Sociology of Religion

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Sociology of Religion
Analysis of the entrance, permanency
and exit of the nmrs in spain
Pedro Castón Boyer
and
M ª del Mar Ramos Lorente
ANALYSIS OF THE ENTRANCE, PERMANENCY AND EXIT OF THE
NMRS IN SPAIN
Pedro Castón Boyer*
M ª del Mar Ramos Lorente**
1. INTRODUCCIÓN
A lo largo de la Historia el hombre ha buscando en la religión las respuestas a las
preguntas metafísicas acerca de la existencia humana, y en el Siglo XXI sigue sucediendo de
igual modo. Actualmente no solo existen grandes religiones mayoritarias en el seno de las
sociedades modernas, plurales y democráticas, sino que existen un conjunto de pequeños
grupos denominados Nuevos Movimientos Religiosos (NMRs) para dar respuesta a dichas
inquietudes.
La incorporación de estos NMRs a la sociedad está siendo problemática en aspectos
legales, psicológicos, políticos y económicos, especialmente en el seno de las sociedades
democráticas occidentales. Esta situación ha llevado a diversas instituciones europeas, como
los Parlamentos, a tratar de clarificar el fenómeno a través de informes desarrollados por
expertos. En este trabajo trataremos de analizar, por medio de entrevistas en profundidad,
algunos aspectos sociológicos del proceso de entrada, permanencia y salida de los adeptos en
estos NMRs.
Desde la sociología, el concepto de secta1 ha sido abordado en diversas ocasiones por
diferentes autores. El autor pionero fue Max Weber, que en 1901 elaboró la dicotomía
iglesia-secta en su obra la Ética protestante y el espíritu del capitalismo, desarrollando la
diferencia existente entre ambas realidades. Para esta autor la iglesia es una asociación para
lograr fines sobrenaturales formando parte de ella tanto los justos como los pecadores, sin
embargo una secta se reconoce a sí misma como una comunidad conformada exclusivamente
por verdaderos fieles.
*
Profesor del Departamento de Sociología. Universidad de Granada.
Profesora del Departamento de Sociología. Universidad de Granada.
1
Nosotros hablamos siempre de Nuevos Movimientos Religiosos para evitar el carácter polémico que
actualmente se le atribuye a este concepto.
**
1
Más tarde Erns Troeltsch, siguiendo en la línea establecida por Weber, añade a la
dicotomía anterior el tipo mística, situado por este autor entre la iglesia y la secta. En la
definición de este concepto incluye la combinación de las ideas cristianas con otros puntos de
vida modernos. Además, no posee el mismo poder social que la iglesia y no rechaza el
Estado u otras instituciones sociales (1931: 381).
Neibuhr también elaboró en 1957 otro concepto, el de denominaciones, enmarcado en
Norteamérica, donde se produjo un mayor desarrollo del pluralismo religioso,
estableciéndose desde el principio la convivencia de distintas religiones. Por primera vez en
un país occidental no había una iglesia hegemónica y por ello, Neibuhr estableció este nuevo
tipo para dar cuenta de la realidad norteamericana.
B. Wilson (1970) elaboró su propia clasificación en torno a un elemento central en
todas las religiones: cuál es el modo de obtener la salvación. Las respuestas a esta pregunta
están relacionadas con la concepción de los sobrenatural, del mundo y con la forma de
comportarse en la vida.
Bastantes autores, sobre todo desde perspectivas psicológicas, denominan a algunos de
estos NMR como sectas destructivas o coercitivas, cuando transgreden las normas legales
vigentes en cada país (Singer, 1997). El Profesor Pedro Castón ha llamado sociales sectas
inconstitucionales, a los grupos religiosos que no respetan los derechos humanos y las leyes,
en oposición a las que sí los respetan, que son las denominadas constitucionales (Castón,
1997). La delimitación de inconstitucionalidad es una tarea compleja que en la actualidad se
está resolviendo en los Tribunales de muchos países europeos. En nuestro estudio incluimos
tanto a unos como a otros, pues todos son NMRs.
2. MOVIMIENTOS RELIGIOSOS Y MOVIMIENTOS SOCIALES
Los NMRs son una manifestación más de los movimientos sociales en la sociedad. La
expresión “nuevos movimientos sociales” aparece con el intento de análisis de una variedad
de grupos entre los que se encuentran los ecologistas, los de defensa de los animales, los
estudiantiles o los grupos religiosos (Johnston, Laraña y Gusfield, 1994). A pesar de sus
diversas manifestaciones, en mayor o menor medida institucionalizadas, los NMRs surgen en
2
una misma situación estructural y se mueven en torno a objetivos y necesidades parecidas a
las de otros grupos sociales.
