PRURITO (PICOR) CUTÁNEO Concepto El prurito o picor es una sensación subjetiva, un síntoma, que incita a rascar o frotar la piel afectada. En la práctica, es el síntoma dermatológico más común y muchas veces la queja principal de los pacientes; en muchos de ellos se presenta en ausencia de lesiones primarias de la piel. De acuerdo con lo anterior, se distinguen tres tipos básicos, el prurito asociado a lesiones primarias de la piel, que incluye (dermatosis pruríticas de tipo inflamatorio, infeccioso y autoinmune, dermatosis del embarazo, dermatosis iatrogénicas, genodermatosis y linfomas de la piel), el prurito en la piel intacta asociado a enfermedades sistémicas (endocrinas o metabólicas, infecciones, enfermedades linfoproliferativas y hematológicas, neoplasmas, neurológicas o psiquiátricas) y el prurito asociado a lesiones secundarias debidas al rascado crónico. Este es uno de los problemas principales que plantea la respuesta refleja del rascado, que puede convertirse en un auténtico problema en sí mismo; en particular, puede provocar • Excoriaciones y alopecia. • Autoeczematización. • Infecciones (forunculosis…). • Alteraciones ungueales. • Hiperpigmentación. • Adenopatías. • Liquenificación. El picor puede ser generalizado y simétrico sin existir una predilección por áreas expuestas al sol. El envejecimiento fisiológico cutáneo conlleva una progresiva sequedad de la piel que causa prurito en las personas de edad avanzada. En zonas con inviernos fríos y secos, el baño prolongado o excesivo, combinado con el uso de jabones detergentes es una causa común de picor, especialmente en ancianos. Los remedios caseros, como la aplicación de alcohol, pueden irritar la piel y empeorar el problema. En no pocos casos, los pacientes con prurito de causa desconocida tienen animales de compañía infestadas de pulgas o ácaros, o muebles antiguos o alfombras con ácaros u otros insectos (carcoma). Epidemiología Hay pocos estudios epidemiológicos que hayan analizado la incidencia y prevalencia del prurito entre la población general, aunque es generalmente aceptado que se trata de uno de los síntomas más comúnmente descritos entre las personas, tanto aparentemente sanas como entre las afectadas por diversas patologías. En la población general, la incidencia varía mucho según el entorno, clima, etc. Considerando como persistente el prurito que se mantuvo más de un día o que requirió un tratamiento fa rmacológico, se han citado prevalencias del 5% hasta un 25%, e incluso más. La incidencia del prurito no relacionado con enfermedades dermatológicas durante el embarazo es más elevada que entre la población general – se estima que la prevalencia media es del 15-20% de las embarazadas – aunque, como en el caso anterior, varía notablemente. Asimismo, considerando las condiciones específicas de la piel en los ancianos, la prevalencia de prurito en estos es también elevada, incrementándose de forma progresiva con la edad hasta prevalencias que superan el 50%, mayoritariamente asociadas a la sequedad la piel (xerosis). Etiología El prurito es considerado como el gran síntoma dermatológico y, en cierto sentido, puede considerarse una forma leve de dolor. La etiología se desconoce, pero se cree que el origen del prurito se encuentra en las capas superficiales de la piel, como la consecuencia de una comb i- nación de varios factores tales como disminución del umbral para la secreción de neuropéptidos en la dermis y disminución de su catabolismo, daños en el estrato córneo y reparación lenta del mismo afectando la función de barrera. El envejecimiento prematuro causado por la exposición acumulativa a la luz (fotoenvejecimiento) determina las mismas manifestaciones e igual sintomatología en las personas más jóvenes que han abusado del sol o de la luz ultravioleta. El reflejo de rascar probablemente supone la evolución de un mecanismo de defensa para eliminar agentes dañinos de la superficie del cuerpo. En algunos animales este reflejo es producido únicamente por la médula espinal mientras que en los humanos se requiere la interve nción del cerebro. Las sensaciones de picor y dolor son productos de la estimulación de fibras nerviosas libres localizadas en la unión dermoepidérmica. Estos receptores cutáneos responden a múltiples estímulos, mecánicos, químicos o