Los Enemigos Religiosos de Jesús

Los Enemigos
Religiosos de Jesús
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Los Enemigos
Religiosos de Jesús
Introducción
Cuando el Cristo viviente estuvo
en la Tierra hecho carne, se vio
asediado por varios grupos
religiosos que lo adversaban
debido a sus enseñanzas, porque
él vino a darle la verdadera
interpretación a la ley, como
estaba dicho en la profecía, Él
magnificaría
la
ley
y
la
espiritualizaría.
Aunque con algunos convergía en
ciertos puntos de doctrina, aun así
formaban
coaliciones
para
pretender ridiculizar la figura del
Maestro Jesús; Entre las sectas
existentes de aquellos tiempos se
encontraban
los
Fariseos,
Saduceos, Herodianos, Zelotes,
Esenios y otros.
¿Quiénes eran los
fariseos y los saduceos?
L
os fariseos (perushim, de
parash que significa "separar")
eran una comunidad judía que
existió hasta el segundo siglo de la
presente era. El grupo atribuía su
inicio al período de la cautividad
babilónica (587 a. C. - 536 a. C.).
Algunos sitúan su origen durante la
dominación Persa o los consideraban
sucesores de los hasidim (devotos).
Se definieron como partido político
durante la revuelta de los macabeos
contra los invasores sirios (167 –
165 a. C.). Fueron contemporáneos
de los Saduceos, Esenios y Zelotes.
Se trata de organizaciones muy
antiguas
que
formaban
las
comunidades religiosas y políticas de
Israel en los tiempos de Jesús. El
mismo Jesucristo reconoció la
autoridad de los fariseos cuando dijo
estas palabras: “Entonces Jesús dijo a
la gente y a sus discípulos: en la
cátedra de Moisés se sentaron los
escribas y los fariseos. Así, lo que os
digan que guardéis, guardadlo y
hacedlo; pero no hagáis conforme a
sus obras, porque dicen y no hacen.”
Mateo 23:1 – 3 Jesucristo
consideraba como buenos exégetas
sobre los escritos de Moisés a los
fariseos, pero el grave problema que
tenían era que enseñando bien las
cosas, sus hechos mostraban lo
contrario.
Un punto doctrinal poderoso, el
cual coincidían con Jesús, era la
resurrección de los muertos, tal
parece que era la única secta que
interpretaba bien este tópico de la
resurrección, tema que Jesús vino
a enseñar y a demostrar.
Cuenta el Santo Escrito que en una
asamblea, estando unidos fariseos y
saduceos para condenar a Pablo, se
dividieron por este punto doctrinal:
“Entonces Pablo sabiendo que unos
eran saduceos y otros fariseos clamó
2
en el concilio: hermanos, yo soy
fariseo, hijo de fariseos. Por la
esperanza de la resurrección de los
muertos soy juzgado. Al decir esto, se
produjo una disensión entre los
fariseos y los saduceos, y la asamblea
quedó dividida. Porque los saduceos
dicen que no hay resurrección, ni
ángel, ni espíritu; pero los fariseos
afirman estas cosas” Hechos 23: 6 –
8.
Los saduceos (o zadokitas y otras
variantes) - que pudieron haberse
originado como un partido político
– fue fundado en el Siglo II a. C. y
cesó de existir en algún momento
después del siglo I d. C. Se dice de
sus rivales, los fariseos, que se
originaron en el mismo periodo,
pero que sobrevivieron como las
posteriores formas de Judaísmo
Rabínico.
Pablo siendo fariseo de fariseos creía
en la resurrección de los muertos, y
esto le abonó para que llegara a
creer en la resurrección de Jesús,
como él mismo lo escribe: “Aunque
yo tengo también de que confiar en la
carne. Si alguno piensa que tiene de
que confiar en la carne, yo más.
Circuncidado al octavo día, del linaje
de Israel, de la tribu de Benjamín,
hebreo de hebreos, en cuanto a la ley
fariseo.” Filipenses 3: 4 – 5 Con
estos datos podemos entender, que
los acérrimos enemigos de Jesús no
fueron la secta de los fariseos,
porque ya dijimos que estos creían
en la resurrección, el cual es el
punto central del Evangelio de Jesús,
sino Los Saduceos, los cuales no
creían en la resurrección de los
muertos, ni en espíritu ni ángeles;
eran completamente materialistas.
Los Saduceos habían bebido las
doctrinas de los griegos, babilonios y
de todos los filósofos de aquella
época.
Su
nombre
en
hebreo
fue
Tsedduqim, nombre que eligieron
para indicar que eran seguidores de
las enseñanzas del Sumo Sacerdote
Zadoki, que ungió a Salomón rey
durante la era del Primer Templo.
