29/06/2015 - Iglesia Galilea

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Pactos internos o Votos secretos
La boca del necio es quebrantamiento para sí, Y sus labios son lazos
para su alma.
Proverbios 18:7
OBJETIVO: Que los hermanos puedan conocer el poder de nuestras
palabras y poder romper todo pacto interno que impide la victoria de
Cristo en nuestras vidas y nuestro llamado.
INTRODUCCIÓN: Generalmente hablamos sin considerar el impacto de
nuestras palabras. Estas tienen gran poder en el mundo espiritual, poder
que puede ser positivo o negativo. Al igual que las palabras habladas, las
decisiones o votos internos también tienen poder en nuestra vida porque
abren o cierran puertas en nuestro futuro. Hoy estudiaremos como
repercuten esos pactos internos o votos secretos en la vida de una
persona.
DESARROLLO
1) ¿Con quienes podemos establecer votos o pactos?:
 Dios “Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo;
porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería
pecado en ti.” (Dt 23:21 cf. Ec 5:4-5)
 El prójimo “E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba
como a sí mismo.” (1 S 18:3)
 Con uno mismo “Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y
has quedado preso en los dichos de tus labios.” (Pr 6:2)
2) ¿Qué es un pacto interno o voto secreto?: Un pacto interno es un
contrato o poder legal hecho por medio de palabras o los dichos de
nuestra boca. Para entender mejor lo que estamos estudiando, veamos
los siguientes ejemplos:


Una mujer fue lastimada por su hermano a tal grado que hizo un
pacto consigo misma decretando: “Cuando me case, jamás
tendré un hijo varón”. Con el tiempo, se casó, y cada vez que
quedaba embarazada de un varón, lo perdía (pero no si era niña).
Había quedado presa de su voto secreto.
Un niño, por llorar, fue golpeado duramente por sus padres. Este
dolor le llevó a hacer y decretar un voto: “nunca más lloraré”. Y en
efecto, no derramó una sola lágrima ni en las peores situaciones de
su vida; su corazón se endureció. Había quedado preso de su voto
secreto.

Una niña vio a su padre maltratar a su madre e hizo un pacto
interno señalando: “Nunca dejaré que mi esposo me controle”.
Cuando creció y se casó, tuvo graves problemas en su matrimonio
porque no podía someterse a su esposo; estaba siempre a la
defensiva pensando que podía ser lastimada. Fue presa de su
pacto interno.
3) ¿Qué poder tienen las palabras?: Posiblemente a estas alturas ya
hayamos caído en cuenta que nuestras palabras tienen poder. La biblia
declara que: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que
la ama comerá de sus frutos”. Interesante que la palabra pueda producir
frutos; entonces la palabra pueda producir cosas que sean para nuestro
provecho. Si uno investiga un poco más se dará cuenta que en el plano
secular este principio bíblico está muy bien documentado e inclusive es
la base para muchos de los libros de autoayuda que están en las
estanterías.
Por ende cabe recalcar que la biblia nos insta también a tener cuidado
de cualquier palabra ociosa que pueda salir de nuestra boca: “Mas yo
os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella
darán cuenta en el día del juicio” (Mt 12:36). La palabra ociosa es la
palabra inútil, infértil, vana, necia, carente de provecho. Las palabras
“ociosas” o negativas pueden desactivar los dones, finanzas, matrimonio,
llamado y todo aquello a lo que nos referimos cuando hablamos.
Podríamos entonces comer un fruto contaminado o dañado que lo único
que haría sería enfermarnos y causarnos mal. El efecto positivo y de
bendición que tienen las palabras también se puede convertir en un
efecto negativo y de maldición.
APLICACIÓN: Pidamos al Espíritu Santo que nos revele si acaso hemos
estado haciendo mal uso de nuestras palabras, si acaso hemos hecho
pactos internos o votos secretos negativos en el pasado y que ahora
pueden estar causando daño. Si Él lo trae a la luz, arrepiéntase, pida
perdón y perdone, cancele y renuncie a esos pactos internos y a toda
palabra ociosa que haya atado su vida impidiéndole relacionarse con
Dios y la gente. Luego permita que Él le limpie y purifique. “He aquí que
esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.” (Is 6:7)
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