical drama that supported so much of Greenberg’s writing. When Judd titled his 1964 essay “Local History,” he was surely registering a dissent from the elevated, internationalist grandeur of Greenberg’s vantage point. “Things can only be diverse and should be diverse,” Judd explained. When Judd wrote that “the history of art and art’s condition at any time are pretty messy,” it was difficult to feel that he wasn’t registering his disagreement tad del hombre. Su deseo de alcanzar una expresión elemental es seductor. Analizando el arte, tanto Judd como Porter quieren comprender cómo alguna característica en especial está arraigada en las cualidades más específicas de la forma. Cuando escriben sobre sus contemporáneos, con frecuencia sus opiniones están diametralmente opuestas, y en estos casos se nos hace difícil encontrarles semejanzas. Sin embargo, cuando hablan de un mismo artista moderno clásico, tal vez descubramos que comparten una manera de razonar y sacar conclusiones. En 1960 Porter escribió el siguiente comentario con respecto a la escultura de Arp: “Arp nunca utiliza ángulos rectos y rara vez líneas rectas (y aun entonces, sólo segmentos rectos que forman parte de una J E A N A R P, S C U L P T U R E C L A S S I Q U E, 1960, MA R B L E . er circles, ellipses, or plane surfaces, but always irregular or ovoid curves and surfaces, and incommensurable angles. This is the infinity with which Arp is concerned.” Here, three years later, is Judd on Arp: “One of the interesting aspects of Arp’s sculpture, and a relevant one currently, is that a good piece is a whole which has no parts. The protuberances can never clearly be considered other, smaller units; even partially disengaged sections are kept from being secondary units within or adding up to a larger one. This lack of distinct parts forces you to see the piece as a whole.” Porter sees variety as yielding to infinity; for Judd the parts give way to the whole. What Porter calls Arp’s effort to make infinity perceptible is in Judd a “sensation of wholeness.”14 I am not saying that they are saying the same thing, and yet there is in both of them a sense of how close looking can yield some metaphysical revelation, a revelation that inheres in the immediacy and specificity of the work. The magic inherent in matter-of-factness held a fascination for both Porter and Judd, or so I believe. They were both rooted in an empiricist’s vision of art, in the view that Wallace Stevens, a great hero of Porter’s, defined when he said that “the poetry of a work of the imagination constantly illustrates the fundamental and endless struggle with fact.”15 The curious croppings and take-it-as-it-comes compositions in Porter’s paintings, as much as Judd’s beautifully carpentered plywood constructions, were salutes to that “fundamental and endless struggle with fact”—and to specificity and particularity. For both Porter and Judd, empiricism was linked to their efforts to give art a new kind of immediate weight. They wanted to be free of the feeling that art’s revelations were inevitably and maybe even hopelessly tethered to a sweeping historical drama. Not surprisingly, both men took issue with Greenberg, with his insistence on the more or less orderly unfolding of the history of art. Greenberg so incensed Porter in the 1950s that Porter wrote a long letter to Partisan Review about the essay “‘American-Type’ Painting.” Greenberg, so Porter believed, was “very ready to tell painters what they may or may not do, without enough understanding of what they have done or are doing. Sometimes he says ‘we’ when ‘I’ would be more accurate.” Porter’s letter ended with an interesting observation about American “timidity.” “As a war is not won by bril- de Arp por hacer perceptible el infinito es, para Judd, una “sensación de estar completo”. No digo que ambos digan lo mismo, y sin embargo en ambos casos vislumbramos cómo el análisis minucioso puede conducir a una revelación metafísica, una revelación inherente a la inmediatez y la especifidad de la obra. A mi modo de ver, la magia inherente en la llaneza de expresión fascinaba tanto a Porter como a Judd. Ambos compartían la visión del arte del empírico, la visión que Wallace Stevens, un gran héroe de Porter, definió cuando dictaminó que “la poesía de una obra de la imaginación ilustra constantemente la lucha fundamental y constante con la verdad”. Las peculiares características de la pintura de Porter y las hermosas construcciones de triplay de Judd rindieron tributo a esa “lucha fundamental y constante con la verdad”—y también a la especifidad y la particularidad. Para ambos hombres, el empirismo estaba vinculado a sus esfuerzos por darle al arte un nuevo tipo de peso inmediato. Quisieron librarse de la sensación de que las revelaciones del arte se encuentran inevitablemente, y tal vez desgraciadamente, ligadas a un grandioso drama histórico. No es extraño, entonces, que ambos estuvieran en desacuerdo con Greenberg, quien insistía en que la historia del arte se caracteriza por su evolución más o menos ordenada. En la década de los cincuentas Porter sintió tanta ira contra Greenberg que escribió una extensa carta a la revista Partisan Review acerca del ensayo “Pintura ‘tipo estadounidense’”. Porter acusa a Greenberg de “dictarles a los pintores qué podían y qué no podían hacer, sin haber comprendido suficientemente lo que han hecho o están haciendo. A veces dice ‘nosotros’ cuando sería más with Greenberg’s clear-minded account. These conditions, Judd asserted, “should stay that way.” “One can think about them as much as one likes, but they won’t become neater; neatness isn’t even a good reason for thinking about them. A lot of things just can’t be connected.” In 1969, in an essay called “Complaints,” published in Studio International, Judd really let rip on the subject of Greenberg. He complained of the “attempt to impose a universal style,” and he said he found Greenberg “ignorant and hysterical.” He said that Greenberg—and Michael Fried—were “wrong about mainstream history or development,” and observed that “most ideas of history are simplistic, archaic and destructive.” As for what was often billed as the progressivism of the avant-garde, Porter suggested his feeling about that when he wrote, continuidad, la cual, en topología, cae bajo la definición de la curva), nunca círculos, elipses ni superficies planas, sino siempre curvas y superficies irregulares u ovoides, y ángulos no comensurables. Éste es el infinito que le interesa a Arp.” Tres años más tarde Judd se expresó de esta manera: “Uno de los aspectos interesantes de la escultura de Arp, un aspecto pertinente en la actualidad, es que una pieza bien lograda es un conjunto que carece de partes. Las protuberancias no pueden considerarse nunca como otras unidades más pequeñas; incluso las secciones parcialmente separadas no pueden llegar a constituir unidades secundarias ni sumarse para formar una unidad mayor. Esta falta de partes bien definidas obliga a uno a ver la pieza en su conjunto.” Porter concibe que la variedad cede ante el infinito; para Judd, las partes ceden ante el todo. Lo que Porter llama el esfuerzo 63 preciso poner ‘yo’”. La carta de Porter finaliza con una interesante observación acerca de la “timidez” norteamericana: “De la misma manera como no se gana la guerra a fuerza de retiradas brillantes, no avanza la creatividad a fuerza de imponer limitaciones.” Por lo que respecta a Judd, aunque compartió muchos de los gustos de Greenberg, incluyendo su creencia de que Pollock y Newman eran los más importantes entre los Expresionistas Abstractos, también le disgustó la noción del drama histórico mundial que apuntalaba en gran parte el pensamiento de Greenberg. Cuando en 1964 Judd puso por título a un ensayo “Historia local”, seguramente estaba expresando su desacuerdo con la grandilocuencia nacionalista de la perspectiva de Greenberg. “Las cosas no tienen más remedio que ser diversas, y deben ser diversas”, explicó Judd. Cuando Judd in an article on Allan Kaprow and the happenings, that his “avantgarde ‘event’ constantly disappoints one’s expectation of surprise. Like so many science fiction movies about the future, his subject matter is the undigested immediate past.”17 power of seeing to achieve a truth of its own, autonomous from nature. Often with Porter, it seemed that his feeling for empiricism was far less important than his feeling “against idealism”—the title of one of his most exciting essays. Porter believed that many artists were hopelessly locked into Plato’s cave. They were laboring to create works of art that were at best the shadows of an ideal. And since, for Porter, there was no use for ideals in art, the results of much artistic labor turned out to be the shadow of a phantasm. “Today,” Porter wrote in 1964 in “Against Idealism,” “when a painting is criticized by another painter as ‘too realistic’ or praised as not realistic, the painter-critic refers to the belief that reality is not known through sight alone, but conceptually. The purely visual painting is never considered as realistic as the conceptual one.”19 To paint a purely visual painting was to take a stand against the shadows in Plato’s cave—and against idealism. David Hume cropped up in both Judd’s and Porter’s writings, and although they used him for their own ends—which was quite naturally how any artist would use any philosopher he cared to—the fact that Hume came up now, at the turn into the 1960s, had a fascination. Judd, in 1963, reviewed the work of Walter Murch, a painter of still lifes in which ordinary objects were sunk in an elegantly misty atmosphere. Judd disliked the aura of mysterious meaning in which Murch clothed his objects. He took a rather easy shot at Murch by declaring that he was not as good as Chardin. The point was that Murch had an overly grandiose idea of “the world [as having] a spiritual order and identity, part and whole.” And then, in an attempt to explain that this was not so, Judd turned to Hume, who said: “We have therefore no idea of substance, distinct from that of a collection of particular qualities, nor have we any other meaning when we either talk or reason concerning it.”20 Judd left it at that, but perhaps the implication was that Chardin was more respectful of the nature of “particular qualities”—that he did not romanticize them. What Judd’s pointing to Hume came down to was saying that artists had to stick to the specifics, and this was actually quite close to what Porter, in an interview, said interested him in Hume when he encountered his ideas at Harvard. Whitehead, Porter said, “taught us that Hume’s criticism was practically unanswer- dictaminó que “entre la historia del arte y la condición del arte, en un momento dado, hay una correspondencia bastante tenue”, resultaba casi obvio que estaba disintiendo de la postura que Greenberg exponía con tanta pretendida nitidez . Estas condiciones, sostenía Judd, “deben permanecer así”. Both Porter and Judd had studied philosophy in college. Judd majored in philosophy at Columbia, and to the end of his life Porter spoke of the importance of hearing Alfred North Whitehead’s lectures at Harvard. There was, in the writing of both artists, a commitment to immediate experience, and then to the possibility of what one might think about that experience. Of the impact of a blackpainted board in a sculpture by Ronald Bladen, Judd observed that “this is like Kline’s long strokes and is a form of abbreviated naturalism.” And when Porter wrote about David Smith’s abstracts sculptures, he commented that “he does not represent, but his variety is the variety of direct experience of nature.”18 The close looking here yielded a kind of slippery revelation; the empiricism was like alchemy—you looked closely and were drawn into an enigma. Porter might have felt differently about this than Judd, but they both liked the way that artistic particulars could unfold in the mind’s eye. Neither Judd nor Porter referred specifically to philosophers and to philosophical terms very often; they were artist-critics bringing the experience of the studio to bear on their writing. But I think it is significant that when either of them reached for philosophical references, it was not to the authors, from Nietzsche and Kierkegaard to Sartre, who grappled with the question of man’s situation in the world and had been points of reference for artists in the 1940s and early 1950s. If there could be said to be a philosophical inclination in the thought of Porter and Judd, it was much closer to some of the sparer, more hard-nosed and skeptical thinking of eighteenth-century Britain than to the grand spiritual hopes of nineteenth-century Germany. True, Porter could seem opposed to a kind of empiricism, as when he wrote that “empiricism casts doubt on the validity of knowledge gained through the senses alone, to propose that through the senses alone you can know nothing beyond them.” Yet this was a rather confusing construction, typical of Porter in its switchbacking logic, for it could be interpreted as praising, on an empirical basis, the “Uno las puede pensar todo lo que quiera, pero no se aclararán, y la claridad ni siquiera constituye un buen motivo para pensarlas. Hay muchas cosas que simplemente no pueden conectarse.” En 1969, en el ensayo “Quejas”, publicado en Studio International, Judd desató una crítica desenfrenada contra Greenberg. Se quejó del “intento de imponer un estilo universal” y llamó a Greenberg “ignorante e histérico”. Afirmó que Greenberg—y Michael Fried—“se equivocaban en cuanto a la historia o la trayectoria de línea central” y agregó que “la mayoría de los conceptos de la historia son simplistas, arcaicos o destructivos”. Y en lo que respectaba al llamado progresismo del avant-garde, Porter expresó su opinión cuando escribió, en un artículo sobre Allan Kaprow y los happenings, que su “evento ‘avant-garde’ defrauda constantemente la expectación de la sorpresa. Al igual que tantas películas de ciencia ficción sobre el futuro, sus temas se reducen al pasado inmediato e indigesto.” Tanto Porter como Judd habían estudiado filosofía en la universidad. Judd obtuvo su licenciatura en filosofía de la Universidad de Columbia, y Porter, hasta el final de su vida, insistió en la importancia de escuchar las conferencias de Alfred North Whitehead en Harvard. En los escritos de ambos artistas se percibe un compromiso con la experiencia inmediata, y luego con las posibilidades de lo que uno podría pensar acerca de esa experiencia. Hablando del impacto de una tabla pintada de negro en una escultura de Ronald Bladen, Judd comentó que “esto recuerda a las largas pinceladas de Kline y constituye una forma abreviada del naturalismo”. Y cuando Porter opinó sobre las esculturas abstractas de David Smith, señaló que “no hace representaciones, pero su variedad es la variedad de la experiencia directa con la naturaleza”. Aquí el escrutinio desembocó en una especie de revelación incómoda: que el empirismo es como la alquimia—al examinar las cosas de cerca, uno se siente cautivado por su enigma. Porter quizá haya tenido un punto de vista diferente del de Judd sobre el particular, pero a ambos les agradaba el modo como los particulares artísticos podían someterse al análisis intelectual. Ni Judd ni Porter se refirieron casi nunca 64 a filósofos específicos ni manejaron con frecuencia los términos filosóficos: eran artistas-críticos que aprovecharon su experiencia en el estudio para informar su escritura. Pero creo notable que, cuando cualquiera de los dos echaba mano de alusiones filosóficas, éstas no eran a los autores, desde Nietzsche y Kierkegaard a Sartre, que lucharon con el problema de la situación del hombre en el mundo, y que habían sido puntos de referencia para los artistas durante los años cuarentas y principios de los cincuentas. Si hubiera una vertiente filosófica que caracterizara el pensamiento de Judd y Porter, ésta se arrimaría más al pensamiento severo, riguroso y escéptico de la Inglaterra del siglo XVIII que a las esperanzas espirituales de la Alemania del siglo XIX. Es verdad que en apariencia Porter podría oponerse a cierta especie de empirismo, como cuando escribió que “el empirismo pone en duda la validez de los conocimientos adquiridos sólo por medio de los sentidos, proponiendo que, mediante los sentidos sólo, no se puede saber nada más allá de ellos”. Y ésta es una construcción un poco confusa, típica de Porter en su lógica intrincada, porque podría interpretarse como una alabanza, con base en lo empírico, la capacidad de la observación de alcanzar una verdad propia, autónoma e independiente de la naturaleza. En el caso de Porter, a menudo parece que el estar a favor del empirismo tenía menos importancia que el estar “contra el idealismo”—el título de uno de sus más apasionantes ensayos. Porter creía que muchos artistas estaban irremediablemente aprisionados dentro de la cueva de Platón. Laboraban para crear obras de arte que, en el mejor de los casos, eran sombras de un ideal. Y como Porter sostenía que los ideales no tenían cabida dentro del arte, el resultado de mucha labor artística terminó siendo la sombra de un fantasma. “Hoy en día”, escribió Porter en 1964 en “Contra el idealismo”, “cuando una pintura es criticada en sentido negativo por otro pintor como ‘demasiado realista’ o alabado como no realista, el pintor-crítico se refiere a la creencia de que la realidad no se conoce por la vista solamente, sino conceptualmente. La pintura puramente visual nunca se considera tan realista como la pintura conceptual.” Pintar una obra puramente visual equivalía a oponerse a las sombras de la cueva de Platón—y contra el idealismo. Tanto Judd como Porter se refieren a David Hume en sus escritos y, aunque cada uno lo utilizó para sus propios fines, el hecho de que el nombre de Hume apareciera ahora, a raíz de 1960, tie- able….Hume’s idea is that all you know is one sensation after another: you do not know the connections between them. And that was what [Whitehead] was concerned with doing, finding an answer to Hume, who he thought had not been adequately answered by Kant….What I like in painting—I mean, partly what I like in painting—is to rationalize what I like in painting. Because it seems to me to relate to that [idea of Hume’s that all you know is one sensation after another]. I mean I like in art when the artist doesn’t know what he knows in general; he only knows what he knows specifically.”21 Porter’s and Judd’s empiricism might be thought of as a sort of optimistic skepticism. And behind all their thoughts about empiricism lay the galvanic experience of Impressionism, the movement of a hundred years earlier that had pushed artists to trust the evidence of their eyes and only the evidence of their eyes. Impressionism, with its assault on the structural traditions of art, had had, especially in its earliest phases, an emphasis on moment-by-moment experience that could be seen as prefiguring the experience of Abstract Expressionist painter before the canvas in his studio. For Newman, who had few kind words for most of the art that had been produced in Western Europe in the great centuries of easel painting, Impressionism was the single exception, the time when painters had for once operated directly, honestly. And it was significant, as I have already noted in looking at the fascination that Monet’s Water Lilies exerted in the 1950s, that Meyer Schapiro, that friend of the Abstract Expressionists, devoted some of his most sustained writing and lecturing to the history of Impressionism. In an essay titled “The Concept of Impressionism,” which was in an earlier version presented as one of the Patten Lectures at Indiana University in 1961—at the time when Porter and Judd were most active as critics, although I am certainly not suggesting any direct causal relationship—Schapiro delved deeply into the philosophical background of Impressionism. He discussed nineteenth-century scientific and philosophical theories of perception, and he suggested that Hume’s ideas were part of the atmosphere in which the Impressionists came of age in the 1860s. He observed that “Hume had described the self as ‘nothing but a bundle or collection of different perceptions.’” And he went on to say that “at the time of the Impressionists, Hippolyte Taine, following Hume, spoke of the self as a fragmentary series of, or continuity among, certain sensations. The self, like substance, was a ‘metaphysical illusion.’ This turn of thought was paralleled by the ideas of poets and novelists who, in a doubting mood, described the self as a phantom entity, an illusion; all that one truly knows is a flux of sensations with some recurrent features…. ‘Consciousness’ was the name for a certain mode or occasion of sensation—without sensation, there would be no consciousness.”22 Both Porter and Judd believed, absolutely, that all artistic experience— and that artistic consciousness itself—must be grounded in immediate sensation. And to the extent that they were interested in the philosophical traditions that wound back to Hume, they were attempting to reestablish a philosophical basis for the Impressionists’ rabble-rousing orchestrations of keyed-up color and throw-care-tothe-wind brushwork. Judd, writing in Art in America in 1984, mentioned his interest in C.S. Pierce and quoted favorably from his “Concerning the Author.” There Pierce celebrated his skepticism about his own thought processes, and wrote that “for years in the course of the ripening process, I used for myself to collect my ideas under the designation fallibilism; and indeed the first step toward finding out is to acknowledge you do not satisfactorily know already.”23 For Judd and Porter, the exalted ideals of beauty that Kant had reached for and that Hegel had chased through the dialectic of history may well have seemed fallibilism of one variety or another. Of course a skepticism about such ideas and ideals had been built into de Kooning’s conversation as the 1940s were turning into the 1950s, but what was new in the thought of Judd and Porter was that they seemed uninterested in stirring the metaphysical melting pot. It was possible to see in their interest in Hume a desire to reach back to the sober empiricism that had preceded Kant’s measured idealism. When Porter looked to the landscape and Judd looked to the lumberyard, they were trying to go back to the origins of art, to the basic questions of seeing and knowing that had preceded the idealization. To look more closely at Porter and then at Judd—as well as some of the artists who interested them or whose interests they shared— is to see the no-romantic romantic attitude of a decade earlier reinvented ne cierto interés. En 1963, Judd reseñó la obra de Walter Murch, un pintor de naturalezas muertas en los que los objetos estaban rodeados de una elegante atmósfera brumosa. A Judd le disgustó el aura de significado misterioso con que Murch envolvía las cosas. Hizo una crítica fácil a Murch, declarando que era inferior a Chardin. Lo importante era que Murch tenía un concepto demasiado grandioso del “mundo como [provisto de] un orden y una identidad espirituales, en parte y en todo”. Y luego, para demostrar que esto no era cierto, Judd recurrió a Hume, quien afirmó: “Por ende no tenemos idea de la substancia, aparte de una colección de cualidades específicas, y no tenemos otro significado alguno cuando hablamos o discurrimos al respecto.” Judd no dijo más, pero tal vez quiso sugerir que Chardin respetaba más la naturaleza de las “cualidades específicas”—que las instalaba en un plano romántico. Judd cita a Hume para dejar en claro que los artistas deben concretarse en lo específico, y esto es casi lo mismo que Porter, en una entrevista, dijo que le interesaba en Hume, cuando se topó en Har vard con las ideas del ensayista inglés. Porter aclaró que Whitehead “nos enseñó que las críticas de Hume eran prácticamente incontestables… La idea de Hume es que todo lo que se sabe es una sensación tras otra; no se sabe las conexiones entre ellas. Y eso es lo que a Whitehead le fascinaba: encontrarle la respuesta a Hume, cuyas ideas no habían sido contestadas satisfactoriamente por Kant… Lo que a mí me gusta de la pintura—quiero decir, lo que en parte me gusta de la pintura—es racionalizar lo que me gusta de la pintura. Porque me parece que se relaciona a eso [la idea de Hume de que todo lo que se sabe es una sucesión de sensaciones]. Me gusta en el arte cuando el artista no sabe lo que sabe en general; sólo sabe lo que sabe específicamente.” El empirismo de Porter y Judd podría concebirse como una suerte de escepticismo optimista. Y detrás de todos sus pensamientos acerca del empirismo estaba la experiencia galvánica del Impresionismo, el movimiento de hacía cien años que había alentado a los pintores a confiar en sus ojos y sólo en sus ojos. El Impresionismo, con su asalto sobre las tradiciones estructurales del arte, había enfatizado, sobre todo en su primera época, en la experiencia momento-por-momento que podía entenderse como un presagio de la experiencia del Expresionista Abstracto ante el lienzo en su estudio. Para Newman, que tenía en muy poca estima el arte producido en Europa Occidental en los grandes siglos de la pintura de ca65 ballete, el Impresionismo era la única excepción, la única ocasión en que los pintores se habían comportado de manera honesta y directa. Y es un hecho significativo, como ya he señalado al examinar la fascinación que ejercieron los Nenúfares de Monet en los años cincuentas, que Meyer Schapiro, tan amigo de los Expresionistas Abstractos, haya dedicado algunos de sus escritos y conferencias más substanciales a la historia del Impresionismo. En un ensayo intitulado “El concepto del Impresionismo”, presentado anteriormente como una ponencia en la Universidad de Indiana en 1961—en la época cuando Porter y Judd estaban en el apogeo de su labor crítica, aunque no estoy sugiriendo que existiera una relación de causa y efecto—Schapiro profundizó bastante en el trasfondo filosófico del Impresionismo. Examinó las teorías científicas y filosóficas del siglo XIX, proponiendo que las ideas de Hume formaban parte del ambiente en el cual los Impresionistas llegaron a su madurez entre 1860 y 1870. Hizo notar que “Hume había descrito al yo como ‘nada más que un conjunto de percepciones diferentes’”. Y agregó que “en la época de los Impresionistas, Hipólito Taine, siguiendo a Hume, habló del yo como una serie fragmentaria de, o continuidad entre, ciertas sensaciones. El yo, como la sustancia, era una ‘ilusión metafísica’. Este pensamiento encontró su paralelo entre las ideas de poetas y novelistas de humor escéptico, proclamaban que el yo era una entidad fantasma, una ilusión; todo lo que uno sabe de veras es un flujo de sensaciones con algunas características recurrentes… ‘Conciencia’ era el nombre aplicado a cierto tipo o momento de sensación—sin la sensación, no habría conciencia.” Tanto Porter como Judd creían firmemente que toda expresión artística—y la conciencia artística también—tiene que cimentarse en la sensación inmediata. Y en la medida que se interesaban en las tradiciones filosóficas que se remontaban a Hume, intentaban restablecer una base filosófica para las orquestaciones demagógicas de colores vivos y la despreocupación técnica de los Impresionistas. Judd, en un ensayo publicado en 1984 en Art in America, aludió a su interés en C. S. Pierce e incluye, con comentario favorable, una cita de la obra “Concerning the Author” de este autor. Aquí Pierce celebra su escepticismo en cuanto a sus propios procesos mentales, diciendo que “durante años en el transcurso del proceso de maduración, yo recogía mis ideas bajo la designación falibilismo; y por cierto el primer paso hacia enterarse es reconocer que uno no tiene todavía un conocimiento K A Z I MI R MA L E VI C H , A I R PL A NE F LY I N G , 1915, O I L O N C A N VA S . of de Kooning he could not but care for Picasso, he was certainly not all that caught up in the drama of his work. For Porter and Judd, Picasso embodied the entire enterprise of Cubism, and that was something that excited neither of them all that much. The early moderns who meant the most to them tended to stand apart from Cubism’s unfolding story. For Judd, Malevich was in some ways a more interesting figure than Mondrian, precisely because he jumped into abstraction so rapidly, with so little equivocation. For Porter, there was something fascinating about Vuillard’s refusal to engage in the kind of fracturing that was so dear to Cézanne and that, in retrospect, could be seen as foreshadowing Cubism. It was as if the experimental devolution of modern art, by which Cézanne begat Picasso who begat Mondrian, was something that Judd and Porter wanted to scramble. Porter liked to say that he preferred Vuillard to Cézanne, or at least that he was more interested in Vuillard’s way of “unifying the Impressionist shimmer into a single object” than in Cézanne’s way of “denying the essence of the shimmer by changing it into planes to express solidity.”24 Porter’s point was not to pit Cézanne’s against Vuillard but to suggest that each moment in art presented alternative possibilities: Cézanne and Vuillard in 1900, Dufy and Mondrian in 1925, Morandi and de Kooning in 1950. Part of what attracted Porter to Vuillard and Judd to Malevich (whose full range of works was only beginning to be well-known in New York in the 1960s and 1970s) was that these artists stood apart from the ordained patterns of art history; they could have some of the excitement of satisfactorio”. Para Judd y Porter, los encumbrados ideales de la belleza que Kant se había esforzado por alcanzar y que Hegel había perseguido a través de la dialéctica de la historia pueden haber parecido falibilismo de algún de empirismo dotado de su propia intensidad fríamente romántica. La creencia de que el arte era una progresión caracterizada por batallas y rupturas no atraía ni a Porter ni a Judd. No estaban convencidos de que un proceso dialéctico pudiera descubrir una nueva verdad. Picasso y el Cubismo, y todo el drama de la ruptura de la realidad, que para Greenberg constituía la historia maestra, fue repudiado por Porter y Judd. Picasso, el supremo maestro de la transformación, que en cierta forma había presidido el avantgarde en Nueva York en los años treintas y cuarentas, perdía su atractivo, en parte porque en los cincuentas y principios de los sesentas no había entusiasmo por lo que Picasso estaba haciendo, pero la oposición llegaba todavía más lejos. Judd se mostró francamente negativo y no tomó en serio los logros de Picasso, con sus constantes fracturas y fragmentaciones y desplazamientos dialécticos de estilo; sus comentarios podían ser descaradamente desfavorables. En cuanto a Porter, como admirador de de Kooning no podía menos que interesarse en Picasso, pero ciertamente no sentía fascinación por el drama de su obra. Para Porter y para Judd, Picasso encarnó el Cubismo entero, y eso no les producía mucha emoción que digamos. Los primeros modernos que más les llamaban la atención tendían a apartarse