LAS VIAS ROMANAS 1 ¿Cómo se construían las calzadas romanas? Roma construyó una amplia red de carreteras que manera la a ayudaron en romanización gran de los territorios conquistados. Las calzadas romanas se construían del siguiente modo: -En primer lugar, se excavaba el terreno por el que iba a construirse la vía y se rellenaba el fondo con piedras de tamaño medio, statumen - A continuación se echaba arena o grava, rudus - Encima, se colocaba una capa de piedras desmenuzadas, nucleus - Finalmente, se recubría todo con una serie de placas de piedra que constituían el pavimento de la calzada, sumus crustae Esta construcción era tan sólida que tramos de calzadas se han conservado hasta la actualidad. La anchura de las calzadas variaba, según su importancia, entre los 2,50 y los 7 metros. A un lado y a otro, la calzada estaba delimitada por una hilera de piedras. Usualmente, un ligero abombamiento impedía que el agua se acumulara en el centro y hacía que se deslizara hacia los lados. Cada mil pasos (1 paso = aproximadamente 1,5 metros) se levantaba un miliario o piedra miliaria, que señalaba la distancia que había desde el comienzo de la vía hasta el punto en que se alzaba. Los miliarios eran de forma cilíndrica y solían tener grabado un texto informativo. miliario “paso de peatones” en una vía de Pompeya 2 La extensión y la finalidad de las vías romanas La primera y más conocida de las grandes calzadas romanas fue la Vía Appia, la gran vía del sur. Su construcción se inició hacia el año 312 a.C. Esta vía conectaba Roma con Brindisi pasando por Capua y Tarento, y pronto se convirtió en el modelo de referencia para las vías romanas que empezaron a construirse en los territorios conquistados. Hay que mencionar, además, la Vía Aurelia, la gran vía de la costa, y la Vía Flaminia, que unía Roma con el norte de Italia. Desde esa zona una complicada red de calzadas se extendió por áreas cada vez mayores bajo el dominio de Roma, enlazando las principales ciudades, permitiendo el rápido desplazamiento de las tropas y facilitando el comercio. Otra de las ventajas de las calzadas fue, sin duda, la expansión de la cultura romana por amplias zonas. En la península Ibérica grandes vías cruzaban las principales provincias y ciudades. Las más importantes fueron la Vía Augusta y la Vía de la Plata: - La Vía Augusta o Heraclea entraba por el norte (La Junquera), seguía por la costa hacia el sur y terminaba en Gades (Cádiz) - La Vía de la Plata, en el oeste de la Península, unía las ciudades de Emérita Augusta (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga)