AZTLAN Buscada por medio milenio, Aztlan es la tierra ancestral y

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AZTLAN
Buscada por medio milenio, Aztlan es la tierra ancestral y legado de l@s mexican@s/chican@s o “aztecas/nahuas” como eran conocidos anteriormente. “Azteca” literalmente quiere decir “persona de Aztlan”
(Anaya y Lomelí 14). El lugar exacto de Aztlan es disputado porque los
invasores españoles saquearon y quemaron las bibliotecas de los aztecas.
“Los historiadores de hoy cuentan con algunos originales y con algunos
códices precolombinos, llevados a Europa como recuerdos por los primeros soldados aventureros porque les parecían extraños y coloridos sus
dibujos; para reconstruir los eventos de esta raza culta” (Caine 5). Algunos
eruditos creen que Aztlan se encuentra en el actual sur de California; otros
creen que se encuentra en el actual estado de Nuevo México mientras que
otros designan a Texas y aún otros afirman que la tierra natal de los aztecas se encuentra en el estado de Utah (6). La mayoría de los investigadores coinciden que Aztlan está ubicado al norte del golfo de California (Anaya y Lomelí 14).
De acuerdo a la mitología y leyendas azteca, los aztecas partieron de siete cuevas de una isla muy retirada hacia el norte y se les había
profetizado que en algún lugar al sur de este lugar habían de construir su
nuevo hogar donde se encontraba un águila parada encima de un nopal
devorándose una serpiente, (la actual ciudad de México, D.F.) (Caine 5).
“Según la leyenda, no toda la gente de Aztlan emigró hacia el sur; muchos
se quedaron atrás. Sus tierras hoy son aquella porción de los EE.UU.,
consistiendo de California, Arizona, Nuevo México, Texas, Nevada, Utah, y
partes de Wyoming, Colorado, Kansas, y Oklahoma. La mayoría de esta
porción es conocida hoy como la región suroeste” (Hernández 1) (Vigil 70).
La actual región suroeste le pertenecía anteriormente a México antes de
ser anexada por el gobierno imperialista de EE.UU., después de que
México perdió La Guerra México-Americana en 1848 (Foley y Chávez 17).
L@s Mexican@s/Chican@s de Aztlan son autóctonos de la
región, sus ancestros los aztecas/nahuas habitaron esta área miles de
siglos antes que los colonizadores europeos (Chávez 1), y esto es comprobado por la existencia de grupos lingüísticamente ligados y distribuidos
por la región montañosa pacífica y la región suroeste de EE.UU., hasta el
sur de México, pertenecientes al mismo grupo Uto-Aztecan-Tanoan, e
incluye tales pueblos autóctonos como los paiute, shoshoni, hopi, pima,
yaqui, cora, huichol, comanche, coahilteco, tepehuan, rarámuri (tarahumara), kiowas, luiseño, y muchos otros (Caine 2).
Los anglosajones se refieren a esta región como “el suroeste”
de EE.UU., pero l@s mexican@s/chican@s conocen este mismo lugar
como “el norte” que también incluye los estados norteños del actual país
de México (i.e., Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila,
Nuevo Loen, Tamaulipas, Durango, Zacatecas, y San Luis Potosí). El
norte corresponde a la región que los ancestros azteca/nahua de l@s
mexican@s/chican@s nombraron Aztlan (Del Pozo 28) (Anaya y Lomelí
73). L@s mexican@s/chican@s no reconocen la frontera impuesta por
EE.UU., que divide su tierra patria además, según l@s mexican@s/chican@s, los únicos “ilegales” son los anglosajones racistas; de
hecho, existe una solidaridad creciente entre los mexican@s nacidos en
EE.UU., y los mexican@s nacidos en México y saben que su respaldo
mutuo es crucial para conseguir la autodeterminación en su tierra nativa
Aztlan (Chavez 153). Aztlan es sinónimo de un pasado que todos los de
descendencia mexicana reconocen como punto de partida, un paraíso precolonial y también es sinónimo de un futuro en el cual han de recuperar
sus tierras y el derecho a la autodeterminación (Anaya y Lomelí 86) (Chávez 130).
