Reflexiones Espirituales. “Oración y Acción, antídotos contra la depresión”. El día de hoy, ¿sientes que la enfermedad, el pesimismo y la decidía te están aplastando?. ¿Consideras que este momento de tu vida es en una etapa muy difícil? Bueno seria ir a la frase de Nietzche: “Si existe el deseo de hacerlo...entonces existirá la manera”. Estoy en franca recuperación, de una operación en la rodilla, y al no poder caminar por tres semanas apoyando ambas extremidades, estoy aprendiendo a usar muletas y a conllevar una nueva forma de vivir, de aceptar y de llenarme de pensamientos positivos. Porque ¡como nos destruyen los pensamientos negativos!. No podemos dejar que la apatía, la desidia y el pesimismo nos aplasten. Hay que ser optimista. El ser optimista inspira confianza. Bien decía mi madre: “Acción y oración, es el antídoto contra la depresión”. Porque el optimismo y la actitud positiva generan esperanza. No podemos perder la esperanza, aun en la desesperación y en la enfermedad. Nuestra actitud es la respuesta a la forma de observar, interpretar y reaccionar, a situaciones particulares que nos suceden en la vida. Tenemos que entender que las actitudes son los hábitos de la mente. Y las decisiones repetidas, son las que se convierten en hábitos. Tenemos que trabajar en pensamientos positivos y repetir todos los días acciones positivas, para que se conviertan en hábitos positivos. La actitud positiva tiene que empezar en uno mismo. La actitud hacia uno mismo refleja la combinación de experiencias, pensamientos y emociones; es algo que se puede modelar. Hay que entender que somos lo que somos, porque somos como nos sentimos: gordos, flacos, feos, guapos, altos o chaparros. Cuando falta la salud y la enfermedad nos empieza a aplastar, hay que entender que la calidad de nuestros pensamientos genera nuestra calidad de vida. Porque las emociones, los sentimientos y los pensamientos, pueden generar alegría o tristeza, energía o depresión, bienestar o malestar, serenidad o angustia. Nosotros somos capaces de controlar y dirigir esas emociones, sentimientos y pensamientos. Cierta es la frase que dice: “Dime como piensas y te diré como vives”. Hay que luchar para no peder la esperanza. La esperanza es algo que nos permite ver la vida en otra perspectiva. Una perspectiva relacionada con la actitud positiva. La esperanza nos permitirá tener motivación permanente. Nos permitirá tener la habilidad de buscar otras formas de resolver nuestros problemas. La esperanza nos dará sensibilidad para simplificar tareas, en ayudarnos hacer poco a poco, las tareas mas pequeñas realizables. ¡Tenemos que ser optimistas!. Y entender que toda enfermedad tiene un principio y un fin. Seamos optimistas al abrigar esperanzas, para enfrentar los problemas con serenidad, y pensar que las cosas saldarán bien, no sin reconocer que habrá contratiempos y dificultades. El optimismo nos ayuda a evitar la depresión, la apatía, la desesperanza y cosa increíble nos ayuda a recuperar la salud. El optimista ve los fracasos como un aprendizaje que lo van a llevar al éxito. Al ser optimistas veremos los problemas como algo que tiene remedio. Si estamos enfermos, hay que entender que es una etapa de transición en nuestra vida para volver a recuperar la salud. Veamos los problemas como un aprendizaje de crecimiento en nuestra lucha contra la adversidad. Levantemos la cara y sonriamos; hay que entender que la vida tiene que continuar. Tengamos hoy, mañana y siempre de compañeros a la esperanza, al optimismo y practiquemos la oración y la acción para salir adelante en nuestra vida. Dr. Roberto Díaz y Díaz. Medico Pediatra y conferencista. Teléfonos: 9-25-76-24 Cel:9991839797