de la historia del Cubismo en desarrollo. Para Judd, Malevich era una figura más interesante en ciertos aspectos que Mondrian, precisamente porque se adentró en el abstraccionismo con tanta rapidez, con tan pocos titubeos. Para Porter, había algo fascinante en el hecho de que Vuillard se negara a cultivar el tipo de fragmentación que tanto le agradaba a Cézanne y que, con mirada retrospectiva, se puede ver como tipo. Desde luego, el escepticismo antes E DOUA RD V UI L L AR D, M OT H ER A N D S I ST ER O F T HE A RTI S T, C I RC A 1 9 0 0 , OI L O N C A N VA S. as a kind of empiricism with its own coolly romantic intensity. The whole idea that art was a progress marked by battles and breakups was not attractive to either Porter or Judd. They were not so sure that a dialectical process could reveal a new truth. Picasso and Cubism and the whole drama of the breakup of reality, which was for Greenberg the master story, was downgraded if not abandoned by Porter and Judd. Picasso, that supreme master of transformation, who had in a sense presided over the New York avantgarde of the 1930s and 1940s, was in eclipse. In part this was because there was relatively little enthusiasm for what Picasso was doing in the 1950s and early 1960s, but the opposition went deeper than that. Judd was frankly negative and dismissive of his achievement, with its constant fracturings and fragmentings and dialectical shifts in style; his comments could be brashly dismissive. As for Porter, although as an admirer anterior, reinventada como una especie tales ideas e ideales ya lo exhibía de Kooning en sus conversaciones al acabar la década de los cuarentas y comenzar la de los cincuentas, pero lo nuevo en el pensamiento de Judd y Porter es que no parecían interesarse en echarle más sazón a la sopa metafísica. El interés de ambos en Hume delata su deseo de remontarse al sobrio empirismo que había precedido el mesurado idealismo de Kant. Cuando Porter recurrió al paisaje y Judd a la maderería, procuraban regresar a los orígenes del arte, a las preguntas básicas de ver y comprender previas a la idealización. El examinar de cerca a Porter y luego a Judd—junto con algunos de los artistas que les interesaban o cuyos intereses ellos compartían—nos permite ver la actitud romántica no romántica de la década 66 FA I R F I E L D PO RTE R , I S L A ND FA R MH O U S E , 1969, O I L O N C A N VA S . que no se saliera de la historia del arte (como si eso pudiera suceder) sin que se dedicara a crear, en el momento, para sí mismo, operando empíricamente con lo que tuviera delante, ya fuera el florero con flores encima de la mesa o las tablas de triplay obtenidas en la maderería. En 1974, cuando se exhibió en Nueva York por primera vez una gran cantidad de pinturas de Malevich, Judd escribió extensamente sobre ellas, alabando lo que él veía como su rechazo de una “cualidad idealista” que en su opinión restaba valor a la obra de Mondrian. ¿Y cuál fue esta cualidad idealista? Pues una cualidad que alejaba a uno de lo específico y lo acercaba a lo general. Judd citó un escrito de Malevich: “Aquel momento cuando la idealización de la forma se apoderó de ellos [los griegos y romanos] debe considerarse como la ruina del arte verdadero.” Y “el arte no debe proceder hacia la reducción, o la simplificación, sino hacia la complejidad.” Para Judd, por supuesto, la complejidad podía semejarse a lo que los demás consideraban sencillez. Lo que Malevich quería decir, que le interesaba a Judd y tal vez le hubiera interesado a Porter también, era que la historia del arte, con sus procesos de idealización, podía atenuar la inmediatez de las formas. “El arte”, escribió Porter, “nos permite aceptar la inmediatez ilógica, y al hacerlo nos libra de la obligación de perseguir lo lejano y lo ideal. Cuando sucede esto, el efecto es glorioso.” eccentric discoveries. They might inspire an artist not to exit from history (as if that could ever be possible) but to create in the moment for himself or herself—to operate empirically, with what was in front of him or her, whether that was the vase of flowers on the table or the four-by-eight pieces of plywood in the lumberyard. In 1974, when a large selection of Malevich’s paintings was shown in New York for the first time, Judd wrote about them at considerable length, praising what he saw as their avoidance of an “idealistic quality” that to his mind weakened Mondrian’s work. And what was this idealistic quality? Well, it was a quality that took you away from the specific toward the general. Judd quoted Malevich as writing, “That moment when the idealization of form took hold of them [the Greeks and Romans] should be considered the downfall of real art.” And “art should not proceed towards reduction, or simplification, but towards complexity.” For Judd, of course, complexity could resemble what others regarded as simplicity. Malevich’s point, which interested Judd and might have interested Porter, too, was that the history of art, with its processes of idealization, could dull the immediacy of forms. “Art,” Porter wrote, “permits you to accept illogical immediacy, and in doing so releases you from chasing after the distant and the ideal. When this occurs, the effect is exalting.”25 una prefiguración del Cubismo. Era como si la evolución del arte moderno— mediante la cual Cézanne engendró a Picasso, el cual engendró a Mondrian— fuese algo que Judd y Porter quisieran haber enredado. Porter solía declarar que prefería a Vuillard sobre Cézanne, o al menos que se interesaba más en la manera como Vuillard “unificaba el cabrilleo impresionista en un solo obje- M A I N E , M A R FA Y M A N H AT TA N Para un empírico, el lugar puede ser de suma importancia, ya sea el estudio donde trabaja o la calle o el paisaje que ve todos los días. Tanto Fairfield Porter como Donald Judd tenían un sentido muy profundo y duradero de los lugares epecíficos. A Porter le encantaba Southampton, donde residía to” que en la forma como Cézanne “ne- en invierno, y la isla Great Spruce gaba la esencia del cabrilleo al conver- MAINE, MARFA, AND MANHATTAN tirlo en planos para expresar solidez”. Porter no se propuso oponer a Cézanne Head, donde pasaba los veranos. A Judd le fascinaba el suroeste, donde pasaba cada vez más tiempo, a partir contra Vuillard, sino sugerir que en el A place can make all the difference for an empiricist, whether the place is the studio where he works or the street or landscape that he sees every day. Both Fairfield Porter and Donald Judd had a deep, abiding feeling for specific places. Porter loved Southhampton, where he lived in the winter, and Great Spruce Head Island, where he lived in the summer. Judd loved the Southwest, where he spent more and more of his time, beginning in the 1970s. And they both had an intense, impassioned feeling arte cada coyuntura presenta posibles alternativas: Cézanne y Vuilllard en 1900, Dufy y Mondrian en 1925 y Morandi y de Kooning en 1950. En parte, Porter sentía atracción por Vuillard, y Judd por Malevich (cuya obra apenas se empezaba a conocerse en toda su amplitud en Nueva York en los sesentas y setentas), porque estos artistas estaban al margen de los patrones establecidos de la historia del arte. Así Judd y Porter podían darse el placer de descubrir excentricidades. Tal vez pudieran inspirar a un artista para 67 de los setentas. Y ambos sentían una intensa y apasionada atracción hacia Manhattan, conservando los dos sus vínculos con la ciudad y trabajando allí aun después de trasladar sus bases de operación a otra parte. Ambos tal vez hayan creído, hasta el final de sus días, que en las calles de Manhattan es donde habían madurado como artistas. Evidentemente, Portor rindió homenaje a aquellas calles en una serie de pinturas que hizo hacia el final de su vida. Y Judd dedicó mucho esfuerzo a preservar y restaurar su rinconcito both wanted to feel that their art was grounded in the everyday. The fascination and depth and complexity of Porter’s painting came out of the extent to which he used the stuff of his life—his homes, his family, his friends—as a kind of implicit narrative, to be experienced through the partial view of his eyes. The more you know about Porter’s life, the more you can see that his work exemplifies, to an amazing degree, the principle that in the arts new patterns are frequently woven from the loose ends and remnants of older ones. While it is no mystery that Porter’s art was some piquant synthesis of the intimism of Vuillard and the frankness of his friend de Kooning, the mingling of sources could be far more personal than that. The huge, eccentric barn-like home and elegantly classical farmhouse and ravishing vistas of Great Spruce Head Island, Maine, which were the motifs in so many of Porter’s best paintings, could be interpreted as an extended salute to his father, an amateur architect and avid naturalist who bought the island and built some of the houses when Fairfield was a boy. Writ large, that farmhouse suggested the whole yearning for a classical order, and perhaps for an especially American kind of order, because of course the idea of an indigenous classical architecture went back to Thomas Jefferson. The Neoclassicism of Porter’s father’s architecture makes me think of something that Lewis Mumford wrote about Neoclassicism in America, about carrying these new-old “forms into the heart of the wilderness” so that one might “be at home anywhere…. To be at home was to live in that ideal world which had been conjured up out of the archeologist’s research into Rome, and, in the eighteenth-century, into Greece.”26 The Americanness of American art, which Newman and others had spoken about so often in the late 1940s, took on a different kind of poised yet passionate classical power with Judd, who experienced the vast barrenness of the American West as something fascinating, astonishing, and admirable. Judd had lived in Dallas for a couple of years as a kid, and knew “that the West, which is the Southwest there, began beyond Fort Worth. The land was pretty empty, defined only by the names in the stories about Texas by J. Frank Dobie, as the names in the Icelandic sagas substitute in that country for the monuments that don’t exist.” When, in 1985, Judd wrote recollections of his earlier encounters de la ciudad, un edificio de hierro del siglo XIX, ubicado en la calle Spring número 101, que había comprado en 1968. Ambos hombres estaban determinados a crear ambientes—lugares— muy propios, ambientes que reflejaban fielmente sus gustos y su sensibilidad; esta determinación los alejaba casi indefectiblemente de la ciudad, al menos durante ciertos periodos. El interior de la casa de Porter, en Southampton, con su mobiliario antiguo y su agradable informalidad bohemia, poseía una personalidad tan fuerte que se podría afirmar que era uno de los protagonistas del arte de su habitante. Los interiores que creó Judd en su edificio en la calle Spring y en los diversos edificios que adquirió en Marfa, Texas, eran cuidadosas recreaciones de una antigua arquitectura funcionalista, llenas de muebles diseñados por el propio Judd, y así eran otros tantos ambientes imbuidos de un poderoso punto de vista estético. Aunque ni Porter ni Judd hubieran aceptado la proposición de que un interior fuese una obra de arte, ambos deseaban abrigar la sensación de que su arte estaba fundamentado en lo cotidiano. La fascinación, profundidad y complejidad de la pintura de Porter provenía de la medida en que aprovechaba sus vivencias—sus casas, su familia, sus amigos—como una especia de narrativa implícita, la cual debía ser apreciada desde la perspectiva parcial de sus propios ojos. Cuanto más sabe uno acerca de la biografía de Porter, mayor E XT ERI OR V I EW O F DON A L D J UD D ’ S B UI L D I N G AT 1 0 1 S P R I N G ST RE E T, N E W Y OR K C I T Y. for Manhattan and preserved their ties with the city and worked in the city even after they had moved their bases of operation elsewhere. Both men may have believed, to the ends of their lives, that the streets of Manhattan were where they had come of age as artists. Certainly, Porter saluted those city streets in a series of paintings done near the end of his life. And Judd put a great deal of effort into preserving and restoring his piece of the city, a nineteenth-century cast-iron building at 101 Spring Street that he had purchased in 1968. Both men were also determined to create environments—places—all their own, environments that were a pure reflection of their tastes and sensibilities, and their determination to do so almost inevitably took them away from the city, at least for periods of time. The interior of Porter’s house in Southhampton, with its old furniture and pleasant bohemian informality, had so strong a personality that it could be said to be one of the protagonists of his art. The interiors that Judd created in his building on Spring Street and in the various buildings that he acquired in Marfa, Texas, all carefully restored old functionalist architecture filled with furniture of his own design, were also examples of an environment stamped with a powerful aesthetic viewpoint. Though neither Judd nor Porter would have accepted the proposition that an interior was a work of art, they 68 es su comprensión de que la obra del artista ejemplifica, en medida asombrosa, el principio de que en las artes, los patrones nuevos se construyen con frecuencia utilizando retazos y remanentes de los patrones viejos. Aunque no es ningún secreto que el arte de Porter era una síntesis del intimismo de Vuillard y la franqueza de su amigo de Kooning, la forma de la mezcla de estas fuentes resultó una cosa muy personal. Los enormes caserones excéntricos de la isla Great Spruce Head, en Maine, que aparecían en tantas de las mejores pinturas de Porter, podrían interpretarse con un homenaje extendido a su padre, un arquitecto amateur y naturalista entusiasta que compró esta isla y construyó algunas de sus casa cuando Fairfield era niño. A grandes rasgos, aquel caserón representaba el anhelo de un orden clásico, y quizás por un orden especialmente norteamericano, porque desde luego la idea de una arquitectura clásica autóctona se remontaba hasta Tomás Jefferson. El neoclasicismo de la arquitectura del padre de Porter me hace pensar en algo que Lewis Mumford escribió acerca del Neoclasicismo en Estados Unidos, acerca de llevar esas nuevas y antiguas “formas muy adentro del paisaje” para que uno pudiera “estar a gusto en cualquier lugar…. Sentirse uno en su casa equivalía a habitar en aquel mundo ideal nacido de las investigaciones arqueológicas sobre Roma y, en el siglo XVII, sobre Grecia.” 1 La americanidad del arte americano, de que tanto habían hablado Newman y otros a finales de los cuarentas, se revistió de un poder diferente, bien equilibrado pero apasionado, con Judd, quien sintió la vasta esterilidad del Oeste norteamericano como algo fascinante, asombroso y admirable. Judd había vivido en Dallas durante unos cuantos años cuando era niño y sabía que “el Oeste, que allí significaba el Suroeste, empezaba más allá de Fort Worth. La tierra era bastante árida, definida solamente por los nombres en las historias tejanas escritas por J. Frank Dobie, algo así como los nombres en las sagas islandesas son sustitutos en aquel país de los monumentos que no existen”. Cuando Judd apuntó, en 1985, sus recuerdos de sus anteriores encuentros con el Oeste, estos escritos contenían parte de la emoción rapsódica de los viajes en carretera que animaban las mejores obras de la generación Beat de los años cincuentas. Se acordó de un viaje en autobús en 1946, cuando iba con tres amigos del ejército, “desde el Fuerte McClellan, en Alabama, a Los Angeles”, y que pasaron cerca de Marfa y D O NA L D J U D D , U NTI TL E D WO R K S I N C O NC R E TE , 1980-84, C H I N AT I F O U N D AT I O N , with the West, these stories had some of the rhapsodic, on-the-road excitement that powered the best Beat writing of the 1950s. He recalled 1946, when he traveled by bus with three army buddies, “from Fort McClellan, Alabama, to Los Angeles,” and how they passed pretty near Marfa, and how Judd wired to his mother from Van Horn, Texas, writing: “NICE T O W N B E A U T I FUL COUNTRY M O U N TA I N S .” Later, in 1963, when he was already showing in New York, Judd took a Greyhound bus to Tucson, and remembered that the “first night at three o’clock somewhere in Pennsylvania a man came aboard and collected my pillow and charged me fifty cents for another.”27 Judd’s recollections of those adventures had the ugly-beautiful lyricism of Robert Frank’s photographs of the emptied-out Western landscapes in The Americans. His love of the Southwest had a pastoral dimension, as did Porter’s feeling for Great Spruce Head Island. Judd believed that art was a realm apart, but a realm that was rooted in the wider world, in its tactility, in the experiences of measure and interval that we discover all around us. He knew that his work could feel unfocused in the ad hoc spaces of museums, and as he became an increasingly prosper- ous artist in the late 1960s and early 1970s, he began to seek out places, both in New York and in western Texas, where his art would seem more in sync with the architecture and its surroundings. In 1964, Judd had written enthusiastically about a show called “Twentieth-Century Engineering” at the Museum of Modern Art. “Until lately,” he observed, “art has been one thing and everything else something else.” Yet in his opinion, “The forms of art and of non-art have always been connected; their occurrence shouldn’t be separated as they have been….It is better to consider art and non-art one thing and make the distinctions ones of degree.”28 This remark could be interpreted as a salute to Alfred Barr and his vision of the Museum of Modern Art as an omnium-gatherum of modern visual culture, yet in Judd’s opinion museums rarely served art very well. He was tired of museum art, of the framed canvas hanging on the wall, and of the inadequate presentation that was generally given to the new kinds of work that he cared about most. His weariness—an old modern weariness, of course—pushed him to find places where the plainspoken directness of his work and the work of artists whom he admired could be better served. And so he ended up devel- que le mandó un telegrama a su mamá desde Van Horn, Texas, que decía: “ BO NITO PUEBLO , HERMOSAS MONTAÑAS EN ESTA TIERRA ”. Más tarde, en 1963, cuando ya exhibía en Nueva York, Judd viajó en autobús Greyhound hasta Tucson y recordó que “la primera noche a las tres de la madrugada, en algún lugar de Pensilvania, se subió un hombre y me quitó mi almohada y me cobró cincuenta centavos por otra”. 2 Los recuerdos de Judd sobre estas aventuras comunican el lirismo feo-hermoso de las fotografías de Robert Frank de los paisajes vacíos del Oeste en Los estadounidenses. su amor por el Suroeste tenía una dimensión pastoral, al igual que el amor que Porter sentía por la isla Great Spruce Head. Judd creía que el arte era un reino aparte, pero un reino arraigado en el mundo más amplio, en su tactilidad, en las experiencias de medida e intervalo que descubrimos en todo nuestro alrededor. Sabía que sus obras podían sentirse como faltas de enfoque en los espacios artificiales de los museos, y mientras fue convirtiéndose en un artista pudiente a finales de los sesentas y principios de los setentas, empezó a buscar los lugares, tanto en Nueva York como en el oeste de Texas, donde su arte estuviera más sincronizado con la arquitectura y sus alrededores. En 1964 Judd había escrito con entusiasmo acerca de una 69 exhibición intitulada “Ingeniería del Siglo XX” en el Museo de Arte Moderno. “Hasta hace poco”, puntualizó, “el arte ha sido una cosa, y todo lo demás ha sido algo diferente.” Sin embargo, en su opinión, “las formas del arte y del no arte han estado siempre en unión; sus manifestaciones no deben estar separadas como lo han estado…. Es mejor considerar el arte y el no arte como una sola cosa, viendo las diferencias como distinciones sólo de grado.” 3 Este comentario podría interpretarse como un homenaje a Alfred Barr y su visión del Museo de Arte Moderno como un lugar para exponer todas las facetas de la cultura visual moderna, pero Judd opinaba que los museos rara vez apoyaban al arte. Estaba cansado del arte de museos, del lienzo enmarcado colgado en la pared, y de la presentación inadecuada a que estaban sometidas las nuevas formas de arte que a él más le importaban. Su cansancio—un cansancio antiguo y moderno, por supuesto—era un aliciente para que encontrara lugares donde sus propias obras y las de otros artistas a quienes admiraba pudieran ostentarse mejor. Y así fue que comenzó a desarrollar espacios en Marfa, Texas, tres horas al sureste de El Paso, cerca de la frontera mexicana, espacios que tanto tienen que ver con la historia de Nueva York como las obras que realizó Porter en la oping spaces in Marfa, Texas, three hours southeast of El Paso, near the Mexican border, spaces that are as much a part of the New York story as the work that Porter did on the family island off the coast of Maine. isla que era de su familia, ubicada en seems to have had something to do with not la costa de Maine. bearing down on a form, about the conviction pre amenazaba arruinar los estilos reducidos being in the overall design rather than in the a elementos básicos. su rechazo de la elegancia facilona que siem- Jed Perl es el crítico de arte principal de The New particularities of the working through of the 9. Republic. design. He admired Léger’s rejection of the 10. Ibid, pág. 150. El ensayo “Objetos específi- kind of too-easy elegance that was always a cos”, de 1965, está basado en ideas que había danger with pared-down styles. Jed Perl is chief art critic for The New Republic. 1. Ibid, pág. 151. planteado en sus escritos de principios de los NOTAS 9. Ibid., p. 151. Sidney Janis, “Sobre el tema de la exhi- 10. Ibid., p. 150. The 1965 essay “Specific y obras tridimensionales de esta época. El bición”, en The New Realist (Nueva York: Objects” grew out of ideas that he had ensayo inicia con la fría pero tajante aseve- sesentas y que incorporaba en sus pinturas Galería Sidney Janis, 1962) sin paginación. discussed in his writing of the early 1960s ración de que “la mitad de las mejores obras 1. Sidney Janis, “On the Theme of the Lawrence Alloway, introduction to Systemic and which he was bringing into his paintings nuevas en los últimos años no ha sido ni pintura Exhibition,“ in The New Realist (New York: Painting (Nueva York: Museo Salomon Gug- and three-dimensional works around the ni escultura”. No se trataba, desde luego, de Sidney Janis Gallery, 1962), unpaginated. genheim, 1966), pág. 17. same time. The essay began with the cool yet un movimiento en el sentido usual, ya que “los La idea de que el arte es esencialmente em- resounding announcement that “half or more aspectos comunes son demasiado generales Painting (New York: Salomon Guggenheim pírico se remonta al menos hasta Leonardo, of the best new work in the last few years y poco comunes para definir un movimiento”. Museum, 1966), p. 17. quien escribió: “Todos nuestros conocimien- has been neither painting nor sculpture.” Los movimientos, por otra parte, ya no funcio- tos tienen su fundamento en las sensaciones.” This was, of course, not a movement in any naban: “la historia lineal se ha descosido un poco”. Lo que quedaba era una especie de obra NO T E S Lawrence Alloway, introduction to Systemic 2. 2. The idea that art is essentially empirical goes back as least as far as Leonardo, who wrote, El historiador del arte Alexander Nagel ha ordinary sense, since ”the common aspects “All our knowledge has its foundation in our afirmado: “Se ha señalado con frecuencia are too general and too little common to tridimensional que, aunque “seguramente no sensations.” The art historian Alexander el impulso antiplatónico y, en general, antii- define a movement.” Movements, in any sustituirá a la pintura y la escultura”, parecía estar reanudando el hilo de lo que la mejor Nagel has observed, “The anti-platonic and dealista de las obser vaciones [de Leonardo].” event, no longer worked, “linear history in general anti-idealist thrust of [Leonardo’s] Véase Alexander Nagel, “Leonardo y sfuma- has unraveled somewhat.” What was left pintura y escultura habían dejado atrás. (Judd, statements often has been pointed out.” See to”, Res. 24, (otoño 1993), págs. 7-20. was a kind of three-dimensional work that, Complete Writings, 1959-75, pág. 181). Fairfield Porter, Art in Its Own Terms: Selected although it “will not cleanly succeed painting 11. Véase Ann Tempkin, “Uso y desgaste: Preser- Criticism, 1935-75, ed. Rackstraw Downes and sculpture,” now seems to take up where vando a Judd”, Artforum, verano de 2004, 3. Fairfield Porter, Art in Its Own Terms: Selec- (Nueva York: Taplinger Publishing, 1979), some of the very best painting and sculpture págs. 206-7. Gerald Nordland, “Marcel Du- ted Criticism, 1935-75, ed. Rackstraw pág. 277. La poesía de Porter ha sido recopi- had left off. (Judd, Complete Writings, 1959- champ y el arte de los objetos comunes”, Art Alexander Nagel, “Leonardo and sfumato,” 3. Res. 24 (Autumn 1993), pp. 7-20. Downes (New York: Taplinger Publishing, lada en Fairfield Porter: The Collected Poems 1979), p. 277. Porter's poetry has been with Selected Drawings, ed. John Yau y David 1975, p.181.) International, febrero de 1964, pág. 31. 11. See Ann Tempkin, “Wear and Care: gathered in Fairfield Porter: The Collected Kermani (Nueva York: Tibor de Nagy Editio- Preserving Judd,” Artforum, Summer 2004, Poems with Selected Drawings, ed. John ns/The Promise of Learning, 1985). Una fuen- pp. 206-7. Gerald Nordland, “Marcel 12. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pág. 183. 13. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pág. Yau and David Kermani (New York: Tibor te invaluable de información sobre Porter es Duchamp and Common Object Art,” Art de Nagy Editions/The Promise of Learning, Joan Ludman, Fairfield Porter: A Catalogue International, February 1964, p.31. 1985). An invaluable source of information Raisonné of the Paintings, Watercolors, and 12. Judd, Complete Writings, 1959-75, p. 183. Complete Writings, 1959-1975, pág. 92. on Porter is Joan Ludman, Fairfield Porter: Pastels (New York: Hudson Hills, 2001). 13. Judd, Complete Writings, 1959-75, p. 103. 15. Wallace Stevens, “La poesía y la guerra”, en Judd, Complete Writings, 1959-1975, pág. 14. Porter, Art in its Own Terms, pp. 75-76. Judd, A Catalogue Raisonné of the Paintings, 4. Complete Writings, 1959-75, p.92. 103. 14. Porter, Art in Its Own Terms, págs. 75-76. Judd, Opus Posthumous: Revised, Enlarged and Watercolors, and Pastels (New York: 81. Cuando Anne Porter, viuda del pintor, Hudson Hills, 2001). leyó el manuscrito del presente libro, recor- 15. Wallace Stevens, “Poetry and War,” in 4. Donald Judd, Complete Writings, 1959- dó que Porter la había llevado a una de las Opus Posthumous: Revised, Enlarged and 16. Porter, Art in Its Own Terms, págs. 233, 236. 1975 (New York University Press, 1973, primeras exhibiciones de Judd y que parecía Corrected Edition, ed. Milton J. Bates (New 17. Judd, Complete Writings, 1959-1975, págs. reprinted 2005), p. 81. When Anne Porter, mostrar una actitud “de respeto” hacia la York: Knopf, 1989), p.242. the painter’s widow, read the manuscript of obra. 16. Porter, Art in its Own Terms, pp. 233, 236. Donald Judd, Complete Writings, 1975-1986 17. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pp. the book from which this essay is excerpted, 5. 151, 197, 198. Porter, Art in Its Own Terms, she recalled that Porter had taken her to one (Eindhoven, Holanda: Van Abbemuseum, 151, 197, 198. Porter, Art in its Own Terms, of Judd’s early shows, and that he seemed to 1987) pág. 15. p. 62. regard the work “with respect.” 6 5. Donald Judd, Complete Writings, 19751986 (Eindhoven, Netherlands: Van Abbemuseum, 1987), p. 15. 7. 6. Wylie Sypher, Rococo to Cubism in Art and Literature (New York: Vintage Books, 1960), p. 127. 7. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pp. 10, 45, 57, 137. 8. Ibid., p. 25. The works that Judd was doing in 75. Porter, Art in its Own Terms, p. 77. terature (Nueva York: Vintage Books, 1960), 8. pág. 127. 19. Porter, Art in its Own Terms, p. 104. Judd, Complete Writings, 1959-1975, págs. 20. Judd, Complete Writings, 1959-1975, p. 72. 10, 45, 57, 137. 21. Justin Spring, Fairfield Porter: A Life in Arts a principios de los sesentas eran tan francas 2000), p.38. This is a very good biography. que parecían casi torpes. Sus últimas com- 22. Meyer Shapiro, Impressionism: Reflections and posiciones que parecían improvisadas son Perceptions (New York: George Braziller, 1997), p. 34. unas pinturas hechas alrededor de 1960, en 75. Porter, Art in Its Own Terms, pág. 77. 20. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pág. 72. 21. Justin Spring, Fairfield Porter: A Life in Arts (New Haven, CT: Yale University Press, Ibid, pág. 25. Las obras que Judd realizaba pág. 62. 18. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pág. 19. Porter, Art in Its Own Terms, pág. 104. 18. Judd, Complete Writings, 1959-1975, p. Wylie Sypher, Rococo to Cubism in Art and Li- Corrected Edition, ed. Milton J. Bates (Nueva York: Knopf, 1989), pág. 242. (New Haven, CT: Yale University Press, 2000), pág. 38. Ésta es una buena biografía. 22. Meyer Shapiro, Impressionism: Reflections and Perceptions (Nueva York: George Braziller, 1997), pág. 34. 23. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pág. 75. the early 1960s had an awkward directness. las que se ven amplias rayas curvas que se 23. Judd, Complete Writings, 1959-1975, p. 75. 24. Porter, Art in Its Own Terms, pág. 158. His last compositions with anything of a completan más allá del borde de la pintura. 24. Porter, Art in its Own Terms, p. 158. 25. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pág. freehand look were some paintings done En una de las pinturas sin título de 1960, esas 25. Judd, Complete Writings, 1959-1975, p. around 1960, in which lines snake across rayas, con su filo negro, revisten una autori- 215. Porter, Art in its Own Terms, p. 106. the surface, making broad swinging curves dad informal que recuerda a los Malabaristas that are completed beyond the edge of the de Léger sobre los cuales Judd había escrito (New York: Harcourt, Brace, 1941), pp. 35-36. painting. In one of the untitled paintings en esa época. El principio dominante en esa 27. Judd, Complete Writings, 1975-1986, pp. of 1960, those lines with their black edge pintura de Judd—y lo que explica su admi- have a casual authority that brings to mind ración por Léger—parece ser el no insistir en the Léger Jugglers that he had written about una sola forma, el reconocer que el diseño around that time. The point of that painting of global toma precedencia sobre los detalles Judd’s—and of his admiration for the Léger— de la elaboración. Judd admiró a Léger por 26. Lewis Mumford, The South in Architecture 96, 97. 28. Judd, Complete Writings, 1959-1975, p. 138. 