La Hermana Lucia Enterrada en Fátima

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La Hermana Lucía enterrada en Fátima
por John Vennari
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La Hermana Lucía dos Santos, la única sobreviviente de los videntes de Fátima, murió en
su Convento Carmelita el 13 de febrero de 2005.
Cuando ella fue enterrada en el cementerio del convento en febrero último, se anunció
que sería trasladada a Fátima en un año. Su deseo fue ser eventualmente sepultada en el
Santuario de Fátima, próxima a sus santos primos. El traslado de sus restos ocurrió el sábado 19
de febrero de 2006.
Viajé a Portugal para observar el evento.
Recordarán los lectores que en agosto de 2005 tuvo lugar en Fátima una peregrinación de
reparación a la que asistieron unos 3000 católicos de alrededor del mundo, para hacer reparación
pública por el sacrilegio del Rector Guerra, del Santuario de Fátima, al permitir una ceremonia
hinduista de oraciones que tuvo lugar en el altar de la Pequeña Capilla de las Apariciones (la
Capelinha).
Recordarán también los lectores que a medio camino de nuestra hora de reparación, el
Rector Guerra ordenó a un pequeño grupo de monjas interrumpir nuestro Rosario cantando sus
propios himnos por el micrófono, mientras nosotros todavía estábamos en oración. Sus voces
cortaron nuestras devociones como una sierra eléctrica. Fue uno de los espectáculos más
estrafalarios con que nunca tropecé.
Como esto no logró dispersarnos, el Rector Guerra ordenó luego propalar una explosión
de música sacra a un nivel ensordecedor por el sistema exterior de altavoces del Santuario, tan
potente que pudo escucharse a gran distancia. Completamos nuestra hora de reparación a pesar
de la brutal interrupción, y procesionamos desde la Pequeña Capilla cantando el Salve Regina.1
Los hechos del 19 de febrero
Me ubiqué en la gran explanada del Santuario de Fátima contemplando estos recientes
sucesos a las 11 de la mañana del sábado, día del traslado de la Hermana Lucía. Fue importante
haber llegado temprano, ya que una gran multitud esperaba para asistir a las ceremonias.
El evento comenzó en Coimbra, a 96 km. de Fátima. El ataúd había sido desenterrado del
cementerio del convento uno o dos días antes y fue llevado a la capilla carmelita, donde tuvo
lugar la Misa a las 8:30 hs., y llevado luego a la catedral de Coimbra para una Misa a las 11:00
hs., celebrada por Albino Cleto, Obispo de Coimbra.
Todas las liturgias de ese día, triste es decirlo, fueron las del Novus Ordo Missae. Fueron
celebradas con una cierta dosis de reverencia exterior, aunque también contuvieron las
novedades, tales como el ‘beso de la paz’, la presencia de ‘acólitas’ y el sacrilegio de la
Comunión en la mano.
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr82/cr82pg30.pdf
Después de la Misa en Coimbra, el ataúd de la Hermana Lucía viajó en una suerte de
Hertz/van a Fátima, donde esperaban los fieles. Se erigió una gran pantalla en la explanada, y los
peregrinos pudieron observar los procedimientos iniciados en Coimbra, incluyendo la caravana
de la Hermana Lucía en camino hacia Fátima. Dos helicópteros siguieron la corta escolta de
vehículos y transmitieron cada kilómetro del viaje no solo a nuestra pantalla, sino a la red
nacional portuguesa de televisión que, desde temprano en la mañana, transmitió una cobertura
sin interrupciones del traslado de la Hermana Lucía. Para los medios de Portugal esa fue una
cobertura noticiosa digna de un funeral presidencial.
Cuando los helicópteros quedaron suspendidos en el espacio aéreo de Fátima, supimos
que había arribado la caravana. Fue aproximadamente a las 2 de la tarde.
Las ceremonias tuvieron lugar en Fátima en medio de un clima cambiante, que varió todo
el día de un sol brillante a un encapotado con chaparrones mezclado con vientos y aguanieve,
como si la naturaleza no pudiera ponerse de acuerdo.
Decenas de miles de fieles permanecieron de pie por horas en estas condiciones sin un
pío de queja. Si algo molestaba, ellos parecieron tomarlo de buen humor. El Mensaje de Fátima
se centra en hacer penitencia, y los portugueses, que parecen tener la medida de la congregación,
comprenden ese hecho simple. Cuando un glorioso sol brillante fue repentinamente trastornado
por lluvias torrenciales, miles de paraguas subieron al cielo como una andanada de artillería
antiaérea.
Salvando las distancias, durante ese aguacero, la escena fue reminiscente de las fotos de
la mañana del 13 de octubre de 1917, durante las violentas lluvias que precedieron el Milagro del
Sol presenciado por los 70.000 presentes. También entonces, el paisaje de la Cova da Iria fue el
de un mar de paraguas.