Los NMRs, como el resto de los movimientos sociales, trazan sus objetivos para
descubrir cómo pueden generar recursos y asegurar la infraestructura que le permita
sobrevivir en la sociedad, reclutar nuevos miembros, ofrecer incentivos para atraer la
participación en ellos y buscar legitimidad social por el respaldo de organizaciones y líderes
sociales. Además, desarrollan poco a poco un sistema ideológico con el que tratan de
legitimar su ortodoxia y ortopraxis (Javaloy, Rodríguez y Espelt: 2000).
Las aportaciones de Weber, que describen la tendencia de estos grupos a la
institucionalización, y las de Troeltsch, referidas a la propensión de las sectas a convertirse
en iglesias han influido en los análisis de otros pensadores como Zald y Ash (1966). Todos
ellos coinciden en afirmar que los movimientos sociales, para asegurar su permanencia en el
tiempo, crean organizaciones formales que asumen la dirección centralizada de un
movimiento que anteriormente había estado formado, exclusivamente, por grupos de carácter
informal. La transición del liderazgo carismático, cuando la estructura es aún informal, al
liderazgo más formalizado en el seno de un movimiento social es inevitable en los NMRs
cuando éstos llevan funcionando un cierto tiempo. Si se analizan las relaciones de los
movimientos sociales (incluidos los NMRs) con las estructuras de poder social, también se
comprueba esta tendencia a la institucionalización. Una vez que un movimiento social logra
introducirse, ser aceptado en la sociedad, da lugar a transformaciones tanto en la opinión
pública como en sus propias metas y valores.
Las reivindicaciones de los movimientos sociales suelen acompañarse de una serie de
símbolos, creencias, valores y significados colectivos especialmente importantes para sus
seguidores. En primer lugar, porque están en el origen de los sentimientos de pertenencia a
un grupo diferenciado. En segundo lugar, porque están íntimamente relacionados con la
imagen que los seguidores de estos movimientos tienen de sí mismos y con el sentido de su
existencia individual (Laraña, 1993; Jonson, Laraña y Gusfield, 1994). Todos estos aspectos
dotan de sentido la participación de las personas en los movimientos sociales (Laraña, 1999).
Los primeros análisis sobre nuevos movimientos sociales resaltaron la importancia de
la identidad para motivar la participación en ellos. Esta idea se define en los años noventa
3
Comentario: ¿Elimino esta
denominación?
como movimientos de identidad (Cohen, 1985;
Gamson, 1995; Gusfield, 1994). La
necesidad de identidad social, en muchas ocasiones por encima de la identidad individual, es
el pilar para comprender la continuidad e intensidad de actividades que se viven en los
movimientos sociales, incluidas especialmente los NMRs, donde en muchas ocasiones sus
miembros llegan a anular el interés individual en beneficio del común, ofreciendo incluso, la
propia vida en casos extremos. Además, esa identidad social se refuerza cuando el grupo se
ve amenazado en la sociedad, característica esta especialmente destacable en el caso de los
nuevos movimientos sociales en general y de los NMRs en particular. Siguiendo a Melucci
(1989), en su análisis de los movimientos sociales, la identidad colectiva que sienten los
participantes les lleva a reconocerse a sí mismos como colectivo, a compartir marcos
cognitivos comunes y a realizar inversiones emocionales que no pueden medirse en términos
de coste-beneficio, lo que implica que la identidad colectiva no es algo fácilmente
negociable. La mayoría de las veces los individuos ceden, a pesar del coste individual a favor
del beneficio colectivo. Esto mismos es lo que otros autores denominan el selflessness, es
decir, la pérdida de si mismo (Johnston, Laraña y Gusfield, 1994.
Cicuouriel (1982) resalta la racionalidad de los movimientos sociales. Es la
racionalidad que le confieren los mismos seguidores. Se trata del protagonismo del individuo
en la acción colectiva, y de la interacción diaria en redes y organizaciones informales donde
se construye la acción colectiva y donde surge la racionalidad que se concreta en unas
estructuras de sentido, a partir de las cuales el individuo dota de significado su participación
en el movimiento social.
Por otro lado, los mismos miembros establecen el sentido de legitimidad y de
ilegitimidad, lo que permite a los movimientos sociales declarar legítimos sus acciones y
objetivos e ilegítimos el ordenamiento social dominante, lo que le permite justificar una
posible oposición al mismo. Es lo que Klandermans y Tarrow denominan movilización del
consenso (1988). La ilegitimidad se comprende en relación a unos patrones o principios
generales que sirven de modelo con el que se compara y rechaza lo que no está en
consonancia con ellos. De esta forma, los movimientos sociales y los NMRs, controlan las
fuentes de legitimidad que son eminentemente carismáticas, entendidas desde la concepción
weberiana del término.
