Hacia Tierra Firme Adiestramiento Militar L as salidas al terreno o períodos de entrenamiento era el lapso en el que el Infante de Marina ponía en práctica lo aprendido durante sus distintos niveles de formación, eran pocos días que, dependiendo de las tareas establecidas para las unidades subordinadas, demandaban, tanto del oficial como del tripulante, profesionalismo militar, aquello que se pondría en ejecución cuando la situación lo ameritase, en crisis, conflicto o la misma guerra. Los entrenamientos se establecían para actuar como fuerzas defensivas, disuasivas u ofensivas. Conforme el mundo iba cambiando, las amenazas se habían incrementado; inclusive, habían adoptado otros niveles de violencia. Lo ocurrido el once de septiembre del 2001 abrió los ojos al mundo, el enemigo podía presentarse de diferentes maneras, soslayando condición y norma, despreciando estratagemas y con magnánimas pretensiones. De esta forma, en la Infantería de Marina, el entrenamiento era una herramienta vital para garantizar, por encima de cualquier atisbo, la supervivencia misma. Por esta razón, la gran mayoría de Infantes de Marina optamos por la superación profesional, por el mayor esfuerzo, limitándonos, en muchos aspectos, a la realización de cursos que complementarían nuestra especialidad. Cuando Teniente de Fragata, orgulloso de haber culminado mi entrenamiento profesional en las distintas áreas que ofrece la In- 175