Roymi cura su cáncer con un trasplante de células madre Las células madre de un cordón umbilical en Estados Unidos le salvaron la vida Roymi Colón Rivera se sometió al tratamiento con células madre y hoy disfruta con su mascota Canela. ([email protected]) Por Brunymarie Velázquez / [email protected] No debe ser fácil escuchar de golpe una de las palabras más difíciles de manejar: cáncer. Mucho menos cuando la persona que carga con esta enfermedad es un hijo que apenas comenzó a gatear. La noticia para Blanca Rivera y su familia no pudo haber sido más terrible; Roymi estaba muriendo y la ciencia no parecía tener respuestas para la enfermedad. La vida del pequeño pendía de un hilo sin saberlo. Hoy tiene ocho años y quien lo viera salir del balcón de su acogedor hogar en el campo de Orocovis no creería que en esa misma sonrisa habitó la malintencionada muerte. “Me decían que tenía un cuatro porciento de vida. Cuando hicieron las pruebas de compatibilidad para hacer un trasplante de médula ósea, ni su papá, ni yo ni sus hermanas éramos compatibles. Se me cayó el mundo”, contó Blanca sentada en el sillón de la sala con cientos de fotos que capturaron el proceso de la enfermedad de su hijo, su estancia en el estado de Florida, EE.UU., hasta el momento en que recibió las células madre. La fiebre alertó a sus padres Todo comenzó con una fiebre pero, después de semanas de estudios, el diagnóstico de Roymi terminó siendo leucemia linfoblástica aguda conocida como cáncer en la sangre, es una neoplasia maligna (proliferación descrontrolada de células) diagnosticada en niños comúnmente, lo que representa casi un tercio de todos los cánceres pediátricos en Estados Unidos. Según las estadísticas, la incidencia mayor de estos casos se da en menores de los dos a cinco años, sin embargo, Roymi tenía apenas siete meses. “El paciente más joven de Centro Médico”, comentó su madre. Ningún familiar fue compatible para que se pudiera hacer el trasplante de médula ósea, ni siquiera su padre Luis Enrique Colón. Ante esto los médicos decidieron buscar otras opciones, contó la madre. “Cuando la doctora nos reúne me dice ‘mamá y papá, hay catorce personas y un cordón’”, contó Blanca. Roymi y Blanca viajaron hasta el All Children's Hospital en San Petesburgo, Florida, donde tratarían la última esperanza de vida para su hijo. “Nos cayó un baño de agua fría. Tenía que irme sola, no sabía nada de inglés, me sentía indefensa. Sabía que el nene era primero pero tenía miedo de mi misma, de mi capacidad para defenderme, para defender a mi hijo en un lugar que no conocía y que no me iban a entender. Me tiré y lo hice, y gracias a Dios encontré muchas personas increíbles”, relató la madre. El tratamiento de Roymi costó más de $100 mil. “Los pagamos porque el gobierno estatal y federal nos ayudó por un fondo de dinero para casos catastróficos”, explicó la madre. “Pasamos seis meses de agonía buscando un milagro para mi hijo”, subrayó. A pesar de lo impactante que pudo haber sido la noticia de que Roymi tenía cáncer, Blanca aseguró que el momento que más ha marcado su vida “fue cuando me dijeron que el trasplante salió bien. Que mi hijo estaba sano. Empecé a gritar de la alegría, a llorar. Le oraba a Dios y le daba gracias porque mi hijo estaba bien”. Las células madre se colocan en el torrente sanguíneo y viajan hasta la médula ósea. Las células comienzan a adherirse a la médula, un proceso que toma alrededor de dos a cuatro semanas. En ese tiempo los médicos hacen diferentes tipos de estudios hasta que se aseguran que la médula está produciendo nuevas células y el cáncer ha desaparecido. Blanca no lloró mientras relataba el doloroso proceso, sin embargo, no pudo contener las lágrimas al afirmar que su hijo estaba sano. “Nacimos otra vez”, dijo entre lágrimas. 26 Aug 2012 El Nuevo Dia POR BRUNYMARIE VELÁZQUEZ [email protected] Exitoso el caso de Roymi Un trasplante de células madre lo sanó del cáncer NO DEBE SER FÁCIL escuchar de golpe una de las palabras más difíciles de manejar: cáncer. Mucho menos cuando la persona que carga con esta enfermedad es un hijo que apenas comenzó a gatear. La noticia para Blanca Rivera y su familia no pudo haber sido más terrible; Roymi estaba muriendo y la ciencia no parecía tener respuestas para la enfermedad. ROYMI COLÓN RIVERA se sometió al tratamiento con células madre y hoy disfruta con su mascota Canela.