Luiz Gonçalves Junior – Doctor - SPQMH/DEFMH/UFSCar/Brasil

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VIVENCIA DEL OCIO Y SU RELACIÓN CON LA SITUACIÓN SOCIO-ECONÓMICA DE
SEÑORES PRACTICANTES DEL JUEGO DE “BOCHA”
*
EN LOS PARQUES MUNICIPALES DE PIQUERI Y RAUL SEIXAS (SÃO PAULO - BRASIL)
Luiz Gonçalves Junior – Doctor - SPQMH/DEFMH/UFSCar/Brasil – ICS/UL/Portugal
Denise Aparecida Corrêa – Máster - SPQMH/DEFMH/UFSCar/Brasil – FIG/Brasil
Resumen
La expectativa de vida de los brasileños ha aumentado en los últimos años y cada vez más
vemos grupos de la tercera edad organizándose y reuníndose con el propósito de programar
y realizar actividades de ocio, siendo que una de las más comúnes entre el género masculino
de este grupo es el juego de “bocha” (juego popular que consiste, basicamente, en aproximar
las “bochas” - pelotas mayores - del “bolim” - pelota menor). El objetivo de esta
investigación es comprender la vivencia del ocio y su relación con la situación socioeconómica de los señores practicantes del juego en los Parques Públicos Municipales de
Piqueri y Raul Seixas, ambos ubicados en la región este de la ciudad de São Paulo - Brasil.
Para tanto, utilizamos el enfoque cualitativo y, como instrumento de colecta de datos, una
encuesta con preguntas abiertas y cerradas a respecto de la condición de morada de los
señores; histórico de su situación profesional y renta mensual actual; su histórico como
jugador de “bocha” y su participación en otras actividades de ocio. Los resultados
demuestran que el rango de edad de los señores oscila entre los 57 y 75 años y que es raro
una persona más joven participar en el juego en estos Parques. La renta mensual de ellos no
es elevada pero permite alguna suguridad social ya que casi todos tienen vivienda propia y
finiquitada, encontrándose en situación menos cómoda solamente dos señores que están
desempleados y que todavía no son jubilados, dependendo así de la ayuda de parientes. Se
constata que la “bocha” es una de las actividades de ocio más importantes para los mayores,
la cual consigue también reunirlos para la práctica de otras actividades. Se evidencia
también el carácter lúdico del juego para los grupos por la no vinculación de reglas
excesivas y apuestas. Consideramos los Parques Públicos Municipales como los pocos
espacios de resistencia al crecimiento avasallador de las ciudades, los cuales aún permiten
algún contacto con áreas verdes y libres, manteniendo canchas para el juego de “bocha”,
* Referência: GONÇALVES JUNIOR, Luiz; CORRÊA, Denise Aparecida. Vivencia del ocio y su relación con
la situación socio-económica de señores practicantes del juego de “bocha”en los Parques Municipales de Piqueri
y Raul Seixas (São Paulo – Brasil). In: VI CONGRESO LATINOAMERICANO DE SOCIOLOGÍA DEL
TRABAJO, 2003, Habana (Cuba). Anais do.... CD-ROM, 2003.
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además de proveer otras posibilidades de entretenimiento y, de alguna manera, de recibir a
la población pobre a causa de la gratuidad de su utilización.
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Introducción
Se vive hoy en una sociedad compuesta, en su gran parte, por ancianos cuya
expectativa de vida viene aumentando en los últimos años. Sin embargo, prevalece en esta
misma sociedad una valoración extrema del trabajo y de quien lo hace. Con la concepción de
utilidad y actividad relacionada al trabajo, es común atribuir al anciano el esteriotipo de
inutilidad y de pasividad, que se asocia de forma despectiva a la idea de ocio. El avance
económico e industrial desencadenado a partir de la Revolución Industrial presentó un aspecto
negativo respecto a la posibilidad de la sociedad vivenciar el tiempo del ocio, ya que la
autonomía para administrar los propios horarios, posibilitada anteriormente por la realización
de actividades esencialmente artesanales en la propia residencia del individuo, termina con la
configuración de las industrias como el nuevo sitio de trabajo y con la implantación de la
jornada de trabajo fijo. Así, el tiempo de trabajo y el tiempo libre que no tenían límetes tan
explícitos, pasaron a ser codificados según la visión de la producción y del tiempo mecánico.
