LA PROGRESIÓN TEMÁTICA Y LA REDACCIÓ N 1. LA COHERENCIA TEXTUAL Los medios de cohesión textual (concordancia, sustitución léxica, conectores discursivos), que ya hemos estudiado brevemente en otro capítulo, tienen la función de contribuir a expresar formal o materialmente una cualidad que debe tener todo texto (al menos, todo texto sin intenciones literarias “transgresoras”): la COHERENCIA. Podemos definir la coherencia textual como la unidad de sentido y de propósito que tiene un texto. Por tanto, un texto será coherente en la medida en que todas sus partes (palabras, frases, párrafos, etc.) se refieran a un mismo asunto general (sin cambios bruscos, inesperados o injustificados), y se dirijan al mismo fin general: narrar, describir, exponer, proponer, persuadir, divertir, advertir... En los textos de cierta extensión, la coherencia se manifiesta, entre otras cosas, mediante un mecanismo lingüístico denominado progresión informativa o temática. 2. LA PROGRESIÓN INFORMATIVA O TEMÁTICA En la mayoría de los textos (sobre todo, en prosa y sin intención literaria “transgresora”) puede percibirse una sucesión de información conocida o que se supone conocida por el destinatario del mensaje (sea por haberse mencionado ya, sea por sobreentenderse del contexto o situación, sea por estar entre los conocimientos previos del lector), la cual funciona como premisa; y de información nueva o que se supone no conocida (lo que se añade a la información conocida). En los estudios de gramática textual o análisis del discurso, la información ya conocida se llama tema o tópico, y la información nueva se denomina rema o comento. Por ejemplo, en el siguiente enunciado: Los medios de cohesión textual contribuyen a la expresión formal de la coherencia, el tema o información que se supone ya conocida por el lector es la que se expresa por medio de la parte Los medios de cohesión textual (suposición válida, pues de ellos se ha hablado ya en el capítulo anterior), mientras que la información que podemos considerar nueva se proporciona en la parte tienen la función de contribuir a la expresión formal de la coherencia. Por tanto, Los medios de cohesión textual es el tema, y el resto es el rema. sujeto predicado Los medios de cohesión textual contribuyen a la expresión formal de la coherencia tema rema En el ejemplo anterior, el tema y el rema se corresponden formalmente con el sujeto y el predicado gramaticales, lo cual ocurre a menudo. Sin embargo, puede suceder, y no es infrecuente, que la correspondencia sea distinta. Por ejemplo, si damos forma distinta al contenido del enunciado anterior puesto en cursivas: Con los medios de cohesión textual se expresa formalmente la coherencia, podemos notar que el tema los medios de cohesión textual (que aquí también es la información conocida o premisa) se halla incluido en el predicado (es parte del complemento del verbo), mientras que el rema se encuentra en el resto de la oración. Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN predicado sujeto (con) los medios se expresa formalmente la coherencia de cohesión textual tema rema Ahora supongamos que a continuación del anterior aparece el siguiente enunciado: La coherencia es la unidad de sentido y de propósito en cualquier texto. Ya se había mencionado el concepto de coherencia: este es ahora el tema, la información conocida. En el nuevo enunciado se ofrece una definición del concepto: esa definición es el rema, lo que se agrega a la información ya conocida. Se obtiene entonces un enunciado en el cual el tema vuelve a coincidir con el sujeto, y el rema, con el predicado. sujeto predicado La coherencia es la unidad de sentido y de propósito en cualquier texto tema rema Ciertamente, al principio esto puede parecer un poco difícil de entender; pero lo importante es tener en cuenta lo siguiente: a) el que una información se pueda considerar ya conocida (tema) o nueva (rema) para el receptor del enunciado depende de las circunstancias, de la medida en que un conocimiento o contexto sea compartido por los partícipes del acto comunicativo; b) en una oración, el tema no es necesariamente el sujeto, y el rema no es necesariamente el predicado; c) lo que es rema en un enunciado puede pasar a ser el tema de otro enunciado. Conocer lo anterior puede resultarnos muy útil para mejorar nuestras habilidades compositivas, puesto que redactar bien implica (entre otras cosas) organizar, en una secuencia o progresión informativa adecuada, los temas y los remas de los enunciados que constituyen un texto. Ahora bien, ¿cómo se efectúa adecuadamente una progresión informativa? Principalmente, por medio de dos procedimientos: a) la reproducción, a lo largo del texto, de la información ya conocida (tematización), b) la expresión de las relaciones semánticas entre las proposiciones (uso de los conectores discursivos). El punto b) se trata con más detalle en los capítulos Los medios de cohesión textual, sección 5; y Las relaciones semánticas entre las proposiciones. 