Mauro Corda Insólito - Asociación Amigos del Museo Sivori

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Mauro Corda
Insólito
Mauro Corda
Insólito
Autoridades del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Mauricio Macri
Jefe de Gobierno
Hernán Santiago Lombardi
MUSEO DE ARTES PLÁSTICAS EDUARDO SÍVORI
BUENOS AIRES, ARGENTINA
Ministro de Cultura
María Victoria Alcaráz
Subsecretaria de Patrimonio Cultural
Pedro Aparicio
Director General de Museos
María Isabel de Larrañaga
Directora del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori
En la tapa del catálogo se reproduce la obra:
El ángel / L’ange. Resina, neón. 186 x 67 x 66 cm.
2 Mauro Corda | Insólito
Mauro Corda | Insólito 3
Mauro Corda en el Museo Sívori
Asociacion Amigos del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori
Alicia Doglio
Yvelise Grimaldi
Viviana de la Vega
Bettina Garfunkel de Teubal
Taty Rybak
Haydée Arce
Enrique Scheinsohn
Es el escultor del cuerpo. El cuerpo humano en todo su despliegue e
intensidad. El cuerpo humano en situaciones límites. Este gran artista contemporáneo trabaja sobre distintos soportes y combinaciones
de bronce, aluminio y hierro, mármol, resina o vidrio policromado
con un efecto potente sobre el espectador.
Desde el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, le damos
la bienvenida a esta exposición en el Museo Sívori que ha sido escenario privilegiado de grandes muestras internacionales. En esta ocasión
invitamos a toda la ciudadanía a disfrutar del arte de Mauro Corda, de
su marca gestual y de su concepto de la condición humana.
El gesto en sus figuras siempre desnudas impacta y revela la notable
destreza en el uso de materiales y pátinas. Su escultura devela lo
humano en su aspecto más bello, en el más desesperado y vulnerable. Y la escultura de animales también forma parte de la mirada del
autor en una extraña combinación de pieles y cuerpos, de intenso
movimiento y de inmovilidad sugerentes.
Lo artístico, en todas sus manifestaciones, es el tema que nos convoca, nos dota de recursos y nos enriquece, además de reunirnos en un
punto común, a quienes trabajamos desde el ámbito público, desde
el privado y a todos los habitantes y visitantes en nuestra ciudad.
Irma Muslera
Perla Nagel
Laura Feinsilber
Adrian Gualdoni
Luis Faltracco
Arturo Grimaldi
Nora Brichetto de Lara
Ing. Hernán Lombardi
Ministro de Cultura
Mauro Corda | Insólito 5
Almohada /
Cauchemar
Resina, plexiglás
50 x 105 x 22 cm.
Más allá de lo físico
Observar las esculturas de Mauro Corda, es en primer lugar ser
golpeado por una exigencia formal excepcional. “El arte antiguo es
la gran lección”, gusta decir regularmente este creador de formas
prolíficas. Lo “clásico” parece un prerrequisito: las tijeras de Phidias
en particular, discretamente presentes, con esa variedad infinita de
posturas, de torsos, de anatomías, estos impulsos carnales de curvas afirmadas, de equilibrios impecables, de posiciones cuidadosamente ajustadas. El cuerpo permanece como un sujeto constante,
interminablemente declinado: de la estática a la dinámica, del constreñimiento a la liberación, de la angustia al esplendor. Una inventiva
profusa parece mismo investigar todas las posibilidades de la vida
física: la carne, el músculo, la sensibilidad, la extrema diversidad de
los movimientos, la extrema diversidad del sentimiento, sufrimiento
o placer, el todo variando según la dureza o la suavidad de los materiales, del bronce a la pasta de vidrio, de la cera al aluminio, de la
resina coloreada al polícromo brillante. Mauro Corda es un explorador. El cuerpo es su tierra. La agudeza de la mirada su herramienta.
Sabe revelar la intensidad, la fuerza mágica del físico, sin olvidar sus
desgracias, sus fallas, sus vulnerabilidades. La formidable energía
del impulso puede entonces encontrar el trágico sufrimiento de la
agonía y la extrema liviandad de la velocidad encontrar la brutal fijeza de la muerte. Un inmenso espectro es así barrido, mismo si el
“estremecimiento de la vida” según las propias palabras del escultor,
permanece como el objeto primero.