SOMOS MEXICAN@S /CHICAN@S
NO somos latinos. NO somos hispanos. Debemos desasociarnos de estos términos euro-céntricos que nos han aplicado errónea-
mente porque glorifican 500 años de colonización europea y la violación y
genocidio de nuestra gente y ocultan nuestra verdadera identidad (Foley y
Chávez 48). Somos mexican@s/chican@s. Antes de 1821, mexican@ se
refería a personas que hablaban náhuatl (tales como los aztecas/nahuas
que hablaban el idioma mexicano o náhuatl) o a personas relacionadas
con los nahuas. A partir del siglo dieciséis, uno tenía que hablar náhuatl
para ser considerado mexican@ y para ser exacto, uno debía ser azteca o
relacionado con los aztecas/nahuas. Entonces, el gentilicio mexican@ es
sinónimo de azteca (Forbes 18). Mexicano y chicano son derivados del
mismo gentilicio mexica que es lo que los aztecas fundadores de Tenochtitlán (la actual ciudad de México, D.F.) se nombraron. Después de haber
colonizado a los mexicas, los españoles nombraron a todos los autóctonas
similares mexicanos conforme extendían su colonización hacia el norte,
con el tiempo la pronunciación cambió de mexicano a chicano en los
territorios mexicanos hacia el norte (Vigil 80) (Anaya y Lomelí 79).
Hoy en día chican@ quiere decir simplemente cualquier persona de descendencia mexicana que vive en EE.UU., y que es orgullosa
de su raza mexicana y se ha dedicado a la lucha por la igualdad y justicia
para el pueblo mexicano (Trejo 101). Como decía el difunto periodista
chicano Rubén Salazar, “un chicano es un@ méxicoamerican@ que no
tiene una imagen anglosajona de sí mism@” (Salazar 1).
La colonización española de México duró unos 300 años y en
todo ese tiempo no hubo más de 300,000 españoles que vinieron a colonizar a la populación autóctona mexicana que en aquel entonces contaba
con 20 millones (Forbes 168). Sin duda alguna, la gran mayoría de l@s
mexican@s/chican@s entonces es de sangre pura autóctona o al menos
parcialmente autóctona (Foley 1). Los de sangre pura Europea en México
constituyen un pequeña minoría y son estos y sus aliados los que integran
la corrupta élite gobernante de la actualidad. Contrario a la creencia popular, la mezcla de Europeos con autóctonos se llevó acabo muchos menos
en los territorios norteños del México colonial (Forbes 18). L@s mexican@s/chican@s de hoy pueden ser morenos oscuros hasta morenos
claros hasta casi parecerse europeos pero todos poseen sangre autóctona
y eso los une. L@s mexican@s/chican@s no son menos de sangre pura
que los que en EE.UU., son conocidos como “Native Americans,” o como
“black” o como “white”.
Hoy en día, l@s mexican@s/chican@s constituyen la tribu/nación autóctona más grande del hemisferio occidental (13). Cada
aspecto de la cultura mexicana es influenciado por tradiciones autóctonas,
desde la comida (tortillas, chiles, frijoles, tamales, etc.) hasta la música
(mariachi, banda, corridos, norteñas, etc.), hasta la religión (el cristianismo
mexicano es profundamente influenciado por las creencias y tradiciones
autóctonas) (27), hasta el idioma (el español hablado por los mexican@s/chican@s está repleto de palabras tomadas directamente del
náhuatl) (Garibay 19). Más de 5,000 palabras usadas diariamente por l@s
mexican@s/chican@s tales como zacate, popote, elote, mecate, guajolote,
etc., provienen del idioma náhuatl de sus antiguos ancestros los aztecas/nahuas (Wolf 41) (Forbes 26). Actualmente, el idioma náhuatl es el
mejor conservado y más ampliamente usado idioma autóctono en todo el
hemisferio occidental (Karttunen xvii).