3. REPRODUCCIÓN DE LA INFORMACIÓN CONOCIDA A lo largo de un texto (especialmente si está compuesto de más de una oración) es conveniente que se vaya recordando al lector las informaciones ya conocidas o temas, para que aquél las relacione sin dificultad con las informaciones nuevas o remas, de modo tal que la lectura resulte fluida. Esto se logra mediante ciertos medios de cohesión que ofrece la lengua para reproducir un concepto ya conocido (conocido por haberse mencionado ya, o por sobreentenderse del contexto o situación, o por hallarse entre los 2 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN conocimientos previos del lector). Tales medios son, principalmente, la repetición léxica, la sustitución léxica y la elipsis. a) La repetición léxica: Consiste simplemente en reproducir el mismo vocablo (referido a un mismo ser o cosa) en dos o más enunciados sucesivos. Ejemplo: La Esfinge era un monstruo de la mitología griega con cabeza de mujer y cuerpo de león. Según cuenta el mito, la Esfinge solía proponer un acertijo a los viajeros. En la redacción española se usa con parquedad este medio de cohesión, puesto que su empleo frecuente se considera poco elegante (entre otras razones, porque puede indicar pobreza de vocabulario). La repetición léxica se reserva, generalmente, para los casos en que tiene un propósito de énfasis o intención didáctica, o contribuye a aclarar el sentido y a evitar una ambigüedad, o cuando la primera mención del concepto se halla bastante alejada en el texto (más adelante, se dará un ejemplo de este caso). b) La sustitución léxica: Consiste en reproducir un vocablo por medio de una palabra distinta, que funciona como equivalente. Como ya hemos visto, la sustitución puede efectuarse mediante sinónimos, contiguos semánticos o proformas (véase el capítulo Los medios de cohesión textual). Ejemplo: La Esfinge era un monstruo de la mitología griega con cabeza de mujer y cuerpo de león. Según cuenta el mito, ésta solía proponer un acertijo a los viajeros. c) La elipsis: Es la omisión del término que se sobreentiende sin dificultad. Ejemplo: La Esfinge era un monstruo de la mitología griega con cabeza de mujer y cuerpo de león. Según cuenta el mito, (Ø) solía proponer un acertijo a los viajeros (se ha elidido la Esfinge, pues se deduce fácilmente). Puesto que la repetición léxica, la sustitución léxica y la elipsis repiten, reproducen o recuperan una información anterior, se denominan, en conjunto, anáforas o procedimientos anafóricos (del griego anaphorá = “repetición, relación, ligazón con lo anterior”); y puesto que sirven igualmente para tematizar (es decir, para convertir en tema) una palabra o frase en un enunciado, reciben también el nombre genérico de medios de tematización. Veamos a continuación algunos ejemplos de cómo se manifiesta la progresión informativa (sucesión de temas y remas) con los medios de tematización (repetición, sustitución y elipsis) en el pasaje narrativo siguiente (el mismo que hemos transcrito en el capítulo Las relaciones semánticas entre proposiciones): Layo, hijo de Lábdaco, se casó con Yocasta y gobernó en Tebas. Afligido por no haber tenido descendencia durante mucho tiempo, consultó en secreto con el Oráculo de Delfos, el cual le informó de que esa aparente desgracia era en realidad una bendición, porque cualquier hijo que naciera de Yocasta sería con el tiempo su asesino. En consecuencia, repudió a Yocasta, aunque sin darle explicación alguna por su decisión, lo que la ofendió de tal modo que, después de emborracharlo, consiguió que volviera a sus brazos en cuanto cayó la noche. Cuando nueve meses después Yocasta dio a luz un hijo, Layo lo arrancó de los brazos de la nodriza, le taladró los pies con un clavo, se los ató el uno al otro y lo dejó abandonado en el monte Citerón. Robert Graves. Los mitos griegos. Vol. 2. Trad. de Esther Gómez Parro. Madrid: Alianza. 2001. Realicemos el análisis para determinar los temas y los remas, dividiendo el fragmento en unidades de sentido que llamaremos proposiciones (P): 3 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN P1: Layo, hijo de Lábdaco, se casó con Yocasta... Layo, hijo de Lábdaco Tema se casó con Yocasta Rema Es la información ya “conocida”: aunque no sepa exactamente quién es este Layo (hijo de un tal Lábdaco), se supone que el lector de alguna manera ya sabe (por su bagaje intelectual, o por el contexto: ya mencionamos más arriba que de qué libro hemos copiado el pasaje) que se trata de un personaje de la mitología griega. Es la información “nueva”: lo que se dice respecto del tema. P2: ...(y) gobernó en Tebas. (Layo) Tema gobernó en Tebas Rema El mismo de P anterior. Ha sufrido una elipsis, pues se deduce fácilmente. Se añade más información “nueva” sobre el mismo tema. P3: Afligido por no haber tenido descendencia durante mucho tiempo... (Layo) Tema Afligido por no haber tenido descendencia durante mucho tiempo Rema El mismo de P anterior. Ha sufrido una elipsis por sobreentenderse sin dificultad. Información nueva que se añade al mismo tema. La concordancia (otro medio de cohesión) permite saber que afligido (masc. sing.) se refiere, sin duda, a Layo (masc. sing.). P4: ... consultó en secreto con el Oráculo de Delfos (Layo) Tema consultó en secreto con el Oráculo de Delfos Rema El mismo de P anterior. Elipsis, porque se sobreentiende fácilmente. Información nueva que se añade al mismo tema. P5: ...el cual le informó... el cual Tema A le Tema B informó Rema Información “conocida”, pues ya se mencionó en P4: se refiere al Oráculo de Delfos. Este concepto se ha tematizado aquí con la sustitución léxica por proforma: se ha sustituido por el pronombre relativo el cual, que concuerda en género y númerocon su antecedente, Oráculo de Delfos (mas. sing.) Información “conocida”: se refiere a Layo. Este nombre se ha tematizado mediante la sustitución por proforma: con el pronombre personal le, que concuerda en género y número con su antecedente, Layo (mas. sing.) Lo “nuevo” que se dice respecto de los temas A y B. P6: ...