térmicos, y se dividen en fibras C no mielinizadas y las fibras A delta mielinizadas. Estos estímulos son transmitidos a través de la parte anterolateral del cordón espinal, pero aún se desconoce qué estructuras del SNC controlan la sensación de picor. De hecho, algunos científicos consideran que el prurito se debe una débil activación de las fibras C, mientras que otros estiman que el dolor y el prurito son sensaciones distintas que discurren por distintas vías nerviosas, basándose en que los opioides – que son potentes ana lgésicos – producen a veces prurito. Por otra parte, se han han identificado fibras capaces de conducir las sensaciones pruríticas producidas por la histamina: son las denominadas fibras CMi (fibras C mecano- insensibles), que constituyen un 5% de las fibras C, sin actividad espontánea y que conducen las sensaciones pruritogénicas pero no el dolor. Hasta el momento, ninguna hipótesis ha sido capaz de explicar satisfactoriamente las características diferenciales del dolor y el picor. La hipótesis de la especificidad postula que existe un grupo específico de neuronas que sólo responden a estas sensaciones, como se ha indicado. Por su parte, la hipótesis del patrón enfatiza la relación espacio-temporal del estímulo para distinguir entre picor y dolor, de tal manera que el paciente sentiría picor si la actividad del receptor fuese baja y dolor si aumentara. Existen importantes inconvenientes para aceptar esta hipótesis, ya que experimentalmente es fácil comprobar que un estímulo eléctrico leve sí produce picor, pero un estímulo más intenso no produce necesariamente dolor. La hipótesis del procesamiento central sugiere que los receptores activados – ya sea por un estímulo de picor o dolor – transmiten el impulso a diferentes partes del SNC. De esta manera, una población de receptores estimularía áreas productoras de picor, mientras otras conectarían con áreas productoras de dolor. Otros creen que el estímulo de fibras aferentes mielinizadas de mayor tamaño inhibe a las neuronas del asta dorsal de la médula espinal. Esto explica cómo el rascar, la vibración, el estímulo térmico o la estimulación repetitiva a bajo nivel activarían estas fibras aferentes inhibiendo y aliviando la sensación del picor. Entre los mediadores farmacológicos, la histamina contribuye significativamente a la sensación de picor y dolor. Se ha demostrado que son los receptores H1 y no los H2 los responsables del picor inducido por histamina. Por otra parte, las prostaglandinas, importantes en las respuestas inflamatorias de la piel, actúan sinérgicamente con otros mediadores para producir picor, lo que podría explicar el beneficio observado en algunos pacientes con ácido acetilsalicílico (un inhibidor de la síntesis de prostaglandinas), en cuadros de dermatitis prurítica. Por último, los opioides se relacionan con la inducción de picor a niveles tanto central como periférico. Antagonistas selectivos de opioides como la naloxona son capaces de inhibir la sensación de picor a nivel central; sin embargo, no inhiben el reflejo de rascar en los pacientes, probablemente porque éste es un reflejo espinal independiente de la inhibición de los receptores opioides en el SNC. Algunos estudios indican que un 50% de los pacientes con picor generalizado tienen enfe rmedades sistémicas asociadas. Estas enfermedades se dividen en tres grupos: Enfermededades definitivamente asociadas con prurito: Representan las enfermedades en las cuales se ha comprobado definitivamente una asociación con prurito. - Uremia - Obstrucción hepatobiliar - Hipertiroidismo - Policitemia vera - Enfermedad de Hodgkin y otros linfomas Enfermedades posiblemente relacionadas con prurito: Las enfermedades de este grupo han sido asociadas al picor, pero existen datos contradictorios en la literatura. Por ejemplo, aunque la diabetes mellitus aparece en la lista, no existe un estudio controlado que corrobore dicha asociación - Hipotiroidismo - Anemia por deficiencia de hierro - Carcinomas sistémicos - Diabetes Enfermedades asociadas con picor (casos aislados): - SIDA - Penfigoide ampolloso - Síndrome carcinoide - Síndrome "Dumping" tres gastrectomía. - Mieloma múltiple - Mastocitosis - Síndrome de Sjogren - Desórdenes neurológicos El prurito colestático es muy frecuente y está asociado a