De acuerdo a los últimos resultados del US Census Bureau,
actualmente existen más de 21 MILLONES de ciudadanos estadounidenses de descendencia mexicana. Los estadounidenses de descendencia
mexicana constituyen casi el 70% del total de la populación “hispana/latina” viviendo en EE.UU. Todos los demás denominados “hispanos”/
“latinos” (i.e., puertorriqueños, cubanos, centroamericanos, etc.) en
EE.UU., juntos no constituyen ni la mitad del número de ciudadanos estadounidenses de descendencia mexicana. A nivel nacional en EE.UU., los
ciudadanos estadounidenses de descendencia mexicana constituyen la
minoría étnica más grande de EE.UU., aparte de los negros pero a nivel
regional, en Aztlan los estadounidenses de descendencia mexicana no
nada más constituyen la minoría étnica más grande sobrepasando el
número de negros desde California hasta Texas sino que en muchos
lugares constituyen la mayoría. L@s mexican@s/chican@s de Aztlan no
son imigrantes. Los mexican@s/ chican@s han residido continuamente en
su tierras ancestrales por innumerables siglos (Forbes 14). Según el US
Census Bureau, más del 80% de los ciudadanos de descendencia mexicana residen en Aztlan.
Como contraste a las innumerables humillaciones infligidas
por las sucesivas colonizaciones extranjeras desde hace 500 años, l@s
mexican@s/chican@s han históricamente recurrido al recuerdo de la
magnificencia de sus ancestros los aztecas/nahuas como fuente de orgullo
y motivación para sobrevivir (Anaya y Lomelí 112). “El mexicanismo se
difundió aunque lo trataron de contrarrestar los españoles y con el tiempo
Moctezuma se convirtió tan importante en el norte como en el sur de México. Los yaquis de los 1820s y los apaches de los 1840s luchaban por la
causa de Moctezuma, y los miembros de por lo menos una aldea pima al
sur de Tucson aseguraban ser de origen azteca (Forbes 27).
NUESTRA TIERRA AZTLAN
L@s mexican@s/chican@s de Aztlan han sido colonizados
por tres imperios: primero la monarquía española; segundo el gobierno
mexicano controlado por la élite criolla; y tercero por EE.UU., y cada uno
ha negado a l@s mexican@s/chican@s el derecho a la autodeterminación,
derecho que Dios le otorga a cada nación. Por más de 500 años, l@s
mexican@s/chican@s de Aztlan han sido las víctimas del racismo y la
discriminación de forma sistemática e institucional, afectando cada aspecto
de la vida social. La división racial de la labor, impuesta por los primeros
colonizadores españoles en el siglo dieciséis que coloca a los de sangre
pura europea muy por encima de los autóctonos y parcialmente autóctonos, continúa oprimiendo a l@s mexican@s/chican@s de hoy en día.
Vistos como invasores extranjeros en sus propias tierras nativas y tratados como ciudadanos de tercera clase, l@s mexican@s/chican@s son sujetos a sueldos injustamente mezquinos y son
negados puestos importantes. El proceso empieza con el sistema educativo y su currículo basado en la supremacía blanca que forzosamente matricula a los estudiantes mexicanos/chicanos en cursos “electivos” cuyas
materias no son transferibles a la universidad. La mayoría nunca alcanza
a terminar la preparatoria con un porcentaje de deserción escolar que
sobrepasa el 50 por ciento, luego la pobreza sirve de conscripción militar
para la mayoría de la juventud mexicana/chicana.
