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DERMATOLOGIA Y ARTE. EDICION 223.
DERMATOLOGIA Y PROSA.
DERMATOLOGIA Y ARTÍCULO PERIODISTICO.
LOS LIBROS OLVIDADOS.
Francisco M. Montoya Travieso.
Retirado en la paz de estos desiertos
Con pocos, pero doctos libros juntos
Vivo en conversación con los difuntos
Y escucho con los ojos de los muertos.
QUEVEDO
Los libros son amigos verticales, saben comprender los olvidos y las
inconsecuencias y siguen esperando, pacientemente el nuevo encuentro que
la relectura hace posible……no se van. Siguen de pie, esperando con
paciencia de papel impreso, la oportunidad de seguir diciéndote sus
verdades… o sus mentiras.
Te paras frente a los estantes de tu biblioteca y los miras, recordando
decirte cuando por primera vez abriste el dialogo fecundo. Saltan en tu
memoria pasajes casi olvidados que abrieron senderos de luz en tu
horizonte intelectual y los acaricias, y a través del tacto y de la vista los
oyes de nuevo, buscando pensamientos y reflexiones complementarias.
A veces, te ves de frente con uno de ellos, lo tomas en tus manos, lo
hojeas, explorando caminos de conversación no recorridos y te encuentras
de pronto con sorpresas imprevistas, cosas dichas hace un buen tiempo,
que te hacen pensar que no han perdido vigencia…que están allí, repitiendo
verdades infinitas que en un primer recorrido, en una imaginaria
conversación del pasado, dejaste de ver.
Tal cosa me pasó en nuevo encuentro con García Bacca (*), ese viajero
universal que supo reinventar su historia, sembrándola en nuestra
Universidad Central de Venezuela en su condición de maestro
transhumante.
Comienza señalando el filósofo hispano la condición de animal racional del
ser humano, y ni lo racional ni lo animal lo eximen de cometer errores. La
solución a esta dificultad de la especie, según algunos, sería “encarrilar el
pensamiento por dogmas y con dogmas y al hombre con listado absoluto,
según Hobbes”. Hobbes, aclaramos, fue el teórico por excelencia del
absolutismo político. Concluye uno que lo dogmático es una insana del
espíritu, es una locura que se contrapone a lo racional, eso de “tener” las
ideas fijas, cual disco rayado: lo mismo, de lo mismo, sobre lo mismo, para
lo mismo, de lo mismo, sobre lo mismo, para lo mismo, con lo mismo. Cada
loco con su tema, y mejor, el loco lo es por tener una sola idea , cual tema
obsesión, incubo, pesadilla de despiertos. Y puntualiza: “el dogmático no es
tonto por lo que piensa, dice, predica o proclama; es tonto por loco; por
obseso; y posee las fuerzas extraordinarioas de los locos, la obstinación de
los asnos y la tozudez estúpida de los carneros”.
Y García Bacca contrapone a lo dogmático –disco rayado- la libertad de
pensamiento y de expresión que se cultiva en la universidad de nuestros
tiempos: “la Universidad actual es asilo de racionales cuerdos, y su función
consiste en preservar la salud mental del hombre, amenzada por el
dogmatismo, ideas fijas. Enregimentamiento religioso, científico, técnico,
filosófico, político, artístico”.
La universidad libre y autónoma es la antítesis del pensamiento único, es la
casa de donde huyen las sombras, es el soporte del libre ejercicio del
pensamiento y la manera más expedita y efectiva para enfrentar el poder
abusivo de los dogmas. “La Universidad actual para serlo y no revertir a la
medieval, defiende, cual lo hace la UCV, la libertad de cátedra, de opinión,
de expresión…en todo, política, nacionalismo, religión…no primariamente
por razones teóricas o jurídicas, sino por motivos de salud mental de la
humanidad”
Pienso, no sé por qué –o lo sé acaso?- que todo esto encaja en nuestra
realidad del momento…..¿Quié piensa usted?.
(*) Ensayos y Estudios (II). Fundación para la cultura urbana. Caracas
2004.
Francisco Montoya Travieso. Profesor Jubilado de la
Universidad de Carabobo.
Colaboración de la Dra. Raquel M Ramos M.
DERMATOLOGIA y GENERO EPISTOLAR.
