Configuraciones espaciales de escenarios urbanos y rurales

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CUADERNO 12
Configuraciones
espaciales de escenarios
urbanos y rurales.
Desafíos pendientes en
los procesos de inclusión
educativa
GABRIELA ITZCOVICH
ISSN 1999-6179 / enero 2012
12
International Institute for Educational Planning
7-9 rue Eugène-Delacroix
75116, París
Francia
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ISSN: 1999-6179
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GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
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CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES.
DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE INCLUSIÓN EDUCATIVA
Introducción
Resulta por lo menos paradójico que en tiempos de globalización, en donde el acceso
a información producida en cualquier lugar del mundo está cada vez más al alcance
de la mano (gracias al avance de la tecnología y las comunicaciones), aún exista una
brecha en la escolarización de niños y jóvenes, según el área geográfica de residencia.
La paradoja radica en el hecho de que precisamente los sectores con menos acceso a
los “flujos” de la información y la comunicación y más atados a la experiencia local, al
encuentro cara a cara como ámbito fundamental de formación, son los que tienen las
mayores dificultades de permanecer en la escuela.
Al analizar las tasas de escolarización de los adolescentes de 15 a 17 años de edad se
observa que la brecha según área geográfica de residencia está presente en los
diferentes países de la región. En algunos casos esta brecha es menor, como por
ejemplo en el caso de Chile (en áreas urbanas la tasa de escolarización es de 91,8% y
en áreas rurales es de 89,3%) y República Dominicana (en áreas urbanas la tasa de
escolarización es de 86,6% y en áreas rurales es de 82,2%), pero en otros países estas
brechas en la asistencia superan los veinte puntos porcentuales (como en el caso de
El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Paraguay) o inclusive en el caso de
Honduras, la diferencia entre áreas supera los 30 puntos (en áreas urbanas la tasa de
escolarización es de 71,9% y en áreas rurales es de 39%).1
Estos datos muestran la imperiosa necesidad de profundizar en el conocimiento de
las brechas educativas según el área geográfica de residencia, en los países de la
región.
Afinar la mirada respecto de las brechas entre áreas geográficas conlleva
necesariamente a cuestionar el enfoque dicotómico de contraposición urbano- rural
basado en las teorías de desarrollo y modernización de las décadas del 50 y 60. En
este enfoque el ámbito rural ha sido visualizado como un ámbito homogéneo,
localista y centrado en actividades agropecuarias de producción, en contraposición
con el ámbito urbano, caracterizado como moderno y centrado en actividades
industriales. Sin embargo algunos cambios ocurridos como los avances en ciencia y
tecnología, las transformaciones en los medios de transporte y las comunicaciones, la
expansión de actividades no agropecuarias en el mundo rural entre otros,
1
SITEAL: http://www.siteal.iipe-oei.org/. Base de Datos en base a Encuestas de Hogares de cada país. Años 2009-2010.
GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
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incrementan la diversidad de aquello a lo que habitualmente se denomina “rural”2.
Si bien otros enfoques, como el enfoque del continuum3 constituyen intentos de
superación del abordaje dicotómico, la propia noción de gradiente puede ser
problematizada en el sentido de que sigue tomando a lo urbano como punto de
referencia.
Por otra parte, en los últimos años se evidencia un aumento del interés respecto de la
cuestión espacial y territorial por parte de las ciencias sociales. En esta revalorización
lo espacial deja de ser considerado algo subsidiario y secundario a las estructuras
sociales, y pasa a ser considerado parte constitutiva de estas: el espacio “no es un
reflejo de la sociedad sino su expresión, no es su reflejo sino que es la sociedad
misma”4.
A partir de estas consideraciones previas, en el presente cuaderno se intenta dar
cuenta de las brechas educativas entre áreas geográficas, pero integrando al análisis
diversas lógicas espaciales que atraviesan, redefiniendo, la relación urbano- rural.
En el ejercicio que aquí se desarrolla se pretende observar si existen diferentes
agrupamientos espaciales que atraviesan la dicotomía urbano-rural, y si estos
agrupamientos, definidos a partir de un criterio espacial, dan lugar a la conformación
de contextos sociales diferenciados. Al mismo tiempo se intenta una aproximación a
la diversidad rural, a partir de diferenciar situaciones de mayor inclusión de otras de
mayor exclusión social. Finalmente se analizan cuáles son los desafíos que plantean
los diferentes escenarios en términos de inclusión educativa, lo cual invita
necesariamente a una reflexión acerca de la capacidad de integración de los estados
respecto de sus poblaciones más postergadas.
Para dar cuenta de los diferentes agrupamientos se analiza la distribución espacial de
la población rural, a fin de ver si esta distribución permite detectar zonas
homogéneas. Se trabaja con medidas de autocorrelación espacial, las cuales permiten
ver el grado de agrupamiento de un atributo. Específicamente estas medidas dan la
posibilidad de observar si una determinada distribución se produce de manera
aleatoria o si existe algún tipo de correlación entre las diferentes unidades espaciales.
En el presente ejercicio se trabaja con 10 países de la región: Chile, Colombia, Costa
Rica, Guatemala, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Perú, tomando
2 Manzanal,
Mabel: “Regiones, territorios e instituciones del Desarrollo Rural”, en “Desarrollo rural- Organizaciones,
instituciones y territorios”. Ediciones Ciccus- 2006
SILI, Marcelo: “Fragmentación territorial y desarrollo rural: Nuevas interpretaciones y propuestas para el desarrollo de los
territorios rurales en un contexto de globalización- Serie Desarrollo Sustentable- Documento de trabajo N1- Banco Mundial Octubre de 2007.
3
4 Castells, M: La Era de la Información. Vol. I: La Sociedad Red. México, Distrito Federal: Siglo XXI Editores. 2002.
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como fuente de información el Censo Nacional5 de cada país de la ronda 20006.
Se trabaja con datos desagregados a escala local, a nivel municipio7. El hecho de
trabajar con los datos desagregados a nivel local es lo que da la posibilidad de
analizar las heterogeneidades presentes en las distribuciones espaciales.
Agrupamientos espaciales y escenarios sociales en torno a la distribución de
la población rural.
A continuación se analiza como es la distribución espacial de la población rural en un
conjunto de países seleccionados, de América Latina.