procesos que cursan con ictericia obstructiva de etiología diversa (cirrosis biliar primaria, hepatitis con colestasis importante, embarazo o colangitis esclerosante), si bien no parece estar directamente relacionado con las concentraciones séricas de ácidos biliares. Otros estudios asocian el picor con un aumento en la neurotransmisión mediada por opioides en el sistema nervioso central. Un 60-80% de los pacientes sometidos a hemodiálisis presentan picor persistente. Desgraciadamente, no sie mpre el picor mejora después del procedimiento y la causa se desconoce en muchos casos. En otros, el origen es un hiperparatiroidismo secundario, un aumento de los niveles séricos de histamina, la inervación anormal cutánea o la xerosis (sequedad de la piel). También existe prurito relacionado con enfermedades endocrinas. Como mencionamos anteriormente, los pacientes hiper o hipotiroideos pueden padecer de picor generalizado. Estos pacientes, al igual que el diabético, pueden presentar picor anogenital secundario a candidiasis mucocutánea. Es importante recalcar que el picor generalizado no es una manifestación típica de la diabetes me llitus, si bien clásicamente se la ha asociado a ella; de hecho, es muy infrecuente. Las mujeres posmenopausicas comúnmente padecen de picor asociado a los sofocos secundarios a los cambios hormonales. El prurito acuagénico es bastante común y se caracteriza por episodios de picor generalizado severo sin ninguna lesión visible en la piel, que ocurre en áreas en contacto con agua a cua lquier temperatura. Usualmente el picor ocurre inmediatamente después del baño y dura aproximadamente 1 hora. En algunos casos, puede estar asociado a policitemia vera, síndrome hipereosinofílico y síndrome mielodisplástico. Hay varios factores externos, tales como piel seca, infección bacteriana y la reacción inflamatoria a irritantes químicos y físicos, que contribuyen al picor en pacientes con dermatitis atópica. También hay un aumento en la inervación sensorial y el número de células cebadas en el área afectada. El prurito es constante y el consiguiente rascado y frotamiento de las lesiones conduce al círculo vicioso prurito-picor-eritema-prurito. La dermatitis se puede generalizar, siendo frecuentes las infecciones bacterianas secundarias y las linfadenitis regionales. Es frecuente la intolerancia a los irritantes ambientales primarios; factores como el estrés emocional, los cambios de temperatura o humedad ambientales, las infecciones bacterianas de la piel, los aromatizantes, los suavizantes textiles y la ropa de lana pueden determinar exacerbaciones. Las infecciones, ya sean bacterianas o virales – con excepción de la rubéola y la varicela – raras veces se acompañan de manifestaciones pruriginosas. Las infestaciones parasitarias pueden producirlo más frecuentemente. Entre ellas, cabe destacarse la triquinosis, que suele causar prurito en su fase de invasión muscular, así como la equinococosis, la anquilostomiasis o la oncocercosis, que también son procesos que pueden producir prurito. Por otro lado, los pacientes con SIDA comúnmente presentan picor que puede ser secundario a infecciones (foliculitis, candidiasis, dermatofitosis), infestaciones (escabiasis), reacciones a medicamentos, dermatitis seborreica, psoriasis, intérigo, o debido a enfermedades sistémicas (linfoma, insuficiencia renal, etc.) Estos pacientes pueden presentar pápulas pruríticas eritematosas localizadas principalmente en el tronco y extremidades próximales conocidas como foliculitis esosinofílica por sus hallazgos histológicos. El prurito es un síntoma de un gran número de los linfomas, pero en el caso del linfoma de Hodgkin es considerado como una de las primeras manifestaciones de la enfermedad. Como se ha indicado, muchos ancianos padecen de esta condición. El envejecimiento fisiológico cutáneo conlleva una progresiva sequedad de la piel que causa prurito en las personas de edad avanzada. El picor puede ser generalizado y simétrico sin existir una predilección por áreas expuestas al sol. Una vez comienza el picor, éste persiste indefinidamente pero su intensidad varía considerablemente. Excepto por la piel seca, no se identifican lesiones específicas en la piel de los ancianos afectados; aunque los síntomas sean intensos, raramente se ven excoriaciones, a