Al 24 de Marzo de 1980: Homenaje a Arnulfo Romero.
Raquel M Ramos M.
Al leer el artículo que generosamente Francisco me entrega para publicar en
piel-l, recordé “mis escritos olvidados”, y quiero hoy honrar con uno de ello
al primer hecho político que me conmovió como ser humano: el asesinato
del para entonces Obispo de El Salvador.
“Lloro impotente.
Estamos de muerte y resurrección. Romero te han matado porque tomaste
en serio a Dios, tomando en serio a los hombres. El amor no se revela
enteramente en las palabras ni en los signos sacramentales y menos el
amor de Dios. Necesita mostrarse en gestos humanos, en hechos, en obras,
y a veces más aún, en la muerte más que en el seguir viviendo.
En tu repertorio santo está el que te llamaran “subversivo, izquierdista,
agitador profesional, mentor del desorden, líder de guerrillas, representante
de la mala iglesia, marxista, enemigo del pueblo, del progreso del país,
desviado, loco”. De todo te han llamado Romero. Por escrito y de palabra.
En tonos más educados o más groseros, según las voces que toma el
poder: dueños de haciendas, gerentes, capataces, pistoleros, abogados,
policías, soldados, capitanes o ministros.
Yo no sé Romero escribirte. Dejo abierto el corazón. Una bala. Sólo una y
leo que caíste así, con tu Jesús en el altar, de frente hacia atrás, con los
brazos en cruz.
Todo el dolor del mundo que ahora siento en mí extrañamente, reverbera
en los ojos de este animal doliente que va huyendo de la crecida de las
aguas nuevas.
Te revelaste contra los campos de esclavitud, patrocinados por el silencio,
por la ausencia, por el consorcio ¡cebada prostituta del progreso que matas
lo mejor de los jóvenes!. Futuro esplendoroso asentado en los huesos de los
peones muertos de ron de caña y de esperar, desangrados de hambre y de
mentira. Romero ¡grita! Lloremos de vergüenza nosotros los cobardes. Ante
tu muerte, oro.....
OSCAR ARNULFO ROMERO
(Óscar Arnulfo Romero y Galdames; Ciudad
Barrios, 1915 - San Salvador, 1980) Arzobispo
salvadoreño. Formado en Roma, inició su carrera
eclesiástica como párroco de gran actividad
pastoral,
aunque
opuesto
a
las
nuevas
disposiciones del Concilio Vaticano II. En 1970 fue
nombrado obispo auxiliar de El Salvador, y en
1974 obispo de Santiago de María.
En esta sede comenzó a aproximarse a la difícil situación política de su país,
donde desde hacía décadas gobernaba el Ejército. Se implicó de lleno en la
cuestión una vez nombrado arzobispo de El Salvador en 1977. Sus
reiteradas denuncias de la violencia militar y revolucionaria, que llegaba
hasta el asesinato de sacerdotes, le dieron un importante prestigio
internacional. Ello no impidió que, al día siguiente de pronunciar una homilía
en que pedía a los soldados no matar, fuese asesinado a tiros en el altar de
su catedral.
Era hijo de Santos Romero y Guadalupe Galdámez, ambos mestizos; su
padre fue de profesión telegrafista. Estudió primero con claretianos, y luego
ingresó muy joven en el Seminario Menor de San Miguel, capital del
departamento homónimo. De allí pasó en 1937 al Colegio Pío Latino
Americano de Roma, donde se formó con jesuitas. En Roma, aunque no
llegó a licenciarse en Teología, se ordenó sacerdote (1942).
El año siguiente, una vez vuelto a El Salvador, fue nombrado párroco del
pequeño lugar de Anamorós (departamento de La Unión), y luego párroco
de la iglesia de Santo Domingo y encargado de la iglesia de San Francisco
(diócesis de San Miguel). Trabajador y tradicionalista, solía dedicarse a
atender a pobres y niños huérfanos. En 1967 fue nombrado Secretario de la
Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES), estableciendo su despacho
en el Seminario de San José de la Montaña que, dirigido por jesuitas, era
sede de la CEDES. Tres años después el papa Pablo VI lo ordenó obispo
auxiliar de El Salvador.