Por veces se observa la concepción de ocio estricta a la visión utilitaria, que lo
considera como reposo y como forma de "recuperación de energías" tras el trabajo. Según
MAGNANI (1998), las personas (entrevistadas por él en su investigación) suelen atribuir
mayor seriedad cuando son interrogadas respecto a temas como educación y política y
desvalorar cuando son interrogadas sobre el tema ocio.
Exaltado en el pasado, el ocio (scholé, en griego) era privilegio de un grupo selecto de
individuos, indispensable para una vida feliz, libre, espiritualizada y bella, diferente del
trabajo que era visto como deshonor y degradación y aplicado como castigo a los esclavos y a
los pobres, principalmente en las sociedades griega y romana. Con la ascensión del
capitalismo, aquellos valores se invirtieron y se pasó a dar una extrema valoración al trabajo y
a ver el ocio como algo pernicioso (CHAUÍ In: LAFARGUE, 1999).
Sin embargo, la existencia cada vez mayor de grupos de ancianos que se organizan y
se reúnen con el propósito de programar y realizar actividades que envuelven arte, deporte y
ocio, denominados "Grupos de la Tercera Edad", demuestra que además de activos, los
señores mayores son capaces de promover su propio ocio, siendo comumente practicado el
juego de "bocha" por el género masculino de estos grupos. Estos ancianos se reúnen en clubes
deportivos, centros sociales, asociaciones y parques públicos para practicarlo.
Todavía se resalta que, muchos de ellos, para garantizar la supervivencia después de la
jubilación y la reducción de la renta que se sigue, continúan trabajando aunque en condiciones
peores que la anterior.
En este sentido, MARCELINO (1996) afirma ocurrir lo que se llama el "todo
inhibidor", o sea, las desigualdades cuantitativas y cualitativas en la apropiación del "tiempo
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disponible" en consecuencia de la lucha por la supervivencia, que tienen como trasfondo la
situación socio-económica.
Así, se percibe que la mayoría de las actividades culturales, deportivas y de ocio
privilegian, por fin, el público de mayor poder adquisitivo y, de alguna forma, excluyen los de
menor poder adquisitivo.
El objetivo de este estudio es comprender la vivencia del ocio y su relación con la
situación socio-económica de los señores practicantes del juego de "bocha" en los Parques
Públicos Municipales de Piqueri y Raul Seixas, ambos ubicados en la región este de la ciudad
de São Paulo - Brasil.
El Juego de Bocha
El juego de "bocha" es proveniente del período clásico romano y era practicado por los
emperadores. Actualmente, es aún muy practicado en Itália por la población en general y se
cree que haya llegado a Brasil por medio de los inmigrantes italianos.
El juego consiste en, básicamente, aproximar las "bochas" (pelotas mayores) al
"bolim" (pelota menor), siendo que cada jugador, pareja o trío de jugadores disputan con
"bochas" de diferentes colores para ver quien consigue aproximarlas del "bolim", obteniendo
en cada jugada un determinado número de puntos. Vence quien, de acuerdo con la perfección
de las jugadas, suma el mayor número de puntos. Anteriormente, las "bochas" eran de madera
con la superficie compuesta de ranuras que diferenciaban un equipo de otro; actualmente, son
de material sintético de, aproximadamente, 115 mm de diámetro y 1,15 kg de peso
diferenciadas por los colores. Ya el "bolim" tiene 40 mm de diámetro.
La cancha del juego tiene 4 metros de ancho por 24 de largo, esto de acuerdo con las
reglas oficiales de la "Federação Paulista de Bocha", porque puede tener otras dimensiones en
función del suelo y del espacio disponible para los aficionados a la "bocha". En el pasado, el
suelo de la cancha era de tierra y, hoy, además de éste hay más dos tipos: el de hormigón con
una fina capa de arena en su superficie y el sintético. El primer es más encontrado en los
parques públicos y, el segundo, en los clubes.
Hoy en día, la "bocha" es practicada en varias ciudades de Brasil y evoca mucho el
bowling. Aunque haya la disputa de "bocha" en términos deportivos con delimitaciones de
reglas por las Federaciones, en este estudio, se enfoca el juego como posibilidad de ocio.