En primer lugar se intenta verificar si existen diferentes configuraciones en torno a la
distribución espacial de la población rural. En segundo lugar se trata de ver si estas
diferentes configuraciones espaciales dan lugar a escenarios diferenciados en
términos sociales.
Para la realización de este ejercicio se utilizaron técnicas de autocorrelación espacial.
Las técnicas de autocorrelación espacial brindan la posibilidad de observar la
influencia del componente espacial en el comportamiento de una variable. Existe
autocorrelación espacial si la proximidad entre unidades espaciales (en este caso,
municipios) es significativa en la distribución de las variables. Es decir, una variable
se encontrará espacialmente autocorrelacionada cuando los valores observados en
una determinada unidad espacial se relacionen con los valores observados en las
unidades vecinas8.
El análisis espacial se realizó a través del software Geoda. Los agrupamientos se
generaron mediante indicadores locales de asociación espacial LISA, que presentan la
ventaja (a diferencia de los indicadores globales) de permitir la identificación de la
heterogeneidad espacial.
Si bien son conocidas las desventajas de dicha fuente de información en relación con la actualidad de los datos, resulta la
fuente más pertinente para el análisis con información desagregada, habilitando la lectura de información sobre algunos nichos,
que sería imposible de ser capturada desde otras fuentes de información.
5
Chile (2002), Colombia (2005), Costa Rica (2000), Ecuador (2001), Guatemala (2002), Honduras (2001), México (2000),
Nicaragua (2005), Panamá (2000), Perú (2007).
6
7
Se trabaja con el menor nivel de representación política, que es el gobierno local. En muchos casos se
denomina municipio, en otros casos cantón. Por razones de simplificación de la escritura se aludirá siempre a los municipios.
8 Buzai, G. y Baxendale, C.: “Análisis Socio-espacial con Sistemas de Información Geográfica.” Buenos Aires: Lugar Editorial:
GEPAMA, 2006.
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A partir de este procedimiento fueron identificados 4 agrupamientos espaciales:
• Alto-alto: la autocorrelación espacial es positiva, es decir áreas con alto porcentaje
de población rural están rodeadas significativamente de áreas que están bajo la
misma condición, obteniéndose una lógica espacial de contigüidad.
• Bajo-bajo: la autocorrelación espacial también es positiva, pero en este caso son
áreas de valores bajos de población rural las que se encuentran rodeadas de áreas
bajo la misma condición. La lógica espacial, al igual que el primer grupo, es de
contigüidad.
• Mixtos: la autocorrelación espacial es negativa. Incluye dos agrupamientos
espaciales diferentes9:
Alto- Bajo: áreas de valores altos rodeadas, significativamente de áreas con valores
bajos de población rural
Bajo-Alto: áreas de valores bajos rodeadas de áreas de valores altos de población
rural.
La lógica espacial en ambos casos es discontinua.
• Sin autocorrelación espacial: los valores de la variable no se relacionan
significativamente con los valores de las áreas vecinas. La lógica espacial es
aleatoria.
Desde el punto de vista cuantitativo (ver tabla 1) se observa que aproximadamente la
mitad de los municipios presentan algún tipo de autocorrelación espacial, mientras
que la otra mitad de los municipios no presentan autocorrelación espacial, es decir,
que en estos casos la distribución de la población rural a lo largo del territorio se
produce de manera aleatoria. Las zonas alto-alto, si bien representan
aproximadamente a un cuarto de los municipios, albergan a una menor proporción
de población. Contrariamente las áreas bajo-bajo, concentran a una menor
proporción de municipios pero albergan a más del 40% de la población total. El
agrupamiento mixto presenta una menor relevancia, en términos cuantitativos.
Se sumaron ambos agrupamientos por presentar menor relevancia cuantitativa y porque a ambos grupos los unifica la
situación de discontinuidad espacial.
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TABLA 1: DISTRIBUCIÓN DE MUNICIPIOS Y DE POBLACIÓN SEGÚN AGRUPAMIENTOS ESPACIALES. AÑOS 2000-2007
Agrupamientos espaciales
Porcentaje de
municipios
Porcentaje de
población
Alto-alto
26,27
13,80
Bajo-bajo
19,69
42,60
Mixto
0,80
1,00
Sin autocorrelacion espacial
53,23
42,6
Fuente: SITEAL en base a Censos Nacionales: Chile (2002), Colombia (2005), Costa Rica (2000),
Ecuador (2001), Guatemala (2002), Honduras (2001), México (2000), Nicaragua (2005), Panamá (2000), Perú (2007).
Ahora bien, ¿cómo son estos agrupamientos espaciales?, ¿constituyen escenarios
sociales diferenciados?
En el análisis de la información se observa que estos agrupamientos presentan
importantes diferencias entre sí (ver tabla 2).
Los agrupamientos alto-alto, están definidos por una alta incidencia de
población rural (presentan un promedio de 85% de población rural, y el 90% de los
municipios tiene más del 60% de población rural) y la misma se distribuye
espacialmente de un modo contiguo. Como ya se señalara, aunque representan una
proporción importante de municipios (26%), albergan una menor proporción de
población. Se trata de zonas con un fuerte énfasis en elementos agrarios e
informalidad respecto del mercado laboral (un 15% de la población ocupada no recibe
remuneración). Respecto de los factores demográficos estos agrupamientos tienen
menor densidad de población y también muy baja presencia de inmigrantes, lo cual
da lugar a interpretar estos espacios como de baja movilidad. Asimismo, la situación
de contigüidad se combina con una situación de mayor precariedad que se evidencia
en las importantes carencias en el acceso a recursos (la mitad de los hogares no tiene
conexión de agua a red, y el 83% no tiene desagüe cloacal a red pública), y de cierto
aislamiento en el acceso a información y comunicación (solo 3 de cada 10 hogares
poseen televisión). El componente étnico es otro atributo diferencial de estos
espacios: el 40% de los hogares tiene algún miembro con ascendencia indígena. La
situación de menor desarrollo del mercado laboral, precariedad en el acceso a
recursos, aislamiento en términos de información y comunicación combinada con la
lógica espacial de contigüidad da lugar a la denominación de estos escenarios como
agrupamientos rurales segregados.
