En cuanto a la AMBIGÜEDAD DE ROL, se refiere a los objetivos a conseguir, las actividades a realizar, los medios adecuados y las consecuencias derivadas del desempeño. Surge cuando no se posee la información necesaria a la hora del desempeño de funciones o no termina de entender lo que se le pide. Con relación a la Ambigüedad de Rol, se han identificado también relaciones positivas que se pueden solapar con las anteriores del conflicto: tensión, ansiedad, agotamiento emocional, depresión, fatiga, quejas somáticas, propensión a abandonar la organización y sentimientos de resentimiento. Algo parecido se da con las relaciones negativas: satisfacción laboral, sentimientos de competencia, implicación en el trabajo, autoestima, calidad en la toma de decisiones y participación (Peiró, 1992). En el mundo del docente encontramos situaciones suficientes que son propicias para que se de esta ambigüedad de rol: cuando somos principiantes y todavía no nos adaptamos a la organización, cuando cambian los fundamentos metodológicos con los que siempre se ha trabajado, cuando cambian las estructuras organizacionales y las exigencias sociales. No podemos olvidar las situaciones de ambigüedad derivadas de lo imprevisible de esta ocupación y de los conflictos que se dan (Dunham, 1984). Podríamos terminar mencionando otras investigaciones basadas en el estudio de las fuentes de tensión asociadas al rol del profesor y citadas por Vera (1988), como por ejemplo los trabajos de Lortie (1975); Phillips y Lee (1980) y Perregrew y Wolf (1980).