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 Jesús Antonio Bastardo Aliendres
Año VI N° 05 / 15‐07‐2016 Llevado por las circunstancias, ha recorrido caminos insospechados que, en principio, le parecían inconcebibles y que terminaron apasionándole. Por razones ajenas a su voluntad, cursó estudios universitarios que de igual modo lo llevaron a donde se había proyectado. Evadió la posibilidad de ejercer la gerencia deportiva pero se ha conducido exitosamente ante las responsabilidades encomendadas. Más acerca del andar del profesor Jesús Antonio Bastardo Aliendres en esta nueva edición del boletín institucional Encuentro con... Compromiso, pasión y entrega determinan el quehacer de Jesús Bastardo
Siempre supo que sería educador. De muchacho, se visualizaba como profesor de bachillerato. Esa era su pasión. En consecuencia, Jesús Bastardo se planificó para cursar estudios universitarios en educación, sin embargo, fue persuadido por sus padres y terminó graduado como Licenciado en Física (1989), en la Universidad de Oriente; profesión que a la postre lo condujo hacia su más preciado anhelo: ser docente. Luego de haber cumplido su período reglamentario de ejercicio profesional, este confeso apasionado de la docencia debió pasar a retiro laboral desde el pasado mes de abril, no obstante, aseguró que la jubilación no figura entre sus opciones: “No concibo mis días fuera de las aulas de clases. La docencia para mi es lo mismo que respirar. Continuaré con mi carga académica y atendiendo las diversas actividades en las que ocupo mi tiempo dentro de la UNEG”. Desprovisto de enigmas y prejuicios, Bastardo habló francamente de su vida personal y profesional. El preámbulo de esa grata conversación fue una remembranza de su niñez; esa que vivió entre idas y venidas desde su hogar hasta la casa de su abuela paterna. Nació la Noche Buena de 1955, en Yoco, estado Sucre. Es el mayor de los seis hermanos Bastardo Aliendres. Su niñez y adolescencia transcurrieron entre Yoco, Cariaco y Güiria. A los tres años fue llevado con su abuela paterna, desde Yoco hasta Cariaco. Ella había perdido un hijo para ese entonces. Cuando tenía cinco años, fue inscrito en primer grado por una de sus tías que era maestra. “Estuve con mi abuela hasta que cursé tercer grado. A los 8 años regresé con mis padres a Yoco y allí estudié desde cuarto hasta sexto grado. Luego volví a Cariaco a estudiar primer año pero como dejé de asistir a clases mi papá me llevó de vuelta a casa”. No había liceo en Yoco por lo que debió viajar diariamente, durante dos años hasta Güiria, donde curso el primer y segundo año de bachillerato. “Eso significó un sacrificio porque me paraba a las cuatro de la mañana y regresaba a casa a las siete de la noche”. Su peregrinaje familiar lo llevó a estudiar tercer año en la población de El Pilar, cuarto año en Cariaco y quinto año en Cumaná, donde su padre adquirió una casa para que el joven Jesús se fuese ambientando, con miras al inicio de sus próximos estudios universitarios. Estas evocaciones trajeron consigo lágrimas de alegría y nostalgia por los buenos momentos vividos. “Tuve una infancia feliz. Vengo de una familia Bastardo recordó haber tenido una infancia feliz.
con sólidos principios de unión y cooperación. Mis padres siempre fueron muy unidos con sus hermanos; eso nos demostraron y lo mismo enseñé a mis hijos. Mi papá era un hombre de mucho carácter pero muy amoroso. Era el Coordinación Editorial Redacción y montaje
Lic. Enriqueta Noriega Lic. Yumisay Rodríguez Jefe de Información y Promoción Jesús Antonio Bastardo Aliendres
Año VI N° 05 / 15‐07‐2016 telegrafista de Yoco y por el bienestar de su familia pidió ser trasladado hasta El Pilar. Aunque mi abuela falleció hace muchos años aún la tengo presente con el mismo cariño de siempre”, apuntó. Culminados sus estudios de bachillerato, optó por las carreras de Educación, en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), en Maturín, y Licenciatura en Física, en la Universidad de Oriente (UDO), en Cumaná. “Fui seleccionado en las dos universidades, pero yo prefería el Pedagógico porque quería ser profesor de física en bachillerato. Mis padres influyeron para que estudiara en la UDO con el argumento de que teníamos nuestra casa en Cumaná y eso significaba un menor gasto familiar. Sin embargo, el destino terminó llevándome hasta la docencia”. Desde que terminó carga académica hasta su titulación universitaria transcurrieron cinco años. El aplazamiento estuvo asociado a las fallas técnicas de la puesta en práctica de su proyecto de Seis nietos alegran sus días: cuatro hembras y dos varones. grado. Ese desencanto le hizo pensar que la física no era lo suyo y dedicó su tiempo al comercio. “Cada fin de semana viajaba con mi papá a Caripito y a Maturín a buscar casabe para vender. Viendo que el negocio marchaba bien y que nunca me faltaba dinero en el bolsillo, pensé que no necesitaba el título universitario. Para ese entonces, no veía mas allá del presente porque mis cuatro hijos comían y vestían bien, pero un buen día mi papá me quitó la navaja con la que cortaba el casabe y me dijo que tenía que graduarme; que luego de obtener mi título me devolvería la navaja si prefería seguir con el negocio o bien podía ejercer mi profesión. Fue así que me motivé a terminar la tesis”. Ya con la carta de culminación en sus manos decidió tomarse