Los agrupamientos bajo- bajo, como ya se señaló, se emplazan en zonas urbanas
contiguas espacialmente. Presentan la menor incidencia de población rural (en
promedio tienen solo un 22% de población rural; asimismo el 70% de los municipios
tienen menos del 30% de población rural). Propio de las grandes ciudades,
concentran a una menor proporción de municipios pero albergan a más del 40% de la
población total. Presentan un mercado de trabajo más desarrollado (el 70% de los
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ocupados realiza actividades en el sector secundario o terciario) y los hogares cuentan
con mayor acceso a los diferentes recursos (agua potable, desagüe cloacal a red,
medios de comunicación). En este caso, contrariamente a lo observado en el
agrupamiento anterior, la situación de contigüidad “urbana” lejos de dar lugar a una
situación de segregación y exclusión, se transforma en un facilitador en el acceso a
recursos. La mayor densidad de población y presencia de población inmigrante lleva
a definir a estos escenarios como agrupamientos urbanos de grandes
ciudades.
Los agrupamientos mixtos, como se dijo anteriormente, presentan una lógica
espacial de alternancia (es decir unidades más rurales son contiguas a unidades más
urbanas y viceversa). Es decir, estos agrupamientos reúnen tanto áreas más urbanas
como áreas más rurales. Por esta razón, si bien presentan una alta incidencia de
población rural (en promedio el 60% de la población es rural), existe un 40% de
municipios con menos del 30% de población rural.
Al analizar los datos se observa que esta figura espacial se traduce en una situación de
mayor integración en términos sociales, en comparación con los agrupamientos
rurales segregados. Se observa que el 40% de los ocupados realizan actividades en el
sector primario, y existen importantes dificultades en términos de infraestructura de
los hogares (el 60% no tiene desagüe cloacal a red). Sin embargo esta situación
convive con cierta diversificación del mercado laboral (el 40% de los ocupados realiza
actividades en el sector terciario de la economía, el doble de lo registrado en los
agrupamientos rurales segregados). Por otra parte, desde el punto de vista
demográfico, en comparación con el primer grupo, aumenta significativamente la
densidad de población y la movilidad, observada en una mayor presencia de
inmigrantes internos. También se observa una mayor presencia de medios de
comunicación: cinco veces más hogares con teléfono y con computadora en
comparación con el primer grupo. Estos agrupamientos de menor relevancia
cuantitativa, y mayor mixtura entre lo urbano y lo rural, se han denominado
enclaves.
Antes de continuar resulta pertinente plantear un interrogante.
Evidentemente es posible que estos enclaves presenten una situación más favorable
en comparación con los agrupamientos rurales segregados, justamente por contar en
su interior con una mayor presencia de zonas más urbanizadas. Ahora bien, si la
condición de ruralidad se mantiene estable ¿la diferencia entre ambos agrupamientos
se mantiene o se diluye?
Si se seleccionan solo los municipios con más del 60% de población rural y se observa
el comportamiento de los diferentes indicadores aquí considerados se verifica que las
diferencias entre los agrupamientos rurales segregados y los enclaves, se mantienen
(ver gráfico 1). Es decir, pese a que se focaliza la mirada en ambos casos, en contextos
altamente rurales (en promedio el 90% de la población es rural) y de muy baja
densidad de población, los enclaves presentan una situación más favorable en
comparación con los escenarios rurales segregados, tanto en condiciones de
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infraestructura (con un 20% menos de hogares sin desagüe cloacal que los contextos
rurales segregados), presencia de medios de comunicación (tienen el doble de
hogares con televisión), desarrollo del mercado laboral (presentan el doble de
ocupados en el sector terciario de la economía). Es decir, esta información alerta que
no es lo mismo “ser rural” rodeado de rurales, que “ser rural” rodeado de zonas más
urbanas en lo que refiere a posibilidades de acceder a recursos y oportunidades.
TABLA 2: INDICADORES SEGÚN AGRUPAMIENTOS ESPACIALES. PROMEDIOS. AÑOS 2000-2007
Agrupamientos Espaciales
Rurales
segregados
espacialmente
Urbanos de
grandes
ciudades
Enclaves
Sin
autocorrelación
espacial
Población rural (%)
85,30
22,65
61,68
60,41
Hogares con algún miembro indígena (%)
40,68
16,18
19,89
21,87
Hogares sin agua a red (%)
47,14
16,22
30,86
37,11
Hogares sin desagüe cloacal a red (%)
83,06
29,87
57,93
68,25
*Hogares con teléfono (%)
5,13
25,90
26,09
12,31
**Hogares con computadora (%)
1,57
9,87
8,86
2,85
**Hogares con televisión (%)
32,56
80,04
69,70
53,37
Hogares con clima educativo bajo (%)
67,51
22,73
44,86
56,07
Hogares con clima educativo alto (%)
4,29
22,80
13,87
7,14
Ocupados en el sector primario (%)
65,26
25,63
38,22
51,29
Ocupados en el sector secundario (%)
11,23
22,08
16,99
14,62
Ocupados en el sector terciario (%)
20,17
52,42
40,72
29,55
***Ocupados no remunerados (%)
15,84
5,65
5,97
10,07
Inmigrantes internos (%)
7,77
30,30
28,42
15,14
Densidad de población
49,52
848,61
110,12
77,42
Indicadores (promedio)
Fuente: SITEAL en base a Censos Nacionales: Chile (2002), Colombia (2005), Costa Rica (2000), Ecuador (2001), Guatemala
(2002), Honduras (2001), México (2000), Nicaragua (2005), Panamá (2000), Perú (2007).
* Sin información para Guatemala
** Sin información para Guatemala y Ecuador
*** Sin información para Nicaragua
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GRÁFICO 1: PORCENTAJE DE POBLACIÓN RURAL, PORCENTAJE DE HOGARES SIN DESAGÜE CLOACAL A RED
PÚBLICA, PORCENTAJE DE HOGARES CON TELEVISIÓN, PORCENTAJE DE OCUPADOS EN EL SECTOR TERCIARIO
DE LA ECONOMÍA, PORCENTAJE DE INMIGRANTES INTERNOS, SEGÚN AGRUPAMIENTO ESPACIAL, EN MUNICIPIOS
CON MÁS DEL 60% DE POBLACIÓN RURAL
100,00
90,00
80,00
70,00
60,00
50,00
40,00
30,00
20,00
10,00
,00
Rurales segregados
Enclaves
Población rural
(%)
Hogares sin
cloaca (%)
Hogares con
Ocupados en
televisión (%) sector terciario
(%)
Inmigrantes
internos (%)
Por ende, como corolario de lo observado hasta aquí se puede sugerir que en la
relación entre lo urbano y lo rural, lo espacial importa. La distribución espacial de la
población rural da lugar a la conformación de escenarios diferentes en términos
sociales, demográficos, económicos. El ejercicio permite diferenciar zonas de alta
ruralidad más concentrada espacialmente (Mapa 1, color rojo), zonas urbanas
concentradas (Mapa 1, color azul) y zonas en donde lo urbano se entremezcla con lo
rural constituyendo espacios de mixtura (Mapa 1, color rosa). Asimismo se pudieron
diferenciar situaciones rurales segregadas de situaciones rurales de mayor
integración social, las cuales se encuentran asociadas a la disposición espacial de la
población rural.
