82 IURIS&LEX 13 MAYO 2016 [A fondo] Lo característico es que no se integran en el ordenamiento de la persona jurídica a la que se refieren Los pactos parasociales La impugnación de los acuerdos sociales formulada en la demanda es contraria a las exigencias de la buena fe POR MONTSE HERNÁNDEZ Abogada en Martínez Comín Consultores S on muchas las sociedades, anónimas y limitadas, que utilizan la figura de los pactos parasociales para completar, concretar o modificar las normas legales y estatutarias que rigen el funcionamiento y operatividad de una empresa. Los pactos parasociales tienen naturaleza contractual. De ahí que a la hora de abordar su eficacia les resulte aplicable el principio de la relatividad propio del ámbito obligacional, del cual, a su vez, emana el principio de inoponibilidad. Y precisamente es este principio el que se recoge, de forma explícita, en la normativa vigente, vía el artículo 29 de la Ley 1/2010, de Sociedades de Capital, que determina que “los pactos que se mantengan reservados entre los socios no serán oponibles a la sociedad”. Así, lo característico de los pactos parasociales es que no se integran en el ordenamiento de la persona jurídica a la que se refieren, sino que permanecen en el recinto de las relaciones obligacionales de las partes, es decir, de los socios que los suscriben, siendo solamente oponibles a estos: lo pactado por los socios no es oponible a terceros -incluida la propia sociedad- por dos razones: una subjetiva, esta es, que la sociedad es un tercero distinto y ajeno a los socios firmantes de los pactos; y, la segunda, por una razón objetiva, esta es, que los compromisos asumidos bajo el paraguas de un pacto parasocial -y que no se hayan protegido o integrado en el ordenamiento de la persona jurídica, esto es, en Estatutos Sociales- no pueden hacerse efectivos más que bajo su propio régimen, sin que puedan aprovecharse de los instrumentos de refuerzo de la persona jurídica para sancionar su incumplimiento. No obstante este razonamiento, la doctrina ha venido apoyando que, cuando el pacto es omnilateral, es decir, en el supuesto en que todos quienes son parte de la sociedad son parte del pacto, la regla de inoponibilidad diluye su punto de apoyo subjetivo, porque existe identidad entre las partes. Si además conseguimos que pierda el apoyo objetivo, es decir, cuando los resultados que proporciona el ordenamiento societario para resolver conflictos son iguales o equivalentes a los que proporciona el ordenamiento contractual, entonces, cumplidas esas dos identidades -la subjetiva y la objetiva-, caería la regla de inoponibilidad y se podría acudir al ámbito societario para hacer valer el ámbito contractual, es decir, el pacto social. En nuestro Derecho, como norma general, los actos societarios hechos en contravención de un pacto parasocial, pero acordados cumpliendo con la normativa vigente y/o con lo dispuesto en los Estatutos Sociales, resultan válidos y eficaces. De hecho, hasta el momento, cuando un socio ha querido impugnar un acuerdo social basando su impugnación en la exclusiva razón de ser contrario a un pacto parasocial, el Tribunal Supremo había desestimado la impugnación, fundamentando su decisión en la aplicación del principio de inoponibilidad de los pactos sociales frente a la sociedad. En palabras del propio Tribunal, “hasta el momento el Supremo había afirmado que los pactos parasociales no podían servir como fundamento exclusivo de una impugnación de los acuerdos sociales adoptados en contradicción con tales pactos”. Son muchas las sociedades que utilizan la figura de los pactos parasociales para completar, concretar o modificar las normas legales y estatutarias que rigen el funcionamiento y operatividad de una empresa. Los pactos parasociales tienen naturaleza contractual. De ahí que a la hora de abordar su eficacia les resulte aplicable el principio de la relatividad propio del ámbito obligacional, del cual emana el principio de inoponibilidad. Y precisamente es este principio el que se recoge, de forma explícita, en la normativa vigente, vía el artículo 29 de la Ley 1/2010, de Sociedades de Capital, que determina que “los pactos que se mantengan reservados entre los socios no serán oponibles a la sociedad”. Sin embargo, cuando la situación es la inversa, es decir, cuando el acuerdo social ha dado cumplimiento a lo acordado por todos los socios en un pacto parasocial, la intervención del socio en dicho pacto puede servir, junto con los demás datos concurrentes, como criterio para enjuiciar si la actuación del socio que impugna el acuerdo social respeta las exigencias de la buena fe, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 7.1. del Código Civil. En este sentido se ha pronunciado la reciente Sentencia del Tribunal Supremo EE de 25 de febrero de 2016 que, si bien no cuestiona la validez de un pacto parasocial, lo que sí hace es reforzar su eficacia en el ámbito societario, amparándose en la buena fe, como principio rector en cualquier comportamiento societario. En la sentencia se resuelve sobre la impugnación de un acuerdo social que se adoptó dando cumplimiento a lo establecido en un pacto parasocial del que eran parte todos los socios de la sociedad, alegando el demandante que dicho pacto no estaba integrado en los Estatutos Sociales y, por ende, no formaba parte del ordenamiento jurídico de la sociedad, por lo que el acuerdo societario no debía ser válido. Pues bien, el Alto Tribunal ha concluido que, habida cuenta que el pacto parasocial es omnilateral y que el demandante es, por lo tanto, parte del mismo -identidad subjetiva-, la impugnación de los acuerdos sociales formulada en la demanda es contraria a las exigencias de la buena fe e incurre en abuso de derecho. En definitiva, esta sentencia del Tribunal Supremo viene a En definitiva, esta sentencia del Tribunal Supremo viene a dar luz a una tradicional problemática en nuesdar luz a una tradicional problemática en nuestro sistema tro sistema jurídico: la de la eficacia de los pactos parajurídico: la de la eficacia de los pactos parasociales cuando estos recogen medidas que no se integran en Estatutos sociales cuando estos recogen medidas que no se inteSociales o contradicen lo allí dispuesto: si bien los acuergran en Estatutos Sociales o contradicen lo allí disdos parasociales no sirven como fundamento exclusivo puesto: si bien los acuerdos parasociales no sirven para impugnar acuerdos sociales que contravengan lo como fundamento exclusivo para impugnar acuerdos sociales que contravengan lo estipulado en dichos pacestipulado en dichos pactos, el hecho de que el socio que impugna el acuerdo social que da cumplimiento al pacto tos, el hecho de que el socio que impugna el acuerdo social que da cumplimiento al pacto parasocial sea parasocial sea integrante del mismo, se constituye como un elemento esencial a la hora de determinar la buena fe integrante del mismo, se constituye como un elemento del socio que lo impugna. esencial a la hora de determinar la buena fe del socio que lo impugna.