Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina Acerca del nacionalismo en la intelectualidad japonesa en Argentina Cecilia Onaha Sobre la autora: Cecilia Onaha es Profesora Adjunta a cargo de la Cátedra de Historia de Asia y África (UNLP), es profesora de Historia de la Cultura de Japón (USAL), de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) y del posgrado del Instituto de Relaciones Internacionales (UNLP), en la UNC y la UNTref. Es integrante en el proyecto de investigación “La presencia del Este Asiático en Argentina. Relaciones Internacionales y sociedad civil. (2009-2012 –J 104)”. Su publicación más reciente es “Zai gai aruzenchinjin ha diasupora ka? – Ooshuu/Beikoku/Ajia no jirei kara” (¿Los argentinos residentes en el exterior conforman una diáspora?- A través de los casos de residentes en Europa, EE.UU. y Asia.) Co-autoría con Silvina Gómez. En: Nakagawa, Fumio y otros. Ratenamerika diasupora (Diáspora Latinoamericana). Tokio, Akashi Shoten, 2010. Resumen: Durante la primera mitad del siglo XX, la experiencia de migración a ultramar contribuyó a que muchos japoneses hicieran consciente una identidad nacional adquirida en mayor medida, a través de la educación formal primaria. A través de la revisión de fuentes, comenzando por las memorias de Seizo Ito, así como aquellas obtenidas del trabajo de relevamiento realizado por la comisión de Historia del Inmigrante Japonés en Argentina, se presentarán los primeros resultados en la búsqueda de respuestas a preguntas como cuál fue el impacto que tuvo su ingreso en una sociedad multicultural como la sociedad argentina de principios de siglo XX, sobre su visión del nacionalismo. El contacto de la cultura japonesa con occidente tuvo características y respuestas singulares. Una forma de resistencia ante el proceso de occidentalización fue el nacionalismo. En forma sutil se separaron los elementos de la occidentalización necesarios para sacar al país del atraso, de aquellos elementos tradicionales que eran necesarios para asegurar la cohesión interna y la consolidación de la identidad nacional, que los llevó por el camino del imperialismo. Hasta qué punto la intelectualidad estuvo consciente de los peligros del nacionalismo, la posibilidad de ver la actividad que desarrollaron fuera del Japón y del marco de la política oficial nos permite apreciarlos en toda su amplitud. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina Acerca del nacionalismo en la intelectualidad japonesa en Argentina Cecilia Onaha Introducción A diferencia de otros países asiáticos, el Japón no sufrió largos períodos de injerencia por parte de potencias occidentales en sus asuntos internos. Pasando revista una vez más a los sucesos producidos desde 1853 en adelante, la apertura forzada de los puertos, la presencia de extranjeros en zonas establecidas para ellos, la extra territorialidad, la imposición de tasas aduaneras se dieron tras 250 años de sakoku. De haber convivido de lejos con los holandeses, de pronto se vieron obligados a tener a los extranjeros en contacto más directo. El lema de “expulsión de los bárbaros” se hizo efectivo a través de atentados contra ellos o contra los funcionarios a quienes se acusaba de haber permitirlo su presencia. Pero cuando se reconoció -relativamente rápido- que era inútil intentar llevar a cabo este objetivo, pronto se viró hacia la negociación y lo más importante, a adquirir los conocimientos, la información necesaria para poder estar a la altura y hacerles frente, negociando de igual a igual. Un paso político que se vio como necesario para ser reconocido como igual, era la adopción de un sistema político a imagen y semejanza del que habían desarrollado las potencias occidentales: la conformación del estado-nación. Es sorprendente con qué rapidez los intelectuales japoneses captaron y reprodujeron esta estructura, tal vez era tan diferente a lo conocido que la sorpresa no produjo resistencia. Existían también condiciones previas que favorecieron, no todo necesitaba ser descartado y de la tradición se podían recoger elementos que podían ser reciclados y empleados en el nuevo estado. Lo que a través de los Estudios Holandeses, habían alcanzado a conocer por los libros, ahora podían ponerlo en práctica. El contacto concreto con los “otros”, hizo reforzar la conciencia