menos que haya otra dermatitis asociada. La etiología se desconoce, pero se estima que sea una combinación de varios factores tales como disminución del umbral para la secreción de neuropeptidos en la dermis y disminución de su catabolismo, daños en el estrato córneo y reparación lenta del mismo afectando la función de barrera. El envejecimiento prematuro causado por la exposición acumulativa a la luz (fo toenvejecimiento) determina las mismas manifestaciones e igual sintomatología en las personas más jóvenes que han abusado del sol o de la luz ultravioleta. La piel perianal tiene una tendencia al prurito, de ahí que el prurito anal pueda tener numerosas causas: trastornos dermatológicos (psoriasis, dermatitis atópica), reacciones alérgicas (dermatitis de contacto), infecciones superficiales por hongos (dermatofitosis, candidiasis) y por bacterias (generalmente, de forma secundaria causada por el rascado), parásitos (oxiuros), antibióticos orales (especialmente tetraciclinas), enfermedades sistémicas (diabetes mellitus, hepatopatías), trastornos proctológicos (apéndices cutáneos, criptitis, fístulas con drenaje) e higiene defectuosa, ya sea escasa, con heces residuales irritantes, o bien muy meticulosa, con un empleo excesivo de jabón y frotado; calor e hiperhidrosis causada por ropa interior muy ajustada, ropa de cama caliente u obesidad, o por el clima, y una respuesta psicógena. Las hemorroides no suelen causar prurito anal. Algunos otros tipos de prurito que pueden citarse son la notalgia parestésica, caracterizada por un picor intenso entre las escápulas, comúnmente asociado a liquenificación e hiperpigmentación secundaria al rascarse. Aunque se ha demostrado un aumento en fibras nerviosas en la dermis del área afectada, la causa aun se desconoce. Por su parte, el prurito persistente en el brazo se ha relacionado con diversos orígenes, como la presencia de una costilla cervical, exposición solar crónica o neurofibromatosis segmentaria. Tratamiento El alivio del picor después de rascarse puede durar hasta 25 minutos, que es probablemente el tiempo necesario para regenerar los terminales nerviosos dañados. Como se indicó anterio rmente, el picor es producto de la estimulación de las fibras C y de la pérdida de impulsos inhibitorios del SNC. Esta inhibición puede ser restaurada en parte por estímulos aferentes tales como rascarse, la vibración y la estimulación nerviosa transepidérmica. Así, el rascar probablemente actúa como inhibidor local o distante del prurito. Entre las medidas generales y más sencillas para aliviar el prurito se incluye la de enfriar el área afectada con compresas frescas (no es recomendable que estén excesivamente frías). El calor y el sudor pueden aumentar el picor mediante la activación de las fibras C. Se debe eliminar el contacto excesivo con el agua o con otros materiales que interrumpan la función de barrera del estrato córneo (detergentes, solventes y sustancias abrasivas) y minimizar el contacto con telas de lana, ya que éstas pueden irritar directamente la piel. Asimismo, es recomendable evitar el consumo de alimentos muy azucarados, salados, sazonados y picantes, alcohol, café, té, chocolate y bebidas de cola. Entre los medicamentos que no requieren prescripción médica, los agentes más empleados en la resolución del picor están los anestésicos locales. Los más empleados son la benzocaína y la lidocaína, menos alergénicas que los anestésicos locales de tipo éster (propanocaína). Los antihistamínicos son útiles en algunas circunstancias, tales como el alivio de las picaduras de insectos y dermatitis de contacto, pero no son recomendables para el tratamiento tópico del prurito por el riesgo de provocar reacciones de hipersensibilidad y debe evitarse la exposición a la luz, muy especialmente en el caso de la prometazina debido al riesgo de fototoxic idad. Los llamados agentes contrairritantes producen una leve irritación local que es capaz de amortiguar otras más intensas. Entre ellos, cabe citar amoníaco, mentol, alcanfor o crotamitón. Los emolientes como vaselina, lanolina u otros preparados resultan adecuados para su aplicación después del baño como hidratantes, mientras la piel permanece todavía húmeda, evitando el exceso de agua. Los esteroides tópicos, como la hidrocortisona, no suelen