42/1943 - Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

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^ MINISTERIO DE AGRICULTURA
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PIELES DE ASTRAKAN Y CORDEROS KARAKUL
POl' SALVADOR FONT TOLEDO,
-
Peritn .-^hrícolu d^^l N:ntsido.
Hace más de diez años que en nuestro país se obtienen
las pieles conocidas con el nombre de "asti•akán", de tan legítima procedencia como pueclen ser las que desde los leja-
Un lote de ganado karalcul puro, compuesto de un macho, dos ovejas }^
una corriera, en la que se aprecia marcadamente la forma caracterí^tica
de la cola de esta raza.
nos países orientales Ilegan a manos de nuestros peleteros a
través de los mercados de Londres, París y Centro-Europa.
Claro que dicha producción es muy li^mitada todavía, pues sólo hemos dado los primeros pasos en la cría del ]anar que las produce, ^ ^t.;^.....................:.....................................................................................................................::............................: ^
Estas HoJns se remiten gratis a quien las pida a la Sección de
PuLlicaciones, Prensa y Propaganda, del Ministerio de Agricultura.
que es conocido vulgarmente 2n todo el mundo con el nombre de
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"karakul".
Pertenece, como todos los demás lanares, al género Ovis, esp^ecie Aries, de la familia de los Ovidos, estando clasificado dentro del tipo Asiático, y llamándosele científicamente Ovis Aries
Platyura, por estar agrupado entre los lanares de "cola gruesa y
ancha" (del griego "plat,ys", ancho, ,y "oura", cola), siendo la con-
Una cordera pura a los dos meses, en cuya edad aun conserva una piel muy rizada.
formación de su cráneo del tipo dolicocéfalo, por lo que también
se le estudia en dicho grupo de razas lanares^.
Los rizos brillantes y negros de la piel de las crías karakul constituyen el principal carácter de la raza. por el Gual goza
de fama mundial. Asimismo la cola gruesa que presentan los sujetos que estudiamos, y que les sirve de reserva adiposa con la
que hacer frente a las épocas de escasez y penuria, es carácter
señaladísimo, aunque quizá no lo sea tan permanente ni de tanta fijeza como los rizós característicos de su piel, pues aparte de
que la cola gruesa suele presentarse también en otros tipos de
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corderos asiáticos, tiene tendencia a desaparecer ante determinadas condiciones de cría, tales como 1a estabulación p•ermanente, que no es de aconsejar se practiq^ue en la del ganado karakuL
En 1os cruzamieritos x•ealizados entre esta y otras razas lanare.s se ha observado el sello dominante de ambos caracteres, que
son transmitidos a los híbridos con mucba fuerza, conservándo-
Macho karakul.
se con gran fijeza incluso en los de la primera generación o 7nestizos de la Fl.
Dicha circunstancia, unida al estimable valor de las pieles ^de
sus corderos-que figuran entre las de mayor precio en e1 comercio de peletería-, ha sido la causa de que diversas naciones
se interesaran en la cría del karakul, y entre ellas Espaiia consiguió gracias a la iniciativa particular de un ganadero, impor-tar varias cabezas puras con las cuales s•e comenzó a trabajn^•
en nuestra nación hace catorce años.
Así se ha logrado aclimatar y criar este ganado ^nuy lejos de
su país originario-las estepas rusas situadas al sudeste del mar
de Aral-en virtud de su gran rusticidad y favorables condiciones que presenta para la aclimatación, cualidades que exhibe gracias a.las duras circunstancias de medio que soporta normalmente en su país de origen. `
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Para poder obtener el máximo provecho de la importación
realizada, y siendo imposible verificarla "en masa", como fácilmente puede comprenderse, se procedió por el primer criador español al cru^e de morueco karakul con ovejas manchega^, y luego por otro criadores nacionales-gracias a las facilidades quE
siempre dió• a tal efecto el pri^mero-, se efectuaron cruzamientos con los demás lanares peninsulares, aprovechando el indicado
carácter dominante de la raza mejorada.
Así se ha logrado formar, a pesar de las pérdidas sufridas
Oveja karakul.
durante nuestra guerra, un pequeño núcleo de criadores nacionales de ganado karakul, los que en su mayoría sólo p^ueden disponer de una o dos parejas de sementales puros, que difícilmente
van renovando de los contados ganaderos que poseen cría pura
sangre, con cuyos moruecos cubren hembras churras, manchega^;
Y lachas principalmente; es decir, de lanares bastos de aptitud
lechera, ya que la oveja merina es impropia para verificar el cruzamiento absorbente mencionado, que resulta muy satisfactorio,
en ca^mbio, realizarlo con las razas indicadas.