Sin educación, llenos de auto-odio, hostigados por la policía y
la patrulla fronteriza simplemente por no ser blancos; sin oportunidades
para superarse, algun@s mexican@s/chican@s recurren al crimen para
sobrevivir. Las cortes de la (in)justicia luego los encarcelan (con mucha
más frecuencia que a los anglosajones aunque cometan los mismos crímenes) desbordando las populaciones en las prisiones—de manera que
hay muchos más mexicanos/chicanos en prisión que en la universidad—de
esta manera constituyen la mayoría de quienes se convierten en esclavos
para la industria prisionera que obliga a los prisioneros a fabricar productos
para corporaciones multimillonarias por literalmente unos pocos centavos
al día. Irónicamente, si se les hubiera otorgado empleos desde un principio, ellos no habrían cometido los crímenes motivados por la pobreza que
los hizo parar en la cárcel.
En cuanto a la política, los mexican@s/chican@s carecen de
toda representación sólo existe la demagogia de los políticos “hispanos”
que son los monigotes de los anglosajones. Los medios han borrado a
l@s mexican@s/chican@s de la existencia excepto por algunos pequeños
papeles desempeñados por actores “latinos” que estereotipan a todos l@s
mexican@s/chican@s como patéticos criminales, ilegales y obreros peno-
sos. Las iglesias refuerzan las nociones euro-céntricas y justifican la
colonización. La legislación local, estatal y federal ataca a l@s mexican@s/chican@s en todos los sentidos, destruyendo y desplazando comunidades enteras; vedando espacios y actividades; prohibiendo el idioma; negando los derechos del trabajador; selectivamente patrullando las
calles con policías letales y fascistas; estableciendo leyes y sentencias
racistas; estigmatizando la forma de vestir y la cultura en general.... En
pocas palabras, como una verdadera hegemonía, todas las instituciones
sociales son perjudiciales para la comunidad mexicana/chicana. L@s
poc@s mexican@s/chican@s que se benefician son aquell@s dispuestos
y capaces de sacrificar su cultura e identidad al interiorizar la supremacía
blanca a cambio de un asenso aunque nunca llegan a conseguir los puestos de los anglosajones.
El gobierno mexicano y el gobierno de EE.UU., son hostiles
con los mexicanos y ambos están en combinación con el fin de oprimir a
l@s mexican@s/chican@s. La élite gobernante de México (compuesta de
una minoría de descendencia pura española e inversionistas extranjeros)
mantiene a las multitudes mexicanas en la peor pobreza forzándolos a huir
el país hacia el otro lado de la frontera en búsqueda de trabajo para sostener a sus familias. Una vez en EE.UU., l@s mexican@s/chican@s se
convierten en “ilegales” y son despojados de todos sus derechos y son
forzados a desempeñar los trabajos más peligrosos y laboriosos y menos
remunerados que a su vez sostienen la economía del país; sin embargo,
son siempre los únicos culpados en tiempos de recesión económica. Este
acuerdo entre México y EE.UU., es un siniestro complot diseñado para
mantener por siempre a los blancos ricos y a l@s mexican@s/chican@s
pobres y oprimidos en ambos lados de la frontera.
Con el aumento en las comunicaciones (celulares y cibernéticas) y la migración mexicana, l@s mexican@s/chican@s de Aztlan han
vuelto a ser un mismo pueblo a pesar de la frontera que los divide. L@s
chican@s al norte de la frontera les fascina la música norteña (en especial
la banda y los corridos) y a los mexicanos al sur de la frontera les fascina
la música Chicano rap y tejano. De nuevo ambos empiezan a vestir,
hablar y vivir de la misma manera. No nada más comparten la misma
cultura sino que también comparten las mismas penas. Ambos son gobernados por blancos racistas en ambos lados de la frontera y anhelan ser
amos de sus tierras ancestrales para así convertirse en amos de sus
propios destinos. “El deseo de los mexicanos del suroeste de recuperar la
región siempre ha sido ligado a sus deseos de autodeterminación cultural,
política y económica; una autodeterminación que ellos creen que solo se
podrá conseguir al controlar el espacio que ellos ocupan. La historia de la
lucha por esa región es central a la historia chicana” (Chávez 5).