del “nosotros”, diferente y esto no era cosa menor. Esta fue la base sobre la que se construyó la identidad nacional. Durante la primera mitad del siglo XX, la experiencia de migración a ultramar fue otro fenómeno de la expansión del capitalismo, que contribuyó a que muchos japoneses hicieran Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina consciente una identidad nacional adquirida en mayor medida, a través de la educación formal primaria, indudablemente una institución clave para la aceleración del proceso antes presentado. Si para los japoneses que adquirieron ese conocimiento pero luego permanecieron la mayor parte de su vida en Japón, produjo semejante impacto y en los sectores dirigentes fue conducido al extremo de poder llegar a sentarse en la mesa de las grandes potencias, la pregunta que nos hacemos es si existía otra alternativa, en la encrucijada de tener que elegir el camino para el Japón en el escenario mundial. Una respuesta posible podría deducirse de las palabras de Natsume Soseki, en su discurso de 1914, cuando al hablar de la civilización a la que aspiraba Japón, nos presenta una clara visión de lo que significaría y los altos costos que los japoneses deberían pagar para ello, incluyendo el desarrollo exacerbado de una faceta chauvinista. El siguiente fragmento, en traducción publicada en español por Amalia Sato, lo refleja así: “Lamentablemente, en la situación actual del Japón debemos mantener comunicación con Occidente y por tener que tratar con los más fuertes, nos vemos forzosamente obligados a deformar nuestro Yo para seguir las costumbres de la otra parte…Y al no ser un comportamiento fomentado desde el interior, es artificial y muy desagradable de ver. Esto no es la civilización pero) no predico que la abandonemos por mala, pues la realidad no permite otra posibilidad. Debemos tragarnos las lágrimas y deslizarnos superficialmente por la civilización… A pesar de lo avanzado de la civilización, el grado de tranquilidad recibido es ínfimo y, considerada la preocupación que padecemos por la competencia y otras causas, no hay variación en el grado de felicidad respecto de los tiempos primitivos… Si lo que yo he descubierto con esta autopsia es cierto, debemos ser pesimistas sobre el futuro de Japón. Ya no se escucha la voz que pregona a los extranjeros esa tontería de “en mi país está el Monte Fuji”, sino la voz altanera que afirma, que luego de la guerra, somos un país de primera. Un modo harto cándido de enfocar las cosas…”1 1 Amalia Sato. Japón en Tokonoma. Bs. As, 2001, pp. 297-299. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina Estas palabras nos dan un indicio de que los intelectuales alcanzaron a ver el trasfondo de lo que significaba modernizarse, a partir del camino que indicaba occidente, y un modo de poder probar esto es explorar el pensamiento de aquellos que eligieron vivir fuera de Japón, libres de los condicionamientos de la sociedad japonesa. A través de la revisión de fuentes, comenzando por las memorias de Seizo Ito, así como aquellas obtenidas del trabajo de relevamiento realizado por la comisión de Historia del Inmigrante Japonés en Argentina, se presentarán los primeros resultados en la búsqueda de respuestas a preguntas como cuál fue el impacto que tuvo el ingreso de jóvenes intelectuales japoneses, por ejemplo, en una sociedad multicultural como la sociedad argentina de principios de siglo XX y como influyó sobre su visión del nacionalismo. En otras palabras, el contacto de la cultura japonesa con occidente tuvo características y luego respuestas singulares. Una forma de resistencia ante un proceso de occidentalización invasivo fue el nacionalismo. En forma sutil se separaron los elementos de la occidentalización –los correspondientes a la modernización, necesarios para sacar al país del atraso, defendiendo y preservando aquellos elementos tradicionales que eran necesarios para asegurar la cohesión interna y la consolidación de la identidad nacional, pero que paradójicamente, buscando el camino para no ser colonia, los llevó por el del imperialismo. Más allá de que esto suma un ejemplo más de la capacidad de adaptación -desarrollada desde los orígenes de su cultura, que le permitió captar claramente a qué se refería el mundo occidental, cuando hablaba de “conformar un estado-nación moderno”, y que nosotros hoy en día podemos evaluar como una asombrosa visión y manejo de lo que era una “invención”, hasta qué punto la intelectualidad estuvo consciente de los peligros del nacionalismo. La posibilidad de ver la actividad que desarrollaron los intelectuales japoneses fuera del contexto del Japón y del marco de la política oficial – como pueden ser los destinos que muchos eligieron para emigrar, en la mayoría de los casos temporalmente, y otros para radicarse definitivamente, nos brinda otras perspectiva en la búsqueda de esas respuestas. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina 1. Elementos a considerar Sin entrar en el debate teórico acerca del nacionalismo, es necesario precisar qué aspecto se va a tomar en cuenta en este trabajo. El período que vamos a observar está regido por una idea de modernización y progreso lineal ascendente, respaldada por las ideas del Darwinismo Social, nacida en occidente e impuesta a todo el mundo conocido. Estas ideas se integraron al desarrollo del capitalismo y la expansión colonial y sirvieron de soporte ideológico. Las regiones que se vieron sorprendidas por esta oleada respondieron de diferentes formas, un caso que nos llama la atención es el caso japonés. Se coincide en que no constituyó una región central en este proceso. Si fue integrada al mismo es por su condición de punto intermedio para las potencias occidentales en su camino a destinos finales como lo era en este caso, China. Llama la atención porque, ante el embate occidental, el intento de resistencia -al ver que daría resultados- se abandonó rápidamente y se la cambió por una activa política de estudio del occidente, de búsqueda de información y conocimientos -no los que occidente ofrecía, sino los que Japón quería y necesitaba. Llama la atención porque no se dio la situación de una alianza de la burguesía local con las potencias extranjeras. Las más antiguas casas comerciales japonesas buscaron utilizar los mecanismos existentes en su favor, defendiendo los intereses locales y no sucumbiendo ante los extranjeros. Al adoptar esta postura, es posible decir que la elite japonesa fue nacionalista. Es interesante puntualizar aquí que este “nacionalismo”, bajo denominaciones como “nativismo” se había desarrollado antes, superpuesto a la crisis interna shogunal. Los tiempos favorecieron la conjugación de los dos elementos. El cuestionamiento de la tradición, la visión de que era retrógrada e impedía el desarrollo, también se vio menguado por características particulares de la cultura japonesa. Mientras las jóvenes generaciones adoptaban prácticas occidentales, en occidente se ponía de moda lo “oriental”, incluido lo japonés. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina 2. Inmigrantes especiales En 1904 llegaron a Argentina Sanjiro Marui y Taifu Furukawa, ambos graduados de la Facultad de Lenguas Extranjeras de Tokio, enviados por el Ministerio de Agricultura y Comercio japonés a través del programa “Practicantes de Ultramar”. Marui abrió una oficina comercial y luego, en abril de 1915, con la ayuda económica de Ritaro Tsunoda, un compatriota que había emigrado de los Estados Unidos, puso en circulación el primer periódico editado en idioma japonés: El Semanario Bonaerense. Para esa época ya residían mil japoneses. Por otra parte, Furukawa se desempeñó como corresponsal de Chuo Koron y del Osaka Shimpo, periódico que además de circular en Osaka, también se leía en Tokio. En 1910 llegó otro becario, Jusaburo Sugimoto, graduado del Instituto Shanghai Toa Dobun Shoin, para realizar prácticas en el sector comercial. Luego ingresó en la empresa Mattaldi, donde llegó a ocupar el puesto de contador. Se retiró en 1926 y fundó el periódico Buenos Aires Shukan. Estos jóvenes formaron parte de un grupo especial de inmigrante. Además se incluían Yoshio Shinya, quien había realizado estudios universitarios en Buenos Aires, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Shinsuke Ito, egresado de la Escuela Secundaria de Waseda, y Zenuemon Daigushi, quien había terminado sus estudios en arquitectura e ingeniería civil. En los primeros tiempos ellos se emplearon en tareas domésticas en casas de familias acomodadas de Buenos Aires, aprendiendo el idioma y las costumbres, teniendo ropa, casa y comida asegurados. Cómo