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El que los objetivos marcados no se consigan no significa crisis de legitimidad, sino
todo lo contrario pues la intensa vivencia emocional refuerza y autoafirma, por igual, logros
y fracasos. La autoafirmación de la legitimidad por los logros es obvia, mientras que los
fracasos también constituyen una razón para reforzar el endogrupo, al interpretarlos como
argumento de oposición para reafirmar sus legítimos objetivos. Todo esto ayuda a la
identidad social del grupo, reforzando en los seguidores la misión moral que tienen de
mostrar al resto de la sociedad lo que es recto y legítimo (Wilson: 1970).
Los nuevos movimientos sociales no limitan su actuación al ámbito de la sociedad, sino
que su actuación llega hasta el ámbito de lo privado: “lo que comemos, cómo nos vestimos y
disfrutamos de las cosas hasta la forma en que hacemos el amor, nos enfrentamos a
problemas profesionales o planificamos nuestras carreras profesionales” (Johnston, Laraña y
Gusfield, 1994). Entre los movimientos sociales que centran su atención en estos aspectos de
la vida privada se encuentran, especialmente, los NMRs.
3. LA ENTRADA EN LOS NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS.
Según las personas entrevistadas, hay una serie de motivos que mueven especialmente a
entrar en un Movimiento Religioso. Con brevedad vamos a enumerar algunos de los más
significativos.
Motivos para la entrada.
Las personas entrevistadas enfatizan las situaciones difíciles en sus vidas, o en las de
sus familiares, en el momento de contactar con algún NMR. Las razones de las crisis
personales son diversas: depresión, soledad, enfermedades, ruptura matrimonial, ansiedad,
baja autoestima y un largo etcétera de situaciones vitales difíciles de afrontar. El grupo
religiosos en esos momentos le da una respuesta espiritual y le da apoyo moral, dependiendo
de las necesidades que en ese momento tiene el individuo que contacta con el NMR. En casi
todos los casos, los entrevistados ingresan en el grupo religioso cuando se encontraban en un
estado de vulnerabilidad o desestructuración personal, familiar y social. He aquí algunos
testimonios que reflejan ese momento difícil:
5
“Mi
madre estaba en un proceso muy duro de quimioterapia” (ex –adepta,
36 años2).
“En
mi caso, pues, es uno de los típicos que hay, cómo se aprovechan de las
circunstancias de la persona, y más en mi caso. Al estar en la silla de ruedas, yo
vivía en un 8º piso” (ex - adepto, 46).
“En
ese momento estaba recién separada de mi entonces marido” (ex -
adepta, 48).
Otro factor que influye en la integración en los NMRs es la necesidad de trascendencia.
Respuestas a preguntas que no encontraron en otros grupos:
“Predispuesta
a buscar una dirección, a buscar una dirección en tu vida y
que alguien te lo dé. O sea, un poco predispuesta a que te controlen” (ex - adepta,
48).
“Es
la necesidad de tipo afectivo, de encontrar un calor humano que en esta
sociedad tan deshumanizada no tenemos y de tipo trascendente. Dar respuesta a
esa serie de preguntas de tipo existencial para mitigar un poco, puees, esa
neurosis, esas inquietudes de tipo trascendente que todos los seres humanos,
pues, más o menos tenemos...” (ex –adepto, 26).
Además de las situaciones vitales difíciles y la necesidad de trascendencia existen
personas especialmente susceptibles de entrar en NMRs. Aquellas que en la estructura social
se encuentran en una posición desventajosa, como es el caso de jubilados, prejubilados,
inmigrantes… Los inmigrantes, además, son un grupo muy vulnerable por el estado de
ilegalidad en que muchos se encuentran:
“La
prejubilación, la pubertad del chico” (como razones que llevaron a
entrar a su marido) (esposa de adepto, 57).
“Un
60 o un 70 % (del grupo) son extranjeros. Entonces claro, son gente
que viene sin papeles, vienen sin nada. Por mediación de ellos les procuran casa,
2
De ahora en adelante la cifra entre paréntesis siempre corresponde a la edad.
6
Comentario: Esposa para no
confundir esta característica con la
variable sexo
trabajo, papeles, los papeles, por supuesto, al que pueden se los dan porque, por
ejemplo, ahora esta chica la han casado con mi hijo” (madre adepto, 53).