La figura animal también es ampliamente explorada. Es lo que muestran más que nunca las obras recientes. Magníficas realizaciones por
ejemplo son esos peces de formas depuradas, de piel brillante y tendida, de boca partida o avanzada, de pesadez ávida o ligereza afilada, de escamas provocantes o flecha soberbiamente alisada. Una
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pasión incomparable por lo formal se impone, afilando los materiales,
jugando con su brillo, su perfil, variando al extremo la diversidad infinita de las invenciones naturales. O incluso ese galgo, con el pecho desplegado, riñones afinados, patas traseras arqueadas, donde
toda la dinámica dice la velocidad que vendrá. La imagen es única,
cautivante al punto de parecer simbólica: la revelación de algunas
vertientes mayores de la obra. El bronce es liso, tendido, vendado
como para sugerir mejor el recurso infinito de volúmenes sutilmente
perfilados. La forma “habla”. Una tensión la habita. Todo se combina:
desde el cuerpo magistralmente ahusado, hasta los rasgos simplificados y los soportes poderosamente orientados. Lo anecdótico es
borrado, el objeto es “resumido”, una fuerza particular y latente domina, reunida en su totalidad para aumentar su potencia. El animal no
está “contado” como podría estarlo en el caso de algún mal escultor
figurativo. No está detallado, como podría estarlo por una narración
de circunstancias o de eventos. Está “atravesado”. “Dice” por cierto
más de lo que está dicho. Un solo vector permanece, a exclusión de
todos los demás: el impulso, la velocidad pura y concentrada. Un
principio universal se impone con él alcanzando el proyecto de los
más grandes: la figura símbolo, inmediatamente expresiva, inmediatamente transmisible, expresando en su condensación misma lo que
cada uno puede sentir. El ejemplo es central, revelando el universo de
Corda, sugiriendo su total originalidad: formas sin duda, curvas también, magníficas, volúmenes densos, perfectamente combinados,
pero una mayor tensión aún, una oscura intensidad, una convergencia dinámica corriendo de un lugar a otro de la obra, sosteniendo
las partes en conjunto, animándolas, habitándolas, hasta hacerlas
vibrar para librar mejor su verdad. Mauro Corda dice por cierto lo
comenta con toda claridad: “Quiero el mejor volumen posible: la tensión interna tiene la existencia que aparecerá en un cuerpo fatigado,
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envejecido, caduco, pero también la tensión de la juventud y de la
madurez”. Fórmula decisiva porque muestra que esa obra no es solamente perfección formal. Es también perfección sensible. Explota
las formas para someterlas a un desafío: restituir en el bronce, en la
cera, o en el mármol, lo que hace la intensidad de un cuerpo. Busca
la profundidad interna, sugiere la vibración. Lo que las realizaciones
recientes muestran mejor que nunca. Los músculos no son solamente músculos, los contornos no son solamente contornos. El alisado
del material o su hundimiento, su impulso explosivo o sus pliegues
arrugados hablan de la interioridad. Hablan del interior. Revelan una
animación oscura, el empecinamiento secreto desencadenando el
movimiento o manteniendo una posición. Más aún, es dentro de la
amplitud del movimiento mismo, dentro de la dinámica llevada a su
punto límite que surge bruscamente la intensidad: los pies infinitamente estirados del saltador, por ejemplo, su delgadez sobre la curva
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de la pantorrilla, su estiramiento sugiriendo como nunca la interminable línea aérea de un “trazo”, dinámica acentuada más que nunca por
el tubo transparente dentro del cual la línea se hace cada vez más
fina; o el equilibrio perfecto del contorsionista en el que cada parte
indica la extensión total para brindar una estética devenida natural, o
sus vestimentas pegadas al cuerpo en La Noche, en la cual la extrema fuerza expresiva convence al espectador de que simplemente se
convirtieron en piel. Intensidad de las formas sin ninguna duda, pero
intensidad de los sentidos también que hacen de Mauro Corda un
incomparable explorador del adentro.
Eslabón perdido /
Chaînon manquant
Bronce, vidrio y
acero inoxidable
225 x 52 x 52 cm.
Georges Vigarello
Miembro del Instituto Universitario de Francia.
Traducción: Nelson Rey
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Yacente / gisant
Bronce patinado
200 x 112 x100 cm.
(Detalle)
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Yacente / gisant
Bronce patinado
200 x 112 x100 cm.
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Voluptuosidad /
Grande volupté
Resina; inoxidable
200 x 115 x 34 cm.