expresaban estos jóvenes su vinculación con Japón, por ejemplo en el testimonio de Waichi Nakaya, uno de los trabajadores japoneses en el Ingenio Esperanza de la empresa Ledesma en Jujuy, se destaca lo siguiente: “Trabajábamos intensamente por un jornal de $3,50 y el gerente general de la planta nos elogiaba. Los japoneses recibíamos un tratamiento especial y eso nos satisfacía y nos entusiasmaba en el trabajo. Así que, cuando el 3 de noviembre de 1914 solicitamos un franco para todos los japoneses para celebrar el cumpleaños del emperador, la autorización nos fue concedida. Habrá causado buena impresión que nosotros Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina profesáramos tan profundo sentimiento hacia la patria, en cualquier lugar que estuviésemos.” 2 Hisae Sakiyama, quien se desempeñara como director de la Escuela de Colonización en el Exterior, dejó como testimonio de su viaje por el continente americano en 1914 un libro en el que relata su ingreso a la Argentina desde Chile, a través de la cordillera de los Andes, a pie, al verse detenido el tren que lo transportaba, por la nieve. Según sus registros, el 6 de agosto de 1915 llegó el tren desde Valparaíso hasta los Andes. Un día después viajaron en un carro hasta Puente Piscacha y desde ahí siguieron a lomo de mula… Pararon en un lugar llamado Río Blanco, el 8 de agosto llegaron a Juncal y el 9 fue el día crucial del viaje. “Nos levantaron a las dos de la madrugada por considerar que el trayecto iba a ser muy accidentado y después de ultimar los preparativos, partimos a las cinco. Antes de ayer fueron las rocas, ayer fue la nieve y hoy debemos escalar pisando hielo. A eso de las tres de la tarde llegamos a la cima. Estuvimos frente a un panorama de montañas y más montañas. Atrás se las podía observar superpuestas. Aquí estamos parados a 4.200 metros. Sentimos el aire frío soplar desde los cuatro costados. En la cima está el monumento del Cristo Redentor. Todo el grupo oró para expresar su agradecimiento. Entonamos tres veces el Kimigayo y finalmente exclamamos ¡Banzai! A los Andes para desear la paz mundial. En la cumbre se nos dificultaba la respiración, sentíamos dolor de cabeza y se nos empalideció la cara; teníamos los labios agrietados y los oídos ensordecidos. Aunque en verano no debería ser tan severo, en pleno invierno estábamos atravesando un lugar más elevado que el Monte Fuji. Aunque no hubo ningún lesionado, en ese lapso murieron tres mulas. Haber atravesado ese trecho equivalía a un record… El hecho de que dos japoneses hayan superado los elevados montes de 4.200 metros a lomo de mula, debe haber sido el acontecimiento más trascendental desde que la diosa Amaterasu Omikami descendió del Takamagahara.”3 2 3 Historia del Inmigrante Japonés en Argentina, p.68. Ibid, p.63. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina 3. Intelectuales. El caso de Seizo Ito El Dr. Ito relata que en la primavera japonesa del año de Meiji 24 (1892) por primera vez, viajó en tren, vio un occidental y comió comida occidental.4 Ingresó en la Escuela de Agricultura de Sapporo, por consejo de su padre, quien opinaba que en lugar de componer poesía, debía dedicarse a una actividad productiva. Así según lo declara, estaba convencido de aprender agricultura, con el fin de lograr una gran producción de las grandes extensiones que representaba Hokkaido, por el progreso del país.5 Recordando las enseñanzas del profesor Nitobe y sus dudas respecto de la tradición, reflexionó que si no hubiera existido la juventud de Meiji, crítica a la tradición, no hubiera surgido el gran Japón de Showa seguramente ¿A qué Japón se refiere? Recordando la línea de educación impartida por Nitobe en Sapporo, destaca que consistía en absorber todo lo positivo del occidente, para la realización y progreso de un nuevo Japón. En esos momentos, algunos lo malinterpretaron, creyendo que por su esposa norteamericana se había deslumbrado por lo occidental, pero jamás sostuvo que Japón debía occidentalizarse. Cuando Nitobe hablaba con occidentales, a diferencia de cuando hablaba con japoneses, destacaba todo lo positivo del Japón, no se debe dejar de considerar el esfuerzo que realizaba para transmitirles aquello del Japón que no se llegaba a apreciar. Así nació Bushido, en el esfuerzo de querer transmitir a su esposa