20 mayo - interior - Blogs eldiariomontanes.es

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DM — M ié r co le s, 2 0 d e m ayo d e 1 9 8 1
S
Santander
?
Los cadáveres de Luis Cobo M ier
y Luis M ontero habían llegado
a Santander. E n la foto superior,
los fam iliares de Luis Cobo con­
tem plan en silencio el fé re tro que
contiene los restos m ortales del
m uchacho. Abajo, el féretro con
el cadáver, en su interio r, de Luis
Cobo. (Foto; M. Bus tom ante.)
«Q uisiera preguntar al señor Rosón, ya
q u e él d ice que no han sid o d ich os indivi­
d u o s ni torturados, ni recib id os m alos tra­
to s, m e diga púb licam ente dónde están los
brazos y las piernas de mi h ijo José Luis,
para ir a buscarlos, porque son m ío s ... Y
las de sus am igos. Se lo pide una m adre muy
dolorida por tan tam aña in ju sticia». Este
con tu n d en te y dram ático m en saje fu e reali­
zado en la noche del lunes por D olores Mier
a la «Cadena SER», en conversación telefó ­
nica. Durante todas su s d eclaracion es, he­
chas en tre sollozos, la m adre d e Luis Cobo
so lic itó , exigió, que se «haga ju sticia y que
devuelvan la honra a mi hijo, que era muy
grande la que ten ía».
Pide a Rosón que la diga donde « están las piernas
y los brazos de su hijo y sus dos compañeros»
Dram ático llam am iento de
la m adre de Luis Cobo
^ ,
José E m ilio PE LAYO
Los sucesos de Alm ería han
¡suelto a torn ar unos d e rro tero s
idramátioos. E l pasado lunes,
cuando apenas si h ab ían pasado
airme h o ras desde que Faustino
M ontero, herm ano de u n a de las
¡víctimas, luciera u n as explosivas
declaraciones en las que se espe­
cificaba que a su h erm ano Luis
¡jr a su s dos am igos «les h a n apli­
cad o la ley de fugas», la m adre
de Luis Cobo ro m p ía tam bién el
silencio. D olores Mier, con lá­
g rim as en los ojos, y sollozando
d e continuo, preguntó al actual
m in istro del In terio r, p o r comu­
nicación telefónica, a través de
la «Cadena SER», dónde se en­
c o n tra b a n los brazos y la s pier­
n a s de su hijo. E n concreto,
tran scrib ien d o textualm ente las
declaraciones, D olores M ier ma­
nifestó: «...Yo quisiera saber,
p reg u n tar... Yo quisiera pregun­
t a r al m in istro ... No veo, no
¡veo... Se m e llenan los ojos de
«¡gua. ¡Tráeme o tra s gafas!... Ten­
go u n a declaración aquí... P re­
g u n ta r al m in istro Rosón, ya que
él dice que no h a n sido, dichos
individuos, n i to rtu ra d o s ni re­
cibidos m alos tra to s, m e diga pú­
blicam ente dónde están los bra­
cos y las p iern as de m i h ijo José
Luis, p a ra ir a buscarlos, porque
son m íos... Y las de sus amigos.
S e lo pide una m ad re m uy dolosid a p o r ta n tam añ a injusticia.»
A continuación, y siem pre en
te ñ o entrecortado, im pregnando
todas las frases con llantos y pe­
sadum bre, la m ad re de Luis Co­
bo prosiguió: «M ire..., com o mi
¡hijo no me lo devuelven, y la fal­
ta ya n o hay quien m e la quite,
q u e m e hagan justicia publicar
m ente, ese señ o r o quien sea del
Gobierno. Que le devuelvan la
h o n ra que tiene m i hijo, que e ra
m uy grande la que tenía. Que él
n o h a sido ni un bandolero ni
ninguna cosa de esas... E se m u­
chacho, que e ra un m odelo de
m uchacho, ja m á s h a estado me­
tid o en ningún lío de esos... Na­
d a m ás que su trabajo, dedicado
a su tra b a jo y a su m adre... Que
tiene que cuidarla, que e stá muy
vieja y enferm a... Y adem ás,
ouando lo han hecho, ya p o r la
G uardia Civil de aquí sabían aue
los m uchachos po tenían antece­
d en tes penales, dicho por la
G uardia Civil de aquí. Así es que
ya lo sabían... Lo han hecno.. »
A raíz de aquí Dolores Mier,
que en todo m om ento cortaba las
frases y d ejaba innum erables si­
lencios, aseguró que !o que h a
o currido con los m uchachos «es
el m ayor crim en que han podido
com eter con unos chicos inocen­
tes». «Lo digo —continuó— por
m i h ijo y p o r los otros... Que los
he v iste m uchas veces aquí, en
m i casa, tard es enteras... Un m u­
chacho, m i hijo, que jam ás se
m etió en ninguna política de nin­
guna clase. El, a su vida y su t ra ­
bajo. Y si no. que pregunten en
«Montaña» la rep-atación que tie­
ne allí. Que pregunten ep «Monña» a ver qué reputación tiene
en el trabajo.»
Pero m ientras Do ores Mier ha­
blaba de esta form a, la hipótesis
de que los tre s m uchachos p e rte ­
necieran a un com ando inform a­
tivo de ETA volvió a ser esgri­
m ida ayer en m edios inform ati­
vos granadinos. En concreto, eá
diario «El Ideal» señaló que un
te rro rista de ETA, utilizando el
carnet de Luis Cobo, fue quien
alquiló el «Ford Fiesta» en Man­
zanares. Según esta versión, tal
vehículo fue usado posteriorm en­
te p o r los tre s jóvenes, sin que,
en ningún m om ento, el rotativo
granadino diga cómo pudo pro­
ducirse este hecho. De ser c-eita
esta teoría, se ab rirían nuevas
dudas ante la form a de actuar
que pudo em plear ETA p a ra m a­
nipular así a los tre s santanderinos.