Aunque pocos o ninguno de sus
propios escritos se han preservado
hasta hoy, parece que fueron un
grupo de sacerdotes, asociados con
el liderazgo del Templo de Jerusalén.
Algunos dicen que no eran
verdaderos descendientes del Sumo
Sacerdote Zadoki, sino más bien los
seguidores de otro Zadok que se
rebeló contra su Maestro Rabínico.
¿Qué dice la historia sobre
los Saduceos?
La mayor parte de lo que
conocemos sobre los saduceos es
por Flavio Josefo, quien escribió que
eran un grupo belicoso cuyos
seguidores eran ricos y poderosos, y
que les consideraba groseros en sus
interacciones sociales. Sabemos algo
de ellos por discusiones en el
Talmud, el corazón del Judaísmo
rabínico, que está basada en
enseñanzas del Judaísmo farisaico.
3
La Hipocresía de los
Fariseos
Ya dijimos que Jesucristo les
reconoció su autoridad al decir que
se sentaban en la cátedra de Moisés.
¿Qué es Cátedra? Una de las
definiciones sería: Término que en la
educación superior se refiere a la
instancia en que el maestro dicta los
contenidos fundamentales de la
enseñanza a sus discípulos. Y esa era
la función de los fariseos, por ello se
les conocían como “Los Maestros de
la Ley”.
Durante los tres años y medio del
magisterio de Jesús, estos tres grupos
ya mencionados (Fariseos, Saduceos
y
Herodianos),
mantuvieron
tremendas rivalidades públicas para
luchar por desvirtuar las enseñanzas
del Maestro de Capernaún, miremos
algunas de ellas: “Entonces, los
fariseos se fueron y trazaron planes
para sorprender a Jesús en alguna
palabra. Le enviaron sus discípulos
junto con los herodianos, a decirle:
Maestro, sabemos que eres íntegro,
que realmente no te cuidas de nadie,
porque no miras la apariencia de los
hombres. Dinos, pues: ¿Qué te
parece? ¿Es correcto dar el tributo al
Cesar, o no? Pero Jesús entendió su
malicia, y les dijo ¿Por qué me tentáis,
hipócritas? Mostradme la moneda del
tributo y ellos le presentaron un
denario. Entonces les preguntó ¿De
quien es esa imagen, y la inscripción?
Dijeron: del César. Entonces Jesús
respondió: dad al Cesar lo que es del
Cesar, y a Dios lo que es de Dios. Al
oír esto, quedaron maravillados; y lo
dejaron y se fueron” Mateo 22:15 –
22
En esta lectura podemos ver, como
los fariseos se asociaron con los
herodianos para hacer caer a Jesús.
¿Quiénes eran los herodianos? Estos
formaban un grupo partidario de la
dinastía reinante impuesta por la
autoridad romana. Eran seguidores de
Herodes el Grande y de sus sucesores,
constituyendo una fuerza política en
Israel y a la vez se convirtieron en
enemigos de Cristo, procurando su
muerte.
Astuta e hipócritamente se
unieron los fariseos con ellos
para hacerle la comprometedora
pregunta si había que rendirle
tributo al César, obviamente que
los fariseos no estaban de
acuerdo en tributar a las águilas
de Roma.
Ellos abominaban la intervención
romana, en cambio los herodianos
eran los activistas de Herodes para
mantenerlo en el poder. Lo que los
fariseos querían oír de los labios de
Jesús, era que no había que rendirle
tributo al César, si el Maestro
hubiera dicho así, los herodianos lo
acusarían de sedicioso, de atentar
contra la seguridad del Estado, y
consecuentemente le esperaba la
cruz; y si el Maestro decía que había
que rendirle tributo al César
entonces ¿Dónde quedaba el valor
de la predicación de Jesús acerca del
Reino de Dios? Fue una encrucijada
4
realmente. Pero la sabiduría hecha
carne contestó:
¡Dale al Cesar lo que es del
Cesar y a Dios lo que es de
Dios!
Se quedaron sorprendidos,
vislumbrados, anonadados, ¡les
cayó la boca!
¿Qué es darle al Cesar lo que es
del César y a Dios lo que es de
Dios?
