2155-D-2012 El H. Senado y la H. Cámara de Diputados de la Nación Argentina sancionan con fuerza de LEY REBAJA DEL IMPUESTO AL VALOR AGREGADO (IVA) PARA PRODUCTOS DE LA CANASTA BASICA ALIMENTARIA Art. 1º. Instituyese un régimen diferencial de Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre los productos de la canasta básica alimentaria, en jurisdicción nacional. Art. 2º. Para dichos productos se reducirá en un cincuenta (50 %) por ciento la alícuota general establecida por la Ley 23.349, texto ordenado según Decreto 280/97 y quedarán exentos los productos que tributen una tasa menor a la entrada en vigencia de la presente ley, por ventas realizadas a consumidores finales, al Estado nacional, provincial ó municipal y asociaciones sin fines de lucro. . Art. 3º. La canasta básica alimentaria será determinada anualmente por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y en su composición deberá incluir como mínimo los productos que se incorporan en el Anexo de la presente ley. Art. 4º.Facúltase al Poder Ejecutivo para incorporar otros productos alimenticios, no alimenticios y bienes o servicios por razones fundadas de interés público. Art. 5º.Será Autoridad de Aplicación de la presente ley el Ministerio de Economía y Producción de la Nación. Art. 6. Los precios de los productos alimenticios incluidos en el régimen diferencial de Impuesto al Valor Agregado (IVA) serán objeto de la más amplia publicidad y difusión pública, por parte de la Autoridad de Aplicación, debiendo identificarse en la etiqueta ó rótulo – o mediante otro medio - en forma clara y visible, para conocimiento de los consumidores. Art. 7. Facultase al Poder Ejecutivo nacional para disponer la aplicación gradual de la presente ley, por semestres sucesivos, a partir de su entrada en vigencia, conforme las prioridades regionales siguientes: 1) Primer Semestre: Región Noreste: Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones; Región Noroeste: Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja. 2) Segundo Semestre: Región Cuyo: San Luis, Mendoza y San Juan; Región Centro: Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y La Pampa. 3) Tercer trimestre: Región Patagonia: Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. 4) Cuarto Trimestre: Región Metropolitana: Conurbano Bonaerense y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Art. 8. Derógase toda norma legal que se oponga a la presente ley, que deberá incorporarse a la Ley 23.349, texto ordenado según Decreto 280/97, de Impuesto al Valor Agregado. Art. 9. Comuníquese al Poder Ejecutivo. ANEXO COMPOSICIÓN DE LA CANASTA BÁSICA ALIMENTARIA Pan común (exento) Galletitas saladas Galletitas dulces Arroz Harina de trigo Otras harinas (maíz) Fideos Papa Batata Azúcar Dulces Legumbres secas (porotos, arvejas y lentejas) Hortalizas Frutas Carnes (carnaza, picada, falda con hueso, paleta, nalga). Pollo Huevos Agua natural (exento) Leche fluida o en polvo, entera o descremada, sin aditivos (exento) Queso Aceite mezcla Bebidas edulcoradas Bebidas gaseosas sin edulcorar Sal fina Sal gruesa Vinagre Café Té Yerba FUNDAMENTOS Señor Presidente: El presente proyecto tiene por objeto instituir un régimen diferencial de Impuesto al Valor Agregado (IVA), sobre los productos de la canasta básica alimentaria, promoviendo una reducción de las alícuotas vigentes, con la finalidad de atenuar el impacto inflacionario actual sobre los alimentos y reducir la brecha de pobreza y la desigualdad social, a través de nuestro sistema tributario. La posibilidad de implementar una rebaja del IVA para los alimentos ha sido siempre motivo de especial Interés legislativo, dado que la Argentina es uno de los países del mundo con las más altas alícuotas sobre bienes de consumo masivo, y dada su alta sensibilidad para combatir la pobreza y la indigencia. Vale repasar las tasas vigentes del IVA sobre alimentos en distintos países, como Inglaterra, del 0 al 5 %, Alemania, del 7 %, Canadá, entre 0 y 7 %, España, entre 4 y 7 % y Francia, del 3,8 %. Pero la reducción del IVA a productos socialmente sensibles, cobra significativa relevancia en estos momentos, ante el sostenido incremento del costo de vida en nuestro país y la tendencia al aumento de las materias primas y los alimentos en el escenario mundial. La cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reunida en Roma en estos días, pone de manifiesto la gravedad de la crisis alimentaria mundial y la consecuente necesidad de adoptar en el ámbito global, estrategias y programas necesarios ante el alza de precios y el desabastecimiento en alimentos básicos. Una escalada de los precios de los principales productos alimentarios, está causando malestar social en todo el mundo en desarrollo e impulsando a los gobiernos de países tanto exportadores como importadores, a adoptar medidas proteccionistas frente a especulaciones que pueden afectar los mercados mundiales. El costo de las principales materias primas alimenticias se ha duplicado en los últimos años. Alimentos como el arroz, el maíz y el trigo marcaron niveles récord. Algunos precios se ubican en un máximo de 30 años, en términos reales. Las causas de la escalada de precios refieren tanto al alza del precio del petróleo que afecta los costos de producción y transporte de alimentos, el crecimiento de la población