El valor del coraje humano

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El valor del coraje humano:
El coraje humano entendido como el valor, la entrega o el
apasionamiento de una persona por una buena causa es un don muy
importante por los alcances que puede tener. Como seguidores de
Jesús, como sus amigos, estamos llamados a ser personas con el
coraje suficiente para ir emprendiendo obras que despierten al
mundo que nos rodea, buscando responder con obras concretas a los
retos que nuestra época le plantea a la fe cristiana. Mediante la
oración y la lectura de la Palabra de Dios (Biblia) iremos encontrando
los elementos necesarios para tener el coraje de darse a la causa de
Jesús en el siglo que nos está tocando vivir.
El deporte de personas con capacidades diferentes es un claro
ejemplo de lo que el coraje humano puede hacer. Aquellos
deportistas que, lejos de detenerse por sus limitaciones, se lanzan a
la tarea de no dejarse vencer son un ejemplo a seguir ya que tienen
el coraje de vivir, el coraje de no amargarse sino de seguir
cumpliendo con un ideal de superación. Creo que el coraje humano es
un punto que el Espíritu Santo desarrolla para que podamos ir
haciendo frente a las adversidades que se nos van presentando a lo
largo nuestra vida.
Tenemos dos opciones, una es quedarnos estancados en la
mediocridad y la otra es tener el coraje suficiente como para asumir
responsabilidades tales como un trabajo, de tal forma, que no nos
estanquemos en la amargura y la mediocridad. Cuando tenemos un
apostolado mediocre, donde no hacemos nada por mejorarlo no
logramos vivir en plenitud el mensaje amoroso de Cristo, de aquel
Cristo que nos ama sin medida y que desea que emprendamos obras
que permitan la continuación de la difusión del Evangelio con gran
apertura a las inquietudes del ser humano de hoy.
Si queremos tener un trabajo digno será necesario que tengamos el
coraje suficiente para tomar decisiones y atender a nuestros clientes
de la manera adecuada. La fe nos exige superar la mediocridad y esto
nos sirve para todas las áreas de nuestra vida, ante esto, podemos
notar como el mensaje cristiano tiene tal trascendencia que nos sirve
para todas nuestras actividades cotidianas.
Jesús siempre tuvo el coraje de ayudar a quienes le rodeaban y de
transmitir un mensaje de amor que le costó la muerte y un sin fin de
críticas que perduran hasta nuestro tiempo, pues aún nos cuesta
comprender el hecho de que un Dios Todopoderoso haya venido para
hablarnos del amor y para padecer por nosotros, dándonos la
oportunidad de ser felices no nada más en el cielo sino desde ahora.
Es importante mencionar que una mujer con coraje ha sido sin duda
la Virgen María pues estar delante de su Hijo Crucificado,
presenciando el dolor de todo esto, nos muestra como ella nunca se
doblegó ni abandonó a su Hijo sino que se mantuvo con él hasta el
final, a pesar de que no le fue nada fácil. María Santísima tuvo el
coraje de mantenerse firme en Cristo, su Hijo Amado, a pesar del
peligro que corría al ser la madre de aquel Dios-Hombre que había
sido crucificado y que había resucitado tres días después. María
Santísima nos invita a no dejarnos vencer por el hecho de haber
fallado sino que nos llama a seguir adelante tomando a su Hijo como
guía.
El mundo necesita de verdaderos hombres y mujeres que tengan el
coraje de aportar algo positivo para sí mismos y para los demás, todo
esto, bajo el impulso eficaz del Espíritu Santo quien nos ama sin
medida.
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