La nación mexicana/chicana de Aztlan se merece el derecho
de decidir a favor de lo que más le conviene y la oportunidad de resolver
sus propios problemas. El status quo NO es equitativo. La pobreza, la
violencia pandillera, el aumento de muertes en la frontera, el hostigamiento
racial, el desempleo, juzgados y sentencias injustos, interpretaciones
racistas de parte de los medios, un detestable sistema educativo, etc.,
todas estas cosas son debidas al hecho de que l@s mexican@s/chican@s
no ejercen ningún control sobre las instituciones que rigen sus vidas y no a
causa de la inferioridad racial como han afirmado los colonizadores por
500 años. Actualmente, el altísimo precio que se paga por conseguir el
“éxito” necesariamente incluye la interiorización de nociones basadas en la
supremacía blanca. Todo esto puede y tiene que terminar lo antes posible.
L@s mexican@s/chican@s deben saber que no son racialmente inferiores
y que tampoco son invasores extranjeros y que no merecen ser tratados
así. A través de la educación y la auto-valoración y NO por medio del odio
y la violencia, l@s mexican@s/chican@s podrán mejorar su situación y
hacer de sus tierras ancestrales un lugar mucho mejor para el beneficio de
todos. L@s mexican@s/chican@s unidos y con la ayuda de todos aque-
llos con cuales comparten Aztlan, tales como los negros, blancos, asiáticos, Native Americans, las minorías hispano parlantes, los de raza mixta, y
cualquier persona a favor de la autodeterminación del pueblo mexicano/chicano; pueden construir hoy la tierra patria mexicana/chicana del
futuro.
Dentro de unas pocas décadas, l@s mexican@s/chican@s
volverán a constituir la mayoría por todo Aztlan. L@s mexican@s/chican@s deberán unirse y redescubrir su patrimonio autóctono
que poseen en común y que ha sido estigmatizado por 500 años para así
ponerle fin a la colonización de sus tierras ancestrales y asegurar un mejor
mundo a las futuras generaciones mexicanas/chicanas libres y prósperas
como deberían ser todos los seres humanos.
REFERENCIAS CITADAS
Anaya, Rudolfo A. and Francisco Lomeli. Aztlan: essays on the Chicano homeland.
Albuquerque: University of New Mexico Press, 1989.
Caine, Ralph L. Historic Aztlan and the Laguna de Ora. Los Angeles: Ralph L.
Caine, 1962.
Chavez, John R. The lost land: the Chicano image of the southwest. Albuquerque:
University of New Mexico Press, 1984.
Del Pozo, José Yañez. Aztlán y el Incarrí: dos mitos sobre nuestra América. Quito,
Ecuador: Ediciones Abya-Yala, 2000.
Foley, Neil and John R. Chavez. Teaching Mexican American History. Washington
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Garibay, Jose Igancio Davila. Del nahuatl al español. Tacubaya, D.F., Mexico:
Institute Panamericano de Geografia e Hisotria, 1939.
Hernandez, Luis F. Aztlan: the Southwest and its peoples. Rochelle Park, New
Jersey: Hayden Book Company, Inc., 1975.
Karttunen, Frances. An Analytical Dictionary of Nahuatl. Oklahoma: University of
Oklahoma, Norman, Publishing Division of the University, 1992.
Salazar, Ruben. Ruben Salazar, a selection of columns reprinted from the Los Angeles Times. Los Angeles: Los Angeles Times, 1970.
Trejo, Arnulfo D. The Chicanos: as we see ourselves. Tucson: University of Arizona Press, 1979.
Vigil, Diego James. From Indians to Chicanos: the dynamics of Mexican American
culture. Prospect Heights, Illinois: Waveland Press, 1998.
Wolf, E. Sons of the shaking earth. Chicago: University of Chicago Press, 1929.
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