Ser monaguillo un regalo de Dios El ser monaguillo es el regalo de Dios que te dice: ¡ven! Sirve al altar, entiende la esencia de la vida, ama a tu familia. Ser monaguillo es amar y vivir lo que el señor nos dio, es adorar la eucarística, símbolo del amor de Cristo hacia la humanidad. Ser monaguillo hace feliz, porque podemos hacer lo que nos gusta, logramos ser libres y autónomos en el ejercicio diario de esta bella labor en la que hay espiritualidad y vida mezcladas armónicamente, haciendo de ésta una gran vivencia. El monaguillo debe buscar perdurar, porque se es monaguillo por el resto de la vida. La primera meta deberá ser siempre “continuar ejerciendo el ministerio hasta el final del bachillerato”, salir del colegio llevando en el alma y en el corazón la etapa del servicio al altar como una experiencia vivida hasta el ultimo día de clase; salir del colegio graduado y con el alma convencida de que se fue monaguilo de principio a fin, a pesar de la adolescencia, de los cambios en el pensamiento, a pesar del llamado a gritos a pertenecer a la masa. Quiero ser monaguillo para amar mi labor, aprender a amar a Dios valorar hasta tal punto mi vida, que mi primera conclusión deba ser: “Amar a Dios, mi religión católica, salir adelante, destacarme”. Cuando me convenzo de que sirvo a Dios no puedo desconocer su constante presencia en mi vida. Saber que Él ésta conmigo en mi camino, me debe animar siempre a agradar al señor. Por esto, haré el propósito de componer una frase que repetiré mentalmente cada vez que pueda, sin descuidar mis oficios, una con la que ore mientras la repito y la viva en mi corazón, como por ejemplo: “Jesús, quiero agradarte”, “Dios mío, oriéntame”, “Dios mío, soy arcilla, moldéame para ti”. Cuando soy monaguillo, soy buen estudiante, responsable, amo aprender, aprovecho el colegio y agradezco a todos los que me instruyen. Cuando soy monaguillo amo a mis padres, procuro respetarlos y obedecerlos hasta el máximo, incuso cuando no me guste lo que me pidan; soy buen amigo y buen compañero, porque soy un buscador de Dios y de mi felicidad en Él desde aquí en la vida terrena, y por ese debo hacer todo bien y con cariño. Agradece siempre a Dios por la feliz oportunidad que te da de vestir un alba, ceñir un cíngulo y poner una esclavina en tus hombros; porque es el punto de partida para mi estilo de vida, ser monaguillo de Jesús Eucaristía, un modelo de servicio que se debe construir a diario, una manera de ser, y no solo sea monaguillo en las Eucaristías sino fuera de ellas, por ello debes comportarte como tal: tu regla única, será agradar a Dios. Actividad Realizada la lectura con tus padres elabora un escrito donde narres la experiencia vivida en el grupo de los monaguillos, responde las siguientes preguntas: 1) ¿Como ingresaste al grupo de los monaguillos? 2) ¿Que te animo a ingresar al grupo? 3) ¿Quién o quienes te animaron a ingresar al grupo? 4) ¿Quiénes te ayudaron? 5) ¿Quién fue la primera persona en saberlo? 6) ¿Qué te dijeron? 7) ¿Qué es lo mejor que te ha pasado en el grupo? Para finalizar escribe una oración a el señor Jesús dándole gracias por permitirte estar prestando el servicio al altar, no tengas miedo en expresarle lo que sientes solo abre tu corazón y háblale a quien en la vida te lo ha dado todo. DIOS TE BENDIGA…