70 215. Porter, Art in Its Own Terms, pág. 106. 26. Lewis Mumford, The South in Architecture (Nueva York: Harcourt Brace, 1941), págs. 35-36. 27. Donald Judd, Complete Writings, 19751986, págs. 96-97. 28. Judd, Complete Writings, 1959-1975, pág. 138. ENDGAME I N PE R F O R MA NC E WI TH G E R RY B A MMA N A ND L A R RY P I N E A S H A MM A N D C L O V. Samuel Beckett’s Endgame DIRECTED BY ANDRÉ GREGORY El final del juego de Samuel Beckett DIRIGIDO POR ANDRÉ GREGORY needed for an acting assignment. The production was a staged reading, and it helped inaugurate a real theatre for Marfa. Lynn and Tim Crowley, who love theatre and are generous patrons, converted an old warehouse across from the John Chamberlain Building into an exciting performance space. I rehearsed the play a few times with Shawn and Eisenberg both in New York and Marfa during the summer of 2001; we then performed the piece with friends and artists playing the supporting roles as a feature of the October Open House. Early last year, while standing in line at a grocery store in New York, I spotted André Gregory a few feet away, also in line. Although I respect the privacy of famous people, this was somehow different, so I introduced myself and told him I was from Chinati and had worked with Shawn and Eisenberg on Marie and Bruce. He was warm and friendly and already knew about Marfa and the production. Gregory is a masterful theatre director. His collaborations with Shawn, including My Dinner with André, Vanya on 42nd Street, and The Designated Mourner, are legendary—they have been highlights of my and many other people’s film- and theatre-going lives. ROB WEINER Hace cuatro años, el dramaturgo Wallace Shawn vino a Chinati para poner en escena su obra Marie y Bruce, con ROB WEINER Deborah Eisenberg. Había sugerido la posibilidad de hacerlo un año antes, mientras estaban él y Eisenberg Four years ago, playwright Wallace Shawn came to Chinati to perform his play Marie and Bruce with Deborah Eisenberg. He had suggested the possibility the year before while he and Eisenberg were in Marfa as guests of the Lannan Foundation. I seized the opportunity because Shawn is such a terrific actor and quite possibly the country’s greatest playwright. There were times when I was convinced that Shawn would have to cancel his Marfa engagement, since his career as an actor in movies and on television is what sustains him financially. He said from the beginning that he would love to do it, but to please not count on it, since he had to stay open and ready to fly to Los Angeles at any minute if he was en Marfa invitados por la Fundación Lannan. Yo aproveché la oportunidad porque Shawn es un magnífico actor, y muy posiblemente el mejor dramaturgo en Estados Unidos. A veces yo estaba convencido de que Shawn tendría que cancelar su compromiso en Marfa, ya que su carrera como actor de cine y televisión es lo que lo mantiene económicamente. Había dicho desde un principio que le encantaría hacerlo, pero que no había que por favor no lo tomáramos como cosa hecha, porque debía estar disponible para viajar a Los Angeles en cualquier instante si requerían allá sus ser vicios como actor. La producción, una lectura escenificada, ayudó a inaugurar un auténtico teatro en Marfa. Lynn y Tim Crowley, que aman el teatro y son generosos patroci71 nadores, convirtieron el viejo almacén enfrente del Edificio John Chamberlain en un maravilloso espacio para montar obras. Yo ensayé la obra unas cuantas veces con Shawn y Eisenberg en Nueva York y en Marfa en el verano de 2001, y la representamos con amigos y artistas tomando los papeles menores durante el Open House en octubre. A principios del año pasado, mientras yo hacía cola para hacer mis compras en un supermercado de Nueva York, avisté a André Gregory a corta distancia, formado en la misma cola que yo. Aunque respeto la privacidad de la gente famosa, esto me parecía diferente, así que me presenté y le dije que era de Chinati y había trabajado con Shawn y Eisenberg en Marie y Bruce. Se portó muy cordial y amigable, y ya conocía Marfa y la producción. Como director de teatro, Gregory es magistral. Sus colaboraciones con Shawn, incluyendo Mi cena con André, Vanya en la Calle 42 y El enlutado designado son legendarias, y éstas figuran entre las obras predilectas mías y de muchas otras personas aficionadas al cine y el teatro. Gregory trabaja muy bien de una manera concentrada e idiosincrásica, ensayando una obra durante años antes de ofrecerla al público. Y entonces el público suele ser sólo unas cuantas personas a la vez. Su producción de El enlutado designado, escrito por Shawn, S E T C O NS TR U C TI O N WI TH I NTE R NS MI K E B I A N C O A N D H E N R I K B O R J E S S O N . would include screenings of his films, the reading of a new work, and, as a highlight, three performances of a new version of Samuel Beckett’s Endgame, which he had been rehearsing since 9/11. Gregory told the Boston Globe: “When I worked on it in 1974, it was really a response to the Vietnam War. Now it’s a response to post-9/11 America and Bush fascism. I began being very intrigued about the ways in which fear is affecting our daily lives.” We finalized the plan in January of this year, when I approached the Lannan Foundation to help support the program. Patrick Lannan is a passionate Beckett enthusiast and supporter. He and the Lannan Foundation helped underwrite complete recordings of some of Beckett’s prose works. Patrick Lannan is also one of Chinati’s most ardent benefactors and a good friend, so it was a perfect fit. Doug Humble, who manages Lannan’s residency program in se escenificó en un club de hombres cerca de Wall Street. Eugene Lee, colaborador asiduo de André y un reconocido diseñador, encontró este estupendo sitio donde representaron esta obra siempre ante un público de 20, vendiéndose todos los boletos disponibles en todas las ocasiones. Yo sabía cómo trabajaba Gregor y, y las limitaciones y su forma de enfocar su material. Así, le mencioné la posibilidad de trabajar en Marfa y le pregunté si le importaría que le mandara unos materiales sobre Chinati. De buena gana aceptó. Algunos meses después, me llamó e hicimos una cita para reunirnos en un elegante café cerca de su apartamento en el oeste de Greenwich Village. Mientras desayunábamos, esquematizamos un plan para una semana de eventos que incluirían la proyección de sus películas, una lectura de una obra nueva y, como atracción especial, tres representaciones de una nueva versión de El final del juego, de Beckett, que Gregory había venido ensayando desde el fatídico 11 de P ERF ORM AN C E SPA CE A N D SE T DE S I G N B Y E U G E N E LE E . Gregory works in a highly concentrated and idiosyncratic manner, often rehearsing a piece for years before sharing it with the public. And then the public is usually only a handful of people at a time. His production of Shawn’s The Designated Mourner was staged in an abandoned men’s club near Wall Street. Eugene Lee, André’s long-time collaborator and an award-winning designer, found this eerie and appropriate old space where the sold-out run was performed nightly for an audience of about 20. I knew how Gregory worked and the limitations and focus of his approach. So I mentioned the possibility of working in Marfa and asked if I could send him some material about Chinati, and he gladly agreed. Some months later he called and we arranged to meet. Over breakfast in an elegant café across the street from his West Village apartment, we hashed out the plan for a week of performances that 72 septiembre. Gregory le dijo al Boston Globe que “Cuando lo trabajé en 1974 fue en realidad una respuesta ante la Guerra de Vietnam. Ahora es una respuesta a los Estados Unidos después del 11 de septiembre y al fascismo de Bush. Comencé a interesarme mucho en las formas como el miedo está afectando nuestras vidas cotidianas.” Finalizamos el plan en enero de 2005, cuando me comuniqué con la Fundación Lannan para pedirles su apoyo en este proyecto. Patrick Lanzan es un ferviente admirador de Beckett. Él y la Fundación Lanzan han ayudado recientemente a financiar la grabación completa de las obras de Beckett en prosa. Patrick Lanzan es también uno de los más entusiastas benefactores de Chinati y un buen amigo, así que todo funcionó a la perfección. Doug Humble, quien se encarga del programa de residencias patrocinado por Lannan en Marfa, nos ayudó a concretar y realizar el proyecto. La comunidad artística en Marfa está creciendo, y el programa de Gregor y fue la oportunidad perfecta para que Chinati colaborara con Ballroom Marfa, un espacio artístico en el pueblo que ha patrocinado una gran variedad de programas, incluyendo películas, música y artes visuales. Fairfax Dorn y Jenny Lebermann, directores del ANDRÉ GREGORY Ballroom, con mucho entusiasmo aceptaron ser coproductores. Gregor y me había sugerido que me pusiera en contacto con el diseñador Hace 35 años la Emperatriz de Irán me Eugene Lee, proponiendo que Lee acu- invitó a llevar mi producción de Alicia diera también a Marfa para encontrar en el país de las maravillas al Desier- el sitio ideal para montar la obra y para to Persa. Eugene Lee, quien nos había diseñarla. Lee ha sido colaborador de ayudado a realizar el asombroso expe- ANDRÉ GREGORY Gregor y desde principios de los 60s, rimento con El final del juego en Marfa, estaba en Irán conmigo. Estábamos allí cuando diseñó la producción que rea- como parte de la celebración del 2,000 lizó Gregor y de El final del juego en el Thirty-five years ago, I was invited by the Empress of Iran to bring to the Persian Desert my production of Alice in Wonderland. Eugene Lee, who helped us put together the amazing Marfa Endgame experiment, was in Iran with me. We were there as part of the celebration of the 200th anniversary of the Peacock Throne—an invention, in fact, of the CIA’s: the Shah’s lineage only going back 40 years, not 2000. Eugene transformed an onion and garlic packing factory in a working-class neighborhood of Shiraz, the audience sitting on fruit crates covered with Persian carpets. Neighborhood children sat on surrounding walls and a tree which grew out of the factory floor. When the Empress showed up on closing night, each member of the audience was given a rectal search by the secret police and a machine gun was mounted behind the audience. When young Larry Pine, who was brilliant as Clov in the Marfa Teatro de Artes Vivas en Filadelfia. Cuando André y su compañía llegaron en Marfa a finales de marzo, hicimos un estudio de todos los sitios que pudieran prestarse para montar la obra. Por fin, el grupo prefirió un edificio que Judd había diseñado en los 80s pero que había quedado inconcluso. Pronto Eugene estaba haciendo dibujos, y el estupendo personal e internados de Chinati pusieron manos a la obra, construyendo el escenario. Ramón Nuñez, el capataz de Chinati, construyó las unidades de asientos utilizando formas de concreto que todavía se encontraban allí mismo. Rob Crowley proveyó de electricidad al edificio y lo dotó de un único y perfecto foco. El sol y el viento cooperaron magníficamente. Nuestros amigos y visitantes de todo el mundo acudieron a ver la representación. El público estacionaba sus vehículos cerca del monumento de Oldenburg/van Bruggen y luego caminaban por el camino de grava que conduce al sitio, donde André les daba la bienveni- aniversario del Trono del Pavorreal, una invención, por cierto, de la CIA, ya que el linaje del shah se remontaba 40 años—no 2,000 años—atrás. Eugene transformó una fábrica de embalaje de cebollas y ajos en un barrio industrial de Shiraz, donde el público se sentaba sobre huacales de frutas cubiertos de alfombras persas. Los niños del barrio se sentaban en las paredes circundantes y en un árbol en medio de la fábrica. Cuando la Emperatriz hizo acto de presencia la última noche, cada uno de los asistentes al espectáculo fue sometido a una revisión rectal por la policía secreta, y se instaló una metralleta detrás del público. Cuando el joven Larry Pine, quien hizo un papel brillante como Clov en la producción de El final del juego en Marfa, entró al escenario e inmediatamente salió nuevamente para vomitar. Gerry Bamman, que hizo un magnífico papel como Hamm en El final del juego en Marfa, pasó su tiempo fuera del escenario tratando de contactar a disidentes iraníes jóvenes y a menudo bellas. da en pqeueños grupos y les explicaba AN DR É G REG ORY W E L C OM I N G TH E AU D I E N C E . Marfa, was helpful in pulling it all together. Marfa’s artistic community is growing, and the Gregory program provided the right opportunity for Chinati to collaborate with Ballroom Marfa, a new non-profit art space in town that has been sponsoring a wide range of programs, including film, music, and visual art. Fairfax Dorn and Virginia Lebermann, who run the Ballroom, heartily agreed to co-produce. Gregory had suggested that I get in touch with designer Eugene Lee, proposing that Lee also come to Marfa to find the proper space for the play and design it. Lee has been collaborating with Gregory since the early sixties, when he designed Gregory’s first production of Endgame at Philadelphia’s Theatre for the Living Arts. When Gregory and company arrived in Marfa in late March, we did a survey of all the spaces that might be suitable for the performance. The group was ultimately most taken with an unfinished concrete building that Donald Judd designed in the eighties. Soon Lee was making drawings and our great staff and interns went to work building the set. Ramón Nuñez, Chinati’s foreman, constructed the seating units using the old wooden concrete forms that were still there on site. Rob Crowley ran electricity to the building and strung a single, perfect light bulb. The sun and wind cooperated beautifully. Friends and visitors came from all over the world to see the production. The audience parked their cars near the Oldenburg/van Bruggen monument and then walked up the gravelly path to the site, where André greeted them in small groups and explained a little about the show. If they looked closely, the audience might have glimpsed Larry Pine as Clov peering out at them from the window of the building as they approached. Eugene had transformed the space in three days, and the audience entered by walking up a steep ramp that turned the building into a kind of ark. The performances were extraordinary. The play was performed on three consecutive evenings, each remarkably different. The combination of Beckett’s masterpiece, staged by the incomparable André Gregory, designed by Eugene Lee, superbly performed by Larry Pine (as Clov, Nagg and Nell!) and Gerry Bamman as Hamm, and set in the only building designed by Donald Judd, resulted in an unforgettable theatrical event at Chinati. un poco acerca de la obra. Si se fijaban bien, los visitantes tal vez hayan alcanzado a ver a Larry Pine, quien se asomaba a la ventana del edificio para obser varlos mientras se acercaban. Eugene había transformado el espacio en escasos tres días, y el público entraba subiendo por una empanada rampa que convertía al edificio en una especie de arca. La representación de la obra fue extraordinaria. En cada una de las tres noches sucesivas se hizo de una manera notablemente diferente. La combinación de la obra maestra de Beckett, escenificada por el incomparable André Gregor y, diseñada por Eugene Lee, protagonizada hábilmente por Larry Pine (¡en los papeles de Hamm, Nagg y Nell!) y Gerr y Bamman en el papel de Cloy, y montada en el único edificio diseñado por Judd, resultó en un acontecimiento teatral inolvidable en Chinati. 73 L E F T: L A R RY PI NE A ND G E R RY B A MMA N. R I G H T: S O U N D D E S I G N E R B R U C E O D L A N D . Endgame, walked on stage and saw the machine gun, he walked right off stage and threw up. Gerry Bamman, who was brilliant as Hamm in the Marfa Endgame, spent his off-stage hours trying to contact young and often beautiful Iranian dissidents. Marfa may not have been as frightening as Shiraz. There was nothing about it except the threat of critters that was in any way frightening, but Marfa was truly the most thrilling, joyful, fulfilling, and exotic experience I have had in the theatre since Iran so many years ago. We are still in a desert. And we are still together after all this time, Larry, Gerry, Eugene, and André. How moving is that? When Rob Weiner asked me to write something about my time in Marfa, I remembered the story about the star of the Ballets Russes, Vaslav Nijinsky, the greatest dancer of all time, who wrote a manifesto about his experience of dance. How do you describe the sublime? How do you describe perfection? Nijinsky’s manifesto read: “I fly up into the air. I stay awhile. Then I come down.” That’s exactly how I felt about Marfa. It was Glocca Morra in Finian’s Rainbow. It was Alice coming down the Rabbit Hole. Endgame was so perfect in that unfinished Donald Judd space that I will never ever perform it anywhere else. Chinati, Rob, Lannan, and all the people of Marfa, my new friends, were so hospitable, so warm, so embracing, so enthusiastic, that with all my heart, I wish I could come back tomorrow. Highlights that I remember are: the first breakfast conference at Carmen’s with Eugene, Rob, my wife Cindy, and the actors to plan the impossible as we devoured those heartstopping donuts. (Thank god for Lipitor.) The logistics, the planning, the organizing, of a major theatrical event with only a few days to spare in those spartan circumstances and on that grand a scale was reminiscent of putting together the invasion of Normandy Beach. Rob was our Eisenhower. How Judd would have loved this: complexity, scale, precision, the practical magic of it—“it has to be done because we want to do it.” Highlight. The greatest lighting effect in the history of world theatre (perhaps they had something like it in the theatre of ancient Greece): that sun setting over the desert landscape illuminating the actors and the audience in ever-changing colors and tones. The Judd building seemed trans- Tal vez Marfa no haya sido tan aterrador como Shiraz. No tenía nada menos la amenaza de los insectos, que no era nada espeluznante, pero Marfa fue verdaderamente la experiencia más emocionante, más llena de júbilo y más valiosa que yo haya tenido en el teatro desde Irán, hace tantos años. Todavía estamos en un desierto. Y seguimos juntos, después de todo este tiempo, Larr y, Gerr y, Eugene y André. Es muy emocionante. Cuando Rob me pidió que escribiera algo acerca de mi tiempo en Marfa, me acordé de la historia del gran empresario del Ballet Russe, Diaghilev Nijinsky, el mejor bailarín de todos los tiempos, quien escbirió un manifiesto acerca de su experiencia de la danza. ¿Cómo describe uno lo sublime? ¿Cómo describir la perfección? En su manifiesto Nijinsky dijo: “Vuelo por los aires. Me quedo por un tiempo. Luego desciendo.” Así es como me sentí acerca de Marfa. Fue como Glocamurra en El arcoiris de Finian. Fue como Alicia bajando por la conejera. El final del juego fue tan perfecto en ese espacio sin acabar de Donald Judd, que nunca lo volveré a montar en otro lugar. Chinati, Rob y Lannan, y toda la gente de Marfa, mis nuevos amigos, se mostraron tan hospitalarios, tan cordiales, tan entusiastas, que con todo mi cora- 74 zón quisiera volver el día de mañana. Los momentos inolvidables para mí fueron: el primer desayuno en el restaurante Carmen’s con Eugene, Rob, mi esposa Cindy y los actores para planear lo imposible, mientras devorábamos esas celestiales donas. (Gracias a Dios por el Lipitor.) La logística, la planeación, la organización de un importante evento teatral con tan sólo unos días de preparación en esas circunstancias tan espartanas y en tan grande escala me parecía algo así como coordinar la invasión de Normandía en la Segunda Guerra Mundial. Rob fue nuestro Eisenhower. ¡Cómo le hubiera encanto eso a Donald Judd: la complejidad, la gran escala, la precisión, la magia práctica de todo ello. “Se tiene que hacer porque queremos hacerlo.” Recuerdo luminoso: El más grande efecto de iluminación en la historia del teatro mundial (quizás haya habido algo parecido en el teatro de la Grecia antigua): aquel sol poniente sobre el paisaje desértico que iluminaba los colores y el público con colores y matices siempre cambiantes. El edificio de Judd parecía transformarse en un espacio que en parte era un refugio contra bombas nucleares y en parte templo antiguo, el lugar ideal para escenificar Los misterios. Recuerdo luminoso: El público. Una formed into a space which was part shelter against nuclear war and part ancient temple, the place to perform the Mysteries. Highlight. The audience. A community. A pilgrimage. A celebration. Theatre as ritual. Theatre as shared experience. The memory of half the audience, many of them now new friends, coming night after night and walking home afterwards through a lantern-lit darkness under a canopy of Texas stars. Mostly when we go to the theatre, we go amongst strangers to a dreary anonymous space, we open our programs, we read the bios, and we begin to get sleepy and a little bored before the play even begins. Habit, the great deadener. The director’s task—how to help the audience to see again as if for the first time, to truly perceive, to see the world again as innocent children, to return to a state of timeless abandon, and to share ambiguities. Highlight. Those terrific parties. Every night. The amazing and somehow romantic hospitality from opening night at the Crowley’s to closing night at Fairfax’s Ballroom. It all felt like sailing on one of those grand old-world transatlantic liners, the Normandie or the Mauritania, sailing across the desert landscape. When I returned to the anonymity and materialism of a dreary-feeling New York, I had tea with my friend Wally and we shared our experience of Marfa. We talked about the way Marfa makes you feel as an artist, that your life has some importance, meaning, and relevance. “Yes,” Wally said, “here in New York, where so much is about money, being an artist makes me sometimes feel like one of those pathetic, aging priests who has some obscure parish in the Bronx, where on Sundays there’s a tiny, tiny congregation of very old people who only show up because they always have.” So thank you, Marfa, thank you, Chinati, thank you, the Lannan Foundation for letting me do my work on an unimagined scale in a perfect setting in a perfect context. Because you are so appreciative and love creative people, I thank you for that rare feeling that my life has some meaning now. I will only perform Endgame in Marfa. I hope to come back and perform it again, making a documentary about the performance, the art, the place, and the audience. As Douglas MacArthur said when he had to leave the Philippines, “I shall return”! Or as we Jews say at Passover, “next year in Marfa.” comunidad. Un peregrinaje. Una celebración. El teatro como ritual. El teatro como experiencia compartida. El recuerdo de la mitad del público, muchos de ellos nuevos amigos que regresaban noche tras noche y regresando a pie a sus casas, caminando por la oscuridad iluminada por linternas bajo el cielo tejano lleno de estrellas. Generalmente, cuando vamos al teatro, vamos entre extraños a un espacio impersonal y anónimo, abrimos el programa de mano, leemos las biografías de los actores, nos da sueño y nos aburrimos aun antes de que empiece la obra. La costumbre, ese gran amortiguador. La tarea del director consiste en ayudar al público a ver con nuevos ojos, como EUGENE LEE si fuera por primera vez, percibir verdaderamente, observar el mundo como Las misteriosas luces si fuéramos niños inocentes, regresar a un estado de abandono atemporal y a de Marfa las ambigüedades compartidas. Recuerdo luminoso. Aquellas hermosas fiestas. La hospitalidad increíble y de alguna manera romántica que nos brin- Hago el viaje a Marfa, Texas para tra- daron desde la primera noche en casa bajar con André Gregory una vez más de los Crowley hasta la última noche en en la obra de teatro El final del juego. el salón de baile de los Fairfax. Todo se Voy en avión desde mi casa en Provi- sentía como si estuviéramos haciendo dence, Rhode Island a Dallas, un vuelo una travesía transatlántica en un buque que recuerdo por haber trabajado con como el Normandía o el Mauritania, Adrian Hall en el Teatro Frank Lloyd navegando a través del paisaje del de- Wright de Dallas, pero esta vez sigo en sierto. el vuelo hasta El Paso, donde alquilo un Cuando yo regresé al anonimato y el carro, un Chrysler convertible blanco. materialismo de una Nueva York triste, En la autopista I-10 hago unas dos ho- tomé té con mi amigo Wally e intercam- ras a Van Horn y luego tomo la carrete- bios impresiones y recuerdos sobre ra 90, que pasa por el pueblito soporí- Marfa. Hablamos de cómo Marfa te fero de Valentine, hasta llegar a Marfa. hace sentir como artista, que tu vida Al acercarse a Marfa observo un objeto tiene cierta importancia, cierto sentido. plateado en el cielo. ¿Un platillo vola- “Sí”, dijo Wally. “Aquí en Nueva York, dor? Parece que sigo manejando inde- donde hay tanto énfasis sobre el dinero, finidamente hacia el extraño objeto en el ser artista me hace sentir que soy uno el cielo del atardecer. Pero resulta que de aquellos patéticos sacerdotes en- es una especie de globo meteorológico. vejecidos en alguna oscura parroquia del Bronx, donde en domingo acude la pequeña congregación de personas an- EUGENE LEE Al pasar por el portón de entrada a 75 Marfa Mystery Lights a leer es Fuerza Aérea de los Estados cianas que sólo asisten porque siempre millas por hora, lo único que alcanzo Unidos. lo han hecho así.” Llego a Marfa al crepúsculo. Me he tar- I travel to Marfa, Texas to work with André Gregory on Endgame once again. I fly from my home in Providence, Rhode Island to Dallas, a flight I remember from working with Adrian Hall at the Frank Lloyd Wright Theatre at the Dallas Theatre Center, but this time I fly on to El Paso, where I pick up the rental car, a white Chrysler convertible. I drive southeast on I-10 about two hours toward Van Horn, and then south on Highway 90 through the very sleepy town of Valentine to Marfa. Approaching Marfa, I observe a silver object in the sky. A flying saucer? I seem to drive forever toward the strange object in the afternoon sky. But it turns out it’s Así que, gracias, Marfa, gracias, Chinati, y gracias Fundación Lannan por haberme dejado realizar mi trabajo en una escala nunca imaginada en un lugar perfecto dentro de un contexto perfecto. Ustedes aprecian y aman tanto a la gente creativa, y por eso les agradezco esa rara sensación de que mi vida tiene ahora un significado. Sólo montaré El final del juego en Marfa. Espero volver y montarlo de nuevo y hacer un documental acerca de la obra, el arte, el lugar y el público. Como dijo Douglas MacArthur cuando tuvo que abandonar las Filipinas, “¡Regresaré!” O como decimos los judíos en nuestra Pascua, “El año próximo en Marfa”. 