Algunos entrevistados afirman que en el momento de entrar en contacto con el grupo, el
individuo necesita con tanta urgencia la solución a sus problemas, que no se plantea la
verdadera razón por la que decide entrar en el grupo. Así lo describía uno de ellos:
“En
el momento en que la persona está entrando no se da cuenta de ello,
¿eh?, la persona que entra en el grupo, pues, cree que no es por el propio
problema que pueda tener él personalmente, y que el grupo te soluciona el
problema sino porque te crees que es la verdad, te vienen con un mensaje”
(esposo adepta, 46).
Podemos concluir que la variedad de NMRs es tal que, cualquier persona,
independientemente de la edad, el sexo o los estudios que poseen puede formar parte de los
mismos. Pero la entrada se produce más fácilmente si se encuentra en alguna de las
situaciones descritas anteriormente. Dentro de los NMRs hay personas de todas las edades
(niños, si sus padres pertenecen a ellos) hombres y mujeres con muy diferentes niveles de
estudio. En uno de los capítulos de la investigación trataremos cuantitativamente todos estos
aspectos.
Medios de captación
La forma en la que los NMRs suelen entrar en contacto con las personas es muy
variada. Uno de los métodos más usados es la entrega de propaganda en lugares públicos,
especialmente en los que la gente necesita ayuda moral (hospitales, cárceles...). El método
más efectivo suele ser el contacto personal, mediante una conversación con el individuo que
desean que entre. Otro es el “boca a boca”, con personas que conocen a través de redes
sociales normales, como amigos o compañeros de trabajo. Algunos de los entrevistados lo
expresaban de esta manera:
“Por cualquier medio, sí, propaganda, octavillas y, bueno, la gente…la
gente lo que hace es que la mandan a predicar por ahí, pues, a la casa de campo,
a los hospitales, a las cárceles y a todo eso” (esposo adepta, 61).
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“Contacté
a través de una compañera de trabajo y, entonces, a raíz de una
enfermedad de mi madre, en este caso una enfermedad grave, ¿no?, cáncer...esta
persona, pues, me habló de una terapia que ella utilizaba...” (ex - adepta, 36
años).
“El proceso de captación es a nivel personal, es decir, alguien conoce a un
vecino o a un amigo, le pica el gusanillo y entra dentro del grupo. Entonces, ya hay
alguien que te da un voto de confianza” (ex adepto, 26).
La entrada es un proceso que puede durar entre un mes y varios años. En muchas
ocasiones, a través de varias etapas en las que se dividen los cursillos que se imparten, o de
fases que hay que superar para la integración plena en el grupo:
“A mi madre, una persona venía cada día a tratarla” (ex - adepta, 36).
“Los cambios son bastante más sutiles y son poco a poco, no es tan brusco”( ex adepta, 48).
Dificultades para la entrada
Quizás el principal obstáculo que encuentran para entrar en los NMRs sea la familia, si
no es a favorable a la adscripción al grupo:
“…el freno que le ponen siempre (para entrar) es la familia porqu,e en el caso
de un marido o padres, sobre todo un marido o mujer, no permite que esté todo el
día allí.” (esposo adepta, 61).
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4. LA PERMANENCIA EN LOS NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS.
Las relaciones con la familia
Cuando alguien entra en alguno de estos grupos religiosos, al principio, como ellos
mismos cuentan, suele tener problemas con la propia familia porque se opone. Pero, pasado
un tiempo, el nuevo miembro del grupo religioso trata de convencer a su propia familia para
que entre también:
“...lo que se intenta es meter a toda la familia, como de alguna manera fue
mi caso...” (ex - adepta, 36 años).
Si el nuevo adepto no consigue el objetivo de convencer a su familia, entonces la propia
familia se convierte en centro de críticas. Se produce un doble discurso sobre la familia por
parte del NMR. Por un lado defiende a la familia como institución, pero por otro ataca a la
familia del nuevo adepto, porque no aprueba su decisión:
“Él (su hijo) ahora mismo, me dice mamá, yo tengo una familia, y es mi mujer.
Si a tí te pasa algo, le pasa a mis hermanos, o le pasa a mi padre, a mí me da lo
mismo ” (madre adepto, 53).
“De alguna forma dicen que la secta une a las familias, pero, por otro lado,
dicen que tengan en cuenta que el mayor peligro es la familia, porque es la que le
evita la salvación... su familia ahora es el grupo, su Iglesia, lo demás es secundario”
(esposo adepta, 61).