(de que) esa aparente desgracia era en realidad una bendición... esa aparente desgracia era en realidad una bendición Tema Información “conocida”, pues se mencionó en el rema de P3: no haber tenido descendencia durante mucho tiempo. Esta frase se ha tematizado mediante la sustitución léxica por un término relacionado semánticamente (lo que se denomina un contiguo semántico): (esa aparente) desgracia (en efecto, el no tener hijos se considera generalmente una desgracia). Rema Lo “nuevo” que se añade al tema. 4 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN P7: ... (porque) cualquier hijo... (aquí va P8)... sería con el tiempo su asesino. cualquier hijo sería con el tiempo Rema Tema A Información “conocida”: por el rema de P3 el lector ya sabe que se está hablando de que Layo desea tener hijos. Lo “nuevo” que se añade al tema. su asesino Tema B Continuación del rema . A la vez se refiere, por concordancia (mas. sing.), al tema A. Información “conocida”, = de Layo. Se ha tematizado mediante la sustitución por proforma: el adjetivo pronominal posesivo su, que se refiere a la vez a asesino (mas. sing.), y a Layo (3.a pers.) P8: ... (cualquier hijo) que naciera de Yocasta... (proposición incluida en P7) que Tema A naciera de Rema Yocasta Tema B Información “conocida”: se refiere a cualquier hijo, tema de P7. Se ha reproducido el concepto mediante la sustitución por pro forma: el pronombre relativo que (= el cual). Información “nueva” respecto de los temas A y B. Información “conocida”: ya se ha mencionado en el rema de P1, por el cual sabemos que Yocasta es la esposa de Layo. P9: (En consecuencia) repudió a Yocasta... (Layo) Tema A repudió a Rema Yocasta Tema B Información “conocida”: ya se ha mencionado en el tema de P1. Elipsis. Información “nueva”. Información “conocida”: acaba de mencionarse en el tema B de P8. P10: ...(aunque) sin darle explicación alguna por su decisión... sin dar- (Layo) -le explicación alguna por su decisión Tema B Tema A1 Rema Información “nueva”. Información “conocida”. Elipsis (Layo es el sujeto tácito de dar). Información “conocida”: se refiere a Yocasta, tema B de P9. Este tema se ha tematizado Continuación mediante una proforma: del Rema el pronombre objeto indirecto le, que concuerda en número con el antecedente, Yocasta (sing.). Tema A2 Tema C Información “conocida”, = de Layo. Sustitución por proforma: adjetivo pronominal posesivo (3.a pers.). Información “conocida”: se refiere a repudiar a Yocasta. Sustitución léxica por contiguo semántico: el repudiar a alguien es, generalmente, un acto voluntario (decisión). P11: ... lo que la ofendió de tal modo... lo que la Tema A Tema B Información “conocida”: se refiere a sin dar explicación alguna. Esta frase se ha tematizado mediante la sustitución por proforma: el pronombre relativo lo que (= lo cual). Información conocida: se refiere a Yocasta, tema B de P10. Sustitución por pro forma: el pronombre objeto directo la, que concuerda en género y número con su antecedente (fem. sing.). ofendió de tal modo Rema 5 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN P12: ... (que) después de emborracharlo... después de (Yocasta) Tema A emborrachar- -lo Tema B Rema Información “conocida”: elipsis por sobreentenderse fácilmente. Continuación del Rema Información “conocida”: se refiere a Layo. Se ha tematizado mediante la sustitución por proforma: el pronombre objeto directo lo, que concuerda en género y número con su antecedente, Layo (mas. sing.). P13: ... consiguió... (Yocasta) Tema consiguió Rema Elipsis por sobreentenderse fácilmente: es el mismo tema de P12. P14: ... (que) volviera a sus brazos en cuanto cayó la noche. (Layo) volviera a sus brazos en cuanto cayó la noche Rema El verbo está en forma personal, lo cual es un Tema B Elipsis por sobreentenderse índice más de que el sujeto de volviera (Layo) es Información fácilmente: el sentido de las distinto del de consiguió (Yocasta), y permite el “conocida”, uso de la elipsis del Tema A. Si hubiese sido el PP anteriores nos indica implícita en el mismo tema sujeto, volviera debería estar en claramente que quien vuelve adjetivo posesivo su infinitivo, como lo exige la gramática española: es Layo. = de Yocasta. consiguió volver. Tema A Continuación del Rema P15: (Cuando) nueve meses después Yocasta dio a luz un hijo... nueve meses después (después de que Yocasta consiguió que Layo volviese a brazos de ella) Yocasta Tema A Tema B Rema Información “conocida”. Elipsis por sobreentenderse fácilmente a partir del complemento nueve meses después. Información “conocida”. Se ha tematizado por repetición léxica, para evitar un empleo excesivo de elipsis. dio a luz un hijo Continuación del Rema P16: ... Layo lo arrancó de los brazos de la nodriza... Layo lo Tema A Tema B Información “conocida”. Se ha tematizado por medio de una repetición léxica, en beneficio de la claridad. Información “conocida”: se refiere a un hijo (nacido de Yocasta). Se ha tematizado mediante sustitución por proforma: el pronombre objeto directo lo, que concuerda en género y número con su antecedente (mas. sing.). arrancó de los brazos de la nodriza Rema 6 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN P17: ... le taladró los pies con un