75 dado 12 horas—¡podría estar cenando en Londres ya! Según las indicaciones que me han dado, debo voltear a la derecha en el semáforo, la única bocacalle del pueblo donde hacen parada todos los coches en los cuatro sentidos. Un poco más adelante, veo el letrero de la Fundación Chinati a mi derecha y paso por las oficinas de la Patrulla Fronteriza (que tengo entendido es un negocio en crecimiento en esta zona) y sigo avanzando entre dos pilares blancos que forman la entrada de la antigua base del ejército (el Fuerte D.A. Russell), donde Donald Judd fundó su museo. De repente, entrando por un simple cancel de alambre, vislumbro dos almacenes de artillería que albergan la instalación just some kind of weather blimp. As I drive by the gate at 75 miles an hour the only thing I can make out is U.S. Air Force. I arrive in Marfa at dusk. It’s taken twelve hours—I could have been having dinner in London already! According to my directions, I turn right at the flashing red light, a four-way stop sign—the only one in town. A quarter mile later, past the Chinati Foundation sign on the right, I’m up the hill, and past the Border Patrol (which I learn is the growth industry in the area) and on through two white pillars that mark the entrance to the old army base (Fort D.A. Russell), where Donald Judd set up his museum. Suddenly, through a simple wire gate, appear two artillery sheds that house the installation of Judd’s 100 mill aluminum boxes–golden in the setting sun. de las cajas de aluminio de Judd, doradas por la luz del sol poniente. Me sale a dar la bienvenida Rob Weiner, Director Adjunto de Chinati. Weiner había conocido a Judd cuando era un estudiante de posgrado en la Universidad de Columbia, y desde entonces anda en todo esto. La fundación cuenta ahora con tres colecciones permanentes: la de Judd, desde luego; la de Dan Flavin, quien creó instalaciones con luces fluorescentes de color; y mi amigo el navegante John Chamberlain, el único que todavía vive. Me llevan a varios lugares donde El final del juego se podría montar. El espacio que recomiendan con mayor entusiasmo es una cuadra donde subastan ganado en los alrededores del pueblo, que cuenta con una arena cercada y graderías en tres de sus lados. Los lados de este edificio de metal están dispuestos de bisagras y se abren hacia arriba, I am greeted by Rob Weiner. He’d met Judd while he was a graduate student at Columbia, and has been involved ever since. The foundation now houses a number of permanent installations, including works by Judd, of course; by Dan Flavin, who did installations with colored fluorescent light; and by my sailing friend, John Chamberlain, the only one of the three still living. I am taken to various spaces where Endgame might be performed. The space being most enthusiastically suggested is a wonderful cattle auction barn on the outskirts of town, which has a fenced ring and bleacher seating on three sides. The sides of the tin structure hinge upward and when open the thing looks like a spider. But the metal fence of the ring was not removable, plus acoustic considerations made me unhappy. So Rob walked me through the building with Judd’s metal boxes and another with a gravel and concrete floor, which had a sleeping loft with just one mattress. The group had already seen most of the possible spaces, and it was clear that I was to encourage the cattle barn. But we looked at one last place, further along, past a building with an installation by Ilya Kabakov called School No. 6 (like a stage set) and past an Oldenburg/van Bruggen sculpture, a huge twisted horseshoe called Monument to the Last Horse. Down a long dirt road and three hundred yards up the hill, one could just make out what looked like the top of a concrete bunker! We drove 76 dando al conjunto un aspecto de araña. Pero la cerca metálica de la arena central no se podía quitar, y el aspecto acústico me desagradaba. Así que Rob me acompañó en una caminata a través del edificio con las cajas de metal de Judd y otro que tenía el piso de grava y concreto, donde había un desván para dormir con un solo colchón. El grupo había visto ya la mayoría de los espacios posibles, y resultaba claro que yo debía preferir la cuadra ganadera. Pero inspeccionamos un último sitio, más retirado, más allá de un edificio que contenía una instalación de Ilya Kabakov llamada Escuela no. 6 (como una enorme escena teatral) y más allá de una escultura de Oldenburg/van Bruggen, una colosal herradura torcida titulada Monumento al último caballo. Adelante, siguiendo por un largo camino de tierra, a unos trescientos metros, uno podía divisar, en lo alto de una colina, ¡lo que parecía la parte superior de un búnker de hormigón! En el viejo Mercedes diesel de Rob llegamos a un edificio que parecía estar acabado y otro que daba visos de estar todavía en construcción. ¡Me quedé asombrado! Esto estaba perfecto, pero ¿cómo hacerlo aquí, en verdad? No había electricidad en ningún lugar cercano, y el estado del tiempo, ¿cómo estaría? ¡Y no había asientos! Hoy era lunes, y la primera representación iba a ser viernes, y me dijeron que se habían vendido todas las entradas. Yo sabía que necesitábamos un poco de electricidad y que podíamos tender un cable desde el edificio de Flavin más cercano (hay seis de ellos). Pero esta idea no fue acogida con mucho alboro- D R AWI NG B Y E U G E N E L E E , MA R C H 2005. zo, ya que me informaron que los volts/amperios? quedarían atenuados con tanta distancia que recorrer (400 metros). ¿Pero qué le íbamos a hacer? Les rogué que lo intentaran, como se necesitaba muy poca corriente para iluminar un par de foquitos, y Bruce Odland, el diseñador de sonido, precisaba de un poquito más para su equipo sonoro. En este sitio había unas viejas tablas de diferentes tamaños y un par de docenas de puertas de madera y un montón de estibas (pallets) de madera. El martes por la mañana, André, Rob y yo, en compañía de Gerry Bamman, Larr y Pine y Bruce Odland, desayunamos todos en Carmen’s Café, un pequeño restaurante en la calle principal donde todo el mundo parecía estar desayunando a las siete de la mañana. Los hombres de la localidad se acomodaban diariamente en la mesa del centro, y Carmen, la dueña, les servía comida y café en forma continua. No tardé en aficionarme a esta costumbre matutina. Aquella mañana comenté con los muchachos los diversos sitios, pero opiné que para mí tenía que ser el búnker, por muchos que fueran los problemas. Y todos estuvieron de acuerdo. Después del desayuno, me fui en mi Chrysler rentado al búnker, que luego supe era el único edificio que Judd había construido guys, but said for me, it had to be the bunker, however difficult the problems it presented. They all agreed. After breakfast, I drove the Chrysler up to the bunker that, as it turned out, was the only building that Judd had ever built from scratch. These two buildings were part of a bigger plan not finished before his death. I had not really come prepared for this. I didn’t even have a tape measure. I found a piece of paper and made a little drawing of what I thought might work. Rob said he had some men that could help if I could say what I needed. So I made up a little list and we decided that a few things could be built offsite, like a handful of benches and stairs, but the rest we would do on site. I was introduced to Ramón Nuñez, Chinati’s foreman, who had actually worked with Judd and was very helpful. He went to find a generator, and also found a few existing platforms that the foundation had in other buildings. So with those and the old wood in the bunker, we went to work. Wednesday morning at Carmen’s I was worried about the schedule, but I had refined my little drawing and that day with the help of two Chinati interns, Mike and Henrik, we all worked at the site until the light desde la nada. Estos dos edificios formaban parte de un plan mayor al que no dio cima antes de su muerte. En realidad yo no había venido preparado para esto. Ni siquiera había traído mi cinta métrica. Encontré un pedazo de papel y dibujé D RAW I N G B Y E U G E N E LE E , M A R C H 2 0 0 5 . up in Rob’s old diesel Mercedes to one building that looked finished and another that looked to be under construction. I was struck dumb! This was perfect, but how to really do it here? There was no power anywhere near. What was the weather going to be like? And there were no seats! This was Monday, and the first performance was Friday, and I was told that it was sold out. I knew I needed a little power and I suggested that we could run cable from a box I had seen near the closest Flavin building (there are six). But this idea was not greeted with much enthusiasm, as I was told that the volts/amps would be reduced over such a great length (400 yards). What did I know? But I begged them to try, as I needed very little power for a light bulb or two, and Bruce Odland, the sound designer, needed a wee bit more for his sound equipment. In the space were some old planks of various sizes and a couple dozen wooden plank doors, and a stack of wooden pallets. On Tuesday morning, André, Rob, and I, along with Gerry Bamman, Larry Pine and Bruce Odland, all had breakfast at Carmen’s Café, a small diner on the main drag where everyone seemed to have breakfast at seven o’clock. Local weatherbeaten men sat every day at the center table, and Carmen kept the food and coffee coming. It quickly became my morning habit. That morning I discussed the various locations with the 77 un esquema que me parecía que podría funcionar. Rob dijo que había unos hombres que podían ayudarnos si yo dejaba en claro lo que hacía falta. Así que preparé una lista y decidimos que algunas de las cosas podían construirse en otro lugar, como por ejemplo unas cuantas bancas y escaleras, pero el resto de las cosas las haríamos ahí mismo. Me presentaron con Ramón Núñez, el capataz de Chinati, quien había trabajado con Judd, y me ayudó bastante. Ramón fue a buscar un generador y también encontró unas plataformas que la fundación tenía guardadas en otros edificios. Con éstas y la madera vieja del búnker, pusimos manos a la obra. El miércoles por la mañana, en el restaurante de Carmen, sentí preocupación por cuestiones del tiempo, pero había perfeccionado mi pequeño dibujo, y ese día, con la ayuda de dos internados en Chinati, Mike y Henrik, todos trabajamos en el sitio hasta que ya no había luz y no podíamos ver, una jornada muy larga. Todas las noches Rob había planeado la cena para la compañía—qué delicia. Una vez cenamos en una librería de segunda, The Brown Recluse, que sólo da comida una vez al mes, y otra fue en La Arena, un edificio de Judd con mesas de 10 metros de largo y sillas, todo diseñado por Judd. Otra noche todos faded and we could no longer see: a very long day. Every evening Rob had planned dinner for the company–what a treat. One dinner was in a used bookstore, The Brown Recluse, which only serves once a month, and another was in the Arena, a Judd building with 30-foot-long tables and chairs–all designed by Judd. Another evening we all went out to look for the Marfa Mystery Lights, first seen by a cowpoke in the 1800s. The locals said they used to go to this parking lot in their pick-up trucks, have a few beers and watch the lights, but recently a small building and viewing platform had been built: I suppose the signs of things to come. It was an assorted group of strangers looking up into the night sky for a glimpse of the famous lights. And we saw them, and it was a magical moment for all those strangers in the dark. But the best lighting effect was yet to come. Thursday morning I asked André if we could have the morning for work and then perhaps he and the company could use the afternoon for rehearsal. He said he could start at five, which was really helpful as we had a lot to finish. The first run-through was a disaster. First, it started at the wrong hour, five instead of six, so we never got into darkness, so we never got to try the single light bulb. Also, it was very, very windy, and with the wind, the cold. I could tell the actors were not happy. I began to doubt the whole idea of using the bunker. Friday morning at Carmen’s, I am more hopeful as there is less wind and it’s bright outside and fair. I run into Rob, who opens a few more exhibitions for me to see, including two of the Flavin buildings, which were wonderful. We are heading downtown to look at the Chamberlain Building when the truck with the benches and stairs arrives, so I return to the bunker. I miss the Chamberlain, but since they are showing more of his work in the fall, I vow to return. The performance is to start at six. The audience is to be greeted by André. It has become much warmer, and spirits are high. Larry Pine is on his ladder watching the audience come up the path; he is a wonderful sight. At 5:45 PM we let the audience up the ramp into the space. At six we began—the setting sun shining directly into the open end of the bunker directly on Gerry as Hamm in his center chair. It was the most perfect pure light. The shadows of the actors on the rear wall were perfectly black. I have often used one light, most recently for A Number, the Caryl Churchill play in New York, but this was even better. I have never been happier to hear André’s laughter, a good sign that things are going well. The sun finally sets and the lighting in the bunker became a cool purple and then slowly got darker. Larry turned on the 150-watt bulb (not so bright because of the long cable). As the room became colder, the play became meaner; it was just too perfect. At the end, a slow fade out on a simple household dimmer. I had intended to turn on the bulb we had hung as a house light, but André was closer and did it himself. It was dark outside when the audience made their way down the ramp, with just a beautiful glow on the horizon. Two cars had been positioned out in the field to light up the ramp (Rob’s idea). I could not help thinking about the young Sissy Spacek dancing in the headlights in Badlands, the Terrence Malick movie. Small lanterns had been placed along the path, lighting the way to the parked cars, and a grand dinner was planned at Lynn and Tim Crowley’s ranch six miles from town. But happy as I was, I was just too tired and went to bed in the Judd-like room with whitewashed walls, a bed, and a simple table and chair. It was the best sleep I had all week. Next morning at seven o’clock, I had my last breakfast at Carmen’s. The old boys waved hello, and two ladies from Houston who had seen the show came in and told me how much they loved it. I jumped into my now very dusty Chrysler and headed out of town. As I sped along the straight desert highway, Brooke, my wife, called to say that the second company of Wicked had opened to great reviews in Toronto, and that the entire run was sold-out. I was suddenly anxious to get home to my dear wife and our old dog Joe, and I thought to myself, with the hot wind blowing in my face, what could be better than this? salimos en busca del misterio de las luces de Marfa, avistadas por primera vez por un vaquero en el siglo XIX. Los habitantes de la localidad dijeron que había un estacionamiento al que solían acudir en sus camionetas, donde se tomaban unas cuantas cervezas y contemplaban las luces, pero últimamente se había construido una plataforma especial para obser var el fenómeno. El progreso es inevitable. Se trataba de un grupo de personas, extraños entre sí, que escudriñaban el cielo nocturno para ver si vislumbraban las famosas luces. Y las vimos, y fue un momento mágico para todos nosotros, los extraños en la oscuridad. Pero el mejor efecto de iluminación estaba por llegar. El jueves por la mañana le pregunté a André si podíamos trabajar por la mañana y luego, él y la compañía podrían dedicar la tarde a los ensayos. Dijo que podría empezar a las cinco, lo que me pareció estupendo, como teníamos muchísimo que hacer. El primer ensayo fue un desastre. De entrada, comenzó a las cinco en lugar de a las seis, así que nunca llegó la oscuridad y jamás pudimos probar el único foco que teníamos. Además hacía muchísimo viento, y frío. Los actores no estaban contentos. Comencé a dudar de la idoneidad del búnker, pero el viernes por la mañana, en Carmen’s, estoy más esperanzado, ya que ha amainado el viento y afuera está despejado y hay sol. Me topo con Rob, quien abre unas cuantas exhibiciones más para enseñármelas, incluyendo dos de los edificios de Flavin, que me parecieron maravillosos. Ahora nos dirigimos al centro de la ciudad para ver el edificio de Chamberlain, cuando llega la troca con las bancas y las sillas, así que regreso al búnker. Me pierdo el Chamberlain, pero como me van a mostrar más de sus obras en el otoño, hago voto de regresar. La representación de la obra debe comenzar a las seis. André dará la bienvenida al público. Está haciendo mucho más calor, y todos estamos entusiasmados. Larr y Pine se ha subido a su escalera para ver llegar al público, y el verlo da gusto. A las 5:45 abrimos la rampa para que el público suba. A las 6:00 comenzamos, mientras el sol po- Providence, 5 April 2005 gura de que las cosas marchan bien. Por fin se pone el sol, y la iluminación dentro del búnker se torna de un color púrpura y paulatinamente se vuelve cada vez más oscura. Larry encendió el foco de 150 watts (no tan brillante a causa del cable tan largo). A medida que el salón se enfriaba, la obra se intensificaba. Era algo inefable. Al final, un fade out lento utilizando un sencillo interruptor regulador de intensidad. Yo tenía la intención de encender el foco que habíamos colgado, pero André estaba más cerca y lo hizo él. Había oscurecido totalmente cuando el público bajaba por la rampa; en el horizonte se veía tan sólo un hermoso resplandor asordinado. Se habían estacionado dos coches en el campo para iluminar la rampa (idea de Rob). No pude menos que pensar en la joven Sissy Spacek bailando a la luz de los faros de un coche en la película Badlands, de Terrance Malick. Se habían colocado pequeñas linternas a lo largo de la senda, iluminando el paso al estacionamiento, y se iba a ofrecer una gran cena en el rancho de Lynn y Tim Crowley, a unas seis millas de distancia del pueblo. Pero a pesar de mi alegría, me sentía demasiado cansado y me acosté en el cuarto juddiano con paredes enjalbegadas, una cama y una simple mesa y silla. Esa noche dormí mejor en que cualquier otra de esa semana. A las siete de la mañana siguiente, desayuné por última vez en Carmen’s. Los hombres me saludaron, y dos damas de Houston que habían visto la obra entraron para decirme lo mucho que les había gustado. De un salto me subí a mi Chrysler, cubierto ahora de polvo, y salí del pueblo. Mientras avanzaba a toda velocidad por la carretera en el desierto, mi esposa Brooke me llamó para informarme que la segunda compañía de Wicked había tenido mucho éxito en su estreno en Toronto, y que se habían vendido todos los boletos de todas las funciones. De pronto sentí ansias de regresar con mi querida esposa y nuestro fiel perro Joe, y pensé para mis adentros, mientras el cálido viento me daba en la cara: ¿acaso podría haber algo mejor que esto? Providence, 5 de abril de 2005 niente ilumina directamente el extremo abierto del búnker, directamente sobre Eugene Lee es un acreditado diseñador de obras Gerr y en el papel de Hamm en su silla en Eugene Lee is an acclaimed stage, film, and de teatro, películas y televisión que ha colabora- el centro del escenario. Era una luz pura television designer who has worked with An- do con André Gregory desde los años sesentas y perfecta. Las sombras de los actores en dré Gregory since the 1960s on productions en producciones que incluyen Alicia en el país la pared trasera se veían perfectamente including Alice in Wonderland, Endgame, The de las maravillas, El final del juego, El enlutado negras. En muchas ocasiones he utiliza- Designated Mourner, and the film Vanya on designado, y la película Vanya en la Calle 42. Ha do una sola luz: la última ocasión ha sido 42nd Street. He is a three-time Tony award win- ganado en tres ocasiones el premio Tony por las en Nueva York, en la obra de Carol Chur- ner for the Broadway productions of Sweeney producciones en Broadway de Sweeney Todd, chill, A Number, pero esto resultaba aun Todd, Candide, and Wicked. Lee has also had Candide y Wicked. Lee ha sido además, desde mejor. Nunca me había dado más gusto a thirty-year (and counting) run as designer of hace 33 años, diseñador del programa Saturday escuchar la risa de André, una señal se- NBC’s Saturday Night Live. Night Live, de la cadena televisiva NBC. 78 ear, and one minor but linear. There is no reason to enclose the complex since it is away from town. Two buildings will each contain a large work on the floor, two will each contain three vertical pieces, four will each contain three horizontal pieces, and two will have two stories containing offices and living spaces. These are completely new buildings under construction. ellos se encuentran comunicados por estrechas aceras. No hace falta cercar este terreno, ya que se halla lejos del pueblo. En dos edificios se colocarán obras grandes de piso, en otros dos habrá tres piezas verticales, en cuatro se instalarán tres piezas horizontales, y en dos edificios habrá dos pisos con oficinas y espacios para vivir. Estos son edificios completamente nuevos que es- Este ensayo se publicó primero en Donald Judd Architektur, Westfälischer Kunstverein, Münster, ster, 1989. 1989. D O N A L D J U D D , P E N C I L O N PA P E R , 1987. This essay was first published in Donald Judd Architektur, Westfälischer Kunstverein, Mün- DONALD JUDD Concrete Buildings Thirteen horizontal pieces and three vertical pieces for the wall and large stainless steel pieces for the floor were built for permanent installation at the first foundation. These were made around 1980, early in the short life of the original arrangement and, after a while, it became evident that there were no plans for their installation. All of the work was still in storage when the Chinati Foundation took over. The existing buildings were not suitable. Also, just re-working old buildings becomes tiresome. For the work in storage I planned new concrete buildings placed on a grid. The site is high and as usual the view is long. The land is apparently open rangeland but in the grass there are the foundations and walks—even a couple of little rock gardens—of a complex which housed prisoners of war from Germany in World War II. The land was already used and damaged, and will be cleaner when the new complex is finished than when it began. The buildings are placed directly on the rangeland without any border or transition and the drainage of the roofs is conserved so that the buildings are not bordered by weeds. The ten buildings are centered on ten squares of twelve, the two in the middle remaining empty. Narrow walks on a grid determined by the doors of the buildings connect them all, making two grids, one major but not lin- DONALD JUDD Edificios de concreto Se construyeron 13 piezas horizontales y 3 piezas verticales para la pared y varias piezas grandes de acero inoxidable para el piso, para ser instaladas en forma permanente en la primera fundación. Todas se hicieron alrededor de 1980, a principios de la corta vida del arreglo original y, poco después, resultó claro que no había planes para instalarlas. Todas las piezas estaban almacenadas todavía cuando la Fundación Chinati se hizo cargo. Los edificios existentes no eran adecuados. Por otra parte, resulta monótono limitarse simplemente a renovar los edificios viejos. Para las obras almacenadas planifiqué nuevos edificios de concreto, ubicados en un rectángulo cuadriculado. El sitio está elevado y, como de costumbre, la vista es amplia. La tierra parece ser de pastoreo abierto, pero en el pasto hay cimientos y banquetas—incluso un par de jardines de piedras—pertenecientes a un complejo que sirvió de alojamiento a prisioneros de guerra alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Esta tierra había sido aprovechada y dañada anteriormente, y quedará más limpia, cuando se acabe el nuevo complejo, que al principio. Los edificios se colocan directamente en las praderas, sin fronteras ni transiciones, y el drenaje de los techos se conserva para que los edificios no estén rodeados de malas hierbas. Los diez edificios se centran en diez de los doce cuadrados, quedando vacíos los dos de en medio. Todos 79 D O N A L D J U D D , P E N C I L O N PA P E R , 1987. tán en construcción. An essential part of the success of the conservation program thus far has been through grant awards from private and federal agencies. In 2001, Chinati was awarded an Institute for Museum and Library Services (IMLS) Conservation Assessment Program grant, which provided for two consultants, one specializing in fine arts and one specializing in architecture, to visit Chinati and to conduct a general condition survey. Andrew Lins, Head of Conservation at the Philadelphia Museum of Art, and Architectural Conservator John Volz visited Chinati in August of 2001 and provided a review of overall conditions of the museum’s collections. This was followed by generous grants from the Brown Foundation and Houston Endowment Inc. in late 2001, which primarily supported the establishment of the conservation studio. Chinati’s next two conservation grants came from federal agencies, the IMLS and the National Endowment for the Arts (NEA). The IMLS awarded Chinati a grant to conduct a detailed condition survey of all works of art in the permanent collection. The funding allowed for several consultants to travel to Chinati to assess the condition of specific works of art or specific materials. Jill Sterrett, Head of Conservation at the San Francisco Museum of Modern Art, came to survey the condition of all the works on paper and made recommendations regarding light levels, conservation-grade framing methods, pest management, and archival storage. Ed Suman, a fabricator who has worked with Claes Oldenburg and Coosje van Bruggen, came to assess the condition of Monument to the Last Horse, the large-scale outdoor sculpture in aluminum and polyurethane foam. Alfred Lippincott, who along with his brother Don were the fabricators for Donald Judd’s 100 mill aluminum pieces, came to review the sculptures and to help Chinati define their current condition by characterizing surface conditions and providing documentation on original fabrication methods. Bob Kirk, the original fabricator for many of Judd’s outdoor works in concrete, has visited repeatedly to assess the condition of this group of sculptures and to make recommendations regarding their long-term preservation. F R A N C E S C A E S M AY Chinati’s Conservation Program F R A N C E S C A E S M AY Four-Year Report In 2001 the Chinati Foundation hired its first full-time conservator. I joined the staff in July of that year and my primary responsibilities included the establishment of a conservation studio and the upgrading of storage facilities, completing condition surveys for the collection, environmental monitoring, supervising registration and installation of all temporary exhibitions, and maintenance and treatment for the collection. A significant first step was to create a folder for every work of art in the collection and begin gathering information regarding condition, past cleaning treatments, exhibition and storage history, photographs, etc. What started as thin, empty manila folders have evolved into filing cabinets full of reference files that serve as a rich archive regarding the material history of Chinati’s collection. These files contain condition reports, correspondence with artists, slides, fabrication history, and any other relevant documentation relating to the works of art in the collection. Programa de Conservación en Chinati Informe cuadrienal En 2001 la Fundación contrató por primera de tiempo Yo me afilié a Chinati en julio de ese año, y mis responsa bilidades principales establecimiento conservación de las el de un estudio de instalaciones namiento, de almace - evaluación de la con - dición de la colección, ambiental, monitoreo supervisión tro e instalación biciones - incluían y el mejoramiento del regis - de todas las exhi - temporales, y manteni - miento y tratamiento que componen importante de las obras la colección. Un primer paso consistió en crear un folder para cada obra de arte en la colección y comenzar a compilar información su condición, In early 2002 a conservation studio space was designated and selective demolition of preexisting walls was done to open the space and increase the capacity for handling large objects and paintings. In order to reduce dust levels, all new ventilation ducts were installed along with new glazing and sealants for the studio’s windows. Four tubular steel tables on casters were fabricated locally to provide sturdy yet flexible work surfaces in the studio. Since all four are movable and the same height, these tables can be joined to accommodate large objects in Chinati’s collection. Conservation-grade lighting equipment was purchased to support photo documentation and examination of objects, and flat files were installed to properly store works on paper. vez en su his - toria a un conservador completo. Chinati había dado limpieza, había exhibido fotografías, etc. Estos carpetitas como archiveros han creci - con valioso ria de la colección artistas, archivos, que ahora llenan terial de referencia ma - sobre la histo de Chinati. contienen condición, se sus delgadas casi vacías, do a tal extremo archivos cuándo y almacenado, que empezaron varios acerca de las veces que se le reportes correspondencia transparencias, Los de con historia de elaboración de las obras y otra documentación pertinente. A principios de 2002 nó un espacio que se seleccio funcionaría como un estudio de conservación, y se derribaron algunas paredes Due to Chinati’s location, the collection is subject to climatic extremes. Some of the local environmental para crear un espacio más amplio que permitiera y pinturas manejar objetos de gran tamaño. Para 80 reducir la cantidad instalaron de polvo, ductos nuevos y se aplicaron las ventanas selladores del estudio. caron localmente a Se fabri - cuatro mesas de acero tubular sobre ruedas proporcionar superficies bajo resistentes estudio. se de ventilación para de tra - y prácticas Estas mesas, en el todas movi - bles y del mismo tamaño, pueden juntarse objetos para grandes acomodar de la colección de Chinati. Se adquirió equipo de iluminación de alta calidad para permitir la do cumentación fotográfica men de objetos, archivos planos debidamente para almacenar las obras en papel. Una parte esencial programa y el exa - y se instalaron en el éxito del de conservación hasta ahora ha sido el papel de los sub - sidios brindados privadas por Chinati obtuvo evaluación En 2001, un subsidio de la el cual sufragó para conservación, la visita a Chinati de dos consultores, lizado entidades y federales. uno especia - en bellas artes y el otro en arquitectura, realizar con la finalidad una evaluación de general de la condición de la colección. drew An - Lins, Jefe de Conservación del Museo de Arte de Filadelfia, John Volz, experto y en conserva - ción arquitectónica, acudieron a Chinati en agosto de 2001 y lleva ron a cabo una cuidadosa de las condiciones las colecciones pués se Brown Endowment, de 2001, Inc. a que financiaron principalmente el establecimien to del estudio de conservación. próximos dos subsidios dieron dependencias federal: Museo los conce - del gobierno El Instituto de Servicios otorgó para llevar estudio detallado colección de Museo a Chinati un a cabo un de la condición de todas las obras contenidas permanente. financiamiento hizo posible peritos visitaran ti para evaluar materiales Jill Sterrett, Directora de en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, a evaluar de todas nuestras haciendo de de arte espe - a Chinati pel, que China - la condición y obras Conservación en Este varios cíficos. de y la National for the Arts (NEA). y Biblioteca subsidio - Los el Instituto de Servicios y Biblioteca Endowment la de Des - generosos de la Fundación y el Houston finales del museo. obtuvieron subsidios revisión generales vino la condición obras en pa - recomendaciones C H I NATI F O U ND AT I O N C O N S E RVAT I O N S T U D I O . derables de temperatura mente, aumento humedad ocasionado fuertes neras, pero En 2003, tolva - sumamente el invierno, nes severas de la por lluvias infrecuentes, humedad durante diaria - repentino baja e infestacio - de plagas. Chinati comenzó tudio financiado Endowment propósito un es - por la National for the Arts, de estudiar tar la temperatura, los niveles con el y documen - la humedad y de luz en los espacios de exhibición de obras y almacenamiento de arte. preparación daciones Un informe proveerá para en recomen - controlar el clima en cada una de las instalaciones. Un ejemplo que ilustra recomendaciones puestas el tipo de que serán en el informe ción de película pro - es la aplica - filtradora de luz infrarroja a las ventanas de los almacenes de artillería gar las fluctuaciones temperatura. Para las instalaciones, cada de una de las recomenda ciones tomarán raleza para miti - extremas única de los atributos físi - cos del lugar, dada la ausencia factors that could have an adverse affect on the buildings and works of art include large temperature fluctuations on a daily basis, sudden spikes in humidity caused by infrequent but heavy rains, dust storms, dangerously low humidity levels during the winter months and severe pest infestations. In 2003, the museum began a NEAsupported survey intended to understand and document temperature, humidity, and light levels within the museum’s exhibition and art-storage spaces. A report is pending which will outline specific recommendations for integrating provisions for climate control in each installation. One example which illustrates the type of recommendations that will be proposed in the report is to apply infra-red filtering film on the windows of the Artillery Sheds in order to mitigate extreme temperature fluctuations. In the case of each art installation, the recommendations will take into account the unique nature of the physical facility of the Chinati Foundation with regard to the absence of mechanical systems in most of the museum buildings. It also takes into account the material composition of the art objects, and the context in which they were originally intended for exhibition. The goal of the project is the development of a cost-effective environmental plan that slows down the rate of deterio- con respecto métodos plagas a los niveles de enmarcar, control de y almacenamiento. man, un fabricante Ed Su - que ha traba - jado con Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen, evaluar vino para la condición último gran del Monumento caballo , una escala al escultura en aluminio ma de poliuretano a y espu - al aire libre de Oldenburg y van Bruggen. Lippincott, quien, junto con su her - Alfred mano Don, fabricaron las piezas de aluminio Judd, acu - de Donald dieron a realizar esculturas revisión y a ayudar definir la condición mismas mediante su superficie ration of