Sin embargo, como ya se observó, existen una gran cantidad de municipios que
responden a otra lógica espacial, ya que no se definen en términos de
autocorrelaciones. Estos agrupamientos, lejos de constituir un “residuo” del ejercicio,
representan amplias superficies (mapa 1, color gris), de hecho constituyen el 52% de
los municipios (tabla 1).
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MAPA 1: AGRUPAMIENTOS ESPACIALES DEFINIDOS EN FUNCIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN DE ESPACIAL DE LA
POBLACIÓN RURAL (MÉTODO LISA).
Es decir, si bien, en un primer paso, a partir del análisis espacial fue posible dar
cuenta de algunas situaciones que atraviesan la dicotomía urbano-rural,
evidentemente hay otro conjunto de situaciones que deben tratarse a partir de otro
abordaje.
Considerando que el agrupamiento sin autocorrelación espacial encierra un conjunto
muy diverso de situaciones, se vuelve necesario recurrir a una técnica que permita
una aproximación a esta heterogeneidad. Para ello se recurre al análisis de cluster, ya
que se trata de una técnica que permite diferenciar conjuntos homogéneos en su
interior y heterogéneos respecto de los demás conjuntos.
En este segundo paso, para la conformación de los clusters, se consideraron
variables10 representativas de diferentes dimensiones: demográficas, económicas,
productivas, sociales, culturales, étnicas, de acceso a información y comunicación.
Las variables consideradas fueron:
• Población rural (%)
10
Las mismas fueron utilizadas como variables dependientes en la caracterización de los agrupamientos espaciales.
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• Hogares con algún miembro indígena (%)
• Hogares sin conexión de agua a red pública (%)
• Hogares sin desagüe cloacal a red pública (%)
• Hogares con clima educativo bajo (%)
• Hogares con clima educativo alto (%)
• Ocupados sector primario (%)
• Ocupados sector secundario (%)
• Ocupados sector terciario (%)
• Ocupados no remunerados (%)
• Inmigrantes internos (%)
• Densidad de población
A partir del análisis de cluster fue posible identificar tres escenarios sociales al
interior del agrupamiento sin autocorrelación espacial, los cuales a partir del análisis
del comportamiento de las diferentes variables recibieron distintas denominaciones.
Es importante aclarar que en estos ejercicios clasificatorios siempre existe una dosis
de arbitrariedad. Se trata solo de un intento de aproximación a una realidad que sin
duda es más compleja que lo que aquí se muestra. Por otra parte, las denominaciones
de cada uno de los escenarios fueron seleccionadas buscando sintetizar las
características más salientes de cada grupo de acuerdo al comportamiento de las
variables que aquí se analizaron.
¿Cómo son estos escenarios?, ¿qué características presentan?, ¿cuánto representan
del conjunto de municipios y del total de la población?
En las tablas 3 y 4 se pueden observar las particularidades de cada escenario.
Los escenarios urbanos de pequeñas ciudades, con menor relevancia
cuantitativa, tienen solo un 22% (en promedio) de población rural y el 70% de los
municipios tiene menos del 30% de población rural. Los indicadores se comportan de
un modo similar al agrupamiento urbano de grandes ciudades, y la diferencia
fundamental respecto de estos es una menor densidad de población, lo cual lleva a
denominarlos como escenarios urbanos de pequeñas ciudades.
Los escenarios rurales pobres no indígenas, presentan un mayor peso
cuantitativo, tanto en la proporción de municipios como de población que albergan.
Si bien constituyen superficies extensas, no representan zonas homogéneas desde el
punto de vista de la distribución espacial de la población rural (la distribución de
zonas urbanas y zonas rurales es aleatoria).
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En promedio el 64% de la población es rural y la mitad de los municipios tiene más
del 60% de población rural. Presentan importantes problemas de infraestructura
(70% de los hogares sin desagüe cloacal a red) y bajo desarrollo del mercado laboral
(la mitad de la población realiza actividades en el sector primario de la economía), y a
diferencia de los escenarios que se presentan a continuación, tienen una baja
presencia indígena (solo el 9% de los hogares con algún miembro indígena), por eso
se los ha denominado rurales pobres no indígenas. Es interesante agregar que en los
diferentes indicadores se observa una situación más beneficiosa en comparación con
los escenarios rurales segregados espacialmente. Es decir, aún en situación de
pobreza se encuentran más integrados que estos últimos.
Finalmente, los escenarios rurales pobres indígenas representan una menor
proporción tanto de municipios como de población, y una muy baja densidad
población (en promedio). Los indicadores se comportan de un modo similar a lo
registrado en los escenarios rurales segregados. A los problemas de infraestructura
(85% de los hogares sin desagüe cloacal a red) se agrega un bajo desarrollo del
mercado laboral (60% de los ocupados realiza actividades en el sector primario) y
menor acceso a medios de información y comunicación (menos de un tercio de los
hogares tiene televisión). La situación de mayor vulnerabilidad en cuanto a
condiciones de mercado de trabajo e infraestructura se combina con una fuerte
presencia de comunidades indígenas (más del 80% de los hogares - en promediotiene algún miembro con ascendencia indígena) por eso se han dado en llamar
escenarios rurales pobres indígenas.