la esencia básica del japonés y para Ito, la versión en inglés, constituye una obra sin igual en ese sentido. El ideal de Nitobe, según Ito, era construir un verdadero puente en el Pacífico, uniendo las culturas de Japón y América del Norte, dando a conocerse mutuamente y favoreciendo la integración de ambas, contribuyendo al progreso de la humanidad toda. Ito resume en sus memorias, que frente a ideas como las expuestas por Kipling, de que occidente es occidente y oriente, es oriente y nunca van a integrarse, postura de carácter claramente intolerante y que impedía el encuentro, también estaban los nacionalistas japoneses que solo destacan al Japón y al pueblo japonés, que consideraban a quienes aceptan incorporar elementos occidentales 4 Seizo Ito. Nanbei ni nouboku sanjuunen. (Treinta años de actividad agropecuparia en Sudamérica). Tokio, Miyakoshi Taiyōdō, 1956, p.17. 5 Ibid., en el original 国家のた…, p.20. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina como traidores, pero que ambos están equivocados y que la postura adoptada por el profesor Nitobe era la correcta. Se debía dejar de lado todo pensamiento relativo a si la postura de occidentales como Kipling significa una pérdida o un beneficio. Los japoneses debían salir al mundo y estudiar minuciosamente todas las culturas. Porque no importa cuan alto se ubique el Japón, siempre habrá algo que aprender en el mundo y por ese motivo hay que adoptar la forma de pensamiento del profesor Nitobe, salir a estudiar al mundo y llevar a Japón todo aquello bueno que se encuentre.6 Utiliza expresiones como, “más que los lazos de sangre son fuertes los lazos de la tierra”,7 con motivo de haber podido recibir ayuda de argentinos cuando la necesidad lo apremiaba; pero también “la sangre es más densa que el agua”, 8cuando se trató de confiar el cuidado de sus tierras, a lo largo del relato vemos como se van entretejiendo elementos de las dos culturas. Se describe como “producto del liberalismo de Meiji”, al referirse al reencuentro en Madrid con Arai Kinta, un diplomático que había trabajado en Buenos Aires como intérprete y luego decidió formar familia con una mujer mexicana. Allí en Madrid, durante su tercer viaje a Europa, se reencontraron y supo que la familia Arai se había radicado en México y trabajaba como profesor universitario. 9 Sin embargo, como relata entre sus experiencias durante el tercer viaje a Europa en 1929, en el puerto frente a Barcelona, al cruzarse en el Mediterráneo, frente a un barco japonés y agitar su pañuelo a modo de saludo, la alegría que sintió al ver que varios marineros respondían agitando sus manos fue muy particular. Lo llevó a reflexionar, que aunque el destino lo alejaba de Japón, y ya sus actividades lo llevaban a recorrer distintos países del mundo, no importaba el lugar que fuera, el ver la bandera japonesa le producía una profunda alegría. 10 De igual modo, cuando hablaba de un sueño por cumplir, éste era levantar un establecimiento agropecuario, del cual pudiera estar orgulloso, en medio de la pampa argentina, que como expresión sin 6 Ibid, pp. 58-60. Ibid, pp 294-297. 8 Ibid, pp. 298-299. 9 Ibid, p. 308. 10 Ibid, pp. 309-310. 7 Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina palabras significara “aquí hay un japonés” (日本人茲にあり) y así, denominó a su estancia “La Fusi”.11 En 1938 fue invitado a disertar en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. En nombre de la facultad habló el Dr. Garbarini Islas, quien al presentarlo señaló que: “su vida es todo un ejemplo extranjero de argentinismo bien entendido”.12 En este texto, más allá de las observaciones relativas a la administración eficiente y racional de una explotación agropecuaria como lo es una estancia argentina en la región de la pampa, Ito resume su formación, desde su infancia, su compromiso con la tierra, más allá de cuestiones políticas e ideológicas, y la profesión que eligió: la de productor. En el transcurso del relato, también se va dibujando el perfil de lo que el llama un “liberal de Meiji”. Utilizó cada uno de sus tres viajes por Europa, para recoger información directa del mundo y pudo con ella sortear muchas de las dificultades que se tradujeron en crisis para los productores argentinos. 