Crítico por entonces de las nuevas vías abiertas por el Concilio Vaticano II
(1962-1965), no tuvo buenas relaciones con el arzobispo Chávez y
González, ni tampoco con un segundo obispo auxiliar, Arturo Rivera y
Damas. Movido por aquella postura, cambió la línea del semanario
Orientación (que desde entonces disminuyó notablemente su difusión).
También atacó, sin demasiado efecto, al Externado de San José y a la
Universidad Centroamericana (UCA), instituciones educativas dirigidas por
jesuitas y, finalmente, a los propios jesuitas, contribuyendo a apartarlos en
1972 de la formación de seminaristas (sustituidos por sacerdotes
diocesanos y nombrado él mismo Rector, el Seminario debió cerrar medio
año después).
A pesar de esta serie de fracasos, gozaba del apoyo del Nuncio Apostólico
de Roma, y fue nombrado obispo de Santiago de María en 1974. De gran
dedicación pastoral, promovió asociaciones y movimientos espirituales,
predicaba todos los domingos en la catedral, y visitaba a los campesinos
más pobres. Bien visto por ello entre los sacerdotes de su diócesis, se le
reprochó cierta falta de organización y de individualismo. En 1975, el
asesinato de varios campesinos (que regresaban de un acto religioso) por la
Guardia Nacional le hizo atender por primera vez a la grave situación
política del país.
Así, cuando el 8 de febrero de 1977 fue designado arzobispo de El Salvador,
las sucesivas expulsiones y muertes de sacerdotes y laicos (especialmente
la del sacerdote Rutilio Grande) lo convencieron de la inicuidad del gobierno
militar del coronel Arturo Armando Molina. Monseñor Romero pidió al
Presidente una investigación, excomulgó a los culpables, celebró una misa
única el 20 de marzo (asistieron cien mil personas) y decidió no acudir a
ninguna reunión con el Gobierno hasta que no se aclarase el asesinato (así
lo hizo en la toma de posesión del presidente Carlos Humberto Romero del
2 de julio). Asimismo, promovió la creación de un "Comité Permanente para
velar por la situación de los derechos humanos".
Colaboración de la Dra. Raquel M Ramos M.
DERMATOLOGIA Y MUSICA.
El Padre Antonio y su Monaguillo Andrés. Rubén Blades.
El Padre Antonio Tejeira vino de España,
buscando nuevas promesas en esta tierra.
Llegó a la selva sin la esperanza de ser obispo,
y entre el calor y en entre los mosquitos habló de Cristo.
El padre no funcionaba en el Vaticano,
entre papeles y sueños de aire acondicionado;
y fue a un pueblito en medio de la nada a dar su sermón,
cada semana pa' los que busquen la salvación.
El niño Andrés Eloy Pérez tiene diez años.
Estudia en la elementaria "Simón Bolivar".
Todavía no sabe decir el Credo correctamente;
le gusta el río, jugar al fútbol y estar ausente.
Le han dado el puesto en la iglesia de monaguillo
a ver si la conexión compone al chiquillo;
y su familia está muy orgullosa, porque a su vez se cree
que con Dios conectando a uno, conecta a diez.
Suenan la campanas un, dos, tres,
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Suenan la campanas otra vez
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
El padre condena la violencia.
Sabe por experiencia que no es la solución.
Les habla de amor y de justicia,
de Dios va la noticia vibrando en su sermón:
suenan las campanas: un, dos, tres
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Suenan la campanas otra vez
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Al padre lo halló la guerra un domingo de misa,
dando la comunión en mangas de camisa.
En medio del padre nuestro entró el matador
y sin confesar su culpa le disparó.
Antonio cayo, ostia en mano y sin saber por qué
Andrés se murió a su lado sin conocer a Pelé;
y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez
estaba el Cristo de palo pegado a la pared.
Y nunca se supo el criminal quien fue
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Pero suenan las campanas otra ves,
por el Padre Antonio y su monaguillo Andrés
Suenan las campanas
tierra va a temblar
suenan las campanas
por América
suenan las campanas
oh; virgen señora
quien nos salva ahora
suenan las campanas
de Antonio y Andrés
suenan las campanas
ven y óyela otra ves
suena la campana
centroamericana
suena la campana
por mi tierra hermana
mira y tu veras
suena la campana
el mundo va a cambiar
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Colaboración de la Dra. Raquel M Ramos M.
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