TABLA 3: DISTRIBUCIÓN DE MUNICIPIOS Y DE POBLACIÓN SEGÚN ESCENARIOS AL INTERIOR DEL AGRUPAMIENTO
SIN AUTOCORRELACIÓN ESPACIAL. 2000-2007
Escenarios al interior del
agrupamiento sin autocorrelación
espacial
Porcentaje
de
municipios
Porcentaje
de
población
Urbanos de pequeñas ciudades
3,79
5,10
Rurales pobres no indígenas
40,87
34,00
Rurales pobres indígenas
8,57
3,50
Total sin autocorrelación
espacial
53,23
42,6
Fuente: SITEAL en base a Censos Nacionales: Chile (2002), Colombia (2005), Costa Rica (2000),
Ecuador (2001), Guatemala (2002), Honduras (2001), México (2000), Nicaragua (2005), Panamá (2000),
Perú (2007).
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TABLA 4: INDICADORES SEGÚN ESCENARIOS SOCIALES CORRESPONDIENTES AL AGRUPAMIENTO ESPACIAL SIN
AUTOCORRELACIÓN. 2000-2007
Agrupamiento sin autocorrelación espacial
Indicadores (promedio)
Urbanos de
pequeñas
ciudades
Rurales
pobres no
indígenas
Rurales
pobres
indígenas
Población rural (%)
22,90
64,05
60,11
Hogares con algún miembro indígena (%)
14,21
9,47
86,78
Hogares sin agua a red (%)
20,37
37,09
49,54
Hogares sin desagüe cloacal a red (%)
47,32
69,43
85,65
*Hogares con teléfono (%)
27,05
11,38
1,86
**Hogares con computadora (%)
8,34
2,07
1,12
**Hogares con televisión (%)
73,39
55,27
26,69
Hogares con clima educativo bajo (%)
36,57
58,38
58,70
Hogares con clima educativo alto (%)
15,47
5,65
5,67
Ocupados sector primario (%)
29,22
52,03
62,82
Ocupados sector secundario (%)
21,66
14,27
11,86
Ocupados sector terciario (%)
44,03
28,62
24,11
***Ocupados no remunerados (%)
3,41
9,72
16,83
Inmigrantes internos (%)
23,62
15,42
6,83
Densidad de población
130,23
60,51
69,11
Fuente: SITEAL en base a Censos Nacionales: Chile (2002), Colombia (2005), Costa Rica (2000), Ecuador (2001),
Guatemala (2002), Honduras (2001), México (2000), Nicaragua (2005), Panamá (2000), Perú (2007).
* Sin información para Guatemala
** Sin información para Guatemala y Ecuador
*** Sin información para Nicaragua
En síntesis, es posible plantear que la dimensión espacial opera en la contraposición
urbano-rural, dando lugar a escenarios claramente diferenciados desde el punto de
vista social, económico, demográfico, etc. Se encontraron dos agrupamientos que dan
cuenta de una fuerte segmentación espacial entre zonas rurales de fuerte exclusión y
zonas de alta concentración urbana. Es interesante observar que la situación de
contigüidad no implica lo mismo en escenarios más urbanos que en los rurales.
Mientras que en las áreas más urbanas la contigüidad (es decir, estar rodeado de
municipios en igual situación) opera positivamente, facilitando las posibilidades de
acceso a una estructura de oportunidades; en las zonas más rurales, la contigüidad
pareciera operar negativamente, limitando el acceso a dicha estructura, generando
consecuencias importantes tanto en términos de apropiación de recursos como de
integración social. Contrariamente se verifica también la existencia de zonas en
donde se entremezclan situaciones rurales y urbanas, en las cuales las áreas más
GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
14
12
rurales presentan una situación de mayor integración espacial y social, en
comparación con las zonas rurales segregadas. Por otra parte fueron encontrados
conjuntos de municipios en los cuales la población rural no presenta correlación
espacial. Este conjunto de municipios, lejos de constituir un agrupamiento
homogéneo, reúne una diversidad de situaciones en su interior: escenarios más
urbanos, escenarios rurales pobres no indígenas (con una situación más favorable
que los escenarios rurales segregados) y escenarios rurales pobres indígenas (en una
situación de fuerte exclusión social).
Escenarios y países: Diferentes capacidades de integración.
¿De qué modo se expresan los diferentes agrupamientos espaciales y escenarios
sociales en cada uno de los países?, ¿qué capacidad de integración tienen los estados
respecto de los grupos más postergados?
Al analizar la información (ver tabla 5) se observa que Chile, Colombia, México y Perú
son los países menos rurales del grupo de países considerados. Sin embargo en estos
países se registra una gran proporción de municipios en los cuales la distribución de
la población rural se presenta bajo la forma de autocorrelación espacial (más del 45%
de los municipios), distribuyéndose entre los escenarios rurales segregados y urbanos
de grandes ciudades. Es decir que en estos países, pese a haber una menor
incidencia de población rural la misma se encuentra más segmentada
espacialmente. En comparación con otros, estos países presentan una mayor
extensión de los escenarios urbanos de grandes ciudades. También son países
atravesados por una mayor heterogeneidad de situaciones, que se expresan de un
modo particular en cada país. En el caso de Chile también se observa una incidencia
importante de enclaves y de agrupamientos urbanos de pequeñas ciudades; en el caso
de Perú la presencia de zonas rurales pobres indígenas (Mapa 2). Colombia y México
presentan también una importante extensión de zonas rurales en situación de
pobreza. Vale agregar que en el caso de Perú y Colombia el 60% de la población vive
en los agrupamientos urbanos de grandes ciudades.
GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
15
12
MAPA 2: AGRUPAMIENTOS ESPACIALES Y ESCENARIOS SOCIALES. CHILE Y PERÚ.
Por otra parte existen países más rurales como Ecuador y Panamá (más del 30% de
población rural) y altamente rurales como Nicaragua y Honduras, que,
contrariamente al grupo anterior, en la mayor parte de los municipios (60% y en
algunos casos el 70%), la población rural no presenta una distribución con
autocorrelación espacial. Este hecho tiene que ver, no con que no existan espacios
rurales más segregados, sino con la menor extensión que ocupan, en estos países, las
superficies urbanas. Son países territorialmente más homogéneos,
anclados, mayoritariamente, en la situación de pobreza rural (ver tabla
5). De todos modos, en los dos países más rurales, Honduras y Nicaragua, es
relevante el peso de los agrupamientos rurales segregados (un cuarto de los
municipios). Desde el punto de vista de la población que reside en estos espacios es
importante señalar una diferencia entre estos países. Mientras que en el caso de
Ecuador, Honduras y Nicaragua la mitad o más de la población reside en zonas
rurales pobres no indígenas (y en Nicaragua un cuarto de la población vive en zonas
rurales segregadas), en el caso de Panamá solo un tercio vive en estas áreas rurales
pobres no indígenas y en cambio la mitad de la población vive en los agrupamientos
urbanos de grandes ciudades.