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Metodología
Buscamos, en esta investigación, un enfoque que no evidenciara generalizaciones,
aunque cuantifiquemos algunos de los datos obtenidos por medio del instrumento de
recolección.
Para más allá de la dicotomización entre cuantitativo y cualitativo, consideramos
fundamental el análisis de los datos, el cual determinará el carácter cualitativo o cuantitativo
de la investigación.
PAIS (2002) comenta que la expresión método, etimológicamente, significa camino,
lo que se hace al marcharse. De esta forma, el método que nos va a orientar es el de pasear la
realidad “en deambulaciones holgazanes, indicándola de una forma hurona, intentando ver lo
que se pasa aun cuando 'nada se pasa'. En ese deambular sociológico (...) importa hacer (...)
un viaje y no un puerto”1 (p. 35).
De acuerdo con PAIS (2001), aclaramos que la selección de los señores practicantes
del juego de "bocha" en los Parque Públicos Municipales del Piqueri y Raul Seixas se hizo a
partir de la importancia que tienen para la comprensión de la vivencia del ocio y su relación
con la situación socio-profesional-económica y que, en la sociología cualitativa, los criterios
de selección de los individuos son de comprensión, de pertinencia y no de representatividad
estadística. Así siendo, la amuestra pretende ilustrar el fenómeno en estudio y de ningún
modo hay la pretensión de generalizar los resultados, pero la de profundizarse en el
conocimiento de esta realidad, cuya singularidad es, por sí, significativa.
El instrumento de recolección utilizado para viabilizar el estudio fue la realización de
un cuestionario con preguntas abiertas y cerradas, lo cual posibilitó la realización de
entrevistas con diez señores practicantes del juego de “bocha” en dos parque públicos
municipales ubicados en la región este de la ciudad de São Paulo: “Parque Municipal do
Piqueri”, situado en el barrio Tatuapé y “Parque Municipal Raul Seixas”, situado en el barrio
Itaquera. Las entrevistas fueron distribuidas de la siguiente forma:
•
Parque del Piqueri (cinco entrevistas):
ü Sr. Antônio Fontes – 74 años
ü Sr. Cláudio Frassi – 57 años
ü Sr. Luiz Caparbo – 70 años
ü Sr. Nelson Catatano – 66 años
ü Sr. Valter Sciance – 59 años
•
Parque Raul Seixas (cinco entrevistas):
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ü Sr. Antônio José da Silva – 70 años
ü Sr. Dário Doddi – 75 años
ü Sr. Hélio Bernardes Reis – 60 años
ü Sr. José Adauto Borghi – 60 años
ü Sr. Orácio Luiz da Silva – 60 años
Las entrevistas fueron recolectadas individualmente a partir de cuestiones respecto a la
condición de morada de los señores; histórico de su situación profesional y renta mensual
actual; su histórico como jugador de “bocha” y su participación en otras actividades de ocio.
Análisis y Discusión de los Datos
El rango de edad de los diez señores entrevistados practicantes del juego de “bocha”
en los Parques Públicos Municipales del Piqueri y Raul Seixas oscila entre los 57 y los 75
años. En las varias visitas que hicimos a los Parques observando el grupo, fueron raras las
veces en que vimos personas más jóvenes (con menos de cuarenta años) practicando el juego
con uno de los grupos (del Piqueri o Raul Seixas) y, generalmente, cuando allí estaban era
para acompañar uno de los practicantes y no porque fuera habitual su presencia para jugar la
“bocha”.
De los diez entrevistados, nueve tiene residencia propia y finiquitada y solamente uno
vive en casa alquilada. Seis de las residencias tienen 4 habitaciones (donde viven entre 2 y 6
personas) y las otras cuatro, 3 habitaciones (donde viven entre 3 y 4 personas).