El sol brilló, sin embargo, cuando el cuerpo de la Hermana Lucía recién llegó y era
llevado a la Explanada. Cada vez que era llevada en procesión a través de la multitud, los
peregrinos agitaban pañuelos blancos en señal de afecto, como es la encantadora costumbre
portuguesa. La primera parada fue en la Pequeña Capilla de las apariciones, que marca el lugar
donde se apareció Nuestra Señora a los tres niños en 1917. Se rezaron cinco decenas del Rosario,
después de lo cual el ataúd fue llevado en procesión hasta una pequeña plataforma en la
escalinata de la basílica.
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr82/cr82pg30.pdf
LA HERMANA LUCIA REGRESA AL LUGAR
DONDE SE APARECIO NUESTRA SEÑORA
Al menos 17 obispos, un gran número de sacerdotes, y varios religiosos y organizaciones
laicas integraron la procesión. Los organizadores de las ceremonias de ese día tuvieron el buen
sentido de disponer que se cantaran solamente himnos de profunda reverencia para que todo
fuera edificante al oído. Bien, casi todo. Una sustancial nota discordante partió de Dom Serafim
Ferreira e Silva, Obispo de Fátima y celebrante de la Misa, quien durante su homilía se sintió
compelido a defender la nueva orientación modernista de ecumenismo y diálogo interreligioso
(ver artículo que se acompaña, “Fátima rechaza el control del Papa”).
Después de la Misa, el cuerpo de la Hermana Lucía fue llevado en procesión al interior de
la basílica; miles de pañuelos se agitaron una vez más mientras los peregrinos cantaban. La
Hermana Lucía fue luego colocada en una tumba recién dispuesta, próxima a su prima Jacinta.
Esas tumbas están del lado izquierdo del frente de la basílica (mirando hacia el altar), la tumba
de Francisco está a la derecha. Tan pronto como pudieron, los peregrinos formaron largas filas, y
en respetuoso silencio, esperaron para rezar ante el nuevo lugar de descanso de la Hermana
Lucía.
La basílica de hormigón y el propuesto mausoleo
Digo nuevo lugar de descanso, no lugar de descanso final. Pues como los periódicos
portugueses informaron, las autoridades del Santuario de Fátima anunciaron que los cuerpos de
los tres videntes de Fátima serán probablemente trasladados de la antigua basílica y colocados en
un mausoleo aún por construir. La razón, argumentan, es que no es apropiado que la Misa en la
basílica sea interrumpida por los peregrinos que visitan las tumbas de los videntes en el frente de
la iglesia.
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr82/cr82pg30.pdf
Foto en un periódico del capellán GHO
del antiguo convento carmelita, ¡no
con sotana ni cuello clerical, sino con
traje y corbata!
Ese razonamiento no parece lo bastante apropiado, ya que a lo largo de Europa, los santos
son sepultados en las iglesias y visitados por los peregrinos.
Una razón más posible para el traslado de los videntes, y esta es mera conjetura de mi
parte, es que las autoridades del Santuario saben que los peregrinos irán a dondequiera estén los
videntes. Y los peregrinos ignoran alegremente la nueva espantosa basílica ahora próxima a su
conclusión en Fátima, no solo porque es una colosal monstruosidad, sino porque los peregrinos
irán directamente a la Pequeña Capilla de las Apariciones y visitarán las tumbas de los tres
queridos niños, ahora en la antigua basílica.
Si el mausoleo se construye dentro o en los alrededores de la nueva iglesia de hormigón,
servirá por lo tanto como una suerte de justificación por haber erigido ese borrón en el paisaje.
Nuevamente, esa es una simple conjetura, como que no sé donde será construido el mausoleo.
En cuanto al nuevo edificio, lamento decir que la iglesia modernista de la Santísima
Trinidad avanza a paso rápido. El último agosto, las paredes exteriores estaban todavía en
construcción. Ahora parece que las paredes están completas. La enorme estructura redonda no
tiene ventanas, pálida, gris-blanca de cemento, y luce más como una prisión de máxima
seguridad que como un Tabernáculo del Altísimo.
En realidad, visité Coimbra durante mi reciente viaje, y vi una gran prisión cercana al
convento carmelita de la Hermana Lucía. La penitenciaría está coronada con una hermosa cúpula
que es nada menos que majestuosa. Que ironía, pienso, que esa prisión en Coimbra luce como
una iglesia, mientras que la iglesia de hormigón del Rector Guerra más parece una prisión (ver
fotos en “La última conferencia del Rector Guerra”). Y la nueva iglesia/prisión de Guerra tiene
un precio indicativo de al menos 50 millones de dólares.
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr82/cr82pg30.pdf
¿Por qué tan fea?
