CAPITULO SEGUNDO: INICIACIÓN AL RITMO (MANO DERECHA) Cuando se está aprendiendo a tocar suele costar mucho trabajo ejercitar la mano izquierda, pero una vez que ésta coja soltura uno se dará cuenta de que lo que realmente importa controlar es la mano derecha, que será la que le de sentimiento siempre que no se salga del marco rítmico y armónico). En este capítulo vamos a ver la teoría básica para el correcto uso de la mano derecha, que es la que la que la que produce el sonido al golpear las cuerdas a la altura de la caja.Sin embargo no nos vamos a detener en técnicas complicadas que desarrollaremos más adelante y nos limitaremos a hacer una pequeña introducción del correcto uso de la mano derecha. Lo primero que hay que clarificar es que cuando hablamos de mano derecha nos estaremos refiriendo a la forma usual de tocar la guitarra, el laúd o la bandurria por parte de personas diestras, con la mano izquierda sobre el mástil y con la derecha sobre cuerpo. Como se parte de la idea de que las personas diestras tienen mayor agilidad con la mano derecha es la que se utiliza para la función más importante, rasgar las cuerdas produciendo el sonido, mientras que la mano izquierda queda limitada a la elección de los sonidos que se hacen sonar con la otra mano. A pesar de que a los zurdos les pueda resultar más fácil aprender a tocar invirtiendo el orden de las cuerdas para poder intercambiar la colocación de las manos y utilizar la izquierda para producir el sonido, yo les recomiendo que aprendan a tocar como los diestros, pues así podrán disponer siempre de más instrumentos que si deciden aprender con las cuerdas del revés y el aparato dado la vuelta. Esto puede suponerles alguna dificultad añadida al principio pero con tesón y esfuerzo se saldrá adelante, ya que la música tradicional no es complicada en absoluto. La púa se ha de coger como una cuchara, de forma que el pulgar se quede perpendicular a la parte de la púa que arañará las cuerdas, de esta forma podremos colocar la palma de la mano ligeramente por encima de las cuerdas y transmitir adecuadamente el juego de muñeca que nos permitirá realizar los trémolos y que dan al laúd y la bandurria ese sonido "rabioso". Para saber si la estamos colocando bien podemos comprobar si con la mano somos capaces de ahogar el sonido de las cuerdas a la vez se pulsan con la púa ( pizzicato o palm mute). La púa no se ha de coger por tanto como un bolígrafo, que es la forma en que primeramente tratamos de agarrarla y que nos imposibilita para poder transmitirla el juego de muñeca. El ritmo La música tradicional se compone de ciclos repetitivos, de forma que se llama ritmo a “la pauta de repetición a intervalos regulares y en ciertas ocasiones irregulares de sonidos fuertes y débiles, largos y breves (wikipedia)”. Así, existen ciclos repetitivos formados por los acentos que se distribuyen la intensidad, y a cada uno de estos ciclos se les llama compás. En la música tradicional verata la base rítmica se construye con una sucesión de compases compuestos por una parte fuerte, a la que se asocia el golpe de cántaro, (o de bombo), y una o más partes débiles. De este modo pueden ser ritmos de dos partes (es decir, de una fuerte y una débil) o binario, de tres partes (una fuerte y dos débiles) o cuaternarios (una fuerte y tres débiles). Como se puede observar todas las transcripciones de los ritmos tienen formas de quebrado (aunque la barra divisoria se lea como "por"). El quebrado sirve para conocer el compás en relación del cuatro por cuatro (4/4, 4x4, C o compasillo) que se ha tomado como referencia. Por lo tanto los ritmos reciben el nombre atendiendo a dos números, en el primero se indica la cantidad dependiendo del número de partes que lo componen y va a ser por tanto el que indique si se va a tratar de un ritmo binario, ternario, cuaternario o de otro tipo, es decir, indica el número de figuras, ya sean notas o silencios, que entran en el compás, por lo que hace falta saber la duración de estas figuras para precisar. Esto se hace con el segundo número de quebrado, que en vez de indicar la cantidad de notas indica la calidad de las mismas, es decir, la duración de las notas que lo componen, de forma que se toma como referencia el número cuatro en atención a las cuatro partes de un compás de cuatro por cuatro, que va a ser el que se ha elegido para indicar una duración llamada de negra, por el color con que se indica en el pentagrama.. Así que si es dos será binario, si es tres o múltiplo de tres será ternario, y si es cuatro cuaternario. Esto significa el número de golpes que lleva el compas (binario 2, ternario 3 y cuaternario 4). El segundo número indica la duración de estas figuras, para lo que tomamos el compasillo como referencia. En este compás caben una redonda, dos blancas, cuatro negras, ocho corcheas o dieciséis semicorcheas. Por lo tanto si el segundo número es el cuatro, significa que las figuras tendrán la duración de una negra pues en este compás caben cuatro negras. Esto es