De acuerdo con CORRÊA (2002), el dato arriba citado se debe al hecho de que gran
parte de la población de la región este de la ciudad de São Paulo fue atraída para esta región,
principalmetne, por el proyecto de asentamiento habitacional, iniciado con la construcción de
habitaciones populares – los llamados conjuntos habitacionales – que, aunque hayan sido
implementados por la “Companhia Metropolitana de Habitação de São Paulo” (COHAB), en
la gestión del alcalde Faria Lima en 1965, surgieron con más fuerza en 1975 en la gestión del
alcalde Olavo Setúbal que, preocupado en “ordenar el desarrollo de la ciudad”2,, creó en
marzo de 1977 la Secretaría de Habitación y Desarrollo Urbano, impulsando el adensamiento
en la Región Este, una de las que obtuvo mayor índice populacional del período en el
municipio. Para que se tenga una idea, el “Conjunto Habitacional José Bonifácio”, donde está
Traducción libre
SÃO PAULO (cidade) Prefeitura. São Paulo, a cidade, o habitante, a administração: 19751979. São Paulo, 1979. p. 85.
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ubicado el Parque Raul Seixas, tiene 21.044 viviendas y 105.000 habitantes, siendo uno de los
mayores conjuntos habitacionales de la región este de São Paulo.
Se creyó que la COHAB había encontrado la “solución” para el problema de la
morada de la región pues, ofrecendo habitaciones populares de bajo costo, conseguía
satisfacer la demanda populacional de baja renta, así como minimizaba la expansión de las
construcciones horizontales, frenando la súper ocupación de terrenos. Sin embargo, las
COHABs se convirtieron tanto en causa como en consecuencia del adensamiento
populacional en estas regiones, ya que, idealizadas para solucionar el problema de la
concentración populacional, se convirtieron en un polo atractivo para miles de personas
esperanzadas en ejercer el derecho de morada, impulsando el “círculo vicioso” de
construcciones (CORRÊA, 2002).
La propuesta era realmente muy fascinante ya que los valores destinados al pago de
los alquileres podrían ser aún más reducidos en mensualidades pero revertidos en inversión
del inmueble propio, yendo directamente al encuentro de las expectativas de las personas que
estaban llegando a la ciudad (migrantes) y de las que allí permanecían sin radicarse, viviendo
inadimplentes en casas alquiladas y, posteriormente, aumentando el contingente de chabolas
en la ciudad con las acciones de desalojo. Por lo tanto, los edificios de la COHAB, como son
conocidos, representaban a estas personas la realización del sueño de la casa propia y de una
situación estable de morada (CORRÊA, 2002).
Respecto a la situación profesional de estos señores practicantes de “bocha”, se sabe
que seis empezaron a trabajar alrededor de los 16 años, tres iniciaron en las actividades
profesionales con más de 20 años y uno con solamente 8 años, sin cualquier registro
profesional o protección social. Destacamos que seis de ellos eran sindicalizados en su primer
empleo, tres no conocían la existencia del Sindicato y uno lo juzgaba desnecesario.
Actualmente, siete son jubilados, uno todavía trabaja como autónomo realizando
servicios generales como albañil y dos, que están alrededor de los 60 años, están
desempleados, no consiguen otro empleo y están viviendo con el apoyo de los familiares.
La renta mensual actual de los señores que tienen empleo o son jubilados es de 4 a 6
salarios mínimos (alrededor de R$1.000,00 o US$285,00 en el cambio actual), siendo que
solamente uno gana más de 6 salarios mínimos (alrededor de R$1.400,00 o US$400,00 en el
cambio actual) y uno otro gana hasta dos salarios mínimos (alrededor de R$400,00 o
US$114,00 en el cambio actual), no siendo discrepantes los valores recibidos entre los que
viven en Tatuapé y frecuentan el Parque del Piqueri y los que viven en Itaquera y frecuentan
el Parque Raul Seixas.
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Sin embargo, vale señalar que el barrio Tatuapé, si comparado con Itaquera e incluso
con los demás barrios de la Región Este, cuenta con mejor infraestructura básica, mejor oferta
de materiales sociales y servivios urbanos y, además, está ubicado más cerca de las áreas
centrales, lo que valora más la región y encarece el valor de terrenos, lotes y casas de alquiler.
De acuerdo con CORRÊA (2002), lo que se observa es la Región Este compuesta por
dos grandes áreas delimitadas y distintas no sólo en el aspecto urbanístico técnico, pero
también discrepante en su interior, en la concretud de las relaciones humanas, sociales,
políticas, económicas, culturales y, simbólicamente, en las aspiraciones, deseos y
representaciones que se muestran de forma distinta entre los habitantes de estas dos áreas.
Respecto a las actividades de ocio, cuatro señores dicen practicar el juego de “bocha”
todos los días y, los demás, de una a tres veces a la semana.