El discurso crítico sobre la familia de origen lo compensa el NMR dándole al mismo
grupo religioso una estructura familiar: los líderes son los nuevos padres y los otros
miembros desempeñan el papel familiar de acogida, proporcionando el afecto que antes
recibían de sus verdaderos padres:
“(El grupo religioso) Es una estructura seudo familiar, que no es una
estructura meramente metafórica sino que, por ejemplo, llega el día del padre o de
la madre, pues se le hace regalos a los líderes, si es una mujer, pues el día de la
madre” (ex - adepto, 26).
“La gente del grupo son los hermanos y son la familia” (madre adepta, 73).
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Formas de pertenencia
Una vez integrado, las formas de pertenencia al grupo religioso pueden ser varias. En
algunos casos, pasan a vivir en grupos de adeptos las veinticuatro horas del día y, en otros,
los nuevos continúan su vida cotidiana de antes pero con relaciones y reuniones muy
frecuentes con el nuevo grupo. En este último caso, el aislamiento que se va produciendo no
es físico sino psicológico y social, pues, progresivamente, la interacción cada vez va siendo
menor con el anterior entorno familiar y social. En algunos casos se llega a la ruptura total de
relaciones con personas y actitudes anteriores:
“La forma de vida es casi total, están absorbidos las 24 horas del día,
aunque no están allí en persona pero mentalmente sí... El aislamiento no es físico.
No te trasladas a ningún sitio, tú sigues viviendo pero te vas aislando de amigos,
y la televisión y los medios” (ex -adepto, 46).
“Hoy día los grupos son más sofisticados e intentan atraer, pues, también a
más gente y entonces, pues, lo que sucede, es que lo que son las técnicas de
manipulación mental las llevas a casa, y entonces, tú sigues tu vida normal” (ex
adepta, 36).
“Cortó con sus amigos, y conmigo (su esposa)” (esposo adepta, 61).
“las sectas no es como en los años sesenta, que en los años sesenta se, se
aislaban en comunas. Ahora ya no, ahora ya no. Ahora una persona que entra en
una secta puede compaginar su vida diaria con… con su pertenencia en una secta”
(ex –adepto, 26).
Aislamiento y anulación del yo
Como acabamos de ver el nuevo grupo trata de aislar de familiares y amigos, cada vez
más sus acciones y relaciones, únicamente, entre los que ya forman parte del grupo:
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“No puedes hablar con la gente que tienes al lado, te puedes mover, hacer
lo que quieras, relacionarte con quien quieras, pero tú ya empiezas a dejar de
relacionarte con según qué personas...”(ex –adepta, 36).
“Me dí cuenta de que este hombre (el líder del grupo religioso le insistía en
que) tenía que deshacerme de cualquier vínculo que él pensó que yo tenía con mi
marido” (ex –adepta, 48).
“Mi medio de relación han sido ellos, y el de mi mujer más todavía” (ex adepto, 46)
Evidentemente, a partir de esa relación intragrupal se va generando un “nosotros” frente
a un “ellos”:
“El grupo también te arropa de una cierta manera, porque tú estás siempre
en compañía de gente que tú sabes que están contigo, es un “nosotros”, no tanto
contra ellos (el resto de la sociedad), no, pero te sientes identificado con un
grupo..., te sientes más protegida quizás” (Mujer, 48).
Una vez está integrada la persona en el grupo se produce una cesión paulatina de la
identidad individual a una identidad colectiva, grupal. Esta cesión se manifiesta a través del
abandono, por ejemplo, de los proyectos personales que tenían antes de entrar en el NMR:
“Lo que sí sientes es que tienes que ayudar a los demás, a la gente, y tienes
que dejar tus ambiciones..., porque, total, no tienen importancia, y esto debe ser
el centro de tu vida...ayudar a los demás y no tener ambiciones terrenales” (ex adepta, 36)
Hasta tal punto se produce la negación de la identidad individual que la libertad, dentro
y fuera del NMR, llega a verse de manera completamente diferente. Casi todos los
entrevistados coinciden en que dentro del nuevo grupo la libertad no existe. Fuera del grupo
se pueden tomar decisiones que son impensables una vez dentro, porque los dirigentes del
grupo religioso marcan las pautas de comportamiento, incluso de manera arbitraria, en casi
todos los aspectos de la vida de los nuevos adeptos:
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(Una vez que abandonan el grupo) “…lo primero tomar tus propias
decisiones. Segundo, administrar tu existencia. Tercero, elegir tus amigos... Sí, es
que en el grupo en realidad no tienes libertad y fuera... sí, dentro de lo que cabe
tienes (fuera) al menos más capacidad de decisión, eso sí, porque en el grupo
hacen todo para que tú no decidas nada, tú siempre aceptas lo que dice el grupo
y lo que diga el grupo es lo que dice el gurú” (ex - adepta, 48).
