¿POR QUÉ UN MASAJE?

¿POR QUÉ UN MASAJE?
• Para aliviar los problemas digestivos, como el cólico y/o estreñimiento.
Los músculos implicados en la digestión están al principio poco desarrollados.
Esto, unido a la tensión abdominal, hace que sean frecuentes las molestias
grastrointestinales. El masaje ayuda a relajar los músculos y a la vez los
tonifica y desarrolla, permitiendo que el movimiento peristáltico del colon sea
aún mejor.
• Liberar la tensión muscular general. Nuestros cuerpos tienen la capacidad
de liberar unas hormonas inhibidoras del dolor denominadas endorfinas. El
masaje incrementa el flujo de glóbulos rojos ricos en nutrientes por todo el
cuerpo y ayuda a la liberación y transporte de esos analgésicos naturales. El
masaje lento y rítmico puede calmar las terminaciones nerviosas, portenciar el
bienestar y aliviar la tensión y el dolor. Cuanto más se practica, mejor se
sintonizan nuestras manos con el bebé y más beneficios obtendremos.
• Calmar el dolor de la dentición. Durante la dentición los bebés suelen tocarse
el lóbulo de la oreja. Es interesante conocer que, en acupuntura, existe un
punto de liberación del dolor de la mandíbula exactamente en esa parte de la
oreja. Puede ser de ayuda un ligero masaje en las orejas, la mandíbula y las
encías, que sedará las terminaciones nerviosas y aumentará el flujo sanguíneo,
lo que facilitará la salida de los dientes.
• Para regular las pautas en la alimentación. Dar un masaje un ratito antes de
las tomas estimula de forma positiva su sistema digestivo.
• Para regular las pautas de sueño. Normalmente, a partir de los seis meses
de edad, los masajes surten mejor efecto después del baño, pues pueden
ayudar a liberar los últimos residuos de tensión y facilitar la oxigenación del
cuerpo, permitiendo que el niño duerma más profundamente. Cuando el bebé
es más pequeño, hay que encontrar la hora del día ideal.
• Para mejorar la respiración. Un bebé se volverá quisquilloso y desconsolado
si la obstrucción nasal le impide respirar correctamente. Durante el masaje,
además de aportar oxígeno a la sangre, movemos las secreciones para evitar
la acumulación de mucosidad
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• Para mejorar la circulación. Las manos y los pies de los bebés suelen estar
fríos, en parte debido al rápido desarrollo de los órganos internos que crean
una demanda adicional en esa zona, en parte debido a que pasan buena parte
de su tiempo en posición horizontal y no utilizan apenas sus extremidades.El
aumento del riego sanguíneo durante el masaje hace que la sangre circule con
más facilidad por todo el cuerpo
• Para potenciar el sistema inmunológico o sistema de defensa. El masaje
estimula el movimiento linfático, lo que contribuye a la eliminación de residuos
que, de lo contrario, se acumulan y pueden crear problemas más adelante.
Previene el desarrollo de enfermedades como los resfriados o la tos y, cuando
se producen , se consigue disminuir el tiempo de duración.
• Para mejorar el desarrollo de músculos y huesos. Los músculos y huesos
se alimentan de la sangre que circula por el cuerpo. Si la musculatura es fuerte,
el bebé coordinará mejor brazos y piernas.
• Para mejorar la condición de la piel. La piel del bebé crece a gran velocidad
y se puede mejorar su textura con un masaje de aceite vegetal que sea bien
absorbido por la piel y no bloquee los poros, como el aceite de almendras,
caléndula, semillas de uva, albaricoque, aguacate,…
• Para estrechar el vínculo. El masaje se puede realizar desde el nacimiento. Al
encontrar el espacio y el tiempo necesario para el bebé, se facilita una
comunicación mucho más profunda, se establece un clima de más confianza y
proximidad y un mejor conocimiento. Muy indicado en padres con poco tiempo,
en cuidadores o abuelos.
• La estimulación cutánea mejora la comunicación del cerebro con el
cuerpo. En el desarrollo de la memoria, el tacto juega un papel fundamental. El
cuerpo humano contiene miles de receptores que envían información al
cerebro, lo que hace que los bebés aprendan sobre los objetos, su cuerpo, su
capacidad de movimiento, su espacio de seguridad, el entorno que le rodea y
que se grabe esa información de mejor forma cuando se estimula el primer
sentido que se desarrolla en el útero.
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