Mauro Corda. Clásico y contemporáneo
No es la primera vez que el Museo Sívori, bajo la dirección de Cocó
de Larrañaga, exhibe obras de artistas extranjeros. Si bien su misión
es reflexionar sobre el arte argentino se presenta como pertinente y
necesario el cotejo, ante todo, con lo latinoamericano. Así, y en la
medida en que fue posible, su programación incluyó a artistas procedentes de México, Bolivia, Perú, Paraguay, Ecuador, Colombia y
del muy cercano Uruguay.
Estimamos que el ambiente artístico argentino tan impregnado de
cultura parisina también sabrá apreciar el aporte del francés Mauro
Corda, de apellido sardo pero nacido en Lourdes y formado en Reims, Paris y Madrid.
Especialmente la comunidad de escultores argentinos a quienes
han llegado las lecciones de Rodin y Bourdelle a través de la obra y
la docencia de grandes maestros como lo fueron Bigatti e Yrurtia y
sus alumnos Pujia, Vinci, Dagá y Giannetti, entre otros.
Es importante señalar que esta exposición no hubiera sido posible
sin el esfuerzo económico del mismo Mauro Corda, la Asociación de
Amigos del Museo y del Ministerio de Cultura a través de la Dirección General de Museos.
Mauro Corda es discípulo de Jean Cardot, escultor francés autor de
los monumentos a Churchill y de Gaulle emplazados en las cercanías del Grand Palais.
Su obra propone una trama de visibilidades en la que confluyen la
tradición clásica de la escultura modelada y una reflexión contemporánea sobre la condición humana.
12 Mauro Corda | Insólito
Esa tensión que lo habita, perturba la mirada “normalizada” que
espera cuerpos ideales y encuentra cuerpos incorrectos, inauditos,
insólitos. Al sentirse extrañada se descubre impropia y soberbia. Del
otro lado de las apariencias culturales, desbordan los miedos reprimidos, la pulsión de muerte y una sospechosa humanidad.
El canon de Vitrubio establecía una relación de equilibrio y una simetría vista como correspondencia entre las partes y el todo. Las
figuras humanas escindidas de Corda, vuelven sobre esa idea reguladora para hablar de sexualidades en tránsito, como pasaje de un
cuerpo a otro. Desajustes que se alzan contra los regímenes que las
construyen como “normales” o “anormales”.
“Cauchemar” y la secuencia de “Chambres” funcionan como el negativo de impresiones fotográficas sobre la materia tridimensional.
Huellas del cuerpo del bebé y de los rostros de parejas en el cotidiano
“despertar” que alguna vez estuvieron allí y que en un juego perturbador de presencias y ausencias, la mirada intenta fugazmente restituir.
Gisant (yacente) cierra la muestra participando del concepto de “vanitas”; como una advertencia sobre la vanidad de la vida, nos invita
a pensar en el paso del tiempo, en la vida y en la muerte.
Con impecable ejecución técnica, repone un modo naturalizado y
distanciado de ver los cuerpos en bronce, acero, aluminio, resina
o mármol; un cuerpo clásico, de proporciones armónicas que sin
embargo se presenta contingente e inestable, que nace y muere.
Graciela Limardo
Curadora
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Mauro Corda. La escultura como ejercicio crítico
El cuerpo humano como síntoma en el arte contemporáneo
“El escqueleto, siempre es esencial, es lo que está detrás de las esculturas”
Mauro Corda
En la producción de Mauro Corda se puede distinguir un tema que la
atraviesa y que funciona incluso como categoría: el cuerpo humano.
Esta cuestión no es menor al momento de acercarse a las realizaciones del arte contemporáneo. Si bien la representación de la figura humana es un motivo central dentro de la historia del arte y en especial
su asociación con las tendencias figurativas, su registro ha brindado
diversas acepciones a lo largo del tiempo en estrecha relación con su
contexto de realización. Desde la antigüedad clásica y fundamentalmente durante el Renacimiento conlleva significaciones particulares.
Medida de todas las cosas, este ícono fue centro, unidad y canon
del sistema representativo occidental. Una importante alteración en
el mismo se produce durante la época de las vanguardias históricas,
pero será a partir de los años sesenta con la vuelta a los realismos
vigentes en ese período junto al aporte de otras disciplinas como el
psicoanálisis, la antropología, la sociología y la ciencia, cuando sus
variadas concepciones van a complejizarse y profundizarse.
