Absolutismo de Inglaterra

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Absolutismo de Inglaterra
Extraído de Escuelapedia
El absolutismo se impuso en Inglaterra entre los siglos XVI y XVII, siendo los reinados de Enrique VIII y
Elizabeth I los más significativos de este período.
En contraste con el absolutismo francés, los conflictos religiosos en Inglaterra, condujeron al
debilitamiento de la monarquía. Por otra parte, desde el siglo XIII ya existía una constitución en Inglaterra,
por tanto, más de 500 años antes que la primera carta magna francesa fuera aprobada. La constitución
inglesa establecía los poderes parlamentarios y del gobernante.
Aunque el rey tenía el poder limitado por el rendimiento del parlamento, este hecho no había frenado el
surgimiento del absolutismo en Inglaterra. Pero, de forma muy particular, en virtud de la existencia de un
parlamento que legislaba, el modelo que existió allí mezcló la centralización política en la figura del rey
con la descentralización del poder.
La derrota en la Guerra de los Cien Años
Inglaterra perdió la Guerra de los Cien Años (1337-1453) de Francia, que le costó el debilitamiento de la
monarquía, la extinción de su ejército y una severa crisis económica, debido a los costos del conflicto
militar.
A la Guerra de los Cien Años, siguió una disputa por el trono inglés, llamada la Guerra de las Rosas (14551485). A mediados del siglo XVI, Inglaterra estuvo gobernada por Enrique VI, de la dinastía Lancaster.
En 1461, el rey fue depuesto por Eduardo IV, de la casa de York. Eduardo IV gobernó Inglaterra por unos
nueve años, cuando Enrique VI asumiría el trono en un periodo fugaz. Ya en 1471, con su muerte, Eduardo
IV regresó al poder, gobernando hasta 1483. Eduardo IV fue sustituido por Eduardo V, el cual reinó por
unos meses solamente, y Ricardo III, que se mantuvo hasta su muerte en 1485. Con el apoyo de la dinastía
de los Lancaster, que había sido sacada del poder por parte de York, Enrique VII, de la casa Tudor, fue
coronado rey. Éste se casó con Elizabeth de York, hija mayor de Eduardo IV, unificando a los grupos rivales
y, en consecuencia, poniendo fin a la Guerra de las Rosas.
Enrique VIII y Elizabeth I
El matrimonio de Enrique VII puso fin a un conflicto interno que duró más de tres décadas y había
debilitado la nobleza de Inglaterra. El heredero al trono, Enrique VIII, coronado en 1509, es considerado el
más importante de los reyes absolutistas ingleses.
El fortalecimiento de la monarquía bajo el gobierno de Enrique VIII se asocia siempre con la reforma
religiosa que tuvo lugar en Inglaterra alrededor de 1530 – que llevó a la Iglesia Anglicana. Hasta entonces,
la Iglesia Católica siempre había tenido una gran influencia política y poder económico en el país, además
de ser dueña de numerosas extensiones de tierra.
Durante el reinado de Enrique VIII, el escenario religioso cambiaría radicalmente. Varios fueron los factores
que llevaron a la reforma: el rey pretendía vaciar el poder papal en Inglaterra; la nobleza mantenía interés
en las extensiones de tierra de la Iglesia; el monarca quería usar las propiedades como trueque para tener
apoyo político de la nobleza y el parlamento. Por último, la negativa del papa para autorizar la separación
de su esposa, como era interés del rey, fueron el detonante para la reforma. El rey se convirtió en el jefe
de la Iglesia en Inglaterra, en lugar del Papa.
Poco más de una década separó el gobierno de Enrique VIII del de Elizabeth I. En este intervalo, Inglaterra
tuvo dos reyes coronados: Eduardo VI y su hermana paterna, María I, hija de Enrique VIII con Catalina de
Aragón, de quien el rey pretendía separarse.
Eduardo VI continuó con la política religiosa de su padre, que fue interrumpida por María I. Hija de
española, la reina persiguió a los protestantes ingleses, en lo que fue un breve retroceso en la reforma
anglicana.
Con su muerte en 1558, Isabel I, la segunda hija del matrimonio de Enrique (el rey tuvo seis esposas), fue
coronada reina. Su gobierno representa la consolidación de la reforma y el fortalecimiento del poder real.
Al mismo tiempo, implementó una política económica basada en el mercantilismo, estimuló el desarrollo
de la marina inglesa (como lo hizo su padre) y comenzó la colonización de América del Norte.
Fue en el gobierno de Isabel I cuando los campesinos terminarían expulsados de sus tierras y emigraría a
las ciudades. El éxodo rural fue un movimiento que dio origen a la Revolución Industrial.
Revolución Gloriosa
Sin herederos directos, la muerte de la reina en 1603, abrió una larga crisis política que duró más de ocho
décadas. Durante este período, Inglaterra, tenía incluso una breve experiencia republicana. Además del
cambio de dinastía (de Tudor a Stuart), otro aspecto llamativo de este período fue el fortalecimiento de la
burguesía nacional y el aumento de las tensiones sociales causadas por el crecimiento de las ciudades.
Los golpes de Estado, la dictadura, la restauración política hicieron que Inglaterra atravesara una etapa
agitada que solamente concluiría en el siglo XVII, con la Revolución Gloriosa. Era el fin del absolutismo y el
inicio de la monarquía constitucional en Inglaterra.
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