y el mejoramiento del nivel de vida en naciones como China e India, malas cosechas por sequías, sismos e inundaciones que disminuyen la producción , especulaciones en mercados financieros y en el comercio de cosechas a futuro y el alto proteccionismo de los países ricos cuyos subsidios perjudican y desalientan la producción de alimentos en los países pobres. Uno de los ganadores del Premio Nobel de la Paz en 2007, el economista Indio, Rajendra Kumar Pachauri aseguró a medios de nuestro país, que la inflación en los alimentos a nivel internacional va a persistir y empeorar por el fuerte incremento en la demanda y los agudos problemas ambientales que generará una menor producción agrícola mundial. La alta inflación será cada vez peor porque la demanda supera a la oferta, en un contexto complicado por crecientes desastres naturales. A su juicio la mejor forma de luchar contra la inflación de los alimentos en países emergentes como la Argentina, requiere invertir mayores recursos en infraestructura, educación, salud y energía para los más pobres. Por una parte los sectores carecientes de la sociedad no tienen ni la infraestructura ni los recursos para poder reducir los efectos más nocivos del cambio climático. Por la otra, un mayor consumo de proteínas animales requiere un sustancial incremento en términos de productividad. Se necesita más investigación y desarrollo en agricultura y una mejor utilización de los recursos naturales. Para el experto R. Pachauri hay que proveer a las áreas más relegadas con mejor infraestructura, irrigación de agua, un buen sistema de transporte y energía. Hay que lograr que esas inversiones ayuden a los más pobres, porque, a menos que el crecimiento sea inclusivo y brinde oportunidades a los más pobres, el PBI podrá crecer, pero la sociedad se quedará atrás. En definitiva la crisis alimentaria persistirá durante muchos años, porque sus raíces son muy profundas y en general el mundo ha venido ignorando estos problemas. En nuestro país las conclusiones de los últimos estudios realizados sobre la brecha de pobreza, que mide la relación entre el ingreso y el valor de los productos de la canasta básica, está llegando a un mayor nivel histórico. El ingreso de las familias pobres que representan el 30 % de nuestra población, o sea cerca de 12.000.000 de personas, debería aumentar, en promedio, un 133% para salir de la condición de pobreza. La distancia que hay entre el ingreso de los hogares pobres y el costo de la canasta básica en nuestro país es hoy equivalente al 57,1% del valor de la canasta. Tal es la brecha de la pobreza, que supera incluso los valores de mayo de 2002 cuando resultaba equivalente al 53% del valor de la línea de pobreza de entonces. En consecuencia, el ingreso promedio de los hogares pobres requeriría crecer más del doble respecto al efectivamente percibido, para superar el umbral de la pobreza. Nadie ignora que gran parte de la brecha de pobreza que persiste en nuestro país, se debe a la mayor inflación, sobre todo en los alimentos. A su vez, los ingresos de los hogares pobres provienen mayormente de trabajadores desocupados, que perciben salarios en negro o son beneficiarios de planes sociales, a quienes se dirige principalmente este proyecto de ley. Ante este panorama que sigue mostrando una situación social comprometida en nuestro país, surge una amplia coincidencia en que una de los medios para combatir la pobreza consiste en reducir el IVA a los productos de primera necesidad, dado que a una mayor parte de los ingresos destinada a los consumos elementales, mayor resulta la incidencia porcentual de este gravamen sobre el bolsillo de los sectores sociales más desprotegidos. Por último, cabe señalar que la alícuota general del 21 % que pagan hoy la mayoría de los productos alimenticios en nuestro país, con las pocas excepciones del pan, la leche y el agua ordinaria natural, que están exentos del impuesto, y las carnes, frutas, legumbres y hortalizas, la harina de trigo, galletas y bizcochos, que están gravadas con el 10,5 %, resulta claramente excesiva. Dicha alícuota del 21 % para el IVA ocupa actualmente el puesto número trece (13) entre las más altas del mundo, siendo que casi ningún país la supera en el continente americano. Es ampliamente sabido que la reducción del IVA a productos socialmente sensibles, como los alimentos de primera necesidad que componen la canasta básica alimentaria, es un instrumento de la política de ingresos que aplican la mayoría de los países. Estimo que la aplicación gradual en el país, comenzando por las regiones de menor desarrollo relativo y mayores índices de pobreza e indigencia, es un acto de estricta justicia A su vez, la diferencia de alícuotas por regiones y provincias recoge la experiencia de países vecinos como el Brasil, donde el impuesto tiene raigambre estadual y no presenta mayores inconvenientes su aplicación diferenciada en el territorio nacional. Con este proyecto, deseo reafirmar la necesidad de promover un sistema tributario más progresivo, que tienda a que haya menos carga sobre los impuestos al consumo y más sobre la renta, como la mejor manera de reducir la fuerte desigualdad social que hay aún en nuestro país. Por todo lo expuesto, solicito el acompañamiento de mis pares para dar aprobación al presente proyecto de ley.