Las imágenes emplean entonces, un discurso metafórico sobre el
cuerpo siendo expresiones de diferentes mentalidades que aportan
en cada época una cantidad mayor de elementos para poder relacionar las obras con las condiciones políticas, culturales y sociales
de los diferentes períodos históricos. A través del cuerpo se identifican problemas vigentes y sirve para cuestionar y reflexionar sobre
la realidad social, actúa como síntoma en las sociedades presentes.
De esta manera su representación revela la problemática del hombre
en las comunidades injustas y violentas que transitan por momentos
de crisis. Desde este punto de vista la figura tematiza estas cuestiones y vehiculiza ese mensaje. Así, de las certezas que expresaba, comienzan a emergen dudas y ambigüedades, y la posibilidad
de reflexionar sobre cuestiones urgentemente actuales. Desde esta
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perspectiva es que pueden interpretarse sus nuevos registros que
transitan desde un cuerpo ideal, bella y armoniosamente reproducido, a otro fragmentado, yacente y que no logra recomponer su
unidad y equilibrio, producto del impacto traumático con la realidad.
Sus imágenes se transforman en discursos, en textos que hablan
desde y para la comunidad en que son producidos. Cuerpos disímiles que testimonian contra la hipernormatividad del género, la discriminación y que son estigmatizados por sus condiciones sociales o
raciales. Así, el arte de fines del siglo XX exhibe, casi obscenamente
la vulnerabilidad de los cuerpos violentados por el sistema ideológico imperante, presentándolos como contenido, huella, inscripción o
resto, en estado de extrema vulnerabilidad e inestabilidad.
Mauro Corda es visceralmente escultor. En él prima la calidad del
oficio, el trabajo recoleto del taller, la reflexión aguda en cada una
de sus piezas. Por lo tanto no es un dato menor la manera en que
pone de manifiesto sus convicciones. Para ello apela a la concepción de sus figuras dentro de la tradición clásica, apolínea y de carácter armónico, que es resignificada a través de los recursos que
el arte contemporáneo le provee. Siendo estudiante su formación
se orientó hacia esa estética, con la cual se destaca no sólo la base
sólida y rigurosa de su praxis, sino que también es utilizada como
un medio que dinamiza y enfatiza el contenido de las obras. Las
estrategias empleadas por el artista son de variada índole y es en
esa conjunción de forma e intencionalidad donde se produce la potenciación de las mismas. Es así que, a través del manejo de un
lenguaje clásico, del uso de diferentes materiales en sus más diversas combinaciones y de citas provenientes de la historia del arte y
recontextualizadas, sus esculturas presentan un foco de quiebre,
que tiene lugar en el casi excluyente motivo de sus composiciones:
la figura humana. Ésta se transforma en síntoma que vehiculiza la
expresión de conflictos universales presentes en las comunidades
integrantes del capitalismo tardío.
apoyo es un dedo, están cabeza abajo, como si todo orden fuese
alterado sustancialmente. El recurso de la caja modifica visualmente
al objeto, ya que lo encierra, contradiciendo el sentido primero planteado por el autor.
Desde este punto de vista se puede centrar el análisis de las composiciones de Mauro Corda en núcleos temáticos, los cuales pueden
sintetizarse en cuestiones relativas a las relaciones entre las personas,
las nuevas enfermedades, las elecciones en la identidad de género, lo
diferente y la ecología. Este discurso sobre el hombre actual se corporiza por medio del empleo de materiales nobles y en algunos casos
lujosos como el mármol, bronce o el acero inoxidable, pero también la
primitiva arcilla y las expresivas resinas, generalmente policromadas.
Estas realizaciones hablan de situaciones violentas y dolorosas que
son destacadas por el autor a través de la estrategia de la utilización
de aparentes contradicciones o del refuerzo entre el contenido de la
imagen y el material en la que se halla plasmada. Corda emplea además, otros recursos de carácter técnico que le sirven para destacar el
sentido de sus realizaciones como el uso de luces y espejos que dan
un aspecto diferente cuanto se muestran ensamblados o las cajas en
las que encierra a sus personajes, que resaltan no sólo los asuntos relativos al volumen, también enfatizan el carácter anímico de las piezas.
Otra técnica empleada es el modelado en negativo, es decir el juego
entre fuerzas positivas y negativas como sucede en Chambre, y que
gracias a la ilusión óptica producida, aparece entre líneas y volumétricamente el sujeto aludido. Este procedimiento es el contrario a las
máscaras funerarias anteriores. De este modo la tradición clásica es
renovada por medio de nuevos medios expresivos. Las superficies de
sus obras se encuentran perfectamente tersas y pulidas, y en algunos
casos como el acero inoxidable tienen un efecto reflejante.
