• ENFADO Hablad de sentimientos; utilizad frases en primera persona. Evitar el hacer advertencias inmediatas. Intentad concentraros en escuchar lo que vuestro hijo quiere deciros, de este modo puede que se calme y se sienta más comprendido. Centraros en la situación presente, no empecéis a sacar todos las cosas malas que ha hecho anteriormente. No utilicéis amenazas, a veces poner sentido de humor funciona. Manteneos alejados de la fuente de irritación y disculparos cuando sea necesario. Marcar límites y orientar los comportamientos que se puedan corregir. Intentad tranquilizaros, ya que vuestro estado anímico se proyecta en vuestro hijo. • ESCUCHAR El todo de voz y las palabras pueden marcar la diferencia a la hora de captar la atención de vuestro hijo. Colocaros cerca de él, cogerle de brazo o la cara y mantener contacto visual antes de hablarle. Y pedirle las cosas claras y de manera específica. Evitar empezar las frases con: “Si…”, “Tú…..”, ¿Por qué….? Dividir las tareas en partes pequeñas y darle tiempo para que termine la anterior. Decid lo que queréis en pocas palabras y utilizad pistas visuales y auditivas para llamar su atención. Reemplazar las palabras por actos. Cogerle de la mano y ayudarle a hacer lo que le habéis pedido. A veces les cuesta empezar. Elogiar y reforzar nada más empezar en hacer lo que le habéis pedido. Vanesa Corral Fernández (nº BI 03620)