the objects on exhibit and in storage without compromising the contextual aspect of their exhibition space. The Chinati Foundation is deeply grateful for the support that has been offered through all the grants received in the past fours years. These funds have provided the means to develop a conservation program at the museum which will continue to serve the permanent collection for many years. de luz, Chinati’s collection and its location within the existing buildings of Fort D.A. Russell provides fertile ground for conservation research opportunities. A loan request in 2001 for Donald Judd’s 16 untitled wall pieces in Douglas Fir plywood sparked a collaborative research project between Chinati and the conservation department at the Museum of Modern Art in New York (MoMA). This group of sculptures was fabricated using untreated wood, signifying the absence of coatings such as paint, wax, varnish, or any other protective coating on the surface of the wood. This condition poses a particular challenge to conservators since any handling or cleaning treatment has the potential to adversely affect the raw and exposed wood. The research project examined a range of cleaning methods and materials and their effect on untreated a Chinati a de las el examen de y proporcionando documentación relativa a los mé - todos de su fabricación Bob Kirk, el fabricante original. original de muchas obras de concreto de Judd que se exhiben en exteriores, hecho repetidos para evaluar viajes recomendaciones su conservación Dada de este y para hacer con respecto a a largo plazo. la situación la Fundación ha a Chinati la condición grupo de esculturas geográfica Chinati, de la colección está sujeta a las variaciones de un clima extremoso. Algunos de los aspectos del am - biente que pueden ejercer un efec to negativo en los edificios y obras de arte son: fluctuaciones mecánicos de los edificios. consi 81 de en la mayoría También se toman en consideración el material de que están hechas las obras de arte y el sitio en que originalmente debían exhibir. yecto es desarrollar un plan am - biental con costo razonable retarde el deterioro exhibidos se El objetivo del pro que de los objetos y almacenados tar ideoneidad sin res - al espacio donde se encuentran. La Fundación Chinati profundamente de estas actual sistemas - en cuenta la natu - cesario brindado subsidios agradece el apoyo tan ne - por medio de los recibidos en los últimos cuatro años. Estos fondos nos han permitido desarrollar un progra - ma de conservación el cual seguirá utilidad para en el museo, siendo de mucha la colección perma - nente durante muchos años más. La colección de la Fundación Chi - nati y su ubicación en los edificios del Russell fuerte grandes D.A. oportunidades investigación sobre ofrece para la la conserva - ción. La solicitud de un préstamo en 2001 en las 16 piezas basado sin título para pared que hizo Do nald Judd utilizando abeto Douglas, colaborativo tre Chinati de de investigación en - y el departamento conservación Moderno triplay inició un proyecto del Museo en Nueva Dicho conjunto de de Arte York (MoMA). de esculturas se C ON S E RVAT OR FR A N C E S C A E S M AY. wood surfaces. The simple mechanical action of cleaning could burnish the untreated wood, leading to a change in the overall gloss or sheen of the surface. Another immediate concern for applying conservation cleaning methods to untreated wood is the potential for material to become embedded in the wood grain or surface cracks. This residue could either cause discoloration by its presence or could stain and discolor the object as the residue ages and deteriorates over time. Using the analytical equipment in the conservation department at MoMA, these various experimental factors were evaluated in several ways: spectrophotometry, visual microscopy, and ultraviolet fluorescence. The findings from this study were presented at the American Institute for Conservation’s annual conference in Portland, Oregon in June of 2004. In the Spring of 2005, Chinati was invited to participate in a series of symposia hosted by the Vitra Design Museum in Weil am Rhein, Germany. These symposia focus on the conservation of modern materials such as plastics or polyurethane foam. Vitra was interested to hear how Chinati is dealing with the preservation of Monument to the Last Horse. I traveled to Vitra in June and presented a paper that described the sculpture’s current condition and the preliminary conservation surveys and treatments that have taken place in the past few years. Exposed to the harsh light and environment of West Texas for more than fourteen years, this sculpture’s materials, in particular the polyurethane enamel paint layer, have begun to deterio- fabricó con madera decir, sin tratar, sin revestirse cera, laca, ni otra sustancia tectora cualquiera. representa riesgo pro - Esta condición un reto especial los conservadores, quier manejo la madera o limpieza corre el negativamente cruda y expuesta. examinó de métodos de limpieza y su efec de madera La simple acción mecá - nica de la limpieza madera, podría pulir la ocasionando cambios en el brillo de la superficie. preocupación, madera El una variedad to sobre las superficies sin tratar. para ya que cual - de afectar proyecto Otra tratándose sin tratar, su limpieza de la es que durante se incruste material en la veta o en las grietas de la su - perficie. podrían Estos decolorar residuos el objeto, mediata en forma o posteriormente, deterioro Utilizando del el equipo ana - lítico en el departamento servación in - con su debido al transcurso tiempo. rate. Numerous cracks are present, and losses in the paint layer expose the primer layer, or in more severe cases, the polyurethane foam substrate itself. Continued failure of the paint layer will lead to rapid disintegration of the polyurethane foam substrate below. Important to note is that Monument to the Last Horse is anomalous in terms of materials for Oldenburg and van Bruggen, who most often create large-scale, outdoor works in painted aluminum or steel. Claes Oldenburg and Coosje van Bruggen are aware of the condition of the sculpture and are eager and willing to participate with Chinati in determining how to best treat the sculpture for both its immediate and longterm preservation. An inpainting treatment was done in September 2003 to fill voids in the paint surface. Voids and cracks were not addressed at this time since the correct conservation treatment method is not known at this point. Further research and testing must be done to determine the most appropriate treatment method for these materials. es de pintura, de con - del MoMA, se evaluaron estos diversos factores de distin - tas maneras: espectrofotometría, microscopía visual cia ultravioleta. este estudio congreso y fluorescen Los resultados se presentaron - de land, Oregon, Beyond Marfa, conservation professionals have become interested in how Chinati is addressing collections care issues, especially how they pertain to the field of modern and contemporary art conservation. Other institutions and conservators share these challenges, and Chinati is participating in the dialogue. Last year, Chinati was included as a participant in a meeting at the Getty Conservation Institute for the International Network for the Conservation of Contemporary Art, an international organization that aims to connect conservators and scientists. en Port - en junio de 2004. En la primavera fue invitado de 2005, para Chinati participar una serie de simposios en ofrecidos por el Museo de Diseño de Vitra en Weil am Rhein, simposios vación Alemania. Estos se enfocan en la conser - de materiales como los plásticos de poliuretano. modernos y la espuma Vitra se intere - saba en cómo Chinati conserva Monumento viajé a Vitra actual en junio e hice una sobre la condición y los tratamientos dos a la pieza durante años. Expuestos durante materiales catorce años, deteriorarse. grietas, de esmal - Existen resulta de la capa en la exposi - en casos más severos, continúa, el substrato o, del mismo de poliuretano. descomposición a numerosas ción de la capa del imprimador integrará los han comenzado y el deterioro substrato Another conservation initiative is the preservation of Fort D.A. Russell and the historic buildings in the city of Marfa. Chinati has worked closely with the Texas Historical Commission to designate all the former buildings of Fort D.A. Russell within a Historic District on the National Register of Historic Places. This designation will afford a degree of protection for these historic buildings and will assist Chinati in obtaining state and federal grants to assist in the conservation of former Fort D.A. Russell buildings. Additionally, several Chinati staff members serve on Marfa’s Visionaries in Preservation Committee. This luz de esta obra, en parti - te poliuretano, Si esta se des - de espuma de poliuretano. Es importante mento notar al último anomalía para que Monu - caballo Oldenburg en cuanto al material uti - ya que en este tipo de obra los artistas trabajan te con aluminio Claes generalmen Oldenburg Bruggen están condición v Coosje van conscientes de la de su escultura ansiosos de participar y están junto con Chinati en la determinación mejor forma de tratarla servarla - o acero pintados. de la para con - a corto y largo plazo. En septiembre de 2004 un tratamiento de pintura interior para llenar perficie se realizó los huecos de la pintura. mento no se tomaron huecos y grietas, en cuenta los ya que el trata - miento de conservación se desconoce en la su - En este mo - adecuado en el momento pre - sente. Hacen falta más pruebas investigación método más apropiado tos materiales para es - los peritos en con - se han cómo Chinati ciones, el . Fuera de Marfa, servación interesado conserva en sus colec - y especialmente en cómo se relaciona con el campo conservación del arte moderno contemporáneo. Otras mismos desafíos conservación de la y institucio - enfrentan tratándose los de la a largo plazo de las obras del arte moderno poráneo, e para determinar y contem - y muchos reconocen ya a Chinati como un punto de referen cia dentro del campo de la conser vación. El año pasado, Chinati par - ticipó en una reunión celebrada el Instituto de Conservación para la Red Internacional servación del Arte en Getty de Con - Contemporá - neo. Se trata de una organización internacional vincular cuyo propósito a conservadores es y cientí - ficos para que juntos compartan preserven sus conocimientos área de conservación y en el del arte mo - derno y contemporáneo. del oeste de cular la capa de pintura de pintura aplica - los últimos a la intensa y el clima extremoso Texas el al último caballo . Yo presentación lizado, nes y conservadores en el anual del Instituto Ame - ricano de la Conservación Bruggen es una y van 82 Otra iniciativa al programa la atención que Chinati es que se le debe dar al fuerte D.A. Russell históricos le compete de conservación y los edificios de la ciudad ha laborado colaboración de Marfa. en estrecha con la Comisión His - tórica de Texas para que todos los edificios existentes que consti - tuían el fuerte D.A. Russell se de - signen como distrito histórico en el Registro Nacional de Lugares tóricos. Dicha designación rá cierto grado de protección estos venerables valiosa edificios His - aporta para y será en el futuro para ayudar Chinati a obtener subsidios a de los F R A N C E S C A E S M AY A P P L I E S C O N S E RVAT I O N T R E AT M E N T T O O L D E N B U R G A N D VA N B R U G G E N ’ S M O N U M E N T TO T H E L A S T H O R S E . aluminio anodizado, cobre, bron - ce y hierro galvanizado. Rachel Freer, ró reportes obras de Houston, de condición en papel las esculturas Roni elabo para las de Carl Andre de cobre forjado Horn. Freer también docu - mentó con cuidado la primera que se cambiaron Flavin, cativo, vez todos los focos de la instalación Dan y de permanente un proyecto ya que se utilizaron de una variedad de signifi focos de fabricantes esto puede ocasionar ligeras y dife - rencias de color e intensidad. Franziska Herzog, preparó de Alemania, un glosario de las condi - ciones de las cien piezas de alumi - nio para piso de Donald informe de Herzog Judd. El fue influido por la visita de Alfred Lippincott a Chinati y clasifica de superficie esculturas Since 2003, Chinati has welcomed four advanced students and recent graduates in the field of conservation. Each of these interns has greatly contributed to Chinati’s conservation initiative. Kathrine Segel, from Denmark, worked on detailed condition surveys for Chinati’s painted and chromium-plated steel sculptures by John Chamberlain. Segel investigated various paint conditions observed in these works of art and documented the different range of cracking, peeling, oxidized, and blistered surfaces that occur throughout this group of sculptures. Segel also completed detailed condition reports for Chinati’s 13 untitled wall pieces (progressions) in anodized aluminum, copper, brass, and galvanized iron. Rachel Freer, from Houston, completed condition reports for the Carl Andre works on paper and Roni Horn’s soft-forged copper sculptures. Freer also carefully documented the first round of bulb replacement for Chinati’s permanent installation by Dan Flavin, a significant project since bulbs from a variety of manufacturers were used and can cause gobiernos apoyen federal y estatal la conservación slight shifts in color and intensity. Franziska Herzog, from Germany, created an illustrated condition glossary for Judd’s mill aluminum works. Herzog’s report was informed by Alfred Lippincott’s site visit and categorizes conditions observed on the sculptures as relating to the mill production of the metal plates, fabrication processes, packing and transport of the sculptures, or damages due to errant visitors. Kate Moomaw, from New York, is currently researching methods to reduce oxidation on Judd’s untitled wall piece (stack) in cold rolled steel. Moomaw will investigate various cleaning techniques such as dry cleaning methods, solvents, and ultrasonic tools. que de estas estructuras. Asimismo, personal varios miembros del de Chinati son integran - tes del Comité Visionarios Conservación, un de la organismo establecido hace dos años y que se mensualmente reúne para discutir temas de la conservación con miembros de la comunidad funcionarios municipales. y Ade - más de su proteger la arquitectura significativa, temas este grupo explora como vivienda reglamentación costeable, de señalización anuncios en espacio servación de los paisajes alrededor de Marfa la expansión público, y pre - abiertos y cómo evitar incontrolada. de fabricación, sados por visitantes Moomaw, nes sobre Chinati ha patrocina do a cuatro estudiantes avanzados y egresados en el campo recientes de la conservación. estos internos Cada uno de ha hecho una con - tribución importante de la conservación Kathrine a la iniciativa en Chinati. Segel, de Dinamarca, tra - bajó en los informes de condición detallados a las escultu - relativos ras de acero pintado y cromado John Chamberlain. gó diversas Segel condiciones tura observadas agrietamiento, investi obras el grado de descascaramiento oxidadas das que ocurren esculturas. de de la pin - en dichas de arte y documentó y superficies Four years into the conservation program and much has been accomplished. Most of the works of art in the collection now have detailed condition reports, and this has enabled Chinati to identify and prioritize treatment needs. Nationally and internationally, Chinati’s conservation program has growing respect among museum professionals. This significantly increases the resources available to the museum, particularly in light of Chinati’s remote location. With continued success, Chinati can better preserve the works of art that comprise its collection and help inform other collectors and institutions regarding appropriate conservation methods for modern and contemporary art works. - y ampolla - en este grupo de Llevó a cabo también estudios detallados sobre la condi - ción de las 13 piezas para pared en Chinati (progresiones) hechas de 83 imprudentes. de Nueva la oxidación láminas para de la pieza sin título de otras. tigará varias por apiladas unas Moomaw inves - técnicas de limpieza, tales como limpieza ventes - reducir Judd conformada de acero encima York, investigacio métodos de Donald y trans - o daños cau - actualmente en seco, sol - y herramientas ultrasóni - cas . En los cuatro años de su existencia, el programa conseguido yoría de conservación muchos logros. de las obras cuentan Desde 2003, posteriores embalaje porte de las esculturas realiza con inicial de las láminas de metal, los procesos Kate en las como relacionadas la producción organization was formed two years ago and meets monthly to discuss preservation issues with community members and city officials. Along with aiming to protect significant architecture, this group considers with topics such as affordable housing, signage and billboard guidelines, preserving the open landscapes surrounding Marfa, and avoiding sprawl. las condiciones observadas de la colección ya con informes dos sobre su condición, permitido rización ha La ma detalla - y esto ha la identificación y prio - de necesidades de trata - miento . A nivel nacional e interna - cional, el programa de conserva - ción de Chinati goza de renombre cada vez mayor entre los profesio - nales en museología. Esto aumen - ta considerablemente los recursos disponibles en vista sobre todo de su ubicación Mediante recibir al museo, el éxito apoyo para de conservación, mantener en su programa Chinati puede mejor sus obras de arte y ayudar a informar cionistas e instituciones métodos apropiados vación aplicables moderno remota . continuo a otros colec sobre los de conser - a obras del arte y contemporáneo. Programa original artwork. To ensure the return of photographic material as well as other materials, applicants must provide a self-addressed envelope with sufficient return postage. de Artistas Artist in Residence Program Chinati’s Artist in Residence Program has been active since 1989, supporting the work and development of artists of diverse ages, backgrounds, and media. Residencies provide artists with time and space to work in a stimulating, contemplative environment. Resident artists make use of Chinati’s facilities, study the collection, and engage with Chinati’s staff, visitors, and the local community. They often conclude their time at Chinati with exhibitions of work made in Marfa, adding an important counterpoint to the museum’s permanent collection. The opening receptions are festive events that draw visitors and the local public to Chinati. The resident artists who live and work on-site add vitality to the museum’s environment. By hosting occasional studio visits for local children and teenagers, resident artists serve as a link between the museum and the Marfa Public Schools, the Marfa Youth Center, and individual students. Chinati invites approximately five artists each year for one- to threemonth residencies. Since the program began, the museum has hosted more than 70 artists from around the world, including Argentina, Australia, Belgium, Canada, Denmark, France, Germany, Great Britain, Iceland, Japan, Mexico, The Netherlands, New Zealand, Portugal, Switzerland, Poland, and throughout the United States. Each resident artist is offered a furnished apartment on the museum grounds, a studio/exhibition space in downtown Marfa, a stipend of $1,000 to assist with travel and art materials, as well as access to the museum’s collection and library. Chinati’s staff reviews applications for residencies each April for openings in the following year. To apply for a 2007 residency, please send a cover letter, resume/CV, one sheet of slides and one additional printed sample to the Chinati Foundation office before April 1, 2006. Please do not send any additional forms of material such as CDs, CD-ROMs, or en Residencia ginales. Para garantizar la devolución de sus materiales fotográficos y de otro tipo, el solicitante debe proporcionar un sobre con su dirección y el porte postal correspondiente. 2005-2006 2005-2006 Mai Braun Mai Braun El Programa de Artistas en Residencia Finland Finlandia opera en Chinati desde 1989, apoyan- Oliver Croy Oliver Croy do la obra y el desarrollo de artistas de Austria Austria diferentes edades, orígenes y medios Maureen Gallace Maureen Gallace artísticos. Las residencias ofrecen al ar- United States Estados Unidos tista tiempo y espacio para trabajar en Brian Kirk Nelms Brian Kirk Nelms un medio ambiente estimulante y con- United States Estados Unidos templativo. El museo anima a artistas Jesús Palomino Jesús Palomino que trabajan en todos los estilos y con Spain España todos los métodos a solicitar. Petra Trenkel Petra Trenkel Los artistas en residencia hacen uso de Germany Alemania las instalaciones de Chinati, estudian la Christopher Wool Christopher Wool colección y se relacionan con el perso- United States Estados Unidos nal y los visitantes del museo y con la comunidad local. A menudo concluyen su tiempo de residencia con exhibiciones de las obras que producen en Marfa, haciendo contrapunto interesante Artists in Residence con la colección permanente de Chinati. Las recepciones de apertura son eventos festivos que atraen tanto a visitantes como al público local al museo. Los artistas visitantes que viven y traba- SEPTEMBER 2004 – JUNE 2005 jan en las instalaciones del museo inyectan nueva vida en el ambiente de China- Participants in Chinati’s Artist in Residence program are invited to show work, often at the Locker Plant or the Ice Plant in downtown Marfa. The following pages describe these exhibitions from the past year. ti. Al actuar como guías para los niños y adolescentes de la comunidad, los artistas en residencia funcionan como un vínculo entre el museo y las Escuelas Públicas de Marfa, el Centro Juvenil de Marfa y estudiantes individuales. Artistas en Residencia SEPTIEMBRE 2004 – JUNIO 2005 A los participantes en el programa de Chinati Artistas en Residencia se les invita a exhibir su obra, con frecuencia en Cada año Chinati invita a aproximada- el Locker Plant o en la Fábrica de Hielo mente cinco artistas para residencias en el centro de Marfa. Lo que sigue es de uno a tres meses. Desde el inicio Christian Freudenberger del programa, el museo ha acogido una descripción de estas exhibiciones del pasado año. September–October 2004 a más de 70 artistas de todo el mundo, incluyendo Argentina, Australia, Christian Freudenberger’s exhibition, Zeitmaschiene (Time Machine), opened at the Locker Plant during Open House weekend and remained on view through the end of October. The work was a series of floor-to-ceiling wall paintings, filling the entire front room of the Locker Plant, which he based on images isolated and refined from a range of popular-culture sources, including comic books, advertisements, and science textbooks. Viewed from left to right, the nine panels depicted an oil spurt erupting in an otherwise empty room; a spinning globe juxtaposed against a wall map; a skyscraper rising above a deserted freeway; a dust ball suspended in mid-air; a falling coconut; a suspension bridge arcing over a body of water; the top of a staircase; a windmill; and a hazy, brilliantly colored sunset. Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Islandia, Japón, México, Holanda, Nueva Zelandia, Portugal, Suiza, Polonia y todo Estados Unidos. A cada artista se le facilita un apartamento amueblado en los predios del museo, un estudio/espacio de exhibición en el centro de Marfa, un estipendio de mil dólares para sufragar gastos de viaje y materiales artísticos, así como el acceso a la colección del museo y su biblioteca El personal de Chinati evalúa las solicitudes de los aspirantes cada año en abril para las vacantes del año siguiente. Para solicitar una residencia para el año 2007, favor de mandar una carta, su currículum, una hoja de transparencias de sus obras y una muestra impresa a las oficinas de la Fundación Chinati antes del 1 de abril de 2006. Sírvase no mandar otros tipos de material, como cds, cdroms, videos u obras de arte ori84 Christian Freudenberger Septiembre a Octubre de 2004 Christian Freudenberger estuvo en Chinati como artista en residencia de septiembre a octubre de 2004. Su exhibición, intitulada Zeitmaschiene (Máquina del tiempo), se inauguró durante el fin de semana del Open House en el Locker Plant, donde permaneció hasta finales de octubre. Freudenberger creó una serie de pinturas que se extendían desde el piso hasta el techo, llenando por completo el cuarto delantero del edificio. El artista basó su obra en unas imágenes tomadas y refinadas de una variedad de fuentes de la cultura popular, incluyendo revistas de cómics, anuncios y libros de texto sobre ciencia natural. Vistos de izquierda a derecha, los nueve paneles representaban un chorro de petróleo que ha- C H R I S TI A N F R E U D E NB E R G E R , ZEITMASCHIENE ( T I ME MA C H I N E ) , 2004. CHRISTIAN FREUDENBERGER Taken in sequence, the nine panels suggested a large-scale, non-linear comic strip, or a random shuffling of images in a viewfinder. Freudenberger’s use of bold outlines and large areas of flat color accentuated a sense of stillness and arrested movement in the series. The images, reduced to their essential outlines then enlarged, became stark, ominous, and comical—nine blunt vignettes retaining a sense of the cryptic. Freudenberger has exhibited extensively throughout Europe. In 2004 his work was included in exhibitions at the Kunstverein Ludwigshafen, Germany, and at Franche-Comté/Museum Dole, France. In 2002 he was a resident artist at Schloss Ringenberg in Germany. Freudenberger holds a Master’s degree in fine arts from Kunstakadamie in Düsseldorf, where he continues to live. dency in Marfa with an exhibition entitled It’s grand when I yearn for something that can never be attained, for yearning withers on the verge of fulfillment. Weber’s installation seemed to suspend laws of gravity in the front room of the Locker Plant. The artist floated oversized human figures, constructed from thin strings of acrylic, throughout the exhibition space. Weber created the figures by molding them onto wax paper. Each figure was then carefully affixed with dozens of pins a few inches away from the walls of the Locker Plant. The three delicately contoured figures, arms and legs outstretched as though caught in a moment of freefall, seemed to bob and drift in mid-air. In the Locker Plant’s back room, Weber exhibited a series of graphite drawings. These featured variously sized, slightly blurred spheres built up from hundreds of lightly drawn strokes. In each drawing the spheres were differently configured, tending now toward clutter, now toward emptiness, so that viewed as a whole the series suggested a fragmented map of the nighttime sky. cía erupción en una habitación vacía; un globo terráqueo que giraba yuxtapuesto a un mapa colgado en la pared; un rascacielos irguiéndose sobre una autopista desierta; una bola de polvo suspendida en el aire; un coco que cae; un puente de suspensión formando un arco sobre un cuerpo de agua; la parte superior de una escalera interior; un molino de viento; y una brumosa puesta de sol de colores sumamente vivos. Tomados en serie, los paneles sugerían una tira cómica no lineal a gran escala, o una colección de imágenes recogidas al azar y vistas a través de un visor de transparencias. El uso por parte de Freudenberger de contornos bien definidos y grandes áreas de color mate intensificaban un sentido de quietud y detenían el movimiento en esta serie de obras. Las imágenes, reducidas a sus formas esenciales, luego agrandadas, parecían severas, ominosas y también cómicas—nueve viñetas expresivas con una dimensión enigmática. Heike Weber November 2004–January 2005 Freudenberger ha exhibido sus obras en varios lugares de Europa. En 2004 su obra estuvo incluida en exhibiciones en el Kunstverein Ludwigshafen, en Alemania, y en el Franche-Comté/Museum Dole, en Francia. En 2002 fue artista en mania. Freudenberger obtuvo su Maestría en Bellas Artes de la Kunstakadamie en Düsseldorf, donde actualmente vive. Heike Weber Noviembre de 2004 a Enero de 2005 Heike Weber, una artista con sede en Colonia, Alemania, concluyó su residencia en Marfa con una exhibición intitulada Es maravilloso cuando anhelo algo que nunca se puede lograr, porque el anhelo se marchita en el borde del triunfo. La instalación de Weber parecía invalidar las leyes de la gravedad en el cuarto delantero del Locker Plant. La artista hizo flotar enormes figuras humanas, construidas de delgados hilos de acrílico, a través del espacio de exhibición. Weber creó las figuras moldeándolas sobre papel encerado. A cada figura se le fijaba cuidadosamente, con docenas de alfileres, a unas cuantas pulgadas de las paredes del edificio. Las tres figuras de delicados contornos, sus brazos y piernas extendidos como si el cuerpo H EI K E W E BER H EI KE W EB ER , D REA M ER . 