Asignatura: Profesor: Nivel: Filosofía y Psicología Ernesto Rocha Greene. Tercero Medio Tipología del Carácter de G. Heymans Apuntes complementarios a la Unidad de “La Personalidad” Gerard Heymans realizó un estudio en más de 2.500 personas y llegó a la siguiente conclusión: “entre los muchos rasgos que puede presentar una persona existen tres que son fundamentales para definir su carácter, estos son: emotividad, actividad y retentividad (función secundaria). Estos rasgos pueden estar presentes o no en cada individuo, del tal manera que una persona puede ser emotiva o no-emotiva según la frecuencia, intensidad y facilidad con que reaccione emocionalmente frente a los estímulos. Por su parte una persona será activa o no-activa de acuerdo a la prontitud, frecuencia e intensidad de sus acciones con relación a los motivos que las producen. La retentividad tiene que ver con la permanencia de vivencias en nuestra mente, con la influencia que las experiencias pasadas ejercen en las situaciones actuales Heymans combinó los tres rasgos fundamentales y llegó a establecer 8 tipos de caracteres diferentes. No-emotivos No-activos Activos Emotivos No-activos No-retentivo AMORFO Retentivo APÁTICO No-retentivo SANGUÍNEO Retentivo FLEMÁTICO No-retentivo Retentivo Activos No-retentivo Retentivo NERVIOSO SENTIMENTAL COLÉRICO APASIONADO 1. Amorfo: (no-emotivo, no-activo, no-retentivo) Son pasivos, impersonales, perezosos y poco originales. Se puede decir que no tiene carácter. Su vida interior es pobre y vacía por eso tienden al placer incluso inmoral para salir del aburrimiento. No tiene ambición y permanecen indiferentes ante el peligro. Tolerantes, negligentes, impuntuales y sin preocupación por el futuro. Valor dominante para sí: El placer Valor dominante para los demás: La pasividad y la resignación 2. Apático: (no- emotivo, no-activo, retentivo) Son menos impersonales que los amorfos, tienen gran facilidad para formarse hábitos y rutinas. Esclavos de su pasado, piensan, sienten y hablan como siempre lo hicieron. Faltos de imaginación y lentos de pensamiento y acción. Son sombríos, tristes y deprimidos, rara vez ríen, son tranquilos, irresolutos, no impulsivos y no se irritan. Rencorosos, taciturnos e inclinados a refunfuñar. Valor dominante para sí y para los demás: La tranquilidad inmutable 3. Sanguíneo: (no-emotivo, activo, no-retentivo) Es el más extravertido de todos los caracteres pero de una manera fría porque no es emotivo. Su actividad es menos constante y sistemática que la del flemático. Se desalienta fácilmente frente a los obstáculos, pero se rehace pronto. Tiene gran sentido práctico, utilitario y rápido de accionar. Gran facilidad de adaptación, carácter alegre y espontáneo, goza con la vida y los deportes. De inteligencia rápida pero superficial. Libres y tolerantes, tienen poco respeto por los grandes sistemas. Buenos líderes. Valor dominante para sí: El éxito social Valor dominante para los demás: El sentido práctico y la simpatía. 4. Flemático: (no-emotivo, activo, retentivo) Impasible, de intensa, tranquila, constante y regular actividad. Tenaz, raramente se desaliente ante los obstáculos. Cuando es de poca capacidad intelectual se vuelve rutinario. Buen político y hombre de negocios que prevé el porvenir y lo persigue incansablemente. Lee mucho y retiene bien. No es brillante pero sí sistemático y metódico. Controlado, sin calor afectivo, mantiene siempre la proporción. Objetivo y de profundos principios, ama y busca la organización en todo. Valor dominante para sí: La actividad constante Valor dominante para los demás: La norma, la ley, la organización. 5. Nervioso: (emotivo, no-activo, no-retentivo) Es de carácter difícil. Su conducta es variable e inconstante. El esfuerzo moral no es fácil para él. Los grandes recursos del nervioso estriban en el dominio social y artístico. Es generalmente rápido y fácilmente descubre los aspectos pintorescos y humorísticos de las situaciones. Carecen de exactitud en sus juicios, de poder de observación y de perseverancia. Es contradictorio, incluso mentiroso, desordenado, vanidoso y simpático. Quiere atraer sobre él la atención de los demás. Valor dominante para sí: Las diversiones Valor dominante para los demás: La inconstancia. 6. Sentimental: (emotivo, no-activo, retentivo) Su conducta es más constante y menos voluble que el nervioso. Sus sentimientos deforman sus juicios, posee grandes tendencias religiosas y hacia la filosofía. Es impulsivo e irritable y muy sensible. Es sombrío, deprimido, tímido y tiende a aislarse. Gusta de las posiciones extremas y tiene propensión a criticarse y analizarse a sí mismo. Es introvertido, honesto, desinteresado y pronto para ayudar a los demás. Valor dominante para sí: La intimidad. Valor dominante para los demás: La susceptibilidad. 7. Colérico: (emotivo, activo, no-retentivo) Se aferra a sus decisiones especialmente al surgir algún obstáculo. Gusta de las dificultades y de los choques violentos. Su emotividad es activa, no se compadece de aquellos que son desafortunados y si no puede ayudarlos los olvida. Su inteligencia es fácilmente traicionada por sus emociones. No es aficionado a pesar los pro y contra de las situaciones y se deja llevar por su intuición. Muestra rudeza y algo de primitivismo. Aprecia la libertad y detesta las imposiciones. Gusta mezclarse en todo y dominar a todo el mundo. Es un tipo lleno de exuberancia, optimista y falto de mesura.. Buen material para líder. Valor dominante para sí: La acción Valor dominante para los demás: El arrojo. 8. Apasionado: (emotivo, activo, retentivo) Está dominado por una motivación o tendencia intensa y durable que dirige toda su vida. Cuando su actividad encuentra obstáculos, pierde el control y estalla en violentos accesos. Su emotividad obscurece su inteligencia. El apasionado tiene todos los rasgos de su carácter positivos lo que explica la riqueza de su personalidad. Frecuentemente es causa de fricción con su mundo circundante. En general es más admirado que amado. Tiene gran propensión al análisis de sí mismo. La pasión que domina su vida preferentemente es el egoísmo. Está más inclinado a criticar que a idealizar. Es vindicativo y muy dominador. Valor dominante para sí: La ejecución de sus propósitos Valor dominante para los demás: La ambición.