aliviar el prurito generalizado (sin dermatitis), pero en algunas ocasiones pueden resultar útiles si se emplean junto con lubricantes en la piel seca de los ancianos. La capsaicina tópica estimula inicialmente la liberación de neuropéptidos perpetuando así la reación inflamatoria y el picor. Sin embargo, al aplicarla repetitivamente (3-4 veces al día) interfiere con la síntesis y el transporte de neuropéptidos en las fibras nerviosas y puede ser efectiva en casos de picor localizado. Los medicamentos que disminuyen el nivel de sales biliares como la colestiramina mejoran considerablemente el picor colestático. Las perfusiones plasmáticas a través de carbón disminuyen el picor sin afectar el nivel sérico de sales biliares, demostrando así que no es el único factor responsable. Asimismo, las infusiones de naloxona han sido efectivas para aliviar el prurito colestático. Este tipo de prurito responde parcialmente a la administración de resinas de colestiramina, o de los antihistamínicos anti-H1 (del tipo terfenadina). El prurito asociado a la cirrosis biliar primaria responde parcialmente a la administración de rifampicina y a la fototerapia con UVB. Los emolientes, la paratiroidectomía parcial (en pacientes con hiperparatiroidismo), la eritropoyetina (baja los niveles de histamina, aunque esta indicación no está autorizada oficialmente), la fototerapia con luz ultravioleta B, carbón activado oral y capsaicina tópica constituyen alternativas para el tratamiento del picor de origen urémico (en pacientes hemodializados). Sin embargo, el tratamiento más efectivo para este tipo de prurito probablemente sea el transplante renal. El prurito en estos pacientes no responde al tratamiento con antihistamínicos ni con corticoides sistémicos. En el caso del prurito relacionado con enfermedades endocrinas, el tratamiento debe ir dir igido hacia la causa primaria. Aunque se ha demostrado un aumento en los niveles séricos de histamina, los antihistamínicos son poco efectivos en el prurito acuagénico. La fotoquimoterapia con psoralenos parece ser más efectiva que otras terapias convencionales. En el prurito en dermatitis atópica parece haber un componente central en la regulación de este tipo de picor y se ha demostrado que los antihistamínicos no sedantes no lo mejoran, mientras que los antihistamínicos y otros no antihistamínicos sedantes sí lo hacen. La fototerapia con UV B puede mejorar el picor en infección por VIH. La respuesta a los antihistamínicos es pobre. El tratamiento más efectivo para el prurito en el anciano consiste en la aplicación de emolientes inmediatamente después del baño. El tratamiento se basa en intentar restituir la hidratación cutánea mediante la administración de preparados tópicos en forma de emulsión de aceite en agua (O/W), con urea (al 5-10 %), ácido láctico (al 3-5 %) o lactato amónico (12 %). Estos emolientes son particularmente efectivos en mejorar la sequedad, el picor y la función de barrera del estrato córneo Aunque algunos autores recomiendan el uso de esteroides tópicos y/o antihistamínicos orales, no son más efectivos que los emolientes tópicos. La capsaicina al 0.025% tópica alivia el picor en algunos casos de notalgia parestésica. Valoración Es importante conocer los detalles de cómo se le presenta la crisis de prurito al paciente, llevándole a una necesidad imperiosa de rascarse, la frecuencia y la posible asociación con determinados factores desencadenantes o potenciadores. Asimismo, es fundamental determinar qué medicamentos está tomando y desde cuándo. Entre los medicamentos pueden causar picor, pueden citarse a las fenotiazinas, estolato de eritromicina (estolato), anabolizantes ho rmonales, anticonceptivos orales, captoprilo, sulfamidas, cloroquina, analgésicos opiáceos, quinidina o ácido acetilsalicílico. Es importante tener en cuenta que pueden ocurrir reacciones alérgicas cruzadas con ciertos medicamentos. Los pacientes alérgicos a las sulfamidas pueden ser alérgicos también a diuréticos (tiazidas), e hipoglucemiantes orales (sulfonilureas). En pacientes con alergias de contacto se debe evitar el uso oral o parenteral de sustancias químicamente relacionadas para evitar una reacción sistémica. Es importante informar al paciente acerca de una serie de medidas de carácter general, tales como evitar la