2 0 0 5 . Heike Weber, an artist based in Cologne, Germany, concluded her resi- residencia en Schloss Ringenberg, Ale- 85 Weber has had recent solo exhibitions at the Museum Morsbroich (2004) and the Kunstmuseum Bonn (2003), and was part of group exhibitions at Kunstverein Hannover (2003), Kunsthalle Fridericianum (2004), and Kunsthalle Baden-Baden (2004), all in Germany. She has participated in many artist residencies throughout Europe, most recently at Villa Casa Baldi, Italy, in July-September 2005. Weber holds a degree in fine arts from Fachhochschule Aachen. estuviera cayendo, parecían subir y bajar, navegando por los aires. En el cuarto trasero de Locker Plant, Weber exhibió una serie de dibujos a lápiz, en los cuales se apreciaban esferas de diversos tamaños, ligeramente borrosas, logradas mediante cientos de leves trazos con el lápiz. En cada dibujo las esferas estaban conformadas de manera distinta, tendiendo en algunos casos a la profusión caótica, en otros a la escasez, de manera que, vista en su conjunto, la serie parecía un mapa fragmentado del cielo nocturno. Weber ha sido expositora única re- Isa Melsheimer January–February 2005 cientemente en el Museo Morsbroich (2004) y el Kunstmuseum Bonn (2003), y sus obras estuvieron incluidas en exhibiciones grupales en el Kunstverein Hannover (2003), el Kunsthalle Fridericianum (2004) y el Kunsthalle Baden-Baden (2004), todos en Alemania. Ha participado como residente en varios lugares de Europa, la última vez en Villa Casa Baldi, Italia, de julio a septiembre de 2005. Weber se tituló en Bellas Artes en la Fachhochschule Aachen. Isa Melsheimer inauguró la temporada de Artistas en Residencia 2005 de en febrero con una exhibición de dibujos y esculturas en el Locker Plant. Las esculturas de Melsheimer fueron inspiradas por dos entidades familiares y colosales del paisaje del oeste de Texas: El Capitán y Donald Judd. El Capitán es uno de los picos más altos de la Sierra de Guadalupe, y la versión que Melsheimer produjo de ella, intitulada Montaña, fue construida con fragmentos de vidrio roto unidos con pegamento, todos recogidos por la artista en nuestra localidad. Montada sobre un tosco pedestal bajo de madera en el cuarto delantero del Locker Plant, Montaña rendía homenaje a su contraparte en la naturaleza, evocando al mismo tiempo un montón de escorias. En el cuarto trasero del edificio, Melsheimer exhibió una escultura hecha de malla metálica, modelada sobre el edificio no terminado de concreto diseñado por Donald Judd en Chinati. La escultura, de unas ocho pulgadas de altura, estaba adornada con diminutas imágenes sacadas de la iconografía tejana: dos vaqueros descansando sobre un cerco; una camioneta pick-up, sotoles y cactus en flor y, por encima de todo, un tanque del Ejército estadounidense. Melsheimer también exhibió una serie de gouaches hechos durante el tiempo que estuvo en Marfa. En estas intrincadas composiciones densamente afiligranadas, la artista trató temas tan diversos como figuras que corren y bai- I SA ME L S HE IM E R, D OM E , 2 0 0 5 . I S A M E LS HE I M E R Isa Melsheimer inaugurated Chinati’s 2005 season in February with an exhibition of drawings and sculptures at the Locker Plant. Melsheimer’s sculptures were inspired by two familiar and outsized features of the West Texas landscape: El Capitan and Donald Judd. El Capitan is one of the largest Isa Melsheimer Enero a Febrero de 2005 I S A M E L S H E I M E R , D OM E, 2 0 0 5 . H E I K E WE B E R, D R E A ME R, D E TA I L , 2005. peaks in the Guadalupe mountain range; Melsheimer’s rendition of it, entitled Mountain, stood approximately two feet high and was constructed by gluing together shards of broken glass, all collected locally by the artist. Set on a low, crude wooden pedestal in the front room of the Locker Plant, Mountain paid tribute to its more grandly scaled counterpart while also evoking a cairn of molten slag. In the Locker Plant’s back room Melsheimer displayed a sculpture constructed from screen mesh and modeled on Donald Judd’s unfinished concrete building at Chinati. Standing roughly eight inches tall, the sculpture was embroidered with diminutive images drawn from Texan iconography: two cowboys at rest on a fence; a bucking pickup truck; sotols and cacti abloom; and hovering above them all, a U.S. Army tank. Melsheimer also exhibited a series of gouaches made during her stay in Marfa. In these intricate and densely patterned compositions, the artist depicted such diverse subjects as sprinting and dancing figures; a Japanese samurai and his geisha; contemporary architecture; and floral, equine, and avian motifs. Arranged and juxtaposed so that no one design element dominates another, Melsheimer’s gouaches allow planes of imagery to merge and recede as the eye travels over them. Melsheimer has participated in many exhibitions throughout Europe. In 2004 she exhibited work at Bonnefanten Museum in Maastricht, The Netherlands. In May-June 2005, following her Chinati residency, Melsheimer had a solo exhibition at Galerie Jocelyn Wolff in Paris. She is represented by Galerie Barbara Wien in Berlin, where she currently lives. 86 lan, un samurai japonés y su geisha, la March–April 2005 arquitectura contemporánea, y motivos Wilhelm Sasnal, an artist from Tarnow, Poland, was in residence during March and April of 2005. Sasnal produced a large body of work in a variety of media during his stay in Marfa. He created mural-sized, black-and-white ink paintings on paper portraying scenes from nineteenth-century frontier life such as a horse-drawn wagon fording a stream and men in boats crossing a river. Roughly outlined, incorporating large areas of black paint and white space, these cropped and edited scenes suggest how imperfectly we grasp and interpret the past. Sasnal also produced a series of small oil landscape paintings. This work made in Marfa was exhibited at the Anton Kern Gallery in New York in May. For his exhibition at the Locker Plant, Sasnal elected to create an elaborate installation requiring a gun permit, blow torches, and the services of a local teenage punk band. The artist blackened out the windows of the Locker Plant, leaving small slits for visitors to peer through. Assisted by Chinati staff, Sasnal used a handgun to shoot holes in one wall of the exhibition space, then scattered hundreds of spent bullet casings on the floor. Upon entering the darkened space, visitors saw rectangles of light, created by the slits in the masking, move slowly across the walls of the room. As they advanced, visitors stirred the bullet shells on the floor, filling the room with a gently tinkling, metallic wash of sound. Peering through the slits in the masking, visitors inside the installation caught fragmentary glimpses of Marfa scenery, while those outside y yuxtapuestos de manera que ningún WI L H E L M S A S N A L , D R AWI N G . Wilhelm Sasnal florales, equinos y aviares. Dispuestos elemento del diseño predomine sobre los demás, los gouaches de Melsheimer permiten que los planos de imágenes se junten y retrocedan mientras uno pasea la vista sobre ellos. Melsheimer ha participado en muchas exhibiciones en toda Europa. En 2004 exhibió su obra en el Museo Bonnefanten en Maastricht, Holanda. En mayo y junio de 2005, después de su residencia en Chinati, fue expositora única en una exhibición en la Galería Jocelyn Wolff en París. Melsheimer es representada por la Galería Barbara Wien en Berlin, S P I C I N S A S N A L VI D E O S H O O T. donde vive en la actualidad. Wilhelm Sasnal Marzo a Abril de 2005 Wilhelm Sasnal, un artista de Tarnow, Polonia, hizo su residencia en marzo y abril de 2005, y durante este tiempo en Marfa produjo una gran cantidad y variedad de obras. En el Locker Plant creó the building could look in to see small flashes of light reflect off the shells on the floor. With its complex interplay of reflected light, bullet holes, and shells, the installation suggested both a large-scale camera obscura and a crime scene. Throughout the exhibition, a local punk/heavy metal band, SPIC, played in the back courtyard. Sasnal’s original concept for the installation envisioned an overturned car set in the park across the street from the Locker Plant. When this proved impractical, the artist decided to feature the car—a large black 1960s Cadillac—in a video he shot in Marfa pinturas de tinta en blanco y negro sobre papel, tamaño mural, donde se representan escenas de la vida rural del siglo XIX: una carreta tirada por un caballo que atraviesa un arroyo, y hombres en lanchas que cruzan un río. Con sus contornos inciertos y sus grandes áreas de pintura negra y espacio blanco, estas escenas parciales y estilizadas logran sugerir la imperfección con que aprehendemos e interpretamos el pasado. Sasnal también creó una serie de pequeños paisajes pintados al óleo. Estas obras, hechas en Marfa, fueron exhibidas en la Galería Anton Kern en Nueva York en el mes de mayo. Mirando por los resquicios de las cintas, los visitantes en el interior de la instalación lograban apreciar momentáneamente vistas de Marfa, mientras que los observadores al exterior miraban hacia adentro, viendo pequeños destellos de luz reflejados por los casquillos del piso. Con su contrapunto de luz, impactos de bala y casquillos, la instalación sugería una camera obscura a gran escala y al mismo tiempo el lugar de un hecho delictivo. En toda la duración de la exhibición, tocaba una banda punk de heavy metal, SPIC, en el patio trasero. El concepto original de Sasnal involu- Sasnal optó por crear una pieza com- W I L HE LM SA S N AL I N STA L L AT I ON . W I L H E L M SA SN A L Para su exhibición en el Locker Plant, pleja que requería una licencia para manejar arma de fuego, sopletes y los ser vicios de una banda punk de adolescentes de la localidad. El artista aplicó cinta masking en las ventanas del Locker Plant, dejando estrechos resquicios por los cuales los visitantes podían asomarse. Ayudado por los miembros del personal de Chinati, Sasnal disparó repetidamente una pistola para crear impactos de bala en una pared del espacio de exhibición; luego esparció casquillos de bala por el suelo. Al entrar en el espacio tenebroso, los visitantes veían avanzar con lentitud rectángulos de luz proyectados por los resquicios entre las cintas de las ventanas. Mientras caminaban, los visitantes pisaban los casquillos de bala, llenando el espacio de un tintineo metálico. 87 S H A NE H U F F MA N, S PA C E S H U T T L E C H A L L E N G E R , 2005. Shane Huffman Mayo a Junio de 2005 Shane Huffman exhibió obras creadas durante su residencia en junio de 2005. La instalación de Huffman en el cuarto delantero del Locker Plant estaba basada en las imágenes, mostradas por los medios, del transbordador espacial Challenger, que se estrelló el 28 de enero de 1986. Una solitaria escultura, cuyo ancho fluctuaba entre cuatro pulgadas y cuatro pies, aproximadamente, y construida de madera, algodón y alambre, colgaba desde el techo al piso. La silueta de la escultura se reconocía inmediatamente, por las innumerables fotografías: el Challenger explotándose en el aire, despidiendo columnas de humo en todas direcciones. Colgada en una galería que no contenía otro objeto alguno, esta escultura pretendía memorializar una catástrofe histórica y dotar de un nuevo sentido de inmediatez trágica a una conocidísima imagen. Incluidas también en la exhibición estaban unas fotografías que Huffman concurrent to his other activities. Parking the car in a field on the Chinati grounds, Sasnal employed two local auto shop workers to cut the roof and doors off with blowtorches. The artist then used the wrecked vehicle as a set for a concert segment of his video, again featuring SPIC. Sasnal has had solo exhibitions throughout the United States and abroad. Recent venues include Sadie Coles, London; Westfälischer Kunstverein, Münster; Kunsthalle Zürich; and the Anton Kern Gallery, New York. morialize a historical calamity and restore a sense of tragic immediacy to an overly familiar image. Also included in the exhibition were photographs Huffman made during his residency. The artist developed a technique enabling him to make one long photograph from a roll of film rather than multiple small-frame images. Utilizing a very long exposure time, Huffman photographed himself sitting outside on the Chinati grounds as the moon rose in the early-evening sky. The resulting work, displayed on the wall of the Locker Plant’s back room, documented subtle variations in motion and light effects and seemed to be steeped in an eerie lunar glow. In 2002 Huffman received a M.F.A. from the University of Illinois in Chicago after completing his B.F.A. at the John Herron School of Art in Indianapolis, Indiana. He is the recipient of a Richard Driehaus Foundation Individual Artist Award, 2003, and the Union League Civic Foundation Visual Arts Scholarship, 2002. Huffman has participated in numerous group shows, including Rough Topography, at Vendata Gallery, Chicago, 2002, and Operation: Human Intelligence at ANUM, Memphis, 2002. Solo exhibitions include Swimming to give myself a heart attack in order to stop the moon’s recession at Gallery 400, Chicago, 2002. craba un automóvil volcado en el parque enfrente del Locker Plant. Cuando esto no resultó factible, el artista tomó la decisión de incluir el auto—un enorme Cadillac negro de los años sesentas—en un video que filmó en Marfa simultáneamente con sus otros proyectos. Sasnal estacionó el carro en un campo abierto en los predios de Chinati y contrató a dos empleados de un taller de reparación de automóviles para que le quitaran el techo y las puertas del vehículo usando sopletes. Entonces el artista empleó el carro inutilizado como el escenario de un segmento de concierto de su video, otra vez con la banda SPIC. Sasnal ha sido expositor único tanto en Shane Huffman Estados Unidos como en el extranjero. May–June 2005 Los lugares en que ha exhibido últimamente incluyen Sadie Coles, Londres; Westfälischer Kunstverein, Münster; Kunsthalle Zürich; y la galería Anton Kern en Nueva York. S HA N E HUF F M A N Shane Huffman exhibited work created during his residency in June 2005. Huffman’s installation in the front room of the Locker Plant was based on media images of the space shuttle Challenger crash of January 28, 1986. A tall, solitary sculpture, varying in width from approximately four inches to four feet and constructed from wood, cotton batting, and wire, hung suspended from the ceiling to the floor. The sculpture’s silhouette was instantly recognizable from countless photographs: the Challenger exploding in midair, with trails of smoke fanning out through the sky. Hanging in the otherwise empty gallery, the sculpture attempted to me- 88 había tomado durante su residencia. El artista ideó una técnica que le permitía tomar una sola fotografía larga en un rollo de película, en lugar de múltiples imágenes pequeñas. Empleando un tiempo de exposición muy largo, Huffman se fotografió a sí mismo sentado al aire libre, en los predios de Chinati, mientras ascendía la luna en el cielo al atardecer. La obra resultante, exhibida en la pared del cuarto trasero del Locker Plant, era testigo de sutiles variaciones de movimiento y efectos de luz, y parecía estar imbuida de una fosforescencia lunar fantasmal. En 2002 Huffman obtuvo su Maestría en Bellas Artes de la Universidad de Illinois en Chicago, tras haberse licenciado en la misma carrera en la John Herron School of Art en Indianapolis, Indiana. Recibió el Premio para Artistas Individuales concedido por la Fundación Richard Driehaus en 2003, y ameritó una beca para artes visuales de la Union League Civic Foundation en 2002. Huffman ha participado en numerosas exhibiciones, incluyendo Topografía tosca, en la Galería Vendata, Chicago, en 2002, y Operación: Inteligencia humana, en ANUM, Memphis, en 2002. Fue expositor único en 2002 en la Galería 400 de Chicago, con su exhibición intitulada Nadando para darme un ataque cardiaco para detener la recesión de la luna. A highlight of the artistic program this year will be a special exhibition of foam sculptures and photographs by J O H N C H A M B E R L A I N . The foam pieces, which are largely unknown, date from 1966 through 1970 and are made from commercially available polyurethane foam, which Chamberlain cut, folded, and tied to make a kind of instant sculpture—direct, graceful, and immediate. The work presents another aspect, complementary to the steel sculptures, of Chamberlain’s unique exploration of form and materiality. There will be approximately thirty pieces in the exhibition, which will be the first comprehensive survey of this work since 1966. In addition to the foam sculptures, Chinati will also show a wide selection of panoramic photographs by Chamberlain taken over the last 20 years. The images are shot with a moving camera and are descriptive of places and people, while remaining colorfully abstract. Chamberlain calls them “self-portraits of my nervous system”—fragments of what could be considered the artist’s cinematic stream of consciousness. John Chamberlain was born in 1927 in Rochester, Indiana. He lives and works on Shelter Island, New York. Chamberlain will talk about his work in conversation with critic-writer Klaus Kertess at 5:30 PM on Saturday afternoon, October 8. Open House Open House 2005 2005 El Open House (Casa Abierta) de la Fundación Chinati se celebrará el sábado 8 de octubre y domingo 9 de octubre de 2005. El evento será copatrocinado por la Fundación Judd. Este fin de semana de arte, música, conferencias y comidas, libre de costo, atraerá a casi 2,000 turistas de todo el mundo a esta zona cada vez más popular en el oeste de Texas. Entre las principales atracciones este año están: una exhibición de esculturas de hule espuma y fotografías de J O H N C H A M B E R L A I N , una instala- ción especial en la Arena de Chinati de TONY FEHER y un show del afamado conjunto musical Y O L A T E N G O . A lo largo de estos dos días se podrá apreciar las colecciones de Chinati y de la Mansana, la residencia de Donald Judd en Marfa, que contiene una instalación permanente de su obra que data de 1962-1978. Todas las exhibiciones, eventos y comidas son gratuitos para el público. tístico este año será la exhibición de esculturas de hule espuma y fotografías de J O H N CHAMBERLAIN . Las piezas de hule espuma, prácticamente desconocidas, datan de 1966 a 1970 y están elaboradas con espuma de poliuretano disponible comercialmente, que Chamberlain cortó, dobló y amarró para formar una especie de escultura instantánea—directa, agraciada e inmediata. Esta obra representa otra faceta de la singular exploración que hace Chamberlain de las formas y los materiales, y así complementan sus esculturas de acero. Habrá aproximadamente treinta piezas en la exhibición, que será la primera investigación panorámica de esta obra desde 1966. Además de las esculturas de espuma, Chinati exhibirá una amplia selección de fotografías de Chamberlain tomadas durante los últimos 20 años. Las imágenes se captan utilizando una cámara móvil y, aunque representan lugares y personas, son abstractas y están llenas de colorido. Chamberlain las llama “autorretratos de mi sistema nervioso”, fragmentos de lo que podría considerarse el monólogo interior cinematográfico del artista. John Chamberlain nació en 1927 en Rochester, Indiana. Vive y trabaja actualmente en Shelter Island, Nueva York. Chamberlain conversará sobre su obra con el crítico y autor Klaus Kertess la tarde del sábado 8 de octubre a las 5:30 PM. O P E N H OU S E 2 0 0 4 DI N N E R I N DO W N T OW N M A R FA . The Chinati Foundation’s Open House will be held on Saturday, October 8 and Sunday, October 9, 2005. The event will be co-hosted by the Judd Foundation. The free weekend of art, music, lectures, and meals will bring nearly 2,000 visitors from all over the world to this part of far West Texas. Highlights of this year’s program will be an exhibition of early foam sculptures and photographs by J O H N C H A M B E R L A I N ; a special installation by T O N Y F E H E R ; and a performance by the acclaimed band Y O L A T E N G O . Throughout the weekend there will be open viewing of Chinati’s collection and the Block, Donald Judd’s Marfa residence, which features a permanent installation of his work dating from 1962-1978. All Open House exhibitions, talks, performances and meals are free to the public. Un aspecto especial del programa ar- 89 MA R I A C H I A G U I L A P E R F O R M AT O P E N H O U S E 2004. are painted in a quick yet deliberate manner with reduced forms and fluid brushstrokes. Gallace has had solo exhibitions of her work at 303 Gallery, New York; the Dallas Museum of Art; Michael Kohn Gallery, Los Angeles; Kerlin Gallery, Dublin; and Interim Art, London. She lives and works in New York City, and is currently teaching a graduate course in painting at Harvard University. mirada contemplativa y en la investigación fotográfica, están pintados de manera rápida pero deliberada, con formas reducidas y pinceladas fluidas. Gallace ha exhibido como expositora única recientemente en la Galería 333 de Nueva York; el Museo de Arte de Dallas; la Galería Michael Kohn, en Los Angeles; la Galería Kerlin en Dublín; y en Londres en Arte Interino. Vive y trabaja en Nueva York y actualmente enseña un curso de posgrado en pintura en Work by Chinati Artist in Residence M A U R E E N G A L L A C E will be on view at the Locker Plant during Open House weekend. Gallace is a painter of small-scale, intimate, and psychologically rich landscapes. The works often depict simple structures such as houses and barns from the east coast, where Gallace was born. Her spare compositions are encoded with memory and feeling. Based on contemplative looking as well as photographic research, the canvases and panels TONY FEHER exhibirá una selección de sus obra recientes, junto con una instalación grande creada especialmente para la Arena de Chinati. Feher hace esculturas delicadas y sutilmente humorísticas, utilizando principalmente objetos encontrados o materiales desechables, tales como botellas, botes, huacales, y recipientes de plástico. Según Roberta Smith, en el New York Times, Feher “ha reencaminado el minimalismo hacia lo poético, logrando un equilibrio entre el pensamiento y el material poco típico de este estilo y que suscita reacciones emocionales en forma muy peculiar”. Ha sido expositor único en el Museo del Centro de Estudios de Curaduría de la Universidad Bard, el Museo Hammer de la Universidad de California en Los Angeles, el Museo de Arte de Berkeley, el Storefront for Art and Architecture de Nueva York, y la Galería D’Amelio Terras, donde exhibe con regularidad. Su obra se ha incluida en exhibiciones grupales, incluyendo State of Play en la Galería Serpentine de Londres y el VIII Bienal Internacional en Istanbul. Feher nació y se crió en Corpus Christi y vive y la Universidad Harvard. La alegre cena anual del sábado por la noche tendrá verificativo el 8 de octubre, nuevamente en el centro de Marfa en la Avenida Highland, junto al histórico Palacio de Justicia del Condado de Presidio. La cena será servida a las 6:30, provista por el restaurante C U E VA D E L E O N , de Fort Davis. Tocará el MARIACHI AGUILA , de Pecos, Texas durante el convivio. Más tarde en la noche del sábado, la famosa banda de rock Y O L A T E N G O dará un concierto gratuito en el Thunderbird Hotel en la Carretera 90, copatrocinado por B A L L R O O M M A R FA , una organización local de arte contemporáneo sin fines de lucro. Yo La Tengo ha conquistado ya un lugar único en la historia del rock. El trío, que consiste de Ira Kaplan (guitarra/voz), Georgia Hubley (batería/voz) y James McNew (bajo), ha explorado una amplia gama de estilos musicales. Los shows en vivo de esta banda han sido siempre electrizantes. Antes de su actuación en mayo pasado en el Teatro Rose del Centro Lincoln, la revista New Yorker dictaminó: “El trío de rock alternativo de Hoboken Yo La Tengo puede generar un ruido tan fuerte como un huracán o tocar tan suavecito como una brisa estival sobre una plácida laguna.” Su álbum más reciente, de Matador Records, se titula Prisoners of Love: A Smattering of Scin- On Saturday afternoon, October trabaja actualmente en Nueva York. Fe- tillating Senescent Songs, 1985-2003. her dará una charla con transparencias T H E EA RL HA RV I N T RI O P ERF ORM AT H OP EN H OUS E 2 0 0 4 . T O N Y F E H E R will exhibit a selection of recent work as well as a large installation created especially for the Chinati Foundation’s Arena. Feher makes wry and delicate sculptures mostly from found or disposable materials such as bottles, jars, crates, and plastic containers. He has, according to Roberta Smith in The New York Times, “redirected minimalism toward the poetic, achieving an equality between thought and material untypical of the style and fueling an emotional undercurrent that is all its own.” Feher has had solo exhibitions of his work at the Center for Curatorial Studies Museum, Bard College; the Hammer Museum, Los Angeles; the Berkeley Art Museum; New York’s Storefront for Art and Architecture, and D’Amelio Terras Gallery, where he shows regularly. His work has been featured in group exhibitions including State of Play at the Serpentine Gallery, London, and the 8th International Istanbul Biennial. Feher was born in Albuquerque and then moved to Corpus Christi. He lives and works in New York City. Feher will give a slide talk about his work at 3:00 PM on Sunday, October 9. The John Chamberlain and Tony Feher exhibitions will remain on view through May of 2006. The festive annual Saturday night dinner will be hosted on October 8, once again on Highland Avenue in downtown Marfa against the setting of the historic Presidio County Courthouse. Dinner, catered by Fort Davis restaurant C U E VA D E L E O N , will be served at 6:30 PM. M A R I A C H I A G U I L A from Pecos, Texas will perform during dinner. Later Saturday evening, after dark, the rock band Y O L A T E N G O will play a free concert at the Thunderbird Hotel on Highway 90. This performance is being co-hosted by B A L L R O O M M A R FA , a local non-profit contemporary arts organization. Yo La Tengo have created a unique place for themselves in rock history. The trio, which consists of Ira Kaplan (guitar/vocal), Georgia Hubley (drums/vocal), and James McNew on bass, has explored a wide range of musical styles. The band’s live shows are historically electrifying. Prior to their appearance last May at Lincoln Center’s Rose Theatre, The New Yorker wrote: “The Hoboken alternative rock trio Yo La Tengo can make noise to rival a Force 10 gale or play as quietly as a summer breeze on a sheltered lagoon.” Their most recent release from Matador Records is titled Prisoners of Love: A Smattering of Scintillating Senescent Songs, 1985-2003. sobre su obra el domingo 9 de octubre a las 3:00 p.m. Las exhibiciones de John Chamberlain y Tony Feher seguirán hasta mayo de 2006. Durante el fin de semana del Open House estará en exhibición en el Locker Plan la obra de nuestra Artista en Residencia M A U R E E N G A L L A C E . Gallace pinta en pequeña escala paisajes íntimos repletos de contenido sicológico. Sus obras con frecuencia representan estructuras sencillas como casas y graneros del este de los Estados Unidos, donde Gallace nació. Sus escuetas composiciones están imbuidas de recuerdos y de una resonancia emocional notable. Sus lienzos y paneles, basados en la 90 La tarde del sábado, 8 de octubre, los MA R I A C H I A G U I L A WI T H J U A N I TA J A C Q U E Z . 8, L A N N A N F O U N D AT I O N Writers in Residence A L L A N G U R G A N U S and B . H . FA I R C H I L D will give readings at the Marfa Book Company at 2:00 PM and 3:00 PM respectively. In 1998 The Lannan Foundation, a Santa Fe-based not-for-profit organization, expanded its literary program to include Marfa residencies. For thirty years, Allan Gurganus has created novels, short stories, and essays that constitute a singularly unified and living body of work. In 1989 he published the novel Oldest Living Confederate Widow Tells All, which won the Kaufman Prize from the American Academy of Arts and Letters. The novel, Gurganus’s first, spent eight months on The New York Times bestseller list, became the main selection of the Book-of-the-Month Club, and has been translated into twelve languages. Gurganus has written a collection of stories and novellas, White People (Los Angeles Book Prize, Pen Faulkner Finalist), and the novel Plays Well with Others. His latest book is The Practical Heart: Four Novellas (Lambda Literary Award). His short fiction has appeared in The New Yorker, The Atlantic Monthly, and The Paris Review. B.H. Fairchild was born in Houston, Texas and grew up there and in Oklahoma and Kansas. He attended the University of Kansas for his B.A. and M.A. and the University of Tulsa for his Ph.D. Fairchild is the recipient of several awards and grants. His poems have appeared in Southern Review, Poetry, TriQuarterly, Hudson Review, Sewanee Review, and other journals and small magazines. Fairchild was selected for the 1999 Kingsley Tufts Poetry Award for his book, The Art Of The Lathe (1997), and also received the 2004 Rebekah Johnson Bobbitt National Prize for Poetry for Early Occult Memory Sys- Escritores en Residencia de la F U N D A CIÓN LANNAN y B . H . FA I R C H I L D , ALLAN GURGANUS , darán lectura a su obra en la Marfa Book Company a las 2:00 y 3:00 p.m., respectivamente. En 1998 la Fundación Lannan, una organización no lucrativa con sede en Santa Fe, amplió su programa literario para incluir residencias en Marfa. Durante treinta años, Allan Gurganus ha escrito novelas, cuentos y ensayos que constituyen un corpus singularmente coherente y dinámico. En 1989 publicó su novela Oldest Living Confederate Widow Tells All, que fue acreedora al Premio Kaufman de la Academia Americana de Artes y Letras. Esta novela, la primera de su autor, estuvo ocho meses en la lista de libros más vendidos del tems of the Lower Midwest, published by W.W. Norton in 2003. His next book of poems, Local Knowledge, will be published by Norton this October. He lives in Claremont, California with his wife and daughter. New York Times, fue seleccionado como el libro recomendado del club de lectores Book-of-the-Month Club, y ha sido traducido a doce idiomas. Gurganus ha escrito una colección de cuentos y novelas cortas intitulada White People ms of the Lower Midwest, publicado por W.W. Norton en 2003. Su próximo poemario, Local Knowledge, será editado por Norton este octubre. Fairchild vive en Claremont, California con su esposa y su hija. (Premio Los Angeles, Finalista del Pen Literario Lambda). Sus obras cortas On Friday night, the Chinati Foundation will host a special benefit dinner open exclusively to Chinati members. The dinner, catered by de ficción han aparecido en The New S H E L LY Yorker, The Atlantic Monthly y The Paris C O M PA N Y of Dallas, will be held at 7:00 PM in the Arena, with a preview of the special exhibitions and cocktail reception starting at 5:30 PM. On Sunday, Chinati will offer breakfast at the museum’s Arena, and later in the day the Judd Foundation will offer lunch at Casa Perez, Donald Judd’s ranch at the base of Pinto Canyon. Faulkner) y la novela Plays Well with Others. Su libro más reciente es The Practical Heart: Four Novellas (Premio Review. B.H. Fairchild nació en Houston, Texas y se crió allí y en Oklahoma y Kansas. Obtuvo su licenciatura y maestría en la Universidad de Kansas y su doctorado en la Universidad de Tulsa. Fairchild ha ganado varios premios y subsidios. Sus poemas se han publicado en Southern Review, Poetr y, TriQuarterly, Hudson HUDSON AND THE FOOD Review, Sewanee Review y otras re- El viernes por la noche, la Fundación Chinati patrocinará una cena especial para miembros de Chinati exclusivamente para beneficiar el museo. La cena, provista por S H E L LY H U D S O N de Dallas, A N D T H E F O O D C O M PA N Y será a las 7:00 en la Arena, con una vista anticipada de las exhibiciones especiales y un coctel a las 5:30. El domingo Chinati ofrecerá un desayuno en la Arena del museo, y más tarde ese mismo día la Fundación Judd dará una comida en la Casa Pérez, el rancho de Donald Judd en el fondo del Cañón Pinto. El fin de semana de Open House está contribuciones 1999 por su libro The Art of the The La- The Open House weekend is sponsored in part by generous contributions from AUSTIN STREET CAFÉ, PABLO the (1997), y en 2004 recibió el Premio ALVARADO, AND Nacional de Poesía Rebekah Johnson CHAMP, EUGENE BINDER , KAY TAYLOR BINDER , Bobbitt por Early Occult Memory Syste- BURNETT , MARTY vistas. Fairchild fue galardonado con el Premio Kingsley Tufts de poesía en TONI AND JEFF BEAU- MARTY CARDEN, TIM AND DA N CI N G T O M ARI A CH I A G UI LA . LYNN CROWLEY, DAVID EGELAND AND ANDREW FRIEDMAN , JEANETTE ELLIOTT, RAND MARY MIKE AND CLARE FARLEY , AND FARLEY, TOM FER- GUSON AND MEREDITH DREISS, FORT NINA LEY, AND HOTEL SHELLEY AND MARION GARDUNO KUBRICHT BARTHELME, AND LEISHA HAI- PA I S A N O , HARRY AND HUDSON, STEVE J.F. ALLEN, AND JAMIE CHARLES RON KELLER M A RY SOMMERS, M