Las esculturas de Mauro Corda se nuclean en diferentes ejes temáticos y se han seleccionado para la presentación en el museo Eduardo Sívori aquellas que poseen un carácter paradigmático dentro de
la producción del artista. A ellas nos referiremos brevemente.
Contorsionniste en cage. Sus contorionistas se presentan en situaciones de frágiles o imposibles equilibrios, rasgos que denotan
sufrimientos corporales o hacen el esfuerzo físico con el objeto de
llegar a obtener el fin deseado. A la inversa que en el clásico dibujo
de Leonardo Da Vinci, en algunas piezas el punto de equilibrio o de
Contorsionista enjaulado. Bronce niquelado, inoxidable. 200 x 101 x 74 cm.
Mauro Corda | Insólito 15
Lévitation, Fakir y Performeur. En estas piezas Corda plantea una
problemática que lo aflije, la ambigüedad entre el objeto y su contexto. La dificultad de exhibir una forma que flota en un ambiente transparente, criaturas en aparente silencio, paz, tranquilidad, relajación
total. Para ello recurre a artificios e ilusiones ópticas para representar
lo que no tiene peso, el volumen suspendido, levitaciones, sorprendente fragilidad en la escultura, contenidos que son destacados por
la resina y el alumnio.
Androgyne Scission Homme/Femme. Aquí la reflexión gira sobre la
elección de género. El cuerpo escindido y dividido en dos, con una
segunda piel que deja las huellas inscriptas de la decisión tomada. Tanto el hiperrealismo del andrógino como el encierro en la caja
transparente acompañan la dramaticidad de la situación convirtiéndose en algo perturbador e inquietante.
En Asepsie y VIH. Estas composiciones se centran en la imposibilidad del contacto físico, afectivo que posee la medicina moderna,
donde se atiende a la enfermedad y no al enfermo, olvidando la historia de vida que acompaña al individuo. A través del vidrio que amplifica se muestra la delgadez y fragilidad del paciente. Estos retratos
revelan más en la mente que en el modelo plástico, son anónimos y
por lo tanto podemos ser todos.
En Le reliquaire y Gisant la enfermedad y muerte constituyen los
puntos de reflexión de estas obras. Nuevamente Corda recontextualiza citas clásicas como son el culto a la reliquia, que en este caso
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es el brazo dorado con la jeringa. Gisant recuerda a las esculturas
funerarias yacentes pero subyace aquí la idea del individuo vencido
y tendido. Se destaca el trabajo de pliegues que también refiere a la
estatuaria antigua. La actualidad de la imagen se revela por el lecho
del paciente. La expresividad se concentra en la cara y las manos.
Impulso mortal /
Envie de meutre
Bronce
policromado
81 x 75 x 38 cm.
L’ange, como el ángel del Apocalipsis, éste nos previene sobre el mal
uso de los recursos naturales, de la agresión al medio ambiente y del
poder de destrucción y aniquilación. Plásticamente este concepto es
reforzado por la contraposición entre lo blanco del ángel y el colorido
de los desechos que lo rodea. Así, en el fin de los tiempos, quizás un
futuro cercano sólo se sobrevivirá a través de la máscara.
Transitar entre las esculturas de Mauro Corda es una experiencia no
sólo de índole estética. Se encuentra en ellas un espacio de reflexión y
de autoconocimiento, un poder catártico. En esta “modernidad líquida”
en la que nos encontramos sumergidos, en tiempos de debilidad e
inestabilidad de los vínculos humanos, característica de esta sociedad
pancapitalista, individualista y sin certezas absolutas y donde el miedo
y angustia emergen permanente, Corda nos propone todo lo contrario.
Concentrarnos en las cuestiones serias, borrar los prejuicios, acercarnos al otro, ese desconocido, aceptar la diversidad, pero fundamentalmente comprometernos y quizás podamos contestarnos entonces
porqué sus esculturas nos devuelven nuestra propia imagen.
Silvia Marrube
Área Investigación. Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori
Mauro Corda | Insólito 17
Levitación /
Lévitation
Aluminio inoxidable
210 x 136 x 66 cm.
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Levitación /
Lévitation
Aluminio inoxidable
210 x 136 x 66 cm.
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Fakir
Bronce, acero
inoxidable
270 x 236 x 60 cm.