ropa irritante (lana) o estrecha. El baño debería ser de corta duración, ya que puede agravar un prurito generalizado, sobre todo cuando se asocia con piel seca; en el baño se debe emplear agua tibia (no caliente ni excesivamente fría). La valoración del paciente con prurito es muy importante antes de hacer ninguna recomendación, dado que puede implicar desde un sencillo problema como la sequedad de piel, hasta la existencia de una enfermedad sistémica eventualmente grave. Por este motivo, la presencia o sospecha, por mínima que ésta sea, de cualquier lesión, signo o síntoma ajeno a leves y evidentes reacciones cutáneas locales, o la persistencia de éstas durante más de una semana tras la aplicación de tratamientos convencionales de uso no restringido, constituyen motivos suficientes para el envío del paciente a la consulta médica, para la realización de un estudio clínico y los correspondientes diagnósticos y tratamientos especializados. El comienzo, extensión y duración son elementos cruciales en la valoración. Cuando el picor es agudo y localizado, rara vez se asocia a enfermedades sistémicas. En muchos pacientes el picor empeora durante la noche, especialmente en aquellos con la infestación por piojos. Las variaciones cíclicas en mujeres pueden estar relacionadas con la menstruación, mientras que en los pacientes hemodializados el picor empeora justo antes, y a veces durante, el procedimiento de hemodiálisis. Entre los factores precipitantes se incluyen hábitos inadecuados de aseo personal, animales de compañía, etc. Por ejemplo, en zonas con inviernos fríos y secos, el baño prolongado o excesivo, combinado con el uso de jabones detergentes es una causa común de picor, especialmente en ancianos. Los remedios caseros, como la aplicación de alcohol, pueden irritar la piel y empeorar el problema. En no pocos casos, los pacientes con prurito de causa desconocida tienen animales de compañía infestadas de pulgas o ácaros, o muebles antiguos o alfombras con ácaros u otros insectos (carcoma). Los hábitos tóxicos y sexuales también son importantes, ya que el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), por ejemplo, puede presentarse inicialmente con prurito generalizado. La presencia de lesiones en la piel también debe ser sopesado por el farmacéutico, ya que pueden ser primarias debido a alguna condición específica como liquen plano, o secundaria debido al rascarse. En este último caso se observan excoriaciones frecuentemente lineales. En caso de que el paciente se frote la piel para aliviar el picor, se produce un engrosamiento del área con aumento en las líneas cutáneas (liquenificación). Las áreas más accesibles, como las extremidades, el cuello y el cuero cabelludo son las más afectadas; sin embargo, el área central de la espalda, debido a su inaccesibilidad, rara vez demuestra cambios secundarios al rascado. Las lesiones en esta área sugieren algún desorden dermatológico primario. Debe recordarse que los antihistamínicos tópicos presentan una alta incidencia de sensibilizaciones, por lo que deben considerarse medicamentos no utilizables localmente para el tratamiento del prurito. No debe confundirse la alergia a detergentes o jabones (que ocurre por sensibilidad alérgica) con la irritación que pueden producir. Habitualmente empieza por irritación (“eczema del ama de casa”), y con los años se produce la verdadera alergia. Los jabones que producen mayor índice de alergias son los alcalinos, de pH superior a 5,5; los que menos, los de tipo no iónico, de pH igual o inferior a 5,5. El hecho de que una paciente refiera que se ha aplicado durante años un cosmético no implica que alguna vez no pueda producirle una dermatitis de contacto: en este caso sería por inmunidad retardada, a veces de años. Las manifestaciones de alergias a cosméticos son muy dive rsas, y no todas constituyen el típico eczema, ya que pueden ser de tipo acneiforme y confundirse con un simple acné. Al ser su tratamiento absolutamente opuesto, una equivocación resultará totalmente contraproducente. Brea de hulla Corticosteroide Antihistamínico Anestésico local Amoníaco Medicamentos de uso tópico con indicación para prurito cutáneo, sin receta Otros principios activos X X X X X X Calamina 8% Alcanfor 0,1% EFP (Componente principal): Indicaciones After bite (Amoníaco 3,5%): Alivio del prurito ocasionado por picaduras de insectos y plantas. Calmapica (Amoníaco 1,75%): Alivio del prurito ocasionado por picaduras de insectos y plantas. Goipic (Amoníaco 3,5%): Alivio del prurito ocasionado por picaduras de insectos y plantas. Azaron (Tripelenamina 2%): Alivio temporal del dolor y escozor o picazón debido a picaduras de insectos o por el contacto con medusas u ortigas e irritaciones leves de la piel. Caladryl (Difenhidramina 1%): Alivio temporal del dolor y escozor o picazón debido a picaduras de insectos o por el contacto con medusas u ortigas e irritaciones leves de la piel. Fenergan (Prometazina 2%): Todas las formas de prurito, especialmente de origen alérgico, dermatosis alérgica y de contacto, picaduras de insectos. X X Alantoína 0,5% X X X X X Hexaclorofeno 0,1%): X X X X Zinc, óxido 15% Benzetonio, cloruro 0,15% X X X X X Ácido salicílico 0,2% X X Piritionato de zinc 1% Complejo glicerobórico 15%; tetraborato sódico 0,15%; ácido bórico 2,1% Mentol 1% Piritionato de zinc 1% Fenistil (Dimetindeno 0,1%): Todas las formas de prurito, especialmente de origen alérgico, dermatosis alérgica y de contacto, picaduras de insectos. Neosayomol (Difenhidramina 2%): Alivio sintomático del prurito de origen alérgico, picaduras de insectos, contacto con medusas u ortigas, etc. Polaramine tópico (Dexclorfeniramina 0,2%): Alivio temporal de las molestias debidas a irritación dérmica menor, prurito, quemadura solar, picaduras de insectos. Balsabit (Pranocaína 1%): Prurito: alivio local y temporal del prurito por picaduras de insectos, quemaduras leves, quemadura solar y prurito anal. Denutraxan (Pranocaína 1%): tratamiento alivio local y temporal del prurito por picaduras de insectos, quemaduras leves, quemaduras solares y p rurito anal. Dermovagisil (Lidocaína 2%): Tratamiento anestésico tópico en alteraciones locales de la piel: picaduras de insectos, quemaduras leves, irritación producida por plantas, etc. Lanacane (Benzocaína 3%): Alivio local sintomático del dolor y del picor de la piel en quemaduras solares y superficiales leves, del picor de las zonas externas vaginal y rectal y del picor de la piel producido por picaduras de insectos o plantas (ej: ortigas) o al rascar zonas localizadas de la piel seca. Solarcaine (Benzocaína 0,5%): Quemaduras superficiales, rozaduras, dermatitis, picaduras de insectos. Detraine (Propanocaína 1,5% + Hidrocortisona 0,25%): Dermatopatías inflamatorias de origen alérgico. Picaduras de insectos. Lesiones cutáneas dolorosas. Prurito: anal, escrotal. Eritemas de diversa localización. Calmiox (Hidrocortisona 0,5%): Alivio temporal sintomático del picor de la piel por irritación de la misma, dermatitis por contacto con jabones, detergentes, metales, picaduras de insectos y ortigas Halibut (Hidrocortisona (0,5%): Dermatopatías de tipo inflamatorio. Cicatrices con reacción queloidea. Eczemas alérgicos de contacto (jabones, detergentes, metales). Picaduras de insectos y ortigas. Hidrocisdin (Hidrocortisona 0,5%): Prurito del cuero cabelludo en caso de dermatitis seborreica. Hidrocisdin (Hidrocortisona 0,5%): Prurito. Alivio temporal sintomático del picor de la piel por irritación de la misma, dermatitis por contacto con jabones, detergentes, metales, picaduras de insectos y ortigas. Schericur (Hidrocortisona 0,25%): Prurito del cuero cabelludo en caso de dermatitis seborreica Ionil Champú (Brea de hulla 0,425%): Alivio sintomático de las alteraciones descamativas del cuero cabelludo, tales como dermatitis seborreica, psoriasis, caspa y prurito. Polytar (Brea de hulla 0,4%): Alteraciones capilares descamativas, tales como: dermatitis seborreica, psoriasis, caspa y prurito del cuero cabelludo. Zincation Plus (Brea de hulla 0,4%): Alivio local sintomático de las alteraciones capilares descamativas, tales como caspa y prurito del cuero cabelludo. Natusan (Complejo glicerobórico 15%): profilaxis y tratamiento de quemazón cutánea: escoceduras, rozaduras, dermatitis del pañal, prurito y afecciones de la piel del bebé en general. Prulit: Tratamiento inmediato en: contusión, torceduras, esguince, agujetas, etc., prurito cutáneo, picaduras de insectos. Zincation: Alivio local sintomático de las alteraciones capilares descamativas, tales como caspa y prurito del cuero cabelludo.