4. La guerra en Asia Hasta aquí hemos realizado la presentación del perfil de los actores sobre los que decidimos enfocar nuestra atención. La guerra en Asia nos brinda el momento coyuntural en donde los veremos actuar, expresar sus ideas, identidad, lealtades. En Argentina, para Japón el otro extremo del mundo, los jóvenes japoneses concentrados en sus actividades vinculadas al desarrollo individual, no eran ajenos a lo que sucedía en su país y en Asia. Al respecto encontramos un amplio espectro de actitudes. Por ejemplo en los relatos de algunos jóvenes inmigrantes surgen los comentarios de que emigrar era una vía de evadir el servicio militar. En los periódicos de época se encuentran periódicamente avisos de la representación diplomática y los trámites correspondientes para 11 Es la forma de transliteración de “Fuji” que encontró y explica en sus memorias, que lo eligió porque así apodaban a su esposa en Alemania, cuando se enteraron de su compromiso con Ito. 12 Historia del Inmigrante Japonés en Argentina, tomo 1, op. cit., p. 215. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina la prórroga a esa obligación. Pero el encontrarse en una sociedad diferente era también convertirse en representante de su propio pueblo. Este fue el principal motivo por el que jóvenes con conocimientos se encargaran de difundir información de Japón. En Argentina encontramos el caso de Yoshio Shinya y las primeras publicaciones sobre Japón. Entre el fin de la guerra Ruso–Japonesa y el fin de la Primera Guerra Mundial, se produjo la llegada de un contingente significativo de japoneses, entre los que se encuentran los jóvenes que presentamos más arriba. Entre todos formarán las bases de la comunidad en Argentina. La opinión internacional, liderada por las potencias occidentales, presentarán una imagen positiva y la sociedad argentina se hizo eco de esa visión. Sin embargo, desde la creación del Manchukuo hasta la derrota en la Guerra del Pacífico, el ambiente se transformará y de hecho, si bien a niveles de muy baja intensidad, la comunidad sufrirá el impacto de la guerra. Debido a la incursión de Japón en Manchuria, la relación con China fue deteriorándose hasta la declaración de la guerra. El trabajo Historia del inmigrante japonés en Argentina, hace referencia a los medios masivos de comunicación y su dura reacción contra Japón, al punto de que japoneses fueron objeto de ataques durante las fiestas callejeras del carnaval. Ante estas circunstancias, los japoneses residentes en Córdoba defendieron su posición pro-japonesa enviando notas a los medios locales. Se mencionan los comentarios de Saichiro Onishi se publicaron en el diario Principio; Shinsaku Yamagishi, los hermanos Fushimi y Shingo Kiyama lo hicieron en El País, Kumao Tajima y Mori, en el diario Córdoba y Shinji Yoneshima en La Voz del Interior. Dichos artículos se hicieron públicos en 1932. La Asociación Japonesa en la Argentina preparó folletos relacionados con la incursión japonesa en Manchuria que fueron distribuidos en sectores políticos, diplomáticos y periodísticos. 13 Pero no se precisa los términos que se utilizaron. La acción institucional se constituyó en un centro vital para las relaciones entre los dos países. En 1933 se formó la delegación argentina de la Asociación de Damas Japonesas en el Extranjero, y en 1935 el Departamento de Damas de la Asociación Japonesa en la 13 En el mismo texto se hace referencia al agregado naval de la Legación Japonesa, Kenzo Ito, que ofreció una conferencia de prensa sobre la situación y anunció una campaña para recolectar fondos. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina Argentina. El Instituto Cultural Argentino- Japonés fue creado en 1933 y su presidencia fue asumida por el almirante Manuel Domecq García, mientras Yoshio Shinya ejerció como Secretario y entre los vocales figuraban Kenkichi Yokohama junto a otros oficiales del Ejército y la Marina argentina. 