clavo... (Layo) taladró los pies con un clavo le Tema A Tema B Información “conocida”. Elipsis por sobreentenderse fácilmente. Información “conocida”: se refiere al hijo de Layo y Yocasta. Tematizado mediante la sustitución por proforma: el pronombre objeto indirecto le, que concuerda en número con su antecedente (sing.). Rema P18: ... se los ató el uno al otro... (Layo) Tema A Elipsis por sobreentenderse fácilmente. se Tema B los Tema C1 Información “conocida”: se refiere al hijo, tematizado mediante la sustitución por proforma: el pronombre objeto indirecto se (se usa en vez de le cuando precede a un pronombre objeto directo). Información “conocida”: se refiere a los pies del hijo, parte del rema de P17. se ha tematizado mediante la sustitución por proforma: el pronombre objeto directo los, que concuerda en género y número con su antecedente (mas. pl.). ató el uno al otro Tema C2 Información “conocida”: se refiere a los pies del hijo. Rema Se ha tematizado mediante la sustitución por proforma: los adjetivos pronominales uno (= un pie) y otro (= el otro pie). P19: ... (y) lo dejó abandonado en el monte Citerón. dejó abandonado en el monte Citerón. (Layo) Tema A lo Tema B Elipsis por sobreentenderse fácilmente Información “conocida”: se refiere al hijo, tematizado mediante la sustitución por proforma: el pronombre objeto directo lo, que concuerda en género y número con su antecedente (mas. sing.). Rema EJERCICIO : Realicemos el mismo análisis con los dos fragmentos siguientes: (A) La esfinge de los monumentos egipcios (llamada androesfinge por Heródoto, para distinguirla de la griega) es un león echado en tierra y con cabeza de hombre (...). La esfinge griega tiene cabeza y pechos de mujer, alas de pájaro, y cuerpo y pies de león. Otros le atribuyen cuerpo de perro y cola de serpiente. Se refiere que desolaba el país de Tebas, proponiendo enigmas a los hombres (pues tenía voz humana), y devorando a quienes no sabían resolverlos. A Edipo, hijo de Yocasta, le preguntó: —¿Qué tiene cuatro pies, dos pies o tres pies, y cuantos más pies tiene es más débil? Edipo contestó que era el hombre, que de niño se arrastra en cuatro, cuando es mayor anda en dos y a la vejez se apoya en un báculo. La esfinge, descifrado el enigma, se precipitó desde lo alto de su montaña. Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero Manual de zoología fantástica. 2.a ed. México: Fondo de Cultura Económica. 1966, reimpr. 1998. 7 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN (B) Una gruesa y alta serpiente con garras y alas es quizás la descripción más fiel del dragón. Puede ser negro, pero conviene que también sea resplandeciente; asimismo suele exigirse que exhale bocanadas de fuego y de humo. Lo anterior se refiere, naturalmente, a su imagen actual; los griegos parecen haber aplicado su nombre a cualquier serpiente considerable. Plinio refiere que en el verano el dragón apetece la sangre del elefante, que es notablemente fría. Bruscamente lo ataca, se le enrosca y le clava los dientes. El elefante exangüe rueda por tierra y muere; también muere el dragón, aplastado por el peso de su adversario. J. L. Borges y M. Guerrero, Ídem. Del análisis anterior podemos inferir lo siguiente: a) Lo que se proponga como tema o información conocida (para el destinatario del mensaje) debe ser tal, puesto que, si no se respeta este principio, el texto adolecerá de una grave falla comunicativa: la incomprensibilidad. Asimismo, lo que se ofrezca como rema debe aportar efectivamente información nueva al texto, a fin de que no se caiga en la repetición monótona de lo ya sabido. En otras palabras, debe haber un equilibrio entre los temas y los remas. Muy importante: En cuanto a los textos escolares o académicos (exámenes, trabajos, ensayos...), que se destinan generalmente solo a la lectura del maestro o profesor, debemos entender que se trata de una situación comunicativa “artificial”: en efecto, el profesor espera que nosotros le ofrezcamos toda la información que él pide que aparezca en el texto, aunque él mismo ya la conoce perfectamente. ¿Por qué, entonces, debemos dar al profesor datos que son totalmente sabidos por él? ¿Esto tiene algún sentido? En la escuela o en la universidad, sí, porque el propósito del docente es verificar cuánto conocemos sobre el tema que ha asignado, y si somos capaces de relatarlo o exponerlo de tal modo que nos hagamos entender claramente. Por tanto, en tal situación, no debemos omitir información importante suponiendo que el profesor ya la conoce; al contrario, debemos escribirle como si él no supiera la respuesta del examen, como si nosotros estuviésemos dando la clase. b) Los temas aparecen frecuentemente en primer lugar, y posteriormente los remas. Si no ocurre así, ello se deben a exigencias de la sintaxis o a consideraciones estilísticas. Por ejemplo, las expresiones conectivas casi siempre encabezan las proposiciones (cuando nueve meses después Yocasta...), y los pronombre átonos (me, te, lo, nos, se...) aparecen a menudo pospuestos a los infinitivos y gerundios (emborracharlo). c) La información conocida puede aparecer tematizada de diversas maneras a lo largo de un mismo texto (por medio de la repetición, de un sinónimo, de un contiguo semántico, de una proforma o de la elipsis). d) Se emplea frecuentemente la elipsis cuando la información omitida puede deducirse fácilmente y sin posibilidad de equivocación. Si lo omitido es el sujeto de un verbo, este coincide, por lo general, con el sujeto de la proposición principal anterior. e) El sustituto léxico, en beneficio de la comprensibilidad, debe remitir fácilmente al término sustituido. Esto se facilita, en el caso de las proformas, gracias a un mecanismo de la lengua que ya hemos estudiado: la concordancia. En efecto, la concordancia de género y número permite saber cuál es el elemento anterior que se ha sustituido. De estas conclusiones podemos derivar algunas recomendaciones para la redacción (por supuesto, debe entenderse que éstas son válidas principalmente para desarrollar un estilo correcto medio, y no tanto para otra clase de estilos, como los literarios o poéticos). Las exponemos a continuación. 