C ontrariam ente a estas posi­
bles implicaciones con ETA, el
comienzo de esta hipótesis pu­
diera estar en la docum entación
de Luis Cobo. Como ya se dio a
conocer en su día. Luis Cobo
Mier había denunciado en tiem ­
pos a trá s la desaparición de su
c a rn e t de identidad, p o r lo cual
le fue expedido uno nuevo. Tam ­
bién en p u ra hipótesis, ta l car­
net de identidad pudiera haber
ido a caer en m anos de algún ac­
tivista de ETA, quien h ab ría he­
cho uso del m ism o en v a lia s oca­
siones, p o r lo que el nom bre de
Luis Cobo hubiera pasado a los
archivos policiales. Aquí —repe­
tim os que en p u ra conjetura—
pudiera haber p artid o el e rro r
judicial que term inó con la trá ­
gica m uerte de los tre s m ucha­
chos, que aún no está aclarada.
De confirm arse tal «trasiego» de
docum entación acertaría a en­
tenderse un poco m ás la m anca
versión ofrecida en los últim os
días en m edios cercanos a la
G uardia Civil alm eriense, versión
que únicam ente vale p a ra en tre­
v er las razones d© una deten­
ción.
-
Ante e sta controvertida ver­
sión, D arío Fernández Alvarez,
abogado de las fam ilias de los
tre s santanderinos m uertos, cali­
ficó ayer de «injuriosa y llena de
infundios» la hipótesis que im­
plica a los jóvenes con ETA.
Afirmaciones de este tipo —in­
dicó ayer D arío Fernández a EL
DIARIO MONTAÑES en conver­
sación telefónica— no tienen nin­
gún respaldo, no tienen credibi­
lidad. Quien ha hecho tales co­
m entarios y h a lanzado tal hipó­
tesis tiene que avalarla con algo;
debe p resen tar pruebas. D ifam ar
a tre s chicos m uertos es algo
m uy grave y se puede llegar a u n
extrem o en que las fam ilias de
los m uchachos se querellen con­
tr a quien hace tales aseveracio­
nes, en n ad a creíbles.»
P ara el letrado, e sta nueva ver­
sión de lo sucedido es u n a in tro ­
m isión en la m ateria judicial, que
únicam ente sirve p a ra prejuzgar
a las personas y c re a r una im a­
gen pública de los tre s jóvenes
santanderinos en nada favorable.
Incluso —según D arío Fernán­
dez— e sta s declaraciones pudie­
ra n e s ta r siendo utilizadas p a ra
crear u n clim a con trario en el
juez especial que lleva el caso,
«aunque m e consta —prosiguió
D arío Fernández— que el m agis­
tra d o h a cogido perfectam ente
las riendas del caso y e stá ope­
rando con gran eficacia, honesti­
dad y claridad».
M ientras tanto, los interroga­
torios a los guardias civiles im ­
plicados en el tem a siguen produ­
ciéndose día tra s día. Ayer le to ­
có el tu rn o al sargento Cañada,
quien tuvo que responder d u ra n ­
te b a sta n te s h oras a la s pregun­
ta s del letrad o D arío Fernández,
que, poco a pooo, va conform an­
do su h isto ria so bre lo que ocu­
rrió el pasado día nueve. Da
o tra , en el transcurso de estos in­
terrogatorios, no se h a vuelto a
producir ningún m om ento tiran­
te, como ocurriera con las pri­
m eras diligencias. «A raíz del in­
terro g ato rio al núm ero M artínez
C astro —puntualizó ayer el abo­
gado— no han vuelto a reg istrar­
se diálogos tensos ni situaciones
conflictivas. Al igual que tam po­
co han vuelto a reproducirse las
llam adas anónim as q u e me
«aconsejaban» la re tira d a del ca­
so. E sas llam adas llegaron a su
punto álgido cuando e stab a sien­
do interrogado M artínez C astro
y aún estaba u n juez de d istrito
instruyendo el caso. Ahora, todo
esto ha cesado.»
Lo que sí se e stá evidenciando
en el transcurso de to d a s las de­
claraciones que realizan los guar­
dias civiles es que m uchos da
ellos —y según D arío Fernán­
dez— están intentando salvarse
de la quem a, caso de que la hu­
biera. Im p era —com enta D arío
Fernández— u n sentido com ún
en las declaraciones que están
abriendo el cam ino de las inves­
tigaciones, pese a que en princi­
pio se o b ra ra m al y n o se d etu ­
viera e incom unicase a ninguno
de los implicados.
O tro extrem o que perm anece
en el m ás absoluto d e los anoni­
m atos es el del dictam en del fo­
rense. P ara D arío Fernández, el
estudio es «detallado y com ple­
to y de él se pueden obtener m u ­
chas cosas. E so sí, de los brazos
y las piernas de los m uchachos
no se h a vuelto a sab er nada.
Aunque, repito, el dictam en fo ­
rense sirve p a ra mucho». E n es­
te punto. D arío Fernández volvió
a arre m e ter c o n tra la s declara­
ciones hechas p o r el m inistro del
In te rio r, Ju a n José Rosón, ya
que «se h a anticipado y va a que­
d a r en feo cuando salgan a re ­
lu cir los detalles. Y es que puedo
garantizar, aunque no tengo yo
que hacerlo, que al final el pú­
blico ten d rá cum plido detalle de
todo lo sucedido, sab rá los por­
m enores del asunto».
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