(Detalle)
20 Mauro Corda | Insólito
Fakir
Bronce, acero
inoxidable
270 x 236 x 60 cm.
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Asepsia / Asepsie
Inoxidable, resina,
vidrio,plexiglás y
hierro
177 x 90 x 74 cm.
(Detalle)
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Asepsia / Asepsie
Inoxidable, resina,
vidrio,plexiglás y
hierro
177 x 90 x 74 cm.
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VIH
Bronce y plexiglás
41 x 22 x 22 cm.
24 Mauro Corda | Insólito
Relicario /
Le Reliquaire
Bronce dorado y
resina
67 x 24 x 20 cm.
Mauro Corda | Insólito 25
Cronología
Mauro Corda
1960 Nace en Lourdes, Francia. De niño muestra aptitudes para el dibujo y
es un amigo de su padre quien descubre
sus habilidades. Por ello, mientras cursa
la escuela secundaria, emprende su
formación artística comenzando sus
primeras sesiones de estudio en la
Escuela de Bellas Artes de su ciudad
natal. Así, entre los doce y quince años se
abre al “mundo de los adultos” y afianza
una fuerte convicción por el arte.
1981-1985 Estudia en la École des Beaux
Arts de París, donde obtiene una beca
que le permite realizar algunos trabajos
escultóricos e incluso retratos. En este
período utiliza materiales como yeso,
mármol, piedra y terracota.
1991 El Alcalde de París, Jean de Preaumont
le ofrece un estudio e invierte en su
trabajo, dando comienzo a una etapa
próspera en fundiciones en bronce, que
posteriormente expone con éxito en la
Galería Sabine Herbert de París.
1992 Premio Fundación Princesa Grace de
Mónaco.
1997-1998 En esta época se destacan sus
trabajos: Esquisse boucherie I, II, III y las
series Petitte boucherie y Boucherie 19981999. Estos se componen de una variedad
de cuerpos humanos mártires y mutilados
realizados en pequeño formato y tamaño
natural. Al siguiente año los expone en el
Museo de Bellas Artes de Reims.
Palm beach, 2004. Resina, dorado a la hoja y anteojos
blancos, 235 x 80 x 74 cm.
Esquisse boucherie II, 1998. Bronce, 13,5 x 7 x 25 cm.
El artista modelando Bulldog, 2008 en su atelier de París.
Cronología realizada por: Lorena Oporto, Laura
González e Ivana Sicolo. Área Investigación y Archivo de
Arte Argentino Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori.
26 Mauro Corda | Insólito
1976-1979 Realiza estudios en la École des
Beaux-Arts de Reims orientándose hacia
la escultura. Su primer trabajo es una
copia antigua ejecutada bajo la mirada
de Charles Auffret, de él aprende a
estructurar la figura y el volumen. Debido
a un cambio en el perfil académico de
la escuela, Corda siente que ya no le
interesa permanecer allí y a los diecinueve
años resuelve dejar la escuela.
Lleva a cabo varios trabajos escultóricos
y comienza a considerar que para
convertirse en un “artista con mayúscula”
debe trasladarse a la capital.
1983 Recibe el Premio Retrato Paul-Louis
Weiller, obra realizada en mármol
con una impronta rodiniana. Es en
esta instancia donde establece un
acercamiento con el escultor y miembro
del jurado Jean Cardot, quien le abre las
puertas de su taller y lo apadrina.
1985-1987 Se instala en Madrid y envía una de
sus esculturas a París, por la que obtiene
el Premio Paul Belmondo. Además, gana
la beca de la Casa Velázquez, en Madrid,
que consiste en dos años de trabajo
en la nombrada institución. Este es un
momento de inflexión en su vida y en el
desarrollo de su trabajo.
1987 Regresa a París, donde continúa
trabajando actualmente.
1988 La ciudad de Sillery en Champagne le
encarga un monumento que lleva el
mismo nombre de la ciudad.
Contorsionniste au masque minnie, 2009. Bronce, 114 x 87
L’ange, 2010. Résine, néon, 186 x 67 x 66 cm.
2001 E
xhibe en Galerías: Tomy Rocfort,
Rennes, Francia. De Twee Pauwen, The
Hague, Holanda. Michel Boutta, París.
Tessédre, París. Grupales: Fukushima
Prefectural Museo de Arte, Japón. Salón
de Mars, Suiza. Esplanade du Dojon,
Sainte-Genevieve-des-Bois, Francia.
Galería Opera, Nueva York, USA.