lo usual pero a veces se utiliza un ocho, que indica que las figuras tienen una duración de corchea y es por tanto el doble de rápido que si fuera un cuatro. Si fuese un dieciséis sería un compás rapidísimo en el que las figuras que se usan tienen duración de semicorcheas, usándose en la música tradicional tan sólo en redobles de tambor, prefiriéndose utilizar en los instrumentos de cuerda ritmos basados en notas negras. Dado que vamos a trabajar con ritmos binarios, ternarios y cuaternarios, es decir, compases de dos, tres y cuatro partes, sólo utilizaremos ritmos que empiezan por estos números. De este modo denominaremos dos por cuatro a los ritmos binarios, tres por cuatro a los ritmos ternarios y cuatro por cuatro a los cuaternarios. Aunque existen muchas otras combinaciones de ritmos, en la música tradicional verata sólo se utilizan los ritmos sencillos, que son los que le dan su esencia particular. La única excepción es el seis por ocho, que es un ritmo de seis partes que en la música de ronda se utiliza sucediendo dos pautas de tres por cuatro, normalmente alterando algo alguna de ellas, ya que si fueran iguales sería un tres por cuatro simple. Más adelante veremos cómo podemos ir complicando la ejecución de estos ritmos simples, pero de momento empezaremos a estudiar la correcta ejecución de estos ritmos básicos. Ritmo Dos por Cuatro Tres por Cuatro Cuatro por cuatro Seis por ocho Notación 2x4 o 2/4 3x4 o 3/4 4x4 o 4/4 6x8 o 6/8 Partes fuertes Una Una Una Dos Partes débiles Una Dos Tres Cuatro Tipo de ritmo Binario Ternario Cuaternario Ternario Dado que los ritmos van a contener partes fuertes y débiles, al ejecutarlos en nuestro instrumento deberemos igualmente diferenciar bien unas de otras. En la guitarra se realiza la parte fuerte del compás golpeando las cuerdas superiores (o incluso todas) con la yema del dedo pulgar de arriba a abajo, empezando normalmente por la sexta cuerda aunque hay que tener en cuenta que algunas posturas de acordes no incluyen la sexta cuerda, como es el caso de las posturas usuales de Re. Por otro lado en la guitarra las partes débiles se tocan con los cuatro dedos restantes hacia abajo también tratando ahora de tocar la cuerdas con las uñas lo más cercano posible a las yemas. Esta es la razón por la que a los guitarreros no les crecen las uñas. Si notas que se te rompen demasiado existen endurecedores que son una maravilla, sobre todo los días de fiesta grande, que es cuando más jornales se echan tocando. En el laúd es más complicado pues muchas veces los acordes no incluyen las seis cuerdas dobles, por lo que al tocar ritmo conviene tocar la parte fuerte por las cuerdas graves, que para eso están (lo digo porque se puntea poco por ellas), y las partes débiles por las cuerdas agudas, a ser posible ahogando el sonido con la palma de la mano derecha para que quede cortante, a esto se lo conoce como pizzicato en nomenclatura latina o palm mute en nomenclatura sajona En la guitarra un efecto parecido se puede conseguir parando el sonido de las cuerdas con el dedo meñique de la mano izquierda de manera que se corte el sonido del acorde y no se funda con el siguiente golpe que se va a dar. En ambos instrumentos se pueden levantar los dedos de la mano izquierda puestos sobre el acorde que se esté usando. Esto repetimos se hace para tratar de conseguir el efecto de marcar el sonido en las partes débiles del compás y requiere mucho entrenamiento, por lo que conviene practicarlo mucho. Dado que tanto en la guitarra como en el laúd vamos a marcar estar partes importantes del compás con movimientos hacia abajo, los vamos a dibujar con flechas hacia abajo, para que cuando posteriormente empezemos a complicar los ritmos metiendo golpes para arriba o bien de mano, de pulgar o de pua, lo indiquemos con flechas hacia arriba. Dos por cuatro Tres por cuatro Cuatro por cuatro. En la mayoría de las ocasiones, el compás empieza siempre por la parte fuerte, por el golpe de cántaro, por lo que normalmente las canciones se han de tocar empezando por el golpe de pulgar, aunque siempre dependerá de la pieza en cuestión. Además, salvo en momentos excepcionales los acordes suelen cambiar de postura al cambiar de compás, con lo que el primer golpe que se ha de dar al poner el nuevo acorde ha de ser también el pulgar. Existen excepciones notables como el empezar una canción en mitad del compás, cosa que se llama entrar en anacrusa (ojo que hay mucho cachondeo con la palabrita). Para empezar a practicar la mano derecha recomiendo tocar sin poner ningún acorde con la mano izquierda (o poner uno sin cambiar para que suene alguna armonía por lo menos) y tratar de sacar, y sobre todo mantener, los ritmos que voy a explicar más abajo. Es importante poner atención en no acelerarse, por lo que se debe empezar despacito, a ser posible siguiendo un metrónomo si se dispone de él o a algún percusionista que te marque el ritmo (un cajón flamenco es ideal puesto que permite diferenciar claramente las partes fuertes de las