Eso nos plantea la pregunta: ¿por qué un hombre de iglesia diseñaría y construiría
deliberadamente algo tan feo? ¿Especialmente en uno de los más santos santuarios de la tierra?
¿Por qué darnos un estadio de cemento? Allí no hay ningún signo de restricciones
presupuestarias para evitar la erección de algo edificante. Y no hay falta de talento para llevarlo a
cabo. Hay muchos arquitectos católicos talentosos como Duncan Stroik y Thomas Gordon
Smith, capaces de diseñar estructuras nobles que pudieran cumplir con los requerimientos de
grandes multitudes, incluso complementando el motivo arquitectónico existente de la antigua
basílica y columnata.
¿Hubiera sido demasiado pedir al Rector Guerra que insistiera que su arquitecto diseñara
una iglesia que verdaderamente luciera como una iglesia? ¿Dónde están los signos externos de
majestad que corresponden a la Casa de Dios? ¿Dónde hay algo en el edificio que apunte al
Cielo, para que el lugar mismo luzca como un edificio en oración? ¿Dónde hay una traza de
nuestra herencia arquitectónica católica en el exterior de la iglesia? Nada de eso se encuentra en
la nueva estructura en Fátima. En su lugar nosotros tenemos la monstruosidad de concreto
que luce como si fuera construido para ser un circo marxista para el proletariado; algo en lo cual
no aparecerían fuera de lugar carteles de Stalin.
En realidad, fue Mons. Rudolph Bandas, uno de los más eminentes teólogos de los
Estados Unidos, quien llamó “mórbida epidemia” al crecimiento del arte modernista y de esa
arquitectura en las iglesias católicas. El escribió en la American Ecclesiastical Review, de
octubre de 1960, una prestigiosa revista teológica, que “Muchos sospechan – y no sin razón –
que estamos aquí frente a frente con la infiltración del Comunismo procurando hacer ridícula y
repulsiva la religión, especialmente a los niños”. Trágicamente, gracias al Rector Guerra, una
exhibición multimillonaria en dólares de carácter tan repulsivo es ahora una colosal instalación
en el Santuario de Fátima.
La prensa portuguesa
El último trozo de información para relatar mi estadía en Portugal es como trató la prensa
secular el traslado de la Hermana Lucía. Esas noticias no fueron algo relegado a la página de
religión de la Sección C del periódico, como hubiera sido en este país, sino en muchos casos
estuvo en la página frontal de noticias. Nosotros contamos al menos 67 artículos de noticias
sobre la Hermana Lucía, el Santuario de Fátima y los sucesos relativos solo en un período de dos
semanas, y esas son apenas las historias de las que nosotros conocemos. La historia de Fátima
esta muy ligada al pueblo portugués; ellos sienten interés por cualquier cosa que ocurre allí,
incluyendo el hecho que Fátima ha cambiado sus estatuas y que ahora será regida por cuatro
obispos en lugar de uno.
Se informó que Coimbra nominó una calle en honor de la Hermana Lucía, y mostró a las
religiosas carmelitas de su convento, presentes para la ceremonia de dedicación. Hubo
numerosos artículos de primera plana y se incluyó la traslación de la Hermana Lucía; una noticia
sobre la casa de la infancia de la Hermana Lucía en Aljustrel convertida en lugar de
peregrinación; e historias especulando si se observaría o no el período de cinco años antes de
proceder a su beatificación.
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http://www.fatima.org/span/crusader/cr82/cr82pg30.pdf
Se conoció la noticia que las carmelitas de Coimbra van a convertir la celda de la
Hermana Lucía en un pequeño museo. No se dijo una palabra sobre como podría ser incluso
abierta al público, ya que su celda está en medio de un claustro carmelita y, con razón, fuera de
los límites del resto del mundo. Tal vez sea solamente para las religiosas. También hubo una foto
molesta del capellán de la Hermana Lucía, en el Diário de Coimbra, que lo muestra sin sotana ni
cuello, sino de traje y corbata (ver abajo).
Pero hubo una pieza de información que no puede encontrar, la pregunta para la que no
puede encontrar una respuesta, ni de nadie de la prensa, ni de mis contactos en Portugal. Es la
pregunta que todos me hicieron desde mi regreso: ¿se abrió el ataúd de la Hermana Lucía cuando
fue desenterrado, y si su cuerpo se encontró incorrupto? Sobre ese punto, por cualquier razón,
aparece una censura. Ninguna noticia de un lado ni del otro.
Nota:
1. Ver “Shrine Authorities Disrupt Pilgrimage of Reparation”, J. Vennari, The Fatima
Crusader, Edición 81, Otoño 2005. En la web en www.fatimacrusader.com/cr81pg11.asp
6
http://www.fatima.org/span/crusader/cr82/cr82pg30.pdf
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