un breve descanso en Puerto Ordaz, donde vivía uno de sus hermanos. De acuerdo a sus planes, al cabo de tres meses volvería a Cumaná a continuar con la venta de casabe, creyendo que progresaría tan pronto como lo hizo su padre: “Mi papá empezó con un Nova. Al poco tiempo compró una camioneta y luego un camión. El negocio era muy productivo”. Contrario a sus propósitos, el destino tenía para él intenciones distintas. A su llegada a Puerto Ordaz contactó a unos compañeros de estudios que trabajaban en la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (UNEXPO). Allí pasaba buena parte de su tiempo y empezó a involucrarse, voluntariamente, con diversas actividades hasta que le ofrecieron ocupar la vacante dejada por un profesor. “Rechacé el trabajo porque aún no tenía mi título pero igual me contrataron para terminar el semestre y preparar unas guías de Física I. Luego me dieron un contrato a dedicación exclusiva”. En 1991 fue cautivado por el eslogan de la UDO: “Del pueblo venimos, al pueblo vamos”. Por cuanto recibió su educación en la UDO tenía en mente volver a las aulas como profesor. El 16 de abril de 1993, Jesús Bastardo ingresó a la UNEG para apoyar en el área de procesos físico‐químicos como facilitador de los cursos dirigidos de Física y Matemática I. Su desempeño docente transcurrió entre Villa Asia y la Ciudad Universitaria, en los proyectos de carrera de Ingeniería Industrial e Ingeniería en Informática, en los cuales dictó las cátedras Física I, Electrotecnia, Resistencia de los Materiales y, desde 2014, Física II. “Han transcurrido más de 20 años y todavía no me he podido zafar de ese cordón umbilical que me ata a la UDO. Durante todo este tiempo he tenido Coordinación Editorial Como gremialista, Jesús Bastardo también ha realizado entrega de juguetes en representación de la APUNEG.
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un desempeño simultáneo entre la UDO y la UNEG. Allá solo tengo seis horas de carga académica a tiempo convencional, aquí estoy a tiempo completo, adscrito al Departamento de Ciencia y Tecnología como docente asistente. De la UNEG me cautivó el proceso de inducción que daban a los nuevos profesores, porque te introducían en el quehacer universitario, sus parasistemas y sus gremios. Aún conservo muchas amistades de ese entonces”. Puntero del deporte unegista Se declara apasionado de la gerencia deportiva más no practicante de disciplinas que vayan más allá de truco y dominó. Debe la experiencia que hoy acumula a la osadía de haber asumido grandes responsabilidades en momentos cuando ni él mismo se tenía fe. No obstante, hoy día, su acertada gestión da luces de grandes cosechas para el deporte unegista, asociando su nombre a varios hechos importantes para el quehacer universitario. Tiene el honor de haber organizado la primera participación de los unegistas en los Juegos Nacionales convocados por la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Cumaná‐1996). En 1998 se convirtió en el primer Coordinador Académico de Deportes, luego que el Consejo Universitario resolviera elevar esa unidad a coordinación y adscribirla a la Coordinación General de Extensión y Difusión Cultural. Posterior a la entrega del cargo, en 2006, fue llamado por Raúl Brito para que colaborara en la Asociación de Profesores Universitarios de la UNEG (Apuneg) como Coordinador de Deportes. Durante su desempeño gremial en APUNEG, Bastardo ha propiciado la participación de los docentes en diversos encuentros deportivos.
Desde el año 2000 representa a la UNEG ante la Federación Venezolana Deportiva de Educación Superior. Fue el autor del proyecto de ingreso directo de estudiantes atletas a la UNEG. En el 2003, elaboró un proyecto visionario que iba de la mano con la iniciativa del profesor Nilson Mesa, respecto a la creación de la mención Educación Física del proyecto de carrera en Educación. La propuesta comprendía la construcción de una cancha techada de usos múltiples, con una extensión de 2.552 metros, en la Ciudad Universitaria. Para la ejecución del proyecto, la Asamblea Nacional aprobó un presupuesto de Bs. 1.600.000,00, del cual se ejecutó la mitad de la asignación presupuestaria en una edificación que no llegó a satisfacer las necesidades mínimas de la academia. Fue el primero en coordinar el comité de trabajo que organizó la participación de los unegistas en los XXXI Juegos Deportivos Interempresas, designado en 2008 por la entonces vicerrectora administrativa, profesora María Elena Latuff. Desde el pasado mes de mayo, está de vuelta como Coordinador de Deportes de la UNEG. De todas las cosas que se ha procurado en la vida, confiesa que la gerencia deportiva nunca estuvo en mente: “Cuando Manuel Salinas, Coordinador de Extensión a finales de los años 90, me pidió que estuviese al frente de la Coordinación de Deportes yo le respondí: Cómo me vas a dar esa responsabilidad si yo no sé nada de deportes, solo sé jugar truco y dominó” (risas). Su hermano, gerente de aduanas para entonces, y un buen amigo, lo convencieron de dos cosas: 1) No precisaba ser un experto en deportes; para eso estaban los entrenadores, solo necesitaba tener nociones de gerencia y 2) las oportunidades figuran como un tren que pasa una sola vez y tienes la opción de embarcar o quedarte. Coordinación Editorial Redacción y montaje
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