8 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN 4. RECOMENDACIONES PARA LA REDACCIÓN RELATIVAS A LA PROGRESIÓN TEMÁTICA A. Propongamos como tema una información compartida con el lector. Procuremos proponer como tema, o información conocida por el lector, solamente aquella que pueda suponerse verosímilmente como tal (sin embargo, tengamos en cuenta lo que hemos mencionado más arriba acerca de los textos escolares o académicos). Si hemos de introducir temas que supongamos desconocidos o no suficientemente conocidos para el lector al cual escribimos, ofrezcamos información suplementaria para ayudar a la comprensión. Por ejemplo, el sentido de la siguiente oración: Edipo reinó en Tebas luego de resolver el enigma de la Esfinge, no resulta claro para quien no tenga conocimientos de la mitología y geografía griegas (¿Quién es ese tal Edipo? ¿Qué es Tebas? ¿Qué es la Esfinge?). Así pues, si dirigimos la información a un lector sin tales conocimientos, podríamos redactar la oración del siguiente modo, ofreciendo datos suplementarios: Edipo, un personaje de la mitología griega, reinó en la ciudad de Tebas luego de resolver el enigma que le propuso un monstruo llamado la Esfinge, que tenía cabeza de mujer y cuerpo de león. Teniendo en cuenta lo anterior, y con ayuda de una obra de referencia (diccionario o enciclopedia), ofrezcamos los datos suplementarios que puedan hacer más comprensibles los siguientes enunciados: • • • Heracles cortó las cabezas de la hidra. La causa de la guerra: el rapto de Helena por Paris. Odiseo tardó veinte años en regresar a Ítaca. Por supuesto, no siempre se pueden ofrecer datos suplementarios sin recargar el texto, haciéndolo pesado y de lectura lenta. Si el texto queda recargado, con demasiadas explicaciones, ello significa que hay muchas dudas de que el lector tenga los conocimientos previos necesarios para comprender el texto. En tal caso, lo prudente componer una introducción para el tema, con explicaciones más amplias, o, si no hay más remedio, cambiar el tema. Sin embargo, si la información que se da por conocida (aunque realmente no lo sea para el lector) puede hallarse fácilmente (por ejemplo, en una obra de referencia), y suponemos verosímilmente que es accesible al lector, entonces no resulta indispensable ofrecer datos suplementarios. Así, con respecto al ejemplo que hemos dado más arriba, cualquier buena enciclopedia da información sobre quién es Edipo, qué es y dónde está Tebas, y quién es la Esfinge. Por consiguiente, cuando presentemos por escrito el tema de una proposición, hagámonos estas dos preguntas: 1) ¿El tema que proponemos es información efectiva o verosímilmente compartida por nuestro lector? 2) Si no resulta información compartida, ¿es fácilmente accesible a nuestro lector? (Nuevamente, tengamos en cuenta lo dicho en la página anterior sobre los textos escolares o académicos, destinados a la lectura de un profesor.) B. Procuremos que en cada proposición haya un elemento temático. Para ayudar al lector a seguir el hilo del discurso, redactemos las proposiciones de tal manera que, en cada una, haya un elemento temático, es decir, un elemento que recuerde el tema (por medio de la repetición, de la sustitución o de la elipsis bien empleada). Además, procuremos, si lo permiten la sintaxis y el buen estilo, colocar los temas en primer lugar y los remas en segundo lugar. 9 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN Leamos el siguiente pasaje: El niño abandonado por Layo en el monte Citerón no pereció. Edipo significa “de pies hinchados”. El llanto del niño atrajo la atención de un pastor. El pastor lo encontró y lo desató. El recién nacido tenía los pies muy congestionados a causa de las ataduras. El pastor de Corinto casualmente pasaba por allí. Le dio el nombre de Edipo. Aunque puede comprenderse la secuencia de los hechos, el pasaje parece presentar cierta desorganización. Esto se debe a que la progresión informativa no se ha mantenido adecuadamente. Por ejemplo, la segunda proposición (Edipo significa...) no tiene ningún elemento que establezca una relación temática formal con la primera, para mantener la progresión. Por tanto, podríamos mejorar bastante la legibilidad del fragmento y favorecer una comprensión más fácil de éste si organizamos los temas y los remas conforme a la progresión que se puede deducir de la primera proposición: El niño abandonado por Layo en el monte Citerón no pereció. Su llanto atrajo la atención de un pastor de Corinto que casualmente pasaba por allí. Este lo encontró y lo desató. Como el recién nacido tenía los pies muy congestionados a causa de las ataduras, el pastor le dio el nombre de Edipo, que significa “de