Pues pagarle los impuestos al Estado,
respetar sus leyes, siempre y cuando
no comprometan estas a quebrantar
las leyes de Dios, Jesús mismo pagó
los impuestos: “Cuando llegaron a
Capernaum, vinieron a Pedro los que
cobraban los dos dracmas, y le
preguntaron: ¿Paga vuestro Maestro
las dos dracmas? El les dijo: sí. Al
entrar en casa, Jesús le habló primero,
y le dijo: ¿Qué te parece, Simón? Los
reyes de la tierra, ¿de quién cobran los
tributos e impuestos? ¿De sus hijos o
de los extraños? Pedro respondió: De
los extraños. Jesús le dijo: entonces los
hijos están exentos. Sin embargo, para
no ofenderlos, ve al mar, y echa el
anzuelo. El primer pez que salga,
tómalo, y al abrir su boca hallarás una
moneda. Tómala, y dásela por mi y
por ti” Mateo 17:24 – 27.
Y darle a Dios lo que es de Dios es
seguramente
tributarle
nuestro
respeto, adoración, obediencia y
pagarle también el tributo material
“El Diezmo”
Los Saduceos Rebatieron la
Resurrección de los Muertos
Ya dijimos que esta secta aunque era
minoritaria, fue la más poderosa,
tanto en lo económico como en lo
intelectual y se sentían muy
incómodos al saber que un Maestro
del más oscuro pueblo como lo fue
Capernaum anduviera enseñando de
sinagoga en sinagoga y en todas las
plazas públicas el controversial
tópico de la resurrección de los
muertos. Era y es fácil creer en la
trasmigración de las almas, en la
reencarnación y cuantas supercherías
mas inventaron los Egipcios y
Griegos,
acerca
de
lo
que
supuestamente hay inmediatamente
después de la muerte; pero creer en
la resurrección era algo absurdo para
los intelectualoides saduceos, y
según ellos apoyaban su doctrina en
las Sagradas Escrituras: “Aquel día se
le acercaron unos saduceos quienes
dicen que no hay resurrección, y le
preguntaron
diciendo:
Maestro,
Moisés dijo: Si alguno muere sin tener
hijos, su hermano se casará con su
mujer, y levantará descendencia a su
hermano. Había, pues, siete hermanos
entre nosotros. El primero tomó mujer
y murió, y como no tenía
descendencia dejó su mujer a su
hermano. De la misma manera sucedió
también con el segundo y el tercero,
hasta los siete. Después de todos
murió también la mujer. En la
resurrección, puesto que todos la
tuvieron ¿De cuál de los siete será
mujer? Mateo 22:23 – 28
5
Seguramente este era un acto
hipotético, en la realidad nunca
había
sucedido,
los
saduceos
planteaban el problema tan solo para
pretender aplazar a Jesús, y el
Maestro les dio una contestación
contundente y de paso los hizo
sentirse
ignorantes:
“Entonces
respondió Jesús y les dijo: erráis
porque no conocéis las escrituras, ni
tampoco el poder de Dios; porque en
la Resurrección de los muertos no se
casan ni se dan en casamiento, sino
que son como los ángeles que están en
el cielo” Mateo 22: 29 – 30. Eran
tan ignorantes los saduceos, pues
desconocían que en el Reino de
Dios, aquellos que sean dignos de
levantarse en la resurrección para
disfrutar de la Vida Eterna no se van
a casar ni se darán en casamiento, se
trata de otro sistema de vida que los
humanos desconocemos.
Cuantas cosas el hombre
contradice de Dios por su
ignorancia, al pretender saberlo
todo. No sabiendo que los
pensamientos de Dios jamás son
los pensamientos del hombre.
El ignorante ha rebatido a Dios
tantas cosas porque su pobre mente
no alcanza a entenderlas. Bien
escribió Salomón: “He visto todas las
obras de Dios, que el hombre no
puede alcanzar la obra que debajo del
sol se hace; por mucho que trabaje el
hombre buscándola, no la hallará:
aunque diga el sabio que la sabe, no
por eso podrá alcanzarla” Eclesiastés
8:17. Con toda razón Jesús le dijo a
los pretenciosos saduceos: “Erráis
ignorando las escrituras y el poder de
Dios” y lo mismo sucede en el
tiempo
presente,
los
grandes
intelectuales, los egresados de este o
de aquel plantel educativo, como los
saduceos
del
pasado
siguen
ignorando
voluntaria
o
involuntariamente
las
Sagradas
Escrituras y no entienden nada del
poder de Dios: “Así dice el Eterno,
no se alabe el Sabio en su sabiduría, ni
en su valentía se alabe el valiente, ni el
rico se alabe en sus riquezas. Más
alábese en esto el que se hubiere de
alabar; en entenderme y conocerme,
que yo soy el Eterno, que hago
misericordia, juicio y justicia en la
tierra: porque estas cosas quiero, dice
el Señor” Jeremías 9:23 – 24.