•
Especialmente la lacha presenta gx^an semejanza morfológica
con la karakul, y su lana es la más parecida en cuanto a su ^•rosor. Igualmente la churra y manchega presentan características
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que las hacen muy aconsejables par•a utilizarlas como base d^ol
cruzamiento.
Los resultados conseguidos hasta el presente han sido, en general, de franco éxito, tanto por lo que se refiere a los produ^
tos obtenidos-es decir, las pieles, fin de la explotación de dicho
ganado-, como a la propia cría de la raza, que se aclimata perfectamente en nuestras comarcas secanas y de monte, incluso en
Ovejas de meclia 5angre karakul-manchega.
aquellos lugai•es de pastos x•elativamente pobres y de tipo estepario, a los que está habituado el ganado.
E1 factor humedad es el único prohibitivo, ya que está demostrado que en dicho medio es mucho más difícil la cría, presentándose con mlayor frecuencia enfermedades y degenerando
con mayor rapidez, lo que hace desmerecer mucho la calidad de
]as pieles, aparte de los mayores riesgos señalados. Fuera de las
zonas Iluvisas y de inHuencia cantábrica del norte de la Península, puede emprenderse la cría del karal.ul con ga^'antías de étito en toda España.
Se cuenta ya en nuestro país con lotes de ovejas de s^exto cruce
karalcul.-lacha y karakul-manchega-y otros muy estimables de
karakul-churra-, cruzamientos en los que la absorción de la
-sraza mejorada ha llegado ya a un grado elevado, y cuyos productos prácticamente pueden considerarse como puros.
La producción de pieles es muy reducida, claro es, por serlo
.el número de ovejas madre con que contamos y por ser reservados para la cría todos los productos puros y de alto porcentaje
de sangre mejorante, así como todas 1as hembras de cruce, sean
éstas de cualquier grada
Respecto de s^u calidad, se han conseguido ejémplares muy
Oveja de raza ]acha, cuyo cruzamiento con morueco karakul ha dado resultados
muy satisfactorios en Navarra.
finos, procedentes de mestizos de tercer y cuarto cruce, y mejor•es aún los correspoxxdientes a mayor absorción. Incluso en segundos cruces se han logrado pieles cotizables en peletería, especialmente en los actuales momentos en que tanto escasea dicho
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género dé pieles finas.
De mayor valor aún que el "astrakán" es la piel del cordero
nonato-se decir, procedente de una oveja abox•tada-, y que por
lo tanto no ha finalizado su normal desarrollo intrauterino. Dicha
piel, en lugar de ser rizosa, se presenta provista de pelo plano,
muy fino y s^uave, que hace dibujos en forma de aguas, semejantes a los que hace la seda o"moix•é", y que en peletería se conoce con el nombre de "breitschwanz".
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Aparte de su gran belleza, que las hace muy apreciadas, debido a su menor tamaño, que exige mayor número de ellas para
la confección de prendas de vestir, y Ios riesgos que corre la ov^ja al abortaz•-sea dicho accidente natural o provocado-hacei^
caue su precio sea más elevado qu•e el de las propias de "astrakán", y más difícil poder conseguirlas.
En su aprovechamiento ordinario debe ser sacrificadu el recental a los ^pocos días de su nacimiento, •ya que los rizos pierden
Cordero lcarakul de un rnes.
progresivamente su forma conforme pasan los días, adquiriendu
tendencia a abrirse, lo q^ue los hace desmerecer mucho.
Es muy conveniente por dicha causa que se dé muerte a los
eorderos dentro de los diez primeros días de su vida y aun antes-tanto más pronto cuanto menor perfección presente la piel
^ll nacer y menos puros sean los progenitores del producto en
cuestión-, pr^caución que deberá extremarse con los de primei•o •y seg•undo cruzamiento, cuyas crías deben ser sacrificadas en,eguida, para iio p^erder total^mente su aprovechamiento peletero.
La forma y el aspectó de los rizos da mayor o menor valot• ^l
las pieles, clasificándolas en extras, primeras y segundas. A1 primer grupo corresponden las que presentan lus rizos en forma de
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habas o media luna y de tubo o cilindro. Las de los otros dos grupos son menos perfectas que las anteriores, de rizo achatado, en
remolino, o en forma de tirabuzón vertical. También se tiene en
cuenta el tamaño o anchura del r.izo, que conviene sea alrededor
de cinco mil^ímetros.