pies hinchados”. Teniendo en cuenta lo anterior, modifiquemos el siguiente párrafo, acomodando la secuencia temarema-tema donde sea necesario (tengamos en cuenta que deberemos cambiar, agregar o quitar palabras para que la redacción resulte estilísticamente adecuada): El joven Perseo sabía que, si miraba a los ojos a Medusa, quedaría convertido inmediatamente en piedra. Llevaba consigo un escudo. Perseo se acercó cautelosamente al monstruo, pero éste se dio cuenta de la presencia del héroe. En seguida trabaron un combate durante el cual Perseo se esforzaba por no ver directamente a la Gorgona. Al fin, Perseo logró acercarse lo suficiente a ella, y le cortó la cabeza con la espada. El escudo tenía la superficie bruñida como un espejo y reflejaba cualquier imagen. Medusa era la más horrible de las Gorgonas. De lo que se ha expuesto puede deducirse que, en la medida de lo posible, es conveniente agrupar los datos referentes a un mismo asunto, para que no queden injustificadamente dispersos en el texto. C. Usemos varios medios de tematización en el mismo texto. A fin de darle variedad al texto y evitar las repeticiones léxicas (véase cap. Recomendaciones de estilo..., sección A: Tendencias estilísticas generales...), y según lo requieran la comprensibilidad y la intención expresiva, empleemos diversos medios de tematización. Leamos el siguiente pasaje: Cerca de la ciudad griega de Tebas vivía un monstruo llamado la Esfinge, que tenía cabeza de mujer y cuerpo de león. La Esfinge tenía por costumbre proponer un enigma a todo viajero que pasara casualmente frente a la guarida de la Esfinge. Si el viajero no podía dar con la respuesta del enigma de la Esfinge, y hasta entonces siempre había sucedido que ningún viajero había logrado dar la respuesta del enigma, la Esfinge se arrojaba sobre el viajero y devoraba al viajero. Quedaría estilísticamente mucho mejor si sustituimos los términos repetidos por los vocablos adecuados; por ejemplo: 10 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN Cerca de la ciudad griega de Tebas vivía un monstruo llamado la Esfinge, que tenía cabeza de mujer y cuerpo de león. La bestia (contiguo semántico de monstruo) tenía por costumbre proponer un enigma a todo viajero que pasara casualmente frente a su (pronombre posesivo, se refiere a la Esfinge) guarida. Si el viandante (sinónimo de viajero) no podía dar con la respuesta (elipsis de del enigma, pues se sobrentiende fácilmente que la respuesta es de éste), lo cual (sustituto de toda una proposición: ningún viajero había logrado dar la respuesta) hasta entonces siempre había sucedido, la Esfinge (aquí es válido recurrir a la repetición léxica, pues la primera mención del nombre del monstruo se halla bastante alejada) se arrojaba sobre él (pronombre, se refiere al viajero o viandante) y lo (ídem) devoraba. Siguiendo el ejemplo anterior, acomodemos la siguiente narración (sustituyamos los términos subrayados por pronombres relativos): Antes de ser Escila un monstruo y un remolino, Escila era una ninfa. De Escila se enamoró el dios Glauco. Glauco buscó el socorro de Circe, el conocimiento de Circe de hierbas y magia era famoso. Circe se prendó de Glauco, pero como Glauco no olvidaba a Escila, Circe envenenó las aguas de la fuente. En la fuente Escila solía bañarse. Al primer contacto de Escila con el agua, la parte inferior del cuerpo de Escila se convirtió en perros. Los perros ladraban. Doce pies sostenían a Escila y Escila se halló provista de seis cabezas, cada cabeza con tres filas de dientes. Este hecho de transformarse en perros y seis cabezas con tres filas de dientes aterró a Escila y Escila se arrojó al estrecho que separa Italia de Sicilia. Los dioses convirtieron a Escila en roca. Adaptación de: Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero, Manual de zoología fantástica. 2.a ed. México: Fondo de Cultura Económica. D. Usemos la elipsis solo si la información omitida es fácilmente recuperable. Leamos el siguiente fragmento: En Creta había un gran laberinto, en el cual vivía un monstruo. Minos alimentaba al Minotauro. Un día, entre las víctimas se hallaba Teseo. Sin embargo, la hija del rey, llena de compasión, le dio al joven un hilo largo. ¿Qué es o dónde está Creta? ¿Quién es Minos? ¿Quién es el Minotauro? ¿Quién es Teseo? ¿De qué rey se habla? ¿Por qué la hija de ese rey sentía compasión? ¿Quién es el joven al cual le dio un hilo largo? ¿Y para qué un hilo largo? En rigor, en el fragmento dado como ejemplo hay temas y remas en cada proposición, por lo cual, en principio, hay progresión temática. Sin embargo, la información se presenta de modo tan escueto, que un lector que desconozca este mito griego no podrá reconocer los temas que le dan coherencia al texto. Ello es así porque se han elidido u omitido datos esenciales que no son recuperables a partir del texto mismo . Por tanto, la elipsis no resulta adecuada. ¿Cómo quedaría el fragmento dado como ejemplo si le restituimos todos los datos que aclaran los hechos? Un ejemplo (un resultado posible) es la narración que aparece en el siguiente punto. E. Procuremos limitar la elipsis del sujeto para cuando éste sea el mismo del verbo principal de la proposición anterior. Como ya sabemos, el uso de la elipsis es válido cuando la información omitida puede ser deducida fácilmente por el lector a partir de los datos que ofrezcamos en el texto. A esto hay que añadir lo siguiente: 11 