Una vez que dentro llegan a dar más valor al grupo que a todo lo acontecido
anteriormente. Es decir, su vida cobra sentido a partir del momento en el que ingresaron.
Todo lo vivido con anterioridad tiende a olvidarse:
“Te hacen pensar que tu forma de vida antes era errónea, y que tú ya ahora no
sé..., ya has encontrado lo que realmente necesitas” (ex - adepta, 48).
“Y
cuando yo le digo ( a su hijo) qué le parece su pasado me dice que ha
sido una mierda. Sí, es que les mentalizan de una manera que incluso ellos se
llegan a pensar que su infancia ha sido mala, ¿sabes?, de que todo lo que han
tenido ha sido un error, todo, todo, todo.” (madre adepto, 53).
“Todo el que está ahí (en el grupo) cree que la vida antes era un infierno,
¿eh?, porque no había conocido lo bueno que es ahora, que es que tienen a Dios,
todo lo demás fue un fracaso total” (esposo adepta, 61).
Intolerancia
En estos nuevos grupos religiosos se da una cierta paradoja. Por un lado apelan al
derecho de libertad religiosa para legitimar su presencia en la sociedad y, sin embargo, suelen
predicar la intolerancia respecto a las demás religiones y creencias:
“¡Ah, no!, su religión es la única que existe” (Mujer, 73).
“No existe la tolerancia, es una palabra que la tienen borrada de su
diccionario. Para ellos, ellos mismos son los que tienen la verdad y todo lo demás
es mentira. Por lo tanto deben de ser destruidos. Dios va a destruir a todas (las
otras) las religiones” (Varón, 46).
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Y como método de convencimiento, algunos de los entrevistados hablaban de la
utilización del miedo y de la super ocupación. Una persona atemorizada es una persona
indecisa, e insegura, que fácilmente pone su confianza en el que ella cree más fuerte y
seguro psicológicamente:
“¡Que te levantas asustado!. Yo me levanté asustada porque me…, luego
me he dado cuenta, ¿no? de todos los miedos que durante esos cinco días te van
metiendo” (ex - adepta, 36).
“Había un chico fisioterapeuta, vivía con miedo, totalmente: las vibraciones
estas y tenemos que hacer algo, que todo el mundo tiene que hacer por lo menos
el primer nivel, porque si no estamos en peligro” (ex - adepta, 36 años).
Respecto al uso del tiempo, cuanto más ocupada y cansada está una persona menos
capacidad tiene de pensar y decidir por sí misma. Los adeptos suelen tener una vida saturada
de actividades. Una mujer ex – miembro contaba que tenía “que ir allí muy temprano, no
duermes, porque tienes que ir allí supertemprano” (Ex adepta, 36).
5. EL ABANDONO DEL GRUPO RELIGIOSO.
La duda.
El proceso de salida suele comenzar con las dudas personales. Aparece la duda porque
se sienten defraudados por las soluciones que le ofrecen. Entonces, empiezan a reflexionar y
a pensar por sí mismos y llega un momento que deciden no continuar. Creen que los
objetivos del grupo distan mucho de lo que iba buscando. Sus dudas se refuerzan cuando
tienen ocasión de contrastar su información con alguna fuente externa procedente de un libro,
de una persona, o por el repentino cambio de algunas normas y preceptos:
“Primero (al comenzar las dudas) encontraba más cosas con las que no…,
no estaba dispuesto a pasar por ahí” (ex - adepto, 32).
“Tenía un libro en casa por curiosidad, lo abrí. Este libro decía si conoces
a..., yo estaba con todas estas dudas, ¿no?, si conoces a algún, hablaba un poco
de la no necesidad de tener un maestro, que si había una persona que se ofrecía
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como maestro y que le criticaban y le perseguían a nivel social, y que además
intentaba meter miedo, pues esto seguro que no era una cosa positiva. Entonces
yo pensé ésto cuadra, y, ¿ves? Ésto yo lo estaba pensando desde hace mucho
tiempo...” (ex - adepta, 36).
“Imagínate, casi 80 años diciendo una doctrina y ahora de repente la
cambian. Éso a mí me creó dudas” (ex - miembro, 46).
El desencanto religioso se produce también respecto al líder. Cuando ésto ocurre, se
suele aligerar el proceso de salida:
“Incluso llega a decir (el líder) que..., él llega a insinuar que él vive del
aire. Claro tú le miras y yo, ahora que sé que tiene todas las tarjetas de crédito
que tiene, sé que del aire no vive” (ex - adepta, 36).