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INCLUSIÓN EDUCATIVA
16
12
MAPA 3: AGRUPAMIENTOS ESPACIALES Y ESCENARIOS SOCIALES. PANAMÁ
Finalmente, Guatemala y Costa Rica comparten el hecho de ser países altamente
rurales (54,6% y 41% de población rural) y tener una importante proporción de
municipios con autocorrelación espacial. Es decir, en estos países es mayor la
incidencia de población rural y a la vez esta se encuentra segmentada
espacialmente. Se diferencian en el hecho de que Costa Rica presenta una mayor
proporción de municipios urbanos de grandes ciudades en convivencia con zonas de
pobreza rural no indígena y en el caso de Guatemala se observa una incidencia mayor
de zonas rurales segregadas y un peso importante de zonas rurales pobres indígenas.
Vale agregar que en el caso de Guatemala, las zonas rurales segregadas presentan una
mayor incidencia de población indígena que en los demás países (en promedio, el
70% de los hogares tiene presencia indígena). Por otra parte mientras que en Costa
Rica un 40% de la población vive en los conglomerados urbanos, en Guatemala casi
un tercio de la población vive en las zonas rurales segregadas, y un 12% vive en las
áreas rurales pobres indígenas (el doble de Perú en donde pese a que el 19% de los
municipios conforma estas zonas, solo el 6% de la población reside en ellas)
GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
17
12
MAPA 4: AGRUPAMIENTOS ESPACIALES Y ESCENARIOS SOCIALES. GUATEMALA
TABLA 5: PORCENTAJE DE POBLACIÓN RURAL POR PAÍS Y DISTRIBUCIÓN DE MUNICIPIOS SEGÚN
AGRUPAMIENTOS ESPACIALES, POR PAÍS. AÑOS 2000-2007
Países
% de
población
rural
Agrupamientos con autocorrelación
espacial
Agrupamientos sin autocorrelación
espacial
Rurales
segregados
espacialmente
Urbanos de
grandes
ciudades
Enclaves
Urbanos de
pequeñas
ciudades
Rurales
pobres no
indígenas
Rurales
pobres
indígenas
Chile
13,4
23,29
19,25
4,97
36,02
16,15
0,31
Colombia
24
28,22
19,77
0,85
1,27
49,05
0,85
Perú
24
26,49
20,57
0,05
4,22
29,07
19,58
México
25,4
27,28
22,39
0,39
1,62
42,73
5,59
Panamá
37,8
17,57
5,41
2,70
8,11
60,81
5,41
Ecuador
38,9
16,06
6,88
4,13
0,00
72,48
0,46
Costa Rica
41
22,22
25,93
0,00
0,00
51,85
0,00
Nicaragua
45,2
25,00
7,89
1,32
0,00
65,13
0,66
Honduras
54
24,83
9,06
1,68
0,00
61,07
3,36
Guatemala
54,6
29,57
18,12
0,00
0,00
36,84
15,48
Fuente: SITEAL en base a Censos Nacionales: Chile (2002), Colombia (2005), Costa Rica (2000), Ecuador (2001), Guatemala
(2002), Honduras (2001), México (2000), Nicaragua (2005), Panamá (2000), Perú (2007).
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INCLUSIÓN EDUCATIVA
18
12
Ahora bien, ¿qué capacidad de integración tienen los estados respecto de sus
poblaciones más postergadas?
Se analizan a continuación los niveles de inclusión educativa11 alcanzados en los
distintos escenarios, en cada uno de los países para los niveles primario, secundario
bajo y secundario alto. En este caso se deja a un lado el análisis de las brechas entre
zonas más urbanas y rurales y se focaliza la atención en los escenarios con mayor
incidencia de población rural. ¿Qué diferencias existen, en términos de escolarización
de la población, entre estos escenarios? ¿La situación es similar en los diferentes
países o es variable?
En primer lugar se observa cierta regularidad en los diferentes países, respecto de
las diferencias que se registran entre los escenarios.
En casi todos los países (aunque con diferentes intensidades) se observa una
situación más favorable en los escenarios definidos como enclaves12, que reafirma su
situación de mayor integración espacial, inclusión social y educativa. Contrariamente
se observa que los escenarios rurales segregados y los escenarios rurales pobres
indígenas, atravesados por expresiones geográficas diferentes (en el primer caso
formando áreas de concentración rural, en el segundo caso zonas aisladas) presentan
una situación más desfavorable signada por la exclusión social y educativa. Ecuador,
Honduras, Nicaragua y Panamá presentan la mayor desigualdad entre contextos.
11
En este caso se excluye Chile por no contar con el indicador de asistencia escolar.
A excepción de Costa Rica y Guatemala, en donde no aparecen estos escenarios. En estos países, por otra parte los escenarios
rurales pobres no indígenas resultan estar en mejores condiciones. En el caso de Guatemala porque se diferencian de los rurales
indígenas y de los rurales segregados. En el caso de Costa Rica, porque resultan ser escenarios en mejores condiciones que el
conjunto de los países.
12
GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
19
12
TABLA 6: VALOR MÁXIMO Y VALOR MÍNIMO EN LA ASISTENCIA ESCOLAR AL NIVEL SECUNDARIO ALTO, SEGÚN
ESCENARIO POR PAÍS.
Países
Escenario donde se registra
el valor máximo de
asistencia a secundario alto
Valor
máximo
(%)
Escenario donde se registra
el valor mínimo de asistencia
a secundario alto
Valor
mínimo
(%)
Rango
Colombia
Enclaves
75,63
Rurales segregados
57,12
18,51
Costa Rica
Rurales pobres no indígenas
51,60
Rurales segregados
43,35
8,25
Ecuador
Enclaves
41,88
Rurales pobres indígenas
17,15
24,73
Guatemala
Rurales pobres no indígenas
34,51
Rurales segregados
21,37
13,14
Honduras
Enclaves
36,60
Rurales segregados
10,06
26,54
México
Enclaves
40,74
Rurales segregados
26,47
14,27
Nicaragua
Enclaves
49,69
Rurales segregados
27,96
21,73
Panama
Enclaves
54,45
Rurales pobres indígenas
17,76
36,69
Perú
Enclaves
89,78
Rurales segregados
69,79
19,99
Fuente: SITEAL en base a Censos Nacionales: Chile (2002), Colombia (2005), Costa Rica (2000), Ecuador (2001), Guatemala
(2002), Honduras (2001), México (2000), Nicaragua (2005), Panamá (2000), Perú (2007).