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN cuando lo que se elide es el sujeto de un verbo, la elisión, por lo común, es adecuada solamente si este sujeto omitido coincide con el sujeto del verbo principal de la proposición anterior. Si no se cumplen estas condiciones, es mejor emplear otro medio de tematización. Leamos el siguiente relato: En la isla de Creta había un gran laberinto, en el cual vivía un monstruo, mitad hombre, mitad toro, llamado Minotauro. Minos, el rey de Creta, que era un hombre despiadado, alimentaba al Minotauro con jóvenes cautivos. Cierto día, entre las víctimas se hallaba Teseo, príncipe de Atenas. Sin embargo, Ariadna, la hija del rey, llena de compasión y amor, dio al joven un hilo largo y una buena espada. Así pues, entró al laberinto y ató el hilo a la puerta. Con ayuda del hilo, no perdió el camino en las sinuosidades del vasto edificio. Entonces mató al monstruo con la espada, y después, siguiendo el hilo, salió pronto del laberinto. Huyeron en una nave al otro lado del mar, y por la tarde llegaron a la isla de Naxos. Pero a media noche, Teseo, ingrato, abandonó a la fiel y enamorada doncella, y regresó solo a su patria. Notemos que en la proposición “Así pues, entró al laberinto...”, se ha elidido el sujeto: ha ocurrido una elipsis . Sin embargo, ¿fue conveniente emplear este medio de tematización? Pensemos en una persona que no conozca el mito griego de Teseo y el Minotauro, y que lea la narración anterior. ¿Quién podría suponer esta persona que es el sujeto elidido de entró y ató? Puesto que la tendencia natural de todo lector competente es suponer que el sujeto omitido por elipsis se identifica generalmente con el sujeto de la proposición anterior, se puede tomar fácilmente como sujeto de entró y ató a Ariadna, (sujeto de dio, verbo de la proposición anterior), en vez del sujeto correcto: Teseo. Así pues, lo conveniente, en este caso, es que usemos otro medio de tematización: la repetición léxica o la sustitución. Arreglemos convenientemente el pasaje subrayado de la narración anterior. Podemos dar varias soluciones, usando primero la repetición léxica, y luego las distintas formas de sustitución. Asimismo, acomodemos el siguiente pasaje, que presenta la misma clase de error: Un día, en su aburrimiento, el náufrago atrapado en la isla desierta vio una figura que flotaba en el mar. A lo lejos no la distinguía, pero cada vez se acercaba más a la costa. Entonces se dio cuenta de que era una hermosa mujer. Llegó finalmente hasta la orilla y la ayudó a levantarse y subir hasta el refugio. No obstante, cuando el contexto es claro y no hay peligro de ambigüedad, podemos efectuar la elipsis del sujeto aun cuando no coincida con el de la proposición anterior. Veamos el siguiente ejemplo, tomado de un fragmento que ya hemos copiado: Una gruesa y alta serpiente con garras y alas es quizá la descripción más fiel del dragón. Puede ser negro, pero conviene que también sea resplandeciente. Notemos que la proximidad de dragón con la forma masculina singular negro, no deja lugar a dudas sobre quién es el sujeto elidido de puede ser (aunque el sujeto de la proposición anterior es otro: la descripción). La información omitida se recupera fácilmente por el contexto (en este caso, gracias a la concordancia del adjetivo), y por tanto, la elipsis sí resulta adecuada. F. Evitemos la ambigüedad en el empleo de los sustitutos léxicos y los modificadores. Usemos los sustitutos léxicos (sinónimos, contiguos semánticos, proformas) de tal manera que no se produzcan ambigüedades o malentendidos. Además, debemos recordar que el empleo de las proformas exige respetar la concordancia. Leamos el siguiente ejemplo: 12 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN Los griegos eran buenos navegantes y sus puertos estaban entre los más importantes de la Antigüedad, que rendían culto a muchos dioses. ¿Quiénes tenían muchos dioses: los puertos de los griegos, o los griegos? Se supone que los griegos eran quienes tenían muchos dioses, pero tal supuesto no impide que la oración, tal como está construida, produzca cierto efecto chocante al leerse de corrido. Esta es la razón: en español, el pronombre relativo que, como todos los pronombre de su clase, tematizan un elemento nominal (sustantivo, generalmente) de la proposición inmediatamente anterior. Veamos: • • • Proposición 1: Los griegos eran buenos navegantes Proposición 2: Sus puertos estaban entre los más importantes de la Antigüedad Proposición 3: que rendían culto a muchos dioses. El lector se enfrenta entonces a un conflicto: o se deja guiar por la sintaxis, la cual le indica que debe tomar el pronombre que como sustituto léxico de sus puertos (= “los puertos de los griegos”), sintagma nominal que aparece en la proposición inmediatamente anterior (la número 2); o se deja guiar por la lógica, la cual le indica que son los griegos, y no sus puertos, los que adoraban a numerosas deidades. Así pues, para despejar toda ambigüedad y para hacer el discurso más comprensible a la primera lectura, armonizando la sintaxis con la lógica, debemos cambiar la posición de la última proposición, poniéndola lo más cerca que se pueda de la palabra a la cual se refiere: Los griegos, que rendían culto a muchos dioses, eran buenos navegantes y sus puertos estaban entre los más importantes de la Antigüedad. Podemos decir que gran parte de los casos de ambigüedad se resuelven colocando el sustituto léxico lo más cerca que se pueda de la palabra o expresión a la que sustituye. El mismo cuidado debemos tener en la colocación de los modificadores (adjetivos y adverbios) respecto de los términos modificados. Notemos el problema de ambigüedad que se presenta en el siguiente fragmento: Al ir Aquiles a sacar la espada de la vaina, llegó Atenea del cielo y se detuvo a sus espaldas, lo tomó de su cabello rubio, invisible para todos salvo para él, y le rogó que contuviera la mano. Encontramos aquí un problema similar: el adjetivo invisible, ¿modifica a cabello, que le precede inmediatamente, o a Atenea, una de las diosas de la antigua Grecia? Atendiendo a lo ya expuesto, modifiquemos el pasaje anterior para armonizar la sintaxis con la lógica. 