INTRODUCCIÓN Este trabajo de grado se centra en el estudio de la metáfora. Específicamente, formula dos preguntas a las que intenta responder. Primero: ¿qué es una metáfora?, es decir, ¿cómo funciona y cuáles son sus propiedades?; segundo: ¿qué función tiene la metáfora en el pensamiento? Con el fin de responder a estas preguntas, se realiza una lectura crítica de las tesis de George Lakoff sobre la metáfora. Este autor, lingüista de formación, es una figura prominente de la llamada ciencia cognitiva contemporánea, y sus contribuciones teóricas a diversos campos de la cognición humana abordan problemas de los que también se ocupa actualmente la psicología. Por lo tanto, se espera que los resultados de esta indagación contribuyan a la reflexión en psicología sobre distintos aspectos lingüístico-cognitivos de la experiencia humana. A lo largo del trabajo, se realiza una descripción y un análisis de seis libros en los que Lakoff desarrolla detalladamente sus ideas sobre la metáfora. El texto de base del que se parte es Metáforas de la Vida Cotidiana, debido a que es el primer gran libro que publicó el autor sobre el tema (1980) y en él se encuentran los fundamentos de su propuesta. El análisis de sus ideas se hará a la luz de la lectura de otros autores que, desde diferentes disciplinas, han hecho contribuciones al estudio de la metáfora. Definición del problema En este trabajo de grado intento responder a dos preguntas básicas que marcaron inicialmente mi interés en la metáfora. Me propuse indagar, primero, qué es una metáfora: cómo funciona y cuáles son sus propiedades. En segundo lugar, me propuse examinar cuál es la función de la metáfora en el pensamiento. Para responder a estas preguntas el interesado dispone de una vasta bibliografía; a través de los años, por no decir los milenios, un gran número de autores ha contribuido a multiplicar la literatura existente sobre el tema. Tan enorme es la cantidad de material acumulado, que revisar detenidamente al menos una parte representativa de éste constituye un trabajo largo y dispendioso. Tomando en cuenta esto y las restricciones que impone el trabajo de grado, opté por abordar entonces el estudio de estas cuestiones desde el marco más restringido, pero pertinente, de los planteamientos de George Lakoff, autor representativo de la corriente que piensa la metáfora desde su dimensión cognitiva. Elegí a este autor como referencia central para responder a estas preguntas, debido a que es una figura actual y ampliamente reconocida en el campo de las ciencias cognitivas y disciplinas afines. Sus desarrollos teóricos indudablemente han aportado elementos relevantes para la discusión sobre la metáfora. Claro está, el presente trabajo no consiste en una mera descripción de su propuesta, sino en una lectura crítica y comentada de ésta. Por tal razón, he incluido a otros autores para orientar la lectura y, así, establecer en qué medida los planteamiento de Lakoff permiten responder a las dos preguntas que he formulado antes. Por otra parte, una revisión general, que presentaré a continuación de las principales perspectivas y problemas que caracterizan los estudios sobre la metáfora, muestra que ésta, más allá de ser un simple tropo aislado, ofrece una oportunidad para repensar la teoría del lenguaje. En este sentido, estudiar la metáfora tiene un segundo interés: ya no es la metáfora por la metáfora, sino la metáfora por el lenguaje. Esta invitación de ninguna manera constituye un objetivo inmediato de este trabajo de grado, pero sí advierte sobre la importancia de su objeto, y lo enmarca en el contexto de una reflexión más amplia. El estudio de la metáfora se puede emprender desde una perspectiva ortodoxa, o desde nuevas posturas que proponen explicaciones controvertidas. La primera opción no modifica de manera significativa las bases convencionales de la teoría del lenguaje y la explicación de la metáfora se ajustará sin incomodidad a la teoría previa. En contraste, asumir el estudio de la metáfora desde una mirada crítica, innovadora, puede conducir a un cambio en las concepciones sobre el lenguaje. En la bibliografía revisada he encontrado que, por una parte, un estudio crítico de la metáfora obliga a repensar la naturaleza del signo – en este punto las ideas de Giorgio Agamben y Ferdinand de Saussure me parecen fundamentales -, y, por otra parte, permite reconsiderar el problema de la génesis de la significación y la discusión acerca de la relación entre pensamiento y lenguaje – respecto a estas cuestiones he revisado algunos aportes de Jacques Lacan, Jean-Jacques Lecercle y Lev Vygotsky. Justificación La metáfora es un terreno fecundo que ha sido objeto de numerosos desarrollos teóricos en disciplinas