“Este hombre se iba desviando muchísimo de lo que yo consideraba una
ortodoxia, y también el grupo tenía problemas económicos absurdos relacionados
con una mala administración total del dinero, y unos gastos desmesurados en
caprichos que quería él” (Mujer, 48)
Recuperando la libertad perdida
Lo primero que recuperan los que consiguen salir de estos grupos religiosos, es la
capacidad de ser ellos mismos, de decidir por sí mismos. Ésto se manifiesta en frases como
“ahora pues lo hago (ayudar a los demás) con más naturalidad” (ex – adepta, 36), o “comer
carne para mí fue un poco un reto que me puse para romper los lazos con ellos” ( ex adepta,
48).
“¡Uy!, éso ha sido una liberación tremenda. Después de salir ha sido ver la
luz totalmente” (ex - adepto, 46).
“Yo soy lo que soy ahora, y estoy contenta conmigo misma ahora, gracias a
haber pasado por el grupo. Pero yo no quiero hablar de éso (del grupo) con otra
gente” (ex - adepta, 48).
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El estado psicológico de los ex adeptos es bastante parecido en el momento de entrar y
de salir. Como hemos señalado anteriormente, los adeptos entran cuando se encuentran en
situaciones problemáticas. Las salidas suelen también ir acompañadas de esa inestabilidad
personal. Inestabilidad provocada por el desencantamiento y la decepción de sí mismo. Estas
palabras así lo parecen expresar:
“Te deja muy marcado porque cuando entras allí, aunque yo tenía ya 28
años, había estado casada y todo, yo era aún una persona bastante vulnerable”
(ex - adepta, 48).
“Generalmente, los adeptos cuando dejan un grupo tienen una serie de
sentimientos encontrados muy fuertes porque piensan , `¿cómo he podido ser tan
estúpido de haberme dejado engañar? éstos son una gentuza, me han utilizado,
me han engañado, me han manipulado, me han destruido como persona y yo
como un imbécil me lo he creído todo, ¿cómo es posible?´. Y se valoran muy
bajo” (madre de adepta, 73).
Pero no todo son críticas. Para algunos, el paso por estos movimientos religiosos les
ha reportado también cosas positivas, como el haber viajado mucho, el haber conocido a
muchas personas o el haberse conocido más a sí mismos:
“Bueno, por ejemplo, cuando estás en comunidades (refiriéndose un grupo
de ámbito internacional), así que no es local exclusivamente, pues tienes una serie
de relaciones con mucha gente y diversa, y no sólamente en este ámbito, sino
regional, a nivel de España y a nivel de Europa. Yo diría que a nivel de todo el
mundo. Yo conozco personas de los cinco continentes y yo he estado por Europa
viajando. En ese aspecto pues sí, te habría otras puertas, conocías a otras gentes,
dejando aparte la cuestión religiosa. Si yo iba por ahí a Alemania pues sí, algún
día iba al centro de reunión y tal pero bueno, luego me dedicaba a hacer turismo,
conocía a la gente de allí, igual que cuando venían aquí yo también les hacía
turismo por Cataluña, les explicaba las tradiciones de aquí. En ese aspecto y por
el aspecto social de conocer gente, que es un grupo internacional, por ahí muy
bien”. (ex - adepto, 32).
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“Yo soy lo que soy ahora, y estoy contenta conmigo misma ahora, gracias a
haber pasado por el grupo. Pero yo no quiero hablar de éso con otra gente” (ex adepta, 48).
No todos llegan a superar totalmente esa experiencia. De hecho muchos ex–miembros
no han querido ser entrevistados, alegando que “no quieren volver a recordar el infierno”, o
porque no desean “hablar de eso con otra gente”. Con frecuencia tardan mucho tiempo en
recuperar la actividad, el equilibrio psicológico, la capacidad de decidir por sí mismos:
“Se fueron (un ex–miembro) a unos grandes almacenes a comprar ropa.
Estuvo ¡dos horas! dando paseos por los grandes almacenes para arriba, para
abajo y a las dos horas se volvió y dice, “¿podeís escogerme algo para comprar?´´.
Era incapaz, no tenía..., había perdido las facultades de elegir por sí misma, de
decidir por sí misma, de pensar, de ser crítica” (madre adepta, 73).
La capacidad crítica es quizás la primera muestra de libertad personal. Se sienten libres
porque pueden elegir las amistades, porque pueden relacionarse con creyentes y no creyentes,
porque pueden volver a tomar toda clase de alimentos y, en definitiva, porque podían actuar
con naturalidad y no ficticiamente:
“Tú ves que nadie, realmente, tiene sentimientos profundos hacia otra
persona porque tú no tienes tu propia voluntad (dentro del NMR). En la calle tú
tienes tus amigos, que son tus amigos porque es tu decisión, allí tú no puedes
tener amigos” (ex adepta, 48).