5. EJERCICIO DE RECAPITULACIÓN ¿Y qué pasó con Edipo? Sus peripecias no terminan con el hecho de que hubiese resuelto el enigma de la Esfinge. Se dan a continuación, como proposiciones sintácticamente independientes, los datos que faltan para que compongamos dos textos corridos sobre la trágica historia de Edipo. Para esto, debemos tener muy en cuenta las recomendaciones que se han dado para efectuar una progresión temática adecuada. Además, como ejercicio suplementario, subrayemos el tema o elemento temático de cada proposición, indicando entre paréntesis a cuál elemento de la proposición anterior se refiere. He aquí los datos: 13 Francisco Morales Ardaya APUNTES PARA LA R EDACCIÓN A. Desde que Edipo fue encontrado por el pastor: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. El pastor de Corinto cuidó del niño. En Corinto gobernaba un rey llamado Pólibo. La reina, esposa de Pólibo, se llamaba Mérope. La reina no podía tener hijos. Ambos reyes ansiaban tener un heredero. La reina se enteró de la historia del pastor. La reina pidió al pastor que le diese el niño para criarlo. Edipo creció como príncipe heredero. Edipo creía que los reyes de Corinto eran sus padres verdaderos. Un día Edipo consultó al Oráculo de Delfos. Edipo recibió una profecía del Oráculo. La profecía afirmaba algo terrible. Edipo estaba destinado a matar a su padre. Edipo se espantó por la profecía. Edipo no quería cometer el asesinato profetizado. Edipo huyó de Corinto. En el camino se encontró con Layo. Edipo no sabía que Layo era su padre verdadero. Layo no sabía que Edipo era su hijo. Layo iba en su carro, acompañado de una escolta. Layo le ordenó bruscamente a Edipo que se apartara. Edipo se enfureció y se resistió. La escolta de Layo atacó a Edipo. Edipo mató a la escolta y a Layo. Edipo continuó su camino. Cerca de Tebas, Edipo se encontró con la Esfinge. B. Desde que Edipo resolvió el enigma de la Esfinge: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. Tras la muerte de Layo, el trono de Tebas quedó vacante. Los habitantes de Tebas tomaron una decisión. Se daría el trono de Tebas a quien destruyese a la Esfinge. Los tebanos se enteraron de que la Esfinge había muerto gracias a Edipo. Los tebanos hicieron rey a Edipo. Según la costumbre, el nuevo rey tenía que casarse con la reina viuda. La reina viuda era Yocasta. Yocasta era la madre verdadera de Edipo. Edipo no sabía que Yocasta era su madre. Yocasta no sabía que Edipo era su hijo. Edipo y Yocasta se casaron. Edipo y Yocasta tuvieron varios hijos. Tiempo después, Tebas sufría una terrible peste. No había cura para la peste. Muchos tebanos murieron de peste. Nadie sabía la causa de la peste. Edipo mandó consultar el Oráculo. Edipo recibió la respuesta del Oráculo. La causa de la peste era el enojo de los dioses contra un habitante de Tebas. Un habitante de Tebas había cometido un terrible sacrilegio. Edipo prometió desterrar al sacrílego. Edipo necesitaba saber el nombre del sacrílego. 14 Francisco Morales Ardaya 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. APUNTES PARA LA R EDACCIÓN Edipo decidió consultar con un adivino famoso. Tiresias era el adivino más famoso de toda Grecia. Tiresias le dijo a Edipo que no era prudente decir el nombre. Edipo insistió. Tiresias previno a Edipo. Revelar el nombre causaría peores desgracias. Edipo insistió. Tiresias contó la verdad. Edipo y su familia quedaron anonadados. De pesar y vergüenza, Yocasta se suicidó. De pesar y vergüenza, Edipo se sacó los ojos. Edipo se exilió voluntariamente de Tebas. A Edipo lo acompañó en el exilio su fiel hija. La hija de Edipo de llamaba Antígona. Usemos los conectores que sean necesarios (ver Los medios de cohesión textual, sección 5: Los conectores discursivos) para contribuir a la cohesión del relato, subrayémoslos con una línea doble e indiquemos la clase de relación semántica que establecen (adición, oposición, etc.; ver el capítulo Las relaciones semánticas entre las proposiciones). Asimismo, según el caso lo requiera, podemos alterar la construcción de las oraciones, y cambiar las formas verbales. PARA SABER MÁS : González Araña, Corina, y Herrero Aísa, Carmen (1997). Manual de gramática española. Madrid: Castalia. Véase la Tercera Parte: El texto, especialmente la sección 2: Propiedades del texto. Sánchez de Ramírez, Irayda, y Barrera Linares, Luis (1992). Cómo mejorar la coherencia de los textos producidos por los estudiantes. Tierra Nueva, año 1, n.° 4. Zayas, Felipe. Las actividades gramaticales desde una perspectiva textual. En: Lomas, Carlos, y Osoro, Andrés (1994), El enfoque comunicativo en la enseñanza de la lengua. Barcelona (España): Paidós. 15