como la filosofía (Cassirer, Agamben), la lingüística (Jakobson) y, en menor grado, en psicología (Werner & Kaplan; Gibbs). En esta última, los trabajos sobre la metáfora han sido poco explorados hasta ahora y requerirían ser conocidos más a fondo. Los trabajos que se han producido desde diversas perspectivas muestran que las conclusiones están lejos de ser unívocas; existe una controversia entre las distintas orientaciones que han tomado la metáfora como objeto de estudio, generando discusiones que no están a punto de zanjarse. Y, aunque la historia del debate sobre la naturaleza y la función de la metáfora es de vieja data (al menos desde Aristóteles), sigue manteniendo toda su vigencia en el contexto académico actual. Su estudio es pertinente y relevante en el campo de la psicología, en primer lugar, porque la presencia de la metáfora en diversas áreas de la producción humana es un fenómeno mucho más frecuente de lo que comúnmente se reconoce. No pocos autores se han encargado de mostrarnos que la metáfora es una operación cuasi omnipresente en campos humanos como la construcción de conocimiento científico (Hallyn, Holton, Boyd) y de conocimiento cotidiano (Tomasello, Gibbs, Petrie y Oshlag), así como la creación artística (Gombrich, Panofsky, Edgar Wind). Además, se ha pensado también el funcionamiento de la metáfora en la dinámica psíquica que caracteriza no sólo a ciertos padecimientos que registra la experiencia clínica, sino a fenómenos tan habituales como la elaboración onírica (Freud, Ella Freeman-Sharpe, Safouan). Incluso, de manera más fundamental, tanto Freud, al exponernos con aguda intuición el célebre juego del fort-da, como Lacan, en sus desarrollos sobre la metáfora del sujeto, nos llevan a pensar que la metáfora parece ser de una importancia crucial en los procesos de simbolización humana y en la estructuración del pensamiento complejo. Raymond Gibbs ha señalado que algunos estudios empíricos (H. Pollio, Barlow, Fine & Pollio, 1977) han examinado la frecuencia del uso de metáforas en ensayos, entrevistas psicoterapéuticas y debates políticos, revelando que la gente usa 1.80 metáforas nuevas y 4.08 metáforas cristalizadas por minuto en su discurso: “si uno asume que la gente conversa por lo menos 2 horas al día, una persona proferiría 4.7 millones de metáforas nuevas y 21.4 millones de metáforas cristalizadas durante un lapso de 60 años de vida (Glucksberg, 1989). (...) Otros análisis de metáforas producidas en debates televisivos y programas noticiarios (p.e., los programas MacNeil/ Lehrer news) mostraron que los hablantes usan una única metáfora cada 25 palabras (Graesser, Mio, & Millis, 1989)”1. Si bien hay que reconocer que esos estudios son superficiales, pues subestiman el verdadero carácter metafórico del discurso cotidiano, no se puede negar que estos datos muestran claramente que la metáfora es un fenómeno ubicuo en el discurso cotidiano. Por lo tanto, tomar la metáfora como objeto de estudio puede contribuir, con conocimientos significativos, a repensar algunos problemas teóricos estudiados por la psicología cognitiva, la psicolingüística, o la psicología clínica psicoanalíticamente orientada. Puede aportar nuevas perspectivas a problemas de estudio clásicos en psicología y, sobre todo, puede generar nuevos problemas de investigación. En cuanto a su utilidad en el campo de la aplicación, estos conocimientos también pueden contribuir a crear nuevas estrategias de intervención en situaciones que conciernen a la práctica clínica (Freud), social (Donald Schön) y educativa (Thomas Green y Thomas Sticht) de la psicología. ¿Por qué George Lakoff? En las últimas décadas Lakoff ha conquistado una posición central en los estudios de “ciencia cognitiva”. Desde esta perspectiva, ha estudiado la metáfora principalmente desde su dimensión cognoscitiva, interesándose en las expresiones metafóricas no como objeto de un análisis lingüístico, sino como medio para inferir procesos cognoscitivos implicados en el uso de metáforas. Su importancia en este trabajo de grado estriba en que la ciencia cognitiva tiene una gran influencia en los desarrollos de la psicología contemporánea; desarrollos encaminados a responder a ciertos problemas planteados sobre los procesos de pensamiento complejo y la construcción de conocimiento. Puesto que Lakoff reflexiona sobre estos temas, y sus trabajos han ganado el reconocimiento de este medio científico y académico, considero que, en esta medida, la discusión con Lakoff puede contribuir a pensar la posición que ha adoptado la psicología en el estudio de dichos problemas. 1 Raymond Gibbs, The Poetics of Mind. Figurative Thought, Language, and Understanding, New York, Cambridge University Press, 1994, p. 124.