14 También la delegación argentina de la Asociación Okinawense en el Exterior, el Departamento de Damas de la Asociación Nakagusuku y la Asociación Ozato, ambos pueblos de Okinawa, enviaron fondos de ayuda para los deudos de los caídos en la guerra y para la construcción de un monumento recordatorio.15 Durante el tiempo de tensión de la guerra, se formó en el seno de la comunidad la asociación Hakkokai, inmigrantes que formaban parte de los contingentes enviados por el Ministerio de Asuntos Exteriores, como practicantes. Para promover su empleo, se organizó la agrupación Ichiukai. Surgió el lema “Hakko Ichiu” (“formar un hogar unido en todos los rincones del universo”), justificando la política expansionista en el continente. De carácter similar surgió en la provincia de Corrientes la agrupación Jugokai, “con el fin de fortalecer la mutua amistad y enaltecer el espíritu japonés”; en la provincia del Chaco se creó la agrupación Dohokai con el mismo sentido. Si bien las denominaciones empleadas para estas agrupaciones son de un fuerte color nacionalista, al interrogarse a algunos de sus miembros, lo que se desprende es que en realidad se trató de asociaciones de camaradería. Pero también circularon ideas contrarias a la guerra, por ejemplo a través del folleto Tairiku Shimpo (Noticiero Continental), venido desde Chile. También se distribuyó un libro editado en Chile con el título Un examen del caso del Japón, cuyo texto se está tratando de localizar para su análisis. Al estallar la guerra en Europa contra el eje, fueron cancelados todos los contratos con los servicios de noticias y Buenos Aires cobró importancia como fuente de información desde un país neutral. Asi, Masao Tsuda (Domei Tsushin), Giichi Imai y Ryugen Hosokawa (Tokyo Asahi), Saburo Suzuki (Tokyo Nichinichi, luego Mainichi), Tokujiro Furuta (Yomiuri) se instalaron en esta ciudad. 14 15 Ibid, p. 299. Ibid, p. 300. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina El hecho de que nunca se haya cortado totalmente las comunicaciones, unido a la presencia de jóvenes que habían emigrado a la Argentina con una visión menos condicionada por la situación internacional, influyó en que no se produjeran terribles episodios como los de Brasil. 5. Comentario final La imagen que surge de esta primera aproximación es que hay material interesante para revisar y que puede ayudarnos a alcanzar el perfil de los jóvenes intelectuales. Por la formación que recibieron y el amplio espectro de ideas que circularon entre ellos sugiere que su identidad nacional se había conformado en un ambiente liberal y no había experimentado el denso ambiente nacionalista desarrollado en la década de 1930. Tanto el caso de los jóvenes becarios de la Universidad de Lenguas Extranjeras de Tokio, como el del doctor Ito, los símbolos utilizados para expresar su identidad son los tradicionales y en el caso del Dr. Ito, el mismo utiliza la expresión de “liberal” para definirse. Ante la pregunta de si habría existido otra alternativa en el camino del desarrollo elegido por Japón, retomando la cita de Natsume Soseki, que aludía a que los japoneses sin una profunda conciencia, solo se estaban “deslizando” por la modernidad, empeñados en una carrera que solo los llevaría a enfermar por la extrema presión generada por la competencia, el caso de los intelectuales en Argentina siguieron ese patrón. Ellos trabajaron por su desarrollo individual y también por fortalecer las relaciones entre ambos países. Pero cuando se pone en marcha el proceso de integración en la sociedad argentina es cuando vemos que comienzan a diluirse las fronteras construidas, aunque siempre queda un rastro de la identificación con la patria. En el momento de crisis por la guerra en el continente se puso de manifiesto la identidad japonesa. Queda planteada así la tarea de continuar en la búsqueda de más información que nos ayude a probar si los hechos en Brasil respondieron a factores generacionales- en el caso de los intelectuales que actuaron en Argentina, todavía Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina conservaban muchos elementos liberales, o si tiene además relación con cuestiones de origen geográfico y pertenencia a distintos sectores de la sociedad. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Migración japonesa-Argentina Bibliografía - Federación de Asociaciones Nikkei en la Argentina. Historia del Inmigrante Japonés en Argentina, tomo 1. Buenos Aires, Talleres Gráficos Total Graf, 2004. - Ito, Seizo. Nanbei nōboku sanjuunen. Tokio, Miyakoshi Taiyōdō, 1956. - Anderson, Benedict. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2000. - Hobsbawn, Eric. La Era del Imperio. 1875-1914. Buenos Aires, Crítica, 2001. Sato, Amalia. Japón en Tokonoma. Buenos Aires, Artes Gráfica Negri, 2001.