Feria de Arte de Franckfurt, Alemania.
“Drawings for Sculptors”, Galería Michel
Broutta, Francia.
x 36 cm.
1989 El artista celebra su primera exposición
en la Galería Marie-Laure en Leduc París.
Recibe el Premio Charles Malfray de
Dibujo.
En la producción artística de estos años,
los soportes se vuelven relevantes y las
figuras orgánicas se complementan con
formas geométricas. A partir de 1998
utiliza marcos y contenedores para
muchas de las figuras escultóricas.
2000 Muestras individuales: “Never again”,
La Samaritaine, París. Galería Michelle
Bouler, París. Galería Twee Pauwen,
The Hague, Holanda. Galería Teissédre,
París. Muestras grupales: “L´homme qui
marche”, Den Haag Sculptuur 2000,
The Hague, Holanda. Galería Marion
Meyer, Frankfurt, Alemania. Galería
Imago, Palm, Desert, USA.
2004 L
leva a cabo Palm Beach. Según sus
palabras es “Una burla a aquellos
jóvenes que se creen quién sabe quién
y que se encuentran en las playas del
mundo”. Con la misma intención realiza
posteriormente Colección I (2007),
Colección II (2007).
2005 C
orda se siente atraído por la elasticidad
y flexibilidad que alcanzan los gimnastas
Mauro Corda | Insólito 27
y contorsionistas en ciertas posturas
de enorme dificultad y prácticamente
imposibles. Comienza así una extensa
producción de obras derivadas del
estudio de la anatomía de éstos.
Las ejecuta en bronce blanco, verde,
dorado y pulido. Otros materiales
empleados son el mármol, pasta de
vidrio, aluminio, bronce de níquel o
resina, aplicando el color para otorgarles
distintas calidades a las creaciones.
En Contorsionniste au masque Minnie
(2009) asocia los rostros de las
personas con personajes infantiles
como una forma de rememorar la niñez
y acercar al público joven a la expresión
plástica con un carácter lúdico.
los grandes temas de nuestro tiempo,
ya sea la identidad, el medio ambiente,
la genética, las principales plagas
epidémicas y el progreso de la ciencia.
La instalación incluía retratos de talla
natural de hombres y mujeres de todos los
continentes, esculpidos según el principio
del negativo fotográfico situados en forma
de U. En el centro, una escultura yaciente
dominaba el espacio. A través del positivo
y negativo refiere a la vida y la muerte.
Corda compone “Itinerario” en la Villa de
Sassari, Italia. La producción contenía
un centenar de obras ubicadas en
distintos puntos de la ciudad italiana.
En ese contexto, el Teatro Municipal
ofreció Drapeau sarde creada en acero
inoxidable, hierro y resina. A través de la
enseña sarda, el artista busca simbolizar
la violencia que impera desde tiempos
inmemoriales en el mundo natural y
humano.
Teatro Municipal. Obra expuesta en Sassari. 2012.
Porc-épic, 2011. Aluminium, inox , 72 x 72 x 60 cm.
2006 A partir de su formación clásica, en
las creaciones de Corda confluyen
diferentes estéticas como el simbolismo,
el surrealismo y el naturalismo en
conexión con el contexto del mundo
actual. Así, con una obra lúcida, sutil
y a veces inquietante reflexiona sobre
28 Mauro Corda | Insólito
2009-2011 Ejecuta instalaciones escultóricas
de animales del océano. Estos seres
marinos nadan en acuarios o mares
imaginarios al alcance de todos.
2010 Se le otorga el título de “Caballero de la
Orden Francesa de las Artes y las Letras”.
2012 Presenta la exposición “La Indiferencia”,
en el marco de la XI Bienal de La
Habana, Cuba, en la Galería Rubén
Martínez Villena.
El artista montando Fakir en su atelier.
2014 Presenta “Les Insolites de Mauro Corda”
en Château d’eau à Bourges, Francia,
junio - agosto.
La exposición “El océano es de todos y
para todos” en la Casa de Víctor Hugo
y la Plaza de la Catedral en La Habana,
Cuba, marzo -octubre.
En la Bienal UMAM en Chateau Grimaldi
Museo en Cagnes-sur-Mer, Francia,
junio-noviembre.
En su taller en Kremlin Bicetre, París, las
piezas son realizadas en arcilla, luego la
elección del material en que se ejecuten
vendrá determinado por la idea que desea
concretar, esto implica la participación de
fundiciones y moldeadores.