Visto las cosas del cielo hacia la
tierra todos los humanos somos
ignorantes y pobres, el único sabio
es Dios, como dijo Pablo: “… Al Rey
de los siglos, inmortal, invisible, al
único sabio, Dios, sea honor y gloria
por los siglos y de los siglos. Amén.” 1
Timoteo 1:17
Ahora miraremos que en cierta
oportunidad, Jesús les formuló una
pregunta a los que se sentaban en la
cátedra de Moisés y no pudieron
contestarla: “Y estando juntos los
fariseos, Jesús les preguntó, diciendo:
¿Qué os parece del Cristo? ¿De quién
es hijo? Dícenle: De David, Él les dice:
¿Pues como David en espíritu le llama
Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi
Señor: siéntate a mi diestra entre tanto
que pongo tus enemigos por estrado
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de tus pies? Pues si David le llama
Señor, ¿Cómo es su hijo? Y nadie le
podía responder palabra; ni osó alguno
desde aquel día preguntarle más”
Mateo 22: 41 – 46. ¡Vaya que
aplazada la que les dio a los doctores
de la ley! ¿Cómo era que el Cristo
siendo hijo de David, David mismo
le llamara “Mi Señor”? Jesucristo
estaba citando el salmo 110:1 “El
Señor dijo a mi Señor: siéntate a mi
diestra, en tanto que pongo a tus
enemigos por estrado de sus pies”
Aquí estamos viendo al Padre y al
Hijo. David era el Padre de Cristo
pero según la descendencia de la
Carne y no de la descendencia del
Espíritu.
La controversia acerca del Evangelio
de Jesús siempre seguirá, y en estos
momentos tan álgidos y estériles de
la vida, cuando la fe en las Sagradas
Escrituras se está terminando y está
siendo
sustituida
por
tantos
argumentos
humanos,
aflorarán
nuevamente los abrojos de los
incrédulos saduceos y de los
hipócritas Fariseos. Bien advirtió el
apóstol Pablo: “Que vendrá tiempo
cuando no soportarán la sana doctrina;
antes, teniendo comezón de oír se
amontonarán maestros conforme a sus
concupiscencias, y apartarán de la
verdad el oído y se volverán a las
fábulas” 2 Timoteo 4: 3 – 4 El
mundo está ávido por escuchar cosas
espurias, libros que contradigan la
verdadera moral y el buen
comportamiento que nos puede
poner en armonía con la amistad de
Dios, como en el pasado, el enemigo
ya empezó a sacar tantos libros
apócrifos para trastornar la fe de
muchos, y esos muchos caerán por
ignorar las Escrituras y el poder de
Dios.
Bien nos advirtió el apóstol Pablo:
“que no os dejéis mover fácilmente de
vuestro modo de pensar, ni os
conturbéis, ni por espíritu, ni por
palabra, ni por carta como si fuera
nuestra, en el sentido de que el día del
Señor está cerca.” 2 Tesalonicenses
2:2 El hombre está luchando usado
por las artimañas del enemigo para
sustituir el Sagrado Documento por
tantas filosofías alternativas que el
engañador de todos los tiempos ha
inventado, pero nosotros si somos
parte del remanente fiel no nos
vamos a dejar seducir por las vanas
sutilezas de los hombres, como bien
dijo Pablo: “Mirad que nadie os
engañe por medio de filosofías y
huecas sutilezas, según las tradiciones
de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo, y no según
Cristo.” Colosenses 2:8
Tenemos por ejemplo la filosofía que
creó el Obispo de la Evolución,
Carlos Darwin: “Sus puntos de vista
fueron expuestos en sucesivas
ediciones del “Origen de las
especies” [Darwin 2002: 183]. No
solamente se centró en el problema
del origen y el incremento de la
complejidad de los seres vivos, sino
también, por ejemplo, abordó
problemas como el de la escasez de
registro fósil disponible de los
supuestos seres vivos que debían
haber existido como consecuencia
de una evolución gradual como la
defendida en su propuesta [Darwin
7
2002: 349]. Esta vana sutileza trata
de enseñarnos una creación sin
creador,
¡materialismo
completamente! sucesores de los
saduceos, sobre ello se han escrito
sendos documentos que han tratado
de sustituir el Sagrado Documento
por estas novedosas filosofías, pero
nosotros debemos asirnos por la fe
que somos linaje de Dios y no de
algún primate u otro ser irracional.
-
Comunidad de El Comercio,
Carretera a Coyolito, Frente a
la Escuela
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- Pespire:
Río Chiquito y
Cacautare
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Antonio de Flores
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Beneficio de Arroz
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Sábados de 8:00 a.m. a 10:00 a.m. y de 3:00 a
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al Sur.
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Güinipoe
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