“Ya me relaciono con todas las personas, se rompe la barrera y tengo
amigos que pueden ser católicos, evangélicos, mormones o yo qué se..., o ateos...
La idea que tengo ahora de las religiones es que cada uno debe tener la que le
parezca mejor, la que más le guste, en la que más cómodo se sienta “ (ex adepto,
46).
Algún ex–adepto para demostrar gráficamente la falta de libertad, compara a estos
grupos religiosos con una empresa. Aunque en ambas manda un jefe, la empresa no anula la
creatividad, porque puede beneficiarla. Algunos movimientos religiosos, según los
entrevistados, sí anulan y sí manipulan el poder de decisión:
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“Incluso en mi empresa, mi jefe, yo en mi empresa hago lo que me diga,
¿no?, pero sin embargo, en todos estos grupos hasta cierta medida te quitan el
poder de decisión, que no lo tienen los que están dentro. Ahí ( en la empresa)
siempre el poder de decisión es, o sea, que no intentan anularte activamente tu
poder de decisión, sino que tu poder de decisión, incluso, beneficia a la empresa,
¿no?, porque te encargan las decisiones sobre algunas cosas. Mientras que en
una secta lo que quieren es manipular tu mente, manipular tu voluntad, pero sí
que hay bastantes cosas paralelas que pueden... realmente nunca salimos de las
sectas” (ex-adepta, 48).
También se critica el poder y la ambición económica de estos grupos. Poder y riqueza
que buscan igualmente otros grupos en la sociedad, pero no todos emplean los mismos
medios para lograrlos: la manipulación de las personas por los líderes para sus propias
ambiciones:
“Todos
los grupos, los fines que tienen son dinero y poder y el placer de
manejar a un montón de gente buena a su capricho como muñecos, pero dinero y
poder. Todos los grupos te dicen que se va a acabar el mundo y que en el próximo
mundo que se va a formar serán ellos los que manden” (Mujer, 73).
6. CONCLUSIONES PROVISIONALES
Los NMRs, tal como hemos analizado en la introducción entran dentro de la categoría
de “nuevos movimientos sociales”. Con el resto de movimientos sociales comparten rasgos y
características comunes.
El camino para el estudio empírico de los NMRs está lleno de problemas: hay pocos
datos estadísticos sobre organizaciones y adeptos, las existentes son incompletas y poco
fiables porque la mayoría de estas organizaciones son poco transparentes.
La entrada en estos grupos religiosos se suele producir en momentos de crisis
psicológicas de las personas, ante los problemas que les acosan. En muchas ocasiones esta
situación psicológica coincide con posiciones de desventaja en la estratificación social.
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La permanencia en el grupo religioso normalmente va acompañada de tensiones con la
familia biológica. En un primer momento, el grupo trata de captar, a través del nuevo
converso, al propio grupo familiar. Cuando esta misión resulta imposible, la propia familia se
convierte en obstáculo para la “salvación”, y el grupo religioso la sustituye las funciones
afectivas.
Para asegurar la permanencia del nuevo adepto en el grupo y la fidelidad a personas e
ideas, el grupo trata de aislar a las personas de su ambiente familiar y social, sustituye el “ego
personal” por un “ego colectivo” y predica la intolerancia hacia las otras religiones. Además,
para evitar deserciones atemorizan metiendo miedo y cargan con actividades agotadoras que
impiden pensar y actuar libremente.
Finalmente, la salida de los NMrs suele producirse de forma progresiva, por las
contradicciones materiales e ideológicas que se observan dentro del mismo grupo por los
comportamientos abusivos del líder. Una vez liberadas de la presión del grupo, los ex –
adeptos recuperan la capacidad de crítica tanto hacia sí mismos como hacia el grupo al que
pertenecieron, recuperando comportamientos y amistades de otros tiempos.
7. METODOLOGÍA
Los datos que hemos aportado están tomados de relatos en entrevistas en profundidad a
personas que han estado y salido de algún movimiento religioso, o que tienen algún familiar
en esos grupos. Las personas entrevistadas pertenecieron a Testigos de Jehová, Niños de
Dios, Energía Universal y Humana, Iglesia Universal del Reino de Dios, y otros grupos
influenciados por religiones orientales.
Es una investigación aún no terminada. Faltan por realizar más entrevistas, entre otras a
más a adeptos y a más familiares de ex-adeptos.
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