débiles). Luego se tratará de poner los acordes y probar a cambiar algunos de ellos sin perder el ritmo. Como he mencionado más arriba la música tradicional usa bases rítmicas sencillas, que suelen ser las siguientes: Tres por cuatro (3/4): El Lana´zul Este ritmo ternario, que también es conocido como el Lana’zul, es el ritmo de las jotas, los valses (en los que se incluyen muchas rancheras y tunas) y muchas “toná’s”. Al ser ternario consta de tres partes que denominamos con la onomatopeya Pum-cha-cha, donde la parte fuerte es pum y existen otras dos partes débiles. Pum cha -cha- pum- cha -cha- pum- cha- cha- pum- cha - cha pum la na´ zul la na´ zul la na´ zul la na´ zul En la guitarra los practicaremos como hemos explicado más arriba, lo practicaremos dando la parte fuerte con el pulgar hacia abajo y a continuación las dos partes débiles con dos golpes seguidos con la mano (es decir, con el resto de dedos). En el laúd lo haremos pulsando una vez las cuerdas graves del acorde en cuestión y dos veces las agudas. Cuatro por cuatro (4/4), el compasillo Este es el ritmo más usado en todo tipo de música y admite muchas variaciones, desde meter más partes fuertes a hacer el indio con las débiles, cambiando la distribución de las partes débiles y fuertes se pueden tocar cumbias, rumbas, rock’n’roles etc. En la música de ronda se emplean sus formas más simples, empezando el compás por la parte fuerte y efectuando tres partes débiles (pum-cha-cha-cha), según su trascripción onopatopéyica) y se suele usar para canciones lentas. Pum cha cha cha Pum cha cha cha Pum cha cha cha etc En la guitarra lo practicaremos dando la parte fuerte con el pulgar y a continuación las tres partes débiles con tres golpes de mano para abajo. En el laúd igualmente haremos un golpe hacia abajo con las cuerdas graves y otros tres hacia abajo por las agudas. Esta forma no obstante es demasiado seca y en la ronda se suele realizar con un pelín de mayor complejidad. La variación más sencilla que se usa en el compás del cuatro por cuatro es doblar la primera de las partes débiles, es decir, donde se estaban dando un golpe dar dos, metiendo uno hacia arriba con los dedos de la mano derecha o con la púa aprovechando el movimiento ascendente para subir a dar el siguiente golpe. El sonido resultante habrá de tener la misma duración que el compasillo básico porque la duración del sonido efectuado en el primer golpe débil será la mitad de tiempo puesto que se habrá cortado con el golpe hacia arriba. Pum pa ra cha cha Pum pa ra cha cha Pum pa ra cha cha Más abajo exploraremos más detenidamente los tresillos y su aplicación al ritmo. Dos por cuatro (2/4): Este ritmo es de carácter binario y consta por lo tanto de una parte fuerte y una parte débil. Pum cha pum cha Pum cha pum cha Pun cha pum cha pum En su versión más sencilla se efectúa alternando un golpe de pulgar hacia abajo con un golpe la mano hacia debajo de forma que logremos ese pum-chin-pum-chin-pum-chin que le hace característico. Aunque pueda parecer un ritmo sencillo, se trata en realidad el más difícil de los tres tipos de ritmos, en cuanto es muy fácil cruzar la parte débil con la fuerte y por tanto sacar un sonido embarullado en el que no se distingan los acentos del ritmo. Es por eso que hay que trabajar este ritmo tocando muy lentamente e ir acelerando poco a poco. El dos por cuatro es el ritmo de los pasodobles, seguidillas, y de muchas rancheras y de canciones populares varias como por ejemplo La Tarara, el Rengue o la Marimorena. Al ser binario se le puede incorporar al cuaternario de cuatro partes haciendo dos compases en vez de uno y a la inversa el cuaternario incorporar al binario haciendo un compás de cuatro tiempos donde deberían ir dos. Esto es un adorno que da mucho jugo a la hora de tocar con este tipo de ritmos y en realidad implica pasar a utilizar ritmos complejos, por lo que no lo desarrollaremos en este momento.. El punteo El punteo no se suele hacer en la guitarra de ronda, pero se pueden puntear las melodías utilizando la técnica digital del bajo, alternando el índice y el corazón sucesivamente tratando de no dar nunca dos notas seguidas con el mismo dedo. Cuando estemos en cadencias muy rápidas podremos ayudarnos de los dedos anular y incluso meñique. En el laúd siempre hay que realizar movimientos de púa descendentes y ascendentes alternativamente, denominados de púa y contrapúa respectivamente. Aquí trataremos de hacer sonar las dos cuerdas alternando golpes de púa hacia abajo (púa) y golpes de púa hacia arriba (contrapúa) de la misma manera que en la guitarra no repetíamos los dedos ahora no repetiremos el tipo de golpe que efectuemos: púa-contrapúa-púacontrapúa-púa. Si sólo se hacen movimientos descendentes tendremos problemas para realizar trémolos y tocar muchas melodías sencillas, por lo que es importante practicar desde el principio. De hecho, practicar mucho es la única manera de coger soltura, por lo que en el capítulo de las escalas desarrollaremos más estas técnicas.