CAPITULO XXXVIII.

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T a m b i é n conviene alejar de las pocilgas á l o s q u e sean gruñilo
nes é i n q u i e t o s , p o r q u e no dejan sosegar á los d e m á s ; y se sabe
la falta de q u i e t u d retarda los progresos d e la c e b a . L a harina de
neguilla ó zizaña
m e z c l a d a con a g u a de s a l v a d o , según Parment i e r , es el narcótico mas c o m u n m e n t e u s a d o en F r a n c i a para hacerles venir el sueño ; y en Alsacia es c o s t u m b r e añadir á su comida un
p o c o d e simiente d e beleño ó d e estramonio
[datura
estramo~
nium. L i n . ) p a r a adormecer á los gruñilones. P.
CAPITULO XXXVIII.
De algunas enfermedades de los puercos.
T i e n e n los puercos algunas enfermedades, y una dellas es la
sarna. Esta les viene muchas veces de hambre, otras de frió:
sanan muy ligeramente con el contrario. Tienen otra, que les
cresce"mucho el bazo ó livianos y hígado: contra esta enfermedad aprovecha darles á beber en canales hechas de tamarices, que llamamos tarahes, porque tiene este árbol propiedad
de deshacer el bazo; y aun si un puerco usa á beber un año
entero en unas vasijas de tamariz, cuasi no le hallarán bazo.
Si tienen calentura, lo cual se conosce que andan de lado,
la cabeza tuerta, y andan al derredor, y se caen; pues vean
que de la oreja contraria de hacia onde se tuerce la cabeza
les saquen sangre, y sacarles sangre de una vena que tienen
en la cola, y hiéranla dos dedos del sieso con un sarmiento
como cuando quieren sajar; y desque esté hinchada saquen
sangre de allí, y desque haya salido bien aten la sangradura
con una corteza de sauce ó álamo, ó cosa semejante; y tengan
el tal puerco encerrado en casa uno ó dos dias, dándole un
brevajo de agua callente y harina de cebada cuanto quisiere.
Si tienen muchas landrillas, y muchas veces mueren dellas,
échenlos en tierra, y métanlos en la boca algo, para que no
puedan morder, y sáquenles sangre de unas venas que tienen
so la lengua; y desque haya salido harta sangre friegúenles
las sangraduras con un poco de sal y harina de cebada. Otras
veces les toma modorra, que se echan todos, duermen al sol,
y no comen; pues métanlos en casa, y no les den á comer ni
beber un dia, y otro dia habrán hambre; y tomen raices de co
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