A R FA P U B L I C R A D I O , B E T T Y M A C - 91 patrocinado en parte por generosas CAFÉ, de P ABLO JEFF STREET TONI B E A U C H A M P, K AY CARDEN, C R O W L E Y, D AV I D FRIEDMAN JEANETTE E L L I O T T, AND EUGENE TAY L O R ANDREW MIKE AUSTIN A LVA R A D O , CLARE TIM BURNETT AND EGELAND , AND RAND M A RY , LY N N AND FA R L E Y, FA R L E Y , TOM FERGUSON AND MEREDITH DREISS, J . F. F O R T A N D M A R I O N B A R T H E L M E , NINA GARDUNO AND LEISHA HAI L E Y, - H O T E L PA I S A N O , H A R RY A N D SHELLEY HUDSON, AND STEVE ALLEN JAMIE KELLER , C H A R L E S M A RY KUBRICHT AND RON SOMMERS, MAR FA P U B L I C R A D I O , BETTY MA G U I R E , B O B B Y A N D L I N D A M C K N I G H T, B O B B Y A N D L I N D A M C K N I G H T, T H E G A G E H O T E L , T H E M A R FA N A - GAGE HOTEL, TIONAL BANK , THUNDERBIRD HOTEL, BANK U N I O N PA C I F I C R A I L R O A D , V I L L A G E PA C I F I C R A I L R O A D FA R M S O F M A R FA , and J A C Q U E L I N E Support of the special exhibitions has been provided O F M A R FA A N D S A M WA U G H . WA U G H THE T H E M A R FA N AT I O N A L , THUNDERBIRD HOTEL, . - CGUIRE, UNION , V I L L A G E FA R M S y JACQUELINE AND SAM Apoyo para las exhibiciones especiales ha sido proporcionado por by D’AMELIO MICHAEL ANTHONY TERRAS AND MEIER, JEANNE G A L L E R Y, KLEIN, PA C E W I L D E N - S T E I N , E M I LY R A U H P U L I T Z E R , E D WA R D A N D E V E LY N R O S E , Å K E S K E P P N E R , and I R V I N G S T E N N . The Chinati Foundation is deeply grateful for all Open House and exhibition support. D ’ A M E L I O T E R R A S G A L L E RY, AND JEANNE MEIER , RAUH KLEIN MICHAEL , ANTHONY PA C E W I L D E N S T E I N , PULITZER E V E LY N ROSE IRVING STENN , , Å KE E D WA R D E M I LY AND SKEPPNER y . La Fundación Chi- nati agradece profundamente el apoyo brindado. Staff News The Chinati Foundation is pleased to welcome N I C K T E R R Y to the staff in the position of Coordinator for Education and Public Affairs. Terry worked for Chinati part-time for the last two years as a photo archivist. He graduated with a B.A. from Sarah Lawrence College and has a Master’s in Museum Studies from the Fashion Institute of Technology focusing on collections management, restoration, and Central Asian art history. Terry worked previously as the photo archivist and then Media Projects Coordinator for the American Museum of Natural History in New York. He is also a painter who shows in New York. Terry lives in Marfa with his wife Maryam Amiryani, also a painter. Nick Terry has replaced E M I LY L I E B E R T , who was with Chinati for two years and recently returned to New York to pursue an advanced degree in Art History at Columbia University. We will miss her, and wish Emily all the best in her studies. Programa de Internados Desde 1990, el Programa de Internados de la Fundación Chinati ha brin- Since 1990, the Chinati Foundation’s Internship Program has provided hands-on museum experience to more than 150 students and recent graduates from a variety of backgrounds and disciplines. During extended stays at Chinati, interns are engaged directly in all aspects of the museum’s daily activities, working closely with staff, resident artists, visiting scholars, architects, and museum professionals. Intern responsibilities include giving tours of the collection to a diverse range of visitors, office administration, preparing exhibition spaces, buildings and grounds maintenance, archiving and research, and production assistance on museum publications. Typically internships last for three to six months. Chinati also offers internships with a focus on conservation. Intern responsibilities include assisting the conservator on treatments, condition assessments, environmental monitoring, installation of art, report writing, and research. Conservation internships typically last six to twelve months. As Chinati’s permanent staff is small, interns play an essential role in the museum’s operations. Working closely with museum professionals, interns gain invaluable experience for future courses of study and careers in museum and arts administration. vida diaria del museo, trabajando en museos a más de 125 estudiantes y egresados recientes de diversos orígenes y disciplinas. Durante su estancia en Chinati, los internos participan activamente en todos los aspectos de la Staff News La Fundación Chinati se complace en darle la bienvenida a N I C K T E R RY , quien se une a nuestro personal en calidad de Coordinador de Educación y Asuntos Públicos. Durante los dos años anteriores, Terr y había trabajado tiempo parcial en Chinati como archivero de fotografías. Obtuvo su licenciatura en Sarah Lawrence Collage y su Maestría en Museología del Fashion Institute of Technology, especializándose en administración de colecciones, restauración y la historia del arte del Asia Central. Terr y había trabajado como archivero N I C K TE RRY Internship Program dado una experiencia directa con los de fotografías y después como Coordinador de Proyectos de los Medios de Comunicación en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York. Asimismo, es pintor que exhibe sus obras en Nueva York y vive en Marfa con su esposa Mar yam Amiryani, también pintora. Nick ha sustituido recientemente a E M I LY L I E B E R T , quien trabajó en China- ti durante dos años y hace poco regresó a Nueva York para realizar estudios de posgrado en Historia del Arte en la Universidad Columbia. La extrañaremos y le deseamos mucho éxito en su carrera académica. 92 estrecha colaboración con el personal, los artistas en residencia, distinguidos visitantes, arquitectos y profesionales en museología. Las responsabilidades de los internos incluyen actuar como guías en recorridos del museo para una variedad de visitantes, realizar trabajo administrativo, preparar espacios de exhibición, instalar obras, mantener los edificios y predios del museo, archivar y hacer investigación, y ayudar en la producción de las publicaciones del museo. El internado dura en promedio de tres a seis meses. Chinati ofrece también internados con énfasis en la Conservación. Las responsabilidades de estos internos incluyen ayudar al Conservador en cuestiones de tratamientos, evaluación de condición, monitoreo ambiental, instalación de obras, redacción de informes e investigación. Estos internados duran típicamente de 6 a 12 meses. Como el personal permanente de Chinati es reducido, los internos hacen un papel esencial en las operaciones del museo. Colaborando con los profesionales del museo, los internos ganan experiencia importante para su carrera o estudios a futuro en el campo del arte o la administración de museos. Durante los últimos 15 años, los participantes en el Programa de Internado han acudido a Chinati procedentes de todo Estados Unidos, Austria Bélgica, Inglaterra, Alemania, Holanda, Israel, Italia, México, Nueva Zelandia, Portugal, Brasil, Escocia, Suecia y Australia. A modo de recompensa, el Museo les ofrece a los internados un estipendio de $75 semanales y un apartamento amueblado en los predios del museo. Aunque nuestros internados son prin- P E T E R N I L E S , TA K A K O TA NA B E , J O NATH A N K I NK L E Y arquitectura, historia del arte o museo- MI K E B I A NC O cipalmente para estudiantes de arte, logía, animamos a personas de todas las edades y disciplinas a solicitar. Para hacerlo, favor de mandar una declaración de sus intereses, su currículum y los meses cuando quisiera ser interno a: Nick Terr y, Coordinator for Education and Public Affairs, P.O. Box 1135/Marfa, TX 79843, o enviarle un e-mail a nterr [email protected] Para solicitad un Internado de conservación, mande una declaración de in- Conser vator, P.O. Box 1135/ Marfa, TX 79843, o enviarle un e-mail a KELLY O’CONNOR E L E N A A N I E L -Q U I R O G A tereses, currículum y los meses cuando quisiera ser interno a Francesca Esmay, [email protected] F E C H A S L Í M I T E PA R A S O L I C I TA R CADA AÑO: 1 de abril A N N U A L A P P L I C AT I O N D E A D L I N E S : April 1 November 1 K AT E M OOM AW PA L OM A S A N T OS , W I L L M A C KI N N O N de febrero a julio HE RI K BOR JES S ON KE L L I W HI T E, BEN ME I S N E R E M I LY B RI N K 1 de julio para internados que comienzan for internships beginning February–July S E AN LOPA N O para internados que comienzan de agosto a enero for internships beginning August–January SUSANNAH BAILIS FRANZISKA HERZOG diversos puntos del globo, incluyendo ANNA GRITZ Over the last fifteen years, interns have come to Chinati from around the world, including all parts of the United States, as well as Austria, Belgium, England, Germany, Holland, Israel, Italy, Mexico, New Zealand, Portugal, Brazil, Scotland, Sweden, and Australia. As compensation, the museum offers interns a stipend of $75 per week and a furnished apartment on the Chinati grounds. Although Chinati’s internships are geared toward students pursuing degrees in art, architecture, art history, conservation, or museum studies, the museum welcomes applicants of all ages and backgrounds. To apply, please send a statement of interest, resume, and requested months for the internship to Nick Terry, Coordinator for Education and Public Affairs, at P.O. Box 1135/Marfa, TX 79843, or email [email protected] To apply for a conservation internship, please send a statement of interest, resume, and requested months for the internship to Francesca Esmay, Conservator, at P.O. Box 1135/Marfa, TX 79843, or email [email protected] 93 INTERNS 2005 INTERNOS 2005 Elena Aniel-Quiroga Elena Aniel-Quiroga Bilbao, Spain Bilbao, España Mike Bianco Mike Bianco San Francisco, California San Francisco, California Henrik Borjesson Henrik Borjesson Stockholm, Sweden Estocolmo, Suecia Emily Brink Emily Brink Lubbock, Texas Lubbock, Texas Anna Gritz Anna Gritz Cologne, Germany Colonia, Alemania Franziska Herzog Franziska Herzog Cologne, Germany Colonia, Alemania Ardy Keramati Ardy Keramati Allentown, Pennsylvania Allentown, Pennsylvania Sean Lopano Sean Lopano Austin, Texas Austin, Texas Will MacKinnon Will MacKinnon Melbourne, Australia Melbourne, Australia Jonathan Mergele Jonathan Mergele Austin, Texas Austin, Texas Kelly O’Connor Kelly O’Connor San Antonio, Texas San Antonio, Texas Jeanne Parkhurt Jeanne Parkhurt New York, New York Nueva York, Nueva York Jenny Patchovsky Jenny Patchovsky Cologne, Germany Colonia, Alemania Paloma Cavalho Santos Paloma Cavalho Santos Rio de Janiero, Brazil Río de Janiero, Brasil directly from the museum’s permanent collection. The classes are taught by experienced art instructors, who draw on the museum’s collection and facilities to enrich activities in the classroom. Held in Chinati’s Ice Plant, a large industrial building located in the center of Marfa, the art classes meet twice a week for two-hour sessions during a six-to-eight-week period every summer. Regular visits to the collection are conducted in an informal and freewheeling spirit; students are invited to look, ask questions, and consider the variety of methods and materials used in the art works. Following visits to Chinati, students participate in workshops where they experiment with related materials and techniques. While the focus of the art classes is to introduce students to the process of creating and appreciating art at an early age, they also learn teamwork in a challenging and fun atmosphere. The 2005 Summer Art Classes were taught by artist Michael Roch, a Marfa resident, assisted by Ben Meisner, an artist and former Chinati intern from Taos, New Mexico. Roch’s main project for the classes involved the conceptualization and Clases de arte en el verano de 2005 Desde antes de 1990, la Fundación Chinati ha impartido gratuitamente clases Summer Art Classes 2005 de arte en los veranos para estudiantes de las escuelas primarias e intermedias de la localidad. Todos los materiales utilizados en estas clases son proporcionados por Chinati, y los estudiantes visitan regularmente el museo, explorando y aprendiendo directamente por el contacto con colección permanente del museo. Estas clases son enseñadas por instructores con mucha experiencia, los cuales toman como punto de partida la colección y las instalaciones del museo para C H I L D RE N ’ S A RT C L A S S W I T H I N ST RU C TO R M I C H AE L R O C H A N D A S S I S TA N T B E N M E I S N E R . Since the late 1980s, the Chinati Foundation has offered free summer art classes for local elementary and middle school students. Chinati provides the supplies and materials used in the classes, and students are encouraged to visit, explore, and learn 94 enriquecer las actividades docentes. Los grupos se reúnen en la Fábrica de Hielo de Chinati, un edificio industrial de gran tamaño ubicado en el centro de Marfa, dos veces por semana en sesiones de dos horas durante un periodo de seis a ocho semanas cada verano. Las visitas a la colección se realizan de manera informal, pues los estudiantes observan, preguntan y ponderan la gran variedad de métodos y materiales que los artistas emplean al crear sus obras. Después de sus visitas a Chinati, los muchachos participan en talleres donde experimentan con materiales y técnicas similares. El propósito de las clases es informar a los alumnos sobre el proceso de crear y apreciar el arte a temprana edad, pero también aprenden a trabajar en equipo dentro de un ambiente educativo y divertido. En 2005 estas clases fueron enseñadas por el artista Michael Roch, vecino de Marfa, con la ayuda de Ben Meisner, un artista y antiguo interno en Chinati proveniente de Taos, Nuevo México. El proyecto principal de Roch para las clases tenía que ver con la conceptualización y construcción de una maqueta de una ciudad a gran escala. Los estudiantes visitaron la instalación Escuela No. 6, de Ilya Kabakov, y reflexionaron C H I L D R E N’S A RT C L A S S VI S I TS TO NY F E H E R ’S S T U D I O AT T H E L O C K E R P L A N T. tion: how does a town interact with its natural environment? Why does a building look a certain way? What role do public spaces play in the construction of a town? Collectively laying out their imaginary town, the students then set out to build it. Using cardboard, scrap wood, plaster, paint, and other materials, they erected a town from scratch—mapping out streets, raising buildings, finding solutions to the potentially vexing problems of traffic and weather. As they constructed their model town, students were encouraged to imagine the habits, occupations, and pastimes of the people who might inhabit it. Students presented their work to friends, family, and neighbors during an exhibition at the close of the six-week session. This popular event drew a large crowd, with many Marfa residents who were curious to see the new town that had materialized in the Ice Plant. sobre el proceso mediante el cual un espacio imaginario se convierte en uno real. En sus cuadernos, los alumnos comenzaron a apuntar sus ideas y dibujar modelos para una ciudad de su propia creación. Dando rienda suelta a su imaginación, los estudiantes se planteaban las cuestiones fundamentales de forma, función y organización social: ¿Cómo es la interacción entre una ciudad y su medio ambiente natural? ¿Por qué tiene CH I L DREN ’ S ART C L AS S V I SI T S K A BA KO V ’ S S C H OO L N O. 6 . construction of a large-scale model town. Students visited Ilya Kabakov’s School No. 6 and were invited to consider the process by which an imaginary space becomes a real one. In notebooks students began to sketch ideas and models for a town of their own creation. Encouraged to let their imaginations roam, students considered fundamental questions of form, function, and social organiza- The Chinati Foundation’s Education Program is generously supported by D E N N I S D I C K I N S O N , T H E G E O R G E A N D M A R Y H A M M A N F O U N D AT I O N , T H E C O W L E S C H A R I TA B L E T R U S T , and THE TEXAS COMISSION ON THE ARTS. 95 un edificio una apariencia dada? ¿Qué papel hacen los espacios públicos en la construcción de una ciudad? Los alumnos trazaron en forma colectiva el plano de su imaginaria ciudad; luego se dieron a la tarea de construirla. Utilizando cartón, sobras de madera, yeso, pintura y otros materiales, los jóvenes arquitectos construyeron una ciudad desde la nada—conformando las calles, erigiendo edificios, encontrando soluciones a posibles problemas de tránsito y de clima. Mientras producían su ciudad modelo, se les animaba a los alumnos a imaginarse los hábitos, ocupaciones y pasatiempos de la gente que pudiera habitar este lugar. Los estudiantes presentaron su obra a sus amigos, familiares y vecinos durante una exhibición celebrada durante el último fin de semana de la sesión de seis semanas. Este evento popular, con entrada gratuita, atrajo a muchos marfeños deseosos de ver la nueva ciudad que se había materializado en la Fábrica de Hielo. Las clases de arte de verano ofrecidas por Chinati reciben el generoso apoyo de D E N N I S D I C K I N S O N , LA FUNDA FUNDACIÓN COWLES - , LA C I Ó N G E O R G E Y M A RY H A M M A N , y LA COMI - S I Ó N PA R A L A S A R T E S D E T E X A S . I NTE R N PA L O MA S A NTO S S H O WS VI S I TO R S D O NA L D J U D D ’S MI L L -A L U MI N U M WO R K S . Día de la Comunidad Community Day El domingo 10 de abril de 2005 celebró Chinati por segundo año su Día de la Comunidad. En este día los residentes de Marfa tuvieron la oportunidad de disfrutar la colección del museo sin costo, conocer al personal, visitar la librería del museo y asistir a una reunión social en el patio de las oficinas administrativas. Los espacios de exhibición permanecieron abiertos todo el día, y los visitantes pudieron hacer un recorrido de la colección a su propio ritmo. Estaban disponibles para contestar preguntas los miembros del personal e in- President Glenn Garcia, Big Bend Sentinel owners Robert and Rosario Halpern, Thunderbird Hotel Manager Krista Steinhauer, local polo enthusiast Tigie Lancaster, and many others. Complimentary food and drinks generously provided by local businesses were served in the courtyard throughout the day. The second annual Community Day drew more than 150 return visitors from the inaugural event, as well as many first-time visitors from Marfa, Fort Davis, and Alpine. Many visitors took the opportunity to visit the museum’s new John Wesley Gallery for the first time, view the special exhibition of drawings and sculptures by Ken Price, and stroll at their leisure through the Judd, Flavin, and Kabakov installations. This year Chinati was pleased to host visits from local groups such as the M A R FA Y O U T H C E N T E R , an afterschool program for kids; a program for regional business owners; the B I G B E N D L E A D E R S H I P C O U N C I L ; and M A R FA H I G H S C H O O L faculty and students. The museum looks forward to future Community Days and continuing to share the collection with its West Texas friends and supporters. ternos de Chinati, junto con habitantes de Marfa, incluyendo el Vicepresidente del Banco Nacional de Marfa, Glenn García; los propietarios del periódico Big Bend Sentinel, Robert y Rosario Hal- C OM M UN I T Y DAY AT C HI N AT I. P R E S I D I O C O U N T Y J U D G E J E R RY A G A N A N D F R I E N D S . Sunday, April 10, 2005 marked the second annual Community Day at Chinati. Community Day was an opportunity for Marfa residents to enjoy the museum’s collection free of charge, meet members of the Chinati staff, browse in the bookstore, and socialize in the office courtyard. Exhibition spaces were open throughout the day, and visitors were encouraged to walk through the collection at their own pace. On hand to answer questions in the exhibition spaces were Chinati staff members, interns, and Marfa residents, including Marfa National Bank Vice Chinati would like to thank A U S T I N S T R E E T C A F É , B O R U N D A’ S B A R A N D GRILL, THE BROWN RECLUSE, CARMEN’S CAFÉ, DENNIS DICKINSON, J E T T ’ S G R I L L , M A I YA’ S R E S TA U R A N T , M I K E ’ S P L A C E , and T H E P I Z Z A F O U N D AT I O N for their contributions to Community Day. 96 pern; la gerente del Hotel Thunderbird, Krista Steinhauer; la aficionada local del deporte del polo, Tigie Lancaster; y muchas personas más. Se sirvieron alimentos y bebidas durante el día entero, cortesía de negocios locales. Al segundo Día de la Comunidad acudieron más de 150 visitantes que habían asistido al primer evento de este tipo hace un año, junto con muchos visitantes nuevos provenientes de Marfa, Fort Davis, y Alpine. Muchos de ellos aprovecharon la ocasión para visitar la nueva Galería John Wesley por primera vez, apreciar la exhibición especial de dibujos y esculturas de Ken Price, y contemplar a sus anchas las instalaciones de Judd, Flavin y Kabakov. Este año Chinati se complació en patrocinar visitas de grupos locales tales como el C E N T R O J U V E N I L D E M A R FA , un programa para muchachos de todas las edades después de la salida de clases; un programa para dueños de negocios en la región; B I G B E N D L E A D E R SHIP COUNCIL ; y otro para maestros y alumnos de la P R E PA R AT O R I A M A R FA . Anticipamos con emoción los Días de Comunidad por venir y la perspectiva de compartir esta gran colección con nuestros amigos y personas que nos apoyan en el oeste de Texas. Chinati desea agradecer a A U S T I N STREET CAFÉ AND GRILL RANT B O R U N D A’ S BAR , , DENNIS DICKIN - CARMEN’S CAFÉ SON , , THE BROWN RECLUSE , J E T T ’ S G R I L L , M A I YA’ S R E S TA U , MIKE’S PLACE F O U N D AT I O N - , y THE PIZZA por sus contribuciones al Día de la Comunidad. Friends of Chinati Two years ago the Chinati Foundation instituted a new category of donors called the Friends of Chinati. This group represents the museum’s highest level of annual individual giving. Friends of Chinati play a vital role through their patronage of the organization and its programs. Friends make annual contributions of $5,000 and receive special recognition and invitations to events at the museum or elsewhere, as well as artist multiples. The museum also hosts special receptions in honor of Friends of Chinati. In Marfa, board Vice President Tim Crowley and his wife Lynn invited Friends of Chinati to their newly completed home designed by Carlos Jimenez on the outskirts of Marfa for a special brunch during the Open House weekend. Last year, on the occasion of the opening of the Donald Judd retrospective at Tate Modern in London, Sir Nicolas Serota, Chinati board member and director of the Tate, hosted a breakfast and tour of the exhibition especially for Friends of Chinati. In May, a Friends reception was held at the home of board member Andrew Cogan and Lori Finkel. The setting was the original residence of Edward Durrell Stone on New York’s Upper East Side, designed by Stone in 1956. Cogan and Finkel painstakingly restored the house to its origi- B I LL JORDAN AND ANDREW COGAN B I LL AGEE AND KATE SHEPHERD C HRISTOPHE DE MENIL AND JOHN CHAMBERLAIN Amigos nal condition under the supervision of Stone’s son, Hicks Stone. The event was held in honor of the artists in Chinati’s permanent collection, and we were pleased to have John Chamberlain, Ilya and Emilia Kabakov, and Roni Horn attend. de Chinati Hace dos años la Fundación Chinati instituyó una nueva categoría de donantes cho esmero, Cogan y Finkel restauraron la casa a su condición original bajo la supervisión del hijo de Stone, Hicks Stone. El evento se celebró en honor a los artistas de la colección permanente de Chinati, y nos complació que estuvieran presentes John Chamberlain, Ilya y Emilia Kabakov, y Roni Horn. denominada Amigos de Chinati. Este To become a Friend of Chinati, please contact Rob Weiner at 432 729 4362, fax 432 729 4597, or email [email protected]. grupo representa el nivel más alto de donativos anuales para individuos. Los Amigos de Chinati juegan un papel decisivo mediante su patrocinio de la or- Para hacerse Amigo de Chinati, favor de comunicarse con Rob Weiner al teléfono 432 729 4362, fax 432 729 4597, o por e-mail a [email protected]. ganización y sus programas. Los Amigos contribuyen cada año con $5,000 o FRIENDS OF CHINATI más y reciben un reconocimiento especial, invitaciones a eventos en el museo o en otros lugares, y obsequios creados PA B L O A LVA R A D O por un artista. ROBERT BROWNLEE Tenemos recepciones especiales en ho- M E LVA B U C K S B A U M & R AY M O N D L E A R S Y nor a los Amigos de Chinati. En Marfa, CHARLES BUTT el Vicepresidente del Consejo Directivo, J O H N W. & A R L E N E J . D AY T O N Tim Crowley, y su esposa Lynn, invita- FA I R FA X D O R N ron a los Amigos de Chinati a su casa V E R N O N & A M Y FA U L C O N E R recién terminada en las afueras de Mar- PHYLLIS & GEORGE FINLEY fa y diseñada por Carlos Jimenez para DONALD & DORIS FISHER asistir a una comida matutina durante JEFF FORT & MARION BARTHELME FORT el fin de semana del Open House. FRANCK GIRAUD El año pasado, con ocasión de la aper- FA N C H O N & H O WA R D H A L L A M tura de la retrospectiva de Donald Judd TIM & NANCY HANLEY en el Museo Tate Modern de Londres, J U L I A N N A H AW N & P E T E R H O LT Sir Nicolas Serota, miembro del Conse- JAMES HEDGES jo Directivo y Director del Tate ofreció ROBERT & MARGUERITE HOFFMAN un desayuno y un recorrido de la exhi- TOMMY LEE JONES bición especialmente para los Amigos MICHAEL & JEANNE KLEIN de Chinati. WERNER KRAMARSKY En mayo, una recepción para Amigos ANSTISS & RONALD KRUECK del Chinati se celebró en casa del miem- HENRY S. MCNEIL, JR. bro del Consejo Directivo Andrew Co- H O WA R D E . R A C H O F S K Y gan y Lori Finkel. La casa había sido ori- MIKE & CAROL RIDDLE ginalmente de Edward Durrell Stone, en E V E LY N & E D WA R D R O S E la zona noreste de la isla de Manhattan, ÅKE SKEPPNER diseñada por Stone en 1956. Con mu- MICHAEL & NINA ZILKHA ANDREW COGAN AND LORI F I N K E L LEN RIGGIO, MARIANNE STO C K E B R A N D , A N D M I C H A E L G O VA N LYNN AND TIM CROWLEY 97 R O N I H O R N A N D I LYA K A B A K O V B R O O K E A L E X A N D E R , B RY D O N S M I T H , A N D D O U G L A S B A X T E R B. JORDAN, ROBERT BROWNLEE, M. STOCKEBRAND, AND A. COGAN MAI BRAUN AND TONY FEHER M. BRAUN, K. SHEPHERD, JEFF ELROD, MILES MCMANUS, DAVID KUHN S I R N I C H O L A S S E R O TA A N D L O R I F I N K E L work draws on images from a wide range of popular, political, and arthistorical sources, then shuffles and juxtaposes them to create provocative, richly allusive tableaux. In the Los Angeles Times the critic Christopher Knight wrote that Durant’s work is “singularly inventive” and “builds on hybrid themes of aesthetics, class, violence, entertainment and other aspects of American society.” Membresía de una obra exclusivamente para los miembros de Chinati que aportan mil dólares o más. En años anteriores estas ediciones han sido creadas y donadas por J A C K P I E R S O N , K A R I N S A N D E R , JEFF ELROD, CHRISTIAN OPIE CORNELIA M A R C L AY, y TONY FEHER PA R K E R , C AT H E R I N E . La Fundación Chinati desea agradecerles nuevamente a estos artistas su generoso apoyo. Chinati se complace en anunciar que el For the 2005–06 Chinati Edition, Durant is focusing on the U.S./Mexican border and the history of relations between the two countries. The work consists of the American and Mexican flags sewn together back to back. Inscribed on the American side is the title of Donald Judd’s polemic, “Impe- La Fundación Chinati desea expresar su Membership agradecimiento a sus miembros—más de 700 donantes a nivel local, nacional e internacional, quienes ayudan al museo mediante sus cuotas anuales de membresía. Estos fondos representan una parte muy importante de los creará una edición múltiple para nuestros miembros de nivel superior durante 2005-06. Desde principios de los noventas, Durant hace obras con resonancia política y emotiva, diversas en su forma. En lugar de trabajar en un solo género, Durant se dedica al dibujo, el collage, la escultura, las instalaciones tamaño sala, cajas de luz S A M D U R A N T, EL O T R O L A D O . The Chinati Foundation would like to express its appreciation to its members—over seven hundred local, national, and international donors who assist the museum by making annual membership contributions. This patronage accounts for a substantial portion of the revenue that ensures Chinati’s financial stability and continued growth. artista S a m D u r a n t y otros objetos de difícil clasificación. Se inspira en imágenes sacadas de una amplia gama de fuentes populares, políticas y de la historia del arte, mezclando y yuxtaponiendo las mismas para crear tableaux provocativos ricos en alusiones. El crítico Christopher Knight Basic membership for individuals and families starts at $100 ($50 for students and senior citizens). Member benefits include free museum admission throughout the year; discounts on selected publications, posters, and Chinati Editions; the annual museum newsletter; advance notice of Chinati programs; and free or reduced admission to special events and symposia. Please see the membership form on page 103 for a complete benefit listing. escribió en el Los Angeles Times la obra de Durant es “singularmente original” y que “incorpora los temas híbridos de la estética, la clase social, la violencia, S A M D U R A N T, T H E O T H E R S I D E . las diversiones y otros aspectos de la sociedad estadounidense”. Para la Edición Chinati de 2005-06, Durant se enfoca en la frontera México-Estados Unidos y la historia de las relaciones entre los dos países. La obra consiste en las banderas de ambas naciones superpuestas y unidas por costura. Inscrito en el lado estadounidense As an extra incentive for membership giving at higher levels, each year an internationally recognized artist creates a limited edition multiple exclusively for Chinati members who contribute $1000 or more. Past editions in this series were created and donated by J A C K P I E R S O N , K A R I N está el título de la polémica obra de Donald Judd, “Imperialismo, nacionalismo y regionalismo”. Las dos banderas se financiera y el crecimiento continuo de Chinati. La membresía básica para individuos y S A N D E R , J E F F E L R O D , C O R N E L I A PA R K - familias comienza con $100 ($50 para E R , C H R I S T I A N M A R C L AY, C AT H E R I N E estudiantes y personas de edad mayor). O P I E , and T O N Y F E H E R . The Chinati Foundation would like to once again thank these artists for their generous support. rialism, Nationalism, Regionalism.” The two flags are stitched upside down to each other so that the flag may be flown either way. Fabrication is by the Marfa-based embroideryco. com. ingresos que aseguran la estabilidad Sam Durant has had solo exhibitions of his work at the Museum of Contemporary Art, Los Angeles and the Kunstverein für Die Rheinlande Und Westfalen, Dusseldorf. Durant has shown regularly over the last 12 years at Blum and Poe Gallery in Los Angeles. Entre los beneficios que corresponden a nuestros miembros se cuentan: entrada gratuita al museo durante el año entero; descuentos en ciertas publicaciones, posters y Ediciones Chinati; el boletín Chinati is pleased to