Otra de las regularidades que se observa en los diferentes países (y escenarios) es la
situación de caída en la asistencia escolar que se produce en el pasaje de nivel.
Mientras que los niveles de escolarización en el primario son cercanos al 90%
(aunque en algunos situaciones de Honduras y Nicaragua no llega al 80%), a medida
que se avanza en el nivel educativo, se observa en general una pérdida de matrícula,
en todos los países y en todos los escenarios, que se profundiza particularmente al
llegar al nivel secundario alto (ver tabla 7). Esta situación, más general, refleja la
dificultad de retener a los adolescentes en la escuela, dificultad que se agudiza en los
contextos rurales.
Esta problemática tiene que ver, en parte con que en este tramo de edad los jóvenes
ya tienen posibilidad de incorporarse al trabajo (fundamentalmente en el caso de los
varones) o a las tareas de carácter doméstico (más acentuado en el caso de las
mujeres), lo cual atenta contra la posibilidad de retención en la escuela13. Por otra
parte, con que en varios países de la región se trata de un ciclo no obligatorio y, por
ende, no es exigible su cumplimiento.
Ahora bien, ¿qué capacidad de integrar a las poblaciones más postergadas tienen los
diferentes países? Si se observa la situación de escolarización específicamente en los
escenarios rurales segregados, y se compara a los países entre sí, se puede ver que,
aunque en todos los casos se produce una caída en la asistencia hacia el nivel medio,
esta se presenta con diferente intensidad en cada uno de los países.
13
D´ALESSANDRE, Vanesa: Cuaderno 04: “Adolescentes que no estudian ni trabajan en América Latina”. Mayo 2010- SITEAL
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INCLUSIÓN EDUCATIVA
20
12
Si se observa el nivel de inclusión educativa lograda en el nivel primario y la
intensidad de la caída que resulta hacia el secundario alto específicamente en los
escenarios rurales segregados, se pueden apreciar diferentes situaciones (ver gráfico
2).
En el caso de Colombia y Perú se puede ver que, aún en estos escenarios, la situación
en términos educativos, es más favorable que en otros países. Una asistencia más alta
en el nivel primario (mayor al 90%) se combina con una menor pérdida de matrícula
en el nivel secundario alto (menor de 40 puntos porcentuales).
En el caso de Guatemala, Honduras y Nicaragua se evidencia lo opuesto, planteando
la situación más desfavorable: una menor asistencia en el nivel primario (80% o
menos) se combina con una mayor caída en el nivel medio (mayor a 50 puntos
porcentuales).
Finalmente en el caso de Ecuador, Panamá, México y Costa Rica, si bien la asistencia
en el nivel primario se encuentra más generalizada, se produce una caída importante
(más de 50 puntos) hacia el secundario alto.
GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
21
12
TABLA 7: ASISTENCIA POR NIVEL EDUCATIVO SEGÚN ESCENARIO Y PAÍS (%). AÑOS 2000-2007
Asiste a secundario alto
Asiste a secundario bajo
Asiste a primario
Nivel
Países
Rurales
segregados
Enclaves
Rurales
pobres no
indìgenas
Rurales
pobres
indìgenas
Colombia
93,36
94,05
91,67
83,24
Costa Rica
93,49
s/d
95,09
s/d
Ecuador
90,44
92,25
89,24
86,15
Guatemala
82,45
s/d
89,17
88,09
Honduras
77,05
87,76
79,47
74,85
México
94,03
95,81
94,86
93,70
Nicaragua
76,80
90,17
89,12
88,69
Panamá
87,12
96,95
95,27
86,84
Perú
93,14
97,49
94,57
94,52
Colombia
79,81
91,78
83,23
77,81
Costa Rica
71,23
s/d
75,63
s/d
Ecuador
58,64
77,79
64,16
43,25
Guatemala
41,61
s/d
61,31
52,65
Honduras
39,52
75,14
55,83
53,54
México
77,02
84,52
78,46
78,22
Nicaragua
57,89
79,19
67,89
60,10
Panama
71,60
80,68
83,56
69,07
Perú
86,32
96,31
92,76
87,85
Colombia
57,12
75,63
61,67
61,22
Costa Rica
43,35
s/d
51,60
s/d
Ecuador
23,65
41,88
27,70
17,15
Guatemala
21,37
s/d
34,51
29,96
Honduras
10,06
36,60
24,30
23,31
México
26,47
40,74
36,11
33,52
Nicaragua
27,96
49,69
37,31
32,16
Panama
28,58
54,45
32,14
17,76
Perú
69,79
89,78
83,90
73,29
Fuente: SITEAL en base a Censos Nacionales: Chile (2002), Colombia (2005), Costa Rica (2000), Ecuador (2001), Guatemala
(2002), Honduras (2001), México (2000), Nicaragua (2005), Panamá (2000), Perú (2007).
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INCLUSIÓN EDUCATIVA
22
12
Grafico 2: caída hacia el secundario alto según asistencia a nivel primario, en
contextos rurales segregados, por país.
70,00
Caída en la asistencia entre el primario y
el secundario alto (puntos porcentuales)
65,00
Honduras
Mexico
Ecuador
Guatemala
60,00
Panama
55,00
Costa Rica
50,00
Nicaragua
45,00
40,00
Colombia
35,00
30,00
25,00
20,00
70,00
Peru
75,00
80,00
85,00
90,00
95,00
100,00
Asiste a nivel prim ario (%)
En síntesis, se pueden ver simultáneamente dos procesos. Por un lado en todos los
países se corrobora la existencia de grupos de población rural más excluídos en
términos materiales, sociales, culturales, con menores posibilidades de accesos a
recursos. También presentan una alta exclusión en términos educativos. Se observa
esto en particular en los agrupamientos rurales segregados y rurales pobres
indígenas. Es interesante agregar que los escenarios rurales pobres no indígenas, más
integrados en términos espaciales presentan una situación de mayor inclusión en
términos educativos. Por ejemplo, en países como Guatemala y Honduras la
asistencia al nivel secundario alto se ubica 10 puntos porcentuales por encima del
nivel de asistencia escolar registrada en las zonas rurales segregadas (ver tabla 7).