El Señor Antônio José da Silva, 70 años, que frecuenta el Parque Raul Seixas, dice que
el juego significa “(...) un ocio muy bueno y saludable, un jugueteo que tenemos, es... sabes,
el tiempo pasa y no nos gustaría hacer otra cosa. Si estás trabajando, bien. Si no estás, te
quedas en el bar emborrachándote de aguardiente... pero aquí estamos todos divirtiéndonos,
tenemos bastantes amigos, sabes. El grupo es amigo y tal (...). Es una cosa que nos deja
tranquilos, sabes. Te quedas ahí en vano, te quedas ahí en la cancha, es bueno, es limpio... Es
un jugueteo que no tiene lío, no hay nada, jugamos... no hay apuesta (...). Entonces, se hace
apuestas pero... no me gusta... esto es un juego solamente para el ocio, un juego para la
diversión”.
Además de la “bocha”, algunos señores dicen realizar también otras actividades de
ocio como caminar, pescar, cuidar de animales, viajar, jugar “sinuca” (variedad de billar),
dominó, fútbol y mallo. Destacamos el Señor Luís Caparbo, 70 años, que frecuenta el Parque
del Piqueri y comenta que empezó “...jugando “bocha” por casualidad, sabes. Fui vivir en
Vila Granada y me quedé perdido. Entonces, una persona me llevó a un juego de “bocha”,
empezé a juguetear hasta... hasta sentir... una energía pues esto es una energía, sabes”. Sin
embargo, él dice que también juega “(...) mallo en el Corinthians (...) y en el parque, el ocio es
“bocha”. Hoy no había juego en el Corinthians, entonces vine aquí y... es un ocio que, si
llegamos preocupados, nos hace olvidar de todo, sabes. Es muy bueno, es un ocio
maravilloso... lo que ya había dicho. Hay los amigos, sabes. Entonces, cuando es sábado y
domingo, encontramos los amigos, comemos un... un bocadillo, tomamos aguardiente... lo
pasamos así y es eso”.
Sin embargo, tres de los entrevistados afirman practicar exclusivamente el juego de
“bocha” como ocio. Uno de ellos, el Señor Valter Sciance, 60 años, que frecuenta el Parque
del Piqueri, declara que solamente practica la “bocha” porque es “(...) el único ocio (...). Aquí
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no tenemos nada. Si no fuera el Parque del Piqueri, ¿qué sería de nosotros? Entonces
encontramos a los amigos, charlamos, jugamos y... el día pasa (...)”. Para él, es “(...) un ocio.
Estás con los amigos, charlas, preparas un asado, te confraternizas (...)”.
PATLAJAN (1978) señala que la intensa concentración populacional - consecuencia
del creciente flujo migratorio para las grandes ciudades – verificada especialmente con la
instalación de centros industriales, implicó en un crecimiento desordenado de estas ciudades,
sin la preocupación de se realizar un planeamiento urbanístico previo.
Si el Señor Valter, habitante del Tatuapé y frecuentador del Parque del Piqueri, se
queja, con razón, de los pocos espacios disponibles en su barrio para el ocio, peor es la
situación de los barrios donde la construcción predominante es del tipo de los edificios
populares de la COHAB pues – aunque la ley 7.805/723 presente como propuesta para la
ciudad la pretensión de equilibrar las diferentes “funciones urbanas”, siendo una de ellas el
ocio, estableciendo que la disponibilización de espacios e instalaciones de común utilización
destinados al ocio debe abarcar todas las habitaciones del conjunto residencial,
correspondiendo, como mínimo, a 6m2 por habitación. Pero, de acuerdo con CORRÊA
(2002), lo que se observa en muchos conjuntos habitacionales de la periferia es una otra
realidad, es decir, la inexistencia de espacios destinados al ocio o cuando raramente hay, son
espacios estrictamente de uso infantil, con tres o cuatro juguetes que forman el área de
pasatiempo conocida como play-ground. En otras ocasiones se encuentra una cancha
polideportiva, aunque desprovista de materiales o cualquier manutención.
