La sociedad limitada de Jagger y Richards

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LATERCERA Sábado 30 de enero de 2016
Sociedad
Espectáculos
Los Tres
telonearán a
los ingleses en
su show en el
Nacional
RRAmbos músicos son la dupla de compositores más longeva del rock. FOTO: ARCHIVO
Fueron amigos, se hicieron millonarios, compartieron el éxito y
las mujeres. Ahora son solo compañeros de trabajo. Una relación
que luce más cerca del negocio que del corazón. Por Marcelo Contreras
La sociedad limitada
de Jagger y Richards
V
ECINOS en la infancia, se reencontraron en un
bus en el fin de la
adolescencia en la
primavera de 1961
y se hicieron inseparables, la clase de amigos que
empieza a mimetizarse: se vestían
igual, los gestos, la manera de hablar. Mick Jagger y Keith Richards
se admiraban. A Jagger, más retraído e inseguro, le atraía la postura resuelta y dura de su compañero,
mientras a Richards le gustaban la
inteligencia y la ambición del hombre que definiría los parámetros del
cantante estrella de una banda de
rock, tal como se verá este miércoles 3 en el Estadio Nacional.
Vivieron juntos, se engancharon
con Brian Jones en la ambición de
formar un grupo, lo siguieron y lo
destronaron de su inicial liderazgo
en un silencioso golpe de estado,
fraguado con la ayuda del mánager
Andrew Loog Oldham. Fue él quien
se dio cuenta que el talento creativo radicaba en ambos, y los apartó
del conjunto para que desarrollaran
el trabajo como compositores. La intimidad llegó al punto de compartir mujeres. Hasta hoy la ex novia
del cantante, Marianne Faithfull,
dice que el mejor sexo lo tuvo con
Keith Richards.
Pero entre fines de los 60 y el
arranque de los 70, cuando The Rolling Stones patentó antes que ninguno el sistema de giras planetarias
y el trabajo requería de un líder, el
que estaba sobrio era Jagger. El poder, hasta entonces compartido, se
fracturó en favor suyo. Mick Jagger
decidía si quería ir de gira y ejercía
vetos. El saxofonista Bobby Keys,
amigo de parranda de Richards, el
intérprete de ese remate incendia-
rio de Brown sugar, estuvo marginado más de un lustro por sus excesos. También el guitarrista Ron
Wood ha estado con amarilla cuando rebrota su afición por el vodka.
Richards ha dicho que hace décadas no pasa por el camerino de su
colega. Ya en 1987 un Jagger que intentaba desesperadamente montar
una carrera solista -una misión fallida hasta ahora-, describía con
cierta distancia al guitarrista con
alcances eufemísticos sobre sus
adicciones. “Lo respeto y siento mucho cariño por él. Me siento protector. El tiene cierta vulnerabilidad.
Hemos tenido un montón de diversión y muchos dolores de cabeza
juntos”. En declaraciones más recientes, Jagger enfatiza la condición laboral que les une. “Es una
muy buena relación de trabajo.
Keith parece estar muy centrado y
parece estar disfrutando de tocar”.
Contigo en la distancia
Richards ha descrito a Jagger como
un tipo frío, pendiente de ser “el número uno”. Para el aludido, se trata de prejuicios. “Creo que es un
tipo de cliché, realmente. Keith puede ser tan frío y desapasionado
como casi cualquiera que conozca.
No lo digo como una crítica, porque
tienes que serlo algunas veces”. Para
el guitarrista la relación semeja a
“dos hermanos muy volátiles”.
Pero Jagger matiza, toma distancia. “La gente siempre dice cosas
como esa. Pero tengo un hermano
(Chris Jagger). Mi relación con él no
se parece en lo absoluto a cómo es
mi relación con Keith, que es alguien con quien trabajo. Con un
hermano tienes padres y familias en
común. No tenemos eso Keith y yo”.
Para el cantante, la larga sociedad
les hace compartir un historial, “un
montón de recuerdos y cosas que
puedes relacionar con tu pasado.