Estos datos, más que hablar de una situación favorable en los escenarios rurales
pobres no indígenas (en donde, en secundario alto, en 6 países la asistencia no llega
al 40%) habla de la situación extremadamente desfavorable en las zonas rurales de
mayor segregación espacial.
Sin embargo, y paralelamente, se pudo ver también que existen importantes
diferencias en las capacidades de inclusión de los diversos países en relación con
estas poblaciones más postergadas, que se evidencia en los diferentes niveles de
avance en la escolarización de adolescentes pertenecientes a los escenarios más
marginados.
GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
23
12
Conclusiones
Diferentes trabajos han mostrado que luego de los logros registrados a comienzos de
los años 90, particularmente en el acceso a la enseñanza primaria, existen
dificultades para avanzar en la universalización de dicho nivel y mejorar la retención
en el nivel medio14. En parte esta situación se debe a que para avanzar en este sentido
se requiere, además de inversiones en la oferta educativa, de mejoras en las
condiciones de vida que faciliten el acceso de la población a los diferentes servicios.
En América Latina aún no se ha resuelto la importante desigualdad en la distribución
del ingreso, y, la cuestión rural, forma parte insoslayable de este debate. Aunque en
términos absolutos la mayor parte de la población y específicamente, de la población
pobre, habita en las zonas urbanas, desde el punto de vista relativo la pobreza es un
fenómeno rural. Cerca del 64% de la población rural de América Latina y el Caribe
vive debajo del umbral de pobreza15 .
De todos modos, los planteos dicotómicos en la clasificación de las poblaciones,
pobre-no pobre, urbano-rural, si bien pueden ser funcionales al diseño de políticas
universales, resultan insuficientes para la planificación de políticas sensibles no solo
a la cuestión de la desigualdad social sino de la diversidad.
El presente trabajo constituye un esfuerzo por complejizar el tradicional enfoque
dicotómico urbano- rural, intentando un acercamiento a un conjunto de situaciones
heterogéneas.
En el ejercicio aquí planteado, a partir del trabajo con autocorrelaciones espaciales se
pudo observar que la dimensión espacial atraviesa, de algún modo, reconfigurando la
dicotomía urbano-rural, dando lugar a agrupamientos diferenciados. Este abordaje
permitió capturar, fundamentalmente, situaciones más extremas (de alta integración
urbana y también contextos rurales altamente segregados) así como también
situaciones intermedias (contextos rurales de mayor integración). Sin embargo
resultó insuficiente para capturar otro tipo de situaciones, lo cual planteó la
necesidad de recurrir a otra técnica, específicamente, al análisis de cluster.
A partir de la combinación de abordajes fue posible adentrarse en el conocimiento de
cierta diversidad del mundo rural, encontrando zonas rurales más integradas, zonas
rurales en situación de pobreza, contextos rurales más segregados espacialmente,
zonas rurales pobres con mayor presencia de comunidades indígenas.
Los contextos rurales pobres indígenas y los contextos rurales segregados plantean
14 SITEAL: Informe 2010: “Metas Educativas 2021: Desafíos y Oportunidades”. Capítulo 3: “La dimensión temporal de la agenda
educativa”.
15
Echeverría: 2000:147- BID. Cita en Manzanal, Mabel: “Regiones, territorios e instituciones del Desarrollo Rural”, en
“Desarrollo rural- Organizaciones, instituciones y territorios”. Ediciones Ciccus- 2006. Pag.37
GABRIELA ITZCOVICH: CONFIGURACIONES ESPACIALES DE ESCENARIOS URBANOS Y RURALES. DESAFÍOS PENDIENTES EN LOS PROCESOS DE
INCLUSIÓN EDUCATIVA
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12
sin duda las situaciones más preocupantes y los mayores desafíos.
En el primer caso, se trata de escenarios definidos no a partir de una lógica espacial
(se presentan bajo la forma de discontinuidad espacial) sino por una impronta
fuertemente cultural. Son escenarios que, por su particularidad, no están presentes
en todos los países. La situación de marginación registrada en los mismos lleva a
pensar que pese a que en las últimas décadas se registra un resurgimiento de cierta
conciencia étnica16, un fortalecimiento de las organizaciones indígenas, una mayor
defensa de sus derechos específicos, existen zonas en las cuales aún queda mucho por
hacer respecto de estas poblaciones, en términos de integración e inclusión social.
En el segundo caso, los escenarios rurales segregados, fueron detectados a partir de
una lógica espacial caracterizada por la situación de contigüidad (son agrupamientos
en los cuales municipios de alta población rural están rodeados de otros bajo la
misma condición). Lo que se observa fundamentalmente es que en estos espacios (a
diferencia de lo que ocurre con las zonas urbanas) la situación de contigüidad
espacial opera como obstáculo en lo que refiere al acceso de recursos y a un sistema
de oportunidades. La disposición espacial se combina, y de algún modo, potencia, la
situación de exclusión social.
Lo preocupante en estos escenarios (y lo paradójico, como ya se planteara en la
introducción) es que siendo contextos menos desarrollados, de hogares con menos
recursos e infraestructura, con baja exposición a tecnologías y a medios de
información y comunicación, mas atados a la experiencia de lo local, resultan ser los
contextos con menores posibilidades de acceder a la escuela.
Es relevante destacar que este tipo de escenarios rurales, con diferentes niveles de
intensidad (en algunos casos estos escenarios constituyen nichos, en otros casos
zonas más extendidas con mayor concentración de población) están presentes en
todos los países analizados. También es cierto que a medida que se avanza en el
sistema educativo, aunque el escenario es el mismo, se incrementa la heterogeneidad
de situaciones entre los diferentes países, y que esta variación tiene que ver,
probablemente, con los diferentes grados de avance que presentan los estados en
relación a las capacidades de integración de los grupos más postergados.
La atención propiciada a estos grupos constituye de algún modo un barómetro de la
fortaleza democrática de los estados de la región.
16
Xavier Albó: “La lengua de la cristianización: catequización e instrucción en lenguas indígenas. Derechos indígenas en Bolivia”.
Marzo, 1997
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