La uniformidad con que están distribuídos lo^ rizos en 1a piel
hacen variar también el valor de la mis^ma, siendo más perfecta
aquella piel que los presenta por igual en todá su superficie. Ei
brillo, que deberá ser acentuado, y s^u coloración, que debe ser
Lote de moruecos karakul de pura sangre.
negra uniforme, avaloran asi^mismo a las pieles de "astrakán",
aunque, sin embax•go, más tarde todas ellas son por lo general
tratadas industrialmente por los peleteros, afirmando el color negro y abrillantándolas todo lo posible.
La homogeneidad de las pieles entre sí también las da un mayor aprecio cotizable en peletería, siendo pax•a el comercianbe dc
mucho más utilidad poder disponer de un lote de pieles unifol^me que de otro que no lo sea, circunstancia que también deberán
ten•er presente los ganaderos al mejorar por selección sus rebaños.
,
Como puede verse, en la producción de pieles de "astrakán"
y cría del g•anado karakul hay q^ue tener presente una serie de
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factores que los criadores nacionales deben conocer y poner en
práctica, y que abarcan desde lo puramente técnico referente a
morfología,
alimentación, cría, reproducción y setección de su
ganado, hasta la parte netamente práctica de desollado del cordero y preparación de la piel para obtener de ella su más alt^
precio, en cuyos extre^mos nos es imposible entrár en 'este artículo, y que los interesados pueden encontrar en el folleto publicado
por la Sección de Publicaciones, Prensa y Propaganda del Ministerio de Agricultura, titulado La raza karak2d.
Hoy en día, sin embargo, los ganaderos españoles tropiezan
con dificultades para mejorar sus productos, a causa del escaso
número de cabezas puras de que disponemos, que impide ejecutar una necesaria labor selectiva, obligando por el contrario a
practica^ una estrecha consanguinidad, que ya viene realizándose d^sde que se inició la cría en España.
Debe, pues, ponerse el mayor empeño por parte del Estado
-representado por los elementos oficiales que dirigen y famentan el desarrolló de nuestra ganadería-en consolidar en España
la cría de esta singular raza lanar, estudiando la forma de conseguir una importación de productos p^uros y con garantías de
origen que actúen renovando la sangre de nuestra actual cabaña
kaxakul pura y cruzada, que, aunque todavía muy modesta, es
por ello digna de la mayor atención, como fundamento y base que
es de una mejora cierta e importante de nuestx•a ganadería lanar.
Asimismo deben tamarse por parte de los organismos estatales competentes medidas encaminada^ a garantizar a los compradores la pureza de sangre de los productos q^ue adquieran o pue,dan adquirir, creando un Libro Registro apropósito en el que
solament^e podrán inscribirse los ganaderos propietarios de cría
pura, tras los cumplimientos de lo que sobre el particular se disponga.
Por otra par•te, la elevada cotización actual de las pieles de
"astrakán" es causa que, unida a la escasez de ganado puro, ha
hecho elevar mucho el precio de este último, siendo difícil conse-
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guir la cesión de individuos puros, por lo cuales se están llegan,
do a pagar eri 1a actualidad precios muy elevados.
Esta situación, como se comprenderá, debe ser regulada de
forma que quede garantizada la pureza de sangre de los productos que como tales se vendan, siendo los propios poseedores de
ganado puro los más interesados en que se tomen medidas sobre
el particular, yendo a la creación del mencionado Registro de
Criadores, y a la formación del Libro del pura sangre karakul.
Con tal garantía es como se fomenta y encauza debidamente la
cría de una raza selecta como 1a presente y como se pueden evitar
abusos e incluso daños importantes a nuestra ganadería autóctona, que se pueden pro^ducir en la actualidad.
Por último debemos significar una vez más a nuestros criadores que, tratándose de una raza que se explota por la belleza,
perfección y selección de sus pieles, d•eben orientar desde un principio la cría a obtener cali^dad co^n pre f ere^ccia a la ^caratiulad de^l
pradructo, a consolidar su rebaño antes que a obtener.rápidos provechos en la venta de las pieles. En fin, sólo deberán dedicarse a
ella los ganaderos más escogidos, aquellos que puedan prestar a
la misma los cuidados que se mex•ece, sometiéndola a una inteligénte y metódica labor de selección y mejora.
Confiamos que la unión estrecha de todos los criadores de
karakul, encauzada y dirigida por sus elementos más destacados,
y bajo la tutela del Sindicato Nacional de Ganadería y d^e los Or^
ganismos rectores de nuestra riqueza pecuaria, conseguirá obtener i^mportantes mejoras en favor de la cría de esta apreciada
raza lanar, d•e las cuales creemos haber esbozado las más urgentes e importantes.
f,li.AFIC.AS UGLINA. - MELENDF.Z V.4í.DES, !.
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