Tienes puntos de referencia que
puedes evocar. Tienes relaciones
con cada uno en la banda, y relaciones con gente en la periferia de la
banda, es un grupo amplio. Pero
no es una familia”.
Richards enfoca el lazo a través de
la música, asumiendo que hay una
distancia con su viejo compinche.
“Sabemos que somos muy buenos y
tenemos un extraño deseo de hacerlo mejor. Con cualquier banda que
ha existido, aunque sea por pocos
años, no a todo el mundo le gusta
todo el mundo todo el rato. Pero
quizás tienes la necesidad de que la
conversación continúe, y la música es el único camino en que puedes hacerlo”.
En sus memorias, Vida (2010), el
guitarrista deja en claro que el quiebre afectivo con Jagger partió en
los 80, cuando se hacía evidente el
deseo de control total. “Los miembros del grupo nos habíamos convertido en sus empleados”, comenta, para luego describir en detalle los
aspectos de la personalidad de su
antiguo amigo que comenzaron a
irritarle, y cómo su interés por estar a la moda plastificaban sus maneras como artista.
A la vez Richards, que se ha dado
la maña de comentar las proporciones de las partes íntimas del vocalista, asegura que siguen coincidiendo. “Nos conocemos y sabemos lo que queremos hacer. Pero
mi principal medio de comunicación es a través de la música. Llámalo un arreglo de caballeros o algo
así. Es tácito, pero me doy cuenta
que una vez que empezamos a trabajar, muchas de las barreras o
como quieras llamarlo, tienden a
desaparecer”. b
REl grupo de Álvaro Henríquez, que en 1995
debía abrir el debut de los Stones en el país,
montará una previa de 45 minutos en Ñuñoa.
A. Del Real
A 21 años del hasta ahora
único concierto de los Rolling Stones en Chile, realizado en febrero de 1995 en el
Estadio Nacional, todo lo referente al regreso de los británicos al país parece incluir
cierto aire de revancha, de
segunda oportunidad. Así lo
ha entendido buena parte
del público que asistirá este
miércoles al mismo recinto
de Ñuñoa, tanto aquellos
que no pudieron hacerse
presentes en el debut como
también quienes fueron testigos de un recital cuya asistencia no estuvo a la altura
de la leyenda del grupo.
Coincidencia o no, el número de apertura que tendrá
la velada del miércoles también carga con el cartel de
deuda pendiente. Según
confirma la productora DG
Medios, encargados del regreso a la capital de Mick
Jagger y compañía, los teloneros que tendrán los ingleses en el Nacional serán nada
menos que Los Tres, el grupo que originalmente oficiaría de banda soporte en su
primer recital en Chile.
Luego que los propios organizadores del evento le
enviaran diversas propues-
tas locales de potenciales teloneros, los británicos se inclinaron por el conjunto que
lidera Alvaro Henríquez, a
quienes ya habían escogido
para su show de 1995. Pero
el grupo penquista, que por
esos días preparaba el lanzamiento del consagratorio La
espada y la pared, declinó la
oferta días antes del recital al
enterarse que los ingleses no
pagaban la cuota correspondiente a los artistas de soporte, por lo que finalmente
quienes abrieron los fuegos
de la jornada -además de los
argentinos Ratones Paranoicos- fueron Los Barracos, el
grupo que Pablo Ugarte de
Upa! formó junto a Colombina Parra a mediados de
aquella década.
Por estos días, Los Tres se
encuentran en medio de una
extensa gira veraniega por
diversas localidades del país,
la que interrumpirán para su
presentación de este miércoles en Ñuñoa. Los músicos, que en octubre abrieron
el show de los británicos Blur
en el Movistar Arena, tienen
preparado un set de aproximadamente 45 minutos de
duración, que incluiría sus
clásicos y los temas de su más
reciente lanzamiento, Por
acanga (2015).b
RRTitae Lindl y Álvaro Henríquez en una actuación
reciente de Los Tres. FOTO: ARCHIVO / AGENCIAUNO
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