Consideraciones Finales
Con base en los datos obtenidos en las entrevistas y en el acompañamiento de los dos
grupos de señores jugadores de “bocha”, uno que frecuenta el Parque del Piqueri en el barrio
Tatuapé y otro que frecuenta el Parque Raul Seixas en el barrio Itaquera, se percibió que el
rango de edad de los diez señores entrevistados oscila entre los 57 y los 75 años y que es raro
una persona más joven participara en esta actividad en los Parques.
Aunque la renta mensual actual de los señores no sea elevada y permita una vida
bastante sencilla (con salarios mensuales alrededor de R$1.000,00 o US$285,00 en el cambio
actual), quasi todos tienen morada propia y finiquitada, lo que les permite alguna seguridad
social. Solamente dos señores están en situación menos confortable pues están desempleados
y aún no son jubilados, dependendo del apoyo de familiares. Apesar de que son notables las
SÃO PAULO (cidade).
SEMPLA/PMSP, 1972.
3
Coletânea das leis de parcelamento, uso e ocupação do solo.
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diferencias socio-económicas de los dos barrios, no fueron discrepantes los datos obtenidos en
esta investigación.
Se constató que la “bocha” es una de las más importantes actividades de ocio entre
estos señores, la cual acaba por reunirlos también para otras actividades en el grupo de
amigos. Se evidenció también el carácter lúdico de la “bocha” para los dos grupos por su
declarada desvinculación con reglas excesivas y apuestas, lo que pudimos observar en las
visitas a los Parques.
Uno de los señores manifestó que con un pasatiempo como la “bocha”, aunque falte
otras opciones de ocio y haya un mayor tiempo disponible a causa de la jubilación, se siente
menos aburrido, lo que evita que se entregue a vicios como el consumo excesivo de alcohol.
Además de la “bocha”, algunos señores dicen practicar también otras actividades de
ocio, quasi todas en los mismos parque públicos que frecuentan.
Consideramos así los Parques Públicos Municipales como los pocos espacios de
resistencia al crecimiento avasallador de las ciudades, los cuales aún permiten algún contacto
con áreas verdes y libres, pistas de corrida/caminata, exposiciones culturales itinerantes,
canchas para el juego de “bocha”, entre otras posibilidades de ocio y que, de alguna forma,
permiten el acceso de la población pobre a causa de la gratuidad de su utilización.
Sin embargo, aunque el acceso sea posible, ni siempre las condiciones materiales y
culturales permiten a la población más pobre la vivencia efectiva del ocio – aunque el artículo
6º, Titulo II, Capítulo II, de la “Constituição da República Federativa do Brasil” de 1988
afirme ser el ocio un derecho social de todo ciudadano.
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Fuentes
BRASIL, Constituição da República Federativa do Brasil, promulgada em 5 de outubro de
1988.
CHAUI, Marilena. Introdução. In: LAFARGUE, Paul. O direito à preguiça. São Paulo,
Hucitec / UNESP, 1999.
CORRÊA, Denise A. Domingo no parque: a (sobre)vivência do lazer nos parques
públicos municipais da zona leste da cidade de São Paulo (1970-2001). 2002. Dissertação
(Mestrado em História) - Programa de Estudos Pós-Graduados em História - Pontifícia
Universidade Católica de São Paulo.
MAGNANI, José G.C. Festa no pedaço: cultura popular e lazer na cidade. 2ª ed. São
Paulo, Hucitec / UNESP, 1998.
MARCELLINO, Nelson C. (org.) Políticas públicas setoriais de lazer: o papel das
prefeituras. Campinas, Autores Associados, 1996.
PAIS, José M. Sociologia da vida quotidiana: teorias, métodos e estudos de caso. Lisboa:
Imprensa de Ciências Sociais, 2002.
______. Ganchos, tachos e biscates: jovens, trabalho e futuro. Porto: Âmbar, 2001.
PATLAJAN, Telma. Urbanização e lazer. Cadernos de Lazer (3), São Paulo, Brasiliense,
1978.
SÃO PAULO (cidade) Prefeitura. São Paulo, a cidade, o habitante, a administração:
1975-1979. São Paulo, 1979.
SÃO PAULO (cidade). Coletânea das leis de parcelamento, uso e ocupação do solo.
SEMPLA/PMSP, 1972.
Dirección Postal:
Prof. Doctor Luiz Gonçalves Junior & Profa. Máster. Denise Aparecida Corrêa
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Física
e
Motricidade
Humana
/
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