announce that artist S A M D U R A N T has created a benefit multiple for upper-level members for 2005-06. Durant has been making politically charged, formally diverse, and emotionally resonant work since the early 1990s. Working in no single medium, Durant variously produces drawings, collage, sculpture, room-sized installations, light boxes, and other hard-to-classify objects. His anual del museo; aviso anticipado de nuestros programas; y entrada gratui- encuentran invertidas una con respecto a la otra, así que la bandera resultante puede ser ondeada de ambas maneras. La fabricación estará a cargo de la empresa embroideryco.com, con sede en Marfa. Sam Durant ha sido expositor único en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles y el Kunstverein für Die Rheinlande Und Westfalen en Dusseldorf. Durant ha exhibido sus obras con regularidad durante los últimos 12 años en la Galería Blum and Poe de Los Angeles. ta o descontada a eventos especiales y Chinati would like to thank the many individuals who support the museum’s work in Marfa through their membership. If you are not yet a member, we hope that you will consider joining the museum. . simposios. El formulario de membresía en la página 103 contiene una lista completa de beneficios. Como un incentivo especial a quienes hacen contribuciones a nivel superior, cada año un artista de renombre internacional crea una edición limitada 98 Chinati agradece a las muchas personas que apoyan el museo a través de su membresía. Si usted no se ha afiliado todavía, esperamos que tenga a bien hacerlo. Funding Mina Takahashi Anne Unthank $2000+ Eugene Binder Robert Brownlee Kay Taylor Burnett Marty Carden Paula Cooper Charlotte & Paul Corddry Suzanne & Tom Dungan Jessica Fredericks & Andrew Freiser Michael & Jeanne Klein Charles Mary Kubricht & Ron SommersBetty MacGuire Charles Mallory Anthony Meier Kate & Stuart Nielsen Brenda Potter & Michael Sandler Saul Rosen Phil & Monica Rosenthal Carl E. Ryan & Suzi Davidoff Ake Skeppner Donna & Howard Stone David Teiger Hester van Roijen David Whitney Fundaciamento C O R P O R AT I O N S Anthony Meier Fine Arts Artsource Austin Street Cafe Ballroom Marfa Ben E. Keith Companies Collection Mondstudio D’Amelio Terras Gallery Elliott & Associates Architects embroideryco Exhibitions 2D Franklin Parrasch Gallery Fredericks & Freiser Gallery, Inc. Grant Selwyn Fine Art Hotel Paisano Matthew Marks Gallery PaceWildenstein Paula Cooper Gallery The Marfa National Bank Thunderbird Hotel Union Pacific Railroad Village Farms, L.P. Hans Zwimpfer Basel National Endowment for the Arts Nightingale Code Foundation Prudential Foundation Fayez Sarofim Foundation Louisa Stude Sarofim Foundation Ruth Stanton Family Foundation SBC Foundation Still Water Foundation Susan Vaughan Foundation Inc. Texas Commission on the Arts The William H. Pitt Foundation Andy Warhol Foundation for the Visual Arts Wetsman Foundation Young Presidents Organization INDIVIDUALS $1000+ Steven Allen & Jamie Keller Martha & Bruce Atwater Toni & J.O. Beauchamp John & Frances Bowes Melva Bucksbaum & Raymond Learsy Suzanne F. Cohen Michael DeGiglio Joe & Lanna Duncan David Egeland & Andrew Friedman Mary Farley Richard & Claire Farley Tom Ferguson & Meredith Dreis Nina Garduno & Leisha Haley Peter Goulds James Hedges Susi & Jochen Holy Harry & Shelley Hudson Stephen M. Kramarsky Saul Lewis Bert & Rosina Lee Yue Lies Anstis & Victor Lundy Marfa Public Radio Lisa McAlmon Brown Lorenz Moser Franklin Parrasch Glen A. Rosenbaum Lewis J. Saul Mr. & Mrs. Paul C. Schorr III Joan Sonnabend Michael Ward Stout Mr. & Mrs. Alexander Stuart Annemarie & Gianfranco Verna Paul & Patricia Winkler Bill Wisener Hans Zwimpfer Basel $100000+ Louisa Stude Sarofim $50000+ F O U N D AT I O N S American Friends of Canada Art Institute of Chicago Atlantic Philanthropies Brown Foundation Martin Bucksbaum Family Foundation Patrick and Aimee Butler Family Foundation Chadwick-Loher Foundation David Cogan Foundation Cowles Charitable Trust Dia Art Foundation El Paso Community Foundation Charles Engelhard Foundation Fifth Floor Foundation Maxine and Stuart Frankel Foundation Friends of Contemporary Ceramics General Mills Foundation George & Mary Josephine Hamman Foundation Henry Moore Foundation Houston Endowment Inc. Institute of Museum and Library Sciences J.P. Morgan Chase Foundation Lannan Foundation Meadows Foundation Mid-America Arts Alliance Minnesota Foundation Mori Arts Center Nasher Foundation Tim & Lynn Crowley John W. & Arlene J. Dayton Maconda B. O’Connor Glenn Schaeffer $10000+ Brooke Alexander Douglas Baxter Andrew B. Cogan Maxine & Stuart Frankel Robert & Marguerite Hoffman William Jordan Werner H. Kramarsky Virginia Lebermann Bill McCutcheon Sir Nicholas Serota John Wesley Michael & Nina Zilkha $5000+ Pablo Alvarado Marion Boulton Stroud Julia W.Dayton Janie & Dick DeGuerin Rand & Jeanette Elliott J.F. Fort & Marion Barthelme Fort Anthony Grant Fredericka Hunter Adrian Herbert Koerfer Matthew Marks Samuel & Victoria Newhouse Ken & Happy Price Evelyn & Edward Rose Linda Schlenger $500+ Daphne Beal & Sean Wilsey Dagny Janss Corcoran 99 Susan & Sanford Criner Frances R. Dittmer Carolyn & Bobby Duncan Patricia & Thomas Loeb Gaye & Edward P. McCullough $250 Claire & Douglas Ankenman Adelheid & Thomas Astfalk Fabien Baron Dennis Dickinson Rackstraw Downes David Egeland & Andrew Friedman Michael & Barbara Goot Gamson Frank & Berta Aguilera Gehry Robert Gober & Donald Moffett Liz Lambert Tim & Amy Leach David Leclerc Brian & Florence Mahony Casey McManemin Franz Meyer Louise O’Connor Sachiko Osaki Vivian Pollock Brenda Potter & Michael Sandler Edwin L. Rifkin Irving Stenn Michael Ward Stout Mr. & Mrs. Alexander Stuart Annemarie & Gianfranco Verna Brady Wilcox $100+ Mark P. Addison William C. & Elita T. Agee Diane Barnes & Jon Otis Reuben & Joan Baron William Bernhard William Butler Lisa & Jack Copeland David Deutsch Dennis Dickinson Mack & Cece Fowler Yoko Fukuda William Allen Goode Gerry & Rebecca Grace Bill Hamilton Katharina Hinsberg & Oswald Egger William & Jean Hubbard Michael & Suzanne Johnson Peter Kelly & Mary Lawler Miner B. Long Dierk & Claudia Maass Britton D. Monts William B. Moser Rozae Nichols Jacqueline Northcut Waugh Guiseppe Panza di Biumo Aaron Parazette & Sharon Engelstein Jack Pierson Avery Preesman & Antonietta Peeters DAWN LAUREL AND TOMMY LEE JONES WITH FLACO JIMENEZ (SECOND FROM LEFT) AND FRIENDS AT CHINATI’S ARENA. Membership Membresía 2000+ Maureen Mahony Linda & Abbott Brown Paul & Renee Mansheim Isabel Brown Wilson Anita Meyer & Andrew Brown Melva Bucksbaum & George P. Mills Raymond Learsey Lorenz M. Moser James Corcoran Tim Mott Laura & Walter Elcock Steven H. & Nancy K. Oliver Michael Govan & Katherine Ross Catherine Orentrich Ilya & Emilia Kabakov Linda M. Pace Ian Schrager Lisa Phillips Phil Schrager Jack Pierson Burton B. Staniar Charles & Jessie Price Anita & Burton Reiner Lawrence Robert Rinder Diane Steinmetz Barbara Swift Gen Umezu David B. Walek Mary Ellen White & Jack Morton Diane & Ernie Wolfe Carol Wolkow-Price & Stan Price David & Sheri Wright Young Presidents Organization $50 1000+ Glen A. Rosenbaum Robert & Valerie Arber Ron & Leslie Rosenzweig Thomas Bechtler Michael & Joan Salke Alice Blum Sara Shackleton Eli & Edythe Broad Lea Simonds Patricia Brundage Ann & Chris Stack Susan Brundage Karen D. Stein Kay Taylor Burnett Jerome Stern Cynthia Carlson & Tiemo Mehner William F. Stern Cleve Carney Donna & Howard Stone Kay & Elliot Cattarulla Mr. & Mrs. Alexander Stuart John H. Chimples Steve & Ellen Susman William E. Colburn Hester van Roijen James & Roxine Cook Laurie Vogel Rob Crowley Jeane von Oppenheim Janie & Dick DeGuerin Amanda Weil Michael Dembowski Leigh A. Williams Claire Dewar Nick Winton Larry A. & Laura R. Doll Lynn Wyatt David Egeland & Andrea Zegna Andrew Friedman Hans Zwimpfer Basel Zoe Feigenbaum Susan & Leonard Feinstein 500+ Michael Field & Jeffrey Arnstein Claire & Douglas Ankenman Irene E. Foxhall & Steve Jetton Adelheid & Thomas Astfalk Jennifer Gibbs Jill Bernstein Elvira González Clare Casademont & Elyse & Stanley Grinstein F R AN C ES M C DO RM AN D AN D ROB W EI N ER I N C HI N AT I’ S DA N F L AV IN IN S TA LL AT I O N . John & Christine Abrams Katherine & Dean Alexander Ann Allison Charles & Christine Aubrey Karl H. Becker Peter Blank Ingrid & Theodor Böddeker Jake & Cookie Brisbin Paula & Frank Kell Cahoon Aubrey Carter Anne Ponder Dickson Robert & Andrea Dickson Fred & Char Durham Erika Erich Rae & Robert Field Anna Friebe - Reininghaus Charles Haxthausen & Linda Schwalen Pat Keesey & Christina Hejtmanek Kumiko Kurachi Gerda Maise & Daniel Göttin Michiel Morel Tobey C. Moss Herb & Jerre Paseur Charles D. Peavy Beatrice Reymond Jim Rhotenberry, Jr. Malcolm & BJ Salter Elizabeth Winston & Samuel Rutledge Jones Judy Camp Sauer Janet & Dave Scott Mr. & Mrs. Harry B. Slack Nelson H. Spencer John L. Stewart Ken Terry Tina & John Evers Tripp Anna & Harold Tseklenis Mark T. Wellen Elizabeth Williams Andrew Witkin Erin Wright Carol Simon Dorsky Deborah Harris Rackstraw Downes Sarah Harte & John Gutzler Ruth E. Eisenberg Nicole & Michael Hartnett Rand & Jeanette Elliott Anton & Annick Herbert Arline & Norman Feinberg Katie Hollander Tom & Darlynn Fellman Susi & Jochen Holy Hamilton Fish & Sarah Harper Cecily Horton Mack & Cece Fowler David & Eileen Hovey Franck Giraud Robert Isabell Arne Glimcher Dolores Johnson Robert Gober & Donald Moffett Mr. & Mrs. I.H. Kempner III David Gockley James & Rita Knox Louis Grachos Anne D. Koch Josef Helfenstein Charles Mary Kubricht & Saarin Casper Keck & Ron Sommers 100 Michael Metz Scott Grober Ronnie O’Donnell William & Mary Noel Lamont James Kelly Toby Devan Lewis Peter Kelly & Mary Lawler Deborah Lovely Virginia Lebermann Linda & Harry Macklowe Miner B. Long Marley Lott André Gregory Tom Barnes Mr. & Mrs. William Chiego Bill & Ann Fitzgibbons Chip Love Olive Hershey & A.C. Conrad Fabien Baron Leo Christie Ken Flowers Betty MacGuire Roni Horn Reuben & Joan Baron Elizabeth Lowrey Clapp John J. Flynn Gerda Maise & Daniel Göttin Layton and Claudia Humphrey Frank N. & Susan F. Bash Pamela & Jeffrey Clapp Kathy & Kevin Flynn Matthew Marks Fredericka Hunter Jamie & Elizabeth Baskin Jim & Carolyn Clark Viviana Frank & Frank Rotnofsky Michael McKeogh Audrey M. Irmas Fran Bass Ishan E. Clemenco Janis Freeman & David Meitus & Helmut & Deborah Jahn Bodil J. Beanland Professor Claudio Cobelli David W. Kiehl Toni & J.O. Beauchamp Frances Colpitt & Don Walton Brian Frey Marlene Meyerson Vance Knowles Jane E. Benson Susan Combs Anna Friebe - Reininghaus Mollie Middleton Steven Korff Stephanie Bergeron Perdue & Mrs. Quarrier B. Cook Maura & Steven Fuchs Thomas Mueller & Brigitte Stahl Bettina & Moritz Landgrebe Ralph Copeland Glenn Fuhrman Kate & Stuart Nielsen Elizabeth Leach Carey Berkus Elsian Cozens Yoko Fukuda Jon Otis & Diane Barnes David Leclerc Sue & Joe Berland Jenny & Allen Craig Mrs. James Fullerton, III Caren H. Prothro Mr. & Mrs. Richard Levitt Walter & Rosalind Bernheimer Douglas S. Cramer Barbara & Michael Gamson Claire & Gordon Prussian Mr. & Mrs. David Lummis Ben & Marianna Berryhill Robert & Jane Crockett Cornelia & Ed Gates Ellen B. Randall Sherry & Joel Mallin Sharon K. Berryman Brian Cross Suzanne M. Garrigues Stuart & Robin Ray Webster Granger Marquez Barbara Bestor Molly E. Cumming Jamey Garza Drew & Edna Robins Lynn McCary & Evan Hughes Dagmar & Christopher Binsted Rex Cumming Tim Gemmill David & Ellen Ross Gretchen & Steven McCord Judith Birdsong David & Susan Curtis Dick & Victoria Gentry Lisa & John Runyon J. Brant McGregor, M.D. Bonnie Bishop Pud Cusack & Kristen Cliburn James & Kathy Gentry Horst Schmitter Sarah Miller & Andrew Meigs Barbara Blake Mr. & Mrs. Louis B. Cushman Luke Gilcrease David R. Stevenson Tobias Meyer & Mark Fletcher Mona Blocker Garcia James David Leslie Gill Emily Leland Todd Laurence Miller Joyce Bolinger Hugh Davies Sarah Glasscock Gen Umezu Megan Mills Kate Bonansinga & David Taylor Franklin W. Deese Robert & Pam Goergen Ray Veselka Don R. Mullins, Jr. Michael Booth Martha & Rupert Deese Ann Goldstein & Daniel Weinberg & Fecia Mulry Janara Bornstein Rupert & Helen Deese Elizabeth Topper Foster Nelson Lisa Bowie Frank Del Deo Jim & Nan Gomez-Heitzberg Harriet & Laurence Weiss Lauri Nelson Kathleen Boyd & Lawrence Fossi Dirk Denison Laurel Gonsalves Mr. and Mrs. Wetsman Sachiko Osaki Kathy Bracewell Paul & Sandra Dennehy John Good Brady Wilcox John M. Parker Grace Brady David Deutsch Louis F. Good Charles B. & Barbara S. Wright Ken & Happy Price Udo Brandhorst Robert & Andrea Dickson William Allen Goode Alan Ritter Brave/Architecture Karl Dietz & Katharina Ehrhardt Victoria Goodman 250+ James Ross Jake & Cookie Brisbin Robert Dimpsey David & Maggi Gordon Robin Abrams & Simon Atkinson Malcolm & BJ. Salter John and Joyce Briscoe Louis Dobay Gayle Gordon Mark P. Addison John P. Shaw Michelle K. Brock Lee Donaldson Edith Gould Nicholas Backlund Kate Shepherd & Miles McManus Mary Ann & David Brow Julia Dooley Gerry & Rebecca Grace Polly W. Beal Mr. & Mrs. Harry B. Slack Anne Brown John M. Douglass Deborah Green Ronald D. Bentley Brydon Smith Larissa V. Brown Mr. & Mrs. R. Stephen Doyle Tyler Green Deborah Berke Kathleen Sova Linda Brown Jens Drolshammer Ginger Griffice Peter Blank George Stark Holly Brubach Monique Dubois William Griffin Ross Bleckner Lonn & Dedie Taylor Jennifer Brugelmann Laurie & Joel Dunlap Jay Grimm & Emily-Jane Kizwan John Broaddus Nancy B. Tieken Gerd Bulthaup Dea Ecker & Robert Piotrowski Harry Gugger Edward G. & Jean S. Brown Edward R. Tufte Sarah Burke Thomas Edens Mark Gunderson William Butler Lea von Kaenel & Robert P.Wood Jennifer Burkhalter Gregor Eichele & Mr. & Mrs. Peter E. Haas Aubrey Carter Keith Wagner W.T. Burns Maude L. Carter Catherine Walsh John & Yasuko Bush Elena Eidelberg Roland Hagenberg Isa Catto Jim Warren Mr. & Mrs. Preston Butcher Harold Eisenman Earl & Janet Hale Robert Colaciello Ken & Shere Whitley David Cabrera & Alexander Gray Trine Ellitsgaard Kenneth J. Hale Ry & Susan Cooder David & Sheri Wright Marilyn Cadenbach Susan Emmons Christopher & Sherrie Hall Mr. & Mrs. Robert Cadwallader Mike & Dalia Engler Florence Halpern 100+ Paula & Frank Kell Cahoon Esta Epstein Bill Hamilton John & Christine Abrams Johnny & Gloria Calderon Christopher & Georgia Erck Robert Hamric Renato Danese William C. & Elita T. Agee Peter C. Caldwell & Erika Erich Tom Harriman & Jan King Brenda & Sorrel Danilowitz Katherine & Dean Alexander Steven Evans Darwin Harrison Jan & Kaayk Dibbets Missy & Rich Allen Kathleen & Manuel Campagnolo Patricia Falk Eric Harter Dennis Dickinson Marjorie Allthorpe-Guyton Mollie R. & William T. Cannady Sima Familant Vincent Hauser Vincent Doogan Peter Anger Kenneth Capps Woody & Kate Farris Charles Haxthausen & Fairfax Dorn Carolyn M. Appleton Carole Carden Tony Feher Fred & Char Durham Diane Armitage Marty Carden Kaywin Feldman Rick Hayes John G. Fairey Richard Armstrong Chris Carson Patricia & Keene Ferguson Walter Hebeisen Tom Ferguson, M.D. & Charles & Christine Aubrey Mary Kay & Bob Casey Tom Ferguson & Meredith Dreiss Birgitta Heid & Robert Mantel Roland Augustine Jennifer Chaiken & Claus Feucht Riitta & Mikko Heikkinen Jonathan Fineberg Mary Heilmann Angela Westwater Susan & Sanford Criner Katherine Dalsimer & Peter R. Pouncey Meredith Dreiss Rick Perdue Christina Thaller Lora J. Wildenthal Margaret Hamilton Geoff Winningham Christopher Williams Katy Hackerman Linda Schwalen Frederick Fisher Jim F. Avant Urs Peter, Carol & Patricia Axelrod Carla Charlton & Thilo Weissflog Ann Finkelstein Deborah Hermer Liz Axford & Patrick Johnson J. Scott Chase Jan A. Fischer Dorene & Frank Herzog Charles & Michele Baldonado & Diane Cheatham Robert & Ann Fisher Christopher Hill Dr. Cynthia Cheatham-Cone Jim Fissel & Jim Martinez Brooke Hodge Olivier Mosset & Elizabeth Cherry Bernard Fitzgerald Ben Holland Lucas Flueckiger Frank & Berta Aguilera Gehry Timothy Gemmill Elisabeth Gitelle Michele Allaway Jane & Jim Baldwin 101 Constance Holt James Lifshutz Todd Alan Moulder & C.L. Wright Alfred Robinson IV Mr. & Mrs. Alan L. Stein Barbara Holzherr Victoria & Marshal Lightman John & Heidi Britt Mullican Margarete Roeder Heidi Steinberg Katy Homans & Patterson Sims James Linville Luchita Mullican Timothy Romano Mark & Sara Steisel Cass Hook Richard Long Carol & Steven Nash Andrew Rosen Irving Stenn, Jr. David & Cari Hooper Linda Lorenzetti Lat Naylor Mark & Laura Rosenthal John L. Stewart Dr. Bruce Horton & Aaron Leiber Amanda Love Kathy Ray Newton Autry Ross Rick Stewart Hotel San Jose Sarah & Bill Loving Rozae Nichols Pierre Rougier Gail & Harold Straus Joy & Jim Howell Jennifer Luce Giles Nicholson Jane Rushton Christian Strenger William & Jean Hubbard Dr. Ulrich Luhmann Robert Nicolais James & Frances K. Sage Michael Sturm Brigitte & Sigismund Huck Lawrence Luhring Susanna Niederer Toshifumi Sakihara Rachel Sussman Martha Hughes Anstis & Victor Lundy Horst & Rebecca Niehues Paass Myriam & Jacques Salomon Barbara Swift David Hundly Jack & Nancy Lynch Jacqueline Northcut Waugh Elizabeth Winston & Ursula Tax Hilre Hunt Dierk & Claudia Maass Karim Nouneldin Martha & Jordan Hunter Laura Mackall Theresa Noyes & Tim Josserand Judy Camp Sauer Bette P. & Ralph Thomas Phillis Ideal Matt Magee Thomas M. O’Connor Anja Schaefer John Charles Thomas Akihiko Inoue Ed & Joann Magruder Don O’Toole & Elizabeth Carney Ingrid Schaffner John F. Thrash Joseph Itz Michael Maguire & Reiko Oda Edmund W. Schenecker II Zane Ann Tigett Kikuo Ohkouchi Mark Schlesinger & Dr. J. Tillapaugh Elizabeth Browning Jackson Quality Quinn Samuel Rutledge Jones Elizabeth Smith Ken Terry Thunderbird Hotel Lila Jacob Julie Main Andrew Ong Kathleen Craig Jacobs Patricia Maloney & Duncan & Elizabeth Osborne Andreas Schmid Teresa Todd & Marc Wetzel Kevin L. Padilla Wagner & Annalee Schorr Marlys Tokerud Aaron Parazette & Chara Schreyer Cynthia Toles Susan Schwarzwald & Pamela Townsend Louise Davis Jamail Smitty Weygant Eric & Liane Janovsky Donald & Dian Malouf Jacqueline Jaramillo Robert Manley William Jeffett Patricia Mares & Dale Jenkins & Steve Sofge Luke P. Zimmerman Sharon Engelstein Harry Parker III Werner Bargsten E. Marc Treib John E. Parkerson Janet & Dave Scott Tina & John Evers Tripp John & Alice Jennings Marfa Public Radio Beth Parsons Emily Seale Patricia Troncoso & William Pugh Holly Johnson & Jim Martin Billy, Crawford, Charles, John & Catherine Pawson Beverly Serrell Anna & Harold Tseklenis Chuck Pennington Karen Sexton Max Underwood Jeff & Jody Sterrett Johnson Catching & Brooks Marginot Michael & Suzanne Johnson Adair Margo Carol & Pete Peterson Gloria Sextro Hidde van Seggelen Paul Johnson Lawrence Markey Nelson Petrovich Mary Shaffer Karien Vandekerkhove Stephen L. Johnson Ingrida Dalia Martinkus John & Amy Phelan Susan Shafton Dianne Vanderlip Buck Johnston & Christine Mattsson Max Pine Holden & Amy Shannon Carlisle Vandervoort Marti Mayo Carina Plath Marie Shannon & Julian Dashper Leo & Yvonne Force Villareal Sharon Johnston & Mark Lee Hondey & George McAlmon Deborah Points Sandra Sharma John W. Vinson & Martha Vogel Glory Jones Lisa McAlmon Brown Vivian Pollock Douglas R. Sharps & Nicole von Kaenel Conway Jordan & David Chickey Anne McCollum Lois Ann Porter Susan M. Griffin Nicola von Velsen Mike & Fawzia Kane Gretchen & Steve McCord Ted Porter Nancy Shaver Karen & Richard Vrankar Maiya Keck & Joey Benton William & Janet McDonald Brenda Potter & Michael Sandler Kate Sheerin Hank Waddell Pat Keesey & Christina Hejtmanek Patrick McElwee Heidi Poulin Adam Sheffer Shari Waldie Joan Kelleher Patrick K. McGee Steven Powell & James & Renée Shelton David B. Walek Karen Kelley & Merritt Clements Elaine McKeon David Sherman Jeanne & Ned Walker Ardalan Keramati Kate McKenna Carrie Shoemake Neil Walker Justinian Kfoury John McLaren Susan Shoemaker & Pamela Walker Karl Kilian Casey McManemin Carol & Dan Price Ben & Margaret Kitchen Miles McManus Kathryn Price Mr. & Mrs. John E. Shore Charles & Valera Walters Len Klekner Elizabeth McMillian Victoria Price Chad Shuford Delise Ward & Craig Lidji Dr. Ellen D. Klutznick Dan McNamara Andy Raeber Jane Sibley Liz Ward & Rob Ziebell Daniel & Magie Knott Donald McNeil & Emily Galusha Chuck Ramirez Hak Sik Son James Way Barbara Krakow Marsha & Jim Meehan Tom Rapp Amy Sillman Suzanne Weaver Kenneth Kuchin Monica & Bram Meehan David Raskin & Jodi Cressman Marcel Sitcoske & Michael Oddo Judy C. Webb Kumiko Kurachi Daniel & Dagmar Meister Ivana Ratermann Ann & Richard C. Slack II Adam & Lorraine Weinberg Lyman Labry Nancy-Jo Merritt Wendy Raymont Jeff Smicek & Diana Strassman Lawrence and Alice Weiner Robin & Steve Ladik Laura Merritt & John Kloninger Rob Reasoner Frederick M. Smith Obbie Weiner Jeffrey & Florence Laird Detlef Mertins Erwin Redl Jerrie Smith Mathew and Ann Weir Liz Lambert Joseph & Mary Merz Christy Reed Tumbleweed Smith Shiela & Wally Weisman Bettina & Moritz Landgrebe Marianne Meyer David Reed & Lillian Ball Joanne Smith & Dwain Erwin Mark T. Wellen John R. Lane & Inge’Lise Eckmann Victoria Meyers & Rich Reichley Pat & Bud Smothers Georgia Welles Frances & George Reid Dash Snow Clint Wells Campbell Bosworth Judith Larue Thomas Hanrahan Courtney Schmoker Avery Preesman & Antonietta Peeters Richard Tobias Jim & Mary Lee Wallace Bill Lassiter Alicia & Bill Miller Beatrice Reymond Heather Snow Jennifer Wells Roy & Dorothy Lavine Gary Miller Jim Rhotenberry, Jr. Robert Solomon Marion Wesson & Tim & Amy Leach Marilyn Miller & Bob Huntley Judith Richards Joan Sonnabend Raymond J. Learsy Angela Moench Rolf Ricke Peter Soriano Michael Westheimer Katharina Leuenberger & Donald Moffett Jill Ridder Susan Sosnick Alexandra Wettlaufer & Michiel Morel Samantha Rippner Polly Lanning Sparrow & Richard C. Levi & Betty Hiller Bryan Morgan Judi Roaman Jane Levine David Morice Rick Liberto William B. Moser Bert Lies & Rosina Lee Yue Tobey C. Moss Peter Vetter Marijan Malezanovski Art Carpenter Bat Sparrow Barry Whistler Grant & Sheri Roane Nelson H. Spencer Jeffrey White John Roberson Jan Staller Mary Ellen White & Jack Morton Clay & Margaret Robinson Mark Stankevich Summer Whitley 102 John Whitman & Catherine Langley Kate Robinson Edwards & 50+ Lee Edwards Laura Albertinetti Judith Kendall Steve Rose Marti Knobloch Hilda & Steve Rosenfeld David & Joan Wicks Carolyn Aldridge Garry Emery Ann B. Knox Beverly Russell Ree & Jason Willaford Ann Allison George Ernston Joachim Kretzer Terri Sadler-Goad Darlene & John Williams Katie and Gordon Angerman Rina Faletti & Jim & Anne Kruse Teel & Mary Sale Donna Williams Marlene & Robert Baumgarten Tigie Lancaster Lawrence & Elizabeth Williams Ciel Bergman Cecelia Feld Peter Lindner Mr. & Mrs. Walter C. Wilson Dianne Berman Rae & Robert Field Ike & Valda Livingston Robert Schmitt Mr. & Mrs. William Wilson III Walt Bistline Susan & Fred Finkelstein Austin Lowrey Cyndy Severson Rodger & Patricia Winn Diana Block Charles & Susan Fitts Christopher Maier Isobel & Paul Shanley Mike & Penny Winton Ingrid & Theodor Boeddeker James L. Flynn Peggy Marsh & Margaret Ames Jeanne Simonoff Bill Wisdom J. Herbert & Phoebe Brownell Rebecca & J.K. Frenkel Michele Martin David K. Smith Andrew Witkin Chris Burmeister Joseph Galvez John R. Martz G. Phillip Smith Alice & James Wittenberg T.A.J. Burnett Melinda Gándara June Mattingly Marlene Spector Diane & Ernie Wolfe Elizabeth & Joshua Burns Lew & Gloria Garling Marion Andrus McCollam Douglas Steinbauer Carol Wolkow-Price & Stan Price Stephen F. Calhoun James Gerson Beth and David Meltzer Melinda Stelzer Carla Work Heather Carson Audrey Gould Gail Merel & Chris Dack Richard J. Stepcick Richard Wortham III Gretchen Lee Coles Bert & Jane L. Gray Lewis Merklin Jr., M.D. Frank L. Stieber John Wotowicz Charles & J. Conaster Sydney K. Hamburger Ellen Miller Lois Stulberg Bill and Alice Wright Frances Ayers Cooper Mary Hamilton John Miller James M. Syler Frankie Wright Andra J. Cory Mr. & Mrs. William P. Harrington Dale Minter Barbara Teeter Genie Wright Shirley Courtney Jane Haskell Ann Maddox Moore Robert & Annabelle Tiemann Jurek Wybraniec Ellen Cross Lance Hayden Jenny Moore Alta Tingle Charles Wylie Duncan Crowell James & Roxanna Hayne Steven & Joiwind Landy Mullaney Will Tynan Mayor Will & Mary Crowley Conrad Hengesbach Lauren O’Neal Edmond van Hoorick Margaret Curlet Dale Henry Herb & Jerre Paseur Peter Walker Emi Winter & Steffen Böddeker Marie Christophe de Menil Barbara Hill Charles D. Peavy Hans Werner Kulapat Yantrsast Katherine Delventhal & Rhona L. Hoffman Dean Perry Lisa Pope Westerman Ben Holland Jeff Prince Otto K. Wetzel Anne Elizabeth Wynn Todd Young David Leh Sheng Huang John Paul Froehlich Lynn Schermerhorn-Friedman Sandy Zane Amy Dempsey Dolores Hopewood Ely Raman Irene F. Whittome Verena Zbinden Therese Dion Jim & Perry Jamieson Margaret Blakewell Rather Joseph R. Williams Dieter & Barbara Zimmermann William Drake Michael Jasper Maria E. Reinshagen William S. Wilson Stephen Dubov Jim Jordan Linda Rivera Raymond Wolf Dan Edge Michael T. Keller Joyce E. Robinson Judy Youens $100 Chinati t-shirt, newsletter, invitations to events, and discounts on publications, posters, and Chinati editions. Students and Senior Citizens, $50. $250 Chinati publication or poster, plus a t-shirt, newsletter, invitations to events, and discounts on publications, posters, and Chinati editions. Membership NAME Membresía (Please print) ADDRESS CITY, STATE, ZIP, COUNTRY PHONE NUMBER $500 A monograph signed by the artist, plus a newsletter, invitations to events, and discounts on publications, posters, and Chinati editions. $1,000 A multiple created every year in a limited edition by an internationally recognized artist, plus a newsletter, invitations to events, and discounts on publications, posters, and Chinati editions. $2,500 All benefits as listed above. FAX NUMBER EMAIL MY CHECK FOR $ BILL MY $ IS ENCLOSED MEMBERSHIP TO VISA, M/C AMEX ACCOUNT NUMBER EXP. DATE (MM/YY) SIGNATURE FOR CREDIT CARDS Return this form with payment to The Chinati Foundation, P.O. Box 1135, Marfa, Texas 79843, U.S.A. Foreign memberships please use credit cards. U.S. memberships are tax deductible to the extent permissible by law. 103 Acknowledgements Reconicimentos Museum Hours Horas hábiles y and Tour Policy recorridos del museo The Chinati Foundation is accessible by G U I D E D T O U R O N LY . Tours are given every W E D N E S D AY T H R O U G H S U N D AY in two sections: Charles Attal Baeza Feed Joey Benton Steffen Böddeker Sterry Butcher and Michael Roch Casey Carter Vicente Celis, Ballroom Marfa Lynn and Tim Crowley Rob Crowley Martha Deese, Metropolitan Museum of Art Dennis Dickinson Louis Dobay, Marfa Book Co. Fairfax Dorn, Ballroom Marfa Jessica Fredericks and Andrew Freiser, Fredericks & Freiser Gallery Glenn and Leticia Garcia Marco Garcia David Gilbert Ian Glennie Michael Govan, Dia Art Foundation Ginger Griffice Robert and Rosario Halpern, La Fundación Chinati puede visitarse MEDIANTE RECORRIDO CON GUÍA ÚNICAMENTE . Los recorridos se ofre- cen de miércoles a domingo en dos secciones. T O U R S O F S E C T I O N 1 B E G I N AT 1 0 and include permanent installations by John Chamberlain, Donald Judd, Ilya Kabakov, Richard Long, and David Rabinowitch. Temporary exhibitions currently on view will be included in the morning tour. AM LOS RECORRIDOS DE LA SECCIÓN e 1 COMIENZAN A LAS 10:00 A.M. incluyen instalaciones permanentes de Big Bend Sentinel John Chamberlain, Donald Judd, Ilya Jeff Jamieson Dolores Johnson Buck Johnston Rainer Judd, Judd Foundation Pat Keesey & Tina Hejtmanek James Kelly, Matthew Marks Gallery Cindy Kleine Vance Knowles, Ballroom Marfa Jeffrey Kopie Tigie Lancaster Virginia Lebermann, Ballroom Marfa Emily Liebert Sean Lopano Luis Madrid Marfa Public Library Ben Meisner Miwa Okumura, Matador Records Christine Olejniczak, Ballroom Marfa Franklin Parrasch Gallery Ken and Happy Price Romy Price Craig Rember, Judd Foundation Frank Riley, High Road Touring Hester van Roijen Ellen Salpeter, Judd Foundation Randy Sanchez, Judd Foundation Linda Schlenger Wannes Smeets Kathy Sova SPIC Peter Stanley Krista Steinhauer Surber Ade Anna Swinbourne Kate and Steffen Wanstrom Angela Wilson Susan Wright Yo La Tengo Kabakov, Richard Long y David Rabinowitch. Las obras que están actualmente en exhibición temporal se inclui- T O U R S O F S E C T I O N 2 B E G I N AT 2 P M rán en el recorrido de la mañana. and include permanent installations by Carl Andre, Ingólfur Arnarsson, Dan Flavin, Roni Horn, Claes Oldenburg and Coosje van Bruggen, and John Wesley. C O M I E N Z A N A L A S 2 : 0 0 P. M . LOS RECORRIDOS DE LA SECCIÓN 2 e inclu- yen instalaciones permanentes de Carl Andre, Ingólfur Arnarsson, Dan Flavin, Roni Horn, Claes Oldenburg y Coosje The museum is closed on Monday and Tuesday. van Bruggen, y John Wesley. Los lunes y martes el museo está cerrado. is $10 for adults, $5 for students and seniors, and free for Chinati members. ADMISSION LA ENTRADA para adultos vale $10, para estudiantes y personas mayores, $5; gratis para miembros de Chinati. To schedule tours for large groups (6 or more), please call the museum office at 432 729 4362, or email [email protected] at least two weeks in advance. Para programar recorridos para grupos grandes (6 ó más), llame a las oficinas del museo al teléfono 432 729 4362, o envíe un correo electrónico a [email protected] con un mínimo de Tours of Donald Judd’s residence, La Mansana de Chinati, “the Block,” are offered through the J U D D F O U N D AT I O N . Guided tours are given every Wednesday through Sunday. Please call 432 729 4406 for more information. 1 Cavalry Row Marfa, Texas 79843 Tel. 432 729 4362 Fax 432 729 4597 Email [email protected] Website www.chinati.org dos semanas de anticipación. ofrece recorri- LA FUNDACIÓN JUDD dos guiados de La Mansana, la residencia de Donald Judd, de miércoles a domingo. Favor de llamar al 432 729 4406 para mayores informes. 1 Cavalry Row Marfa, Texas 79843 Tel. 432 729 4362 Fax 432 729 4597 Email [email protected] Website www.chinati.org 104 Photo Credits Créditos de fotografías pp. 1-21: courtesy John Wesley and Fredericks & Freiser Gallery, NY p. 8: © 2005 C. Herscovici, Brussels/Artists Rights Society (ARS), New York pp. 23-37, 48 bottom: courtesy Ken Price studio p. 44, bottom: Jeff Jamieson pp. 55, 57 top, 67: courtesy the Estate of Fairfield Porter and Hirschl & Adler Modern, NY p. 56: Paul Katz p. 58: Rudy Burckhardt p. 59 top: © 2005 John Chamberlain/Artists Rights Society (ARS), New York p. 59 bottom: courtesy PaceWildenstein p. 60: © 2005 Artists Rights Society (ARS), New York/ ADAGP, Paris p. 62: © 2005 Artists Rights Society (ARS), New York/ ADAGP, Paris/Succession Marcel Duchamp p. 63: © 2005 Artists Rights Society (ARS), New York/VG Bild-Kunst, Bonn p. 66 bottom: © 2005 Artists Rights Society (ARS), New York/ADAGP, Paris p. 68: Florian Holzherr p. 77: courtesy Eugene Lee Unless otherwise noted, all images are from the Chinati Foundation archive. Art and Text by Donald Judd © Donald Judd Foundation/ Licensed by VAGA, NY, NY.