Sensible al color, Mauro Corda despliega en
una variedad de tintes proporcionados por
las pátinas y materiales como el cromo, plata,
hierro, bronce, aluminio y resina, entre otros,
otorgándoles a las composiciones un carácter
simbólico y expresivo. Así, las obras toman
otras dimensiones en el espacio: envuelven,
repelen, se achican, se distorsionan y
asimismo proyectan sensaciones, recuerdos y
estremecimientos.
Mauro Corda | Insólito 29
MIEMBROS DEL
MUSEO DE ARTES PLÁSTICAS
EDUARDO SÍVORI
DIRECCIÓN
Arq. María Isabel de Larrañaga
SECRETARIAS
Norma Guzmán
Araceli Romero
PRENSA
Laura Quesada
Claudio Bonifacio
DEPARTAMENTO MUSEOGRAFÍA
Lic. Graciela Limardo
ÁREA EXPOSICIONES
Lic. Ethel Cohen Bale
Claudia Cambours (docente)
Edith Caravaglio (escenógrafa)
Marta Martínez
ÁREA DE PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL
Lic. Nicolás Javaloyes
Lic. Mariel Carrubba
Leticia Orieta
SALONES Y CONCURSOS
Sandra Piccioni (escenógrafa)
BIBLIOTECA
Bib. Marcela Diorio
Marcelo Formes
MONTAJE | DEPÓSITO
Alejandro Greco
Oscar Villarruel
Julio Hilger
EXTENSIÓN CULTURAL
Prof. Héctor Destéfanis
ÁREA EDUCATIVA
Lic. René Cruz
Agustina Fiorillo
Prof. María Florencia Olivera
Lic. Lidia Sonenblum
TEATRO DE CÁMARA
Prof. Clara Vaccarone
Daniel Kargieman
30 Mauro Corda | Insólito
COORDINADOR DE EVENTOS
Prof. Alejandro Chekherdemian
CORREO
Adriana Forastieri
SEM | ESTADÍSTICA
Lic. Germán Barbizzotti
SUPERVISIÓN
Luis María Echazarreta
CONCURSOS DE MANCHAS
Patricia Carrea
ASISTENTES DE SALAS
Elba Abruzzese
Héctor Becco
Sofía Irene Celiz
Nancy Martínez
Abelardo Olmedo Sosa
Sergio Pérez
Estela Maris Virasoro
CONSERVACIÓN | RESTAURACIÓN
RESERVA TÉCNICA |
DOC. FOTOGRÁFICA
Carlos Melo
Lic. Eliana Castro
Juan Ángel Cónsoli
Prof. Luis Dardene
Juan José De Carlo
Prof. Silvina Echeveste
Lic. Elena Giosa
Karina González
Prof. Martín Hayet
Gabriel Kargieman
Otilio Moralejo
Paola Nievas
INVESTIGACIÓN Y ARCHIVO DE ARTE ARGENTINO
Y LATINOAMERICANO
Mgter. Silvia Marrube
Prof. María Claudia de León
Lorena Oporto (docente)
Lic. Ivana Sicolo
ARQUITECTURA Y MANTENIMIENTO
M.M.O. Luis Bruzzone
AUXILIARES TÉCNICOS
Daniel Grela
Miguel Angel Llanes
AUXILIARES MANTENIMIENTO
Héctor Horacio Galván
Alberto Ricardo Grosse
Berta Vallejos Mejía
Verónica Viana
ADMINISTRACIÓN
Roberto Payva
PERSONAL
Patricia Clapié
Cecilia Abdala
COLABORADORES: Agustina Abadía, Lucía Bellusci,
Cecilia Giorgio, Marcelo Humano, Marcos Krämer, Ana
Cecilia Lobeto, Carolina Loj, Marina Martínez, María
Eugenia Mousseaud, Mariela Pérez y Mariano Ricardes
CRÉDITOS
Traducción: Nelson Rey
Fotografía: Studio SLB, Christian Baraja & Erik Lasalle
Retoque digital: Otilio Moralejo
Producción y Curaduría: Graciela Limardo
PRODUCCIÓN: DGM 2014
Inauguración: jueves 13 de noviembre a las 19.00 hs.
Cierre: 1 de marzo de 2015
Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori
Av. Infanta Isabel 555 (frente al Rosedal)
Ciudad de Buenos Aires
4774.9452 | 4778.3899
direcció[email protected]
[email protected]
www.museosivori.buenosaires.gob.ar
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